Primero de Mayo 1947 - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

EL SOCIALISTA
——
ESPAÑOL
ORGANO
CENTRAL
ANO II
---------------------
DEL
P. S. O. E.
Paris, 1° de mayo de 1947
P. S. O. E.
-
NUM. 18
U. G. T.
-------------------
Primero de Mayo 1947
E l Prim ero de- M a y a , afirmación del internaciona­
lismo proletario, un mismo interés de clase une a los
trabajadores y tma idéntica voluntad de transformación
y de salvación les identifica en un mismo movimiento.
Sobre todas las Vicisitudes que éste pueda sufrir, no
importa las desviaciones reales o aparentes que la clase
obrera tenga que padecer com o resultado de una lu• cha que ha de llevarse en frentes innumerables, la afir­
mación de este interés superior, por encima de las exal­
taciones nacionalistas, constituye la esencia misma de
nuestra lucha. P o r e llo e l P a rtid o Socialista O b rero E s­
pañol y la U n ión G eneral de Trabajadores, preocupados
com o están por la evolución de los acontecimientos en
nuestro país, con voluntad resuelta y tenaz por el restable­
cim iento de la R ep ú b lica , no se desentienden de la rea­
lidad internacional, no ignoran que la lucha de clases
se plantea ahora en dimensiones universales, no dejan
de considerarse, en esta colosal contienda, un elem en­
to más, siempre dispuesto a alinearse con las fuerzas
que pugnan por e l Socialism o, en e l que siguen viendo
la única posibilidad de redención para los pueblos y pa­
ra los hombres. L a tensión de nuestro ánimo, la proyec­
ción de cuanto somos al logro de este ideal de frater­
nidad universal y de unidad humana mediante la e lim i­
nación del, sistema capitalista, sigue constituyendo la
razón misma de nuestra existencia, y así lo proclama­
mos desde el e x ilio , de igual manera que en el inte­
rior de España han de hacerlo hoy cuantos han sido
educados en los principios y en la actuación socialista
y ugetista.
N o s sorprende este P rim ero de M a y o en el des­
tierro, com o hubimos de celebrar otros, ya antes de la
guerra, en la persecución. E l Partido y la Unión no se
han formado en la práctica corriente de la democracia
burguesa. H a n soportado, a lo largo de su historia, si­
tuaciones de represión y de dictadura. P e ro nunca la
adversidad abatió sus resortes espirituales ni su d octri­
na, y de ella obtuvieron la lección de energía que luego
ha sido e l m otor de su crecim iento. E l hecho de que pa­
semos otro P rim ero de M a y o bajo el despotismo san­
griento de Franco no ha reducido nuestra fe . P o r ello,
en e l aspecto nacional de nuestra lucha no comparti­
mos ningún derrotismo, no nos avenimos al com ercio
de fórmulas que deban partir de la aceptación por nues­
tra parte de una regresión que ninguna conveniencia
aconseja, no nos inclinamos a pactos que, formulados
en nebulosa, su sola admisión de principio tiene como
resultado inevitable e l muy triste de debilitar nuestra
situación polém ica, liquidar la simpatía que nuestra
causa suscita en todas las conciencias libres del mundo
y malbaratar e l potencial de ím petu revolucionario que
constituye lo extenso y profundo de la lucha que el
pueblo español supo mantener. E n este día sim bólico
estamos por la R ep ú b lica no corno aspiración .id ea l a
lograr en un proceso cuyas etapas comprendan la previa
de una restauración borbónica, sino por la R epú blica
com o régimen que suceda a l de F ra n co; régimen éste
que sólo la vuelta a la legalidad republicana, su único
enemigo, puede derribar efectivam ente. E l P . S . O . E .
y la U . G . T . lucharon por la R ep ú b lica y aun contra
republicanos, por ilustres que fueran, que con sólo una
promesa de democratización de la monarquía se h icie­
ron cortesanos. Nosotros seguimos en la trayectoria
tradicional de ambas organizaciones, y no sólo no esta­
STE I o de Mayo deberé pa­
sarlo ju n to a llosa, recor­
dando. Recordando otras
años más felices, cuando en Ma­
drid, después de la manifestación,
íbamos con otros camaradas a la
Dehesa de la Villa a merendar. A l­
guien nos criticaba entonces :
— ; Si es a fuerza de meriendas co­
rno pensáis acabar con el capita­
lismo /...
Yo ya lenta entonces la manía
de rectificar. Y aseguraba que a
rada m om ento correspondía su ac­
titud. Y que la revolución social
no era incompatible con el - sano
esparcimiento. Y que el hecho de
fraternizar con los compañeros,
sobre no hacer mal a nadie,, no re­
bajaba n i tanto así la decisión pa­
ra la lucha. Que ésta era de todos
los días y que a cada uno le basta­
ba sa afán.
Estoy seguro qué hoy .en Madrid
se reunirán los amigos de allá a
consumir una magra pitanza y be­
ber del bueno, aunque sea poco,
mirándose a los ojos al sorber el
raso. No derribarán a Franco de
tan apacible manera. No restau­
rarán la República de modo tan
incruento. Pero en esa mirada que
mos dispuestos a implicarnos en ningún movimiento que
tenga por fin descarado, o encubierto la restauración
monárquica, sino que cuantos en él se enrolen nos ten­
drán por adversarios resueltos.
Sensibles como el que más lo sea a la situación de
nuestros compañeros de Españay una sentimentalidad
que en muchas gentes es más fingida que real no pue­
de llevarnos a prescindir de los objetivos que nuestros
camaradas tienen derecho a conquistar precisamente
com o resultado del sacrificio que ellos y todos hemos
consentido en e l desarrollo de la lucha contra el fas­
cismo.
Desde países hospitalarios que nos permiten compar­
tir fraternalmente con sus masas obreras la fiesta de este
día, saludamos a los heroicos militantes que combaten
en e l interior de nuestra patria desafiando una repre­
sión inicua, manteniendo en alto las gloriosas banderas
de la Unión y del P a rtid o ; a los que, pese a todo,
plantean y sostienen huelgas y aun se lanzan a la lucha
armada contra la tiranía falangista; recordamos, en fin,
con la mayor emoción a los que dieron su vida por la
R epública.
E n este Prim ero de M a y o, las fuerzas de la emigra­
ción española continúan desunidas. Todas las forma­
ciones políticas y sindicales aparecen escindidas. D e
aquí arrancan esencialmente nuestros males, y en este
parcelamiento de nuestra fuerza hay que buscar la cau­
sa radical de nuestra situación. E l P . S . O . E . y la
U . G . T . denuncian esta situación, a la que se debe la
falta de energía en la acción que se ha desarrollado
contra Franco y por la R epública, y proclaman que no
hay sacrificio que no deba ser consentido si gracias a él
la unidad se establece sobre la única base admisible :
la lucha por la reconquista de la República.
Cargada de experiencia y llena de presagios nos
llega esta Fiesta del Trabajo. Entre los presagios, no
todos son de signo adverso. L a guerra y su término 'ha
representado un progreso extraordinario, en el plano
internacional, de las fuerzas que luchan por e l Socia­
lismo. Basta pasar la vista por e l mapa p olítico del
mundo para convencerse. Com o contrapartida, los ele­
mentos reaccionarios buscan maneras nuevas de actuar
y formas adecuadas de trabajo, redoblan su voluntad
de pervivencia y se disfrazan con nombres e ideologías
que, no obstante sus retoques hábiles, no bastan a ocul­
tar su verdadera fisonomía. Nosotros formamos en esta
liza, que ya ha alcanzado su fase final, con la signifi­
cación que siempre hemos tenido. E n cuanto al resul­
tado de esta contienda gigantesca, y conocidos los e le ­
mentos en pugna, es evidente que ni e l Socialism o ni el
movimiento obrero tienen nada que temer.
H o y , como siempre, no hay sino redoblar nuestra
fe y nuestro trabajo por la R epública Española, que es
el régimen de libertad que ya representa un avance en
dirección a l triunfo de nuestros ideales; por la Unión
General y por nuestro Partido, que deben volver a ser
e l instrumento más eficaz de la clase obrera española.
¡ V iva la R epública I
¡ V iva e l Socialism o !
Paris, I o de mayo de 1947. -— P o r las Comisiones E je ­
cutivas : Ramón GONZALEZ PENA, presidente del
P . S . O . E . y de la U . G . T . ; José RODRIGUEZ
• VEGA, secretario de la U . G . T . ; Ramón L a MONEDA,
secretario del P . S . O . E .
se cruza y en las leves palabras
que se cambian habrá una evoca­
ción del pasado y una afirmación
de fe en el porvenir. Como en las
cárceles, donde este I o de Mayo
tendrá luz de domingo, perfume
de esperanza, nostalgia del amigo
ido, recuerdo húmedo del hijo
muerto, de la pequeña a la que se
ve entre rejas, de la viejita todo
cuerdas y pellejos que se funde a
la contemplación del muchacho que
languidece recluido y que, en el
barullo de la comunicación, hace
llegar hasta los oidos ya sordos a
las cosas del mundo y llenos de
resonancias íntimas :
— Madre, no llore usted. Esto se
acabará pronto.
Cada I o dé Mayo desde que estoy
en Francia, no hago sino medir
otra vez las distancias cubiertas,
las etapas recorridas, al mismo
tiempo que m e inclino hacia las
que nos quedan por cubrir. Y un
sentimiento de orgullo me gana.
Porque esas distancias ya rebasa­
das y lo que pueda recorrer toda­
vía de la muchas que deberán de­
jarse atrás, es lo que ha dado sen­
tido a m i vida. Llena áte angustias,
estallante de dolores, animada de
esperanzas, cuajada, plena, honra­
da y honda. Como debe de ser la
vida de un hombre...
Cuando digo estas cosas a Rosa
ella me mira y no acierta a decir­
me nada.
Pero es que son precisas las
palabras ?
Juan José (Albañil).
Quienes conservan la fe en el porve­
nir tienen que estar a nuestro lado.
Sólo los escépticos y los egoístas se
separarán de nosotros. Tatapooo im­
porte su compañía. Además de no
aportar nada, estorbarían mucho. —
MANUEL CORDERO.
El Primero de Mayo,» su celebración, las vicisitudes que ésta ha
sufrido y que jalonan la historia de nuestro movimiento politicu y
social va asociado, en nuestro espíritu, a la figura de Pablo Iglesias.
Desde los reducidos'cortejos iniciales hasta que ia demostración de la
fuerza de la clase obrera alcanza expresión voluminosa e impre­
sionante, Iglesias fué el guia más esclarecido del proletariado español,
al que no redujeron la incomprensión ambiente, las campañas de
difamación que encontraron eco muchas veces entre los propios obre­
ros, ni el lento progreso de nuestras ideas en los primeros veinte
años de propaganda socialista. La necesidad de que España realizase
al fin su revolución política sustituyendo con la República un régimen
oligárquico y semifeudal que crecía y se desarrollaba sobre la estruc­
tura de una monarquia liberal y formalmente a tono con las demo­
cracias imperantes en Europa, no la vió nadie con más claridad que
Iglesias. El fué quien indicó con máximo vigor este imperativo
a nuestra acción, .a la acción socialista. En este Primero de Mayo,
nosotros afirmamos que seguimos fieles a aquel mandato. No porque
venga de Iglesias solamente, sino porque ahora, después de nuestra
guerra y de -la segunda guerra mundial aquella concepción estratégica
de la politica socialista, circunscrita al caso español, es la que sigue
siendo absolutamente correcta.
TODO EL MUNDO
capitalista es Chicago
por César R. González
En la primera década de este si­
glo, no había centro obrero en Es­
paña en el que no pudiese contem­
plarse una litografía deslucida con
media docena de retratos y una
leyenda evocadora : « j Loor a los
mártires de Chicago 1 » . E l culto
a los obreros sacrificados por el ca­
pitalismo yanqui, entonces incipien­
te, pero ya con poderosas garras y
apetito insaciable, era común a to­
das las fracciones del movimiento
obrero.. L a fiesta del Primero de
M a yo, la jornada internacional en
favor de las ocho horas y por la
afirmación del sentido intemacio­
nalista del movimiento obrero que
en virtud de los acuerdos del Con­
greso socialista de París se celebra
desde los últimos años de la pasada
centuria, estableció una especie de
barrera pueril que llevó a los socia­
listas a abandonar el recuerdo de
las sangrientas jornadas americanas,
con lo que su evocación quedó vin­
culada a los anarquistas que las re­
clamaron como cosa propia. En mi
opinión, se trata de una actitud sec­
taria que el tiempo y el desarrollo de
los acontecimientos han debido su­
perar. Por lo menos, en determina­
dos aspectos. En aquellos en los que
la lucha de clases debe ser consi­
derada más allá de las fronteras
de una determinada escuela socia­
lista.
*
* *
Si hoy esta observación encuen­
tra lugar en este periódico, se debe
ello a circunstancias que tienen que
ver mucho con el tiempo. Con el
tiempo que vivimos. Y con los su­
cesos que contemplamos.
L a conducta del naciente capita­
lismo americano ametrallando a los
huelguistas de Chicago y montan­
do el proceso monstruoso que deter­
minó la ejecución de un puñado de
militantes significados del movi­
miento obrero, suscitó una reacción
solidaria en la clase obrera de todo
el mundo. Si miramos
aquellos
acontecimientos en perspectiva, a la
luz de la conducta que siguen las
clases rectoras de la sociedad esta­
dounidense, descubrimos que en to­
do instante han seguido siendo fie­
les a sí mismas.
H a existido un momento en el
que los esplendores del capitalismo
americano y el hecho de que re­
tribuyera con largueza a sus obreros
cegaron a no pocos militantes ilustres
del socialismo. T od avía quedan al­
gunos que, al comparar el socialis­
mo imprecisamente posible o la e x ­
periencia rusa llena de dolores y sa­
crificios, siguen fieles a una concep­
ción que pocas veces hacen pública,
pero que íntimamente abrazan, se­
gún la cual el sistema americano es
superior por los resultados qUe
comporta, a la pretendida quimera
marxista, revolucionaria y catastrófi­
ca..»
y
por ello
destinada
a
unlversalizar la miseria. En un
folleto que contiene un discurso
pronunciado en ocasión solemne,
aquella en que por v ez primera se
hacía el honor de admitir como aca­
démico de la de Ciencias mo­
rales y políticas a un correligiona­
rio insigne, se apunta que el N ew
D e a l puede ser una vía que lleve
al Socialismo.
(Pasa a la pág. 2.1
V O C E S SOBERANIA, INTERVEN
D E
AMERICA CION Y COMPLICIDAD
p or Eleazar H uerta
Las Naciones Unidas tienen decla­ tenerla desde entonces explotada, es­
rado reiteradamente lo que es el ré­ trujada. desangrada. El caso espa­
gimen franquista : totalitario por su ñol es, jurídicamente, un secuestro
origen, por su actuación pasada y internacional.
Hay defensores encubiertos de
por su actuación presente, descono­
cedor de los derechos individuales y Franco que se asombran o se indig­
peligroso para la paz. Sin embargo, nan porque se pide ante la O.N.U. la
hay todavía quienes osan defenderlo, ruptura de relaciones con su régi­
de un modo capcioso, ya que de otra men. Y cuando ante dicho organis­
forma se ha hecho imposible : a to­ mo internacional llega una propues­
do acto eficaz contra Franco y su ta como la francesa — que no se le
gavilla se le tacha de intervención compren víveres 'a la España fran­
en los asuntos Interiores de Espafia. quista — la extrañeza pudibunda de
« Es lamentable — exclaman com­ los fariseos llega al colmo. Se ras­
pungidamente estos caballeros — lo gan las vestiduras. Sin embargo, la
que sucede en la península Ibérica, propuesta de Francia es. clara. No
como a
Lo "condenamos en absoluto. Pero so­ puede objetársele nada,
mos demócratas; respetamos la so­ otras porque va contra el franquis­
beranía de cada país y no podemos mo sin poner en riesgo los, derechos
hacer nada que signifique interven­ del puetolo español ; busca el que a
ción eri España. Que el pueblo espa­ éste no se le sustraigan lo j víveres
ñol se dé otro gobierno — sin vio­ por sus verdugos, y que éstos no se
lencia, desde luego porque somos provean — a cambio del hambre po­
también humanitarios y ño consenti­ pular — de armas para seguir so­
remos allá una segunda guerra ci­ juzgando o de divisas para conti­
vil — y ese nuevo régimen tendrá nuar la juerga. A tales fariseos, po­
dría preguntárseles : « ¿Qué trato
nuestro reconocimiento.
Salta a Ja vista que la dictadura darían ustedes al bandido que tu­
de Franco, condenada de esta m a­ viera secuestrado a un particular, al
nera hipócrita, no podrá ser barri­ señor X? ¿Les parecería excesivo ne­
da trunca de España; ni desde fuera, garle el saludo y llamarían a eso
porque hacerlo constituiría interven­ intervenir en vidas ajenas? Y si el
ción, ni desde dentro, porque sería bandido venia a venderles las cose­
resucitar la guerra civil, que bien chas de la heredad de X, ¿qué harían
acabada está. Hará falta un m ila­ ustedes? ¿Aprovechar la ocasión de
gro. según esto, para que el fran­ que el bandido las ofrece más bara­
tas que las vendería el dueño legí­
quismo desaparezca.
A quienes razonan asi, con sofismas timo? ¿Aprovechar que el bandido
de vieja escuela, no habrá nadie que está dispuesto a tomar, en vez de
los convenza. No hay peor sordo que dinero, ligaduras, mordazas, vento­
el que no quiere oir. Digamos claro sas, cuanto necesita para1 amarrar y
que estos señores no quieren derri­ explotar a su víctima, y realizar un
bar a Franco, sino camuflarlo, y que saldo que ustedes tienen y no ne­
le invitan a buscar un sucesor de cesitan?
Bien claro está, iluminado por el
confianza del franquismo; ellos lo di­
putarán por demócrata en el acto y es­ paralelo del secuestro privado, cuál
proceder
es el jurídico en un caso
tará todo arreglado. Suponernos, por
tanto, que los peritos en derecho in­ tle secuestro público, Internacional
ternacional, los políticos sinceramen­ Comprar víveres a Franco y darle
te democráticos y cuantos tratan de en cambio chatarra dó la guerra
hacer ver su error a sujetos como última es un caso de usura criminal,
Mr. Bevin están perdiendo el tiempo. es aprovecharse del secuestro 'come­
Si el esclarecimiento del « caso es­ tido por el fascismo, es un encubri­
pañol » resulta útil es, realmente, miento de mala nota. Es también
porque se dirige al hombre de la una complicidad, porque el delito de
calle, que quiere comprender de ve­ secuestro del pueblo español conti­
ras y se ve enredado en sutilezas o núa. No tratar con Franco, ni diplo­
presionado con palabras volumino­ mática ni comercialmente, es lo
sas, como soberanía e intervención, justo y lo correcto.
En fin, que la verdadera no inter­
que no alcanza del todo. Bajo tal
supuesto, es del mayor interés dar vención, en un caso como el de Es­
paña,
consiste en asfixiar completa­
forma lo más llana posible a lo que
la doctrina democrática viene expo­ mente al régimen de Franco, en no
niendo en términos de derecho. Es tener con el contactos de ninguna
lo que, en la medida de mis fuerzas, especie. En cuanto se afloja esa pos­
tura, bajo el pretexto de respetar la
quisiera hacer en este articulo.
El derecho internacional nos dice soberanía española, se cae en com­
que es ilegítima la intervención de plicidad o encubrimiento, o en am­
mi país o grupo he países en otro y bas cosas a la vez, con unos delin­
legítima, eii cambio, la intervención cuentes definidos . los secuestrado­
colectiva de la sociedad internacio­ res del verdadero soberano de Es­
nal. Y asi es, en efecto. Pero acla­ pada, del pueblo español..
El deber mínimo de Td sociedad
remos esto con algún ejemplo para
que quienes vociferan indiscrimina­ internacional con respecto a Espa­
damente contra la intervención de­ ña es, pues, ignorar a 'a gavil.a
jen de impresionarnos. Si yo sospe­ criminal que la sojuzga. Lo cual no
cho que algo anda mal en la casa ■excluye el ofrecer la soga de Nu­
de mi vecino y sin más entro en ella remberg a los cómplices hispanos
para 'imponer una fórmula a mi de Hitler, en su hora.
Santiago de Chile, febrero 1947.
gusto, intervengo ilegalmente. La
misma ilegalidad existe si me uno
con mi socio y entramos ambos a
arreglar la casa del vecino. Pero si Sin la más amplia unidad no podre­
aviso a las autoridades y acuden el mos retornar a nuestros hogares,
juez y la policía, evidentemente las ni habrá una España libre, ni se po­
medidas que el juez dicte y cumplan drá emprender en la paz la recons­
trucción material y moral de nuestra
sus agentes serán legitimas.
patria. — JUAN NIEGRIN.
Con este criterio, bien fácil de en­
tender, hay que enjuiciar lo que las
naciones hacen o dejan de hacer res­
pecto a la dictadura franquista. In­
trigar para que se vaya Francisco y
venga Juan o venga Pedro, y ha­
cerlo secretamente, es intervención.
En cambio, acudir ante la Asamblea
de las Naciones Unidas para que
ella, como órgano de la comunidad
internacional, tome la resolución que
LGUNOS amigos nos han pre­
las circunstancias impongan y la ha­
guntado, con cierta in­
ga cumplir, es mantenerse estricta­
quietud,
si pensábamos
mente en lo jurídico y la decente.
Pero aclaremos un poco más.
iniciar una campaña contra los c o ­
¿Qué situación legal es la .del pue­
blo español, desde hace tiempo? Es­ munistas. Tam poco nos han faltado
paña era una República, una demo­ las invitaciones a hacerlo. N os ad­
cracia. El pueblo votaba, elegía a vertían unos el peligro d e caer en
quienes debían gobernarla, que eran
poT eso autoridades legítimas. El el anticomunismo. N os indicaban
pueblo tenia, además, una Consti­ otros la ocasión como única para
tución y unas leyes, en virtud de las
cuales se respetaban los derechos desprendernos del marchamo d e coindividuales de los ciudadanos (la munistoides que con tanta delecta­
vida, la libertad, etc.). Un día, cier­ ción y, reconozcámoslo, con tanto
to número de malos españoles, con la
ayuda de Mussolini y de Hitler, pro­ éxito cerca de muchos camaradas
movieron un alzamiento. Resistieron socialistas, se nos ha venido col­
los españoles la avalancha.de moros
alquilados, fascistas de Italia, nazis gando.
germanos y caínes de dentro de ca- ■ N o pensamos hacer caso ni a unos
sa, mas al cabo de tres años fueron
arrollados. Cesó, pues, la guerra v i­ ni a otros. E l p rivilegio de decir pes­
sible en 1939. ¿Pero ha ocurrido al­ tes d e los comunistas seguimos d e ­
go, desde entonces, que lave los v i­
cios de origen del franquismo? No. jándoselo a los periódicos que editan
No hay consulta popular de ninguna los amigos d el presidente del G ob ier­
clase, luego todas las pretendidas au­ no, señor Llopis. Q u e, a lo que ve­
toridades, desde Franco a un alcalde
de pueblo, son Ilegales. Se fusila, mos, no están dispuestos a dejárselo
se prende, se priva de cargos o de arrebatar fácilmente. L o que nos
¡bienes a los ciudadanos, Juego tam­
poco hay derechos Individuales ni desconcierta un poco. Porque si es
ha concluido la guerra. Los ciuda­ verdad que estje G obierno es de
danos son prisioneros de un jefe de unidad, como dicen los comunistas,
jarea que Ignora el derecho de gen­
tes. El franquismo no supone, por las fuerzas que lo integran d eb e­
ende, un crimen que se cometió y rían dar la impresión d e que, cuan­
perdura en ciertos efectos pero no
en otros. Es un crimen continuado, do menos, son capaces d e sopor­
que sigue perpetuándose, día a día, tarse. Com o ocurre en los matrimo­
hora a hora. No es que la nación es­
pañola sufriera una puñalada fas­ nios de conveniencia. P ero, d ice
cista de la que más tarde haya em­ Carrillo, « aun no está e l horno para
pezado a convalecer. El fascismo ata- ¡bollos » unitarios. Siquiera nosotros
In, mas fué para amordazarla y man­
có traidoramente a la nación espafio- deseemos vivamente que la tempe­
Todo el mundo...
(Viene de la pág. 1.)
L o s que cayeron en aquella ilu­
sión y en ella perduran, ignoran vo­
luntariamente hechos de un volu­
men tan extraordinario como e l de la
explotación de todo el continente
americano en beneficio de los Esta­
dos Unidos.
Pero en tanto que españoles, nos
corresponde
obtener
una
buena
lección de lo de Chicago y de lo
de ahora : la de que la defensa del
sistema capitalista es, en los Esta­
dos Unidos, el motor de la política
oficial. Y que en esa defensa nau­
fraga todo escrúpulo moral, todo
■concepto ideológico elevado para
dar paso a la voluntad de perdu­
rar. A l precio que sea.
Chicago ilustra así todo un curso
de la política internacional. Los
mártires de Chicago, tomando C h i­
cago por expresión concreta de un
sistema, de un modo y de una con­
cepción del mundo americano, son
millones y millones de criaturas. A
ese martirologio innumerable nutri­
do por los caídos en todos los conti­
nentes y en todos los países a mayor
gloria del capitalismo más cuajado,
completo y maravilloso que haya
existido nunca, hay que incorporar
el pueblo español. Es nuestro pue­
blo, en efecto, una de sus víctimas.
« Chicago » las tiene de todos los
tipos. Esos pobres cafeteros brasi­
leños, costarricenses o venezolanos,
los peones que se agostan en las
maniguas cubanas, los que perecen
en Nicaragua en las plantaciones de
plátanos, los mineros bolivianos, los
millones y millones de esclavos que
trabajan y mueren en las islas para
levantar con sus pobres hombros
desnudos la magnificencia de « C h i­
cago » , son mártires sin redención.
L o son aquellos pueblos que, como
el nuestro, entienden vivir d e la
manera que les es peculiar... T a l
veleidad deben pagarla como nos­
otros la pagamos : con la alternativa
d e morir fuera de nuestro país o
resignarnos a aceptar un tirano soez.
En este Prim ero de M a y o europeo
nos acordamos de los mártires de
C hicago que militan entre las pri­
meras víctimas de un capitalismo in­
trépido que se observa asustado de
su propio crecimiento y desarrollo.
E llos fueron sacrificados a la idea
de una expansión de fuerzas que
tratan de abrazar el mundo... y aho­
garnos.
Y es lo curioso, que lo mons­
truoso del suceso, sus dimensiones
sin precedente dejan atónitos de ad­
miración a muchos de nuestros ami­
gos que sienten cómo se les cae de
la mano, ante él coloso, la piedra
de D avid .
LA OBRA SOCIAL DE LA REPUBLICA
ESPAÑOLA
Muy notable fué la obra llevada a
cabo por la República, por nuestra
República, por la IRepública nacida el
14 de abril de 1931. Pero de toda esa
obra magna, más interesante aún
si no se olvida su corta existencia
tranquila y la cantidad de enemigos
que ia socavaban, resalta con noto­
riedad absoluta ia parte referente a
la vida del trabajo. aL derecho- de los
trabajadores, a la legislación social,
en suma.
Al nacimiento de la República Es­
pañola, el derecho obrero era casi
nulo en España, y Jas muy pocas
normas de legislación social, letra
muerta. Ni siquiera algo que pudiera
asemejarse a un disfraz para presen­
tarse púdicamente en Ginebra ante
1a Oficina Internacional del Trabajo.
Y el obrero español era un paria en
el verdadero y triste sentido del vo­
cablo.
El Frimero de Mayo de 1931 fué
la verdadera fiesta de la ilusión, de
la esperanza. De una esperanza que
esta vez — se pensaba — no . caería
una más en el derrumbadero de las
ilusiones. ¡Y no cayeron I El núcleo
de la legislación social de la Repú­
blica estaba promulgado y en vigor
el 1° de mayo de 1932. No parece hoy
inadecuada una mirada restrospectiva. Recordemos.
Estaban en vigencia absoluta la
ley de -Contrato de trabajo, pivote
esencial de la gran obra social ; la
ley de Jurados mixtos, fundamento
del derecho social adjetivo ; la de
Jornada máxima de trabajo, reden­
ción de la esclavitud, y la del Reti­
ro obrero obligatorio. Ello entre las
normas de primer rango. Las dispo­
siciones creando y organizando las
Delegaciones de Trabajo y la ins­
pección eficaz de éste tenían vida
legal, y se organizaban los Cuerpos
respectivos.
Después, el edificio social se fué
ampliando, perfeccionando, comple­
tando. Y vinieron las disposiciones
referentes a vacaciones pagadas,
accidentes de trabajo en la Industria
y en. la agricultura, eníermadades
profesionales, cooperación y toda la
red de seguros sociales, en unión de
otras normas de importancia comple­
mentarla.
Y al amparo de aquella ley de Con­
trato de trabajo nacieron* las bases
de trabajo, suprema expresión de la
norma contractual en cada industria;
y se crearon los Jurados mixtos con
la profusión necesaria para que la
profesionalidad no faltase y el tec­
nicismo en el enjuiciamento, en con­
secuencia tampoco. En suma : el
trabajo y sus derechos no fueron ol­
vidados, y se supo hacer honor a lo
que la Constitución republicana dice
ha de ser ia República española.
Y cuanto se hizo fué con la pon­
deración, la sensatez y la solidez
que demandaba una República que,
como la española, tenía su ¿razón de
ser en la voluntad dei pueblo, libre
y limpiamente expresada y que no
precisaba para mantenerse, para v i­
vir, obra demagógica. Que ni una
sola de sus normas dg derecho labo­
ral salía del marco que la Organiza­
ción Internacional del Trabajo ha­
bía trazado tras discusiones arduas
y aprobado con la m ayoría reque­
rida.
Pero con ser enorme esta obra,
principio de vindicación da los dere­
chos de los trabajadores de nuestra
nación, tiene m ayor trascendencia y
valor muy superior, cuanto ella su­
pone en el teprenb de ilo abstracto.
Antes de la República, *d obrero es­
pañol no era nadie ni nada. Desde
que la iRepública fué instaurada, el
trabajador español, psicológicamente
estaba salvado : el paria era un
hombre, capaz de derechos y obliga­
ciones,
¡Mucho suponía y era que el traba­
jador se sintiese siempre emparado
por un contrato que en todo caso se
suponía existente ; que de su .es­
fuerzo no pudiera disponerse como
si su agotamiento físico contase me­
nos que el de una bestia de carga
y que la labor sobrepasando la jor­
nada máxima, limitada en el tiempo,
le fuese compensada con una sobre­
tasa que equivalía a su fatiga exce­
siva ; que supiese que todos los
años podria disponer de un reposo
efectivo, puesto que descansar, no
suponía dejar de comer ; que unos
tribunales especiales, donde los de
su clase se sentaban al lado de los
de la contraria, hubiesen de diri­
mir sus diferencias con el patrono,
representante de intereses contrarios;
que para luchar contra Ja explota­
ción de mercaderes sin escrúpulos,
pudiese crear centros reguladores
de precios; organismos cooperativos
que siendo de producción y consumo,
podían llegar a evitar él encareci­
miento de lq, vida j que su enferme­
dad o accidente nacidos del trabajo
no supusiese la destrucción y ruina
del hogar y, en fin, la sala general
de un hospital ; que... alguien se
preocupase de algo más que de ex­
plotarle y vejarle. Mucho era. mu­
cho...
Pero lo que tenia importunciá in­
conmensurable era que donde no
existía ni ei valor de un mueble vie­
jo naciese la persona humana ; que
si el patrono era un ser respetable, el
obrero no lo era menos ; que si
aqiíél tenía derechos, al par tenía
obligaciones que eran con el obrero
mutuas y reciprocas.
Esta fué la obra de la República
española. Trabajo ¿le revalorización,
esfuerzo de humanización. Por ello,
los obreros españoles, los que siem­
pre hemos vivido del esfuerzo de
nuestro trabajo, debemos el Prim ero
de Mayo dedicar un especial re­
cuerdo a esa nuestra República, que
nació al calor de nuestros esfuerzos
y nuestros sacrificios y que fué y es
perseguida, dentro y fuera de Espa­
da, por nacionales y extranjeros, y a
más calumniada por el execrable de­
lito de pretender tutelar los Im­
prescriptibles derechos de los tra­
bajadores
A. MANCEBO.
Aparato que está funcionando a tomaba o entendía debían tomarse.
mayor gloria de ese conglomerado, E n este sentido ha dado a todos los
demás partidos una verdadera lec­
para nosotros, capitulados
A partir de este grave suceso es ción de modestia y de democracia.
evidente qu ecomenzamos a repre­ Si su invitación era sincera, ella
sentarnos el momento actual y lo mostraba su mejor disposición a la
que en él conviene hacer de modo discusión de altura y acreditaba una
totalmente diferente. L o que ha de cierta inclinación a la perm eabili­
|determinar una serie de situaciones dad en relación con los puntos de
que el fino instinto político de los vista de los adversarios encuadra­
dirigentes del P .C . seguramente ha dos en el marco de la emigración
previsto y cabe suponer que está dis­ republicana. Creemos nosotros que
puesto a afrontar. Y a se irá viendo cuando se requerían pareceres, no se
descontaban únicamente aprobacio­
cuán complicadas resultah.
ratura que se alcance sea aquella
nes. Porque entonces el sistema se
Pero si bien nosotros estamos en
que permita una cocción perfecta.
quebraba en su base.
nuestro derecho d e atacar posiciones
P ero, nosotros, que desestima­
A h ora no piden opiniones sobre
a nuestro parecer erróneas, nunca
mos las sugerencia de que hablamos,
su actual postura política. E llo d e­
hemos ¡pensado ejercer el de aleccio­
no renunciamos a la crítica del
be obedecer a que no abrigan du­
nar a nadie. Y menos que a nadie a
da alguna en cuanto a su justeza.
P .C . y de sus posiciones políticas.
los dirigentes d e un partido •exper­
N o hemos renunciado nunca así que
P ero es ahora precisamente cuan­
to en virajes y maniobras, que estu­
do nosotros tenemos mucho interés
aquellas posiciones nos han pareci­
dia a fondo y con tiempo todas las
d o equivocadas. Entre otras razo­
en dar nuestro parecer sobre au ac­
posiciones que adopta. Sobre que,
nes, porque no habiéndonos ligado
tual posición política. Respecto del
por su carácter específico, dispone
a los ¡comunistas otras ataduras que
P . C , y de los demás grupos p olíti­
de una excelente teoría política y
las que resultaban de coincidencias
cos, naturalmente.
de una experiencia internacional de
en la estimación d e lo que corres­
Para tranquilizar a los que te­
que los demás grupos políticos es­
pondía hacer, no puede haber com­
men que nos dejemos llevar por la
pañoles carecen. Es precisamente
promiso alguno que nos invalide pa­
decepción, o por una irritación de
esta especial capacitación lo que ha­
ra la crítica en cuanto esa coinci­
bajo estilo, y entremos en competen­
ce que su conducta actual nos parez­
dencia desaparece. Veníam os es­
cia de insultos y anticomunismo con
ca imperdonable. Y aquí estamos,
tando d e acuerdo en combatir a los
los especializados en esta tarea, d i­
dispuestos a dar nuestras razones y
capituladores, a los que ya dentro
remos que e l antecedente a que alu­
a estudiar las que se- nos opongan.
del G obierno G iral eran partida­
dimos (la solicitud reiterada en va­
Y ya que hemos iniciado e l te­ rias ocasiones de pareceres), nos con­
rios de la « flexibilidad » . ’ Estos
partidarios d e la « flexibilidad » , ma, queremos decir, no obstante cede una absoluta libertad polém ica.
con el Presidente d e la República nuestra penuria d e espacio, alguna Y nos hace abrigar la esperanza de
a la cabeza, después d e derribar a cosa más en relación con el pre­ que nuestras razones, con ayuda de
G iral han triunfado en toda la línea sente y con e l porvenir que nos es- los hechos, no van a ir a estrellarse
y encabezan e l nuevo G obierno. S e pena. T o d o en previsión de que contra un monolito. Porque la ver­
trata d el Gobierno L lop is, que tie­ surja una polém ica que algunos con­ dad es que ya en la emigración, y
ne un programa mucho más que sideran inevitable y para la que es­ después de ,1o que está pasando, la
« flexible » , y alrededor d e l cual tamos siempre dispuestos.
imagen del monolito aplicada a los
p id ió y obtuvo las colaboraciones
E s esta. E l P .C . ha solicitado
artidos resulta excesivamente amd e que goza. Entre las cuales figura en varias ocasiones la opinión d e las
iciosa. Aunque no neguemos que
la del P .C . que le entregó un minis­ gentes que están fuera de su organi­ conserva un cierto prestigio litera­
tro... y todo e l aparato d e agita­ zación, respecto d e una serie d e p o ­ rio entre los militantes más jóvenes
ción d e que el ¡Partido dispone. siciones políticas que dicho partido e inexpertos.
PARA HOY Y PARA MANANA
A
E
ESPAÑA COMBATIENTE CONMEMORA
El XVI ANIVERSARIO DE LA PROCLAMACION
DE LA REPUBLICA
t i (lia 20 de! corriente, en el local
de la Sociedad de Ingenieros Civiles
de Francia, se celebró en París un
mitin organizado por España Com­
batiente para conmemorar el XVI
aniversario de la proclamación de la
República Española.
El salón estaba completamente
ocupado por un público pertenecien­
te a todas las organizaciones y ‘par­
tidos políticos.
El acto fué presidido por el com­
pañero Gonzalez Peña, que en un
vibrante discurso expresó la signifi­
cación del mismo.
« Yo — dijo —, a pesar de la situa­
ción deplorable por que atraviesa la
política republicana, soy optimista,
porque tengo confianza en el pueblo
español, que es rebelde, y no se so­
mete a ninguna clase de esclavitud,
por lo cual se ha hecho digno de la
admiración del mundo entero.
A los diez días de estallar la suble­
vación ésta estaba vencida, Goded
caído en Barcelona, Fanjul en Ma­
drid, Mola no mandaba más que en
Burgos y Aranda 'habla quedado re­
ducido, por un puñado de valientes
asturianos, en un cuartel de Oviedo.
A la República no la asesinó Fran­
co, sino las Democracias del mundo.
El Comité de No Intervención nos
privó de toda defensa, mientras que
alemanes e italianos experimentaban
su material guerrero en España.
Al triunfar las democracias err los
países invadidos, volvieron a esta­
blecerse los regímenes que tenían
antes de la guerra. Pero con Espa­
ña no 'sucede igual, no obstante ser
el fascismo quien gobierna nuestro
país.
La idea del plebiscito no ha sa­
lido de las democracias, han sido
compatriotas nuestros quienes la han
sugerido. El plebiscito es hacer
una deslealtad a la República.
Debemos decir a todo e l .mundo
que somos los mismos que en el 34
ludíamos en Asturias y qué en el
36 combatimos por la libertad de
nuestro pueblo.
Los A «e tratan de entregar la Re­
pública tienen la avilantez de decir
que esa entrega que se fabrica es
un mal menor. Y esto se sostiene
por unos que se llaman republicanos,
pero que van a pelo porque han
abandonado ya el gorro frigio, y que
aceptan perder la República para
después reconquistarla. No será con
los pactistas con quienes se em ­
prenda esa reconquista, pues ya no
ofrecen garantías.
Se refiere a las informaciones que
vienen 'de España, y afirma que él
sólo cree en aquella C.N.T. que lu­
chó contra 'Martínez Anido, la de la
Semana Sangrienta, no en la que di­
cen está dispuesta a pactar con los
monárquicos,
Don Juan 111 quiere hacer una mo­
narquía a la inglesa, pero antes debe
hacer ingleses, porque yo soy espa­
ñol y nada envidio a los ingleses.
La monarquía española es el seño­
ritismo y el régimen feudal.
HernoB de declarar que España
quiere la República y que recbaza• mos todo pacto con los militares, que
tienen «n a historia de desastres.
Para «establecer la República en­
tiendo que los procedimientos diplo­
m áticos han fracasado.
Hay que
afrontar la lucha con todas sus con­
secuencias.
El fascismo sólo entiende la dia­
léctica de das armas. (Grandes aplau­
sos) .
Don Antonio Velao, ex ministro re­
publicano, afirma que habla en nom­
bre de España Combatiente.
« Nosotros los republicanos que
estamos en España Combatiente —
dice — nos mantenemos fieles al com­
promiso que hubimos de contraer
con el pueblo español de defender
sus libertades y luchar contra sus
enemigos, y declaramos que no que­
remos transación alguna y estamos
contra toda claudicación.
El derrocamiento de Franco sólo lo
pueden hacer los españoles. La (Re­
pública va a la deriva, y no se en­
cuentra en ei sitio digno en donde
■estaba cuando salió de España.
La traición que ahora se fragua y
que se gestó en España ha sembra­
do la confusión en las filas repu­
blicanas. En Méjico ya empezaron
las ranas a pedir rey. Un político
que se dice representante del pueblo
ha dividido a la emigración españo­
la en dos grupos. Los unos quieren
restalecer la República ; los otros,
una simulación democrática.
Yo — exclama —, cuando hablo
mal de los republicanos que huelen
a pactos, cuando les ataco, ataco al
fascismo.
Los que van a entregar la Repúbli­
ca quieren colaborar, incluso con los
arrepentidos, con los culpables de la
muerte de un millón de españoles,
con los que han arruinado a Espa­
ña. No creo en esos arrepenti­
mientos.
Franco es ei representante de un
sistema, y es con el sistema con el
que hay que acabar.
Vamos a luchar. El conjunto de
energías de los emigrados republica­
nos deba organizar el levantamiento
del pueblo español. El sector socia­
lista que lleva la política guberna­
mental ee e l sector de la claudica­
ción. Lo lamentable es, que dentro
de ese Gobierno hay inocentes repu­
blicanos que el día que estorben se­
rán tirados por la borda. Y compren­
deréis que el equipo ministerial que
padecemos no es el más a próposito
para liberar a España.
Esos republicanos a .que m e refie­
ro, para justificar su actitud dicen
que están en el Gobierno para cum­
plir un servicio de vigilancia y evi­
tar la e»trega de la República.
Yo sólo os diré que en un mitin ce­
lebrado no ha mucho en Toulouse,
un ministro del Gobierno Llopis he
explicado cómo se va a verificar la
entrega. Ese ministro sigue en el
Gobierno, y los « vigilantes » si­
guen vigilando. » (Risas.)
Termina diciendo que es el pue­
blo quien debe echar a Franco del
poder demostrando que existe, entre
nosotros un sentimiento arraigado
de democracia' y de fervor repu­
blicano.
E l compañero Angel Galarza co­
mienza haciendo historia de cómo
transcurrió la vida de la República
hasta el momento de la sublevación
franquista.
La República está hoy secuestra­
da, y por esto ha nacido España
Combatiente para cumplir el deber
de rescatarla y reinstalarla en Es­
paña.
No es verdad que la República nos
pillara desprevenidos.
Tuvo
una
larga gestación que comenzó a
principios del siglo XIX y siguió
con la dinastia borbónica, llena de
lac-ras, hasta que se firma el pacto
de San Sebastián. A aquella reu­
nión no convocamos a ningún mo­
nárquico porque no quisimos que
naciese un movimiento revoluciona­
rio con un sentido ambiguo.
Cuando llega
el
levantamiento
faccioso del 36 se nos habla de Fran­
co como autor de él, pero quien
creó el ambiente fueron los monár­
quicos, que pidieron ayuda a Musso­
lini. La Falange no era monárqui­
ca; son los manárquicos los que nu­
tren y colaboran con Falange.
Y si son ios monárquicos 'los que
vencen a la República, yo os digo
que no se puede establecer ningún
género de compromiso con los ver­
dugos del pueblo español.
No debemos sufrir ninguna desvia­
ción mental cuando hablamos del
plebiscito.
Lo
inventó
Indalecio
Prieto en una tertulia en La Habana.
Refiriéndose a las voces que vie­
nen de España, manifiesta que se
deben escuchar aquellas que sean las
auténticas, no las que tienen su ins­
piración en él exterior^ y que acon­
sejan terminar la resistencia para
dar paso a la monarquía.
Nosotros decimos qué cuando esas
« voces » nos lleguen, no las obede­
ceremos, porque son las órdenes de
la traición. (Aplausos.)
'Si el futuro 14 de Abril lo con­
memoramos en el exilio será porque
no hayamos cumplido con nuestro
deber.
Debemos preferir a ia ayuda de
los Gobiernos democráticos la- de
los pueblos, con el proletariado mun­
dial. Tenemos el derecho de pedir su
ayuda, esa ayuda que los Gobiernos
nos niegan.
'En el interior de Espafia se quiere
Juchar, p e ro 'n o como Quijotes sin
ayuda ni protección. En preciso lle­
var allí alientos y esperanzas.
En la acción contra Franco, los
de dentro tienen todos los derechos
.menos el de entregar ig República,
y los que estamos fuera de España,
él deber de unirnos para luchar por
la República dando incluso la vida,
si es. necesario. (Grandes aplausos.)
PARA “ EL SOCIALISTA ESPAÑOL,,
Lista
N" 16.
Francos
Suma anterior ,................. 67.181,50
Manuel Moreno .................
188
20
Juan Hernando .................
Miguel Sancho .................
100
Jaime Sitjar .....................
40
Agrupación Socialista de
Pirineos Orientales (En­
viado por Filomena Fer­
nand ino) .........................
940
Amelia de Blas ...............
108
Diego Cuenca ....................
50
Rodolfo García .................
50
José González ...................
.30
Moreno ..... ...............>........
50
Aurelio López ..................
50
Grupo Socialista de Chile
(10 dólares) ....................
1.178
Guillen d’Orista ................
100
Grupo Socialista del Aude.
500
Antonio A rilla ....................
50
Ovidio Alvarez .................
50
Chicharro de León ...........
50
Luciano Prieto ..................
50
Ramón Lamoneda .............
300
Patricio García .................
100
Emiliano Córdoba .............
40
Grupo Socialista de Casa­
blanca .............................
370
Carmelo Romero ..............
24
Federico Martínez ............
60'
Pedro Monzón ................... "
30
Pilar Rodríguez ...............
70
Amelia de Blas .................
20
Antonio Ulloa ....................
30
Bartolomé Barrios ..........
60
Joaquín Salvó ..................
30
Miguel Ballesteros ...........
30
José Holgado .....................
30
Miguel Navero ..................
30
Lucas'Blanco ....................
30
Antonio Navarrete ...........
30
Benito Gólnez ....................
30
Vicente Pérez ....................
80
Mercedes Beltrán .............
100
X ............................................
25
José Aguilar .....................
100
Francisco ............ , .............
25
Andrés Valenzuela ............
85
Tomás Martín ..................
25
Antonio Muñoz .. ...........
25
Posadas .............................
50
Sánchez Banda .................
10
Doctor Blasco ....................
154
‘ Total general ................. 72.718.50
París, 22 de abril de 1947. — El Ad­
ministrador : F. MARTIN GALAN.
Los giros deben ser dirigidos al
compañero Administrador, 7, rue
Ferdinand-Duval, Paris IV, indioando al dorso del boletín el destino que
debe darse a la cantidad girada.
LA PELIGROSA TENTACION DEL
_______ ANTICOMUNISMO________
p o r V ic e n te L a s c u r a in
¿Quién me compra un lio ? Lo
damos a precio aseado. Si no hay
compradores rogamos que alguien
nos lo explique; si en el intento
se vuelve iocq, le pagaremos el ma­
nicomio.
En Toulouse, en un Congreso
muy sonado por lo amañado y
por el aire que a todas horas se le
da, nos hicieron creer esos socia­
listas que ya hablan reintegrado
al Partido, al suyo, a las buenas
normas; democracia, disciplina,
soberanía de la masa,, órganos je­
rarquizados, etc., etc. (En el etcé­
tera no está el marxismo). Prim er
resultado : la Ejecutiva tolosana
acuerda que Llopis acepte el en­
cargo de formar Gobierno. La Mi­
noría Parlamentaria acuerda que
es la hora de liquidar el órgano
ejecutivo. Prim er aspecto del lio.
Porque a Llopis se le da el encar­
go por la presunción de que va a
tener la confianza parlamentaria,
y es su minoria la que comienza
por no poder dársela. Esa Mino­
ría hace más ; su representanle
en la Diputación Permanente, eñ
la primera reunión que se celebra,
declara que « el Gobierno Llopis
es un medio Gobierno », es decir,
que esc Gobierno para los suyos
es un « fenómeno »..., y para nos­
otros también.
El lio sigue. La sucursal de su
partido en México, que es donde
está la verdadera tía Javiera, la
que suena la bolsa y hace las ros­
quillas, se comunica directamen­
te con la Ejecutiva de Madrid y sus
alrededores- Y lo hace para decirle,
oficialmente,'que así como el Go­
bierno Giral fracasó por no-ser ap­
to para resolver nuestro proble­
ma, el Gobierno Llopis tampoco
sirve para resolverlo. Llopis sabe
esto y se calla. ¡ Todo menos d im i­
tir o tratar de somefer o los des­
mandados! La Ejecutiva tolosana
mete la cabeza debajo del ala, no
les fallan alas a los pingüinos, y
no se da por enterada. Quien dió
la confianza a Llopis, por aquello
de lo presunto, cuando esto ha
sido sustituido por la incontrover­
tible realidad de la desconfianza,
tampoco quiere enterarse. ¿Cabe
mayor lío? Venga el que sea capaz
de explicarlo.
*
Una pregunta ingenua : ¿Estuvo
en la recepción diplomática del
día 14 el representante oficioso de
Inglaterra? Nos referimos al del
contacto bevinesco. A no ser que
Bevin se refierera a esos contactos
que hacen mortal la silla eléctrica,
en la que sólo se sienta a los ajus­
ticiados.
*
comunista ,al Gobierno que preside
L a incorporación de un ministro
el señor R od olfo Llopis, es, sin duda alguna, el hecho más extraño de
los muchos que pueden apreciarse en la constitución de un Gobierno que
tanto empeño tiene en demostrar que es igual que el anterior, sin duda
para ocultar todo lo que se propone ser diferente.
Dicha incorporación ha suscitado un particular encono entre perso­
nas que se han significado por su mayor comprensión hacia el Partido
Comunista cuando éste era blanco de todos los ataques desatados por losmismos que hoy, por su cuenta y razón, les extienden, amorosos, sus
brazos.
Considero peligroso que este encono llegue a transformarse en un
sentimiento anticomunista militante-, por mucho que el anticomunismo
sea, a la vista de los acontecimientos, una peligrosa tentación. S i exami­
namos las facciones o sectores que más se han distinguido por su pasión
contra el P .C ., veremos que su actitud nació al contemplar las volteretas
de quienes creían sus aliados, en el resbaloso terreno de la dialéctica mar­
xista. ‘E l grupo socialista del que, desaparecido 'Largo Caballero, parece
el señor R o d o lfo Llop is su líder fué, en la historia del 'Partido, el que
más cerca estuvo de lograr la 'fusión de los grupos marxistas y más tarde
ninguno le ha ganado en el uso de la artillería gruesa en el terreno de
la disputa política. E l mismo grupo que tiene como mentor a don Indale­
cio Prieto encuentra razón de su divergencia no en motivos ideológicos,
sino en el escozor de heridas no cicatrizadas que abrió la versatilidad de
los comunistas.
E l Partido Comunista pretende pasearse por el campo de la polí­
tica española como un don Juan, destrozando corazones de doncellas sor­
prendidas. Los gritos de histeria de las engañadas mueven siempre a risa.
N o tenemos por qué sumar al coro de lloronas nuestros dicterios. Cons­
cientes de una trayectoria límpida, ni renegamos de la amistad pasada,
ni nos acongoja el alejamiento actual. A l fin y al cabo el castigo d e los
don Juanes, de acuerdo con la literatura clásica, es verse privados de la
amistad, cuando más lo necesitan o irse arrastrando poco a poco a soli­
citar la mano de los mismos a quienes negaron.
Ningún Partido como el Comunista, pese a su aparente unidad or­
gánica, atraviesa por mayor crisis. Sus dirigentes, en la emigración han
sido torpes y contumaces en el error; en esta .etapa final lo sacrifican
todo al temor de quedarse solos, con la historia no muy halagüeña por
cierto de sus devaneos.
Sin embargo, el anticomunismo ha sido, en manos de enemigos que
no lo eran específicamente de los comunistas, la sucia bandera de la re­
presión. Con el nombre de comunista, que la propaganda totalitaria
adornaba con características infamantes, han caído personas que nada
tenían que ver con el P .C . Queramos o no, con tal nombre hemos sido
designados todos los republicanos españoles. Dle esa historia en la que el
nombre de « rojos » y « comunistas » hermanaba a todos los que par­
ticipamos en una lucha noble, somos guardianes celosos, vigilantes.
D e las pequeñas historietas que escriben los ambiciosos de colo­
carse y los temerosos de la soledad que ellos mismos labraran, respondan
quienes las editan. Nuestra casa sigue tan grande y tan limpia : la mar­
cha de unos inquilinos, huéspedes ocasionales siempre tratados con la
corrección y camaradería que debe ser norma nuestra, nos deja más
espacio para futuros planes. Eso es todo. Con- comunistas o sin ellos a
nuestro lado, con los que se marcharon para dejar lugar para los nuevos
que llegan, lo importante es que tenemos una bandera y un programa
que resiste a todos los embates. Conque, sin rencor,, ¡buen v ia je !
EL PARLAMENTO REPUBLICANO
ESPAÑOL, RECONOCIDO POR LA
UNION INTERPARLAMENTARIA
LIRA P O P U L A R
No lo creemos, no queremos
créelo. Un corresponsal anónimo
nos dice — para que rabiemos —
que el Sr. Llopis estuvo en Londres
trabajando un empréstito de dos
millones de libras para el Gobier­
no español. Repetimos que no lo
creemos, a pesar de que el emprés­
tito se ha concedido al Gobierno...
de Franco.
*
au 4,
El presidente de las Cortes de la ESPAÑA COMBATIENTE.
República Española, Sr. Fernández
Clérigo, ha recibido una comunica­
Movimiento independiente
ción de la Unión Interparlamentaria
es España Combatiente,
anunciándole que el Congreso que aca­
donde estará comprendido,
ba de celebrarse en E l Cffiro ha re­
uparle de su partido,
conocido, por gran mayoría, que
lodo español resistente.
« la Representación de las Cortes de
la República Española — única ex­
Nacido del sentimiento
presión democrática de ia voluntad
que produjo el desconcierto
del pueblo español — debe continuar
de ver la opinión burlada
formando parte de la Unión
y la traición disfrazada
En consecuencia, el Grupo de Di­
por un vil procedimiento,
Hay cargos que imprimen carác­
putados españoles adheridos a dicha
aparece a la luz pública
organización internacional continua­
ter. Sobre todo el primero que se
a defender la República
rá reuniéndose al lado de las re­
ha desempeñado, cuando meaos
presentaciones parlamentarias de los
que malos republicanos,
se esperaba. Así, quien al ser m i­
demás países democráticos.
olvidando a sus hermanos„
nistro por la primera vez lo jué
El Sr. Fernández Clérigo ha expre­
la entregan de forma impúdica.
de Comunicaciones, tiene la ma­
sado la satisfacción del Parlamento
Derrocar el falangismo
nía de comunicarse con todo el
español por este reconocimiento y
ayudando al monarquismo
mundo, con los republicanos y con
su gratitud hacia' todas las delega-nadie habrá que lo digiera,
clones que han contribuido a esta
los « estados de opinión », que es
confirmación, particularmente a los
pues con distinta bandera
como el pudor llama ahora a mo­
diputados franceses y checoslovacos,
llegaremos a lo mismo.
nárquicos, falangistas y militares
han sostenido los derechos leDe otras naciones la ayuda
que, hartos de asesinar republica­ ' que
gítimos de la última y auténtica ex­
aceptaremos sin ¡duda,
nos, al consancio lo califican arre­
presión de la voluntad popular de
pero no condicionad a,
pentimiento.
España.
sino desinteresada,
además de concienzuda.
Para no desfallecer,
E L A L H IG U I
debemos reverdecer,
o recordar, esta frase
que nos servirá de base :
« El resistir es vencer. »
Y otras frases muy sencillas
que a muchos harán cosquillas,
mas sostendrán nuestra fe :
u Más vale m orir de pie
que la vida de rod'llas. »
EL TERROR
Los descendientes de A tilc
han invadido m i España,
gente de mala calaña
que cadáveres apila.
Los hombres puestos en fila
esperan, como la caña,
ser segados con guadaña
que negra sangre destila.
El terror es el que impera
en toda la tierra hispana,
cuyo pueblo desespera.
Pero la semilla grana,
y aunque Franco no lo quiera,
España es republicana.
T e c o n o z c o , b a c a la o , a u n q u e v e n g a s « d is fr a z a o * .
L bón-Cito.
Correspondencia de R edacción,
a Ramón Lamoneda,
24, aocnue Victoria, Paris (l*r)
---------
EL
M uertes en el destierro ----------
MANUEL CORDERO
Entre las bajas de militantes des­
tacado» que lleva sufridas él P ar­
tido Socialista Obrero Español —
bastante* para cubrir muchas y bri­
llantes páginas de la historia de Es• paña — figura la de Manuel Cor>. déro, que hace seis años falleció
en Buenos A ires, abatido por do­
lencia contraída en un azaroso y
trágico peregrinar de exilado p o lí­
tico.
SOCIALISTA
ESPAÑOL
los asalariados tenían una discipli­
na y una voluntad; que era peligro­
so, además de injusto, gobernar
contra ellos o simplemente aj mar­
gen de ellos. L o s burgueses, incluso
los más pacíficos y de sentimiento
liberal, se indignaban ante el paro
casi total de las actividades del tra­
bajo en esa fecha. Sin disimular su
alarma se preguntaban a dónde iba a
parar la sociedad, cuando se perm i­
tía que la voluntad concertada de
unos cuantos paralizase los transpor­
tes urbanos, la elaboración del pan,
las ventas en mercados y comercios.
Su indignación era mayor porque
intuían que esos actos eran e l resul­
tado, de una fuerza consciente que
se proponía transformar el estado
político-social de que ellos venían
disfrutando.
M anuel Cordero pertenecía a
una categoría de dirigentes surgidos
del movimiento obrero a la que, sin
lesión para nadie, nos permitimos
atribuir la solidez y el prestigio del
Aunque e l derecho d e manifesta­
ción estaba en las leyes, y aunque
socialismo español, que sin querer
atzibuirse características nacionales
ios organizadores se ajustaban a los
incompatibles con su internaciona­
requisitos previstos en ellas, los go­
biernos tampoco’ disimulaban su eno­
lismo, ha logrado mantenerse dentro
del espíritu de lucha que informó su nacimiento como Sección de la jo por el ejercicio de esa facultad
Internacional, Sección, al fin, la más combativa contra la reacción por las clases trabajadoras. Pos ello
y el nazifascismo. Cordero sintió y sirvió a los ideales socialistas desde le ponían caprichosas limitaciones
su juventud hasta su muerte desde las filas de la U . G . T . y del P arti­ para dar la sensación de que a pesar
do, en cuyas direcciones mereció y supo honrar cargos de plena con­ dé todo la autoridad continuaba en
fianza. Cuando se le otorgó la representación en Jas Constituyentes, tra­ sus manos-. Se señalaban, con im­
bajó con todo fervor y sufrió como nadie los ataques de los enemigos de perio, los trayectos a recorrer, que
la República, enemigos de derecha y de izquierda, sin que por e llo se cada año se procuraba reducir y
entibiara su fe. Durante la guerra de España, su dedicación al Partido,
apartar del centro de la urbe; exi­
lejos d e vanidades y de apetencias, fue ejemplar, de lealtad insuperable
gían una disolución, casi militar, en
y d e esfuerzo silencioso y fecundo. Estuvo siempre en el puesto que el
el punto designado como final; allí
Partido le asignó, sin temor al riesgo personal, y cuidó con celo inigua­ habían de plegarse las banderas y
desaparecer las- « pancartas » . Bas­
lado hacer compatible el interés del Partido con la necesidad de que
no se rompiera la unidad de los combatientes españoles. L a política taba cualquier liviana infracción a
seguida por el Partido Socialista durante la guerra y en el exilio, ruda­ estas caprichosas disposiciones para
mente opuesta a caudillismos y a rencores mezquinos, tuvo en él un que la fuerza pública recordase, con
vocero y un defensor intransigente. L a actividad del socialismo español su intervención violenta, que el P o ­
ante Ja, 1 . 0 .S. la condujo con especial discreción y acierto, tanto, que der estaba dispuesto a enfrentarse
el discurso de responsabilidad en la última y lamentable sesión de la con la fuerza de las masas.
Internacional lo pronunció él, dolido y asombrado de que la voz del
T od as esas pequeñeces, que d e­
socialismo internacional enmudeciera cuando comenzaba la guerra dq mostraban el rencor resentido de las
más amplio alcance que registra la Historia. A s í se explica que, al morir clases dominantes, no han sérvido
Cordero, e l gran Á d le r , que con él había luchado por sacar a la para impedir que el mundo continúe
I.O .S . de una inacción suicida, formulara así el pésam e:
. su progreso y tranformación. N i lo
Durante el periodo herolGO y trágico del pueblo español admiré han logrado esas nimiedades, ni tam­
siempre su juicio lleno de comprensión y de responsabilidad. Era
altamente estimado por toda la Ejecutiva de la I.O.-S., y personal­ poco los criminales movimientos ca­
mente me complacía, que no dejaba jamás de estar con Otto Bauer pitalistas que se han llamado fas­
y otros entre los que representaban las ideas del marxismo y los
cismo y nacional-socialismo; ni ló
» sentimientos de la verdadera solidaridad internacional.
Cordero creía que los males d el Socialicm o -—■ la crisis dél S ocia­ obtendrá el hermano menor de esos
lismo — se cutan volviendo al Socialism o, tornando a los principios que crímenes, que se llama falangismo
la política de compromiso había ido desdibujando o adulterando. Por español. E l Poder ha dejado de ser
el privilegio de una clase; el prole­
eso se vuelve contra la idea de un repliegue nacional diciendo :
Si consideramos que aun es flojo el sentimiento de solidari­ tariado, a través de sus partidos p o ­
dad internacional, nuestro deber de socialistas es trabajar por for­ líticos, ha irrumpido en los puestos
talecerlo y aumentarlo, y no contribuir a debilitarlo con una crí­
tica demagógica, irreflexiva, que está al alcance de cualquier me­ de mando; y las fuerzas sindicales
diocre inteligencia.
participan destacadamente en la d i­
Cuando estalla la guerra mundial, pese a los sufrimientos y con­ rección d e la economía.
trariedades de la nuestra, enconados en la emigración con pleitos perso-.
T o d a vía , la clase capitalista a e x ­
nalistas ; pese también a su fama de hombre propicio al abatimiento,
tinguir, pero no extinguida, se re­
Cordero se muestra más esperanzado que nunca en e'1 triunfo de las dem o­
vuelve, con cuantos medios maneja,
cracias, de cuya victoria espera — d ice — < « el triunfo de nuestros idea­ contra este fenómeno inevitable.
les en la tierra en que hemos nacido, cuya redención añoramos con vehe­ Confundiendo sus antiguos p rivile­
mente anhelo y legítimo afán » . En esta confianza le sorprende, cerca gios con e l bienestar general, afir­
de su patria y cerca de su deber, la invasión nazi, y tiene que embarcar ma que caminamos al desastre y que
para Am érica, en travesía peligrosa y dramática que va minando su e llo es natural porque el proleta­
salud, pero no su espíritu, enterizo y firme. Cuando, retenido en Casa­ riado, al que considera como un
blanca, sin esperanzas de salida y con la amenaza d e extradición cer­ intruso, no está capacitado pa­
cana, le invitan a suscribir súplicas aduladoras y le sugieren claudica­ ra las funciones de gobierno. L a
ciones, Cordero contesta :
verdad es que esta incapacidad no
Basta de farsas, de transigencias con los genios o con el mal
genio, con la soberbia y con la indisciplina. No tengo ' por qué existe. Precisamente el sindicato
transigir con nada. Y si ello me costara no salir de aqui, y es una magnífica escuela que destaca
basta caer en manos del enemigo, no importa.
a los hombres dotados de espíritu
Con tiempo de burlar la petición d e extradición reembarca y llega,
organizador, les dota de un concepto
maltrecho ya, a Buenos A ires, donde se presenta al Partido Socialista democrático de la autoridad y les
Argentino con un artículo autobiográfico lleno de sencilla bélleza y de adiestra en él ejercicio del mando,
una gran emoción en que se advierte su dolor de ausencia d e la patria,
mejor que lo hacen las universida­
de ausencia de M adrid. Ese dolor es e l que le hace escribir, para con­ des, coto cultural de una clase.
suelo suyo en primer término :
Por todo esto el I o de M á y o
Acaso no hayamos estado jamás tan cerca de nuestra Espa­
ña, de la que hemos soñado y por la que hemos trabajado durante no es una fecha muerta, ni su c e ­
nuestra vida.
lebración tiene paridad con un fu­
En las columnas de E l Socialista Español no puede faltar un re­ neral. E s el recuerdo de un punto
cuerdo cariñoso para M anuel Cordero, hombre leal, fiel a sí mismo,
de partida, de un camino recorrido,
incapaz de doblez ni de mezquindad.
de unas metas alcanzadas y d e una
cierta promesa de triunfo en « la
lucha final » .
Q u e en e l año d e 1946 desfilen,
bien empuñadas, las banderas prole­
tarias por las calles de las urbes es­
pañolas; todas enlazadas, unidas, y
tras ellas todos los trabajadores es­
pañoles fuertemente unidos en un
manos d e la clase capitalista o de solo pensamiento, en el de la vic­
toria de una sociedad sin clases.
los políticos d e ella.
L a conmemoración del Primero
de M a y o , con sus manifestaciones
INSIGNIAS DEL PARTIDO
de masas fué en España, durante
Los Comités Departamentales y los
muchos años, la indicación plástica delegados pueden adquirir, para nueaque una fuerza numérica y social tros afiliados, Insignias del Partido,
hacía a Jos que gobernaban, para d e ­ al precio de oinouenta francos. Pe­
didos, acompañados de su importe,
mostrarles que e! pueblo trabajador diríjanse a Martin Galán, 7, rue
había dejado de ser un rebaño; que
Ferdinand-Duval, Paris, IV.
DEL AYER AL MAÑANA
_______________ p or A n gel G A L A R Z A ____
L a época heroica del movimiento
obrero ha sido clausurada por lós
acontecimientos. Esto no quiere d e ­
cir que e l proletariado no tenga
que adoptar, en determinados mo­
mentos del futuro, actitudes que exi­
girán heroísmo, sacrificios y un d e ­
cidido ánimo de combate. Entien­
do por época heroica aquella en
que todo el Poder estaba en las
Correspondencia administrativa y
giros, a Feliciano M artin Galán,
7, rue Ferdinand D u ca l, P a r is -IV e
LA
Abandonada
NINA
por
aua
p a d r e a ...
M ANIFIESTO DE L A F. S. M.
¡AYUDAD A LOS
PUEBLOS OPRIMIDOS !
Con ocasión del Primero Mayo de
1947, Jornada Internacional del Tra­
bajo, la Federación Sindical Mun­
dial dirige urja proclama a todos los
trabajadores
y
trabajadoras
del
mundo. •
Fundada inmediatamente después
de la gran victoria lograda por los
países amantes de la paz y de la jus­
ticia social, al final de una lucha
dura y larga. contra el fascismo y el
nazismo agresores, la Federación
Sindical Mundial abarca actualmen­
te a la inmensa mayoría de los tra­
bajadores manuales e intelectuales
del inundo entero sindicalmente or­
ganizados. .Los trabajadores
han
aportado una amplia contribución al
esfuerzo de los países democráticos
para alcanzar la victoria. Se han
unido én una .potente organización
sindical para obrar juntos en el es­
tablecimiento y conservación de la
paz y en la instauración de los prin­
cipios democráticos en todos los paí­
ses, a fln de garantizar el bien­
estar de las masas laboriosas.
Los trabajadores saben que sólo
en la paz podrán alcanzar los fines
nobles y humanos que se propone
realizar la F.S.M, en interés de las
masas populares.
Pronto habrán transcurrido dos
años desde el fln de las hostilidades,
y el mundo no conoce aún sino una
paz precaria.
La solidaridad de los pueblos de
las Naciones Unidas, manifestada en
la lucha contra el enemigo común,
es lo que ha asegurado la victoria
en los campos de batalla. La co­
operación continua y las relaciones
amistosas entre los pueblos de las
Nacionas Unidas, así como la uni­
dad indestructible de sus gobiernos,
constituyen la única garantía de una
paz estable y duradera.
Pero ¿por qué la obra de paz es di­
fícil y, a veces, se halla comprome­
tida?
Es porque las fuerzas de la reac­
ción, Vinculada a los medios de los
negocios y de los monopolios capi­
talistas, tienen las responsabilidad
de la perturbación actual de los es­
píritus y de la inquietud que se ma­
nifiesta.
Esos medios capitalistas y de hom­
bres de negocios, guiados únicamen­
te pop ávidos intereses .de benefi­
cios, despliegan todos sus esfuerzos
para sembrar la discordia entre los
países e impedir la solución pacífica
de los problemas planteados para la
reconstrucción del mundo. Las fuer­
zas reaccionarias Internacionales se
unen, intentan crear bloques decla­
rados o disimulados, cuyas actua­
ciones pueden colocar al mundo ante
nuevas persecctivas de conflagración
con riesgo de encender una nueva
guerra.
Para llegar a satisfacer sus culpa­
bles y egoístas designios, los medios
reaccionarios y sus representantes se
proponen debilitar las fuerzas dé la
democracia y, ante todo, privar a
los" trabajadores de sus derechos y
de sus libertades más elementales,
más sagrados. En cierto número de
países son prohibidas y disueltas
las organizaciones sindicales libres.
Por su actividad sindical, los diri­
gentes y militantes sindicalistas son
lanzados a las cárceles y torturados,
pagando a veces con su vida su fide­
lidad a su noble Ideal. Son numero­
sos los ejemplos de huelgas cruel­
mente reprimidas por los gobiernos.
Esas huelgas son provocadas por las
penosas condiciones dq vida en que
se ha colocado a los trabajadores.
Las reformas reclamadas por los sin­
dicatos en relación con las condicio­
nes de trabajo y de salario, el esta­
blecimiento de un nivel de vida más
elevado, el control de los precios y la
distribución de los productos y de
los artículos de primera necesidad
no son siempre Incluidas en los pro­
gramas legislativos y administrati­
vos de muchos países. En contra se
introducen leyes antiobreras y antisindicalistas y la diferencia racial
continúa indignando a la opinión de­
mocrática.
Pero a pesar de estas situaciones in­
quietantes el movimiento sindical In­
ternacional, conducido por ta F.S.M.,
progresa y se fortalece a través del
mundo.
Los sindicales han conquistado
una influencia y un lugar de primer
plano en la vida económica, social y
política de numerosos país. En algu­
nos de ellos, las centrales sindicales
han sabido realizar una gran parte
de las reivindicaciones contenidas
en la declaración de la Conferencia
Sindical de Londres (febrero 1945;,
aunque la primera preocupación de
lus trabajadores haya sido recons­
truir lo que la guerra y la bar­
barie hitleriana han destrufdo.
La influencia y el papel de la
F.S.M. se han acrecentado a pesar
de los obstáculos que ha tenido que
vencer y de los ataques de que es
objeto. Todo esto porque los traba­
jadores de todos los países saben que
te F.S.M. es, ante todo, un organis­
mo de unión fraternal entre ellos.
La F.S.M. continuará defendiendo
la causa de Ja unión contra la dis­
cordia y la división entre lo* tra­
bajadores. En la O.N.U.. la F.S.M.
ha intervenido para hallar las con­
diciones de la estabilidación de la
paz y de la defensa de los intereses
de las amplias masas populares en
una cooperación económica y social
continua.
Con ocasión del Prim ero de Mayo.
Jornada Internacional del Trabajo,
la F.S.M. exhorta a todas sus orga­
nizaciones afiliadas a lanzarse con
todas sus fuerzas en la lucha contra
la reacción a fln de garantizar la
total defensa de los intereses y de
ios derechos legítimos de los traba­
jadores.
iTrabajadores de todos los países,
defended vuestros derechos sindi­
cales!
Beivindicad :
— El fin de la explotación y de la di­
ferenciación social y económica
en todas sus formas por razones
de raza, de religión o de sexo.
— El « salario igual a trabajo igual ».
para las müjeres y los Jóvenes.
— La aplicación del pleno empleo y
la fijación de salarlos que garan­
ticen a los trabapadores el nivel
de vida Indispensable.
— Las vacaciones anuales retribui­
das.
— Las libertad de palabra, de reu­
nión, de prensa y de organiza­
ción.
— La extirpación del fascismo en
cualquier forma que se mani­
fieste.
— La desnaziflcación real de Alema­
nia.
Ayudad con todas vuestras fuer­
zas a los pueblos español y griego,
asi como a los demás pueblos opri­
midos, en lucha por la conquista de
sus derechos democráticos y sindi­
cales.
Trabajadores del mundo, con vues­
tra ayuda y vuestra acción organi­
zada aseguraréis la victoria final so­
bre el fascismo y os opondréis a la
realización de los designios crim i­
nales de la reacción Internacional.
Con ocasión del Prim ero de Mayo
de 1947, la Federación Sindical Mun­
dial exhorta a todos los trabajadores
que se hallan todavía fuera de sus
filas a unir sus esfuerzos a los de sus
71 millones de miembros en la lu­
cha en favor de la Democracia y de
la Paz.
¡Viva la unión de los trabajadores
del mundo entero!
[Viva la Federación Sindical Mun­
dial!