Presentación - Doroteas en el Ecuador

Pa s t o ra l Fa m i l i a r “ G i o va n n i A n t o n i o Fa r i n a ”
A
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Presentación
ún queda latente en los corazones de los ecuatorianos, la hermosa experiencia de fe vivida por la visita del Papa Francisco en el mes de julio
del 2015, así como también, aquel mensaje esperanzador, de manera
particular, para las familias.
El Papa Francisco, a través del texto bíblico de las bodas de Caná, nos decía que la
familia necesita hoy de este milagro; el milagro de convertir el agua en vino, símbolo de la alegría, de amor, de abundancia, que se ha terminado en algunos hogares: “en los adolescentes y jóvenes que perciben que en sus casas hace rato que ya
no hay de ese vino”, en las mujeres solas y entristecidas, en los ancianos que se
sienten dejados fuera de la fiesta de sus familias, arrinconados y ya sin beber del
amor cotidiano de sus hijos, de sus nietos, de sus bisnietos; y añadió el Papa que
la carencia de ese vino puede ser el efecto de la falta de trabajo, de las enfermedades,
de situaciones problemáticas que afectan a las familias en todo el mundo.
Concluyó el Papa, “hay un detalle, en las bodas de Caná, al final de la fiesta, gustaron
del mejor vino, y es esa la buena noticia; el mejor de los vinos está por ser tomado,
lo más lindo, lo más profundo y lo más bello para la familia está por venir”1.
Las palabras del Papa Francisco se hacen realidad, el anuncio oficial del JUBILEO EXTRAORDINARIO DE LA MISERICORDIA, un Año Santo de la Misericordia, inicia el 8 de diciembre de 2015 y termina el 20 de noviembre del
2016, en este año la Iglesia está llamada a ofrecer con mayor intensidad los signos de la presencia y cercanía de Dios, que todos experimenten el amor de Dios
que consuela, perdona y ofrece esperanza.
Nuestra Institución, tiene la misión de educar y evangelizar a los miembros de
la comunidad educativa “desde, y para una vida en abundancia: digna, próspera
y feliz, con suavidad y firmeza”, viviendo, el amor misericordioso del Corazón
de Jesús y la ternura del Corazón de María, ofrece a los padres de familia un
espacio de encuentro profundo con Dios, a través de las convivencias anuales
que son dirigidas por los Hermanos de la Pastoral Familia Giovanni Antonio
Farina su lema es “Hacer de Cristo el corazón de las familias”.
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Aciprensa. (2015). Homilía del Papa sobre la familia en el parque Samanes en Guayaquil. Obtenido de
https://www.aciprensa.com
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Introducción
a temática de la convivencia se centra en el anuncio de este año santo
de misericordia descrito en la Bula “Misericordiae Vultus”. La Bula del
Jubileo es un documento fundamental para conocer el espíritu con el
que ha sido convocado. Invitamos, pues, a caminar juntos en este Año Santo
de la Misericordia, deseando que sea un momento fuerte que genere un cambio
de actitud mediante la reflexión sobre la Palabra, la oración, la recepción de la
eucaristía y la reconciliación.
El año jubilar pretende:
- Encomendar la vida de la Iglesia de toda la humanidad y el inmenso cosmos al Señorío de Cristo, y difunda su misericordia como el rocío de la mañana para una fecunda historia todavía por construir con el compromiso
de todos en el próximo futuro.
- Favorecer el encuentro con otras religiones y tradiciones religiosas para ser
más abiertos al diálogo, comprendernos mejor y eliminar toda forma de
cerrazón, de violencia y discriminación.
- Que la Iglesia sea el eco de la Palabra de Dios, que resuene fuerte y decidida como palabra y gesto de perdón, de soporte, de ayuda, de amor. No se
canse de ofrecer misericordia y sea paciente en confortar y perdonar.
- Sentir la urgencia de anunciar la misericordia de Dios. Es hora de introducir a todos en el misterio de la misericordia de Dios, contemplando el
rostro de Cristo.
El Santo Padre en la Bula de convocación exhorta a:
- Vivir cada día la misericordia que el Padre derrama hacia nosotros. Dios
nunca se cansa de abrir la puerta de su corazón para repetir que nos ama y
quiere compartir con nosotros su vida.
- Realizar la experiencia de abrir el corazón a quienes viven en las más contradictorias periferias existenciales que se han creado dramáticamente hoy; situaciones de precariedad y sufrimiento, heridas que sellan la carne de los sin
voz, porque su grito se ha debilitado y silenciado por la indiferencia de los pueblos ricos. La Iglesia está llamada a curar las heridas con la solidaridad y la atención, aliviarlas con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia.
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- Reflexionar durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales
y espirituales y despertar la conciencia, muchas veces aletargada ante el
drama de la pobreza.
- La conversión, con mayor insistencia a las personas que se encuentran lejanos de la gracia de Dios debido a su conducta incorrecta. Es necesario
cambiar de vida en el nombre del Hijo de Dios que, si bien combate el pecado, nunca rechaza a ningún pecador. Que la palabra del perdón pueda llegar a todos y no deje a ninguno indiferente frente a la llamada a
experimentar la misericordia.
- Redescubrir la alegría de la ternura de Dios. Nadie como María, Madre
de la Misericordia, ella ha conocido profundamente el misterio de Dios encarnado, todo en su vida fue plasmado por la presencia de la misericordia
hecha carne.
- Realizar la peregrinación según las posibilidades para llegar a la Puerta
Santa en Roma o en otro lugar. Esto será un signo de que la misericordia
es una meta por alcanzar que requiere compromiso y sacrificio. Es también
un estímulo para la conversión. Atravesar la Puerta Santa es dejarnos abrazar por la misericordia de Dios, comprometiéndonos a ser misericordiosos2. Jesús indica las etapas de la peregrinación: “No juzguéis y no seréis
juzgados; no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados” (Lc 6,37).
- A vivir la Cuaresma del Año Jubilar con mayor intensidad, para celebrar
y experimentar la misericordia de Dios.
- Acoger la iniciativa de las “24 horas para el Señor”, prevista para el viernes
y sábado de la III semana de Cuaresma en donde se podrán acercarse al sacramento de la Reconciliación y experimentar la misericordia de Dios.
- A obtener la indulgencia que por medio de la Iglesia, alcanza al pecador
perdonado y lo libera de todo residuo, habilitándolo a obrar con caridad.
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Papa Francisco. (2015). Misericordiae Vultus. Vaticano: Paulinas
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MEDITACIÓN EN FAMILIA N° 1
Familia, lugar de perdón
1. Oración inicial.
Espíritu Santo, ilumina nuestro entendimiento, para que al leer la Sagrada
Escritura, sintamos la presencia de Dios que se manifiesta a través de tu
Palabra. Abre nuestro corazón para darnos cuenta del querer de Dios y la
manera de hacerlo realidad en nuestras familias. Instrúyenos en tus sendas,
para que, teniendo en cuenta tu Palabra, seamos signos de tu presencia en
el mundo. Amén
2. Lectura. Parábola del Siervo sin entrañas Mateo 18, 23-35
Realizar una lectura de fe con espíritu de discípulo, con corazón abierto
y disponible, buscando conocer y profundizar aquello que el Señor nos
quiere transmitir en su Palabra.
3. Meditación.
El Papa Francisco se expresó en cuanto a las familias del mundo diciendo
que la perfección no existe, “no existe familia perfecta. No tenemos padres perfectos, no somos perfectos, no nos casamos con una persona
perfecta ni tenemos hijos perfectos; tenemos quejas de unos a otros, nos
decepcionamos los unos a los otros, por lo tanto, no existe un matrimonio saludable, ni familia saludable sin el ejercicio del perdón.
El perdón es vital para nuestra salud emocional y sobrevivencia espiritual.
Sin perdón la familia se convierte en un escenario de conflictos. Sin el perdón la familia se enferma. El perdón es la esterilización del alma, la limpieza
de la mente y la liberación del corazón. Quien no perdona no tiene paz del
alma ni comunión con Dios. El dolor es un veneno que intoxica y mata.
Guardar una herida del corazón es un gesto autodestructivo.
Quien no perdona, enferma físicamente, emocionalmente y espiritualmente; es por eso que la familia tiene que ser un lugar de vida y no de
muerte, territorio de curación y no de enfermedad, etapa de perdón y
no de culpa; el perdón trae alegría donde un dolor produjo tristeza y curación donde el dolor ha causado enfermedad”.
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- ¿Cómo se vive el perdón en su familia?
- ¿Qué dificultades ocasiona la falta de perdón en su familia?
- ¿Qué necesitan para que en su familia se dé el perdón?
4. Oración. Pongámonos en actitud de oración y recemos en familia.
Oración para pedir perdón y para perdonar
Padre, me declaro culpable, pido clemencia, perdón por mis pecados.
Me acerco a ti con absoluta confianza porque sé que tú prefieres la penitencia
a la muerte del pecador, tu corazón es compasivo y misericordioso, y sé que sólo estás
esperando a que tenga la humildad de reconocer mi pecado, arrepentirme y pedir
perdón para desbordar la abundancia de tu misericordia.
Tu enseñanza es muy clara: para ser perdonados y poder entrar en el Reino de los cielos
debemos perdonarnos los unos a los otros.
Haz Señor, que seamos benévolos con quienes nos han hecho daño, con quienes
nos han ofendido, nos han traicionado y nos odian, pues de otro modo no mereceremos
que lo seas Tú con nosotros.
El siervo al que se le perdonó su deuda, cuando no quiso él hacer lo mismo con otro
que le debía, fue encarcelado. Perdió el perdón que había obtenido al no ser él
capaz de perdonar.
Padre, envía tu Espíritu de amor y perdona mis pecados, purifícame, sáname,
restáurame, renuévame con la Sangre Redentora de tu Hijo; ayúdame a tener
un corazón como el Suyo, un corazón humilde y generoso capaz de perdonar,
arranca de mí el corazón de piedra y dame un corazón de carne. Amén
(P. Evaristo Sada)
5. Acción.
Después de haber meditado las Sagradas Escrituras, es momento de discernir
las acciones concretas a las que, como familia, se van a comprometer para que
realmente la familia sea un lugar de perdón.
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MEDITACIÓN EN FAMILIA Nº2
Familia, lugar de misericordia
1. Oración inicial.
Señor Jesús abre mis ojos y mis oídos a tu palabra. Que lea y escuche yo tu voz y
medite tus enseñanzas, despierta mi alma y mi inteligencia para que tu palabra
penetre en mi corazón y pueda yo saborearla y comprenderla. Amén
2. Lectura. Parábola del Hijo Pródigo Lucas 15, 11-31
El imperativo de Jesús se dirige a cuantos escuchan
su voz (cfr Lc 6,27). Para ser capaces de misericordia,
entonces, debemos en primer lugar colocarnos a la
escucha de la Palabra de Dios. Esto significa recuperar
el valor del silencio para meditar la Palabra que se nos
dirige. De este modo es posible contemplar la misericordia de Dios y asumirla como propio estilo de
vida. Leamos con espíritu de fe el texto bíblico.
3. Meditación.
La parábola del “Hijo Pródigo” aunque no menciona la palabra misericordia, se la debería llamar
parábola del “Padre misericordioso” puesto que
revela el inmenso amor que brota desde lo más íntimo de su ser, amor que no conoce el desquite o restitución. El gran protagonista es el padre, se comporta lleno de misericordia, acogiendo a sus hijos, al
despilfarrador y al “perfecto”. Ama, acoge, perdona espera en la mesa preparada,
se anticipa y toma la iniciativa. Es la imagen de Jesús que acoge a los pecadores
y come con ellos.
Es gratuidad de un Dios que se hizo misericordioso para que todos seamos así
con nuestros hermanos y construyamos un mundo donde sea posible vivir en
armonía y bienestar.
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El Papa Francisco nos dice: la Familia es el gran don que Dios ha dado a la humanidad con la creación del hombre y de la mujer y con el sacramento del Matrimonio. El matrimonio es un gran misterio que tiene la gran dignidad de
reflejar el amor de Cristo a su Iglesia. Todos los cristianos estamos llamados a
amar como Cristo nos amó, pero el marido, dice el apóstol Pablo, debe amar a
su mujer como a su propio cuerpo, como Cristo ama a su Iglesia.
La familia está llamada a reflejar el amor misericordioso de Dios. En el seno
familiar nadie es descartado, todos valen lo mismo, allí en la familia «se aprende
a pedir permiso sin avasallar, a decir “gracias” como expresión de una sentida
valoración de las cosas que recibimos, a dominar la agresividad.
La familia es el hospital más cercano, cuando uno está enfermo lo cuidan ahí
mientras se puede, la familia es la primera escuela de los niños, es el grupo de
referencia imprescindible para los jóvenes, es el mejor asilo para los ancianos.
En la actualidad, la familia atraviesa una crisis cultural profunda; el matrimonio
tiende a ser visto como una mera forma de gratificación afectiva que puede constituirse de cualquier manera y modificarse de acuerdo con la sensibilidad de cada
uno3. En este año de la misericordia, tiempo oportuno para cambiar de vida y
para dejarse tocar el corazón, es necesario acoger la llamada a la conversión y que
nuestras familias sean realmente el lugar donde se vive la misericordia.
- ¿Su familia ha experimentado el amor misericordioso de Dios que abre el
corazón a la esperanza de ser amados?
- Como familia ¿Creen necesario buscar espacio de encuentro profundo con
el Dios misericordioso? ¿Por qué?
- ¿Cuáles son los obstáculos para que su familia sea un lugar de misericordia?
- ¿En su familia hay acogida, amor, comprensión cómo el padre de la parábola?
4. Oración. La oración es un grito que brota de lo profundo, del corazón que
arde por la Palabra de Dios. En familia escribir una oración.
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Papa Francisco (2013). Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium. Vaticano: Paulinas
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Familia: ..................................................................................................................
5. Acción:
Queremos vivir este Año Jubilar a la luz de la palabra del Señor: Misericordiosos
como el Padre. El evangelista refiere la enseñanza de Jesús: «Sed misericordiosos,
como el Padre vuestro es misericordioso» (Lc 6,36). Es un programa de vida tan
comprometedor como rico de alegría y de paz.
Escribir los compromisos para vivir este Año de la Misericordia en familia.
Para reflexionar: 5 consejos del Papa Francisco
para tener un Matrimonio para toda la vida.
www.pildorasdefe.net
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MEDITACIÓN EN FAMILIA Nº3
Familia, lugar de misión
1. Oración.
Padre, concédenos tu luz para captar interiormente tu mensaje. Todos juntos, padres e hijos, vamos a orar con la Biblia, sabemos que eres el camino, la verdad y
la vida: que sepamos entender lo que esto significa. Sé tú la palabra última y primera en esta casa. Habla, Señor, que tus siervos escuchan. Amén
2. Lectura. El juicio final Mateo 25, 31-46
Realizar una lectura de fe, con espíritu de discípulo, con corazón abierto y disponible.
3. Meditación.
“No podemos escapar a las palabras del Señor y en base a ellas seremos juzgados: si dimos de comer al hambriento y de beber al sediento. Si acogimos al extranjero y vestimos al desnudo. Si dedicamos tiempo para acompañar al que
estaba enfermo o prisionero (cfr. Mt 25,31-45).
Igualmente se nos preguntará si ayudamos
a superar la duda, que hace caer en el
miedo y en ocasiones es fuente de soledad;
si fuimos capaces de vencer la ignorancia
en la que viven millones de personas, sobre
todo los niños privados de la ayuda necesaria para ser rescatados de la pobreza; si
fuimos capaces de ser cercanos a quien estaba solo y afligido, si perdonamos a quien
nos ofendió y rechazamos cualquier forma
de rencor o de odio que conduce a la violencia, si tuvimos paciencia siguiendo el
ejemplo de Dios que es tan paciente con
nosotros, finalmente, si encomendamos al
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Señor en la oración nuestros hermanos y hermanas, en cada uno de estos “más
pequeños” está presente Cristo mismo.
Su carne se hace de nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado,
desnutrido, en fuga, para que nosotros los reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado” 4.
Dice san Juan de la Cruz: «En el ocaso de nuestras vidas, seremos juzgados en
el amor». En realidad, si reconocemos la autoridad de Jesús, seremos juzgados
no solo al final de los tiempos, sino en cada momento de la vida. Ese juicio no
significa un proceso humano, sino es presencia activa, acompañamiento continuo de él como Buen Pastor. Es necesario estar vigilantes para obrar evangélicamente, con misericordia, como lo es su Corazón, en favor de sus predilectos:
los pobres y marginados.
Contestar en familia
- Consciente de nuestro compromiso como familia cristiana. ¿Cómo ayudamos a los pobres y necesitados?
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- ¿Cuál es nuestra actitud cuando vemos al prójimo en situaciones difíciles?
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Para reflexionar: Los 10 “NUNCA”
que no deben suceder en el matrimonio.
www.pildorasdefe.net
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Bula, Misericordiae Vultus, 34-5
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- Escribe una breve anécdota que indique tu actitud de solidaridad y amor
hacia los demás.
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4. Oración. Escribir una oración por todos nuestros hermanos pobres y desamparados, olvidados y excluidos.
Familia: ..................................................................................................................
5. Acción. Seleccionar un lugar o una familia necesitada para realizar una obra
de solidaridad. Describir la experiencia viva.
Obra de solidaridad: .............................................................................................................
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TRABAJO EN FAMILIA
Anota las obras de misericordia
corporales y espirituales según
el Evangelio.
¿Cómo cumplo
cada una de ellas?
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
Para reflexionar: 3 pasos para sanar heridas matrimoniales
y familiares por el Papa Francisco
www.pildorasdefe.net
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MEDITACIÓN EN FAMILIA Nº4
María, madre de la misericordia
1. Oración.
Ven Espíritu Santo. Ven por medio de la poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María, tu amadísima Esposa.
Ven Espíritu Santo. Ilumina nuestro entendimiento para leer tu Palabra y hacerla
vida en nuestras familias. Amén
2. Lectura. Las Bodas de Caná Jn2, 1-11
El pasaje evangélico es el primer milagro, signo portentoso que se describe en
el Evangelio de Juan. La preocupación de María convertida en súplica a Jesús:
«No tienen vino» le dijo y la referencia a «la hora» se comprenderá, después en
los relatos de la Pasión. Compartamos en familia la Palabra de Dios.
3. Meditación.
Profundicemos en la Sagrada Escritura, a través de las palabras del Papa Francisco. “Las bodas de Caná se repiten con cada generación, con cada familia, con
cada uno de nosotros y nuestros intentos por hacer que nuestro corazón logre
asentarse en amores duraderos, en amores fecundos y en amores alegres.
Demos un lugar a María, «la madre», como lo dice el evangelista. Hagamos con
ella, ahora, el itinerario de Caná.
María está atenta, atenta en esas bodas ya comenzadas, es solícita a las necesidades de los novios; no se ensimisma, no se enfrasca en su mundo, su amor la
hace «ser hacia» los otros, tampoco busca a las amigas para comentar lo que
está pasando y criticar, la mala preparación de las bodas y como está atenta con
su discreción se da cuenta de que falta el vino.
María no es una madre «reclamadora», tampoco es una suegra que vigila para
solazarse de nuestras impericias, de nuestros errores o desatenciones. ¡María
simplemente es madre!: Ahí está, atenta y solícita. Pero María, en ese momento
que se percata que falta el vino acude con confianza a Jesús, esto significa que
María reza. Va a Jesús, reza. No va al mayordomo; directamente le presenta la
dificultad de los esposos a su Hijo. La respuesta que recibe parece desalentadora:
«¿Qué podemos hacer tú y yo? Todavía no ha llegado mi hora» (Jn 2,4). Pero,
entre tanto, ya ha dejado el problema en las manos de Dios. Su apuro por las
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necesidades de los demás apresura la «hora» de Jesús. Y María es parte de esa
hora, desde el pesebre a la cruz.
Ella que supo «transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos
pobres pañales y una montaña de ternura» (Evangelii Gaudium, 286) y nos recibió como hijos cuando una espada le atravesaba el corazón, a su Hijo, Ella
nos enseña a dejar nuestras familias en manos de Dios, nos enseña a rezar, encendiendo la esperanza que nos indica que nuestras preocupaciones también
son preocupaciones de Dios.
La familia es una escuela donde la oración también nos recuerda que hay un
nosotros, que hay un prójimo cercano, patente, que vive bajo el mismo techo y
que comparte la vida y está necesitado.
Y finalmente, María actúa. Las palabras «Hagan lo que Él les diga» (v. 5), dirigidas
a los que servían, son una invitación también a nosotros, a ponernos a disposición
de Jesús, que vino a servir y no a ser servido. El servicio es el criterio del verdadero
amor. El que ama sirve, se pone al servicio de los demás Y esto se aprende especialmente en la familia, donde nos hacemos, por amor, servidores unos de otros”.
- ¿Qué virtudes de la virgen María nos enseña el pasaje bíblico?
- Ante los momentos de mayor dificultad familiar ¿Acudimos a Jesús o nos
dejamos abatir por los problemas?
- ¿Dedicamos en la jornada diaria, un momento de oración en familia?
4. Oración. María atestigua que la misericordia del Hijo de Dios no
conoce límites y alcanza a todos sin excluir a ninguno. Oremos el
Santo Rosario en familia y pidamos que la dulzura de su mirada
nos acompañe en este Año Santo.
5. Acción.
Este Año Santo, sea una oportunidad para hacer de nuestras familias escuela
de oración. Establecer en familia momentos de oración.
Para reflexionar: ¿Deseas compartir momentos de oración
con la Pastoral Familiar GAF?
Contáctanos: [email protected]
www.pildorasdefe.net
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Horario de Oración Familiar
Intención
Día
Tiempo
Tipo Oración
Itinerario para el Año Jubilar de la Misericordia
de la Familia Farina
Nº
1
3
4
5
Actividad
Convivencias por el Año Jubilar
de la Misericordia
Apertura del Año Jubilar
de la misericordia
Ofrenda para las misiones (DOMUND)
Rezo del Santo Rosario en familia
Colecta “Canastilla solidaria”
6
7
Novena de Navidad
Misiones GAF
8
9
Peregrinación Mariana
Consagración de los estudiantes al
Corazón Inmaculado de María
2
Mes
De Octubre
a febrero
Diciembre
Octubre
Octubre y mayo
Noviembre
Diciembre
Diciembre
Marzo
(Semana Santa)
Mayo
Junio
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Oración del Papa Francisco para el Jubileo
de la Misericordia
Señor Jesucristo, tú nos has enseñado a ser misericordiosos como
el Padre del cielo, y nos has dicho que quien te ve,
lo ve también a Él.
Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación.
Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la
esclavitud del dinero; a la adúltera y a la Magdalena de
buscar la felicidad solamente en una creatura; hizo llorar a Pedro
luego de la traición, y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido.
Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la
palabra que dijiste a la samaritana: ¡Si conocieras el don de Dios!
Tú eres el rostro visible del Padre invisible, del Dios que manifiesta
su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia:
haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor,
resucitado y glorioso.
Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: haz que quien se acerque a uno
de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios.
Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción para que
el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor y tu
Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a
los pobres proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y
restituir la vista a los ciegos. Te lo pedimos por intercesión de
María, Madre de la Misericordia, a ti que vives y reinas con el
Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén