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EL DÍA, sábado, 23 de julio de 2016
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HACE 446 AÑOS el pirata
Jacques de Sores perpetraba en La
Palma la matanza de los llamados
mártires de Tazacorte. 6/7
del domingo
revista semanal de EL DÍA
La capitulación de la derrota inglesa
en Santa Cruz de Tenerife (y II)
Texto: Juan Carlos Cardell Cristellys
Pedro Ontoria Oquillas
E
l 22 de agosto, el ministro
de la Guerra, Sr. Álvarez, una
vez leído el Parte Corto, envía un oficio en el que le pide
explicaciones al general
Gutiérrez por las circunstancias que le
movieron a capitular con los enemigos en la forma que lo hizo y a no embarazar o perseguir a las tropas en su reembarco: “Asimismo espera S. M. que V.
E. embíe, como ofrece, en primera
ocasión noticia más circunstanciada del
referido favorable suceso, con expresión
de las circunstancias que le hayan
movido a capitular con los comandantes ingleses el no embarazar o perseguir
a sus tropas en el reembarco”.
El 23 de agosto, Joaquín Vargas viaja
desde Safí de incógnito atravesando en
una caravana el desierto, llevando entre
sus ropas los pliegos del Parte Largo,
según las indicaciones enviadas por Bartolomé Padrón, tío del cónsul español
en Marruecos, desde Mazagan.
El 1 de septiembre llega a la ciudad
de Tánger, con los pliegos a salvo. Lo
sabemos según la carta enviada por Bartolomé Padrón a su sobrino el cónsul
español Sebastián Padrón. Suponemos
que de Tánger el subteniente Vargas
lograría salir en algún navío hacia algún
puerto peninsular, pero desconocemos
cómo llegó a la Corte.
El 12 de septiembre el subteniente
ya había llegado a la Corte y ese mismo día el cónsul español proporcionaba
el pasaje desde Safí a Santa Cruz de Tenerife al capitán de la goleta El Apóstol
Santiago, Santiago Araujo, junto con
siete marineros, para viajar en el bergantín genovés Los 2 Hermanos, siendo
su capitán Antonio Vasallo, o Basallo.
Quedaban en el puerto de Safí cuatro
marineros que embarcarían para España en la primera ocasión(23).
El 21 de septiembre atraca ya de noche
en el puerto de Santa Cruz el bergantín Los 2 Hermanos, presentándose el
capitán Santiago Araujo y parte de la
tripulación al general Gutiérrez. Le cuentan lo sucedido y le entregan la lista
de los marineros que quedaron en Safí
(24).
El 8 de octubre es contestado el 2º
Parte de la Victoria por carta del
ministro de la Guerra, Juan Manuel Álvarez, desde San Lorenzo del Escorial, dirigida al general Gutiérrez, comentan-
do la información.
El 14 de octubre, el llamado
Príncipe de la Paz, Manuel Godoy, contesta al pliego que contenía las tres cartas u oficios,
escritas por el general Antonio
Gutiérrez con fecha 3 de agosto
de 1797(25) llevadas por el
subteniente de Correos.
En su primera carta u oficio,
el Antonio Gutiérrez le relataba
la acción contra los ingleses,
cómo se defendió la plaza, sus
hechos, y relaciona los muertos y los heridos que hubo(26).
En la segunda, el general Gutiérrez dice: “Tanto celo y actividad, con que ha desempeñado
sus obligaciones el Ciudadano
Faust, teniente de navío de la
Armada Militar de la República
Francesa, en el servicio de
guarnición que ha hecho desde
su arribada a estas islas, como
el valor y pericia que acreditó
en el combate del día 25 de julio,
merecen que yo haga a V. E. una
honorífica mención de sus
méritos, sin omitir que los 73
republicanos que tuvo a sus órdenes aquel día llenaron también
sus deberes: lo que espero hará V. E. presente a S.M. si lo estimare oportuno” (27).
Y en el tercer oficio el general Gutiérrez proponía un ascenso masivo, casi
generalizado, de los oficiales que intervinieron en la defensa del Lugar(28).
La contestación de Godoy es el siguiente trasunto: “El subteniente de
Correos Joaquín de Vargas Machuca me
ha entregado tres cartas de V.E. fechadas en 3 de agosto, y además la que contenía la noticia que era él conductor de
aquellas.
Con la primera, me refiere V. E. con
toda extensión lo ocurrido con los
ingleses que fueron a atacar esa isla, y
manera en que se les rechazó con todo
honor y gloria para las armas del Rey.
He enterado de ello a S.M., quien se ha
mostrado muy satisfecho de lo ocurrido,
y de las disposiciones de V.E. en todas
las acciones.
Con la segunda, me manifiesta V. E.
lo bien que el ciudadano Faust, teniente
de navío de la Armada de la República
Francesa, que los 73 ciudadanos de ella,
desempeñaron sus obligaciones, el rey
quiere que en su nombre dé V. E. gracias por su celo al referido Faust, añadiéndole que con esta fecha escribo de
orden de S.M. al Directorio Ejecutivo manifestándole su reconocimiento.
Carta del
contralmirante
Nelson al general
Gutiérrez, firmada
con la mano
izquierda.
En la tercera y última me dice V. E.
la promoción que cree debe hacerse de
los oficiales que sirvieron bajo sus
órdenes en la Acción, encomendaba al
propio tiempo a sus dos sobrinos Francisco y Pedro Gutiérrez, por el Ministerio
de la Guerra se comunicará a V.E. la resolución del Rey sobre estos puntos, y por
mi parte aseguro que concurriré muy
gustoso para el mérito de estos buenos
servicios quede premiado.
Le aviso a V.E. todo en respuesta a
sus citadas cartas y ruego a Dios
guarde su vida muchos años. San
Lorenzo del Escorial 14 de octubre de
1797”(29).
El 20 de octubre, el general Gutiérrez contesta a la carta del 22 de agosto
de 1797 que le envió el ministro Álvarez en la que se le pedía las explicaciones de por qué capituló y no hizo
prisioneros a los ingleses y les dejó
embarcar: “Exmo. Señor:
Con mucha satisfacción mía he
enterado á esta Guarnición de que
haviendo V.E. hecho presente al Rey,
el contenido de mi oficio de 25 de Julio
último en que le participé lo ocurrido
con motivo del desembarco que hicieron aquí las tropas Inglesas protegidas
de una Esquadra de la misma Nación,
el vigoroso ataque que de resultas sos-
tubieron las nuestras, y la conseqte. victoria que ganaron
estas, obligando a las otras á
reembarcarse con muy considerable pérdida y enteramente
malogrados todos los obgetos de
su expedición: lo oyó S.M. con
complacencia siendo su Rl.
voluntad me lo manifestara
V.E. así en su Rl. nombre como
a los Xefes, oficiales, Tropa y
demás que hayan concurrido á
rechazar al Enemigo; esperando no menos que en adelante
continuarán si ocurriese dando
nuevas pruebas del zelo y honor
que los anima; y como con
fha. del 3 de Agosto he pasado
á manos de V.E. la noticia más
circunstanciada que S.M. esperaba, del referido favorable
suceso: Solo resta, para quedar
cumplido todo lo que V.E. de su
Rl. orden me previene en la de
22 del mismo Agosto, que yo
exprese demás circunstans. qe.
me hayan movido á capitular
con los comandantes Ingleses el
no embarazar o perseguir a sus
Tropas en el reembarco.
Para enterar a V.E. fundamentalmte. de los motivos que concurrieron, o me impelieron á combenir en
la última capitulación que propusieron
los Ingleses, es necesario correr el velo
á algunas circunsts. de que con cuidado
me havía desentendido así por el perjuicio que podía resultar de qe. interceptado el Pliego llegasen á noticia de
nuestros Enemigos como pr. parecerme que en la relación de una victoria
semejante, ni me correspondía tratar
de realzarla explicando los cortos
medios con que se havía alcanzado, ni
hacer particular mención de aquella parte
de la Tropa que por inexperiencia y sorpresa se havía separado de su dever,
y que en mi concepto desea con ansia
ocasión en que acreditarse digna compañera de la vencedora; pero ya en virtud de lo que de Rl. orden me previene
V.E. no puedo menos de manifestarle
qe. prescindiendo de no haver aquí
armamto. que entregar al Paisanage y
del mal estado en que se halla el qe. existe
en poder de la Tropa, según anteriormte.
he hecho presente; las Tropas que yo
tenía á mis órdenes pª. contrarestar las
fuerzas Inglesas, a excepción del Baton.
de Infantª. de Cans. reducido a un corto
numº. de hombres, eran todas compuestas de una milicia llena de zelo y
de buen deseo, pero que inexperta y sin
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conocimiento
del arte de la
Guerra, se dexó
sorprender por
una voz esparcida con suma
rapidez y cuio
origen no he
podido averiguar, mediante
la qual se aseguraba que yo
havia
sido
muerto, y que
ya todo estaba
perdido sin
recurso, pues la
Plaza iva a rendirse; de suerte
que sobrecogida
y dexandose llevar de esta idea
se dispersó en
forma de no
poder ser reunida con la
prontitud que
el lance exigía;
siéndome esto
tanto más sensible quanto
maior fue el
valor y constancia qe. acreditó la parte de
la misma Milicia que se
hallava agregada al Baton.
de Cans. y algunas pequeñas partidas
sueltas de ella que también quedaron
desempeñando su obligación; de cuias
resultas expedí y mandé publicar provisionalmte. el vando de que incluio copia.
Las Baterías que sin flanquearse ocupan una extensión de cerca de tres quartos de Legua, se hallavan servidas por
una corta Dotación de Gente cansada
con tres días de continua fatiga y riesgo,
sin haver con quien reemplazarla; y
tenían a la vista una Esquadra mas que
suficiente pª. proteger entonces el
nuevo desembarco de tropas que intentaron los Enemigos, y que indubitablemte.
hubieran buelto á emprender apenas
recomenzado el combate.
En este estado de cosas, Sor. Exmo.,
trataron ultimte. los Ingleses de capitular conmigo, teniendo ellos dentro de
la Plaza 800 hombres disciplinados y
perfectamte. bien armados, reunidos
en un punto Dominante, donde no podía
ofendérseles sin incluir en su ruina á
todos los Prisioneros ntros. que con los
Religiosos del mismo Convento de
Santo Domingo tenían en su poder, sin
hacer un Sacrificio inútil de la vida de
sábado, 23 de julio de 2016, EL DÍA
Minuta por la que
se da acuse de
recibo de las causas
de la Capitulación de
las tropas inglesas. A
la derecha, soldado
uniformado del
Batallón de Infantería
de Canarias.
Notas
(23) Biblioteca Municipal. Santa Cruz de Tenerife. Fondo
Documental Antiguo, caja 53-II. 53-8/1.
(24) Biblioteca Municipal. Santa Cruz de Tenerife. Fondo
Documental Antiguo, caja 53-II. 53-8/1.
(25) LANUZA CANO, Francisco: Ataque y derrota de Nelson en Santa Cruz de Tenerife. Madrid 1955, pág. 407, documento LXVII.
(26) LANUZA CANO, Francisco: Ataque y derrota de Nelson en Santa Cruz de Tenerife. Madrid 1955, págs. 395-7,
documento LXII.LANUZA, Documento LXI, pág. 393 y 394.
(27) LANUZA CANO, Francisco: Ataque y derrota de Nelson en Santa Cruz de Tenerife. Madrid 1955, pág. 411, documento LXIX.--. Addenda Fuentes Documentales del 25 de
Julio de 1797 pág. 72.
muchos buenos Vasallos de S.M., sin comprometer la suerte de esta y de las demás
Islas, y sin exponerse a otras varias irreparables perdidas que precisamte. se
hubieran seguido quando pª. intentar
ofenderles y oponerme a tanto cumulo
de insuperables dificultades apenas havía
logrado ver 300 hombres de los ntros.
reunidos; de suerte que solo pudo en
tales circunstans. inducirles a capitular, la falta del mui considerable
número de oficiales muertos y heridos,
y el que confundidos y mui agenos de
mi crítica situación, calcularon sin duda
el número de mis Tropas por el vivo y
sostenido fuego que les hizo el corto numº.
de ellas que dexo indicado, y coligieron de mi respuesta a sus primeras proposiciones, la firme resolución en que
yo estaba de aventurarlo todo y de concluir mis días en una acción gloriosa
antes de convenir en ellas; pero ya libre
de tal compromiso, aunque solicité que
entregasen las Armas y qe. no sirviesen hasta después de cangeados, viendo
qe. por ningún pretexto querían acceder a semejantes condiciones; me
pareció que deponiendo todo espíritu
(28) LANUZA CANO, Francisco: Ataque y derrota de Nelson en Santa Cruz de Tenerife. Madrid 1955, págs. 719-722,
documento CCVII.
(29) COLA BENÍTEZ, Luis/ ONTORIA OQUILLAS, Pedro/
GARCÍA PULIDO, Daniel: Fuentes documentales del 25 de
julio de 1797. Santa Cruz de Tenerife 1997 pág. 50.
(30) COLA BENÍTEZ, Luis/ ONTORIA OQUILLAS, Pedro/
GARCÍA PULIDO, Daniel: Addenda Fuentes Documentales
del 25 de Julio de 1797, Santa Cruz de Tenerife 2008, págs.
32-35.
(31) ONTORIA OQUILLAS, Pedro: El General Don Antonio Gutiérrez, vencedor de Nelson. Ediciones Idea, Santa,
Cruz de Tenerife 2006 págs. 121-122.:
de ambición y de vanagloria personal,
lexos de insistir en lo que provablemte. era imposible conseguir y de obligarles a tomar un partido de los que de
parecer temerarios prescrive pª. tales
casos el arte de la Guerra, lexos de esto
el servicio del Rey, el de la Patria, la
razón y la humanidad eran otros
sagrados deveres que me impelían á
admitir quanto antes la última proposición que pusieron por escrito: permitiéndoles el reembarque con armas
(que no podía quitarles) baxo la condición de no ofender á esta ni a las demás
Islas a mi cargo. Así lo executé, precisado por las circunstans., y con genl.
satisfación de todas ellas, cuios principales cuerpos, bien convencidos de su
situación y déviles recursos me pasaron los oficios que por Copia acompañan, haviendo sido correspte. el extraordinario regocijo de todas las demás clases, que a competencia procuraron acreditármelo; como que ninguno creía que
tan pocas fuerzas hubiesen podido hacer
tan extraordinaria resistencia, ni que
combinadas todas las circunstans.
hubiéramos podido sacar un partido
tan honorifico y ventajoso con confusión y asombro de los mismos Ingleses
qe. havian formado y aun publicado
un concepto mui diberso.
Esta, Señor Exmo., es la relación sencilla de los motivos que tube pª. acceder, o por mejor decir, para no poder
negar a los Ingleses la última precitada
propuesta que me hicieron y que
consta de la Capitulación que pr.
copia literal acompañó a los oficios en
que participé á V.E. lo sucedido, y lo
que de la misma relación resulta fue también motivo pª. suplicar á V.E. como
lo hago de nuevo, que se sirva inclinar
el Piadoso ánimo del Rey a que por un
efecto de sus piedades pª. conmigo, se
digne concederme la satisfacción de ver
premiado el mérito de los buenos
Vasallos Suyos qe. hé recomendado con
fha. 3 de Agosto ultº. Pr. haver contribuido tanto al honor de sus R.
Armas, y a la conservación de las Islas;
lo qual con confianza espero de la vondad de V.E.
Dios & Sta. Cruz de Tene. (tachado)
8 de Nove. de 1797) 20 de Octe. de
1797”(30).
El 2 de junio de 1798 el ministro de
la Guerra, desde Aranjuez, envía un
oficio en el que le dice que S.M. aprueba
las explicaciones dadas el 20 de octubre de 1797 por el general Gutiérrez:
“En el oficio triplicado de 20 de Octubre último manifiesta V. E. las causas
que le precisaron a no hacer prisioneras las tropas inglesas con quienes capituló en los términos que tiene participado con fecha 25 de Julio próximo pasado y acompaña copia del Bando que
mandó publicar en 30 de Agosto siguiente
para conservar la disciplina militar; y
precaver que la relajación en ella sea
en perjuicio del bien del Servicio. De
todo lo cual se ha enterado S.M. y se
ha servido aprobarlo”(31).
Llama la atención que en las transcripciones de la Capitulación que aparecen en algunos enlaces web supriman la firma de Gutiérrez, que es figura
clave en la concesión y aparece en los
documentos fehacientes originales.
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EL DÍA, sábado, 23 de julio de 2016
Manuel Juan de Salcedo, último
gobernador de la Luisiana española
Quien fuera teniente de rey de Canarias y participante activo en la gesta del 25 de julio de 1797 tiene el honor de
ser el último gobernante español de un extenso territorio norteamericano cedido a Francia a comienzos del XIX.
Texto: Miguel A. Noriega Agüero
(geógrafo, investigador y miembro de
la Tertulia Amigos del 25 de Julio)
M
anuel Juan de Salcedo
nace en Bilbao en 1743,
fruto del matrimonio
entre el capitán de Infantería sevillano Manuel de Salcedo y la pucelana Agustina
Gertrudis de Salcedo. Ya con 18 años
sigue los pasos de su padre, su tío (1)
y su abuelo paterno(2), comenzando su
carrera militar, la cual, veremos, será
muy fructífera. Así, el 2 de enero de 1761
ingresa en las Milicias del Señorío de
Vizcaya como subteniente de Milicias,
para, dos años más tarde (4 de febrero
de 1763), ascender a teniente(3). Durante
esos primeros tiempos en el ejército llega
a participar en la Guerra de los Siete Años.
Tras este periodo en las milicias vizcaínas pasa a formar parte del Regimiento
de Infantería de la Princesa, primero como
teniente de infantería (nombrado el 30
de diciembre de 1765) y más tarde como
teniente de granaderos (4 de marzo de
1769). Buena parte de finales de la década
de los 60 y comienzos de la siguiente
es destinado a las plazas de Ceuta (en
donde permaneció 33 meses) y de Melilla (sirviendo unos meses en el Fuerte
de San Miguel)(4).
El 12 de septiembre de 1775 asciende
a capitán(5) y a finales de ese año se casa
en Málaga con Francisca de Quiroga y
Manso, natural del Puerto de Santa María
(Cádiz)(6), hija del capitán José Quiroga
Lopez Espejo, natural de Betanzos (La
Coruña), y de la burgalesa Rosa Manso
de León(7).
Al año siguiente Salcedo llega a Tenerife. Su hoja de servicios va progresando y sus méritos le hacen ser nombrado, el 14 de agosto de 1776, sargento
mayor de la Plaza de Santa Cruz con grado
de teniente coronel. Quien fuera regidor perpetuo de Tenerife, síndico personero general de la isla y director de
la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, Lope Antonio
de la Guerra y Peña, nos dejó escrito:
“En 19 de Noviembre de 1776 llegó Embarcacion de España, y en ella vino Don
Manuel Juan de Salcedo con el Empleo
de Sargento Mayor de estas Islas de que
S. M. le hizo merced con el grado de Theniente Coronel de Infantería. Era Theniente de Granaderos Infantería del Regimiento de la Princesa, segun se dice en
la Gazeta de 13 de Agosto. Trajo con sigo
á su Muger y una hija. (...) Vinieron tambien en dicha Embarcacion los titulos de
Theniente de Rey y Sub-Inspector de estas
Milicias al Theniente Coronel Don
Matias de Galvez Governador del Castillo de Paso-alto (...)”(8).
Precisamente Salcedo ocuparía años
más tarde el puesto de Tenencia de Rey,
que como vemos desempeñó Matías de
Gálvez, fruto del nombramiento real coincidente con el de la sargentía mayor de
Salcedo(9). Así, el 7 de noviembre de
1789 es nombrado teniente de rey con
grado de teniente coronel, ascendiendo el 24 de junio de 1792 al de coronel
(10). Entre tanto, y gracias a la integración
de Salcedo en la vida social de la villa,
en 1786 fue designado alcalde electo de
Santa Cruz de Tenerife, cargo que rechazó por ser militar en activo.
Debido a su cargo de teniente de rey,
Salcedo era hombre cercano al general Gutiérrez, quien fuera comandante
general de las Islas Canarias, participando
por lo tanto activamente en la gesta del
25 de julio de 1797, heroico y notable
episodio de nuestra historia, gracias al
cual se pudo repeler de manera victoriosa el ataque inglés sobre Santa Cruz
que ese verano realizó el entonces contralmirante Horatio Nelson. Salcedo ya
había participado semanas antes en la
defensa de la rada chicharrera durante
el ataque del capitán Benjamin Hallowell,
que logró capturar la fragata francesa
La Mutine, fondeada en mayo de ese
año frente a la villa.
Pero vayamos al mes de julio de 1797,
momento clave, como ya se sabe, en
Escudo de armas
de Salcedo.
Firma de Salcedo.
la historia del archipiélago. Tras el desembarco inglés la mañana del 22 en las costas del Bufadero y la defensa realizada
por los hombres de Gutiérrez encaramados en la cima de la montaña de La
Altura, de Paso Alto, Nelson decide volver a las naves la guarnición que había
puesto pie en la isla. Así fueron
pasando las horas y dos días más tarde
comenzaría una nocturna y feroz ofensiva británica frente al Castillo de San
Cristóbal y sus aledaños costeros,
tanto al norte como al sur de esta fortaleza. El puesto de Salcedo esa tarde
del 24 estuvo en el San Cristóbal, junto
al general Gutiérrez, y acompañados
ambos por el sargento mayor Marcelino
Prat, el resto de oficiales y la tropa que
formaba la guarnición del fortín. Una
vez caída la noche, Salcedo transitó por
el litoral chicharrero, desplazándose,
entre otros lugares, a las playas cercanas a las baterías de la Concepción y la
Carnicería (al sur de San Cristóbal). Iba
acompañado de la tropa que componía el Batallón de Canarias y Milicias
agregadas, así como d el comandante
Juan Quinther. Todos ellos se vieron sorprendidos en ese momento de reconocimiento de la costa por el ataque y
desembarco británico, lo que provocó
que entraran en batalla. Iban armados
con dos cañones “violentos”, gracias
a lo cual pudieron hacer frente a los ingleses, provocando la estampida de los ya
desembarcados que se dispersaron
por las calles de la villa. Salcedo junto
a su destacamento llegó a capturar 29
prisioneros(11).
Y es que los ingleses que lograron poner
pie en las calles santacruceras se dispersaron esa madrugada por varias zonas
de la villa. Precisamente en la única casa
en la que consiguieron entrar fue en la
de Manuel Salcedo, en la antigua calle
de la Caleta (hoy General Gutiérrez) y
que era compartida con el tendero tacorontero Agustín Antonio Quevedo de
la Guardia(12), quien sería uno de los
fallecidos esa noche a manos británicas. Y es que Quevedo, de 59 años en
ese momento, se encontraba en la plaza
de Santo Domingo, frente al hoy desaparecido convento que allí se ubicaba
(hoy terreno que ocupan el teatro
Guimerá y la Recova). Varias centenas
de ingleses habían logrado entrar en el
edificio religioso y desde las celdas de
este hacían fuego al exterior, alcanzando
de muerte a Agustín, además de a Rafael
Fernández Bignoni, alférez del Batallón
de Infantería de Canarias(13).
El general Gutiérrez de Otero, una vez
pasado el enfrentamiento con los
ingleses, envió informes de su victoria al entonces valido del Rey y Príncipe de la Paz, Manuel Godoy, y al ministro de la Guerra, Juan Manuel Álvarez.
Ambos cargos respondieron a este
parte en un escrito fechado el 22 de agosto
alabando la Gesta y a sus protagonistas. Gutiérrez quiso compartir estos elogios con toda la guarnición de la plaza
y fue precisamente Salcedo quien lo transmitió al resto del destacamento en octubre de ese 1797 (14).
La participación de Salcedo en la gesta
del 25 de julio quizás no consista únicamente en lo que acabamos de ver. Los
investigadores Ontoria Oquillas, Cola
Benítez y García Pulido apuntan a que
una de las relaciones anónimas que se
encuentran en el Fondo Documental
de la Biblioteca Municipal de Santa Cruz
de Tenerife sea obra del teniente de
rey(15). Se trata de un escrito sin firma
que relata lo acaecido en la villa
chicharrera esos veraniegos días de 1797,
aportando datos importantes, algunos
de ellos relacionados con el desembarco
inglés en el litoral entre la Caleta y la
desembocadura del Barranco de Santos, precisamente la zona por la que discurrió la noche del 24 al 25 de julio de
Salcedo, como hemos visto: “(...) no podíamos guarnecer toda la línea (de Paso Alto
a Barranco Hondo), pues para ejecutarlo
se necesitaban cuando menos 3000 hombres, y como no sabíamos por donde lo
ejecutarían, nos mantuvimos sobre las
armas hasta las dos y cuarto de la madrugada que nos atacaron por tres puestos
con 30 lanchas, las que no pudimos ver
en la oscuridad”. Esta relación, en la que
se detalla, además, la lista de bajas (tanto
fallecidos como heridos) finaliza de la
siguiente manera: “La Divina Providencia,
por intersección de Santiago, que fue su
día, nos protegió las fuerzas para que alcanzásemos tan buen éxito contra estos tan
formidables enemigos(16).
Dos años después de la Gesta y, sin
duda, fruto de sus acciones en la misma, la vida de Salcedo cambia por completo, al verse designado nuevo gober-
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sábado, 23 de julio de 2016, EL DÍA
VIENE DE LA PÁGINA 3
nador de Luisiana. Su hermano Nemesio solicitó que los dos hijos de Manuel
Juan le acompañaran y así lo hace en
documento fechado en Madrid el 31 octubre de 1799. Pocos días más tarde, Manuel
y Francisco son destinados al Regimiento
Fijo de la Luisiana: “El Rey se ha servido conceder al Capitán Don Manuel
de Salcedo primer teniente de Granaderos
del Batallón de Infantería de esas Yslas
agregación de teniente al Regimiento Fijo
de la Luisiana y el pase al mismo
cuerpo en su clase y antiguedad a Don
Francisco de Salcedo Cadete del expresado Batallón para que puedan acompañar a su padre Don Manuel Juan de
Salcedo, nombrado Governador Militar
y Político de la Plaza Nueva Orleans. 3
de noviembre de 1799. Al Comandante
General de Canarias”(17).
Hagamos, por alusiones, un paréntesis para hablar de estos tres familiares
directos de Manuel Juan de Salcedo. Su
hermano pequeño, Nemesio Agustín
Francisco Rafael de Salcedo, nació en
Bilbao el 19 de diciembre de 1750(18).
Llegó a ser coronel del Regimiento de
Infantería de la Corona y comandante
general de las Provincias Internas de
Nueva España.
Dos de los hijos de nuestro protagonista, quienes le acompañan a América, también merecen especial atención. El menor de ellos, Francisco, nacido
el 27 de abril de 1783 en Santa Cruz de
Tenerife y que recibió el bautismo en
la parroquia de la Concepción al
siguiente día, coincide con Alexander
von Humboldt en el viaje que este geógrafo y naturalista alemán realiza a América. En concreto, conviven a bordo
durante el trayecto de la corbeta de guerra Pizarro, que el 5 de junio de 1799
partió de La Coruña y que recaló 14 días
más tarde en el puerto de Santa Cruz
de Tenerife. El científico germano
recoge en sus Cartas Americanas: “A
G. de Humboldt. Puerto Orotava, al pie
del Pico de Tenerife. 20 junio 1799. (...)
Nuestro grupo fue perfecto; sobre todo
un joven Canario, D. Francisco Salcedo,
quien me tomó vivo afecto, de espíritu
vivaz y comunicativo, como todos los habitantes de esta isla feliz(19).
Una vez en la isla, Francisco es destinado a la Luisiana, en donde estuvo
varios años, para después, en plena guerra contra Portugal e Inglaterra primero
y frente a la ocupación francesa después, pasar a luchar en la península(20).
Pero quizás fue Manuel María el más
destacado descendiente de Salcedo. Bautizado como Manuel María de la Concepción José Agustín Eloy de Salcedo
y Quiroga, nace en Málaga el 3 de abril
de 1776. Tras su ingreso en la infantería y servir junto a su padre en Tenerife, es destinado a la Luisiana fijando
en Norteamérica ya su destino y residencia. De hecho, aquí se casó el 16 de
marzo de 1803 con María Guadalupe Prieto y la Ronde, una nativa de Nueva Orleans, de ascendencia hispano-francesa.
Pero su carrera llega al cénit años más
tarde al ser nombrado gobernador de
Texas por el Consejo de Indias el 24 de
Izado de la bandera
americana y arriado
de la francesa en
Luisiana, según un
cuadro de
ThuredeThulstrup.
abril de 1807, cargo del cual tomó juramento en Cádiz. Llegó a Texas en el verano del siguiente año, convirtiéndose así, con treinta y un años recién cumplidos, en el más joven en desempeñar
ese cargo hasta ese momento. Su gobierno fue muy convulso, llegando a
tener incluso desavenencias serias
con su tío Nemesio y sufriendo revueltas e insurrecciones varias durante el
tiempo que desempeñó su cargo.
Prueba de ello fue su trágico fallecimiento
a manos de los insurgentes tejanos, quie-
NOTAS
1.Domingo Joaquín de Salcedo, mariscal de campo, llegó
a ser gobernador de Ceuta.
2. Miguel de Salcedo, caballero de la Orden de Santiago
y brigadier de los Reales Ejércitos, natural de Castro-Urdiales.
3. Hoja de servicios de Manuel de Salcedo: 30 de junio
de 1800, Archivo General de Indias (papeles de Cuba- Carpeta 1659).
4. Hoja de servicios de Manuel de Salcedo.
5. Hoja de servicios de Manuel de Salcedo.
6. Archivo General Militar: expediente matrimonial de
Manuel de Salcedo.
7. Partida de bautismo de Francisca Quiroga, Libro sexto
de bautismos de la iglesia de San Roque, folio 24713.
8. Guerra y Peña, Lope Antonio de la Memorias: Tenerife en la segunda mitad del siglo XVIII (cuaderno II).
9. Archivo de la Casa de Tabares. Documentos de Mili-
nes le tomarían preso y acabarían con
su vida mediante degüello el 5 de abril
de 1813. Igual suerte corrió el lagunero
Simón de Herrera y Leyva, comandante
de Armas de la Nueva Galicia y gobernador del Nuevo Reyno de León,
muerto a manos de los rebeldes al igual
de Manuel María.
Pero volvamos a su padre, Manuel
Juan, personaje principal de este artículo. Como vimos, fue designado
gobernador de la Luisiana, en 1799, con
56 años de edad, pero por razones de
cias. Papeles diversos. Tomo IV. (f303-304) (Archivo RSEAPT.
10. Hoja de servicios de Manuel de Salcedo.
11. Ontoria Oquillas, Pedro; Cola Benítez, Luis; García
Pulido, Daniel: Fuentes documentales del 25 de julio de 1797,
páginas 185 y 226. 1997.
12. Cola Benítez, Luis y García Pulido, Daniel: La historia del 25 de julio de 1797 a la luz de las fuentes documentales. 1999.
13. Libro XIV de Fallecimientos de la Parroquia de Nuestra Señora de la Concepción, folio 13 v.
14. Ontoria Oquillas, Pedro; Cola Benítez, Luis; García
Pulido, Daniel: Fuentes documentales del 25 de julio de 1797,
página 36. 1997.
15. Ontoria Oquillas, Pedro; Cola Benítez, Luis; García
Pulido, Daniel: Fuentes documentales del 25 de julio de 1797,
páginas 254. 1997.
16. BMSC, Fondo Documental Antiguo: caja 53-4/3.
salud no se trasladó a Nueva Orleans
hasta el verano siguiente. Durante el viaje
a Norteamérica hace escala un tiempo
en Cuba, isla en la cual fallece su mujer,
llegando finalmente a la Luisiana en julio
de 1801. Durante esos dos años desde
su designación hasta su llegada ocupó
el puesto el cubano Sebastián Calvo de
la Puerta y O’Farril, marqués de Casa
Calvo, tras su antecesor Francisco
Bouligny, quien había desempeñado ese
cargo igualmente de manera interina
a consecuencia de la muerte de Manuel
Luis Gayoso de Lemos Amorín y Magallanes. Salcedo toma posesión del
cargo el 14 de julio, recién llegado a Nueva
Orleans, y lo mantendrá hasta el 30 de
noviembre de 1803. De esta manera, tras
haber sido ascendido a brigadier en
1802(21), tiene el honor de ser el
último gobernador español de la Luisiana, debido a su cesión a Francia en
cumplimiento del tercer Tratado de San
Ildefonso, fechado el 1 de octubre de
1800(22). El papel de Salcedo esos últimos meses de la Luisiana española fue
muy relevante, realizando un inventario de bienes y fijando los límites de esa provincia.
Estos territorios norteamericanos
pasaban de nuevo a manos galas, tras
40 años de propiedad y gobierno
españoles(23). Pero Napoleón Bonaparte,
con el desconocimiento español, vende
la Luisiana a los EEUU por 80 millones
de francos, 15 millones de dólares(24),
cuestión esta no contemplada en el Tratado de San Ildefonso. La corte española no interfiere en esta venta una vez
se da cuenta de esta transacción, y casi
un mes después de la cesión a Francia
esta extensa región (2.144.476 km ) pasa
a manos estadounidenses el 20 de diciembre de 1803.
Meses más tarde, en junio de 1804,
Salcedo abandona Nueva Orleans rumbo a Barcelona. Una tormenta le obliga
a hacer escala en La Habana, en donde
estaría varios días, y tras ello finalmente
llega a Cádiz a bordo del Anfitrite el 18
de agosto de 1804(25). Aquí permanecerá algún tiempo para posteriormente trasladarse a Sevilla hasta su fallecimiento, hacia 1810.
Acaba aquí, en el sur de la península,
la vida de este vasco, de sangre paterna
precisamente sevillana, plagada de méritos. Su participación en la tinerfeña
gesta del 25 de julio de 1797 y el honor
de ser el último gobernador español de
la Luisiana hacen de Salcedo un personaje relevante de nuestra historia, quizás poco conocido y que, espero, gracias a este artículo sea reconocido y valorado.
17. (Archivo General de Simancas ,LEG,6926,15).
18. Partida de bautismo, Iglesia Parroquial de Santiago,
Bilbao.
19. de Humboldt, Alejandro: Cartas americanas.
20. Cuesta Domingo, Mariano y Rebok, Sandra
(Coord.): Alexander von Humboldt. Estancia en España y
viaje americano).
21. Ya fue propuesto años antes para este cargo por el
general Gutiérrez, tras el papel de Salcedo en la gesta del
25 de julio de 1797.
22. De todas formas, Carlos IV no firmó esa cesión hasta
el 15 de octubre de 1802.
23. A raíz del Tratado de París, de 10 de febrero de 1763.
24. Que finalmente con los intereses el montante final
ascendió a 23.213.568 dólares.
25. The Southwestern Historical Quarterly, Volume 71,
July 1967 - April, 1968.
EL DÍA, sábado, 23 de julio de 2016
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sábado, 23 de julio de 2016, EL DÍA
Un gran español en la mar
MIGUEL DE CERVANTES
Texto: Juan Manuel Valladares (de la
Real Liga Naval Española)
N
o siempre en la investigación histórica nos es posible dar por cierto, de forma definitiva, aquello sobre lo que investigamos
rebuscando entre papeles antiguos o
sobre textos y opiniones que otras ya
dieron por buenos. Y más si el personaje
que se investiga es objeto de nobles
deseos de apropiación para hacerlo
nacer en nuestra ciudad, darlo por gloria de nuestros mayores compañeros
de estudios universitarios o miembro
de alguna de las armas de nuestro ejército, al que muchos han dado lo mejor
de sus vidas.
Y no dudo de que este es el caso de
nuestro glorioso Miguel de Cervantes
Saavedra, del cual todo el entorno de
la cultura hispana, y más allá de las
fronteras de nuestra lengua común a
600 millones de ciudadanos del
mundo, celebra este año como el del
cuarto centenario de su fallecimiento.
No es nuestro empeño en esta ocasión
enaltecer sus glorias literarias que sobradamente ya son debidamente aplaudidas en otros foros y que han dado
lugar a un premio literario, el Cervantes,
con categoría a la altura de un premio
Nobel. Ni entraremos en el análisis de
las circunstancias familiares en cuanto
a su lugar de nacimiento o discutidos
ascendientes de cristiano nuevo o viejo,
o certificación del convento en que
reposan sus restos. La gloria del
español marino o soldado marino
Miguel de Cervantes está a nuestro juicio muy por encima de adornarlo con
prejuicios.
Pero antes de adentrarnos en su azarosa vida y en el intento de rebuscar
en su carrera militar bueno sería
que dejáramos claramente expuesto
el esquema organizativo que tuvo el
conjunto de las armas de nuestro glorioso ejército en los tiempos anteriores
y contemporáneos a Miguel de Cervantes Saavedra.
Las primeras noticias que hablan de
crear un ejército permanente nos podrían llevar al cardenal Cisneros, en
1516, como bien podremos estudiar en
los Archivos de Simancas, en sus negociados de Guerra, Mar y Tierra. Pero
no es hasta los años de nuestro rey Felipe II –y hablamos de 1560– cuando
se producen los primeros y evidentes decretos organizativos para las armas
españolas que serán la antesala de las
grandes batallas, tanto marítimas
como terrestres, que darían a nuestra patria las glorias de San Quintín,
en tierra, o Lepanto, en la mar. Este
fue el histórico momento en que se
inicia el uso de los términos mar y tierra para definir un ejército que ha de
servir, según manifiesta el propio rey,
para “proveer la defensa de los reinos
de Castilla, así por mar o por tierra con
que se resiste a los Reyes y potentados
contrarios que quisieren entrar en ellos”
(Archivo de Simancas, sección Guerra).
Y tras esas nuevas organizaciones
van viendo la luz los famosos Tercios,
que en cuanto a su intervención en
las batallas tienen un componente muy
notorio en las acciones de La Goleta,
Argel, Malta, Lepanto, el desastre de
la Invencible y tantos otros. Muchos
fueron sus nombres: desde ciudades
italianas, como Nápoles o Lombardía,
a reinos de España, como Portugal, o
ciudades, como Zamora.
¿Qué era, pues, nuestro don Miguel
de Cervantes que sentó plaza de soldado en 1570 en los Tercios que defendían Nápoles? Sabemos hoy que
estaba incorporado a las ordenes de
don Lope de Figueroa desde 1572 hasta
el final de su carrera militar, por lo que
hemos de deducir que se trataba del
Tercio de la Armada del Mar Océano.
Un tercio que figurará una y otra vez
Este año se
celebra el cuarto
centenario de
su fallecimiento.
en la carrera como hombre de la mar
de nuestro Miguel de Cervantes y con
el que participaría en la batalla de Lepanto, en la que fue herido en una mano. Tercio que fue creado con la aún
naciente instrucción marítima y terrestre.
Cuantos escritos se hallan en el
Archivo de Simancas relativos a la remuneración y méritos militares de Miguel
de Cervantes van de orden “a los oficiales de la armada y asesores de la
armada”. Cuando se produce el cambio de nombre en el Tercio Armada
de Mar Océano se le bautiza como Tercio Viejo de Armada, ratificando su dedicación a la mar. De todas formas, sus
brillantes actuaciones nos vienen al
recuerdo: Lepanto, Túnez, Malta,
Strozzi, Flandes y una batalla en las
islas Terceiras que, como canarios y
vecinos de esas islas, nos impulsa a
estudiar y rebuscar hasta el documento
más ignorado, porque nos obsesiona
descubrir si acaso Cervantes y su hermano Rodrigo no hubieron de pasar
por las costas de Tenerife en los buques de Álvaro de Bazán a la búsqueda
del agua necesaria para sus viajes. Agua
que ya era famosa para los navegantes españoles o extranjeros, y estos no
siempre con buenas intenciones. “La
vinculación de Canarias era tan estrecha con Azores y Madeira a través del
comercio que podríamos decir, de
acuerdo con otros autores, que los tres
archipiélagos formaban parte del mismo circuito y los navíos canarios que
tenían como destino Azores realizaban
un paso casi obligado por Madeira bien
a la ida como a la vuelta” (Manuel Lobo
Cabrera, Boletín do Instituto Histórico
de Ilha Terceira 1991).
No pararemos en rebuscar entre los
papeles de don Álvaro de Bazán, primer marqués de Santa Cruz, algún dato
que nos lleve a las nóminas o informaciones de sus brillantes acciones en
las Terceiras, islas de las que llegaron
a Canarias buena parte de los colonos
portugueses maestros en el arte del
azúcar, carpinteros, albañiles y labradores en los siglos XVI y XVII.
El conocimiento de nuestras Islas
Canarias ya era más que notorio
para la saga Bazán cuando ya Diego
de Bazán, hermano menor de Álvaro
el Viejo, estuvo en Tenerife, isla en la
que aguaba, concretamente en la
playa de Adeje, en 1553. Tras un victorioso combate contra tres carabelas francesas, puso rumbo hacia la isla
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EL DÍA, sábado, 23 de julio de 2016
de La Palma para desembarcar a los
heridos en el combate y reparar averías. Las numerosas cartas enviadas
al rey solicitando la residencia fija de
la nave de Diego de Bazán en las islas
no tuvo el resultado esperado, pero
fueron tomadas previsiones para el
envío de una flota a Canarias, Cabo
de San Vicente e islas Azores en el año
1555. Flota que bajo el mando de Álvaro
de Bazán el joven, primer marqués de
Santa Cruz, estuvo en el puerto de La
Luz en junio de 1555, pasando a
Tenerife, desde donde escribe cartas
a la España peninsular el 13 y 23 de
julio del mismo año. Siguió de Tenerife a las islas Azores con regreso a Lisboa. Al año siguiente, 1556, vuelve a
las islas, y aún habrá otra visita más,
en 1558, de la que tenemos escasa documentación.
Una cuarta arribada, y es en esta en
la que fijamos nuestro interés, se produce en 1580, en la que el marqués de
Santa Cruz arriba a la isla de La Gomera a la espera de la flota que llega
desde América con grandes riquezas,
con destino Lisboa, y que es vigilado
por el prior de Crato en un intento de
financiar su oposición a la corona de
Felipe II como rey de Portugal. Es este
el año 1580 en el que se produce la liberación del cautiverio en Argel para Miguel de Cervantes y su hermano Rodrigo. Reanuda Miguel su vida marítima en Lisboa en la nave al mando
de Lope de Figueroa, su capitán en casi
toda su vida militar y en su antiguo
tercio.
Cervantes embarca en la flota que
parte de Lisboa en el verano de 1581
al mando de Álvaro de Bazán y con
los tercios al mando de Lope de
Figueroa. La documentación conocida
confirma hasta el momento que en la
nao San Mateo, a pesar de su relativa
invalidez, viaja nuestro protagonista.
Y lo vemos zarpar nuevamente en julio
de 1582 en la armada de Álvaro de Bazán
para participar en la gloriosa batalla
naval de las Terceiras, aunque no hay
cita de la compañía de su hermano Rodrigo. Sin embargo, ambos dan cuenta,
en 10 de septiembre de 1582, de sus
trabajos y hazañas. Su vida militar se
da por concluida en 1584 con el dato
de que casa en ese año con Catalina
de Palacios.
Pero no acaba en esa fecha su contacto con la armada, porque en 1588
el consejero Antonio de Guevara, nombrado proveedor general, le reclama
a su lado para administrar los caudales
que han de servir para el sostenimiento
de la Armada, no solo en víveres sino
también en todo lo necesario para realizar su función como cuerpo de
mar.
El nombramiento de Miguel es de
fecha 15 de junio de 1588. No hay duda
de que ser proveedor, comisario,
contador o veedor será la función de
estos comisarios dependientes de la
Armada. Estos cargos entrarán a formar parte, años más tarde, del Cuerpo
del Ministerio de Marina, los que a la
fecha de hoy se conocen como administrativos de la Armada.
Cargo que mueve a Cervantes
cuando acude al rey solicitando destino en su memorial de méritos elevado a la corte en 1590. Lo hace
pidiendo contaduría en las galeras de
Cartagena de Indias. El cargo en la
Armada lo conserva junto a Guevara
para pasar luego en el mismo puesto
a depender del proveedor Pedro de
Inzúa. ¿Qué fue, pues, Miguel de Cervantes Saavedra antes que ilustre y prolífico escritor?: un marino, un infante
de marina, un administrador o intendente de alimentos y algunos efectos
navales para la Armada española. ¿No
es todo relativo a la marina? ¿No llamaremos, pues, a Miguel de Cervantes un marino, con la indefinición pro-
El nombramiento
de Miguel como
administrador fue
en junio de 1588.
pia en su tiempo para la categoría de
hombre de mar?
Tendremos la suerte de dar con el
documento, exacto y creíble, donde
podamos demostrar que nuestro Miguel de Cervantes visitó la belleza de
las islas Canarias, y más concretamente
bebió de las aguas vivificantes de nuestros humildes riachuelos y escorrentías que tanta sed apagaron a nuestros marinos en su camino hacia las
lejanas costas de América.
Y solo como apunte reivindicativo
a la saga de los marinos Bazán: en 1770,
un no muy conocido –por entonces–
canario que pasará a la historia como
José de Viera y Clavijo es el preceptor del marqués del Viso, hijo de José
Joaquín de Silva Bazán y Meneses, marqués de Santa Cruz y director de la Real
Academia Española. En su palacio escribe Viera y Clavijo su primera parte
de Noticias de la Historia General de
las Islas Canarias. Y es el dinero de este
ilustre marqués el que financia la primera impresión de esta gran obra. Si
un miembro de la familia Bazán tuvo
bajo su mando a Miguel de Cervantes, el español más universal, otro
miembro de esta noble familia tendrá
a un canario universal bajo su techo,
José de Viera y Clavijo.
BIBLIOGRAFÍA.
– Archivo de Simancas.
–Antonio Rumeu de Armas, Canarias y el
Atlántico.
–Revista de Historia nº 77 año 1947.
– Life and writing de Miguel de Cervantes Saavedra. Roscoe 1829.
–Cervantes marino. Cesáreo Fernández
Duro.
–Cautiverio de Cervantes. Don Pelayo Alcalá
Galiano.
Una coronación pasada por agua. La Laguna tuvo al mismo tiempo dos obispos
y la azotea del palacio episcopal y sus goteras
E
n la década de los años 50 del pasado siglo, tuvo
lugar en mi ciudad de La Laguna el segundo diluvio universal. El día 8 del mes de diciembre en
la plaza del Cristo iba a tener lugar la solemne Coronación
de la Virgen de la Concepción como Patrona de la Ciudad llevada a efecto por el obispo que dirigía la diócesis
nivariense Dr. Don Domingo Pérez Cáceres, hijo predilecto de la ciudad de Güímar.
Sobre las once de la mañana sale la Virgen de su iglesia de la Concepción, procesionando por la calle de San
Agustín abajo hasta la calle Tabares de Cala, tomando
esta hasta llegar a la Plaza de San Francisco o Plaza del
Cristo, acercándose hasta la enorme tarima-altar que se
había confeccionado al efecto para coronarla, cuando
de repente se ven unos relámpagos a los que siguen sus
correspondientes y sonoros truenos, empezando aquellas nubes más negras a descargar todo su espeluznante
y feroz contenido hídrico, fenómeno natural con el que
no contaban los organizadores del acto.
Había, pues, urgentemente que resguardar a la Virgen apareciendo como por “ensalmo”, hábitos, opas y
abrigos y americanas que en un “lapsus” de tiempo récord
cubrieron totalmente el trono y la imagen de nuestra
Madre.
Nuestro obispo güimarero don Domingo, sin duda para
relajar el ambiente más que tenso que generó la lluvia
que no paraba y que, según transcurría el tiempo era
cada vez más fuerte, se mandó un “golpe” antológico
cuando le comenta a su Deán Osuna: “¿A qué viene tanta
agua si a la que vamos a coronar es a la Virgen de la Con-
A REÍR QUE SON DOS DÍAS
Juan Oliva-Tristán Fernández*
cepción, no a la del Carmen, que es la Patrona de los
marineros?”. El Deán no se rió pero su cara delató una
confidente sonrisa y cuando acabó el diluvio nuestro
obispo pudo por fin coronar a la Virgen y otorgarle el
título de Patrona de la ciudad y Alcaldesa Honoraria y
Perpetua de la misma, depositando a los pies de la misma
el Bastón que la acredita como tal.
Y ya que hablamos de obispos, comentarles que hubo
una época en La Laguna en que coexistían dos obispos,
uno nombrado por el Vaticano, y que fue el güimarero
don Domingo Pérez Cáceres, y el segundo un “cristiano”
llamado Juan Herrera, copropietario junto a Matamotes de la dulcería “Olivera”, que estaba en la calle de la
Carrera esquina a la calle Núñez de la Peña, y que actualmente ocupa la dulcería “López Echeto”. Este sujeto
era conocido por el apodo de “el obispo”, y para asuntos eclesiásticos de poco monta muchos recurrían a él,
con la consiguiente “calentura” del personaje que se acordaba de los ascendientes de los autores de la “coña” en
varias generaciones.
Y siguiendo con nuestro obispo güimarero, comentarles que al lado del Palacio Episcopal y por debajo, se
encontraba el edificio en que tenía su sede la “Acción
Católica” del recordado Padre Herrera (a pesar de llevar el mismo apellido habría que decir que no era familia de nuestro obispo de “garrafón” Juan Herrera, el de
la dulcería “Olivera”).
Señalar que de la azotea de éste edificio, dando un
pequeño salto, te ponías en la azotea del obispado. Una
tarde de agosto se encontraban varios miembros de “Acción
Católica” en la azotea, vamos a denominarla “sacra” cuando
a uno de ellos y debido sin duda a una “jugadita” de próstata (como diría el extraordinario cantante Dacio
Ferrera), le entra un apretón y no tiene más remedio que
miccionar en la azotea “sacra”, sin percatarse que había
filtraciones que hace que el orín se “pose” justo
encima de la cama del señor obispo, que al día siguiente
se presenta en el edificio colindante tratando de averiguar la identidad del autor o autores de la “gamberrada”
líquida, recibiéndole el portero, que oye atentamente
la queja obispal, y al final le dice: – “comprenda Vuecencia que por aquí pasa mucha gente”– contestándole
el güimarero: –“Ni Vuecencia ni coñas. O aparece el autor
o cierro la Acción Católica”.– Como a don Domingo las
“calenturas” le duraban no más de media hora, ni apareció el autor y mucho menos se cerró la Sede Santa,
para no confundirla con la Santa Sede.
OLIVARADA.- “Oye ¿quién se parece más a una persona “de color”, el “chicharrero o el Canarión”?. Coño,
el “Chicharrero” porque el otro es “clavado”.
*Pensionista de larga duración
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sábado, 23 de julio de 2016, EL DÍA
www.eldia.es/laprensa
Revista semanal de EL DÍA. Segunda época, número 1.042
DESARROLLO TURÍSTICO SOSTENIBLE,
IDENTIDAD CULTURAL Y SUS
INDISCUTIBLES POSIBILIDADES
El fragmento del Informe Bruntdland, ‘Nuestro Futuro Común’, que contiene el preludio de la Carta Europea del Turismo Sostenible, define
este concepto como “un desarrollo que satisface las necesidades de los generaciones actuales, sin poner en peligro la satisfacción de las
necesidades de las generaciones futuras.”
Texto: Antonio Pedro Tejera Reyes
(Del Grupo de Expertos de la Organización Mundial del Turismo. OMT)
L
a Organización Mundial
del Turismo nos requirió en
su día una información sobre los posibles conocimientos que teníamos sobre los
resultados de la adopción por los diferentes agentes del desarrollo turístico,
del Código Ético Mundial para el
Turismo. Esto lo hizo mediante una
encuesta en la que deberíamos aportar nuestras experiencias sobre el tema. El célebre código, a partir del año
1999, fue aprobado por la citada organización mundial, según recomendación
hecha por la reunión celebrada en Roma
del Comité Mundial de Ética del Turismo.
El congreso internacional que comentamos ampliamente en varias
publicaciones, hace más de doce
años, sobre alternativas turísticas, celebrado en Veracruz, México, y cuyo lema
era “Redescubre tus raíces”, nos sirvió de base para profundizar en la necesidad del desarrollo turístico sostenible.
Allí, ante un gran grupo de interesados asistentes, se habló insistentemente, sin nombrarlo para nada, sobre ese extraordinario documento
como es el citado Código. Estuvo presente en todo momento.
Y es que el Código Ético Mundial para
el Turismo contempla muchas cosas...
Por ejemplo, que se proteja el patrimonio natural que constituyen los ecosistemas y la diversidad biológica; el
respeto al patrimonio artístico, arqueológico y cultural, que se debe proteger y trasmitir a las generaciones futuras; la rehabilitación de los monumentos, santuarios y museos, así como los
lugares de interés histórico o arqueológico... En su Artículo 4º, apartado
1, dice: “Los recursos turísticos pertenecen al patrimonio común de la
humanidad. Las comunidades en cuyo territorio se encuentran tienen con
respecto a ellos, derechos y obligaciones
particulares”. En el apartado 4 del
mismo artículo concluye: “La actividad turística se organizará de modo
que permita la supervivencia y el florecimiento de la producción cultural...
y que conduzca a su normalización y
no a su empobrecimiento”.
La ampliacion del conocimiento
El Código va todo lo más allá que se
puede ir en estos temas, no en vano
fue estudiado durante varios años por
cientos de expertos profesionales de
todo el mundo, que valoraron la problemática desarrollista que nos
envuelve, para intentar contemplar un
comercio justo, el progreso y la seguridad social y económica, los problemas humanitarios... tanto en los países receptores como en los emisores
de turismo, instando a los agentes dirigentes de este proceso, a ajustar su conducta a los principios señalados en el
mismo. Recomendando, por último,
a las administraciones nacionales del
turismo, que designasen funcionarios
de enlace y seguimiento de la aplicación del Código en su país.
El Código Ético Mundial para el Turismo es un conjunto amplio de principios cuyo propósito es orientar a los
agentes interesados en el turismo
–gobiernos, comunidades autónomas, distritos federales, municipios,
corporaciones, empresarios, profesionales y turistas en general– para que
desarrollen el turismo de forma sostenible y responsable.
Estos propósitos, en pleno siglo XXI,
deberían estar más que superados en
países y zonas que se precian de estar
a la cabeza turística del mundo. Desgraciadamente, todos sabemos (y padecemos) la falta total de estos ele-
Las matas de
mangos, aguacates,
nísperos… junto a las
floreadas del
araguaney (árbol
nacional de
Venezuela) o el
apamate,
embellecen y dan
color a las calles y
plazas de Maturín.
mentales conocimientos en muchos
de quienes desafortunadamente gobiernan, dictan leyes, dan órdenes y
manejan, sin capacidad para ello,
nuestras más valiosas señas de identidad, recursos naturales, patrimonio
artístico y cultural, económico, etc.
Monumento en
Maturín a
Fracisco de Miranda,
prócer de la
independencia de
Venezuela, de origen
canario de la ciudad
del Puerto de
la Cruz.
El ejemplo Maturín
Para no ir demasiado lejos en nuestras
apreciaciones, tenemos presente la ciudad de Maturín, en el centro del Estado Monagas, en Venezuela, estado
que marcha a la par de muchas de las
más prestigiosas naciones europeas,
como Bélgica, Suiza, Dinamarca, Países Bajos… Las fotografías que publicamos, tomadas desde un helicóptero
en el año 1977, nos ofrecen la panorámica de una ciudad donde el predominio de la vegetación tropical es una
constante, signando unas esplendorosas perspectivas consolidables que
se concretaban en un acertado slogan
que se publicitaba como “Maturín, una
ciudad distinta”. Nada más cierto en
aquellos recordados tiempos.
Hoy ha desaparecido todo ese verde
entorno, que podía ser modelo mundial para el ecoturismo. La ignorancia,
la falta del conocimiento y –¿por qué
no decirlo?– la ambiciosa especulación,
acabó con todo este bello panorama.
En las vastas extensiones de los llanos de Monagas, que circundan la ciudad en varias decenas de kilómetros,
pudo organizarse un desarrollo comercial e industrial, conservando como
zonas protegidas todo el casco antiguo de la ciudad, con su recoletos rincones adecentados y reconstruidos sobre sus mismas bases, sus cuidadas avenidas y sus lugares históricos, hoy desaparecidos sin que al parecer le importe
mucho a nadie. Es un triste ejemplo
que ofrecemos con la esperanza de que
la reflexión llegue a donde tenga que
llegar, y que nos trae al recuerdo el desarrollo de la ciudad de San Antonio de
Texas, donde existe un barrio antiguo
de hermosas quintas –chalets en Europa– donde no se ha dejado tocar ni
una sola piedra para conservar sus raíces ancestrales. Un ejemplo vivo que
no necesita mayores comentarios.
Turismo cultural, señas de identidad
La evolución del movimiento turístico
mundial está sufriendo los cambios previstos. No hay nada nuevo bajo el sol.
Venimos asistiendo desde hace muchos
años a las más importantes reuniones
donde se estudio el fenómeno y donde se clarifican ideas, se estudian proyectos y se dan las recomendaciones
necesarias. Ocurre que, en la mayoría de los casos, la prepotencia y la ignorancia están en mejores condiciones
para dejarse oír que las voces de los
expertos, o como en otros casos, los
intereses políticos acallan los dictámenes
de los profesionales. No hay nada nuevo
bajo el sol. Es la misma cosa en todos
sitios. Cuando hablamos de “señas de
identidad” y de turismo cultural, parece que hay quien lo entiende como
comenzar a crear nuevos símbolos, nuevas “brasilias”, o nuevos esperpentos
arquitectónicos, como muchos de
los andan por ahí. No parece interesar conservar un pueblo marinero, un
emplazamiento rural, un viejo monumento, un vehículo antiguo, o simplemente una referencia de la cultura del
lugar, como puede ser una costumbre,
un libro, o un mercadillo popular. Todo
hay que “modernizarlo”.
Ese es el camino por donde se va directo a la pérdida de esa identidad que
ahora prefiere el turismo. Como la ha
preferido siempre. Nunca ha cambiado,
lo que ocurre es que ha tenido que conformarse con lo que le dábamos.
Ahora –cada vez más– puede escoger.