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Aportes
C e le
l eb r ac i ó n
p ar a l a
Homilía y guión para la Santa Misa
Fieles difuntos
Ciclo A. Color: Morado
2 de noviembre de 2014
Año XVIII - Nº 1047
Aportes para la homilía
Quien cree en mí tiene vida
eterna: ¡yo lo resucitaré y
vivirá para siempre!
Apoc 21, 1-5a. 6b-7; Sal 26;
1 Cor 15, 20-23; Lc 24,1-8
Hay que darse los gustos en vida,
pues no sabemos qué viene después;
así dicen quienes no creen en la resurrección de los muertos ni en la vida eterna.
En tiempos de Jesús los saduceos eran
los incrédulos. Un día le pidieron a Jesús
que interprete el pasaje bíblico que relata
sobre los siete hermanos que se fueron
casando con la viuda del primero y, quizá
con intención de reírse. Al final le preguntaron: cuando todos resuciten, ¿de quién
será esposa? Los Evangelios hablan de
la resurrección de la hijita de Jairo, del
hijo de la viuda de Naím y de la resurrección de Lázaro al cuarto día del entierro,
y dejan entrever que Jesús resucitó a
otros más. Y, como para demostrar que
Dios es Dios de vivos y no de muertos, él
mismo, al tercer día resucitó de entre los
muertos y se dejó ver, tocar y oír por los
suyos, comió con ellos, como para convencerlos de que realmente estaba vivo
¡y más vivo que nunca!, con una vitalidad
contagiosa, tanto que no terminaban de
salir del asombro.
Hoy recordamos a nuestros difuntos,
también en estos días vamos al cemen-
terio, rezamos y llevamos flores. Estos
son días para mirar hacia adelante, ilusionándonos por cuanto nos espera, sin
mirar tanto el pasado y querer revivir lo
que ya fue, una etapa cumplida. Y así,
de frente al futuro, oremos por el eterno
descanso de nuestros hermanos: Que
el Señor encienda para ellos la luz que
no tiene fin, la que un día nos iluminará
también a nosotros y para siempre. ¿Lo
creemos así? ¿Vivimos anhelantes con
esa esperanza?
Sepamos que nuestros difuntos gozan
de la paz del Señor, ya están definitivamente en manos de Dios y nada ni
nadie los arrebatará de sus manos, así
lo asegura Jesús. ¿Habría algo mejor?
También aquí Dios es un Dios infinitamente piadoso y jamás se va a privar de
tenernos en sus brazos para hacernos
gozar de su amor y felicidad. ¿No somos
así con nuestros hijos? Y Dios, ¿no sería
menos que nosotros?
Ahora bien, Dios nos llama a ser
piadosos como él, poniéndonos con
toda fe en sus manos y viviendo como
nos enseña por medio de su Hijo hecho
hombre, asumiendo sus criterios y proyectos, avanzando sobre sus pisadas
y nos invita a ser piadosos en acción
fraterna, completando caritativamente lo
(Continúa en la p. 4).
Aportes - 1
Guión para la Santa Misa
1) Introducción
* Porque descuidamos profundizar
nuestra relación con el Señor meHoy es día de alegría ¡nunca de
diante la oración, la meditación, los
duelo!, dado que festejamos que
sacramentos, las obras de caridad.
nuestros hermanos difuntos ya lleCristo, te piedad de nosotros.
garon a la casa del Padre del cielo,
* Porque no fortalecemos nuestra
y nos congratulamos con ellos, porque
voluntad mediante esfuerzos y sahan alcanzado la eternidad feliz junto a
crificios nacidos del amor. Señor, ten
Dios. Pero, para entrar en el cielo hay que
piedad de nosotros.
llegar plenamente convertidos, por eso
comprendemos que nadie se atrevería
Dios todopoderoso tenga misea acercarse al Santo, santo, santo sin
ricordia de nosotros, perdone
transformar su barro… Hoy oramos por el
nuestros pecados y nos dé la vida
eterno descanso de nuestros seres queeterna.
Amén.
ridos difuntos y ofrecemos el sufragio de
nuestras buenas obras, para que el Señor
las reciba con bondad en favor de ellos. 4) Liturgia de la palabra
Primera lectura (Apoc 21, 1-5a. 6bComencemos cantando…
7): Juan describe la nueva ciudad
santa de Jerusalén, la morada de
2) Saludo de bienvenida
Dios entre los hombres, donde todo
Queridos hermanos: congregados lo malo habrá pasado y Dios será todo
en nombre de Jesús, que murió y en todos.
resucitó por nosotros y prometió
Salmo responsorial (Sal 26): R. El
resurrección y vida eterna a cuantos lo
Señor
es mi luz y mi salvación.
sigan fielmente, renovemos nuestra espeSegunda lectura (1Cor 15, 20-23):
ranza en la vida eterna y oremos hoy por
el eterno descanso de nuestros difuntos, Pablo anuncia que los que hemos muerto
para que el Señor los introduzca en la por el pecado de Adán, adhiriéndonos a
Cristo reviviremos con él a vida nueva.
felicidad del cielo.
Él esté siempre con cada uno de
Lectura del Evangelio (Lc 24, 1-8):
ustedes…
Lucas relata la aparición de Jesús resucitado a las mujeres que habían ido al
3) Acto penitencial
sepulcro a embalsamar su cuerpo.
Las promesas bautismales que hemos renovado en varias ocasiones 5) Oraciones de los fieles
exigen arrepentimiento y enmienEl Señor hoy nos invita a orar y
da. Comencemos esta misa poniendo
ofrecer sufragios por el eterno
nuestra vida ante los ojos misericordiosos
descanso de nuestros hermanos
de nuestro Dios y Padre:
difuntos.



* Porque si bien somos débiles y
A cada intención digamos:
las tentaciones son fuertes, nuestro
Dales, Señor, el descanso eterno
pecado está en que evitamos poco
y brille para ellos la luz que no
las ocasiones próximas de pecado.
tiene
fin.
Señor, ten piedad de nosotros.
Aportes - 2

4 Tú que hiciste nuestro corazón a la 8) Despedida y bendición final
medida del tuyo…
Cuando vayamos al cementerio a
visitar la tumba de nuestros seres
4 Tú que prometiste resurrección y vida
queridos, recordemos que ellos
eterna a los que te creyeran y siguieestán en manos de Dios. Los cementerios
ran…
son sólo casas vacías, Dios tiene para
4 Tú que acompañaste con tu Madre a
cada uno de sus hijos una nueva mansión,
José en sus últimos momentos…
eterna e indestructible, un cuerpo glorioso
4 Tú que resucitaste a la hija de Jairo, al como el de Jesús resucitado, lo que prohijo de la viuda de Naím y a Lázaro… fesamos en el Credo cuando afirmamos
4 Tú que diste tu vida en la cruz para Creo en la resurrección de la carne y la
rescatarnos del pecado y la muerte… vida eterna. Vivamos alegres, ilusionados
por las maravillas que nos esperan más
4 Tú que venciste todo pecado y muerte
allá del mar y las estrellas…
y resucitaste para nunca más morir…
Ya que por la vida nueva de Jesús es4 Tú que al final de la jornada nos pagaperamos confiados en nuestra futura
rás con el eterno denario del cielo…
resurrección, que su Padre, el Dios de
todo consuelo, nos bendiga. R. Amén.
Concede, Señor, a todos los difuntos la felicidad y la vida eterna, y
Que conceda también el perdón de
acoge sus oraciones por los que
los pecados y conduzca a todos
aún peregrinamos a la Casa de tu Padre
nuestros difuntos al lugar de la luz y
para que jamás nos desviemos del único
de la paz. R. Amén.
y seguro camino, que eres tú, que vives y
A quienes tenemos la certeza de que
reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Cristo resucitó de entre los muertos
para nunca más morir nos permita
6) Presentación de las ofrendas
vivir eternamente con él. R. Amén.
Presentemos al Señor la ofrenda

del pan y el vino y, junto a ella, las
oraciones y sufragios por el eterno
descanso de nuestros hermanos
difuntos. Que el Señor reciba nuestra
ofrenda con agrado y otorgue a todos los
difuntos la resurrección y la vida eterna.
Cantamos…
7) Comunión
También nosotros seremos llamados por el Señor al banquete eterno
de bodas, ya no habrá más muerte
ni pena ni gemido, porque todo eso
habrá pasado y, por siempre esperaremos
que Dios sea todo en todos. Mientras peregrinamos en esta vida, acerquémonos
a comulgar en la mesa del Cuerpo y la
Sangre de Jesús.
Cantamos…

Y que la bendición de Dios todopoderoso Padre, X Hijo y Espíritu Santo
descienda y permanezca siempre con
nosotros. R. Amén.
Los primeros cristianos diseñaban la esperanza
con un ancla, como si la vida fuera el ancla,
allá arriba, y todos nosotros yendo, teniendo
la cuerda. Una bella imagen, esta esperanza.
Tener el corazón anclado allá, donde están los
nuestros, donde están nuestros antepasados,
donde están los santos, donde está Jesús,
donde está Dios. Ésta es la esperanza que no
desilusiona. La esperanza es como la levadura
que te hace crecer el alma. Hay momentos difíciles en la vida, pero con la esperanza, el alma
va adelante… ¡Mira aquello que nos espera!
Papa Francisco
Aportes - 3
(Viene de la p. 1).
que nuestros difuntos no alcanzaron a
concretar y reparando también lo que a
veces no quisieron hacer o hicieron mal
por mala voluntad porque nadie puede
tirar piedras contra nadie.
Los saduceos descreían de la resurrección y la vida futura, quizá porque
nadie vino del otro lado a contarles nada,
quizá por su escasa fe en el Dios de la
vida o por no ahondar en cuanto había
revelado por los antiguos profetas y por
la misma historia de Israel donde siempre
él se había manifestado como el Dios de
Abraham, de Isaac, de Jacob, Dios de
vivos, no de muertos. Un Dios que llena
de luz y de gozo nuestras esperanzas.
Que no nos pase lo mismo por no
investigar cuanto Dios nos revela en toda
la Biblia, Antiguo y Nuevo Testamento y,
también, analizando cuanto encontramos en el Catecismo Católico en torno
a la palabra resurrección. Ese estudio
nos iluminará el horizonte y nos animará
a caminar con más ilusión, palpitando
desde ahora lo que viviremos en Dios
para siempre, como decía san Francisco
en Asís: tanto es el bien que espero que
en las penas me deleito, convencidos de
que nuestros difuntos gozan de buena
salud, esperándonos para el reencuentro
definitivo.
Así, nuestro accionar cristiano será
aurora de esperanza para cuantos descreen de ese reencuentro. Por eso, esperanzados e ilusionados en todo lo que
Dios nos promete, su Hijo nos lo reafirma
con su propia resurrección y los apóstoles
nos lo repiten en sus escritos. Pidamos a
nuestros difuntos que nos ayuden a mirar
más allá de nuestras dificultades de cada
día. Que la maravillosa experiencia que
disfrutan junto a Dios, sus ángeles y la
multitud de hombres y mujeres que ya
pasaron a mejor vida, nos desapeguen
de los bienes de esta vida y aumenten el
ansia de poseer junto a ellos los bienes
eternos, por los siglos de los siglos, y que
al vernos los saduceos de hoy comiencen
a cambiar de criterios y de vida.
¡Señor Jesús!, vida y resurrección
nuestra que, movido por el infinito
amor de tu Padre a nosotros, asumiste
nuestra naturaleza humana y cargaste
nuestra miseria y pecado sin esquivar
sus consecuencias: la muerte ¡y qué
muerte!, hoy recordamos a cuantos ya
han dejado este mundo y ahora están en
sus manos para siempre: dales el eterno
descanso del cielo y brille para ellos la
luz que no tiene fin.Te pedimos también
por nosotros mismos: que seamos con
claridad y convencimiento los testigos
del mundo futuro y que, rogando por
ellos, nuestros difuntos rueguen también por nosotros para que recorramos
anhelantes los días que faltan para ese
reencuentro definitivo. Y aunque suframos la muerte terrenal, que nos reafirmemos en tu promesa que nos asegura
que quien cree en ti y te sigue fielmente
ya tiene vida nueva. Entonces, lo que nos
espera en la casa de tu Padre hará que
olvidemos las miserias y estrecheces
de este tiempo, pues todo eso ya habrá
pasado. ¡Y tú, Padre, serás todo en todos,
por toda la eternidad! Amén.
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