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Sinopsis
Fate Succumbs
Después de haber escapado por poco de una sentencia de muerte injusta, Scout
Donovan está en fuga. Pero cuanto más descubre sobre la Manada Alfa y ella
misma, más se da cuenta de que no puede correr para siempre. El destino le
está impulsando hacia una batalla inevitable. ¿Puede sobrevivir Scout o
finalmente sucumbirá al destino?
Tercer libro de la trilogía Timber Wolves
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Índice
Sinopsis
Capítulo 18
Capítulo 1
Capítulo 19
Capítulo 2
Capítulo 20
Capítulo 3
Capítulo 21
Capítulo 4
Capítulo 22
Capítulo 5
Capítulo 23
Capítulo 6
Capítulo 24
Capítulo 7
Capítulo 25
Capítulo 8
Capítulo 26
Capítulo 9
Capítulo 27
Capítulo 10
Capítulo 28
Capítulo 11
Capítulo 29
Capítulo 12
Capítulo 30
Capítulo 13
Capítulo 31
Capítulo 14
Sobre la autora
Capítulo 15
También en la saga
Capítulo 16
Staffs
Capítulo 17
Créditos
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Capítulo 1
Traducido por Pily
Corregido por PrisAlvS
—No puedo hacer flexiones de brazos. —El sudor se deslizaba por mi cuello,
aferrándose a la parte superior de mi camisa. Solo eran las ocho de la mañana,
pero también era agosto en Cimarron National Grassland de Kansas—. En caso
de que lo hayas olvidado, mi mano no ha sido totalmente funcional desde que
la deslicé a través de un par de esposas.
—Por supuesto que sí —dijo Liam vertiendo una botella de agua sobre su
cabeza—. Eres una Cambiante.
—Lo que significa que tendré uso de mi mano mañana.
—Está bien. Si no puedes manejarlo, hazlas con una sola mano.
Durante dos semanas había estado vagando a través de los Estados Unidos
en un coche con Liam Cole. Durante nuestro viaje por la carretera del Hades, él
solo habló para preguntarme sobre el estado de mi vejiga (que es exactamente
como él lo expresó), ofrecerme un poco más de Tylenol o Advil (la única
medicina que estaba tomando para mi mano rota) o preguntarme lo que quería
en la última ventana de comida rápida (donde siempre pidió una hamburguesa
triple con queso). Ahora, por la mañana antes de la luna llena, era de repente un
charlatán, utilizando cada palabra exclusivamente para antagonizarme. Me di
cuenta de que lo estaba utilizando como un cebo, y debería haber dejado tratar
de hacerlo con las dos manos. Por desgracia, nunca he conocido un reto que no
me gustara.
Existía la posibilidad de que los residentes de Timber, Kentucky, escucharan
mi grito.
Como si la tortura física y comentarios sarcásticos no fueran suficientes, Liam
también se sintió en la necesidad de enriquecer mi cerebro con una lección
aburrida sobre lo básico de los Cambiantes.
—Y ¿cómo reaccionarías si llegas a tener un miembro de la manada Chase
persiguiéndote esta noche?
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Deseé que mis ojos no rodaran.
—Dejo caer mi cabeza y expongo mi garganta en una muestra de sumisión
ya que este es su territorio y no tengo ningún deseo de apoderarme de él —dije
por quinta vez.
—No va a ser fácil —me aseguró, también por quinta vez—. Vas a tener que
anular su respuesta instintiva para ejercer su dominación.
—Lo sé.
—Pero si no lo haces, podría ponerse feo. Puedes ser capaz de tomar otro
Cambiante en un enfrentamiento de uno contra uno, pero si desafías a alguien,
toda la manada vendrá.
—Lo sé.
—La Manada Chase normalmente no viene a este lado del parque, pero hay
que estar preparados por si acaso.
—Lo sé.
Y pensar que hace apenas unas semanas quería aprender más sobre el
mundo Cambiante.
—Ya hemos pasado por esto —dije, agarrando otra barrita de cereales del
asiento trasero del coche. Era la última en nuestra tercera caja del día—. Te
prometo que voy a seguir tu consejo, quedarme en este lado del parque y tratar
a cualquier otro Cambiante que encuentre con el máximo respeto. En serio,
Liam, no voy a desprenderme de ti. No quiero que alguien delate mi ubicación
con la Manada Alfa más de lo que lo quieres tú. —Porque solo Dios sabía lo que
iban a hacerme cuando me encontraran. Bueno, supongo que Dios no era el
único. Quiero decir, lo tenía más o menos resuelto ya que trataron de cortarme
la cabeza con una guillotina real.
—Bien —dijo—. Ahora vamos a repasar los puntos de referencia que
necesitas para estar al pendiente de nuevo.
Había, oh… tantos… muchos motivos para sentirse satisfechos cuando la luz
del día comenzó a desvanecerse desde el cielo.
En el Cimarron no hay un montón de lugares para desnudarse y esperar a
que tu cuerpo se rasgue y se transforme en la forma de un lobo, pero
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encontramos una roca en forma de tortuga de gran tamaño que ofrecía una
cantidad razonable de privacidad. A medida que nos dirigíamos hacia allá Liam
dijo:
—Acuérdate tomar la energía de la tierra a medida que cambias.
Me detuve en el borde de la roca.
—¿Qué?
—Haz un esfuerzo consciente para tomar la energía de la tierra. El Cambio
será más rápido.
—¿De qué estás hablando?
—Transferencia de energía.
Pensé en ello, busqué en lo más recóndito de mi memoria y...
—No tengo ni idea de lo que eso es.
Liam miró hacia el sol poniente, con evidente fastidio.
—Pensé que habías dicho que entendías la ciencia detrás del Cambio.
—Sí, pero el libro del doctor Smith nunca dijo nada acerca de la transferencia
de energía o tomar cosas de la tierra.
—Doctor Smith... —La realización brilló en los ojos de Liam—. ¿Tienes el
libro de papá?
Esta no iba a ser una conversación cómoda.
—Alex me lo dio —dije.
Había sido un regalo de Navidad. Alex sabía que iba a tener un millón de
preguntas acerca de todo el asunto Cambiante una vez que descubrí que era un
hombre lobo, así que me dio el único libro en el mundo que explica la ciencia de
lo que pasa con el cuerpo durante el Cambio. Hablaba sobre la reconstrucción
ósea, regeneración celular y la reasignación de los nervios, pero no ahondaba en
el estímulo para esas transformaciones.
—Se lo iba a devolver, pero entonces...
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Pero entonces, Alex murió en mis brazos después de un horrible accidente.
Todavía me causa dolor físico pensarlo, y sabía que no podría ser más fácil para
su hermano escucharlo, así que simplemente me encogí de hombros para
acabar la oración.
—He aprendido mucho de él. Puedes tenerlo de vuelta.
Liam hizo una especie de sacudida de cabeza que podría haber sido
interpretada en una miríada de formas.
—Cuando uno está Cambiando —dijo volviendo al tema original—,
imagínate que estás tirando de la fuerza de la tierra y el aire en tu cuerpo.
Robamos energía de nuestro entorno durante la transformación. Mentalmente
abrirse a esas energías relaja tu cuerpo y hace que el Cambio sea más fácil.
Por lo que a lógica se refería, era un hermoso sonido.
—Gracias —dije mientras me acercaba a mi lado de la roca.
—Scout.
Me detuve, si no por otra razón porque era la primera vez que me llamaba
por mi nombre.
—Buena suerte.
***
Un año atrás, yo era una chica normal que vivía en lo que pensé que era una
vida normal. Todo eso cambió cuando Liam y Alex Cole se trasladaron a mi
ciudad natal en Timber, Kentucky.
Alex, el hermano menor de Liam, era la encarnación viva de la perfección,
inteligente, divertido y tan caliente que preocupaba la combustión espontánea
en su presencia.
Me tomó cinco segundos para caer de cabeza, lo cual no era de extrañar.
Todo el mundo quería a Alex. La sorpresa fue que él también me quería.
Alex fue quien me introdujo al mundo de Cambiantes y Videntes, pero
pronto me di cuenta de que había estado viviendo justo en el medio de ellos
toda mi vida.
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Gracias a las habilidades que aprendí de ver demasiado Veronica Mars,
descubrí que Jase, mi medio hermano, y Charlie, su primo a quien había amado
desde que mi idea de una televisión de calidad incluía un dinosaurio púrpura
que canta, también eran Cambiantes. No solo eso, mi mejor amiga, Talley, era
una Vidente que podía ver los pensamientos y sentimientos de una persona con
un toque.
Descubrir que todos en los que confiaba hicían una práctica diaria para
ocultarme secretos de tamaño de elefantes gigantes, no fue uno de mis mejores
momentos. Puede que como resultado me haya hecho un poco de daño.
En abril, Alex murió en un horrible accidente. Estaba devastada y triste, por
no mencionar que soporté algunas heridas importantes. Pensé que las cosas no
podían estar más complicadas.
Estaba equivocada.
Treinta días después de la muerte de Alex mi mundo cambió de nuevo. Esa
noche me convertí en una Cambiante, Cambié en un lobo bajo la luz de la luna
llena.
No debería haber sido posible. Por un lado, soy una chica. Por otra parte, mi
padre no es un Cambiante. Dado que la capacidad de cambiar se transmite de
padres a hijos, mis nuevas habilidades se encontraron con algunos sentimientos
no tan agradables, la mayoría de los cuales provenían de mí.
En ese momento, en cuclillas en medio de la nada, en Kansas, di la
bienvenida el Cambio por primera vez. No era solo porque me iba a conseguir
el uso de mi mano de nuevo gracias a la tendencia del Cambio para sanar
heridas, aunque eso era una gran ventaja, brillante, sino que anhelaba ser
salvaje y libre. Estaba cansada de estar inmovilizada con solo los pensamientos
de mierda en mi cabeza para hacerme compañía. La Scout Humana estaba más
que dispuesta a entregar las riendas a la Scout Loba.
Tal vez por eso el Cambio fue más rápido que nunca. O tal vez es solo una de
esas cosas que son mejores con la práctica. Pudo haber sido que Liam estaba en
lo cierto y el tomar energía de la tierra funcionaba, pero no quería sacar
conclusiones locas.
Una vez que salí de detrás de la roca me encontré mirando a los ojos de un
lobo gris. No cualquier lobo gris, mi lobo gris.
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Estar atrapada en un coche con su olor durante horas y horas no había
entorpecido su impacto sobre Scout Loba. Su nariz seguía acariciando su cuello,
lo que confirmaba que realmente estaba allí.
Hubo un período de tiempo en que la Scout Humana había cuestionado la
existencia del lobo gris, pero la Scout Loba nunca dudó. Pero nunca había visto
más que una visión, nunca había sido capaz de tocarlo realmente.
La parte de mi cerebro que todavía era humana, la parte que utilizaba la
lógica en lugar del instinto, sabía que este era el mismo Liam que odiaba el
queso y estaba completamente no familiarizado con el concepto de la sonrisa.
A la Scout Loba no le importaba. Solo lo conocía como el amigo que siempre
había estado allí para ella cuando lo necesitaba, como el que vino a su
encuentro y la rescató de nuevo.
Liam me mordisqueó y yo le devolví la mordida. Entonces, se fue. Lo alcancé
rápidamente, pero solo porque me dejó. Corrimos juntos, nuestros lados
frotándose uno contra el otro. Finalmente, la Scout Humana se desvaneció por
completo, dejando a la Scout Loba en paz con la única persona en la tierra en la
que confiaba por encima de todos los demás.
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Capítulo 2
Traducido por PrisAlvS
Corregido por belisrose
Antes, cuando solamente era una ingenua adolescente que no sabía nada del
mundo real en el que la magia era posible, prestaba poca atención a los sueños.
Rara vez tenía uno y pensaba que las personas que querían analizarlos o creían
que eran caminos a algo místico eran idiotas. Todo eso cambió cuando me
involucré con Alex.
Aunque él era un Cambiante y un macho, Alex tenía algunas habilidades de
Vidente. No podía hacer eso de la comunicación no verbal en el cerebro como
otras Videntes hacían, él podía Caminar en Sueños. Había desarrollado esta
habilidad de niño, aunque siempre le mostraba una sola cosa: Yo. En cuanto
finalmente nos encontramos en el mundo real, empecé a anticipar esos sueños.
Por meses soñé con un lugar en el lago con una playa rocosa oscurecida por un
acantilado. En abril me encontré en ese punto. Era el lugar donde Alex y yo
habíamos tenido nuestra primera cita, y donde fuimos atacados por mi
hermano y Charlie.
Era el lugar donde Alex murió.
Después de esa noche, continué soñando con el punto en el lago. En esos
sueños Alex estaba ahí. Podía verlo, sentirlo y saborearlo; podía abrazarme y
ayudarme con mis problemas. Esos sueños me mantuvieron cuando mi corazón
estaba hecho pedazos y durante mi encarcelamiento por la Manada Alfa. Pero
desde mi escape no he tenido uno de esos hermosos sueños, como todo lo
demás en mi vida.
Eso, sin embargo, no significaba que no soñara por la noche. Dormí muy
poco esas primeras semanas, pero cuando lo hacía raramente estaba sola.
La mayoría de las noches aparecía Jase, mi hermanastro, a quien amaba como
el gemelo que todos creían que era. Esas diminutas películas inducidas por el
sueño no eran tanto sueños como recuerdos. Él estaba frente a mí antes los
Alfas, la cabeza en alto, y testificando contra mí. A la mañana siguiente
despertaba con las palabras “Ella no es mi hermana” haciendo eco en mis orejas.
Tomaba horas para que la traición y el dolor liberaran su agarre de mis
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pulmones lo suficiente como para que respirara normalmente. En las otras
noches me encontraba con Travis, un miembro ahora muerto de la Manada
Alfa. Los más inquietantes de esos sueños eran en los que todo parecía normal.
Estaba sentada en clases o caminando en un pasillo de WalMart y ahí estaba él.
Él caminaba hacia mí, su boca curvada levemente como diciendo “Oh, hola,
amiga”. Intentaba alejarme, correr, pero él siempre estaba al doblar la esquina o
bloqueando mi camino.
El día después de la luna llena mi sueño me llevó a un restaurante. Era del
tipo elegante con servilletas de tela y todo. Podía oír y sentir a otras personas,
pero no podía verlas. Todo lo que podía ver era al tejano de los ojos azules y
cabello rubio desteñido que se sentaba frente a mí.
—Scout —dijo a modo de saludo.
No respondí. No podía. Intenté abrir mi boca, pero esta no colaboraba. Un
intento de levantarme e irme también fracasó. Estaba atrapada.
—Ha pasado mucho tiempo. No te he visto desde… —Una mueca con sus
labios—. Bueno, ya sabes.
Las lágrimas eran calientes contra mis mejillas. Quería sollozar, pero ningún
músculo funcionaba.
—¿Cómo se siente matar a alguien? —Se inclinó hacia mí, no más
entretenimiento falso en su rostro. Sus ojos eran duros y acusadores—. ¿Te
gustó? ¿Te gustó la sensación de la pistola en tu mano? ¿Disfrutaste viéndome
morir?
Intenté negar con la cabeza, pero esta seguía sin moverse.
—Lo hiciste, ¿no? Me asesinaste y te gustó. —Él no estaba gritando o
enfadado, lo cual solo lo hacía peor. Las acusaciones calmadas, la absoluta
seguridad de estar en lo cierto en su voz. Quería decirle que estaba equivocado,
que realmente lo lamentaba. Que lo evitaría todo si pudiera.
Cuando desperté no fue repentino, aunque mi corazón sí latía alocado en mi
pecho. La culpa pesaba en mi estómago y cerraba mi garganta.
Por eso Charlie andaba en modo zombi conmigo, pensé. Cuando le disparé a
Travis era una situación de matar o ser asesinada. No hay duda en mi mente de
que hice lo correcto, lo único que podía haber hecho, y aun así no podía
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quitarme esos sueños de encima o arreglar mi destrozada alma por haber
arrebatado una vida. ¿Cuánto peor había sido para Charlie quien no se podía
reconfortar por saber que fue en defensa propia? ¿Cuánto peor me sentiría si
pensara que había matado a Travis en un ataque de ira?
Encontré a Liam tirado sobre la otra cama cuando finalmente me levanté. Por
supuesto, se podía alegar que estaba en coma en lugar de dormido. El motel era
uno de esos lugares que llevaban de pie desde 1950 y no habían encontrado la
necesidad o el dinero de actualizarlo. Intenté hacer silencio mientras me
encargaba de mis cosas, pero con plomerías arcaicas y puertas necesitando
aceite era básicamente imposible. Aun así, cuando salí del baño, tan limpia
como se puede estar cuando el agua huele a oxido y solo se tiene tres mudadas,
Liam seguía en la misma posición, sus ojos cerrados contra el sol de la tarde.
Revisé las bolsas de comida rápida que ensuciaban el suelo, sentí una
pequeña sensación de victoria por la cacería cuando encontré una salchicha sin
comer en las profundidades. Con nada más por hacer, me senté, devoré mi
presa y observé a Liam.
Hubo una época en la que pensaba que Liam solo era una versión más
grande y enfadada de Alex. Con una inspección de cerca noté que se veían
bastante diferentes. Quiero decir, todo el que los viera sabría sin duda que eran
hermanos, pero difícilmente podían pasar por gemelos. El cabello de Liam
empezaba a sobresalir, haciendo que el tinte rojo faltara en el desordenado
cabello castaño de Alex, lo cual era más que evidente. Su estructura ósea era
similar, pero la mandíbula de Liam era más pronunciada y llevaba una capa de
sombra de barba. Y mientras sus ojos eran del mismo tono exacto, los de Liam
tenía una forma diferente y sus pestañas, aunque no tan espesas, eran mucho
más largas.
Alex era hermoso. Liam no podía ser llamado así. Era una palabra muy
insípida. Apuesto tampoco parecía correcto. Llamativo. Esa era una palabra
para describir la apariencia de Liam. Él era llamativo.
También estaba despierto.
—¿Scout?
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No estoy segura de cuándo me levanté de la silla y caminé hasta el borde de
su cama, pero ahí estaba. Y esa claramente era mi mano estirada, congelada a
unos cuantos centímetros de su rostro.
—Tengo hambre —dije, como si toda la cosa de Scout Acosadora estuviese
bien.
Liam se sentó, se frotó el rostro. Regresé a la silla tan rápido como pude, lo
que para un Cambiante el día después de la luna llena significa mucho.
—¿Quieres ordenar unas pizzas?
—¡Suena perfecto! —Hacía eso de las chicas de hablar muy rápido y agudo.
Quería abofetearme. Liam parecía querer presentarse voluntario para hacer eso
por mí.
Después de mucha discusión, alguna hecha en un tono de voz normal y no
espástico, ordenamos dos pizzas grandes, una orden de palitos de pan, dos
órdenes de alas y algo que llamaba pizza s’mores, de lo cual tenía cierto recelo.
Liam dejó algo de efectivo en la cómoda en cuanto hicimos la orden y
desapareció en la ducha.
Alegremente pasé el tiempo mirando Cartoon Network. Cuando Liam tenía el
control remoto, lo cual era siempre que estaba alrededor de la televisión,
mirábamos el Canal del Clima sin parar. Una obsesión con los patrones
climáticos aparentemente era algo de los Cole porque Alex siempre sabía todo
sobre el clima, aunque podía ser solo porque pasaba mucho tiempo con su
hermano. No puedo ni pretender que me importan las altas presiones o
tormentas rotatorias, pero luego de un par de días con Liam era capaz de los
puntos de rocío con el mejor.
Estaba mirando un programa nuevo, la trama tenía algo que ver sobre
electrodomésticos que hablaban y un microondas suicida, cuando el repartidor
de pizzas llamó.
—Sería cincuenta y siete —dijo el chico sin levantar la mirada. Realmente
estaba obeso y de alguna forma se las ingeniaba para balancear la comida sobre
un rollo de grasa con una mano mientras tenía el recibo en la otra. No estaba
segura cuál era la etiqueta apropiada cuando se debía tomar el dinero del
estómago de un chico. Me estiré hacia este, pero me acobardé en el último
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minuto cuando resultó que sería obvio que tendría que tocar alguna parte de él.
Él aparentemente me vio tomarlo, pensó que lo tenía y lo soltó.
Si hubiese sigo una chica normal la comida se habría caído al suelo.
Estaba pensando que la comida caería.
Nada de comida cayó.
—¡Demonios! —exclamó el Chico Pizza—. ¿Cómo hiciste eso? Fuiste como
Flash.
—Uhm… ¿me ejercito? —Me enderecé lentamente, como si la acción negaría
la velocidad sobrehumana que demostré al salvar mi pizza de un trágico final.
Levanté la mirada, esperaba que mi avergonzada sonrisa evitara que el Chico
Pizza hiciera alguna pregunta. En cuanto encontré su mirada noté que eso no
iba a suceder. Estaba demasiado ocupado haciendo eso de observar-a-Scoutcon-la-boca-abierta que las personas solían hacer.
Infortunadamente no estaba de humor para tratarlo.
—Sí, soy pálida. Sí, este es mi color natural de ojos. No, no tiño o decoloro mi
cabello para hacer que parezca así. —Moví el dinero frente a él—. No necesito el
cambio. Gracias.
Él no captó la indirecta.
—Eres ella. —Sus ojos se ampliaron mucho más sobre sus mejillas—. Eres
ella. Esa chica. —Movió su mano impacientemente frente a mí—. ¿Cuál es tu
nombre?
Relajé mi rostro e intenté no sonrojarme.
—Elizabeth —dije dando la respuesta que Liam me había indicado.
—No, no es así.
—Uhm… creo que sé mi nombre. —Mi corazón estaba alocado en mi pecho.
¿Quién era este tipo? No olía como a un Cambiante y Liam dijo que estábamos
al menos a unos ciento sesenta kilómetros del terreno de la Manada Chase.
—No, en serio. —Claramente se estaba frustrando—. Eres la chica de la
televisión.
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Reí. Era algo fuerte, más un chillido que una verdadera risa, pero fue la
primera en escapar en un tiempo más largo de lo que podía recordar.
—No. No soy yo. —Miré sobre mi hombro a la habitación del motel con la
alfombra manchada que una vez estuve bien y camas disparejas—. Quiero
decir, ¿estaría en esta habitación si así fuera?
Él no apestaba a marihuana, no había estado fumando. Apostaba por
pastillas. Muchas pastillas.
—Está bien —le aseguré—. Me has confundido con alguien más.
Él seguía sin creerlo, creí que iba a tener que empujarlo literalmente lejos de
la puerta cuando Liam salió del baño.
—¿Quién eres tú? —preguntó Liam con su trato frío.
—Chico Pizza —contesté ya que el Chico Pizza parecía congelado e incapaz
de hablar. Supongo que un chico de un metro noventa probablemente tenía ese
efecto en algunas personas—. Él ya se iba.
Liam se quedó detrás de mí y puso una mano sobre la puerta.
—Gracias. Nos vemos —dijo, empujó al Chico Pizza. En cuanto lo
escuchamos arrastrar los pies de regreso a su auto, lo cual fue varios minutos
después, Liam me lanzó una mirada—. ¿Qué hacías?
—¿Conseguía nuestra comida?
Esa, aparentemente, era la respuesta equivocada.
—¿Qué parte de “ocult{ndonos” no entendiste?
—¿La parte en la que me oculto del Chico Pizza? —¿Realmente me estaba
gritando por conseguir nuestra comida?—. ¿Qué se suponía que hiciera, Oh
Gran Sabio?
—Darle el dinero, tomar las cajas y cerrar la puerta. No había necesidad de
discutir.
En un movimiento de superior madurez, puse los ojos en blanco.
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—Oh, por el amor de todas las cosas brillantes, no todos nosotros podemos
sobrevivir en el mundo real con miradas frías y unos cuantos gruñidos.
Tenemos que recaer en el discurso y las normas sociales.
Él convirtió la mirada normal de Liam un poco peor, para que así pareciesen
rayos láser que estaban por dispararse en mis ojos. Había pasado toda mi vida
tratando con matones, cuando te ves como alguien del circo de raros los demás
son una molestia en tu vida, así que no me asustaba… mucho.
—Vamos, Liam. —Usé mi voz para hablarle-a-alguien-de-dos-años—. Usa
tus palabras.
—¿Qué tal estas palabras? La. Has. Jodido.
Quería tirarle algo, pero, ya que mis brazos estaban cargados de comida que
pretendía comer, me contuve. Sin embargo, sí le gruñí y zapateé.
—¿Qué? ¿Crees que el Chico Pizza es un espía de la Manada Alfa? ¿Que
Sarvarna y su ejército van a caer sobre el motel mientras dormimos?
Un gruñido mucho más impresionante escapó de la garganta de Liam.
—Te dije que no hablaras con nadie.
—No eres mi jefe —dije, tomé prestada la frase de mi hermana de siete años.
Liam se inclinó más cerca, su nariz a unos cuantos centímetros de la mía.
Podía sentir la Dominancia escapando de él, cargando el aire con salvaje
energía.
—Sí, lo soy.
Me puse de puntitas, como si eso me hiciera parecer más grande e
intimidante.
—No, no lo eres. —Castañeé mis dientes, una muestra de que Scout Loba
tenía el control—. No me arrodillaré como un cachorro solo porque te crees
muy fuerte. —Mis manos se cerraron como si mis garras intentaran salir de
nuevo—. Él solo era un tipo entregando pizzas. No es nada importante.
—¿Y si estás equivocada?
—Entonces me arrodillaré y besaré tus pies mientras ruego por perdón.
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Él se apartó y la energía del cuarto se calmó.
—Comida —dijo estirando una mano. Ya que no había queso para sostener
toda la doble carne en su pizza, me aseguré de sacudir bien la caja mientras se
la pasaba.
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Capítulo 3
Traducido por PrisAlvS
Corregido por PrisAlvS
El golpe en la puerta sonó como un disparo para mis oídos supersensibles. Mi
nariz se infló, intentaba descifrar quién podía ser, mientras Liam apartaba el
borde de la cortina vocalizó “¡Escóndete!”, me miraba alarmado.
Seguíamos en el motel más viejo y sucio en algún lugar más allá del límite de
Colorado. Las camas eran del tipo que tenían paneles de madera a los lados,
bloqueando escondites obvios. “¿Dónde?” pregunté. No es como si importara
dónde me escondía si era un miembro de la Manada Alfa, pero mi nariz me
decía que era solo un humano. Podía percibir la esencia masculina, una mezcla
de Old Spice y olor natural masculino, junto con café, comida rápida y azúcar.
No había rastro de olor a lobo, tampoco el cosquilleo por el poder de otro
Cambiante o Vidente.
Liam miró alrededor por un segundo antes de indicar con la cabeza hacia el
cielorraso sobre el lavabo. La fuerza licana hacía posible que me subiera y
removiera la baldosa, subiera y pasara mi cuerpo en cuestión de segundos.
Regresé la baldosa a su lugar cuando el golpe contra la puerta sonó por
segunda vez.
—¿Puedo ayudarle, oficial? —La voz de Liam llegó a través del cielorraso en
donde estaba doblada como un burrito. No había mucho espacio entre el
cielorraso y el techo.
Agregado a la carga de solo tener un espacio de un metro por un metro y
medio y veinte metro en el cual apretar mi cuerpo de metro y medio, tenía que
tener cuidado de dónde apoyar mi peso. Creo que incluso el policía más
despistado podía notarme si caía desde el cielorraso. Ignoré con fastidio la capa
de polvo y suciedad que cubría cada centímetro del espacio y los sonidos de
correteos.
—Sigo una pista que recibimos esta mañana —dijo la voz de un hombre que
sonaba mayor que mi padre, pero no como un anciano—. ¿Le importa si entro?
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La puerta rosó la alfombra y el olor de café y donas se hizo más fuerte. ¿En
serio? ¿El policía olía a café y donas? Tuve que morder mi labio para evitar reír con
fuerza.
—¿Está aquí solo? —Pregunta cliché de policía.
—Sí, señor.
—¿Lo estaba anoche?
Hubo una pausa y el sonido de algo frotándose. Debió haber sido Liam
frotándose la parte trasera de la cabeza, un hábito suyo, porque su olor se
intensificó momentáneamente.
—Yo, uhm… —Un trago—. Tenía compañía anoche.
—Ya veo. —El oficial se movía alrededor de la habitación del motel. Lo
escuché abrir un cajón. ¿Creía que me escondía en el armario?—. Supongo que
no era su hermana o algo así.
Liam hizo un sonido que parecía ser una risa, aunque no podía ser ya que él
no sabía cómo hacerlo.
—No. Definitivamente no una hermana.
—¿Una amiga?
—Solo una chica que conocí anoche en el bar.
El oficial ahora estaba directamente debajo de donde yo estaba. Hice un
esfuerzo para respirar más suavemente, lo cual por supuesto lo hizo sonar
como un elefante jadeando en busca de aire.
—¿Supongo que no sabe su nombre y número?
—Beth. O Elizabeth. Sí, Elizabeth. Ese dijo que era su nombre. —Liam se
sentó en la cama—. Escuche, hombre, me dijo que tenía diecinueve. Dijo que iba
a la universidad. Lo juro. Quiero decir, la conocí en un bar.
El policía ignoró el extremadamente bien hecho ataque de pánico de Liam.
—¿Esta era la chica con la que estabas anoche?
El silencio pareció extenderse por siempre. Finalmente Liam dijo:
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—No. Quiero decir, esa Elizabeth era rubia y se parecía un poco en el rostro a
esta chica, pero no parecía tan… rara. —Mi rostro se sonrojó por la vergüenza y
el dolor, lo cual era ridículo. Claro que Liam pensaba que me veía rara. Sí me
veo rara. Aunque escucharlo no ayudaba.
—¿Seguro?
—Hombre, estaba un poco ebrio anoche, pero no lo suficiente para olvidarlo.
—Sí, definitivamente no ayudaba—. ¿Se usó Photoshop para esto? ¿O ella es así
realmente?
—¿No sabe quién es?
Los resortes de la cama sonaron.
—Se lo digo, nunca antes la había visto.
—Eso es interesante —dijo el policía de una forma que demostraba que lo
encontraba un poco más que interesante—. ¿No ha visto las noticias
últimamente?
—¿Las noticias? No. No puedo permitirme tener cable en casa, fui despedido
hace unos seis meses. De hecho estoy de camino hacia Denver a buscar un
trabajo que mi primo cree que me puede conseguir. —Liam se reacomodó en la
cama de nuevo—. ¿Algo le ha pasado a esta chica? ¿Está perdida o algo?
—O algo —dijo el oficial. El sonido de papel contra papel y luego—. Aquí
está mi tarjeta. Si cambia de idea, decide que quizás esta es la chica con la que
estuvo anoche, llámeme.
—Por supuesto. —Liam se levantó y se movió hacia la puerta—. Perdón por
no ser de más ayuda. Espero que encuentren a esta chica y que esté bien y todo.
El oficial bufó.
—No cuente con eso.
Iba a esperar hasta que Liam me dijera que todo estaba despejado antes de
bajar, pero luego sentí algo en mi nuca. Algo peludo y crujiente.
Rodé fuera del cielorraso hasta la cómoda, tiré mechones de mi cabello
intentando quitarme las semillas del infierno. Liam estaba completamente
impasible por mi histeria. Mientras revisaba mi cuerpo frenéticamente por
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rastreros asquerosos, él se giró hacia el televisor y puso CNN. Después de una
historia sobre otra celebridad entrando a rehabilitación después de
avergonzarse a sí misma completa y totalmente a unos metros de la cámara de
alguien, lo cual es decir “en público”, mi rostro apareció en la pantalla.
—La búsqueda de Harper Donovan, nieta del Líder del Senado William
Harper, continúa, —la reportera anunció mientras se veía mi fotografía del
anuario—. Donovan ha estado desaparecida desde un accidente de coche dos
semanas atrás. El accidente ocurrió a pocos kilómetros de su hogar y, de
acuerdo al portavoz del Senador, fue el trabajo de un grupo militante conocido
como el Ejército de Defensores de Dios.
La pantalla cambió para mostrar un video de algunas personas examinando
un accidente en lo que parecía ser la Tierra Entre los Lago en el Bosque
Nacional cerca de mi hogar en el Condado Lake. Fue difícil ver todos esos
vehículos de emergencias, pero el camarógrafo finalmente consiguió un ángulo
que claramente mostraba el auto que mi abuelo me dio por mi graduación
contra un árbol.
—El accidente ocurrió alrededor de las 3 de la madrugada del tres de agosto.
De acuerdo a los reportes policíacos los padre de la chica, Donovan había
estado acampando con su hermano y algunos amigos esa noche. Una de los
sobrevivientes al accidente, Talley Matthews, dijo que una gran SUV sin placa
empezó a seguirlos tan pronto como dejaron el lugar donde acampaban para
dirigirse al pueblo en busca de provisiones. Cuando Donovan, quien conducía,
intentó perder el vehículo, empezaron a empujar el pequeño Toyota.
Eventualmente Donovan perdió el control, chocó contra el árbol a lo que los
expertos creen que se trataba de unos 70 kilómetros por hora.
La imagen regresó al estudio donde una reportera de rostro de piedra volvió
a relatar las mentiras sobre la noche en que me perdí.
—En una conferencia de prensa dada dos noches atrás, la policía local
declaró que después del accidente tres hombres con máscaras se acercaron al
auto. Dos de ellos apuntaron a los acompañantes mientras el tercero levantaba a
una inconsciente Donovan y la sacaba del auto para llevarla a la SUV.
»Cuatro personas estaban en el auto cuando este se estrelló. Matthews y Jase
Donovan, hermanastro de Harper Donovan, escaparon con heridas menores.
Charles Hagan, el tercer pasajero, sigue en estado crítico debido a dos heridas
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recibidas en el accidente y una herida de bala infringida cuando intentó detener
el secuestro de la nieta del senador. Aunque sus heridas son graves, se espera
que Hagan se recupere completamente.
»Otro hombre desconocido que fue a asistir al escuchar el accidente también
se encuentra en estado crítico debido a un disparo recibido durante el incidente.
Se reporta que vive asistido por las máquinas y los doctores no esperan una
mejoría.
Aspiré con fuerza y luego no lo pude dejar salir porque mi garganta había
decidido cerrarse.
—El incidente se mantuvo en secreto hasta hace tres días, cuando el Senador
Donovan liberó el reporte a la prensa declarando que había recibido una
demanda de los conocidos miembros del Ejército de Defensores de Dios. La
carta fue recibida en su oficina el quince de agosto y se verificó su legitimidad
por los oficiales de inteligencia veinticuatro horas después. En la carta, de la
cual CNN ha podido conseguir una copia, un miembro conocido como Michael
Avett pide que varios miembros de su organización y la Hermandad Secreta
sean liberados de las facilidades del gobierno para el final del mes si el senador
quiere ver a su nieta viva de nuevo.
»Como pueden recordar, el Senador Harper ha sido bastante franco…
—Apágalo —gorjeé por la pequeña abertura que era mi garganta.
—… varios expertos creen que su voto para el senador Bill…
—¡Apágalo!
La pantalla se puso en negro y me concentré en hacer llegar aire a mis
pulmones.
—Charlie… —Oh, Dios. Lo había dejado ahí en medio de la carnicería
sabiendo que el resto de la Manada Alfa se acercaba. ¿Qué querían decir con
estado crítico? Dos semanas en estado crítico era malo, ¿cierto? Quiero decir, si
iba a mejorar ya lo habría hecho. ¿Y una herida de bala? Había escuchado el
arma y seguí corriendo. Escogí mi vida, mi libertad, por sobre la de Charlie.
¿Qué demonios estaba mal conmigo?—. ¿Qué le harán a él cuando se recupere?
—Depende de lo que le pase a Stefan.
23
Liam empezó a moverse por la habitación, metió las pocas cosas que
teníamos de regreso a las dos maletas que habían estado en la cajuela del carro
cuando escapamos.
—Si él vive, estará bajo la protección del Macho Alfa, poniéndolo en el
mismo nivel que cualquier hijo que Stefan y Sarvarna pueda tener. Incluso si
muere, a Charlie probablemente se le ofrecerá un puesto en la Manada Alfa.
Abrí mi boca, la cerré y lo intenté de nuevo.
—Charlie le disparó a Stefan.
Levantando una sola ceja Liam dijo:
—Tú disparaste a Stefan.
—No, estoy bastante segura que fue Charlie.
Puede haber muchas cosas mal conmigo, pero la pérdida de memoria no era
una de esas. Era la noche de mi juicio, después de que los Alfas me declararan
culpable. Ninguno mantuvo a una chica inocente desperdiciando el camino a la
muerte, el Estratego me guió hacia el bosque para remover mi cabeza de mis
hombros. Mis brazos estaban esposados en mi espalda. Charlie me había
abrazado, una última despedida, y luego sacó un arma. Le disparó a Stefan en
el pecho antes de que el Estratego lo atacara.
Charlie le disparó a Stefan y mató a Mandla. Liam mató a Hashim. Yo maté a
Travis.
—¿Cómo explicas la herida de bala de Charlie?
—¿Bob? ¿Cory? ¿Rocco? —nombré a los tres Brigadieres, los Cambiantes de
la Manada Alfa que estaban por debajo del Estratego, quien siempre estuvo a
cargo de mi vigilancia.
—No, fuiste tú. Te las ingeniaste para escapar de las esposas y atacaste a los
guardias. Por la deuda de vida Charlie estaba obligado a protegerte en la
batalla, aunque intentara con fuerza no causar ningún daño verdadero a los
miembros de la Manada Alfa. En cuanto todos murieron por tu mano le
disparaste a Charlie, sabías que él te llevaría a que enfrentaras tu castigo. Él
había, después de todo, mostrado la más estricta adhesión a las reglas y
tradiciones de los Cambiantes.
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—¿De qué hablas? Eso no es lo que pasó.
Liam caminó hacia el lavabo y empezó a recoger mechones de pelo.
—Tiene más sentido que Charlie rebelándose contra la Manada Alfa, quienes
lo consideraban un amigo, y que les disparara él mismo.
Mi trasero se dio contra la esquina del colchón cuando mis rodillas
finalmente cedieron.
—Yo… ¿qué…? —Negué con la cabeza, esperaba aclarar algo de la
confusión, pero solo enredé más mis pensamientos—. No lo entiendo.
—Charlie trabajó por dos semanas para ganar la confianza de la Manada
Alfa. Clamó tener la deuda de vida para tener una excusa para estar cerca de ti,
pero también le dio la apariencia de alguien que seguía las viejas tradiciones. A
la Manada Alfa le gustan las viejas tradiciones. Es lo que les da poder total. —
La limpieza de cabello de Liam lo llevó a la cama donde yo dormía—. Para
cuando tu juicio terminó fue recompensado por Stefan. Incluso escuché al
Macho Alfa ofrecerle una posición en la Manada Alfa mientras caminaban hacia
tu ejecución.
Asentí. Yo también lo había escuchado.
—Cuando el Brigadier finalmente llegó al claro después de escuchar los
disparos encontraron tres Estrategos muertos, un Macho Alfa con una herida
mortal y a Charlie con lo que se suponía era un disparo casi mortal. —Se frotó la
nuca—. Le dije que cuidara la arteria. Maldición. Debía haber Cambiado y
haberlo hecho yo mismo.
Con nada que hacer por dos semanas tuve suficiente tiempo para pensar en
lo que había pasado esa noche. Era obvio que Charlie y Talley habían trabajado
con Liam. Quiero decir, ambos sabían dónde estaba la camioneta y Talley me lo
había mostrado por medio del vínculo más-especial-de-lo-normal entre Vidente
y Cambiante. Ya que la ropa encontrada en el cajón del auto de escape era para
el gran cuerpo de Liam, opuesto al pequeño cuerpo de Charlie, sabía que Liam
había sido parte del plan desde el inicio, no solo un lobo guardián que apareció
en el momento justo. Pero escuchar el plan en voz alta, darme cuenta que era
más complicado que solo pedir a Liam que me llevara lejos y me escondiera, ver
que todo el tiempo fue el plan de Liam… había una verdadera amenaza de que
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me pusiera catatónica por la información. Mi cerebro estaba en peligro de tener
un corto.
—¿Crees que… —Dios, no podía ni completar la oración—… él vivir{?
Liam bajó más la cabeza. Aunque no pasábamos todo el tiempo teniendo
conversaciones sentimentales, sabía que esto era evitarlo deliberadamente.
—Las noticias dijeron que esperaban que se recuperara completamente.
—Esa fue la misma idiota que dijo que era sorprendente que una actriz del
tamaño de una escoba fuera más nerviosa que una ardilla con cafeína tuviera
un problema de drogas. No pondré mi fe en su opinión.
Liam levantó la mirada y encontró mis ojos.
—¿Pero la pondrás en mí?
—Tú lo viste. Sabes dónde se disparó a sí mismo. Este era tu plan. —Le di un
segundo para corregirme en ese punto, y cuando no lo hizo continué—:
Entonces, dime, Liam. ¿Charlie estará bien?
No podría ser capaz de vivir conmigo misma si él no lo estaba. Sabía eso con
certeza. Charlie nunca sería el amor con el que soñé por tantos años, pero
seguía siendo mío en toda forma que importaba.
Nos separamos como amigos, pero amigos no parecía la palabra adecuada
para englobar lo que Charlie era para mí. Él era parte de mí, la parte buena. Si
moría se llevaría esa parte con él. Seguiría existiendo, seguiría viviendo, pero no
sería yo. Liam tomó lo que parecía un contenedor de toallas Clorox y empezó a
frotar las superficies de la habitación.
—Yo diría que las heridas de la batalla probablemente están causando más
problemas que la herida de bala. —Desapareció en el baño, pero siguió
hablando—. Estoy sorprendido que los doctores no digan nada sobre que no
son consistentes con el desastre del auto. Tenía arañazos de uñas humanas en
su rostro, por el amor de Dios. —Liam se cortó, hablaba más consigo mismo
que conmigo—. Claro, Sarvarna pudo haber llamado al doctor de la Manada
Alfa, probablemente aplicado influencia para que pareciera que era llamado por
la oficina del Senador. O quizás ella hizo que la oficina del Senador lo llamara.
Quién sabe qué tipo de conexiones tiene entre sus garras.
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Cuando pregunté sobre la declaración Liam explicó cuán lejos llegaba el
poder de la Manada alfa. No hay exactamente un montón de Cambiantes en el
mundo, pero hay los suficientes en los puestos de poder por todo el mundo
para hacer que los Alfas tengan poder en el mundo político. De acuerdo con
Liam, la Guarida (los cuarteles de la Manada Alfa localizados en Rumanía)
operaban como un pequeño y poderoso país. Además de los más fuertes
guerreros y las más dotadas Videntes, era el hogar de los más inteligentes y más
capacitados de nosotros de todo el mundo. Yo no había tocado una
computadora o un teléfono celular desde nuestro escape debido a la insistencia
de Liam de que la Manada Alfa podía rastrear una llamada, mensaje o mensaje
de Facebook en segundos. Como Liam, no dudaba de su habilidad para hacer
que un respetado político en Washington llamara a un doctor que quisiera para
atender a una persona herida mientras intentaba salvar a su nieta. Lo que
dudaba era el deseo de mi abuelo de llamar a alguien, doctor de la Manada Alfa
o no. Claro, él iría con toda la historia de la nieta secuestrada para la cobertura
de la prensa y los votos, ¿pero que realmente se interesara lo suficiente para
hacer eso? No teníamos ese tipo de relación.
—¿Por qué la historia del accidente de carro/terrorismo? —pregunté
mientras Liam caía sobre sus manos y rodillas y empezaba a cepillar la
alfombra en la que ni quería tener mis pies—. ¿Y qué demonios estás haciendo?
Él tiró de un largo pelo plateado del suelo.
—Tener cuidado. Probablemente la policía no regrese aquí, pero si lo hacen
no quiero que encuentren tu ADN convenientemente por aquí. —No por
primera vez me cuestioné su cordura—. Y la noticia fue una forma de sacarte
usando el mejor recurso posible. Tú y yo pudimos haber cruzado todo el país
sin ser notados, ¿pero ahora que todo el mundo sabe que la nieta del Senador
Harper está perdida? Toda persona que te vea llamara al 911.
Él tenía razón. Por supuesto que tenía razón. Dejó salir un gruñido frustrado,
me tiró de nuevo a la cama, me di cuenta de lo que hacía y me levanté de un
salto, busqué por cualquier resto de cabello que pudo haber caído.
—Debería entregarme —dije pensando en voz alta—. La Manada Alfa no
puede hacerme nada con el mundo observando. Su plan no funcionará. Podré
volver a casa con mi familia y no podrán tocarme sin atraer la atención que no
desean.
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La voz de Liam era blanda cuando dijo:
—Te matarán antes de que veas a tus padres de nuevo. Y no solo tú, también
a cualquier que vena como daño colateral. Oficiales de policía. Agentes del FBI.
No importa. Ninguno tiene oportunidad contra un Cambiante entrenado.
—¿Entonces cuáles son las opciones? No es como si pudiera mezclarme con
la masa. —Tenía que darme cuenta de eso. Después de todo, él fue quien
apuntó menos de una hora atrás que era improbable olvidar mi raro rostro.
—Tengo un plan.
—¿Te molestaría darme una pista?
Liam miró alrededor con ojo crítico.
—No.
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Capítulo 4
Traducido por PrisAlvS
Corregido por belisrose
Mantuve un flujo constante de insultos hacia Liam mientras subía a la pequeña
ventana cuyas dimensiones eran exactas para pasar mis caderas. Solo sube al
retrete e impúlsate a través, imité su voz en mi cabeza. Asegúrate de no hacer ruido o
de cortarte con ese metal. Alguien podría notar la sangre. ¿Oh? ¿Qué? ¿Querías que
estuviera preocupado sobre que te hirieras? Lo lamento, no. No me importa si te cortas
con metal oxidado, excepto que la infección resultante podría retrasarnos mientras
cuidadosamente ejecutamos este elaborado plan que tengo pero que no te diré porque
estás muy por debajo mí como para molestarme.
Si no destrozaba su garganta con mis dientes humanos nos pondría a mano
por salvarme la vida, ¿cierto?
Condujimos hacia Denver ese día ya que había una posibilidad de que el
policía mantuviera un ojo sobre Liam. O, supongo que debería decir, Liam
condujo hacia Denver. Tuve que quedarme agazapada en el asiento trasero todo
el camino. Mis piernas dolían por estar apretujada y empezaba a ponerme
claustrofóbica por sentarme en el suelo, pero era mejor que la idea de Liam, la
cual incluía que viajara en el maletero.
El motel en Denver era un poco mejor que el otro, pero seguía siendo un
lugar en el que mi familia nunca consideraría quedarse durante las vacaciones.
Al menos pude caminar por la puerta principal en lugar de entrar por la
ventana o el respiradero. Debí saber que algo tramaba cuando Liam dejó su
maleta en el auto y luego decidió que tenía que hacer unos mandados.
En dos semanas no me había dejado sola más que para que fuera al baño.
Después de quedarme sentada en el motel de Denver por cuatro horas acepté
que no regresaría.
—No lo culpe —le dije al reportero en la pantalla del televisor. A pesar de
saber que era una mala idea, había estado cambiando de canales entre los
noticieros desde que Liam se había ido, vi mi ficticia desaparición una y otra
vez. Mis padres evitando hacer comentarios, lo cual Fox News encontró
sospechoso, y los reportes médicos de Charlie no eran liberados para los
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medios, lo cual solo causó ira entre la gente de CNN. Me negué a ver MSNBC
después de notar que usaban mi fotografía del anuario como estudiante de
primer año, la cual probablemente era la fotografía menos favorecedora que me
había tomado nunca—. Él no me debe nada. Rayos, yo le debo más a él de lo
que pueda pagarle. Al menos me llevó a un lugar donde puedo escapar de
forma decente.
Y aun así me sentí abandonada y algo desesperanzada. No exactamente
nuevas emociones brillantes en mi mundo, pero apestaba igualmente,
especialmente para Scout Loba quien confiaba en Liam Lobo tan explícitamente.
Pero no iba a dejarlo que me rompiera. Ya había atravesado el infierno y
regresado y seguía en una sola pieza. Claro, pude haber pensado en tirarme
contra la espada proverbial por unos minutos antes de la noche, pero luego una
de las estaciones de noticias me mostró una imagen de mi familia yendo a
nuestra casa.
Mis padres se apresuraban, las cabezas bajas, como si no ver a los noticieros
acampando en nuestro patio fuera a hacer que desaparecieran. Ángel, por el
otro lado, se detuvo en la puerta frontal, se giró y miró directamente a la
cámara. Y aunque no dijo o hizo nada, supe lo que estaba pensando.
Lo prometiste.
Había sido un intento de calmar a mi hermanita después de casi morir
cuando Jase accidentalmente destripó mi estómago el abril pasado, pero resultó
ser algo más. Yo no iba a morir, al menos no fácilmente. Si no por otra razón,
era mi forma de asegurar que Sarvarna y el resto de la Manada Alfa no ganaran.
Si ella me quería muerta tendría que esforzarse. No iba a rendirme.
Por supuesto, eso significaba crear un plan. No podía suplir las deficiencias
por el resto de mi existencia en una habitación de un motel barato. Para
empezar no tenía dinero, lo cual me dejaba con el sobrecogedor problema que
hizo que Liam se fuera: desaparecer en la multitud a pesar de mi raro rostro, el
cual todas las personas en Estados Unidos conocían.
Me levanté de la incómoda cama de motel y me dirigí al lavabo. El espejo
que colgaba en la pared era una de esas cosas realmente viejas y malas con la
cosa reflexiva arrancándose en los bordes. Me hacía parecer un fantasma, lo
cual me hizo reír. Scout Donovan, la chica que regresó de la muerte. Dos veces.
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No sé cuánto tiempo me quedé ahí, pero eventualmente dejé de verme como
yo. Eso no es del todo correcto. Todavía parecía yo, no es como si mi rostro
fuera a cambiar a la forma de un lobo o algo repentinamente, pero convertí en
una colección de rasgos en lugar de solo Scout. ¿Y esos rasgos? No están tan
mal. No es como si tuviera una nariz torcida, ojos cruzados y piel como de
Boloña. Si no fuera porque mi cabello, piel y ojos eran del mismo color, podría
pasar por una chica normal en la calle.
Todo lo que tenía que hacer era cambiar el problema de pigmentación,
¿cierto? Excepto que no es tan fácil como se cree. Primero, no puedo
broncearme y verme diferente. Mi piel no entiende todo el proceso de
bronceado. Esta trabaja de dos formas: blanco pálido y dolorosas ampollas
rojas. El color de ojos se puede cambiar con lentes de contacto, ¿pero dónde iba
a encontrar de esos? Quizá si tuviera a un optometrista o conexión a internet,
pero carecía de ambos. Tinte de cabello también estaba fuera del cuadro. Lo
intenté una vez, incluso lo hice de forma profesional. Al inicio se veía genial,
pero luego me duché y la mayor parte del color se lavó a pesar de ser
permanente. Para el tercer día mi cabello era de un poco placentero color gris.
Mi estilista se negó a poner algo más en él y era demasiado cobarde para
intentarlo de nuevo.
Toqueteé los mechones que colgaban en el centro hacia atrás. Incluso si
lograba conseguir unos lentes y un bronceado, el cabello era un camino sin
salida. El color era blanco plateado, casi igual al de mi pelaje en forma lobuna.
A veces veías a un niño con mi color de cabello, pero nunca mayores de cinco
años. Mi cabello era lo primero que las personas notaban sobre mí. ¿Entonces
qué si no tenía?
Tan pronto como se me ocurrió la idea, un plan empezó a desarrollarse.
Podía afeitarme la cabeza y luego envolverla con una bufanda. Mi tono de piel
ya gritaba “enferma”, y gracias al trauma de los pasados meses, mis huesos
eran más notables de lo saludable. ¿Qué mejor forma de evitar ser notada que
pasar por paciente de cáncer? Nadie quiere mirar de cerca a las personas
enfermas, y si tosía de vez en cuando todos mantendrían su distancia.
Liam tenía una de esas elegantes cuchillas eléctricas en su bolsa, pero todo lo
que yo tenía eran desechables baratas, lo que significaba que iba a tener que
cortarlo antes de afeitarme la cabeza. Afortunadamente, Talley había sido la que
empacó mi bolsa de escape, un hecho que descubrí en el momento en que la
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abrí y encontré todo organizado en bolsas para congelador individuales.
Rebusqué entre lo que ahora era un desorden hasta que encontré el paquete
para coser. Dentro había un par de diminutas tijeras, pero una prueba
comprobó que cortaría siempre que fuera mechón por mechón.
Alejé el primer mechón de mi cabeza y posicioné las tijeras a dos centímetros
de mi cabeza.
Snip.
Tenía como un cuarto hecho cuando mis brazos empezaron a cansarse. Por la
mitad estaba tan aburrida que pensé que gritaría. A los tres cuartos la puerta se
abrió.
—¿Qué haces? —preguntó Liam, dejando las bolsas en la cómoda.
No pude decir nada por la sorpresa. Solo me quedé sentada, mis pies en el
lavabo, con las microscópicas tijeras en mi mano y un montón de cabello
alrededor.
—¿Te cortaste el cabello? ¿Con eso? —Me miró como si estuviera
completamente loca—. ¿Por qué?
—Necesito pasar de incógnito. —Sonaba como una niña que había sido
encontrada haciendo algo estúpido, lo cual me enfadó. ¿Qué le importaba a él
de todas formas?
Liam se acercó a la bolsa y sacó una peluca café. Inclinó la cabeza y levantó
sus cejas como diciendo “¿Para qué crees que es esto?” Miré hacia el espejo,
realmente vi lo que me había hecho y empecé a llorar.
Si la voz de niña pequeña me había hecho enfadarme conmigo misma,
entonces las lágrimas me enviaron a un vívido campamento. No había llorado
en semanas. No lloré cuando la mamá de Talley, la mujer que me había cuidado
cuando era pequeña, me entregó a los Alfas, o cuando mi hermano eligió una
existencia sin ser compañero como un Brigadier-en-Entrenamiento por sobre mi
propia vida. No había derramado una lágrima cuando vi la guillotina que iba a
matarme, cuando Charlie se despidió con un abrazo o cuando vi la devastación
ocasionada por mi escape. Pero ahora estaba llena de cataratas por mi cabello.
Aun así, no importaba cuán enfadada estuviera conmigo misma, no podía
detenerme.
32
Era como si una presa se hubiera roto.
—Estás llorando —observó Liam con más que una muestra de horror.
Contesté con un jadeo en busca de aire.
Ya que había enterrado mi rostro en mis manos para no tener que ver la
tragedia de mi cabello, no vi a Liam moverse detrás de mí. En su lugar lo olí. Y
lo sentí quitarme las tijeras y levantar los mechones que quedaban.
—Solía cortar el pelo de Alex —dijo—. Realmente nunca teníamos el dinero
para ir a algún sitio a que lo hicieran. Las primeras veces que lo corté quedó
horrible. Creo que tal vez le hice un corte estilo salmonete1 por accidente, pero
de alguna forma lo lució.
Levanté la mirada y miré el espejo mientras el cabello restante empezaba a
caer.
—Apuesto a que la mitad de los chicos en la escuela llevaban salmonetes al
final del año.
Liam sonrió. Era la primera vez que lo veía hacerlo y, hasta ese momento,
habría creído que era incapaz. No tenía los hoyuelos de Alex, pero sus mejillas
se doblaron de una forma igualmente infantil. Por si Dominancia, era fácil
olvidar que Liam solo era unos pocos años mayor que yo, pero cuando sonreía
realmente parecía tener la edad universitaria que realmente tenía. Encontré las
comisuras de mi boca curvándose en respuesta.
—Sabes, él ni lo notó. Todo el pueblo empezó a parecer como una
convención Billy Ray Cyrus, pero él no tenía idea que había empezado la nueva
tendencia. —Inclinó la cabeza hacia adelante y empezó a recortar el cabello en
la base—. Para ser un chico tan inteligente, era bastante inconsciente cuando se
refería a como las personas lo veían.
—Eso era parte del encanto —dije, de alguna sorprendente forma estaba
dispuesta a hablar de él con Liam—. Era atractivo e inteligente y gracioso sin
ser remotamente arrogante. —Y me había amado, lo cual era totalmente
asombroso.
Las manos de Liam se detuvieron.
Corte salmonete: estilo de corte en el que la parte superior se deja realmente corta y el resto
del cabello se deja crecer hasta la mitad del cuello o más.
1
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—Tú lo hacías feliz —dijo—. Me alegra que te encontrara antes de morir.
No mencionó que si no hubiese sido por mí Alex seguiría vivo, lo cual
aumentaba mi culpa y me hacía sentir afecto hacia Liam. ¿Hubiese sido tan
generosa si los papeles se hubiesen invertido de alguna forma? ¿Si hubiese sido
Alex quien matara a Jase por algo que Liam había hecho? ¿Podría estar aquí
hablando con Liam como si todo estuviese bien? ¿Me hubiese arriesgado para
salvar su vida?
—Bien, gírate para poder verte de frente.
Moví mis piernas para girar en el borde. La cómoda era lo suficientemente
grande para que Liam y yo quedáramos al mismo nivel mientras él hacía algo
con lo que debía ser mi flequillo si tuviera suficiente cabello. No sabía qué
hacer. Mirar su rostro parecía muy íntimo, por lo que intenté mantener mi
mirada en mis manos, pero eso tiraba de mi cabeza hacia abajo, lo que causaba
que él la levantara, lo que significaba que me tocaba. Y eso era incómodo de
muchas formas. Porque mientras el Liam Lobo y yo estábamos bien, y el Liam
Lobo y la Scout Loba eran mejores amigos, la Scout Humana y el Liam Humano
eran solo dos personas forzadas en una extraña alianza. Tocarse no era parte de
la alianza.
—Bueno, eso debería servir —dijo, quitó mis cabellos de mis hombros—. Lo
siento, pero hubo unas partes donde no pude hacer mucho.
Esas partes eran los lugares en los que había cortado muy cerca de la cabeza.
Y mientras Liam probablemente era mejor barbero que la mayoría de los chicos
de veinte años, realmente era un estilista entrenado. El resultado me dejó como
alguien de tres años sin supervisión.
—Gracias —dije seriamente.
Él se encogió de hombros y miró en otra dirección. Intenté no reír ante su
evidente vergüenza.
—No hay problema. Probablemente hará que la peluca se ajusté mejor, así
que es bueno.
¡La peluca! ¿Cómo pude haber olvidado que había una peluca para cubrir
este desastre? Me puse de pie y corrí los tres pasos del lavabo a la cama donde
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Liam la había dejado. Había muchas capas, pero eventualmente descifré cuál
era el frente y cu{l la parte trasera. Me la puse, me giré hacia el espejo y…
—¿Golpeaste a una vieja y le quitaste su peluca? —Incluso tenía un leve
rastro a naftalina y a Chanel No. 5.
Liam frunció el ceño.
—No está tan mal.
—Todas mis cuatro abuelas tienen mejor cabello que este.
Liam revisó las otras bolsas y sacó una segunda peluca. Esta definitivamente
no era de pelo de abuela.
—¡Esa es genial! —dije mientras la pedía con las manos—. ¡Me veré como
una estrella de rock!
Esta peluca también tenía capaz, pero no cortas y esponjosas. Esta tenía las
puntas cortadas con cuchilla, un flequillo hipster a la moda y el color era café
oscuro con mechones de púrpura más profundo que había visto nunca.
—Llamarás la atención.
Me arranqué la monstruosidad de mi cabeza y la reemplacé con la nueva
peluca. A penas suprimí la urgencia de dar saltitos mientras veía los resultados.
—Que mal que mis ojos no sean de un verde encendido en lugar de azules —
dije apretando entrecerrando los ojos—. Creo que el color de la peluca haría que
se oscurecieran un poco.
Así mis ojos todavía eran muy Scout. Liam murmuró algo sobre que era una
niña, lo cual ignoré mientras regresaba a las bolsas. Esta vez saqué una pequeña
caja plástica. La abrí para descubrir un par de lentes de contacto color turquesa.
—¿Dónde los conseguiste? —Lo último que nuestro extendido viaje
necesitaba era que me infectara con una bacteria que pudriría mis ojos.
—Los robé de una chica en el parque. Creo que tuvo que quitárselos debido a
una asquerosa infección —dijo como si pudiera leer mi mente. Le ofrecí la vista
de mi recién sanado dedo medio completamente extendido—. Son nuevos,
evidentemente por el cierre de seguridad que acabas de romper.
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Eran un poco difíciles de poner. Mi vista siempre ha sido perfecta, por lo que
nunca antes hubo motivo para meter discos plásticos en mis ojos.
Probablemente hubiese sido más rápido si no cerrara los párpados
automáticamente cada vez que mi dedo se acercaba a mi rostro.
—¿Qué opinas? —pregunté, me aparté del espejo en cuanto todo estuvo en
su lugar.
Liam se había estirado sobre una de las camas y encendido el televisor en el
Canal del Clima mientras yo luchaba con mis ojos una y otra vez. Su mirada
duró menos de un segundo.
—Aún pareces tú.
—¿A qué te refieres con que aún parezco yo? —Me recosté contra el lavabo.
Gracias a mis ojos rojos me parecía más a un drogadicto sin cocaína que a Scout
Donovan, nieta del Líder del Senado. El color de ojos no parecía del todo
natural, pero solo si se veía realmente de cerca. Distraía mucho menos que mi
tono normal. El cabello obviamente no era natural, pero era una peluca cara, no
una de esas cosas que se compran en Halloween por diez dólares, por lo que
realmente parecía cabello muy teñido. No veía eso como un problema ya que la
mitad de las mujeres estadounidenses coloreaban su cabello. Pensaba que
fácilmente podría ir a un centro comercial y no ser perseguida por el FBI.
—Quiero decir… —Liam hizo un tipo de ola con su mano que suponía que
indicaba mi apariencia general. O quizás había una mosca—. Pareces Scout con
una peluca. No evitará que alguien te reconozca.
Tendríamos que estar de acuerdo en que no estábamos de acuerdo con esto,
excepto…
—No viajaré en el maletero.
Creo que él pudo haberlo considerado, pero finalmente cedió.
—Probablemente es bueno que mientras no hables con nadie ni llames la
atención, nadie se fijara de cerca como para reconocerte.
¡Oh, bien! Una existencia de solo hablar con Liam. Tal vez debería volver a
visitar esa cosa de yo quiero vivir. Liam regresó a sus bolsas mágicas de dulces y
trucos y sacó unos lentes de sol Jackie O.
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—Aquí —dijo lanzándolos hacia mí—. Lleva estos todo el tiempo.
—¿Cuál es el punto de los lentes si mantendré la mitad de mi rostro cubierto
con lentes de sol?
—Los lentes son un plan de reserva.
Claro que tenía varios planes para mantener mi identidad en secreto. Liam
era un hombre lleno de planes. Planes sobre cómo salvarme de los Alfas sin
comprometer a Charlie. Planes para salir y comprar cosas para un elegante
disfraz mientras yo me sentaba en la habitación de un motel pensando que
nunca regresaría. Planes para saber a dónde iríamos luego. El problema era que
nunca vio que fuera debido informarme a mí de ninguno de estos planes.
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Capítulo 5
Traducido por EnithCrystal
Corregido por belisrose
—Déjame ver si lo entendí bien. —Enfoqué mis ojos debajo de los lentes de sol
que tenía que usar—. ¿Hay más Estrategos que los tres que acabamos de matar?
El sol estaba empezando a caer a través de la ventana de Liam al dirigirnos
hacia el Sur. Ese había sido un día de carreteras secundarias, lo que me hizo
feliz. Me gustó mirar todas las pequeñas ciudades, ver algo además del lado de
una interestatal.
—Nueve más, aunque probablemente ya ascendieron algunos Brigadier para
que estén lo doce completos de nuevo.
Puntos aparecieron en mi visón. Me concentré en ellos sin voltear la cabeza
para no atraer la atención de Liam.
—¿Siempre hay doce Estrategos? —Esos puntos se solidificaron en
animales—. Y esas son mis diez vacas.
Liam miró alrededor hasta que finalmente las encontró en el campo. Su
maldición vino entre dientes apretados.
—Esas son cuarenta y siete vacas para mí, y solo tres para ti.
—Este es el juego más estúpido que hay… ¡mis vacas!
—Cinco para ti.
Liam le dio a su cabeza un buen toque frustrado.
—Estratego —dijo, volviendo al tema—. Siempre doce, lo mismo para los
Brigadier. A veces les toma un tiempo decidir quién va a llenar los lugares, pero
nunca los dejan estar abiertos por mucho. Es por eso que usan tantos
Potenciales.
—Un Potencial siendo alguien que podría un día unirse a los Alfas como un
Brigadier o un Estratego. —No por primera vez anhelé un manual.
Liam estaba igual de frustrado por mi falta de conocimiento.
38
—¿Sabes algo cobre la cultura Cambiante?
—Déjame ver… —Toqué mi labio inferior con mi dedo—. Tratan a todas las
chicas, excepto a la Hembra Alfa, como la mierda y les gusta matar a cualquiera
que consideren diferente o molesto.
—Y…
—Y nada. Creo que eso cubre todo lo que sé acerca de ustedes chicos.
Y así empezó una larga, larga, laaaarga clase de todas las cosas de los
Cambiantes, incluyendo en cómo era “nosotros” en lugar de “ustedes”, a cargo
del Profesor Liam Seco-Como-Una-Tostada-Quemada Cole. Para el momento
en que nos detuvimos en un estacionamiento de un garaje en las afueras de
Houston, estaba examinando la composición de un hilo fuera del cinturón de
seguridad.
—No creo que estén abiertos —dije mientras apagaba el motor. Él solo me
miró y me dijo que me quedara. Curiosamente parecía nervioso al tocar la
puerta de la oficina. Aún más curioso, alguien de hecho respondió. Realmente
no podía decir mucho porque la luz bombardeando la oscuridad era cegadora,
pero creí que había varias personas dentro. Cuatro minutos después, vino para
llevarme.
—Mantén la cabeza gacha y no digas nada —dijo bajo su aliento mientras
caminábamos hacia el edificio—. Sin palabras de sabiduría. Sin preguntas. Solo
mantén tu boca cerrada. ¿Lo entiendes?
—No lo sé. ¿Crees que podrías explicármelo con más detalle? ¿Tal vez darme
algunos ejemplos?
No estaba segura de donde venía la habilidad de responderle a Liam. Ya
fuera que finalmente estaba sintiéndome cómoda con él después de estar tanto
tiempo juntos, o Scout Loba aún estaba cerca de la superficie. Entonces de
nuevo podría ser a lo que mam{ se refería como mi “Filtro de Sentido Común”
roto de nuevo.
Liam me condujo a una oficina, que estaba en efecto llena de gente. Había un
chico dormido o desmayado en un andrajoso sillón en la esquina. Su piel y su
cabello eran oscuros, y sus brazos estaban cubiertos de tatuajes, varios de ellos
escritos en español. Una mujer se sentaba junto a sus pies, los ojos pegados al
39
celular en su mano. Otro chico, que lucía como si tal vez fuera hermano del
chico inconsciente, estaba sentado al escritorio. Un tercer chico se sentaba en el
borde del escritorio, lanzando una pelota al aire. Él era el único chico blanco en
la habitación, así que claro fue él quien me saludó con un “Hey, Chica”2.
Ninguno de ellos parecía notar al niño llorando en medio del suelo.
—Así qué, ¿esta es tu chica? —preguntó el chico detrás del escritorio.
Liam envolvió un brazo alrededor de mis hombros y me escondió en su
costado. Me tomó un poco de esfuerzo ignorar mi instinto de golpear su pie.
—Elizabeth, este es Diaz, un amigo mío de hace tiempo. Él tal vez pueda
ayudarnos a encontrar un lugar en donde quedarnos por un tiempo.
Ya que no tenía permitido hablar, solo sacudí mi cabeza un poco. En realidad
estaba más preocupada por el pobre niño, que se había graduado de una rabieta
completa a pequeños derrotados sollozos. Mi mano ardía de ganas de agarrar
un pañuelo y limpiarle los mocos de la cara.
—Voltéate por mí, Beth.
Ya que el chico me recordaba al mexicano Shawn Michaels del show de pelea
de los lunes de papá, obedecí.
—No está mal —dijo Diaz—. Estrecha, cuerpo joven. Cara promedio. Vas a
necesitar nueva ropa, pero Trina puede ayudarte.
Aún estaba confundida, pero aparentemente Liam ya lo había cogido porque
estaba más que enojado.
—No —gruñó—. Ella está conmigo. No va a trabajar en las calles.
¿Trabajar en las calles? ¿Qué…?
Oh. Por. Dios.
—¿Quieres que sea una prostituta? —Olvidé por completo mis órdenes de
mantener mi boca cerrada—. ¿Estás demente?
El Chico Blanco se rió.
2
N del T: en español en el idioma original.
40
—Ooooh… es toda dulce e inocente, también. Eso definitivamente va a alzar
los precios las primeras veces.
Enterré un codo en la cadera de Liam para mantenerlo en su lugar, aunque
realmente yo misma quería apuñalar al Chico Blanco en el ojo con un pica
hielos.
Diaz se echó hacia atrás en su silla de oficina y estrechó sus fornidos brazos
detrás de la cabeza.
—Pensé que necesitabas dinero —le dijo a Liam.
—Lo hago, pero yo trabajaré por ello. —Sus brazos se apretaron alrededor de
mis hombros—. Déjenla fuera de esto.
El niño en el piso empezó a gritar de nuevo.
—No lo sé, amigo. —Diaz se volvió a sentar y se encogió como si lamentara
lo que estaba diciendo—. Por aquí todos contribuyen. Así es como opera una
familia, todos poniendo su parte. Ahora, tu chica aquí es parte de la familia y
tiene un lugar para quedarse por un tiempo, o no.
El cuerpo de Liam se tensó. Para un chico que era usualmente tan cerrado y
estoico, su conflicto interno era increíblemente obvio en su cara. Quería decirle
a Diaz que fuera a hacer cosas inapropiadas consigo mismo, pero contaba en
que cualquier arreglo que este fuera estuviera funcionando. Sabía que
necesitábamos el dinero. El fajo de billetes que encontré obscenamente grande
cuando recién empezamos nuestro viaje estaba poniéndose bastante pequeño.
¿Cuánto más teníamos? ¿Cuánto tiempo más sobreviviríamos de eso? Y por el
amor de todas las cosas brillantes, ¿podría alguien callar a ese niño para que de
hecho pueda pensar?
Y solo así, la inspiración me golpeó.
—Puedo hacer de niñera —dije. Para probar mi punto, me deshice del brazo
de Liam para recoger al niño del piso. Siguió llorando y parecía más que un
poco asustado, pero lo reboté hacia arriba y abajo algunas veces mientras hacía
sonidos de silencio hasta que se calmó—. ¿Ves? A él le gusto.
—Ella es una chica, genio —dijo el Chico Blanco.
—Ella no está llorando —contraataqué.
41
Diaz se rió.
—Te tiene, Fists. —Se levantó, lo que significa que logré ver como no era ni
siquiera tan alto como yo. Sus músculos podrían tener músculos, pero era una
especie de camarón. Liam lo empequeñecía completamente cuando Diaz se
acercó y estrechó la mano—. Bienvenidos a la familia.
—Nos alegramos de estar aquí —contestó Liam por ambos.
***
“Aquí” terminó siendo un diminuto antiguo camper. Una vez que Diaz y Trina,
la chica iPhone, se fueron, tratamos de hacernos sentir en casa. Liam reclamó la
cama que corría a través de la pared trasera, lo que significaba que me quedaba
dormir en la que se desplegaba de la pared sobre el área de la cocina. El
microondas no funcionaba, pero el mini refrigerador sí. El baño era pequeño y
asqueroso, pero tristemente esa era el tipo de cosa a la que me había
acostumbrado durante nuestro tour de los moteles más asquerosos de la nación.
—No es por alarmarte ni nada, pero creo que acabas de hacer un trato con
una pandilla mexicana. —He leído los libros de Simone Elkeles, sé cómo
funciona toda esta cosa de garaje como la parte de en frente.
—No te preocupes por eso. Solo mantén tu cabeza baja y la boca cerrada de
ahora en adelante. —Pensé en sugerir que se tatuara eso en alguna parte de su
cuerpo, pero decidí que podría pensar que era mejor idea tatuármelo a mí en su
lugar.
—Entonces, ¿cuál es el plan? —pregunté mientras me sentaba a la mesa no lo
suficientemente grande para los dos.
Liam agarró mi mochila y la tiró en la mesa.
—Primero desempacamos y luego espero verte en tus rodillas.
Después del intercambio con Diaz mi cerebro automáticamente fue a un
lugar muy, muy malo.
—¿Q-q-qué? —Podía sentir el rubor extenderse por cada pulgada de mi
cuerpo.
En serio, creo que incluso mis pies estaban avergonzados y enojados.
42
—Yo no… no voy…
Supe el momento en que Liam supo lo que estaba pensando porque su cara
también estalló en llamas.
—¡No! No… eso. —Lucía como si estuviera teniendo alguna clase de
episodio, como tal vez un aneurisma—. Se supone que te pondrías de rodillas y
me rogarías perdón porque estabas equivocada sobre el chico de la pizza. No
quiero… es decir, no estaba pidiéndote…
Levanté una mano.
—Por favor no lo digas. Creo que ambos hemos quedado lo suficientemente
traumatizados.
Dio una ligera sacudida de cabeza en asentimiento antes de darse la vuelta
rápidamente.
Este sería normalmente el punto donde desaparecería en otra habitación y no
me mostraría hasta que la incomodidad pasara. Infortunadamente, estábamos
atascados en un espacio de alrededor de la mitad del espacio de mi habitación
en casa.
—De hecho estaba pensando más en un plan a largo plazo —dije porque el
silencio solo no estaba funcionando para mí—. ¿Cuánto nos estamos quedando?
¿Un par de semanas? ¿Meses? ¿Tanto como podamos?
Liam arrojó un puñado de cepillos de dientes envueltos individualmente en
uno de los cajones del baño.
—Seis semanas, máximo.
—¿Y luego?
—Y luego te diré lo que necesitas saber.
—O puedes decírmelo ahora —dije, dejando fuera él “en lugar de ser un
arrogante mandón maniático del control”.
¿Apreció el gesto? Por supuesto que no. De hecho fingió que no había
hablado en absoluto.
—Vamos —dije casi cinco minutos después—. ¿Cuál es el daño? Tal vez
podría ser de ayuda si de hecho estuviera en el plan en lugar de rebotar
43
alrededor como una idiota uniformada. —Que es exactamente lo que había
estado haciendo el año pasado. No sabía sobre Cambiantes hasta que vi a Alex
en su forma de lobo. No sabía que Jase y Charlie se convertían en coyotes
durante la luna llena o que mi mejor amiga podía Ver los pensamientos y
emociones de la gente con solo tocarlos hasta que lo descubrí por mi cuenta por
accidente. Una vez que me convertí en Cambiante, todavía estaba en la
oscuridad. No conocía las tradiciones y costumbres, pero se esperaba que me
rigiera por ellas. No sabía que era una Taumaturga, y aun así fui a juicio por ser
una. Y a nadie le importó informarme del plan de Liberar a Scout, el cual podía
haber funcionado un poco mejor si hubiera sido puesta al tanto.
Estaba enferma y cansada de ser mantenida en la oscuridad.
—Es necesidad de saber información, y tú no necesitas saber.
—¿Por qué Demonios no? Es mi vida de la que estamos hablando aquí,
¿cierto?
Había desarrollado una inmunidad a la mayoría de las miradas de Liam,
pero esta hizo que se me apretara el estómago. No estaba enojado o molesto, ni
siquiera exasperado. Estaba disgustado.
—¿Crees que todo esto es sobre ti? —Balanceó sus manos en la mesa y se
inclinó hasta que estábamos cara a cara—. Esto está tan lejos de ti que no
podrías verlo con un telescopio. Es tiempo de que pares la rutina de princesa y
te des cuenta que no eres más que un peón.
44
Capítulo 6
Traducido SOS por PrisAlvS
Corregido por PrisAlvS
Cualquier progreso entre Liam y yo inmediatamente se deshizo.
Afortunadamente, nos vimos muy poco durante nuestra permanencia en la
familia Diaz. Mi trabajo como niñera resultó ser una cosa de disponibilidad las
veinticuatro horas. Trina y Diaz, quienes estaban casados, tenían tres hijos.
Sophie era la bebé, Eddie tenía tres y Lili cuatro. También tenía que cuidar al
sobrino de Diaz, Xavier, quien tenía siete, la misma edad que mi hermana.
Pasaba todas mis horas despierta con ellos. Ser niñera realmente no era mi
fuerte, especialmente no cuando habían pañales involucrados, pero después de
unas pocas semanas empecé a seguir el ritmo. Al menos en ese momento fue
cuando dejé de sentir que empezaría a llorar una vez cada hora.
Liam trabajaba tantas horas como yo, usualmente llegaba tambaleándose
hasta nuestro lugar de vivienda durante la madrugada. Estaba casi burlándome
cuando le dije que el garaje era el escondite de una banda mejicana, pero noté
que podía tener razón. Claro, Liam trabajaba en el garaje con autos, pero la
mayoría entraban viéndose mejor que cuando salían. No estoy exactamente
segura cómo funciona una Chop Shop3, pero creo que Diaz tiene una.
Mi salvación de la monotonía y la soledad finalmente llegó la noche antes de
la luna llena.
—Eres tú. —Mi sonrisa tan grande que me dolían las mejillas—. Regresaste.
—En carne y hueso. —Alex hizo una reverencia—. O no, como puede ser el
caso.
Me lancé a él, quien me atrapó en sus brazos mientras Nicole, la cachorra de
lobo, bailó alrededor de nuestros pies. Ellos realmente se sentían de carne y
hueso (bueno, carne y pelaje), pero sabía que era imposible. Todavía no estaba
completamente convencida de que estos sueños fueran reales, de que de alguna
3
Chop Shop: lugar donde se desmantelan los autos para vender sus partes.
45
forma él me alcanzaba desde más allá de la tumba, pero me estaba abriendo a la
posibilidad.
—¿Dónde has estado? Te extrañé. —Nicole gruñó—. A ambos —arreglé, me
agaché para rascar su adorable cabeza.
La última vez que vi a Alex fue la noche antes de mi juicio con los Alfas.
Había estado convencida de que me hallarían culpable y me sentenciaran a
morir esa misma noche. Alex estaba convencido de que viviría, que era mi
destino continuar. Al final ambos tuvimos razón.
Alex se encogió de hombros, una sonrisa torcida en su rostro.
—Resulta que morir no evita que te castiguen. Mi estatus de guía espiritual
me fue arrebatado después de romper algunas reglas la última vez.
—No me digas que ellos… —Quien fuera “ellos”—, estaban enfadados
porque finalmente me dijiste algo sobre la Taumaturgia. Porque realmente, no
fue de ayuda.
—No, creo que tuvieron problemas con las palabras de despedida.
“Esto es real y no te dejé sola. Siempre te he amado y te amaré hasta el final de los
tiempos. Ahora, despierta y vive.”
No es como si lo hubiera memorizado y recitado cada día o algo así.
—¿Con cuál parte se molestaron?
Sus cejas se levantaron y batió las pestañas.
—Lo lamento, pero debo contestar eso de la forma más vaga y obtusa que me
sea posible para que sigas cuestionando la validez de estos sueños. Porque son
solo sueños. —Se inclinó más cerca, una sonrisa cruzando su rostro—. ¿O lo
son?
—Vas a ser regañado de nuevo.
Alex puso ambas manos sobre su corazón.
—¿Quién? ¿Yo? Pero soy un ángel.
Sabía que solo bromeaba, pero mi curiosidad ganó.
—¿Lo eres realmente?
46
—¿Realmente soy qué?
—Un ángel.
Alex doblé su cuello hacia un hombro y luego hacia el otro.
—No veo mis alas…
Pateé unas piedras en su dirección.
—No seas un sabelotodo. —Me sentí un poco estúpida por preguntarlo.
Después de todo, cuando estaba aquí, solo se sentía como Alex. La idea de él
colgando en esponjosas nubes blancas, usando sandalias hippies y tocando la
lira era más que estúpida. ¿Pero cuáles eran las otras opciones? Está muerto.
Realmente, de verdad muerto. Puede que hubiese algo de duda en mi mente en
el inicio, especialmente cuando creí que el lobo siguiéndome era Alex en lugar
de Liam, pero incluso entonces creo que una parte de mí sabía que se había ido.
Entonces, cuando un chico muerto sigue teniendo conversaciones con personas
vivas o es un ángel o un fantasma, ¿cierto?—. Solo no entiendo como esto puede
suceder. ¿Estás en el cielo? ¿Es esto el cielo? ¿O es un tipo de lugar intermedio
donde los vivos y los muertos coexisten?
Alex se dejó caer al suelo.
—Haces demasiadas preguntas.
Me senté a su lado, aunque de una forma un poco más agraciada.
—No respondes la cantidad suficiente. —Debía ser una cosa genética. Él y
Liam era iguales cuando se refería a contarme cosas.
Ya que no podía discutir sobre el tema, simplemente sonrió y plantó un beso
en mi sien. Nos quedamos ahí, lado a lado, por un largo tiempo, sin decir nada
mientras mirábamos a Nicoles perseguir mariposas.
—¿Cómo has estado? —preguntó luego de un rato.
Levanté mi rostro hacia el sol cuya calidez no debía ser capaz de sentir.
—¿Qué? ¿No logras espiarme desde tu ventajoso porche? ¿Ninguna bola de
cristal donde sea que vayas cuando no estás aquí?
47
—¿Sabes como algunas veces tus padres te castigan con tu teléfono y a veces
te prohíben salir con amigos, otras veces estás tan castigad que no puedes salir
de tu habitación?
—Nunca me pasó, pero recuerdo esas cosas sucediéndole a Jase.
—Yo estaba tan castigado que no podía ni pensar en dejar mi habitación. Sin
contacto con nadie. Nadie me dijo qué sucedía. Me dejaron saber que habías
sobrevivido a los Alfas, pero eso fue todo. No sé dónde has estado desde la
última vez que te vi.
—He pasado mucho tiempo con tu hermano. —Tomé un guijarro y lo rodé
entre mis dedos—. ¿Recuerdas cuando me dijiste que si nos llegábamos a
conocer terminaríamos siendo amigos?
—Recuerdo decir algo sobre ese efecto.
Dejé el guijarro caer de nuevo.
—Estabas tan equivocado que ni siquiera es gracioso.
Las cejas de Alex se unieron
—¿Qué pasó?
Terminé contándole todo. Le dije sobre el juicio y el golpe doble por tener a
la Sra. Matthews y a Jase en mi contra. Le conté sobre la épica batallas para
liberarme. Incluso intenté describir nuestro viaje, aunque no podía recordar
todos los lugares a los que fuimos en orden para llegar donde estábamos.
—Y ahora somos parte de la Sangre Latina o las Criptas Mexicanas o
cualquiera que sea la banda que dirige Diaz. —Respiré hondo y miré hacia el
lago, mantuve el rostro de Alex en mi vista periférica—. Liam mantiene la
tradición Cole y no me dice lo que está sucediendo. Me dijo que no era de mi
incumbencia, que solo soy un peón.
—No eres un peón. —Cuando mantuve mi concentración donde el sol estaba
saliendo y escondiéndose, Alex tomó mi barbilla con sus dedos y giró mi rostro
hacia el suyo—. No eres un peón, Scout. Sí, esto es algo grande. Más grande que
tú o yo o Liam, pero eso no significa que no sea importante. Eres inmensamente
importante y no solo para la parte que debes cumplir. Para mí, Talley, Charlie,
tu familia y montones de personas, incluido Liam, eres importante porque eres
48
Scout. Nos preocupaos por ti y creemos en ti. Ponemos nuestra fe y futuro en
tus manos.
Bajé la mirada a mis manos. La mitad de mis uñas estaban rotas y había
manchas por hacer gelatina.
—Estoy bastante segura que la arruinaron con eso.
Su sonrisa era radiante.
—No es posible.
—Tu devoción raya la locura. Lo sabes, ¿cierto?
Él solo continuó sonriendo.
—Dale una oportunidad a Liam, ¿sí? Él lleva el peso del mundo en sus
hombros y tiene problemas para confiar. Tomará tiempo.
Sería necesario un milagro.
—Lo intentaré.
—Eso es todo lo que puedo hacer. —Él miró de soslayo hacia el sol. El día ya
se había convertido en mañana, algo que solo era posible en este loco lugar—.
Despertarás pronto.
—Lo sé.
—Pero regresaré.
Era mi turno de sonreír y rendirme ante la fe.
—Lo sé.
***
Cuando desperté me sentí ligera y feliz. Sonreí durante todo el día, incluso
cuando el pañal de la bebé explotó sobre mi ropa. Bien, quizá realmente no
sonreí durante esa horrible experiencia, pero no grité o entré en pánico, así que
había una clara mejoría.
Mientras la luna llena se acercaba de nuevo, me encontré siendo atraída
hacia Liam. Seguía frustrada, enfadada y confundida, pero la Scout Loba
extrañaba a su amigo. Creo que de la misma forma debía ser para Liam Lobo
49
porque en los días previos a la luna empezó a mostrar algo que podía
confundirse por amabilidad. Para cuando estuvimos en un auto prestado yendo
a un lugar donde poder correr, realmente podía soportar el estar cerca de él por
más de cinco minutos seguidos.
Esa noche fue como la primera que corrimos juntos. Scout Loba tomó casi
todo el control sin que Talley estuviera ahí para gobernar sobre ella, y la comida
fue de la variedad mátala y cómela. Liam y yo pasamos la mayor parte de la
noche alternando entre caer sobre el otro en ataques sorpresa y enterrar las
narices en el cuello del otro. La parte más asombrosa de la noche fue que de
alguna forma dormí durante la parte del Cambio. Liam y yo nos acomodamos
en una diminuta bola de lobo después de comer nuestras ardillas de la noche.
Pensé que solo me quedaría ahí y descansaría un rato, pero me encontré
despertando con un intenso dolor. Me tomó unos momentos para que mi
cerebro procesara qué ocurría, pero en cuanto supe que estaba Cambiando de
nuevo, casi había terminado.
Liam esperaba por mí en cuanto me puse mi ropa.
—Tengo donas, emparedados y dos cajas de Pop-Tarts —dijo mientras me
acercaba al auto.
—¿En serio? ¿Cuándo conseguiste eso?
Se encogió de hombros.
—Cambié hace como una hora.
Hace una hora el sol no había salido aún.
—¿Qué sabor de Pop-Tarts?
Una caja salió volando hacia mi cabeza. La atrapé en el aire y miré la
etiqueta.
—¿Sundae de Dulce Caliente? Ese no es un sabor de Pop-Tart, es un helado.
—Tomé la ya abierta caja que descansaba en el capó del auto—. ¿Qué es esto?
—Miré las palabras “Sundae de Dulce Caliente”. Supe que mi mirada no era ni
la mitad de impresionante ya que no pude evitar que la comisura de mi boca se
levantara al ver su expresión culpable—. Es mejor que algunas de esas donas
tengan relleno de jalea —dijo, me recosté contra el auto, tan cerca de él que
nuestros costados se rozaban.
50
—Una docena completa —me aseguré mientras abría la caja y salía una dulce
esencia a frambuesa—. Y hay media docena espolvoreadas.
—Pero no me gustan las espolvoreadas.
—Oh sí. —Su sonrisa era escandalosa y asombrosa—. Es a mí a quien le
gustan, ¿no?
Esta vez no pude ni fingir observarlo.
—Déjame adivinar, ¿casi todos esos emparedados de los que hablaste no
tienen queso?
Su sonrisa creció y por primera vez pude ver el parecido con Alex ir más allá
de solo lo físico.
—Si querías queso debiste haber Cambiado antes e ido en lugar de ser una
perezosa loba durmiente.
—Perdón, Súper Cambiante, eso no está en mi bolsa de poderes
sobrenaturales.
—Podría estar.
—¿Ser{ esta otra clase…?
—Sabes, si pusieras un poco m{s de esfuerzo en ganar control…
Discutimos todo el camino de regreso. Él era odioso y orgulloso. Yo estaba
resuelta y molesta. Mientras la línea del horizonte de Houston se formaba, Liam
hizo una aserción ridícula y supe que estaba riendo por primera vez en mucho,
mucho tiempo.
51
Capítulo 7
Traducido por Edward Park
Corregido por PrisAlvS
Llegamos a Texas en un respetable y lindo Honda Civic. Nos fuimos en un
coche color asfalto del tamaño de un modesto yate. No estoy segura, pero creo
que el objetivo era mezclarse en la carretera, estilo jet invisible.
—Los niños van a extrañarte —dijo Diaz mientras estábamos cargando.
—También los extrañaré. —Los pequeños demonios habían usado los
poderes oscuros de la lindura para abrirse camino a mi corazón.
Diaz buscó en su bolsillo y sacó un sobre lleno. Cuando me lo pasó me di
cuenta que eran billetes cien, ni diez o veinte.
—¿Qué es esto? —pregunté, asustada de que me estuviera preparando para
llevar un paquete lleno de cocaína o armas semiautomáticas disfrazados de
muñecos Elmo.
—¿Piensas que no pago a mis niñeras? Hiciste un buen trabajo para nosotros.
Los niños te aman. Xavier, incluso dice que se casará contigo. —Diaz sonrió
como si fuéramos viejos amigos—. Su mamá lo ha estado usando para que se
coma sus vegetales. Le dice que va a tener que hacerse grande y fuerte si alguna
vez vas a tomarlo como tu hombre.
¿Mi hombre? Oh, sí. Lo bueno es que somos ermitaños. Habría estropeado esa
identidad falsa en menos de veinticuatro horas.
—Dile que mantendré mis opciones abiertas.
Estaba tan sorprendida que no sabía que me pagaban por un trabajo que no
consideraba opcional, Liam pareció más sorprendido cuando lo añadí a la pila
de dinero que tenía por lo que elegí creer era cambiar los neumáticos y filtros de
aire. Él trató de devolverlo, diciéndome que lo gané, pero discutí que había sido
52
mi papá de azúcar4 por meses. Lo menos que podía hacer era tirar lo que tenía
en las finanzas generales.
Al igual que antes, nuestra ruta no tenía rima o razón. Incluso no estaba
segura de que Liam supiera exactamente a qué dirección ir cada vez que
abandonábamos una estación de gas o un motel. Luego entonces, tal vez lo
hacía, ya que tres días después de abandonar Texas nos encontrábamos en
Cincinnati, cruzando el puente hacia Kentucky.
—El sol brilla sobre mi viejo hogar en Kentucky… —canté bajo mi
respiración, pero tuve que parar cuando mi garganta se cerró. Era estúpido
realmente. El norte de Kentucky no es nada como Lake County, pero el letrero
Bienvenido a Kentucky también podía ser como si dijera “Bienvenida a casa,
Scout” por todo lo que mi corazón sabía.
Logramos estacionarnos en cuanto llegamos a la famosa torre de agua
“Florence Y’all” y encontramos una estación de gas. Fui obligada a quedarme
en el auto, a pesar de mi vejiga demasiado llena, mientras Liam corría hacia
adentro. Cuando volvió tenía un sombrero tejido y un mapa.
—Ponte esto —dijo, lanzando el sombrero a mi regazo—. Te has estado
descuidando con los lentes de sol. No te los saques otra vez.
Hice lo que me pidió, pero puso mala cara todo el tiempo. La amenaza de ser
reconocida se había reducido drásticamente en las últimas semanas. Ninguno
de los involucrados en el caso era optimista acerca de mi rescate, y sin nuevos
pistas, los medios de comunicación se trasladaron a la siguiente gran historia.
De repente, todos estaban sobre una señora que intentó asesinar a su esposo
porque, según ella, él era un extraterrestre enviado para destruir la tierra.
—Parezco ridícula. Es un día nublado de octubre. No necesito un gorro o
anteojos de sol.
Él no respondió, simplemente estudió su mapa.
—¿A dónde vamos? Probablemente puedo ayudar. —Cuando Jase y yo
éramos niños, la idea de un juego divertido para papá era memorizar la
ubicación y los asentamientos de todos los condados en Kentucky. Esa es la
clase de cosa que sucede cuando se le permite a un educador educar. Lo
Papá de azúcar: hombre que mantiene económicamente a una mujer u hombre más joven
estableciendo una relación usualmente sexual.
4
53
encontré ridículo en ese momento, pero ahora casi puedo encontrar camino a
través del estado con solo unas pocas señales de tránsito como guías.
Por supuesto, Liam no creía que necesitaba mi ayuda, lo que significaba que
tuvimos que estacionarnos al lado de la carretera para comprobar su mapa más
de una vez. Tomamos carreteras secundarias a través del condado Pendleton
(condado de Falmouth), del condado Harrison (Cynthiana) y del condado
Nicholas (Carlisle). Una vez que pasamos el condado Bath, comencé a ponerme
nerviosa.
—Escucha, sé que no siempre estoy al día con mi conocimiento sobre
Cambiante, pero creo que nos estamos acercando al Territorio de la Manada
Matthews —dije, refiriéndome a la manada del padre de Talley, quien vivía en
las colinas del este de Kentucky—. Al menos que no me estés diciendo algo de
cómo en verdad están de nuestro lado, creo que deberías reconsiderar el
allanamiento. Esos chicos me odian demasiado.
Liam, siendo Liam, solo gruñó en respuesta. En los próximos cuarenta
minutos presenté varios argumentos muy razonables de por qué debíamos
volver, pero estaba sordo o me ignoraba. No dijo otra palabra hasta que nos
detuvimos en el estacionamiento lleno en algún lugar en Red River Gorge.
—Uhm… ¿qué estamos haciendo aquí? —pregunté sin esperar una
respuesta.
—Hacer una excursión.
—¿Excursión?
—Sí, excursión. Vamos a pasear por los senderos y a disfrutar de la
naturaleza. —Miró hacia donde el trillado camino se encontraba con el
estacionamiento. Una familia llena de equipo para el aire libre estaba
discutiendo, el padre señalaba enfáticamente hacia un mapa mientras la mujer
enganchaba su pulgar de vuelta hacia el sendero—. O tal vez haremos nuestro
propio sendero. Somos Cambiantes después de todo.
Era bueno que estuviéramos en excelente forma, porque tomaba algo de
creatividad y esfuerzo evitar las multitudes. Las nubes habían dado espacio
para un maravilloso día soleado de otoño, y los árboles que presumían hojas de
rojos y naranjas brillantes se elevaban hasta el cielo. Era un día perfecto para
caminar, por consiguiente había un número abrumador de personas.
54
—Vamos —dijo Liam, ofreciéndome una mano. Mis piernas eran un par de
centímetros demasiado cortas para escalar el escarpado afloramiento de rocas
donde se encontraba—. Casi llegamos ahí.
—¿Hay un ahí? —pregunté entre gruñidos. Demonios, escalar en rocas no
era lo mío—. Pensé que estábamos caminando. Sabes, caminar por el bosque.
Disfrutar de la naturaleza.
Su respuesta fue un ceño predecible.
Una vez que llegamos a la entrada de una cueva que se sentía por encima de
ciento veinte metros, Liam dejó de arrastrarme por la montaña. Se paseó
alrededor, explorando el interior tan rápido como la luz del sol permitiera y
mirando por encima hacia el borde del precipicio. Después de treinta minutos,
no pude soportarlo más. No estaba tan asustada de la cueva como las cosas que
podía oír moviéndose alrededor y el ver a Liam tan cerca de una caída mortal
me hacía enfermar.
Dejando a Liam en la Baticueva, me fui a explorar por mi propia cuenta. No
me fui lejos antes de encontrar un árbol con una rama tipo banco. Parecía
divertido y atractivo. El sol me calentaba mientras me estiraba a través de ella
como un gato perezoso. Por lo general, no me encuentro holgazaneando en los
árboles súper cómodos, pero algo sobre la manera en que la luz jugaba a través
de las hojas y la manera en que la brisa besaba mi piel me adormilaron,
permitiendo que mis pesados párpados se cerraran de golpe y se salieran con la
suya.
Pero cuando un olor familiar vino flotando a través del aire, se abrieron de
nuevo, y no era la Scout Humana mirando desde adentro de sus
profundidades.
Estuve casi en silencio mientras bajaba al suelo y me escabullía entre los
árboles. Él no estaba solo. Una chica caminaba detrás de él, su mano apretada a
la suya. No era el Alfa, pero ella era una Vidente. Podía sentirlo.
Él no sabía que yo estaba ahí hasta que salté, y para entonces él solo tuvo
tiempo para darse la media vuelta antes de impactar. Desde que estábamos en
el lado de una montaña, rodamos varios metros antes de detenernos con él
encima. No se quedó allí mucho tiempo. Lo di vuelta hacia atrás. Fijé la parte
55
inferior de su cuerpo con mis piernas y entonces, sin ninguna delicadeza,
comenzó a balancearse.
—¡Scout! ¡Detente! —La voz era familiar, pero me negué a escucharla.
¡Traidor! Scout Loba rugió dentro de mí.
—¡Scout, es Jase! —Ella estaba demasiado cerca. Mi codo la atrapó en el
estómago, pero no me detuve hasta que me agarraron por detrás, dos brazos de
acero capturando mis brazos a mi lado mientras me levantaban del suelo.
—Respira, —él susurró en mi oído, atravesando la rabia—. Respira hondo,
adentro y afuera. Relájate. —Y lo hice. Cerré mis ojos, llevando el aire
lentamente a mis pulmones, y me relajé contra el ancho pecho con el que me
estaba elevando. Cuando volví a algo que podría pasar como normal, Liam me
dejó.
—¿Estás bien? —él preguntó, de pie encima de Jase—. ¿Algo roto?
—Solo toda mi cara. —Mi hermano tomó la mano de Liam quien lo levantó.
Talley estuvo inmediatamente ahí, sus dedos trazándose sobre su nariz, mejillas
y barbilla.
—Creo que tu nariz se rompió otra vez —dijo una vez que terminó su
evaluación física—. No tienes ningún problema al hablar, así que tu mandíbula
está bien. Por supuesto, realmente no sé cómo diagnosticar una lesión cerebral.
—Levantó tres dedos—. ¿Cuántos dedos ves?
—No creo que sea quien necesite ser examinado por una lesión cerebral. —Él
miró por encima del hombro de Talley y encontró mis ojos—. Hola, hermana.
Qué bueno verte. —Se frotó la mandíbula, la cual ya estaba comenzando a
hincharse—. Solo por curiosidad, ¿qué demonios fue eso?
—Los ayudaste. —La lucha se había ido completamente de mí. Mis palabras
estaban atadas con debilidad, un sentimiento de derrota me abrumaba—. Iban a
matarme, y los ayudaste. —Parpadeé para contener las lágrimas, negándome a
dejarlas caer—. Ibas a dejarme morir
La furia de Jase, la cual fue creciendo en vez de disminuir, se concentró en
Liam.
—¿De qué habla ella?
56
—Deberías saberlo —contesté—. Estabas ahí. Tal vez no quedó en tu mente
como en la mía, pero hubo este juicio… —Respiré hondo de nuevo, esta vez
para calmar al humano en vez de a la bestia—. Sabes, no puedo hacer esto. Ya
he acabado.
Me puse de pie y comencé de nuevo hasta donde pensé que estaría el
camino. Di como tres pasos antes de que un corpulento gigante se interpusiera
en mi camino. Di un paso a la derecha. Él copió mi movimiento. Di un paso a la
izquierda. Una vez más, se movió conmigo.
—¿Qué sucede contigo? —Liam realmente se veía un poco perdido.
—Él les dijo… —Una respiración honda más—. El testimonio de Jase fue una
de las cosas que ayudó a que los Alfas me condenaran. Me vendió para unirse a
la Manada Alfa y convertirse en el juguete de Sarvarna. Ahora, por favor,
déjame que pueda largarme antes de que tenga éxito arrancando su bonita cara
de su cabeza.
—¿No le dijiste? —Talley apareció en mi codo. Podía ver por qué la Scout
Loba no la reconoció inmediatamente. Ella lucía diferente. Su cabello era
diferente. Incluso la forma en que se vestía era diferente—. ¿Has estado con ella
por dos meses y no le contaste que Jase es un topo? ¿La dejaste creer que su
hermano de verdad estaba en el mismo bando que los Alfas?
¿Ella estaba enfrentándose a Liam? Tal vez esa no era la verdadera Talley
después de todo.
—¿Pensaste…? —La mirada que Liam me dirigió me hizo sentir un poco
como una cucaracha de dos cabezas—. Es tu hermano. ¿Cómo podrías pensar
eso?
Espera. ¿Era la mala aquí? No. No. No lo creo.
—¿Lo sabías? —La honesta indignación entrelazó mis palabras—. Déjame
adivinar, todo era parte del plan de Liam Cole. ¿También era parte de ese plan
dejarme sentir traicionada y rota? ¿Me hacía más maleable? ¿Me doblé más fácil
a tu voluntad desde que tenía poco por qué luchar? —Soy una entrenadora de
artes marciales. Tengo cinturón negro en diferentes disciplinas. Sin embargo,
cuando mi puño golpeó contra su estúpido pecho arrogante, era el mismo golpe
intrascendente que las mujeres les daban a hombres más fuertes desde los
comienzos de los tiempos—. ¡Tú… tú… tú, idiota!
57
Puse ambas manos sobre su pecho y empujé con todas mis fuerzas. Se
tambaleó unos pasos hacia atrás, aunque más por la sorpresa que por mi fuerza.
La mandíbula de Liam se apretó mientras cambiaba su peso ligeramente, y
pude ver en sus ojos que la pelea iba a empezar. Puse mi peso sobre las puntas
y levanté mis manos.
Las cosas estaban a punto de ponerse interesantes.
—¡Jase! ¡Has algo! —demandó Talley.
—No es necesario —contestó—. Tengo una muy buena vista aquí.
—¡Jase!
—Vamos, Tal. Él se lo merece.
Mostrando la máxima confianza en mí, Talley dijo:
—La lastimara.
—Bueno, quizás ella también se lo merece.
Pesaba mis opciones. Liam era más grande, más fuerte y posiblemente
incluso más rápido. Tenía que ser más inteligente. Él esperaría cautela y mala
dirección, pero ¿si fuera directamente hacia él? ¿Lo atraparía con la guardia
baja, lo suficiente para tener ventaja? Solo había una manera de averiguarlo.
—¿Estás seguro que hay una cueva aquí? —dijo una risita en la montaña a
mitad de camino.
Mierda.
—Lo prometo. Se llama La Cueva del Asesinato porque…
—Tenemos compañía —anunció Liam. Pensé en agregar un “No, duh” allí,
pero me di cuenta que probablemente lo estaba diciendo en beneficio de Talley.
—¿En serio? —Mejor dicho, en beneficio de Talley y Jase.
Liam me disparó una mirada y dijo:
—Podemos discutir esto después, pero necesitamos movernos ahora. Es
demasiado riesgoso para nosotros ser vistos juntos.
—Estamos estacionados cerca de Chimney Rock —dijo Talley—. ¿Ustedes?
58
—Princess Arch —contestó Liam. Jase hizo un esfuerzo valiente para no
reírse, pero fue un fracaso.
—Bien, Jase irá contigo y te guiará de vuelta a la casa, y Scout vendrá
conmigo.
—Nunca encontrarás tu camino por la montaña —dijo Jace exactamente al
mismo tiempo que Liam declaró:
—Es demasiado riesgoso para ti ser vista con ella.
La mirada de fastidio que Talley disparó a ambos de ellos no tenía precio.
—Uno, crecí recorriendo estos senderos, Jase. En caso de que lo hayas
olvidado, soy la que nos guió aquí. —Ella se volvió hacia Liam, quien tuvo el
sentido común de no devolver la mirada—. Y dos, ¿qué riesgo? ¿Quién la va a
reconocer? Soy su mejor amiga y me tomó un tiempo darme cuenta que la
persona detrás de la peluca y de los lentes de contacto de color era Scout.
—Anteojos de sol. —Fue todo lo que él dijo como respuesta.
Encantada por la capacidad de Talley de poner a los chicos en su lugar, me
puse de nuevo los anteojos de sol con una sonrisa.
59
Capítulo 8
Traducción CrissViz
Corregido por Karlix
—¿Cómo están mis padres? ¿Cómo está Angel?
Las preguntas salieron en el momento en que Talley puso la llave en el
encendido.
—¿Charlie?
—Todos están bien. —Giró su palma hacia arriba para poder apretar mi
mano entre la de ella. A través de nuestro vínculo envió una dosis de
tranquilidad—. Están bien, Scout.
Tomé un respiro hondo, confiando en ella a diferencia de lo que haría
cualquier otra persona. Quizás se veía diferente, pero seguía siendo mi Talley.
Podía sentir su bondad en cada célula de mi cuerpo, entonces ellos estaban
bien. Pero seguía…
—Detalles. Muchos detalles, por favor.
Talley retrocedió con el carro para salir del estacionamiento antes de cumplir
con mi petición.
—Ha sido un poco complicado con tus padres. Jase está fingiendo ser el
perro faldero de Sarvarna y ella mantiene una estrecha vigilancia sobre todo lo
que hace, así que no puede simplemente salir y decirles lo que está pasando.
Por suerte, yo tengo un poco más de margen de maniobra. Ellos me mantienen
cerca porque mis habilidades son valiosas, pero todos ellos piensan que soy un
caso perdido, demasiado emocional y demasiado leal a ti para ser de real
utilidad. Así que principalmente soy yo quien habla con tus padres. Mantengo
la relación ambigua para no tener a la Manada Alfa husmeando y para
mantener a su gente alejada sin que se vuelva loca, pero ellos saben que estás
viva y escondiéndote. Tu papá quería salir a buscarte, pensando que podría
protegerte de lo que sea que necesitaras ser protegida, pero Jase se las arregló
para detenerlo.
Ella golpeteó el volante con sus dedos.
60
—¿Y…? —sugerí, sabiendo que había algo que no quería decirme.
—Y bueno, actualmente ellos no se hablan, pero no te preocupes. Se
resolverá con el tiempo.
Suspiré mientras me recostaba en el asiento. ¿Papá y Jase no se hablaban?
Grandioso. Agrega eso a la lista de las cosas que regiamente he cagado solo por
el hecho de ser yo.
—¿Angel?
Talley sonrió, lo cual me hizo ponerme nerviosa. Cosas que las otras
personas encontraban divertidas en mi pequeña hermana, normalmente no eran
graciosas para mí.
—Bueno, por supuesto que ella no tiene ni idea sobre lo que realmente está
pasando y algunas cosas sobre la historia del choque de carro son ciertas…
—¡Oh, Dios! —De alguna manera eso parecía peor—. Los noticieros asumen
que estoy muerta. —Pobre Angel. Mi pobre, dulce e inocente pequeña…
—Así que ella llamó a CNN para aclarar las cosas. Dejó un mensaje
diciéndole a Nancy Grace que cerrara su estúpida boca y que dejara de decir
que su hermana estaba muerta porque ella no estaba muerta.
—¡No lo hizo! Solo tiene siete años, ¡por amor de Dios! ¿De dónde consiguió
el número de teléfono?
Talley realmente tenía que dejar de sonreír de esa manera. Mi paz mental
estaba en una seria encrucijada.
—Ella pudo haber sido influenciada por Jase.
—Esa es la razón por la cual deben estar separados tanto como sea posible.
Aunque, me di cuenta, de hecho estaba sonriendo un poco.
—¿Contestó algo Nancy Grace?
—Oh, sí. Puso en vivo el mensaje. Todo el mundo escuchó a Angel llamarla
mentirosa bruja malvada.
—Nooooo.
—¡Sí!
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Talley desaceleró, manejando a lo mínimo, dejando pasar a una camioneta
roja. Miré hacia el retrovisor y vi un carro azul-gris que me era familiar.
—Ella está como castigada hasta que tenga treinta años, aunque
probablemente esto sea lo mejor. Angel no es exactamente el tipo de niña que
necesite tener acceso a computadores y teléfonos. No hay un límite para la
cantidad de destrucción que ella puede causar.
—Cierto —admití—. Y si ella está castigada, eso significa que mamá y papá
tendrán un ojo más cercano sobre ella. Eso me hace sentir un poco mejor.
Talley se inclinó hacia mí dándome otro apretón de manos.
—Todos están bien.
—¿Todos? —Mordí mi labio por dentro tan fuerte que salió sangre—. Las
noticias dijeron que él se encontraba en condición crítica.
Estábamos paradas frente a la luz roja, así que Talley pudo girarse para
mirarme. Después de pensar un poco dijo:
—¿Puedes prometer no hacer ni un solo sonido?
Asentí con mi cabeza, pero estaba verdaderamente confundida sobre qué iba
a hacer hasta que oprimió algunos botones en la consola.
Después de algunos segundos de música pop, la cual había sonado a través
de los altavoces, esta cesó y un timbre se escuchó en el coche.
Él contestó en el tercer timbre.
—¿Hola?
—¡Hola, Chuck! ¿Cómo te sientes?
Según sabía, Talley nunca había llamado a Charlie Chuck. De hecho, por lo
que sabía, yo era la única persona que tenía ese honor.
—¿Talley? —Se escuchaba débil. No zombi o triste, solo no fuerte. Como si
no habituara a hablar y necesitara una siesta.
—Sí. Soy yo. Jase y yo decidimos dirigirnos hacia el oriente de Kentucky para
pasar el fin de semana. Necesitaba algo de aire y yo quería buscar osos.
¿Osos…?
62
—¿Encontraste alguno?
—De hecho fueron dos.
Hubo una ráfaga de aire sobre las bocinas y cuando Charlie habló su voz
estaba apretada.
—¿Y cómo estaban?
—Bien. —Talley me lanzó una mirada que realmente me gustaría que no lo
hubiera hecho, ya que manejaba sobre un camino con muchas curvas—.
Realmente bien. Un poco cansados e irritables, pero así son los osos. Se supone
que deben estar cansados e irritables, ¿cierto?
—Irritables es exactamente como me gustan mis osos.
Con esfuerzo, tragué mi risa.
—Hablando de osos mal humorados, ¿cómo va tu terapia? No sigues
haciendo pasar un mal tiempo al terapeuta, ¿o sí?
¿Charlie hacía pasar un mal momento al terapeuta? Eso no parecía propio de
Charlie. ¿Jase? Sí. Lo había visto trabajar cabeza a cabeza con un entrenador
para superar una lesión de basquetbol, pero Charlie normalmente era más
tranquilo.
—No estoy haciéndolos pasar un mal momento. Es solo que no entiendo por
qué no puedo seguir adelante e incrementar lo que estoy haciendo si ya estoy
listo. De todas formas, deberían querer presionarme más fuerte. Entre más
pronto pueda caminar, más pronto podré regresar a casa y dejar de molestarlos.
Di un grito ahogado, antes de darme cuenta de lo que había hecho, haciendo
que Talley me diera una mirada de ¡cállate!
—Bueno, seguramente hay alguien ahí para mantenerte en línea —dijo, más
por mi bien que por el de Charlie.
—Sí, mamá Talley. Bob y Cory han sido unas buenas niñeras en tu ausencia.
—Sonaba condescendiente y sarcástico, pero Talley y yo sabíamos que a él le
gustaba la sobreprotección y la tendencia de ser mamá gallina de Talley—. De
hecho, Cory te envía un saludo ahora mismo.
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Si Cory el canadiense, un Brigadier de la Manada Alfa, seguía por ahí,
entonces Liam estaba en lo correcto sobre que Charlie era cuidado por la
Manada Alfa o que él estaba siendo tratado con la misma atención que yo había
tenido en julio. Si era lo segundo, me preguntaba cómo seguían apuntando a la
cabeza de Charlie con un arma sin que las enfermeras y los doctores dijeran
algo.
—Oye, Tal. ¿Recuerdas a esa chica que dejó la escuela y se volvió mesera de
un restaurante donde paran los camiones? ¿Creo que su nombre era Flo? —
Talley levantó una ceja hacia mí y yo asentí. Dejando que Charlie recordara un
escándalo al azar de hace un año—. Si la ves, dile que la extraño. Mucho. ¿Sigue
viviendo con ese chico?
—Creo que no se están llevando muy bien, pero sí, ellos siguen juntos.
—Dile a Flo que deje de molestarlo. Es un buen chico. Cuidará de ella.
Olvidó decirle que su hermano realmente no la había traicionado y la dejó caminar
con el corazón destrozado por ninguna buena razón. Eso es lo que él haría. No un
buen chico. No alguien que quisiera cuidar de mí.
Talley debió haber visto mis pensamientos grabados en mi cara.
—¿Sabes? Puedo imaginar lo que Flo diría a eso. No puedo decirte lo que
piensa, porque creo que implicaría muchas malas palabras.
Charlie reía y fue el más hermoso sonido en todo el mundo.
—Estoy seguro que sería así. Pero necesitas creer en mí en esto. Sé de lo que
estoy hablando y ella debería confiar en él, al cien por ciento.
Sacudí mi cabeza en negación, pero Talley comentó:
—Se lo diré.
Hubo cierta conmoción en el fondo y luego se escuchó un timbre en el
aparato de la intravenosa y una voz femenina.
—Tengo que irme, pero gracias, Tal. Gracias por llamarme.
—Descansa, Charlie.
—Te quiero.
64
Su mano tomó la mía.
—Yo también te quiero.
Luego la llamada se cortó y yo me eché a llorar.
65
Capítulo 9
Traducción CrissViz
Corregido por Karlix
—No es tan malo, —Talley dijo, sus dedos tratando de acomodar mi cabello en
vano—. Parece el cabello de un duende.
—¿Recuerdas a Thomas Bardwell? ¿Ese chico raro que solo estuvo en tercero
y cuarto grado?
—¿El chico que nos dijo que se había tenido que mudar a Timber porque un
dragón se comió su anterior casa?
—Sí. También era el chico que atoró un grano de maíz en su nariz y no le dijo
nada a nadie durante tres meses. Tengo su mismo corte de cabello.
Talley reía mientras lanzaba sus brazos a mi alrededor por décima vez en
treinta minutos.
—Te he extrañado mucho —dijo por vigésima vez.
—También te he extrañado —dije por encima de su brillante cabello negro—.
Este tiempo ha sido solitario.
Estábamos sentadas en el columpio de madera del porche de entrada de una
vieja casa viendo a los chicos mientras hacían algo debajo del capo de nuestro
coche. La casa pertenecía a la tía Della de Talley, la hermana no vidente de su
mamá, quien estaba en el Festival de Bluegrass5 en Virginia. Talley nos aseguró
que la manada de su padre no estaría cerca debido a algo de mala sangre y
sentimientos heridos, y Liam decidió que era suficientemente alejado para
poder pasar la noche. La casa estaba localizada literalmente en un hoyo en la
tierra, solamente se accedía manejando hacia el fin del mundo y desviándote
hacia un camino sinuoso de un solo carril en el que el pavimento tenía más
grietas y trozos faltantes para poder ser considerado como una vía segura. El
camino de entrada estaba casi oculto y trazado en tal ángulo que casi dejé
Bluegrass: género de música folclórica del sur de Estados Unidos que se toca con guitarras y
banjos.
5
66
impresas mis huellas digitales en el tablero de la camioneta CRV 6 que Talley
estaba manejando. La casa en sí misma lucía por fuera como algo salido de una
foto de la época de la Depresión y por dentro como un museo de muñecas.
De verdad. Muñecas de cerámica. Cientos de ellas mirándote desde cada
rincón.
Había una razón por la cual Talley y yo elegimos sentarnos en el porche en
lugar del sofá.
—Realmente debería hacer lo correcto e irme, pero no puedo verme
haciéndolo —dije. Aunque la casa estaba seriamente aislada y Talley me
aseguraba que nadie más que su tía Della sabía dónde quedaba la casa, yo
continuaba pensando en lo que pasaría si alguien encontrara a Jase y a Talley
conmigo. Era peligroso estar cerca de mí.
Talley palmeó mi pierna.
—Deja de preocuparte tanto. Liam no te hubiera traído al punto de reunión si
pensara que hay una posibilidad de peligro. Él ha considerado cada
contingencia para esta reunión desde julio.
Mis dientes rechinaron.
—Por supuesto.
—¿Cómo es la vida con Liam? —preguntó con cautela. Ella seguía
acurrucada sobre mi pecho, así que no había forma de que hubiera perdido mi
gruñido.
—Es terco, un estúpido prepotente. —Estaba tomando en consideración lo
que Charlie había dicho, pero confiar en Liam no significaba que tuviera que
caerme bien.
Talley se levantó de golpe, escandalizada.
—¡Scout! No deberías decir eso.
—Solo afirmo los hechos, Tal. Honestamente, eso es una leve versión de “si
no puedes decir algo bueno de alguien mejor no digas nada”. ¿Quisieras saber
lo que realmente pienso de él?
6
CRV: modelo de van familiar de la Toyota.
67
—No es tan malo.
En ese momento le estaba diciendo a Jase como sostener una llave y lo más
molesto de todo era que Jase le permitía a Liam decirle cómo sostener la llave.
—Oh, tienes razón, Tal. Él es una persona agradable. Siempre tan feliz y
cálido. Por la forma que es tan abierto, honesto y como nunca trata de ser un
mandón con los demás. Es un diamante en bruto.
—¡Shhhh! Más bajito —dijo, encajando su codo en medio de mis costillas.
—¿Por qué? —dije con voz un poco más fuerte de lo normal—. No me
importa lo que piense.
—Scout, por favor no provoques al Cambiante extremadamente dominante,
que en este momento está muy enojado contigo.
—¿En este momento? Por qué no lo intentas con toda la vida. —Fruncí el
ceño hacia donde estaban los chicos ahora quitando alguna parte de carro, la
cual probablemente era necesaria para operarlo. Esperaba que supieran bien lo
que estaban haciendo—. Y yo soy quien tiene derecho de estar enojada. ¿Cómo
es posible que no me dijera que Jase estaba siguiendo sus órdenes? ¿Tienes una
idea de lo que fue para mí estar de pie ahí y escucharlo decir todas esas cosas?
¿Pensar que no le importaba que fueran a matarme? —Quería llorar, así que en
su lugar grité—. Y tu madre. Dios, Talley. Quiero decir, parecía como si me
odiara.
La cabeza de Talley calló y sus dedos fueron inmediatamente hacia su
cabello.
—Talley, tu mamá solo estaba actuando, ¿cierto? ¿Igual que Jase? ¿Todo eso
era parte del Plan de Liam para Torturar a Scout?
—Tienes que entender —dijo con una suave voz—, mi madre fue criada con
fuertes valores. Y con mi papá acercándose, lo suficientemente cerca para
presionarla y provocarla…
—No estaba actuando.
—Hacía lo que pensaba que era lo correcto…
La traición duele igual la segunda vez.
68
—¿Cómo pudo hacerlo? Es tu mamá. Me enseño a saltar y a jugar rayuela…
Los ojos de Talley estaban llenos de lágrimas.
—Lo sé. Lo sé. He tratado de hablar con ella pero he tenido que fingir ser una
buena Potencial para la Manada Alfa y… —Sollozó y se limpió las mejillas—.
Lo siento, Scout. Lo siento tanto.
No iba a llorar de nuevo. Me negaba a hacerlo. De todas formas, Talley
estaba derramando suficientes lágrimas por las dos.
—No es tu culpa —dije, realmente creyéndolo. No era como si tuviéramos
algún control sobre nuestros padres. Quiero decir, el mío era bastante bueno la
mayor parte del tiempo, pero cuándo tú papa era el director de la escuela,
muchas veces tenías que disculparte con tus amigos por cosas que hacía. De
seguro, nunca trató de matarlos, pero él nos hizo cambiar nuestros horarios que
hizo que nuestros veranos fueran súper cortos. Cuando tienes trece años, dos
semanas menos de vacaciones de verano se siente como si alguien tratara de
matarte—. No te culpo. Nunca te culparía.
Una llave inglesa, tubo o algo aterrizó con un golpe seco en el porche.
—Solo a mí, ¿cierto? —preguntó Jase, entrecerrando los ojos ante el sol del
atardecer.
—¿De qué estás hablando? No te culpo por que la Sra. Matthew me entregara
a los Alfas.
Los músculos de su quijada temblaron.
—¿Estás segura? Quiero decir, ¿por qué no? Creíste que me agradaba estar
parado ahí y dejar que te llevaran.
Bueno, parecía que íbamos a hacer esto ahora.
—Te escuché hablar con Sarvarna —dije sonando más distante de lo que me
sentía—. Ella te ofreció dejar de estar emparejado y una posición en la Manada.
Era un buen negocio.
—¿Un buen negocio? —La voz de Jase era dos notas más altas de lo
necesario—. ¿En serio? ¿La vida de mi hermana en un intercambio por un lugar
en su grupo corrupto? ¿Crees que querría eso?
69
Ese podía ser el momento cuando debía de disculparme, dominada ante su
enojo. Jase siempre tuvo una personalidad más fuerte, de entre los dos. Él
dirigía y yo lo seguía. Pero no más. Las cosas habían cambiado. Yo había
cambiado.
—¿Cómo se supone que pensara algo diferente? ¿Me mandaste un mensaje?
—Me giré hacia Talley—. ¿O tú? ¿Trataste de enviarme un pensamiento
diciendo “No te preocupes sobre Jase, tenemos un plan”? —Ahora ya estaba
gritando.
—No le grites a Talley.
—Me dejaste sentada en esa celda y que pensara que no te importaba.
—¡Estaba tratando de salvarte!
—No fuiste a verme.
—¡Tenía que actuar un papel!
—¡Pero no fuiste a verme! ¡Me dejaste! ¡Sola! —Me limpié la única lágrima
que se había escapado—. ¿Qué clase de hermano ni siquiera va y se despide?
Incluso Sarvarna hubiera entendido la necesidad de conclusión. Pero no fuiste.
Pudo haber salido todo mal. Pude haber muerto y tú nunca hubieras dicho
adiós.
—¿Cómo podría hacerlo? —Prácticamente murmuraba—. ¿Cómo podría
haber ido ahí, verte en una celda, sabiendo que podrías morir y no mostrarles
cuánto te quiero? Tú has sido mi mejor amiga desde que tenía seis meses de
edad. En casi cada recuerdo feliz tú has estado en el centro. Solo el pensar en
perderte me hacía querer vomitar. ¿Cómo es que no lo sabes?
Las conversaciones emocionales no son comunes en mi familia. Sí, nos
queremos, pero normalmente no sentimos la necesidad de decirlo. Quizá
deberíamos hacerlo más a menudo, pensé, porque escuchar a mi hermano decir
cuánto se preocupaba por mí era suficiente para empezar a reparar algunas de
las heridas en mi alma.
Salí corriendo hacia él, con los brazos abiertos y me atrapó en un abrazo de
oso. Lo apreté en respuesta con todo mí ser. Lo vio como un reto personal, y me
apretó aún más fuerte, haciendo que mis costillas protestaran.
70
—También te quiero, ¿lo sabes?
—Por supuesto que lo haces.
Descansé mi mejilla en su hombro.
—Ahora que lo hemos establecido, ¿podemos patearle el trasero a Liam?
Jase reía.
—Lo dudo. ¿Has peleado con él?
Negué con mi cabeza.
—Está demasiado ocupado haciéndome correr en círculos y hacer flexiones
como para dejarme hacer algo divertido.
—Amigo, yo lo he hecho, y te prometo que “divertido” no es una palabra
que usaría.
Traté de no molestar a Jase y a Liam por la relación obviamente cercana, pero
fallé miserablemente.
—¿Nunca han peleado? —preguntó Talley.
—No.
—¿Ningún altercado físico de ningún tipo?
—Ya que me detuviste hoy por la mañana, no.
Jase estaba trabajando con algo en su cabeza. Podía decirlo por el ceño
fruncido en su cara y la forma en que su dedo flotaba en el aire, periódicamente
siguiendo un trazo imaginario.
—¿Sin golpes? —preguntó
—No.
—¿Sin patadas?
—No.
—¿Qué tal las vencidas?
71
—No. Y antes de que lo preguntes, hemos evitado el juego de Slug Bug 7, Slap
Bets8 y todos los tipos de Dance-off9.
Jase frotaba su barbilla.
—¿Y en forma de lobo?
Me encogí de hombros.
—Hemos rodado un poco. —Mis mejillas se ruborizaron ligeramente
mientras decía eso. Por alguna razón, hablar de eso, se sentía similar a divulgar
detalles íntimos, los cuales prefería no compartir con mi hermano—. Así que,
¿cuál es el punto aquí? Parecen sorprendidos de que aún no hemos tratado de
matarnos entre nosotros.
De hecho, una vez que lo pensabas, era como una especie de milagro.
—Es solo que no es normal que dos Cambiantes no traten de establecer su
jerarquía —dijo Talley—. Normalmente, cuando dos Cambiantes Dominantes
como tú y Liam están cerca, toma menos de una hora para que se metan en una
pelea.
—Quizás es porque soy una chica —enfaticé—. En realidad no hay mucho
caso en entrar a un concurso de meadas, ya que tengo que sentarme para hacer
pis.
Jase arrugó la nariz.
—¡Ay, Scout, eso fue increíblemente vulgar!
—Y una mentira —dijo Liam mientras subía los escalones hacia el porche—.
Si ella se hubiera sentado a hacer pis en la mitad de los lugares que hemos
estado, ya habría conseguido alguna enfermedad o algo peor.
Jase dijo:
—Y eso fue increíblemente vulgar y asqueroso.
7
Slug Bug: juego en el que se da un puñetazo a la otra persona cuando se ve un bocho o VW en
general.
8
Slap Bets: apuesta o juego de preguntas en el que el ganador recibe de premio dar una
cachetada al perdedor.
9
Dance-off: competencia de baile por turnos donde el ganador se queda con todas las
propiedades del perdedor e incluso una bofetada.
72
Liam se dejó caer en una vieja mecedora, la cual parecía caer bajo su peso.
—Lo siento, hombre. No era mi intensión ofender a tu compañera.
Estaba a punto de corregirlo sobre toda esa cosa de “compañera” cuando
algo captó mi atención. No sé cómo no me di cuenta hasta ese momento.
Jase y Talley estaban tomados de las manos.
—Espera, ¿qué? —No era capaz de quitar la mirada de sus manos unidas—.
Muy bien, alguien necesita comenzar a hablar ahora y elijo… —Miraba de uno
al otro. Jase estaba sonriendo a Talley quien estaba mirando su ombligo y tenía
un ruborizado rojo brillante—. Jase. ¡Escúpelo!
—La ceremonia aún no ha sido completada, pero planeamos hacerlo en la
primavera.
—Te vas a casar. En primavera. Con Talley. —El mundo oficialmente ya no
tenía sentido.
—No nos casaremos —dijo Talley—. Solo completaremos la ceremonia de
apareamiento en esa fecha. Vamos a esperar hasta que terminemos la escuela
para casarnos.
Muy sensato y del estilo de Talley. Solo un problema…
—Ustedes no quieren ser compañeros y casarse.
Jase finalmente apartó la mirada de Talley y de mí.
—¿Quién lo dice?
—Tú. Había gritos envueltos. Gritos, enojos e ira. Todo ello dirigido a mí.
—¿Alguna vez dije que no quería que Talley fuera mi compañera?
—Tú sabes, han cambiado las cosas un poco hasta ahora…
—No. Nunca dije que no la quisiera.
—Pero estabas gritando.
Jase tomó la mano de Talley, la cual estaba entrelazada con la de él, la
levantó hacia su boca y suavemente besó sus nudillos. La mirada en la cara de
73
Talley decía que estaba imaginando alegres pájaros y mariposas danzando
alrededor de sus cabezas.
Mi cerebro empezó a doler por tratar de envolverse en este nuevo
descubrimiento.
—Estaba enojado contigo por forzar a Talley a estar conmigo cuando ella
merece algo mucho mejor. —Su sonrisa era totalmente de Jase—. Ahora tomó la
decisión por sí misma, estoy más cómodo con la situación.
—¿Así que te gusta Talley? ¿Como en que te gusta de verdad Talley?
—Amo a Talley.
Miré a mi mejor amiga, quien continuaba viendo esas animadas criaturas.
—¿Y tú?
—Totalmente —contestó.
Liam miraba todo el intercambio con diversión.
—¿Hace cuánto tiempo que sabes de esto? —le pregunté.
—¿Yo? Desde mayo.
—¿Mayo? —Entrecerré mis ojos hacia la pareja traicionera—. ¿Confiaste en
Liam y no en mí? ¡Qué diablos pasa con eso!
Jase levantó las manos en señal de rendición.
—Cálmate, Mono Furioso. No sé de qué está hablando. Tal y yo estamos
juntos desde septiembre.
Tomé una respiración profunda para calmar mis nervios y me recordé que
esto no se trataba solo de mí. En lo que realmente tenía que enfocarme era en
Talley. Quería a mi mejor amiga, pero era una de esas personas que solo ve la
luz del sol y el arcoíris. El problema era que Jase podía ser como la luz del sol y
el arcoíris. Cuando esta resplandeciente, no hay nada mejor. Cuando todas sus
sonrisas y su atención son solo para ti, el mundo es un lugar más brillante y
feliz. Pero igual que la luz del sol y el arcoíris, tenía una tendencia a
desaparecer sin ninguna advertencia y mantenerse alejado por mucho tiempo.
Ser su hermana me salvó de sus muchos días oscuros, pero había visto cómo
botaba novias y amigos por un capricho y nunca miraba hacia atrás. No es que
74
él fuera cruel, solo no se daba cuenta de lo que estaba haciendo. Cuando se
trataba de relaciones, él se volvía un poco como alguien con Trastorno por
Déficit de Atención con Hiperactividad.
Por supuesto, parecía genuinamente dedicado a Talley, de momento, pero
¿qué pasaría en la siguiente semana o el próximo mes?, ¿Qué pasaría cuando
una chica bonita en su clase de Inglés 101 lo invitara a una fiesta? ¿O cuando las
cosas con Talley se pusieran complicadas? ¿Cómo podría Talley, quien nunca
ponía algo menos que todo su corazón en algo como esto, sobrevivir a eso?
La simple y fría verdad de esto era que no podría hacerlo.
—¿Realmente han pensado las cosas?
—¿En qué tenemos que pensar? —preguntó Jase—. Es solo un compromiso
de por vida. Decidimos hacerlo quieran o no. ¿Qué es lo peor que pudiera
pasar?
Talley puso los ojos en blanco, lo cual era suficiente prueba de que estaba
pasando demasiado tiempo con él.
—Por supuesto que lo hemos pensado bien. —Me miraba fijamente a los
ojos—. Esto es lo que ambos queremos. Prometido.
—¿Estás segura? Quiero decir, podrías pensar que esto es lo que quieres
ahora…
La mirada de Talley no vaciló.
—Lo amo, Scout. Y él me ama. —Ella sostuvo sus manos unidas—. Confía en
mí. No es que pueda mentirme o esconder sus verdaderos sentimientos de mí.
—Pero es Jase.
—Sí, es Jase. —Sonrió—. Mi pareja.
75
Capítulo 10
Traducido SOS por PrisAlvS
Corregido por Karlix
No pude dormir esa noche. El día había sido una piñata de revelaciones. Jase no
me había traicionado. La Sra. Matthews sí. Charlie estaba herido y bajo
constante supervisión de la Manada Alfa, pero estaba vivo y sanando. Jase y
Talley estaban saliendo, o como fuera que llamaran la relación previa a ser
compañeros, y ambos parecían bastante felices por eso. La pequeña parte de mi
cerebro que se obsesionaba con ese desarrollo estaba ocupada creando nuevas e
inventivas formas de patear a Liam en la cabeza.
Cuando finalmente no pude continuar acostada con esas tenebrosas muñecas
observándome, me levanté y vagué por la casa. Jase y Talley estaban
durmiendo en la sala de estar; Jase en el sofá y Talley en el colchón inflable.
Mientras caminaba hacia la puerta principal noté la mano de Jase colgando del
sofá hacia el colchón, donde estaba unida a la de Talley. Pudo haber sido dulce
y lindo si no fuera tan bizarro y horrible.
Liam dijo que quería dormir en el sofá extra que estaba en el porche trasero,
pero ahí no fue donde lo encontré. Cuando salí al patio, manteniendo un ojo
sobre las alimañas que corrían por ahí, tuvo que haberme escuchado, pero solo
se quedó sentado en la cerca y miró hacia las montañas.
Me subí al otro lado del poste. Balancearse en la cima de una cerca era más
difícil e incómodo de lo que las imágenes de vaqueros hacen creer. Después de
un momento de maniobrar incómodamente, finalmente encontré una posición
en la que no se sentía que el trozo de madera iba a dejar moretones en mi
trasero.
—Parece una canción de John Denver10 aquí —dije, rompiendo la quietud de
la noche. No había luna, pero las estrellas iluminaban lo suficiente para mis
sensibles ojos de Cambiante. Kentucky del Este podía conseguir suficiente
publicidad por su economía, pero este era realmente uno de los lugares más
hermosos del mundo—. Sabes, la vida no es más que un entretenido enigma, y
Henry John Deutschendorf, Jr.: cantante country, compositor, músico y actor estadounidense
nacido en 1943 y fallecido en 1997.
10
76
le agradezco a Dios que soy una chica de campo. —Liam ni puso sus ojos en
blanco. Cambié un poco para estarlo enfrentando—. Esto no está funcionando.
—Intenta inclinarte hacia adelante —dijo—. Pon más presión en los pies y
menos en la parte trasera.
—No a lo que me refería. —Aunque tenía razón, sí ayudó—. Este arreglo
nuestro, en el que acepto que sabes qué demonios estás haciendo y no hago
muchas preguntas. Ya no puedo hacerlo. —No después de que me dejó sufrir
cuando todo lo que era necesario era una declaración de que realmente le
importaba a Jase si vivía o moría—. Si quieres que interprete el papel que sea
que tienes planeado para mí, tendrás que hablar.
—¿Y si no lo hago?
Respiré hondo.
—Entonces me iré.
—¿Realmente crees que tienes posibilidad de sobrevivir sin mí?
—No tengo una posibilidad de sobrevivir, punto. —Yo sabía la verdad, la
había visto en una de las visiones del futuro que Talley insistía que no tenía—.
La pregunta es, ¿tu misterioso plan puede funcionar sin mí?
Él no contestó inmediatamente. Ambos nos sentamos ahí, mirando hacia la
distancia. Mis súper sentidos estaban en su momento más débil, por lo que no
podía revisar mucho más que el área inmediata a nosotros. La mayor parte
estaba durmiendo, aunque había algunos ratones en el granero teniendo un
gran tiempo. Si me concentraba lo suficiente podría escuchar a Talley roncando.
—¿Qué quieres saber? —preguntó justo cuando había decidido volver a
entrar.
—Todo.
—¿Eso es todo?
Pensé en todas las preguntas sin respuesta, todos los misterios en mis
pensamientos.
—Empieza con tu verdadero nombre.
Eso pareció atraparlo inesperadamente.
77
—¿Qué quieres decir?
—Después del funeral de Alex, Stefan se acercó a mí. Dijo que el verdadero
nombre de Alex era Christopher, pero ambos se cambiaron el nombre cuando
huyeron. Entonces, ¿cuál es?
Hubo otra larga pausa en la conversación, pero eventualmente contestó.
—Bryce.
—¿Por qué cambiarlo?
—Cuando la Manada Alfa quemó nuestra casa con nuestros padres en ella,
también pensaron que estábamos dentro. Asumimos nuevas identidades y los
dejamos creer que Bryce y Christopher estaban muertos.
—¿La Manada Alfa quemó la casa con tus padres dentro? —Mi estómago dio
un vuelco—. ¿Cómo sabes que fueron ellos?
Otra pausa y luego respiró hondo.
—Mis padres se conocieron en Rumanía cuando ambos estaban en
entrenamiento para ser parte de la Manada Alfa —empezó—. La familia de mi
madre es una de las, si no la, más poderosas líneas de Videntes en Europa. Por
lo menos una chica en cada generación es invitada como Potencial cuando sus
poderes se manifiestan. Usualmente esperaban hasta que tenían dieciocho para
trasladarse a la Guarida, pero mamá fue cuando tenía quince. Las Videntes de
Futuro son muy raras y son queridas inmediatamente.
Él no miraba hacia mí mientras hablaba. Era como si le contara la historia a
las montañas, pero estaba bien con eso. Siempre y cuando la escuchara no me
importaba a quién se la contaba.
—Mi papá tenía diecinueve cuando se unió. Su Manada no era muy grande y
tenía poco territorio en Alemania, pero era lo suficientemente Dominante como
para llamar la atención de los Alfas. Gerard era el Macho Alfa en ese momento
y tomó a papá bajo su tutela, lo preparó para convertirse en un Estratego.
»Nunca dijeron por qué se fueron. Mamá ocasionalmente aludía las cosas,
pero nunca dijo nada concreto. Todo lo que sé es que, después de tres años, a
papá se le concedió un estado especial de Solitario y se mudó a Canadá, llevó a
mamá con él. Dos años después yo nací.
78
»Nuestra infancia fue bastante normal, o al menos yo creí que así era.
Aprendimos cómo ser Cambiantes como un niño humano aprende sobre el
Catolicismo. Simplemente era parte de lo que éramos. Hablaban de la Manada
Alfa en los mismos términos en que tus padres hablan del presidente o algo así.
Eran parte de nuestra estructura social, un cuerpo gobernante que creaba y
hacía ejercer las leyes.
»Las cosas cambiaron cuando cumplí nueve. Fue entonces cuando mi
hermana nació.
¿Una hermana…?
—Nicole.
Liam asintió.
—¿Sabes que se supone que los hermanos deben molestarte hasta el
cansancio porque así es como funciona la vida?
—Como puedes recordar, intenté matar a mi hermano antes.
—Nunca nos sentimos de esa forma con Nicole. Ella nos tenía a Alex y a mí
atados a su diminuto dedo desde el momento en que salió de la habitación del
hospital y vimos su enfadado rostro rojo. —Él rió silenciosamente con el
recuerdo—. Mamá dijo que estaba furiosa por haber nacido. Aparentemente le
gustaba demasiado el útero. Mamá finalmente aceptó inducir el parto cuando
habían pasado dos semanas y media desde la fecha de nacimiento y seguía sin
aparecer.
»En un inicio todo estaba bien, pero cuando tenía seis meses nos visitaron
algunas Videntes de la Manada Alfa. Papá nos envió a Alex y a mí a nuestras
habitaciones, pero nos escabullimos hacia el salón para espiar. No entendía
mucho de lo que estaban diciendo, era solo un niño y ellos hablaban de cosas de
adultos, pero entendí la idea general. Querían llevar a Nicole a la Guarida con
ellas. No sabía en ese momento que ese era el procedimiento estándar cuando
nacía una chica de padres Cambiantes.
—¿Lo es? —No había escuchado de eso antes. Todo lo que Alex me decía
sobre las mujeres Cambiantes era que nunca llegaban a la adultez porque el
Cambio era demasiado para que su cuerpo lo soportara—. ¿Todas?
79
—Inicialmente, sí. De hecho, se supone que los padres lleven a sus hijas
mujeres ante la Manada Alfa inmediatamente después del nacimiento. Las que
no posean el gen de los Cambiantes son enviadas a casa, pero las otras… —
Liam pasó una mano por su cabello—. Dicen que están buscando una forma de
salvarlas. La mayoría de los padres las dejan ir sin pelear mucho porque
quieren salvar a sus hijas, y si no pueden, entonces es mejor no unirse
demasiado, ¿cierto?
—¿Realmente solo dejan a sus bebés con esos psicópatas? —Incluso si no
hubiese sabido que Sarvarna estaba completamente desquiciada, no creo que
fuera capaz de simplemente alejarme y dejar a mi bebé con alguien más. Y no
podía imaginar que a alguien le tomaría más que unos segundos con la Hembra
Alfa para notar que a ella no se le podía confiar un pez dorado, mucho menos
un bebé.
—Es como han sido las cosas por tanto tiempo como se puede recordar.
Cuando un Cambiante se casa hay una bendición que todos ponen en las
tarjeras de matrimonio y cosas. Esta dice: “Que sus días juntos sean muchos y
estén bendecidos, y que todos sus hijos nazcan varones. Y si han de tener una
hija, que ella Vea con los ojos de Dios.”
—Ustedes son un grupo de personas realmente locas.
Liam giró la cabeza y me observó.
—Ni siquiera sabes la mitad.
—Entonces dime el resto. ¿Tus padres dejaron que se llevaran a Nicole a
Rumanía?
—No. Les agradecieron a las Videntes por su tiempo y preocupación, pero
mamá les dijo que Vio el futuro de Nicole y que era como Vidente, no como
Cambiante.
—Mintió. —Porque había visto a Nicole en su forma lobuna y lo sabía mejor.
—Mintió, y las Videntes no sabían nada diferente, por lo que se fueron. Mis
padres pensaron que ese sería el final hasta que Nicole realmente Cambiara,
pero ellos subestimaron a los Alfas.
—¿Regresaron?
80
Liam negó con la cabeza, su ceño normal reemplazado por uno más
angustioso.
—Christine, la Hembra Alfa, llamó un par de veces y expresó su
preocupación, pero mamá siempre le restaba importancia. Luego, justo antes
del cuarto cumpleaños de Nicole, mamá tuvo una visión.
»Ver el futuro no es siempre algo claro. Las Videntes reciben fragmentos de
esto y aquello, pero nunca un contexto o secuencia. Mamá no estaba segura de
lo que sucedería, pero sabía que la Manada Alfa regresaría por Nicole. Se volvió
bastante sobreprotectora, siempre quería saber a dónde íbamos y qué hacíamos.
Yo tenía trece, la cual no es la edad más inteligente en la vida de un chico y creí
que estaba loca. Entonces, cuando me dijo que me quedara en casa con las
puertas cerradas y cuidara a mis hermanos no escuché.
No me gustaba a dónde iba esto.
—Tenía una novia en ese momento. Su nombre era Elyse y creía que era el
amor de mi vida. Cuando ella llamó y me pidió que la encontrara en la
gasolinera al final de la calle donde estaba mi casa, fui y llevé a Alex y a Nicole
conmigo. No quería parecer tonto, por lo que los dejé en la acera en frente
mientras Elyse y yo nos besábamos en la esquina.
»Solo llevaba como un año y medio Cambiando, pero mis sentidos siempre
han sido más agudos que los de un humano normal. Escuché el coche girar en
la calle y algo dentro de mí supo qué iba a suceder. Corrí tan rápido como
pude, pero llegué demasiado tarde para salvarlos.
La voz de Liam se quebró. Continuaba mirando el cielo nocturno, le permití
tener su momento.
—Lo llamaron un golpe y huida, pero fue un asesinato. Vi al conductor. Lo
olí. Un Cambiante condujo sobre mi hermanita a propósito y luego se alejó, dejó
su sangriento cuerpo al lado de la calle.
»Después de enterrarla nos mudamos. No se nos permitía decirle a nadie a
dónde íbamos o despedirnos. Para los ciudadanos de Provost estábamos ahí un
día y al siguiente desaparecimos. En realidad nos reacomodábamos fuera de la
red. A los Cambiantes tienden a gustarles los lugares con pequeñas
poblaciones, pero nuestro nuevo lugar estaba a kilómetros de la civilización. No
se nos permitía tener internet o ir a la escuela. Mamá nos enseñaba con los
81
libros que tomaba prestados de la biblioteca mientras pap{ se iba en sus “viajes
de negocios”. Algunas veces sus “compañeros de trabajo” iban a la casa a
reuniones. Todos eran Cambiantes.
—¿Eran parte de la Manada Alfa? —pregunté.
Liam bufó con el pensamiento.
—De hecho eran exactamente lo opuesto.
—¿Qué es lo opuesto a los Alfas?
—Cambiantes que quieren hacer que la Manada Alfa caiga de rodillas. —Él
pareció considerar qué decir por un momento antes de agregar—: Y luego
cortar sus cabezas.
Bueno, eso era bastante opuesto.
—Entonces, hablas de una rebelión.
—Exactamente. Mis padres pasaron de ser Potenciales a ser líderes de un
grupo que secretamente planeaba derrocar a los Alfas.
—¿Y los Alfas se enteraron?
—No lo sé… quiz{s. O tal vez solo estaban preocupados sobre cu{n poderosa
se estaba volviendo nuestra pequeña Manada. Mamá era la Vidente más fuerte,
además de la Hembra Alfa, en el mundo; papá era más que Dominante; yo
seguía su camino; y Alex podía Ver y Cambiar. De cualquier forma éramos una
amenaza.
Liam sacudió su cabeza y respiró hondo antes de continuar.
—Fue un martes. Supe que algo iba mal. Mamá tuvo una visión el día antes y
ellos habían estado actuando raro desde entonces. Continuaban abrazándonos y
dándonos esta charla de saben que los amamos, pero desde la muerte de Nicole
hacían eso de vez en cuando. Esa noche, sin embargo, la charla se extendió por
mucho tiempo, y antes de terminar estaban hablando de venganza y de tentar el
destino.
»Yo sabía que algo estaba muy mal, pero eran mis padres. Confiaba en ellos,
por lo que no hice preguntas cuando nos dieron una mochila a cada uno y nos
82
subieron a un camión de entregas. Me hicieron memorizar una dirección en los
Estados Unidos y nos dijeron que nos encontraríamos ahí en una semana.
»Murieron esa noche.
Mi corazón dolió por el niño que Liam había sido.
—Si sabían lo que venía, ¿por qué no se fueron también?
—No lo sé. —Conocía ese tono en su voz. Era dolor, pérdida y confusión,
viejos y queridos amigos míos.
—Quizá sí lo hicieron —me aventuré—. Tal vez están ahí afuera y no saben
cómo encontrarte…
—No. Están muertos. —Liam buscó en su bolsillo y sacó un viejo y arrugado
trozo de papel—. Esta es la carta de despedida de mi padre. La encontré en mi
mochila esa noche, pero realmente no lo creí hasta que Alex despertó a
medianoche, cubierto en sudor y ahogándose con el humo a cientos de
kilómetros. —Giró la nota en su mano—. Esa noche Christopher y Bryce
murieron. En nuestras mochilas teníamos identificaciones nuevas con nombres
que me recordaban que había perdido todo lo que tenía, todos los que había
dejado morir. William se convirtió en Liam; Alexandria, Alex. El nombre de
Nicole ambos lo llevábamos. Se aseguraron que nunca olvidaríamos a las
personas que fallamos en salvar.
No estaba siendo melodramático. Realmente lo creía.
—No creo que esa fuera su intención. Nadie los culparía, especialmente no
tus padres.
Él actuó como si no me hubiese escuchado.
—¿Sabes cuál fue la última cosa que mi mam{ me dijo? Dijo: “Cuida a tu
hermano. Es su destino seguir su corazón, pero es tu trabajo protegerlo.” Y lo
intenté. Dios, lo intenté. —Liam pellizcó el puente de su nariz con dos dedos—.
También le fallé. Toda mi familia está muerta porque no pude protegerlos.
No había duda de porque se la pasaba todo el tiempo malhumorado. Yo
también estaría enfadada con el mundo si toda mi familia estuviese muerta.
—Tu familia está muerta porque la Manada Alfa está llena de corruptos
monstruos sedientos de poder.
83
Liam dirigió su mirada hacia mí.
—Sí. Bueno, eso también.
—¿Entonces has estado por tu cuenta desde que tenías cuánto? ¿Quince?
—Catorce. Algunos de los otros “rebeldes” nos cuidaron un poco, pero no
nos quedamos mucho tiempo en un solo lugar. Tenía problemas reprimiendo
mis instintos Dominantes, y sin importar la intención de las personas, los
adultos tienen problemas sometiéndose ante un niño.
—¿Y no podías solo someterte ante alguien por un tiempo?
—¿Podrías tú?
Pensé en eso.
—No ahora.
—En cuanto pude conducir no fue un problema. De hecho, funcionó bastante
bien porque conducíamos por todas partes encontrando Cambiantes que
pudieran simpatizar con nuestra causa. Eso es lo que hacíamos en Kentucky.
Escuchamos que había una gran Manada de fuertes Cambiantes ahí que se
mantenían más aparte de lo normal. Pensamos que quizás era porque no
confiaban en todo lo de la Supremacía Alfa, por lo que fuimos a ver si podíamos
infiltrarnos entre ellos y descubrir cuál era su verdadera lealtad.
—¿Y fueron receptivos?
—No. Para nada.
—¿Entonces por qué se quedaron tanto tiempo?
Liam inclinó su cabeza hacia el cielo.
—Tú.
Algo sucedió dentro de mi pecho. Era como si mi corazón intentara
hincharse y encogerse al mismo tiempo. Era una sensación poco placentera.
—¿Yo? ¿Por Alex?
Esta vez Liam no observó el paisaje frente a nosotros, sino que inclinó su
cabeza completamente lejos de mí.
84
—Parcialmente.
—¿Y la otra parte?
—¿Recuerdas la primera vez que nos vimos? Fue en el puesto de
hamburguesas por el lago.
Algunas personas hay que verlas cuatro o cinco veces para recordarlas. Liam
Cole no era una de esas personas. Podía recordar cada momento de nuestro
primer encuentro en La Tira, desde su insultante mirada hasta sus amenazas
contra mi familia y yo.
—Me parece conocido.
—Supe en ese momento que no podíamos solo irnos. —Ya no estaba mirando
sobre su hombro izquierdo, pero seguía sin verme a mí—. La forma en que
olías, solo lo había olido en una persona en mi vida. —Respiró hondo y esta vez
decidió dirigir su mirada hacia las estrellas—. Olías como Nicole.
—¿Qué quieres…? —Las piezas se unieron lentamente en mi cabeza—.
Quieres decir, ¿sabías que era una Cambiante?
—Sabía que tenías el potencial de serlo. He conocido a dos de las otras
Cambiantes femeninas, y tú no olías como ellas. Ellas tenían una esencia más
fuerte, más demandante. Y está toda esta aura de poder que los otros
Cambiantes tienen…
—Lo he notado.
—No tenías eso entonces. Solo había una leve capa por debajo de tu olor
normal. Era como un fantasma de un olor, apenas perceptible.
—Entonces, no fue algo que pasó la noche… —Me detuve antes de decir “la
noche que Alex murió”. Cada vez me era más fácil aceptarlo, pero decirlo frente a
Liam parecía monstruoso y malvado—. Siempre he sido una Cambiante.
—Honestamente, Scout, no tengo idea. Creo que siempre has tenido el
potencial de ser una Cambiante, pero algo pasó esa noche que lo activó. Y antes
de que preguntes: no, no sé por qué el potencial estaba ahí. Tu papá no es un
Cambiante. No debería ser posible. Y tampoco sé qué causó tu Cambio. Tal vez
fue tu conexión con Alex o fue algo que los Hagan hicieron. No lo sé, entonces
no preguntes.
85
Cerré una cremallera imaginaria sobre mis labios, giré un cierre y lancé la
llave.
—No fue hasta que Cambiaste que Toby empezó a entender la amenaza de
los Alfas —continuó.
—¿Solo Toby? ¿Qué hay del resto de los Hagan?
—Jase, Charlie y Talley obviamente apoyan la rebelión, pero los otros no
saben nada. Después de la muerte de Alex le pedí a Toby que me ocultara como
pago por la ilegal muerte de mi hermano. Es una de esas costumbres de
Cambiantes que datan del inicio de los tiempos, pero nadie realmente la
recuerda o la usa. Estaba un poco preocupado de que se negara, pero al final
aceptó.
»Para mantener mi paradero en secreto decidimos decirle solo a Charlie y a
Jase. Ambos estaban tan destrozados por lo que había pasado que querían
pagarme como pudieran. En un inicio solo íbamos a descubrir una forma de
crear una rebelión sin causar que Toby enfrentara una docena de Desafíos por el
Liderazgo de la Manada, pero luego tú Cambiaste y también lo hicieron
nuestras prioridades.
—Sabías que vendrían por mí.
—Eres una Cambiante femenina. No hay forma que te dejaran vivir.
Mis brazos se cubrieron con piel de gallina.
—Hay algo que no entiendo —dije pensando en la relación Cole-Hagan—.
¿Por qué Toby no te Desafió cuando llegaste a su Territorio? Así es como
normalmente funciona, ¿cierto? ¿Solo se encontró contigo y supo que no había
forma en que pudiera derrotarte? —Eso no sonaba como Toby, cuya arrogancia
podría ser más molesta si no hubiese sido cosechada, pero desde que ni él ni
Liam estaban muertos, algo tenía que haber pasado.
—No exactamente.
Cuando él no elaboró lo presioné.
—¿Entonces cómo fue exactamente?
—Lo convencí de que era parte de la Manada Alfa.
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Aquí está la cosa, si no lo supiera mejor, yo misma asumiría que Liam era
parte de la Manada Alfa. Él es la clase de persona de la que incluso las personas
normales sin conocimiento de lo sobrenatural se mantendrían alejadas por su
personalidad animalista. Como Cambiante era incluso más pronunciado.
La cantidad de poder que irradiaba de él bajo la luna nueva era abrumadora.
Había estado en la misma habitación con el Macho Alfa y no estaba segura cuál,
Stefan o Liam, era más Dominante. Así que podría haberlo dejado solo, asumir
que esa era toda la historia. Pero la forma en que lo dijo, como si lo avergonzara
y quisiera olvidarlo, dejó claro que yo no haría eso.
—¿Cómo?
—¿Cómo qué?
¡Ja! Estaba ocultando algo.
—¿Cómo convenciste a Toby de que eras parte de la Manada Alfa?
Creí que iba a ignorarme, pero entonces hizo algo inesperado: Desabotonó
sus pantalones.
—¡Guou! ¡Espera! Los pantalones se quedan. Esa es una regla. —Era una
regla tácita, pero una que todos debían saber.
—Tranquila. No voy a ofender tus virginales ojos. —Mi rostro se sonrojó con
la palabra con v, lo cual probablemente era una confirmación para cualquiera
de que su declaración era correcta—. Est{ justo aquí… —Bajó el borde de sus
pantalones para revelar su cadera. Era difícil ver bien en la tenue luz, pero creí
ver una marca en su piel
—¿Es una marca de pata?
—Sí.
—¿Como la marca de una pata de lobo?
—Sí —dijo sin parecer molesto.
—¿Tienes un tatuaje de una pata en la cadera, el cual hizo que Toby creyera
que eras parte de los Alfas?
—Todos los miembros de la Manada Alfa tienen uno ahí.
87
Un lugar poco masculino para un tatuaje, en mi opinión.
—Entonces, ¿por qué no todos los que quieren hacerse pasar por un miembro
se hacen uno?
Liam arqueó su labio, lo cual era tan parecido a su hermano que mi corazón
se apretó.
—Te daré dos opciones para adivinar, pero solo necesitarás una.
Por supuesto. Era la Manada Alfa. ¿Qué estaba pensando?
—Veamos, podría ser… —Hice una pausa dramática—. ¿Muerte a todos los
que tengan un tatuaje de una pata?
Eso me consiguió una sonrisa completa.
—Exactamente.
—Entonces, ¿por qué el riesgo? ¿No temes ser severamente castigado por tu
tinta?
La sonrisa desapareció.
—Soy un hombre muerto caminando ahora. Un tatuaje no lo cambiará.
Nos quedamos en silencio un rato. No había nada que decir. Según la
Manada Alfa ambos estábamos viviendo de tiempo prestado. Pensé en Jase,
Talley, Charlie y los otros que ponían sus vidas en peligro por igual. ¿Valía la
pena? Si todo esto había sido por mí, entonces no. Pero no era sobre mí. Nunca
lo fue, aunque había estado muy enfocada en mí como para notarlo mucho
antes. Liam tenía razón. Solo era un peón.
—Tu gran plan —dije—. Soy el señuelo, ¿no?
Liam me observó como si realmente me viera. Del tipo mírame que te hacía
sentirte como un insecto bajo el microscopio.
—No el señuelo —dijo—. Eres el arma secreta.
88
Capítulo 11
Traducido por CrissViz
Corregido por PrisAlvS
Jase ya no estaba en el sofá cuando regresé a la casa. Estaba en el colchón de
aire, atrás de Talley. Su brazo abrazaba su cintura y sus dedos estaban
entrelazados con los de ella.
¡Demonios! ¿Podrían estar cinco segundos completos sin sostenerse las
manos? Quiero decir, por amor a todas las cosas brillantes, estaban dormidos.
—¿Está todo bien?
Casi salto fuera de mi piel ante la voz de Jase. La palma de mi mano
presionaba mi pecho para evitar que mi corazón se saliera de su cavidad.
—Sí. Solo no puedo dormir.
—Sí, yo tampoco. —Lentamente se levantó hasta quedar sentado. El proceso
consistió en cuidadosamente desenlazar sus dedos de los de Talley y luego
tomar su mano una vez que estuvo bien sentado.
—En serio, Jase, no creo que ella vaya a perderse. —Sus cejas se fruncieron
juntas y luego hizo un gesto hacia las manos como un “nada-puedesepararnos”.
—Está teniendo pesadillas —dijo mientras acomodaba un mechón de su
cabello fuera de su hombro. Era realmente dulce, pero seguía sintiéndome como
si estuviera deambulando en una realidad alternativa. Quizás en ese mundo
Sarvarna era una buena chica y los espárragos sabían mejor que el helado—. No
tiene tantas si puede verme y de esta forma puedo despertarla cuando empieza
la pesadilla.
—¿No es esto demasiado? —pregunté—. Quiero decir, ¿no eras tú el chico
que tenía un cabreo sobre el temor de que Talley entrara en tu cabeza hace solo
un mes o dos?
Jase
miró
abajo
hacia
una
verdaderamente boba en su cara.
Talley
durmiendo,
con
una
sonrisa
89
—Fui un cobarde.
—Me estás asustando.
Cuando miró hacia atrás, su cara estaba seria. No era que nunca lo hubiera
visto serio antes. No es que siempre estuviera así, pero había pasado. Es solo
que usualmente su seriedad venía con una gran porción de justa indignación.
Pero no tanto esta vez. Ahora, parecía más exhausto que enojado.
—Crees que voy a herirla.
—Sé que lo harás. —Quizá no debería haberlo dicho, pero era verdad. Y mi
nueva política era decir toda la verdad, todo el tiempo.
—Solías tener más fe en mí que eso. ¿Qué pasó?
—Me mentiste. Eras un Cambiante y nunca me lo dijiste. Y realmente, ese fue
el punto crucial de nuestros problemas. Todo ha ido mal entre nosotros desde el
año pasado.
—Esa no fue una mentira. Nunca dije: “Oye, Scout, no soy un Cambiante”.
Me dejé caer en su lugar abandonado en el sofá.
—Pero no me dijiste que eras uno de ellos. No confiaste en mí, entonces,
ahora no puedo confiar en ti. No después de todo esto.
Jase apretó su quijada, preparándose para una discusión. Me recosté sobre
las almohadas, repentinamente demasiado cansada para mantener mi cabeza
erguida.
—Fue una actuación. Un acto fingido, Scout. Nunca te haría algo como eso y
aún estoy disgustado porque pensaste que era capaz.
No sonaba molesto. Sonaba triste y no pude manejarlo.
—No quiero hablar más de eso.
—¡Aun no hemos empezado hablar!
Puse mi brazo sobre mis ojos. Dios, estaba realmente cansada. Después de
unos minutos de silencio sentí mis músculos relajarse mientras mi mente
comenzaba a ir a la deriva…
—No me estás engañando.
90
Hice un verdadero esfuerzo por mantener mi respiración lenta y profunda.
—Scout, necesitamos hablar de esto. Ahora. Talley y yo regresaremos a
Lexington mañana y no sé cuándo nos veremos de nuevo. No me iré de esta
manera.
—¿Sabes? —dije, aún negándome a abrir mis ojos—. Si me hubieras
preguntado, hubiera dicho que sí.
—¿Preguntar qué?
—Seguir el plan de Liam. —No podía decidir si estaba herida o enojada.
Probablemente ambas. Parecía que la verdadera ira tiene su raíz en el dolor—.
Hubiera estado de acuerdo con él. ¡Infiernos!, hasta hubiera ayudado, me
hubiera convertido en una Alfa. La verdad del asunto es que no confiaste en mí,
de nuevo. —Finalmente abrí mis ojos—. ¿Cómo puedes culparme por no
confiar en ti cuando tú obviamente nunca has confiado en mí?
La quijada de Jase se endureció de nuevo, pero antes de que pudiera decir
algo. Talley se movió a su lado.
—Shhhh… —murmuró, estando aún un noventa por ciento dormida—. Está
bien. Shhh… —Jase una vez más peinó su cabello hacia atrás de su cara y luego
la acercó para besar su sien. Algo pasó entre ellos, podía verlo en su cara y eso
me forzó a reevaluar toda mi postura ante esta nueva relación. Porque lo que vi
en ese momento no fue al popular mujeriego que cambia de novia con la misma
frecuencia que una estrella de Hollywood. De hecho, no estaba completamente
segura de quién era él y quizás ese era el problema. Quizás nunca lo conocí
realmente.
—He hecho algunas malas decisiones —dijo cuándo regresó su mirada a
mí—. Soy el primero en admitirlo. Pero siempre lo hecho para protegerte.
—¿Se te ha ocurrido que no necesito protección?
Sonrió, pero la sonrisa no alcanzó sus ojos.
—Lo pensé. Más o menos al mismo tiempo en que la élite de la manada Alfa
te llevaba esposada.
La cara de Travis apareció en mi cabeza, matando abruptamente cualquier
orgullo que podría haber sentido.
91
Giré hacia un lado para tenerlo de frente.
—¿Estás totalmente de acuerdo con estos… rebeldes o como se llamen?
—Sí —contestó sin vacilación—. Y es “Jedi”.
—¿En serio?
Esta vez su sonrisa era genuina, brillando en toda su cara.
—No, pero deberían ser nombrados así.
—Supongo que tú eres Luke Skywalker en La Rebelión del Jedi.
—No seas absurda. Yo soy Han; ella es Leia —dijo, señalando a Talley con un
movimiento de su cabeza—. Y tú eres Luke.
—¿Liam y Charlie?
—Yoda y Chewy, obviamente.
—Lo siento, pero no lo creo. Si yo soy Luke, entonces tu tendrías que ser Leia
y Talley sería Han. Charlie seguiría siendo Chewy, pero de ninguna manera
Liam sería Yoda. ¿Quizás un Anakin antes del lado oscuro?11
Jase se encogió de hombros.
—¿De verdad? ¿Vas a traer a relucir esas horribles secuelas dentro de esto?
¿Estás segura de que somos familiares?
—¿Sabes? No estoy segura de que se sienta realmente como que esté pasando
una Guerra de las Galaxias por aquí. Me siento más como Harry Potter con Ron
Weasley y Hermione Granger12.
—¿Harry Potter? Alguien está siendo cruel con sí mismo.
—Y de esta forma Charlie podría ser el siempre leal y genial de Neville
Longbottom y Liam sería Sirius.
Personajes de Star Wars: Luke Skywalker (protagonista de la trilogía original, hijo de Anakin
Skywalker, es el poderoso maestro Jedi); Leia Organa (hermana melliza de Luke, princesa de
Alderaan); Han Solo (esposo de Leia, capitán humano del Halcón Milenario); Yoda (Maestro
Jedi, de los pocos sobrevivientes, entrenó a Luke durante la Guerra Civil Galáctica); Chewbacca
(tripulante del Halcón Milenario, fiel guerrero y colonizador); Anakin Skywalker (padre de
Luke y Leia, luego de la muerte de su esposa se convierte en Darth Vader).
12 Los dos coprotagonistas de Harry Potter.
11
92
Jase negó con su cabeza.
—Sirius muere.
—¿Lupin?
—También muere.
—¿Un gemelo Weasley?
—Liam no es tan divertido y Fred muere.
Busqué entre todo el reparto de Harry Potter.
—Todos los personajes geniales mueren.
—Lo cual es por qué debemos atenernos a Star Wars y los Jedi. ¿Qué clase de
nombre genial podríamos tener si fuéramos los magos? ¿Equipo Gryffindor?
—Oh, bueno podría ser La Orden del Fénix.
—Creo que somos más como el Ejército de Dumbledore. —Fue el aporte de
una Talley medio dormida.
—¿Estás despierta?
—Ha estado despierta todo el tiempo. Estaba tratando de darnos algo de
tiempo a solas —dijo Jase antes de acercarse a ella y darle otro beso en la
mejilla—. Sí, fue un buen intento, pero no conseguirás nada más de mí. Soy
demasiado inteligente para ti.
—Es bueno que me he acostumbrado a tu arrogancia a lo largo de los años.
—Adoras mi arrogancia.
—Tolero tu arrogancia —corrigió.
—Es lo mismo —dijo Jase, antes de besar sus labios. Fue solo un pequeño
beso al principio, pero luego ella inclinó su cabeza y el beso se profundizó. Me
tomó dos segundos sentirme muy pero muy incómoda.
—Continuo sentada aquí —les recordé, pero continuaron besándose—.
Como a medio metro de distancia. —Continuaban sin responder—. De verdad,
puedo escuchar todo su besuqueo, los ruidos y cosas. Realmente apreciaría si
ustedes pararan. —Iba tener que sacarme los ojos, si no lo hacían.
93
—Lo siento —dijo Talley, finalmente haciéndose hacia atrás. Presionó la
palma de su mano sobre sus labios e incluso con la oscuridad del cuarto pude
ver el rubor en sus labios y las estrellas en sus ojos—. Toda esta nueva promesa
de ser compañeros, es algo intensa. Charlie ha comenzado a guardar una pistola
de agua bajo su cama de hospital para usarla sobre nosotros.
Como todos estaban completamente despiertos, me enderecé y me senté. El
cansancio hacía que mi cuerpo se sintiera pesado, pero si esta era la última vez
que vería a mi hermano y a mi mejor amiga, quería estar despierta.
Mi pie descansaba sobre la pantorrilla de Talley y antes de que pudiera lidiar
con la ética del Vidente, por lo que estaba pasando conmigo, me abrí a ella.
—Hablaste con Liam, bien.
—Sí, es considerablemente menos molesto cuando no está en plan
melancólico y silencioso. Y por primera vez está siendo algo agradable. —Le
lancé una mirada a Jase para dejarle saber que el tema con él no estaba
completamente olvidado.
—Dale un descanso —dijo Talley, y no supe si se refería a Liam o a Jase.
Quizás a ambos. Conociendo a Talley, hablaba por los seres humanos en
general.
Estaba dispuesta a darle un descanso a Liam, especialmente ahora que sabía
por lo que había pasado, pero no confiaba lo suficiente para convertirme en una
Chatty Kathy13 y comenzar a compartir de forma regular. Sabiendo que esta
podría ser la última oportunidad de conseguir información de la gente que
realmente se preocupaba por mí en todo este lugar, me aventure en un tema de
conversación que estaba segura que Liam no aprobaría.
—¿No supongo que ustedes están enterados del Plan? Como lo que pasará
mañana, el día después o el próximo mes.
Talley y Jase compartieron una mirada y luego Jase contestó.
—Se supone que Liam estaría entrenándote. No estoy seguro sobre los
detalles de cómo sería o algo así, pero Toby y los otros están rompiéndose el
trasero por reclutar a nuestra causa a tantos Cambiantes como les sea posible
antes de que declare que estás lista.
13
Chatty Kathy: muñeca que platica y dice frases al azar.
94
—¿Lista para qué?
Los ojos de Talley se movieron rápidamente hacia el porche de atrás donde
se suponía que Liam estaba durmiendo.
—Está afuera del granero —dije, siendo capaz de escucharlo caminar
alrededor. Debía de estar tan cansado como yo, pero lo entendía. Él no estaba
realmente en un buen momento emocionalmente cuando entré, pero era el tipo
de cosas que tenías que manejar en tu propia cabeza para superarlo. Lo sabía.
Yo misma había estado ahí—. No creo que él esté escuchando activamente
nuestra conversación. —Aunque me adelanté y bajé mi voz un poco.
Ella asintió. Más como un “sí, voy a seguir adelante y hacer esto” y no como
un “es bueno saberlo”.
—Se supone que vas a desafiar a la Hembra Alfa.
—¿Puedo hacer eso? —Parecía lógico, supongo. Aunque no había manera en
el infierno que fuera a convertirme en la nueva Hembra Alfa. Ejecutar una raza
entera de gente no era algo para lo que estuviera muy calificada—. ¿Por qué
tendría que entrenarme para eso? Sin ser demasiado jactanciosa ni nada, estoy
muy segura que podría derribar a esa basura con un brazo atado a mi espalda.
Soy una Cambiante. Ella es diabólica, pero de todas formas es una princesa
mimada. Me tomaría menos de dos minutos tenerla sangrando y rota.
—¿Pero podrías matarla?
Mi corazón se detuvo dramáticamente en mi pecho.
—He matado antes. —Aún podía sentir la pistola en mi mano, ver el
asombro y luego la nada en los ojos de Travis.
Siendo más perceptivo de lo normal, Jase dijo:
—Y no puedes pensar en eso sin ponerte verde. Eso fue en defensa propia,
era matar o morir. Pero honestamente, ¿podrías lanzar un desafío a Sarvarna
sabiendo que terminarías con su vida?
—Si tuviera que hacerlo…
—Y para reclamar el lugar de Alfa, también tendrías que matar a Stefan.
—Él está en coma.
95
—Sí, ¿podrías hacerlo? ¿Matar a un hombre indefenso?
No era una fan de Stefan por mucho, me encerró en una jaula y estuvo de
acuerdo con matarme, pero no lo odiaba de la misma forma que lo hacía con
Sarvarna. Cuando se redujo a eso, realmente no quería matarme. Sentía el tener
que hacerlo, pero sentía que era necesario por el bien común. Incluso yo estaba
en desacuerdo, completamente, lo entendía. Era una especie de noble en una
manera realmente torcida. Era ese tipo de nobleza torcida la cual evitaba que
atacara a alguien en una cama de hospital.
No, no podía hacer eso. De ninguna manera.
—No quiero ser una Alfa. ¿Podemos solo dar un golpe de estado y luego
tener una elección para elegir al Alfa?
—Esto no funciona de esa forma —dijo Jase.
—No puede funcionar de esa manera —añadió Talley.
—Los lobos y coyotes necesitan una herencia basada en la fuerza. Una vez
que derrotes a los Alfas, tendrás que enfrentar desafíos, por parte de la manada
Alfa y del resto. Cada Dominante en el mundo verá que es el momento de hacer
una apuesta por tener el poder. Tendrás que pelear cada día, matar cada día,
por tanto tiempo como lleve el probar que eres la más fuerte, la Cambiante más
capaz.
—Pero no los soy. Y nunca estaré preparada para lo que dice Talley. —¿Una
vida peleando? ¿Matando? No había suficiente entrenamiento que Liam
pudiera darme para prepararme para eso—. ¿Por qué no es Liam? ¿Por qué no
desafía él a los Alfa? Sé que es capaz de vencerlos e incluso podría tener la
fortaleza de seguir peleando una vez terminada la batalla inicial.
La boca de Jase se detenía mientras lentamente sacudía su cabeza diciendo
desearía saberlo.
—Supongo que se imagina que no hay que pelear una guerra cuando puedes
planear que alguien más lo haga por ti.
—No es eso —dijo Talley. Podía ver la lucha de su moral, pero finalmente
tomó el lado de compartir lo que sabía y que no representara una invasión a la
privacidad de Liam—. Él no se siente digno. Piensa que fallaría.
96
—¿Y yo voy a hacer un mejor trabajo? —bufé en voz alta junto con una
carcajada—. ¿De verdad, Tal? Tiene que saber que esto es una misión suicida
para mí.
—¡No, no lo es! —Jase prácticamente gritó al mismo tiempo que Talley decía:
—Po puedes pensar eso.
Levanté una mano para callarlos.
—Escuchen, no quiero morir y ciertamente haré todo lo que esté en mi poder
para no morder el grande, pero ambos saben que no voy a ser capaz de recorrer
el Río Tam en el mundo de los Cambiantes. —Miré a Talley—. Y ambas
sabemos que lo has visto. No parece que yo vaya a poder pasar la primera
ronda.
—Yo no he visto…
—Talley.
Tomó una respiración profunda.
—Las visiones cambian todo el tiempo. No es algo definitivo.
—¿Cuántas veces no he terminado apuñalada?
Su silencio fue suficiente respuesta.
—No voy a mentir. Estoy asustada y no quiero morir.
Gran parte de mí anhelaba estar en paz con Alex, sé que fue una salida
cobarde. Sin mencionar que aún había cosas que quería hacer en este mundo.
—Pero ellos no pueden ganar. No estoy diciendo que voy a estar de acuerdo
con ese plan de Scout desafiará a los Alfas, pero estoy dispuestas a pelear por la
causa. Si hay que armar una guerra, entonces cuéntenme como un soldado más.
—Esa es la razón por la cual estamos tratando de reunir tantos Jedi como nos
sea posibles, necesitarás un respaldo, un ejército bajo tu mando. Además, entre
más gente tengamos de nuestro lado, menos Desafíos tendrás que tomar. Los
que se inscriban con nosotros ya estarán dispuestos a seguir tu liderazgo.
Jase lo creía. Podía decir que de hecho pensaba que iba a salir de ahí, que iba
a tomar el mundo en mis manos y ganar. El creía que el ejército de Liam
97
pondría su fe en el liderazgo de una chica de dieciocho años de edad. Podía
haberlo corregido y señalarle que era, como Liam lo había dicho, solo un peón.
Podía decirle que si el destino existía, el mío no era dirigir una rebelión pero
sería el catalizador de una revolución. Entendía como encajaba en todo esto. No
se necesitaba ser un genio para darse cuenta, solo ser realista. Pero Jase no
podía verlo, porque no quería creerlo y no sería yo quien le abriera los ojos.
—¿Cuál es tu rol en todo esto? —pregunté.
Mi hermano trató de parecer todo arrogante.
—Somos espías, por supuesto.
—Claro.
—Nos hemos ganado la confianza de Sarvarna —dijo Talley—. Somos
capaces de movernos libremente sin que nos sigan o escuchen nuestras
llamadas telefónicas. Podemos pasar información a Toby, quien la pasa a otros
integrantes de la rebelión, sin problemas.
—¿Estás loco? ¿Qué pasa si te atrapan? —La idea de lo que podía pasarles
fue suficiente para que mi estómago doliera—. Es demasiado peligroso.
Necesitas detenerte. Como… en este momento.
Talley se apoyó sobre el brazo de Jase.
—Es un mundo peligroso en el que vivimos, Scout. Todos nosotros tenemos
que jugar nuestra parte y hacer lo que podemos.
—Esto es demasiado —dije—. Somos jóvenes. ¿Por qué tenemos que ser
nosotros quienes salvemos al mundo? ¿No hay adultos más calificados para
esta tarea?
—Los adultos se han sentado alrededor y han dejado que los Alfas hagan lo
que quieran desde hace mucho tiempo. Ahora es nuestro turno. Nuestra
generación tiene que ser el cambio que queremos ver en el mundo.
Yo estaba un poco con la mandíbula caída.
—Eso es muy profundo.
98
—Es de Gandhi —admitió Jase—. Pero es verdad. Si queremos que las cosas
sean diferentes, tenemos que hacer que sean diferentes, incluso si eso significa
sacrificar nuestra propia seguridad por el futuro.
—Sigue
siendo
injusto
—dije.
Se
supone
que
deberíamos
estar
preocupándonos sobre qué clases tomar, sobre la falta de higiene de nuestro
compañero de cuarto o el flujo constante de compañeros sexuales. Cosas
normales de universitarios. En lugar de estar planeando derrotar a la Manada
de Alfas y poniendo nuestras vidas en peligro—. Quiero llegar a vieja con
ustedes. Quiero ser la tía de sus hijos y enseñarles de qué manera pueden
molestarlos.
—Lo harás —dijo Talley—. Haremos que pase.
—¿Cómo?
Jase encontró mis ojos.
—Tú eres la más inteligente. Encuentra una forma.
99
Capítulo 12
Traducido SOS por PrisAlvS
Corregido por belisrose
El cielo huele a tocino. Bueno, no la parte del cielo de Alex, si es que ese es el
cielo, ¿sino la parte con las puertas perladas y las harpas y todo el jazz? La
delicia del tocino freído pende del aire. Es una verdad que aferro en mi corazón.
Me desperté al más maravilloso de todos los maravillosos olores para
encontrar a Liam de pie frente a la estufa, la espátula en la mano, mientras
Talley rebana tomates en la encimera. Jase estaba sentado a la mesa, todavía con
sus pantalones de piyama y camiseta de los UK Wilcats. Su rostro era un
testamento viviente de mi ira del día anterior, hinchado y amoratado por todas
partes.
—¿Confías en el doctor de los Alfa? —preguntó Liam.
—Realmente no tenemos elección —dijo Jase—, pero no puedo imaginar por
qué mentiría. Si quería herirlo simplemente lo habría dejado morir. Trabajó
muy duro para mantenerlo vivo como para estar jodiéndonos ahora.
—Maldición. Eso es solo… —Liam atacó el sartén con fuerza—. Él merece
algo mejor.
—¿Qué sucede? —Jase y Talley dieron un salto ante el sonido de mi voz,
pero Liam solo levantó el tocino y lo dejó en un plato—. ¿Qué pasa con Charlie?
—Nada —dijeron los tres al unísono.
Me senté en el sofá, con los ojos entrecerrados.
—Sí, claro.
—No hablábamos de Charlie. —Los dedos de Talley atraparon un mechón
de cabello—. Es Stefan. No está bien.
Mentirosa, mentirosa, pantalones en llamas.
100
—¿Entonces Charlie está bien y dandy14?
—Ya que soy un chico y su primo —dijo Jase—, realmente no puedo
comentar en la parte de “bien”, pero el tipo es algo vago cuando se refiere a
aseo. Así que “dandy” realmente no se aplica.
No estaba del todo despierta, y por eso no pude salir con una respuesta
ácida, por lo que extendí mi dedo medio en su dirección. Talley frunció el ceño
ante la profanidad, pero me calmó con:
—Él está bien. De verdad. Lo escuchaste por ti misma.
Cierto, sonaba como Charlie en el teléfono el día anterior, lo cual era mucho
más de lo que esperaba. Mi hiperactiva imaginación lo tenía descansando en
una cama de hospital con tubos saliendo de todas partes, su rostro demacrado,
la luz fuera de sus ojos. Pero aún sentía que algo estaba mal, que había algo que
me estaban ocultando. De nuevo.
—¿Lo juras, Talley? ¿Frente a mí, Dios y todos, que Charlie está bien?
Talley miró a Jase, quien extendió una mano hacia ella.
—¡No! Nada de tomarse de la mano. —Miré a Talley a los ojos. Sí, estaba
siendo una matona, pero esta era la única forma en que podría conseguir
información real. Jase y Liam podían mentir con aplomo, pero mientras Talley
no estuviese conectada al cerebro de Jase, sabía que no sería capaz de mentir,
especialmente desde que invoqué el nombre de Dios. Ella era realmente
paranoica sobre ese tipo de cosas, gracias a su madre.
Interiormente me encogí al pensar en la Sra. Matthews.
Talley respiró hondo y levantó su mano izquierda mientras la derecha
descansaba en su corazón.
—Juro que Charlie se está mejorando cada día, y esperamos totalmente que
esté casi completamente curado.
—¿Casi completamente?
—No queríamos preocuparte —dijo Jase—, pero ha habido algunas
complicaciones. Él nunca regresara a cómo estaba antes.
14
Dandy: hombre devoto al estilo y la limpieza.
101
—Pero cuando Cambie… —El conocimiento me dio—. Él ya debería estar
sanado. Han pasado dos lunas llenas desde que fue herido.
Liam, quien estaba mezclando al menos una docena de huevos, contestó:
—Cambiar no puede arreglarlo todo, y algunas heridas evitan que Cambies
del todo mientras sanas.
—¿Desde cuándo? —No tenía sentido. Alex fue capaz de Cambiar de lobo a
humano después de su caída, incluso con un palo sobresaliendo de su pecho.
Liam parecía renuente a iluminarme, pero no lo toleraba. Caminé enfurecida
hacia él, deteniéndome lo suficientemente lejos como para poder verlo a los ojos
sin doblar mi cuello—. ¿Qué tipo de heridas pueden evitar que un Cambiante
Cambie? —Liam solo se quedó ahí en silencio—. ¡Maldición, dímelo!
Él se acercó, lo cual me enfadó. Ahora tenía que levantar la mirada o dar un
paso hacia atrás. Decidí que mantener mi terreno era más importante.
—No sigo tus órdenes. —Sus palabras eran suaves, aunque llenas de
hostilidad. Con mi vista periférica podía ver a Jase y Talley observándonos con
gran interés.
—Liam. —Salió como un gruñido, una advertencia.
Sus ojos se entrecerraron.
—Tienes el libro de papá. Tú dímelo.
Estaba a punto de soltar que no había nada en el libro sobre heridas que
evitaran el Cambio, pero luego lo supe.
—Tu cerebro y la columna vertebral no Cambian. Son iguales en cualquier
forma. —El Dr. Smith hizo una hipótesis sobre el catalizador del Cambio
estando en el Sistema Nervioso Central—. ¿Es eso? ¿Tiene una herida cerebral?
—Su columna vertebral está arruinada —contestó Jase—. La herida de bala
fue mala, pero nunca fue el verdadero peligro. Uno de esos idiotas rompió su
espalda.
—¿Está paralizado? —En el teléfono dijo algo sobre caminar de nuevo. En el
bombardeo de información que ocurrió luego no había pensado en preguntar
sobre eso.
102
Liam, obviamente aburrido con la conversación, volvió a preparar el
desayuno.
Me dejé caer en la silla junto a Jase. Me sentía levemente avergonzada por mi
ataque con Liam, especialmente después de nuestra charla la noche anterior,
pero había un espacio reducido en mi cuerpo para las emociones, y la mayor
parte estaba ocupado con las preocupaciones relacionadas con Charlie por el
momento.
—No debió haber estado ahí. No debió haberse arriesgado así.
Liam dejó un plato frente a mí.
—Él tomó una decisión, sabía los riesgos. Todos nosotros lo hicimos.
Creemos que vale la pena. La pregunta es, ¿lo haces tú?
¿Lo era? ¿Derrocar a los Alfas valía la pena como para poner nuestras vidas
en peligro?
Si fuera una horda sin rostro la cual estábamos liberando, diría que no. Pero
no era una población anónima en peligro. Esta revolución o golpe o lo que fuera
tenía el rostro de Talley cubierto de lágrimas de miedo desde que pensó que
tenía que volver a la Manada Matthews porque los Alfas apoyaban que los
Cambiantes trataran a las Videntes como objetos. Tenía el rostro de Nicole,
quien murió solo porque un día Cambiaría. Tenía el rostro de los padres de
Alex y Liam, y Alex y Liam, quienes habían sufrido tantas pérdidas solo para
que unos pocos selectos pudiera mantener sus posiciones de poder.
—Lo hago —dije—. Estoy dentro. Completamente.
***
Intenté ser buena durante el desayuno. De verdad, realmente lo intenté, pero
Liam parecía dedicado a molestarme.
—No bromeabas —dijo Jase mientras echaba salsa de tomate en sus huevos
porque es así de raro—. Scout realmente no se somete ante ti.
Liam se estiró sobre la mesa y clavó su tenedor en una montaña de
panqueques.
—¿Te tomó tanto tiempo notarlo?
103
—¿No es esta idea de sumisión realmente arcaica?
—No —me contestaron tres voces al unísono—. Cada Manada necesita un
Líder de Manada —agregó Talley al final.
Un pequeño bombillo, quizá del tamaño de una luz de Navidad, se encendió
en mi cabeza.
—Eso es porque no somos una Manada. —Oh, sí. Esto tenía sentido—.
Somos como dos lobos solitarios que pacíficamente coexisten con el otro.
Liam asintió de acuerdo.
—Ambos aceptamos el hecho de que somos igualmente Dominantes, por lo
que no hay razón para forzar el hecho.
—Excepto, sabes, realmente no somos igualmente Dominantes. —Tomé mi
vaso de leche, fruncí el ceño ante su tinte azul pálido—. Lo que ambos
aceptamos es que él es un Super-Cambiante y a mí no puede importarme.
—Estaba equivocado —dijo Liam quizá por primera vez en su vida—.
Aparentemente no estamos de acuerdo en nada.
Lo miré por sobre mi vaso.
—¿En serio? Sí sabes que puedes Cambiar en cualquier momento que te
plazca y yo a penas puedo obligarme a hacerlo durante la luna llena, ¿no?
—Solo porque no lo intentas lo suficiente.
—Santo Cielo, no de nuevo.
—Bueno, si solo pusieras algo de esfuerzo…
—Estoy esforz{ndome…
—Soy nueva. Duele. No puedo hacerlo. No me hagas intentarlo. —La voz de Liam
era más que de simple broma, era antagónica. No supe cuánto me molestaba
hasta que el vaso en mi mano se rompió. Di un salto hacia atrás, pero mis
pantalones, el único par que tenía, quedaron cubiertos en leche.
—Te culpo por esto —dije entre mis dientes.
Jase miró a Talley.
104
—Ellos necesitan hacer fintas.
—Definitivamente lo necesitan —aceptó.
***
Alguien podría poner nuestra primera pelea en los anales de la historia de los
Cambiantes algún día, pero ojalá se dejaría afuera la parte en la que me resbalé
sobre el césped lleno de excremento de gallina y en la que Talley casi tuvo un
ataque de asma por un gato de pelo largo que no tenía el cerebro suficiente para
asustarse de un montón de Cambiantes.
—Liam no ha tenido mucho entrenamiento, por lo que pelea callejeramente.
—Jase estaba detrás de mí, frotaba mis hombros como si fuera Rocky Balboa.
Solo lo escuchaba a medias. Mi cuerpo zumbaba por la anticipación. Empecé a
practicar artes marciales de niña, y es una de las pocas actividades que he
mantenido a través de los años. Hay algo relajante y poderoso sobre tener el
control corporal necesario para ejecutar un movimiento perfecto. No había
notado eso antes, necesitaba eso. No para probar quién era más fuerte, sino el
simple acto de pelear. Pudo haber sido Jase o cualquier otro de pie frente a mí y
yo me sentiría igual.
Tal vez.
—No esperes que siga las mismas reglas a las que nosotros estamos
acostumbrados —continuó Jase—. Y recuerda, este no es un Desafío real, así
que si tus instintos lobunos empiezan a tomar el control, retrocede.
—Sí. Lo tengo. —Lo que fuera que dijera. Solo necesitaba que se quitara del
camino para poder ir.
—Intentaré no herirte —me gritó Liam desde el otro lado del césped que
habíamos elegido como arena.
Flexioné mis dedos.
—Lo mismo por aquí.
Jase se apartó.
—¿Listo? —pregunté.
105
Liam mostró su mano, la palma arriba y luego dobló sus dedos como Neo en
The Matrix.
—Oh, por favor —dije—. Eso es tan cliché. Realmente… —Y luego estuvo
frente a mí, su jodidamente-enorme puño iba hacia mi cara tan rápido que de
verdad no tuve tiempo de preguntarme cómo llegó ahí.
En un movimiento que era ambos, un intento de exhibir y un esfuerzo por
poner espacio entre los dos, me tiré hacia adelante, apretando mi cuerpo para
una voltereta en cuanto toque el suelo. Cuando reboté de regreso a mis pies
estaba al otro lado del área y él venía hacía mí.
Él golpeó. Yo bloqueé. Pateó. Bloqueé. Golpe, golpe, golpe. Bloqueada,
bloqueada, bloqueada. Luego, justo cuando esperaba una patada, sus brazos me
rodearon, apretando mis brazos a mis costados y me tiró. Estoy bastante segura
de que su plan incluía que estuviera en el suelo con él sobre mí, pero no
funcionó de esa forma. Enlacé mi pie con la parte de atrás de su tobillo, lo que
causó que ambos cayéramos.
Pude sentir el Cambio mientras rodábamos; mis sentidos se agudizaron
mientras mi mente era tomada. Mi parte humana recordó el concejo de Jase de
retroceder, pero no podía. Scout Loba ya tenía el control y, si los rugidos eran
una indicación, Liam tampoco estaba pensando con su parte humana.
Rodamos en el suelo como animales. Después de más de una década de
entrenamiento en artes marciales sabía al menos una docena de movimientos
que podía ejecutar desde el suelo, pero no usé ninguno. En su lugar, los dientes
y las uñas salieron a jugar. Podía oler la sangre de Liam en el aire al igual que la
mía.
No estaba consciente de los gritos hasta que alguien me apartó de Liam.
Intenté apartar los brazos que me rodeaban, pero entonces Talley gritó:
—¡Alto!
Y Jase me aseguró:
—Te tengo.
Entonces entraron en mi cerebro.
—Está bien, Scout. Te tengo —Jase arrulló en mi oreja—. Te tengo.
106
—¿Qué está mal contigo? —pregunté empujándome hacia atrás y solo
logrando caer sobre mi trasero.
Jase me miró como si no supiera quién era yo.
—Estabas llorando.
¿Llorando…?
—Estaba riendo, idiota. —Vi a Liam por detrás de Jase. Él sonreía como si
acabara de descubrir que había una Navidad extra ese año—. Nos estábamos
divirtiendo.
—¿Divirtiendo? ¡Tienes sangre saliendo del labio!
—Y rompiste algo cuando golpeaste el árbol —dijo Talley—. Lo escuché.
—Lo único que se rompió fue el árbol, y no debió entrometerse en mi
camino. —Usé el dobladillo de mi camiseta para limpiar mi boca—. Nueva
demanda —grité sobre el hombre de Jase—. Empezaremos a hacer esto
regularmente o me voy, ¿trato?
La sonrisa de Liam estaba manchada de sangre.
—Trato.
107
Capítulo 13
Traducido por PrisAlvS
Corregido por Pily
Menos de veinticuatro horas después de intentar asesinar a mi hermano, me
encontré reteniendo la lágrimas mientras me despedía de él.
—¿Aún me consideras Líder de Manada? —Estábamos solos en el
dormitorio, la televisión resonando para cubrir nuestras voces.
—Por tanto tiempo como viva —dijo sin un rastro de ironía.
—Bien. Entonces considera esto una orden. Haz lo que puedas para ayudar
la rebelión de Liam, pero cuando llegue el momento, tu lealtad es para tu
familia. Protégelos y a ti mismo, incluso si eso significa darles la espalda a todos
los demás. —No tenía que explicar que incluía a Charlie y a Talley en mi
definición de “familia”. Jase lo sabía.
Inclinó la cabeza y ofreció su cuello en la muestra de sumisión de los
Cambiantes.
—Entendido.
No estaba segura de qué dictaban las costumbres de los Cambiantes
(asombroso, Liam no había cubierto ese aspecto de nuestro mundo aún), pero
después de unos segundos de Jase en esa incómoda posición tenía que hacer
algo, por lo que lo tomé y tiré de él en un abrazo.
—Estoy perdida sin ti —murmuré contra su hombro.
—No me importa lo que nuestra sangre diga —respondió—, tú eres mi
hermana. Mi gemela. Mi otra mitad. —Mi diafragma amenazó con colapsar bajo
la presión de sus brazos—. Moriría sin ti, así que por favor, mantente viva.
—Lo intentaré.
Liberó su abrazo lo suficiente para poder retroceder y verme al rostro.
—¿Promesa de meñique?
Mis ojos picaron, pero reprimí las lágrimas.
108
—Promesa de meñique —dije mientras mi dedo pequeño rodeaba el suyo.
***
Como la mayoría de las familias, nuestras vacaciones siempre incluían carros y
aviones, aunque una vez fuimos a Nueva Orleans en tren. Viajar en Greyhound15
era nuevo para mí, pero he viajado en autobuses alquilados para los viajes
largos de la escuela, y el bus que Liam y yo abordamos en Lexington tres horas
después era casi lo mismo. El suelo estaba un poco pegajoso, los asientos un
poco más raídos y manchados, y el olor solo levemente al lado de agradable,
pero si has visto un gran bus, los has visto todos: altos respaldares cubiertos con
dura tela con patrones arreglados en filas de dos. Grandes ventanas teñidas a
todo lo largo. Una pequeña cosa como un armario en una esquina trasera era la
causa de la peste.
Liam me guió directamente a la parte de atrás y me indicó que tomara el
asiento de la ventana. Había suficientes campos vacíos disponibles, pero él se
quedó en el que estaba junto a mí. Quería preguntarle qué pensaba al escoger el
asiento más cercano al baño cuando ambos teníamos un súper olfato, pero
luego noté cómo los demás pasajeros se acercaban a la parte de atrás, notaban el
olor, y regresaban al frente.
Mientras salíamos de la ciudad y hacia la Interestatal, ninguno habló. Ambos
estábamos perfectamente felices al estar perdidos en nuestro propio espacio.
También habría disfrutado estar perdida en mi propio espacio físico, pero
aunque Liam no se pasaba a mi asiento, su tamaño y poder me hacían sentir
enana mientras me presionaba tanto como me fuera posible contra la ventana.
Ya estábamos dejando Cincinnati, la primera de un millón de paradas,
cuando Liam preguntó:
—¿Qué estás pensando?
Mis cejas se elevaron. ¿Liam estaba empezando una conversación? ¿Una que
no era un regaño? ¿Y lo hacía expresando interés en lo que estaba pensando?
Ya que estaba sentada con un respaldar contra mi espalda, noquearme con
una pluma no sería posible, pero podía ser apuñalada con la punta sin que lo
notara.
Greyhound: servicio de autobuses más grande con 3,800 destinos en Estados Unidos y
Canadá.
15
109
—De hecho estaba pensando en ti —contesté honestamente. Cuando Liam se
apartó un poco, sus ojos llenos de ansiedad, me apresuré a aclarar—. No
pensaba en tu traición final.
—¿Mi traición final? —Sus hombros cayeron—. Escucha, Scout, yo…
—Quiero decir, ¿canadiense, Liam? ¿Eres un bendito canadiense? ¿Cómo se
supone que siga con eso? —Tuve que esforzarme para no sonreír ante su
respuesta sorprendida—. ¿Secretamente escuchas a Celine Dion y Avril Lavigne?
¿Llenas toda tu comida con jarabe de maple cuando no veo? ¿Tienes un póster
de Alex Trebeck escondido en tu bolsa de viaje?
Liam sonrió, una de sus verdaderas sonrisas que arrugaban sus mejillas, y
fastidiosamente ignoré lo que la imagen me hizo.
—Eres imposible.
—Aunque, esto podría ser para mi ventaja —me burlé—. ¿Acaso conoces a
Ryan Reynolds? Porque sería algo genial conocerlo. Y hablar con él. Y quizá
tocarlo…
—Sí. Claro que lo hago. Sabes, todos los canadienses nos conocemos. Tengo a
Estella Warren en marcado rápido.
—¿Quién es esa?
—Estadounidenses. —Liam suspiró dramáticamente.
—¿Y Bryce? ¿En serio?
Eso no fue encontrado con un toque de humor.
—Bryce está muerto.
—Solo
intento
imaginar
la
persona
que
era
—continué—.
Bryce.
Bryyyyyyyyce. Ese es el nombre de alguien que conduce un Mustang, sale con
porristas, popular mariscal de campo.
Al inicio creí que no iba a ceder, que había ido muy lejos al sacar su pasado,
pero luego dijo:
—Los estadounidenses son mariscales de campo. Bryce jugaba centro.
110
—¿Basquetbol? —Eso lo podía entender. En Kentucky nos interesan todos los
aros, y mi familia está particularmente enamorada ya que Jase es más o menos
una estrella del basquetbol.
—Hockey sobre hielo. Es Canadá, ¿recuerdas? Intenta seguir el ritmo.
Me incliné hacia su espacio personal, puse mi rostro a centímetros del suyo.
—¿Qué haces?
—Viendo tus dientes —dije—. Los tienes todos. No me creo esta historia del
hockey.
Él mostró sus dientes, algo entre una sonrisa y pelarlos, y vi que mi
suposición estaba correcta. Estaban todos.
—Este, este y este —dijo señalando tres dientes diferentes—, han sido rotos.
—Ajá. La vieja cosa de Cambiantes funcionó para tu beneficio dental.
—Sí. Gracias a Dios que no me arranqué ninguno, o seguiría sin tenerlos.
Pensé sobre eso.
—¿Porque el Cambio repara el daño pero no puede hacer crecer las cosas de
nuevo?
—Exactamente. La materia no puede ser creada o destruida, solo
transformada. O Cambiada. O algo así.
Nos quedamos sentados por un rato, yo observaba el mundo pasar mientras
Liam intentaba encontrar un sentido en las manchas en la tapicería.
—Entonces —dije en cuanto no pude contener más mi curiosidad—, necesito
que lo digas.
—¿Decir qué?
—Eso. —Asentí lentamente, dándole una mirada de vamos-sabes-de-lo-quehablo—. Podrías bien terminar con esto.
—Honestamente no tengo idea de lo que dices.
111
—Dilo, Liam. Di “fuera de casa16”.
Su risa fue tan abrupta y fuerte que varias personas giraron sus cabezas en
nuestra dirección.
Él nunca lo dijo, pero estaba bien. Lo hice reír y no con mi ineptitud. Era una
pequeña victoria, pero se sentía más como ganar una guerra.
***
Teníamos que cambiar de bus en Columbus. Había tiempo suficiente para
tomar algo de comer antes de volver a la carretera, por lo que encontramos un
pequeño lugar que vendía barbacoa y llenamos nuestros estómagos. Liam es un
hombre de pastel, y ya que honestamente no puedo pensar nada en contra de
ellos, terminamos dividiendo un pastel de crema de coco hecho en casa que
sabía cómo hecho por una anciana de pelo azul que amaba la mantequilla como
a un nieto. No hablamos durante toda la comida de la forma en que hubiese
hecho de ser Talley, Jase o Charlie haciéndome compañía, pero tampoco era un
silencio de comidas pasadas. Comentamos sobre nuestra comida y otras
personas en el restaurante. Liam preguntó por qué la barbacoa del oeste de
Kentucky era tan superior, y expliqué algo sobre frotar en seco, el proceso de
ahumar y las salsas que podían o no ser cien por ciento verdaderas. Era, por
falta de una mejor palabra, bueno.
Hubo un viaje de tres horas hasta nuestra siguiente parada, y durante este
tiempo me dediqué a dormir. Estaba algo sorprendida encontrarme de regreso
en la playa.
—Alex Cole —dije caminando hacia donde él descansaba en su roca
favorita—. Ha pasado un tiempo.
—Sí, bueno, parece que no confían tanto en mí como antes. —Nicole apareció
detrás de él—. Mis idas y venidas son más restringidas estos días, y todas las
extrañas visitas son cortadas de raíz.
Me senté junto a él y saludé a Nicole rascando detrás de sus orejas.
—¿Entonces lo que dices es que necesitas algo y ese es el único motivo por el
que estás aquí?
Out and About: dicho que se refiere a la actividad realizada fuera de la casa, también se
puede traducir “de aquí para all{”. Scout le pide a Liam que lo diga debido a las diferencias en
la pronunciación entre canadienses y estadounidense.
16
112
Alex levantó el hombro.
—Aparentemente, no es como si alguien me dijera qué podría ser. —Dirigió
sus últimas palabras a las nubes.
—¿Hablas con Dios o los ángeles?
Se giró, dejó caer una pierna al suelo y abrazó su peso. Me reajusté levemente
para poder estar de frente.
—Sabes que no puedo contestar eso, ¿cierto?
—Lo sé —dije—. Pero sabes que no puedo evitar preguntar.
Sus hoyuelos se mostraron.
—Lo sé.
Nicole, sin gustarle su lugar en nuestro nuevo arreglo de asientos, se levantó
y movió hasta poder descansar sobre nuestras piernas. Pasé una mano a través
de su pelaje de varios colores, maravillándome ante la suavidad. Incluso era
más mullido que como recordaba el de Alex, probablemente porque ella
todavía era un cachorro.
—Su color es casi exacto al tuyo —le dije a Alex—. Realmente debí haber
descifrado antes que era tu hermana.
Los ojos de Alex se ampliaron. No había notado que retenía el aire hasta que
lo botó con fuerza en un suspiro y una risa.
—Y eso, asumo, es el porqué estás aquí.
Continué acariciando el pelaje de Nicole.
—Liam y yo hablamos.
—¿Sobre…?
—Todo. —Todavía estaba intentando descifrar eso. Pensé que mi historia era
una triste, pero Liam y Alex experimentaron más tragedia en unos pocos años
que la mayoría de las personas enfrentan en toda su vida. Luego estaba todo el
movimiento contra los Alfas, y el hecho de que me quería para ser la campeona
o sacrificio, dependiendo en cómo se viera—. Fue una larga conversación —
dije.
113
—Entonces, para aclarar, ¿sabes sobre…?
—Nicole. Tus padres. El papel que la Manada Alfa jugó en sus muertes. —
Nicoles se quejó—. Sé sobre el ejército de Liam y lo que esperan de mí.
Alex tranquilizó a su hermana con un beso en la frente.
—¿Ejército de Liam? —preguntó mientras continuaba haciéndole cariños a
Nicole. La imagen me recordó la forma en que Scout Loba y Liam Lobo se
reconfortaban entre sí.
—Sí, es como el Ejército de Dumbledore, pero en lugar de ir contra el mago
malo convertido en jefe temporal, nos oponemos a la malvada Vidente
convertida en Alfa temporal.
—¿Alfa temporal?
—Sin importar qué, ella no mantendrá ese puesto por mucho. —Sabía que la
misma posición era corrupta, pero no podía imaginar a una persona más vil que
Sarvarna en el puesto. Tenía que ser quitada del poder, incluso si eso
significaba que tendría que matarla. Podría no estar lista para eso ahora, pero
Liam me llevaría ahí. De eso no tenía duda.
—Sabes, realmente no me agrada eso del “Ejército de Liam”. ¿Qué tal “El
Jedi” ya que todo esto es una rebelión contra el malvado Imperio?
Bufé.
—Así es como Jase quería llamarlo.
—El tipo tiene buen gusto.
—Bueno, de seguro escogió una buena compañera —dije—. No podría haber
elegido una mejor para él si accidentalmente le hubiese obligado a declarársele.
Oh, espera. Hice eso, ¿no?
Logré ver a Alex completamente sorprendido de nuevo.
—¿Jase y Talley? ¿En serio?
—Parece bastante serio para mí.
Alex se inclinó contra Nicole.
—Tienes razón. Todas las cosas interesantes pasan después de que mueres.
114
Sus palabras eran ligeras, pero se acentuaron pesadas en mi corazón por
igual. Verdad, estos encuentros en sueños eran mejor que nada, pero lo
extrañaba. Lo quería conmigo en el mundo real. ¿Cómo sería todo esto si él
estuviera a mi lado? ¿Sería él quien me salvara de los Alfas? ¿Sería quien se
estaría fugando conmigo? ¿Sería su trabajo enseñarme y entrenarme? ¿O todas
esas responsabilidades igual recaerían sobre Liam? Y si era así, ¿habría venido
Alex en el viaje?
Por supuesto, si Alex no hubiera muerto, había una buena posibilidad de que
todo esto no hubiese sucedido. La causa exacta de mi habilidad de Cambiar
seguía en el aire, mucho para mi disgusto, pero casi toda teoría se centraba en la
noche que Alex había muerto. Si él siguiera vivo, probablemente seguiría
siendo una normal y aburrida humana, y los Alfas no habrían sabido que
existía.
Y habría aterrorizado a los Cambiantes del mundo por Dios sabe cuánto
tiempo.
Ahí fue cuando tuve una revelación. Estaba empezando a aceptar mi vida
como Cambiante, pero en ese momento, estaba feliz de haber Cambiado. Podría
no estar esperando la batalla que se avecinaba, pero era una que tenía que
pasar. Vale la pena pelear por algunas cosas. Para mí, esto lo valía.
—Voy a hacerlo, Alex —dije—. Desafiaré a Sarvarna.
Su mano se congeló en el cuello de Nicole.
—¿Ahora?
—No, tu hermano ha dejado bastante claro que aún no estoy lista, pero en
cuanto lo esté… —En mi cabeza me vi a mí misma en un campo con altos
árboles siempre verdes y un soplo de viento. El suelo estaba lleno de heridos y
muertos, y en el centro estaba de pie frente a Sarvarna, su cuchillo metido en mi
abdomen.
No, me dije. No sucederá. Talley dijo que no es un futuro decidido. O tal vez eso
era El Terminador. De cualquier forma, tenía que creerlo. Tenía que creer que
había una forma de poder salir en una sola pieza de esto. Y si no lo había…
bueno, tenía que asegurarme que había un plan de respaldo, alguien más que se
metiera y salvara el día.
115
—No tienes que hacerlo —dijo Alex sacándome de mis pensamientos.
Miré sus ojos gris verdosos que nunca olvidaría sin importar cuánto viviera.
—¿No? ¿No es este el destino al que me has estado impulsando?
***
Fui arrancada de mi sueño. ¿Conoces esas veces en que despiertas de una siesta
accidental un domingo por la tarde ya que el teléfono empezó a sonar, y porque
estás tan confundido y descontrolado, tu corazón late tan fuerte que
literalmente hace que te duela el pecho? Imagina cuánto peor sería que en lugar
del familiar timbre de tu teléfono fuera el sonido de una bocina y el grito de un
desconocido lo que te despertara.
—¿Qué demonios? —pregunté, mis dedos se hundieron en lo primero que
pudieron alcanzar.
—Algún idiota en una motocicleta se metió adelante —dijo Liam. Indicó
hacia su muslo—. Sabes, eso como que duele.
Bajé la mirada para ver mis uñas enterradas en la tela de sus jeans.
—¡Oh, lo siento! —Aparté mi mano de golpe como si su pierna me
quemara—. Lo siento tanto. Yo estaba… uhm…
—¿Dormida y despertada repentinamente por un potencialmente mortal casi
accidente? Sí, lo entiendo. No es problema.
Por supuesto que no. No había necesidad de avergonzarme, lo cual era
exactamente lo que intentaba explicarle a toda la sangre apresurándose a la
superficie de mi rostro y cuello.
Me recosté y esperé a que el color en mis mejillas regresara a la normalidad.
De acuerdo a los letreros en la calle, estábamos cerca de Indianapolis, nuestra
siguiente parada. Eso significaba que había dormido por al menos dos horas.
Me tomé un momento para maravillarme en cómo corría el tiempo cuando se
dormía. Podía haber jurado que estuve en la playa con Alex por un breve
período de tiempo, veinte minutos máximo, pero en el mundo despierto habían
pasado horas. Cosas del tiempo, en efecto.
—A veces también sueño con él. —Ni siquiera era un susurro, solo palabras
respiradas que no estaba segura de haber escuchado. Nada sobre el cuerpo de
116
Liam o su rostro indicaban que había hablado, seguían en modo relajado-yaburrido-pasajero-de-bus, pero aun así esperé por más. No fue hasta que me
giré que continuó—: La mayor parte del tiempo no es nada. Haríamos algo
realmente normal o tonto, como sentarnos a ver televisión y luego yo empezaría
a notar que algo estaba mal. Fuera de lugar. Y luego lo recordaría.
Todavía ningún cambio en la posición o expresión, pero los nudillos de la
mano reposando sobre el muslo que había atacado se estaban tornando blancos.
—Una vez que recuerdo que está muerto, el sueño se acaba. Nunca logro
hablar con él. —Finalmente se volteó, y realmente deseaba que no lo hubiera
hecho. No estaba preparada para enfrentarme al dolor en sus ojos—. No como
tú.
—También tengo sueños como ese. —Por supuesto mis sueños como ese no
eran de Alex sino del hombre que había matado, pero Liam no necesitaba saber
esa parte—. Creo que Freud nos diría que representan negocios incompletos,
una necesidad de comunicar eso último que no fuimos capaces. —No era como
si lo pensara mucho, a menos que contaras horas de obsesión como “mucho”.
—Pero estabas hablando con él —atacó Liam.
—¿Cómo lo sabes? —¿Podía meterse en mi mente como Talley?
Liam parecía tan incómodo que realmente pensé que podría estar a punto de
admitir que había mantenido el hecho de que era un Vidente de Alma en
secreto.
—Dijiste su nombre —dijo a su rodilla—. Y luego… uhm… sonreíste. Y luego
frunciste el ceño. Y luego… no lo sé. Podía decir que estaban teniendo una
conversación. Tenías un rostro de conversación.
—¿Rostro de conversación? ¿Es eso algo?
Sin una onza de humor, Liam dijo:
—Lo es cuando eres tú.
No estaba cien por ciento segura de lo que quería decir, pero confiaba en que
no era un cumplido.
Consideré lo que estaba dispuesta a compartir. Mis encuentros con Alex eran
privados. No quería compartirlos con nadie, mucho menos alguien que no
117
tendría problemas diciéndome cuán estúpida era por dejarme creer que eran
sueños en los que Alex realmente intentaba alcanzarme desde el más allá. Pero
mi conversación con Jase seguía dando vueltas en mi cabeza. Todo esto recaía
en confianza, y la noche anterior Liam me había confiado su pasado. Sabía sin
tener que preguntar que no era tan fácil compartir.
Era tiempo de que la confianza se volviera en un camino de doble vía.
—A veces tengo estos sueños realmente vívidos sobre Alex. Son como los de
antes…
—¿Los de antes?
—Antes del accidente. —Esa palabra todavía se sentía tan mal en mi boca,
incluso aunque ahora sabía que era verdad—. Tenía estos locos sueños vívidos
en los que estaba de pie junto a un lago y Alex estaba al otro lado. Y cuando
digo “vívidos” quiero decir del tipo “podía sentir el viento y saborear la lluvia”.
Liam asintió como si entendiera.
—En los sueños, esa parte del lago era completamente desconocida para mí,
pero fue donde Alex me llevó la noche que murió. —Había sido una cita,
nuestra única—. Le conté sobre cómo lo había visto en un sueño, y pareció
molesto por eso, pero no podía decirme por qué. —Porque estaba en forma de
lobo en ese momento. Nos las ingeniamos para comunicarnos bastante bien
para que uno de nosotros estuviera sin la habilidad de hablar, pero no lo
suficiente para discutir los detalles de los sueños.
»Ahora, cuando sueño con ese lugar, él está ahí. Es igual que antes. Todo es
tan real que es difícil recordar que es un sueño. —Al inicio, esos sueños habían
sido mi escape. En ellos Alex me abrazaba con sus fuertes brazos y me besaba
con su cálida boca. Era capaz de sentir cada caricia de sus labios, saborear la sal
de sus lágrimas—. No es como si el accidente nunca hubiera sucedido, pero es
como si regresara a mí. Parece como si intentara ayudarme en la única forma
que puede ahora, reconfortándome y guiándome a través de los sueños. —No
podía mirar a Liam—. Creo… —Respiré hondo—. Creo que pueden ser reales.
No me contestó inmediatamente, lo cual me hizo pensar que me ignoraba.
Debí haber notado, sin embargo, que Liam hacía eso cuando la conversación se
ponía algo intensa. Y mientras puede hacer que una persona teniendo una
118
conversación con él se vuelva algo loca de vez en cuando, probablemente era
una buena práctica. Podría usar un poco de tiempo para pensar antes de hablar.
—Mi bisabuela era una Dream Walker17 —dijo finalmente—. Murió antes de
que yo naciera, pero mi mamá hablaba mucho de ella. A veces, cuando tenía
una visión particularmente confusa, ella se preocupaba por días hasta que la
respuesta llegaba en un sueño. Decía que era su abuela quien la ayudaba a
descifrarlas, que venía a ella en sus sueños. Cuando era un niño lo creía
absolutamente. Por supuesto que su abuela era capaz de hablarle en sus sueños.
Tenía sentido, especialmente porque veía a mi papá Cambiar en lobo una vez al
mes y sabía que mi mamá podía predecir los días de nieve.
Estaba perturbada por la idea de un niño viendo el doloroso y, admitámoslo,
grotesco acto de Cambiar, pero en su lugar dije:
—Estabas en Canadá. No podía ser tan difícil. ¿No tienen nieve cualquier día
de la semana que termine en “s”18?
—Mientras más crecía, empecé a dudarlo —continuó Liam como si yo no
hubiera hablado—. Pensé que solo era su forma de trabajar con las cosas, pero
ahora… —Dejó salir el aire y masajeó su cabeza—. ¿De qué te habla?
—No lo sé… ¿todo? —Saboreé la sangre y noté que me acababa de morder el
interior del labio—. Al inicio, estaba ahí cada vez que dormía, por lo que
literalmente hablábamos de cualquier cosa que se nos ocurriera. —Durante esas
primeras semanas eran las únicas conversaciones normales que tenía—. En
cuanto Cambié, se hizo menos frecuente y las conversación más concentradas.
Hicimos teorías de cómo me convertí en Cambiante. Escuchaba lo que ocurría y
ofrecía consejos. —No es que fuera fácil entender sus consejos, pero lo
intentaba—. Fue castigado después del Gran Escape y no pudo visitarme por
un mes, y desde entonces las visitas han sido muy esporádicas, pero sigue
siendo básicamente lo mismo. Le cuento cosas, da respuestas menos que útiles,
y luego le ruego que elabore una teoría. Jura que ellos no le dejan. —Intenté
sonreír, pero me hizo falta—. Hoy hablamos de cómo yo ya sabía sobre la
rebelión y mi papel en ella.
En ceño de Liam fue inesperado.
Dream Walker: persona que camina o viaja entre los sueños propios y ajenos.
En el inglés, Scout en lugar de usar la “s” (la terminación m{s común para los días en
español), usa la “y” (la única terminación para los días en inglés).
17
18
119
—¿Quiénes son “ellos”?
—¿Ángeles? ¿Dios? ¿Las Moiras? —No necesariamente creía en todo eso—.
No lo sé. Es bastante cauteloso cuando se trata de esas cosas. Dijo que si revela
mucho, sus derechos de visita serán revocados.
El tráfico avanzaba mientras el horizonte de Indianapolis se dibujaba. Liam
se concentró en los vehículos que pasaban por la ventana sobre mi hombro. No
podía leer su cara. El ceño siempre presente se había ido y fue reemplazado por
algo menos seguro. ¿Tristeza? ¿Confusión? ¿Angustia? ¿Incredulidad? No
éramos lo suficiente cercanos para estar segura, pero todas eran emociones
válidas. Yo tenía una saludable mezcla de ellas dentro.
—Me alegro de que te tenga —dijo a una minivan llena de jugadores de
fútbol de la secundaria—. Es bueno que no esté solo. —Había un temblor en su
voz que habría atribuido a lágrimas no derramadas en cualquier otra persona
que no fuera Liam.
—No creo que esté solo nunca —le dije con completa honestidad—. Tengo la
sensación de que usualmente está con otros y nuestro tiempo en la playa se
supone que sea privado, pero Nicole siempre lo sigue ahí.
Cuando Liam encontró mis ojos, los suyos definitivamente estaban húmedos.
—¿Nicole?
Asentí.
—Así es como supe el nombre de tu hermana. Ella se queda en forma de
lobo, pero casi siempre está ahí. —Sonreí por el pensamiento de un pequeño
cachorro de lobo que reía al rascarle el punto exacto detrás de las orejas—. Ella
es feliz. Alex es… Alex. Se preocupa por mí y por ti y por todo lo que sucede
aquí en el mundo de los vivos, pero sigue sonriendo como un idiota en
cualquier oportunidad. Creo que si no fuera por nosotros, por todo este loco
desastre con los Alfas, sería bastante feliz y también estaría en paz ahí.
Liam cerró los ojos.
—Gracias.
Su voz era rasposa. Mi corazón se rompió en el centro al verlo. Quería
rodearlo con los brazos y reconfortarlo, pero pensaba que no le gustaría.
120
Aunque, si hubiese sabido que me estaría besando menos de veinticuatro horas
después, me habría arriesgado.
121
Capítulo 14
Traducido Enith Crystal
Corregido por Pily
Toda la cosa de sentarse-junto-al-baño-para-que-nadie-se-siente-cerca-denosotros funcionó bastante bien la mayor parte del viaje. El problema pasó
cuando cambiamos de autobuses en Minneapolis, y para ser perfectamente
honesta, fue mayormente mi culpa.
Bueno, bueno… fue toda mi culpa.
La cosa sobre tomar un autobús a través de la gran nación de los Estados
Unidos de América es que toma por siempre. Como una infinita cantidad de
tiempo, más de un día. Seguro, piensas que no vas a tardar en lo absoluto ya
que solo hay poco menos de cinco mil kilómetros de una costa a otra y no haces
ninguna parada nocturna, pero lo que haces es un millón y medio de pequeñas
paradas. Treinta minutos en esta pequeña ciudad, una hora o dos en esta gran
ciudad y diez minutos en cada pequeño pueblo entre estas. Así que, para el
momento en que llegamos a Minneapolis habíamos estado en el camino por
veinte horas. Estaba cansada. Irritable. Y mi estúpida peluca estaba tan caliente
y picaba tanto que estaba considerando preguntarle a una chica con evidentes
marcas de inyecciones en los demasiado delgados brazos si tenía algún Xanax
para compartir.
Tan lejos como van los errores, lo que llamamos como El Incidente de
Minneapolis, fue una de mis meteduras de pata más estúpidas, pero aún insisto
que un alegato de locura debería ser aceptado considerando las circunstancias.
Estaba en el baño en la terminal. Pensé que estaba sola, pero honestamente
no estaba prestando atención. Todo lo que sabía era que mi cabeza iba a
explotar si no me quitaba la peluca y el sombrero negro de punto con el que
había remplazado mi gorra de UK en Indiana. Así que lo hice. Puse ambos
cuidadosamente en la esquina del espejo, incliné mi cabeza sobre el lavabo, y
corrí un poco de gloriosa agua fría sobre mi cabeza.
Cuando me enderecé una mujer anciana estaba mirándome.
—Hola —balbuceé.
122
No dijo nada. Solo se quedó mirándome, y casi podía verla relacionando mi
pelo y mi cara con la imagen que pusieron en la TV por semanas.
—¿Luce horrible no? —Tomé un puñado de toallas de papel y las restregué
contra mi cabello mojado para poder ponerme de nuevo la peluca—. Dijeron
que luciría diferente una vez que empezara a crecer, algo sobre la quimio y
químicos y folículos de cabello y cosas, pero nadie dijo que se iba a ver así. —Su
expresión no cambió así que solo seguí divagando—. Mi mamá no me dejará
teñirlo porque piensa que hará que el cáncer vuelva o una locura así, así que
aún estoy atrapada con las pelucas. —Levanté la mía para demostrarlo—.
Realmente pensé que sería capaz de tirar esta para ahora pero no hay forma de
que salga con mi cabello luciendo así.
La anciana mujer se volteó y salió del baño sin decir una palabra. Una vez
que tuve todo de regreso en su lugar, fui a buscar a Liam.
No tomó mucho ya que estaba esperándome en el banco afuera de los baños.
No había ni de cerca suficiente tiempo para terminar mi debate interno sobre si
iba a o no a decirle lo que pasó. En una mano, estábamos tratando toda esta
cosa nueva de la honestidad. En otra, Liam era espeluznante cuando estaba
enojado, y esto realmente iba a molestarlo de lo bueno.
En la tercera mano, o tal vez un pie, aún no me había dicho por qué íbamos a
Fargo, así que realmente no lo estábamos haciendo muy bien con la cosa de la
comunicación abierta aún, de todas formas.
Sip, realmente no había necesidad de decírselo.
El autobús estaba abarrotado, más que los otros en los que habíamos estado.
Liam y yo entramos primero y tomamos nuestros usuales asientos mal olientes.
No fue hasta que casi todos habían abordado que ella se subió y se sentó
directamente al otro lado frente nosotros. Se acomodó en su asiento, puso su
bolsa de materiales para tejer en el asiento vacío, y luego se volteó para
mirarme de nuevo.
—¿Liam? —dije tan bajo como pude sin mover mis labios. Su ceja alzada me
dijo que continuara—. ¿Ves a esa mujer en frente de nosotros? —Un ligero
asentimiento—. Tal vez me vio sin mi peluca puesta.
Liam rodó los ojos hasta los cielos y respiró profundamente por la nariz y
luego lo dejó salir lentamente por su boca.
123
—Sígueme. —Fue la única advertencia que me dio antes de agarrar mi cara y
poner ambos pulgares sobre mis labios. Luego se inclinó y puso sus propios
labios sobre el otro lado de sus pulgares.
¿Qué Hades…?
Me tomó un segundo, pero me di cuenta del húmedo sonido que salía de la
boca de Liam, que estaba separada de la mía por menos de la mitad de una
pulgada. Cuando gimió mi nombre, supe que lo hacía como amonestación por
no unirme lo suficientemente rápido, así que me agarré a sus hombros, incliné
mi cabeza, y traté de hacer mis propios sonidos de liarse.
Al principio fue incómodo y raro porque, vamos, me estaba liando
falsamente con Liam jodido Cole. Pero luego algo cambió. No sé lo que fue,
pero un minuto me estaba sintiendo más que un poco ridícula y al siguiente mi
corazón estaba tamborileando.
Ocasionalmente las esquinas de los labios de Liam rozaban mi carne y
causaban pequeñas tormentas eléctricas de sensaciones que viajaban desde ese
punto y por todo mi cuerpo. Estando así de cerca, su olor, el que Scout Loba
siempre apreciaba, me rodeó por completo. Me encontré chasqueando mi
lengua para ver si su piel sabía tan bien. Y luego tal vez traté de succionar su
pulgar en mi boca.
Afortunadamente, en algún punto de abrir mi boca y de hecho hacer algo
estúpido, me di cuenta de lo que estaba haciendo y me separé.
—Se fue —dije con voz ronca a través de mi ahora demasiado pequeña
tráquea.
Para que quede claro, Liam lucía como si acabara de cambiarle las pilas a un
control remoto.
—Bien.
Me presioné fuerte contra la ventana. Era malo que no pudiera actuar como
Kitty Pryde19 y pasar por el lado del autobús. Seguro, íbamos a noventa
kilómetros por hora por la Interestatal, así que había algunos riesgos envueltos
aquí, pero estaba dispuesta a correrlos si significaba alejarme de Liam.
Katherine Anne “Kitty” Pryde: superheroína mutante del Universo Marvel, miembro de los
X-Men; puede cambiar su densidad atómica por lo que puede atravesar superficies sólidas y
también “regresar” la mente de las personas a su pasado.
19
124
—¿Qué fue eso? —pregunté finalmente ya que mis intentos por hacerme
intangible no estaban funcionando.
—¿Qué fue qué? —Si no me hubiera concentrado tan duro me habría
perdido la forma en que dijo las palabras un poco demasiado rápido o la forma
en que su pulso se aceleró erráticamente en su garganta.
—Me besaste.
—Creé una distracción. —Definitivamente no era mi imaginación… estaba
hablando rápido.
La esquina de mi boca se levantó lentamente y pequeñas burbujas de
felicidad corrieron debajo de mi piel mientras el enrojecimiento empezaba a
arrastrarse por detrás de su cuello. Se está ruborizando, pensé. Justo como…
Y con ese pensamiento mi boca se alisó y mis burbujas explotaron.
¿Qué estaba haciendo? Este no era un chico lindo cualquiera. Era Liam. El
hermano de Alex. ¿Cómo pude siquiera pensar en lo que estaba empezando a
pensar?
—Lo siento —dije, mi voz volvió a la normalidad, si puedes llamar realmente
tranquilo y un poco asustado normal—. No estaba siendo cuidadosa. No dejaré
que pase de nuevo.
La cabeza de Liam se sacudió en un rápido asentimiento.
—¿Crees que sepa quién soy o que le dirá a la policía? —Era una honesta
preocupación, y realmente debería haber sido la preocupación más importante
a la mano. Estar más preocupada sobre a quién estaba besando o casi besando
en lugar de si éramos o no atrapados decía algo sobre mis prioridades, algo no
muy bonito.
Liam no me miró cuando respondió.
—Creo que solo es una molesta anciana. —Seguí su mirada por el pasillo
donde estaba ahora descaradamente leyendo sobre el hombro de la mujer de
mediana edad que estaba sentada de junto—. Pero tendremos que ser extra
cuidadosos una vez que lleguemos a Fargo.
—Puedo hacer eso.
125
La mirada que obtuve en respuesta decía que lo dudaba.
***
Fargo no lucía nada como lo que había imaginado. En mi cabeza, era un
pequeño y pintoresco lugar con un supermercado atendido por un hombre
llamado Fred que usaba franela y coqueteaba con Sally la mesera en el comedor
de la nevada calle. En realidad, era como cualquier ciudad americana de
tamaño medio. Los edificios eran de aspecto industrial y sucios, las tiendas
presumían nombres tan familiares que se sentían como viejos amigos y no había
un copo de nieve a la vista. Seguro, estaba frío, pero no tanto que me hiciera
estar contenta de tener la peluca y el sombrero.
Liam había vuelto a la huraña y silenciosa persona que había conocido haría
un año atrás, lo cual estaba bien para mí. Necesitaba un poco de distancia. Lo
que había pasado en el autobús, la forma en que reaccioné, no estaba bien. En
absoluto.
En la estación de autobús sacó un no-visto-hasta-ahora celular.
—Estoy en la estación Greyhound —dijo a modo de saludo—. ¿Qué tan
pronto puedes estar aquí?
Casi nada de tiempo después, un BMW apareció por la curva. Liam estaba
abriendo la puerta trasera antes de que entendiera que este se suponía que
fuera nuestro transporte. Me apuré a alcanzarlo y salté al asiento junto a él. Me
sentí un poco tonta con los dos sentándonos atrás, pero ya que Liam había
dejado la puerta abierta y se había deslizado detrás del asiento del conductor,
supuse que era lo que se esperaba de mí. Los asientos estaban tapizados en una
suave piel café que olía como nueva y las ventanas estaban tintadas tan oscuro
que me pregunté si de hecho eran legales. El conductor era un hombre negro
en la mitad de sus cincuenta que lucía lo que parecía a mis inexpertos ojos un
caro traje de negocios. Con nosotros dos en el asiento trasero el conductor
luciendo todo elegante mientras nos conducía silenciosamente a través de la
ciudad, me sentí un poco como si estuviera siendo llevada por un chofer por
ahí, lo que sería suficientemente ridículo para una chica como yo incluso si no
hubiera terminado un viaje de veintisiete horas y estuviera en extrema
necesidad de una ducha y cambio de ropas.
126
Terminamos en una de esas subdivisiones de gente rica, que aparentemente
luce exactamente igual sin importar donde te encuentres. El BMW no se detuvo
hasta que llegamos a la esquina más lejana de la pequeña comunidad. La casa
no era una de las más grandes que habíamos pasado, pero no era exactamente
pequeña. La puerta de arco y el profesionalmente bien cuidado césped la hacía
lucir más impresionante de lo que realmente era, lo mismo hacía el garaje
independiente para tres carros en el que estacionamos.
—Eso es un Rolls Royce —dije, mirando al carro junto a nosotros. No tenía
idea de qué modelo era, pero sí sabía que era viejo y en prístina condición.
Decidí que no había forma de que saliera de mi lado. Me arrastraría sobre el
regazo de Liam si tuviera que, pero no quería abollar accidentalmente un carro
que valía más que la casa de mis padres.
—¿Sabes de carros? —preguntó el conductor, hablando por primera vez.
—Solo lo suficiente para reconocer un Rolls cuando lo veo —respondí
honestamente.
Sonrió y fue una de esas grandes sonrisas que muestran todos los dientes.
Me sentí relajándome a la vista de eso, a pesar de saber sin sombra de duda que
este hombre era un Cambiante y, si mi lectura de auras estaba en algún lugar
cerca de correcta, seguramente un Dominante.
—No soy exactamente un aficionado. Mi esposa eligió este para mí y ese fue
una herencia de mi padre.
—Esa es una muy buena herencia.
—Lo es —concordó—. Pero preferiría tener a mi papá.
—Lo siento —murmuré. Podía sentir mi cara flameando en rojo. En serio,
¿qué tan estúpida podía ser? Realmente no debería tener permitido hablar—.
No quise decir…
Su sonrisa fue más leve, pero la amabilidad en sus ojos era evidente.
—Seguro que no quisiste, corazón. No estaba castigándote, solo estaba
expresando mi dolor. —Abrió la puerta y salió del auto. Estaba esperando a que
Liam saliera del auto para poder deslizarme a través del asiento cuando mi
puerta se abrió. Nuestro conductor estaba afuera y me ofreció una mano—.
Sabes, mi papá murió hace más de diez años, pero aún lo extraño cada día.
127
—Sé cómo es eso —dije, dejándolo ayudarme a salir del auto. Su mano era
más o menos del tamaño del sartén favorito de mi mamá, pero tenerla envuelta
en mi codo me hizo sentir protegida, no encadenada.
—Pensé que lo sabrías —dijo. Su mano me apretó el codo suavemente—.
Está en tus ojos.
—Gracioso. Es mi corazón el que duele.
Con una pequeña sonrisa triste que decía que entendía, me dejó ir e hizo un
gesto para que caminara enfrente de él hacia la puerta. No estaba
completamente cómoda teniendo a otro Cambiante a mi espalda, pero lo
permití ya que parecía ser uno de los chicos buenos.
—Fuiste y encontraste una poeta —dijo a Liam, que nos esperaba por la
puerta.
Liam ni siquiera reconoció el hecho o lo que implicaba.
—Gracias por venir tan rápido.
El anciano le estrechó el hombro.
—Sabes que siempre vendré por ti, hijo. Siempre. Sin importar qué.
Y con esto supe que este hombre, sin importar quién fuera, tenía mi
confianza, al cien por ciento.
Entramos a la casa por la puerta trasera, que se abría a la cocina. Más
específicamente, la cocina con una mujer latina con curvas y cabello canoso que
estaba haciendo galletas horneadas que olían como el cielo.
—¡Liam! —chilló en una forma que quedaba más en una chica de catorce
años que en alguien lo suficientemente grande para ser la mamá de una chica
de catorce años.
Liam envolvió sus brazos alrededor de la mujer, su cara llena con pura
felicidad. Ella lo estrechó con tanto entusiasmo como podrías esperar de un
adulto que chilla.
128
—¿Y quién es esta que tienes contigo, Bombón20? —preguntó una vez que lo
hubo soltado.
—Esta es Scout. Es una Cambiante.
Estoy segura de que ninguno de los adultos se hubiera visto más
sorprendido si les hubiera dicho que era un alíen.
—Hola —dije, rebotando incómodamente de un pie a otro.
Levanté una mano, pensando que iba a sacudir las suyas en la cosa de unplacer-conocerte que hace la sociedad educada, pero luego decidí que eso solo
haría las cosas más raras, así que me detuve con ella un poco fuera, pero no
realmente tan afuera como para que se viera como una invitación. Como un
intento de hacer las cosas, para mí en particular, parecer un poco menos
incómodas, falló miserablemente.
—Disculpa los modales de Liam —dijo la mujer, recuperándose mucho más
rápido que yo—. Traté de enseñarles a los chicos, realmente lo hice, pero este
era una causa perdida. —No había veneno real en su amonestación, solo la
misma exasperación que mi madre tenía en su voz cuando hablaba de Jase—.
Soy Miriam, cariño. Y este es mi esposo, Hank. —Cuando se acercó extendí mi
mano amable y correctamente, pero ella la ignoró y me envolvió en un abrazo
casi rompedor de huesos como el que le había dado a Liam—. Estamos tan, tan
felices de tenerte aquí, Princesita21.
Sobre el hombro de Miriam pude ver a Liam. Ya lo había figurado, pero si no
lo hubiera hecho, su completa vergüenza por su entusiasmo me hubiera dado
pista de su relación. Si tuviera que suponer, diría que estas eran las personas
que se hicieron cargo de Liam cuando sus padres murieron.
—Oh, eres hermosa —dijo Miriam alejándose. Decidí que ella era ya fuera
ciega o muy amable; no solo lucía arrugada, deshecha y en general asquerosa,
también lo olía—. No creo que alguna vez haya visto otro lobo ártico, y
ciertamente no uno puro, blanco plateado. Y tus ojos, es como si Dios hubiera
tallado dos piezas perfectas de un glaciar y las hubiera puesto en tu cabeza. —
Acarició mi mejilla—. Honestamente, no sé si hermosa en una palabra lo
suficientemente fuerte. Tú, mi querida niña preciosa, eres magnífica.
20
21
En español en el original.
En español en el original.
129
—Uhm… ¿gracias? —Parpadeé un par de veces para asegurarme de que mis
lentes de contacto aún estuvieran en su lugar—. Entonces, tú… ¿qué? ¿Ves la
forma animal del Cambiante?
—No, querida. Veo la verdadera forma de una persona.
¿Mi verdadera forma? Estaba en mi verdadera forma. Bueno, menos mis
lentes y la peluca que llevaba estaba en mi verdadera forma.
—Hablando de verdaderas formas —continuó Miriam—. ¿Dónde está mi
pequeño diablillo? ¿Lo dejaste para que cargara todo el equipaje de nuevo,
Liam?
Hay toda una serie de cosas que creo firmemente que nunca veré en mi vida,
como la Universidad de Kentucky ganando el Rose Bowl, Paris Hilton
llevándose a casa un Óscar o la paz mundial. Hasta ese momento, ver a Liam
Cole, quien hablaba del asesinato de sus padres y hermana con completo
estoicismo, llorar estaba en la cima de la lista.
—¿Hace cuánto? —preguntó Hank cuando Liam solo se quedó mirando al
suelo sin responder a la pregunta. Miriam gimió, un sonido verdaderamente
descorazonador. Cuando Liam levantó la mirada, una sola lágrima viajaba
desde la esquina interna de su ojo, por su nariz y terminaba justo debajo de la
boca. Una lágrima, y me destrozó más que cualquiera de las sesiones de llanto
de Talley.
—Abril. —Ni siquiera me di cuenta que estaba llorando hasta que hablé—.
Alex murió en abril.
—¿Cómo? —Fue Miriam la que preguntó—. ¿Encontraron…?
—Fue un accidente. Se cayó. —Liam se aclaró la garganta—. El Cambio no
pudo arreglarlo porque hubo un montón de deshechos y…
No llegó a terminar su oración porque Hank lo agarró en un tipo de abrazo
feroz. Un segundo después, Miriam se unió. Al estar ahí parada y ver a la gente
que amó a Alex llorar su muerte, no pude evitar pensar que finalmente estaba
teniendo el memorial que merecía.
130
Capítulo 15
Traducido por Caro_02
Corregido por Pily
Miriam lo llamaba cuarto de invitados, pero yo sabía la verdad. Una copia andrajosa
de “El juego de Ender”22 y un viejo PSP23 residían en el cajón superior del gabinete junto
a la cama. Fotografías enmarcadas de famosos puntos de referencias parisinos colgaban
de las paredes, pero un poster de Halle Berry se escondía en el interior del armario. Y, lo
más revelador de todo, las almohadas dentro de las fundas lucían diseños del Hombre
Araña.
Esperaba soñar con Alex esa noche, dado que estaba rodeada por sus cosas, pero
desperté decepcionada. Consideré ocultarme en el cuarto hasta que alguien viniera y
me sacara a la fuerza, pero el aroma a panqueques resultó ser demasiada tentación.
Encontré a Miriam sola en la cocina, con sus caderas balanceándose al son de Cee Lo,
mientras arrojaba más masa en la plancha.
—¿Mantequilla y jarabe, fruta o chispas de chocolate? —preguntó ella sin darse la
vuelta.
Me lancé sobre un taburete.
—Chispas de chocolate, por favor, señora.
La risa de Miriam era tan cálida como el resto de ella.
—Un lobo ártico del sur24. ¿No le gana eso a todo?
No parecía como la clase de pregunta que requería una respuesta, así que no di una.
Me agradaba Miriam y todo, pero nunca disfruté el interactuar con extraños. Nunca
sabía qué decir o cómo actuar. Si no fuera por la promesa de un desayuno cargado de
carbohidratos y azúcar, llevaría a mi introvertido yo a otro lugar. Miriam parecía
entender, concentrándose en sus tareas de chef en vez de interrogarme o tratar de
hacer una vaga charla en la forma en que algunas personas harían. Tomé una galleta
que sobraba del frasco de galletas de Snoopy y observé su trabajo, mientras mi mente
flotaba hacia lugares menos saludables, como tratar de imaginar a Alex y a Liam
sentados en esta cocina esperando su desayuno antes de la escuela. ¿Cómo eran
entonces? Ella había llamado a Alex un diablillo. ¿Hacía bromas? ¿Usaba su encanto
El juego de Ender: novela de ciencia ficción escrita por Orson Scott Card.
PSP: siglas en inglés de Play Station Portable, que es un juego de video portátil.
24 Cuando dice “del sur” hace referencia a su acento al decir “señora”.
22
23
131
para escapar de los problemas? ¿Y qué hay de Liam? ¿Qué clase de adolescente habría
sido cuando había adultos alrededor para quitar de sus hombros algo de
responsabilidad? ¿Sonreía? ¿Reía?
—Estás pensando demasiado para alguien que acaba de despertar —dijo Miriam,
colocando un gran plato de panqueques y salchichas en frente de mí—. Solo una
advertencia, querida, la salchicha es de pavo. Hank tiene algunos problemas de
corazón y estoy tratando de hacerlo comer un poco más sano.
—Tenemos salchichas de pavo por la misma razón en mi casa. —Le di un mordisco,
sonriendo mientras masticaba para que supiera que me gustaba. O, al menos, ese era el
sentimiento que intentaba transmitir. En vez de eso, lucía como un maníaco homicida
con problemas mentales. Lo sé porque atrapé mi reflejo en el refrigerador súperbrillante.
Miriam no pareció notarlo. O si lo hizo, era demasiado educada para encogerse y
correr en la otra dirección. Sin embargo, no era lo suficiente educada para observarme.
Intencionadamente. Por largo tiempo.
—Me pondré los lentes de contacto y la peluca de nuevo si la hace sentir más
cómoda. —Traté de sonar agradable al respecto, realmente sí, pero mi molestia era más
que evidente.
—¿Qué? —Miriam lucía perpleja, pero entonces las piezas se acomodaron—. Oh no,
querida. No hay nada malo en la forma que luces.
Por supuesto que no.
—Escuche, me agrada. Me ha dado comida y una cama, incluso sabiendo lo que soy
y cuán peligroso es para usted hacerlo. Lo aprecio más de lo que puedo expresar. Así
que, por favor, no arruine todo dándome esa mierda. Ambas tenemos ojos y hace
mucho pasé el punto de estar sensible sobre eso. Pretender que luzco como una chica
normal solo va a enfadarme.
Usualmente no era tan franca sobre ello con los adultos, y las pocas veces que había
dicho algo similar a adolescentes fue hecho con muchos tartamudeos y mejillas rojas.
Algunos incluso se enfadaron. Miriam me sorprendió con una grande y natural
carcajada.
—Oh, esto es bueno —dijo una vez que recuperó el aliento—. Liam finalmente ha
conocido a su igual.
Decidí que merecía mi ira.
132
—Hablando de Su Real Irritabilidad, ¿dónde está él? —No podía sentir su aroma en
ningún lugar de la casa, ni podía escucharlo afuera.
—Ese agradable, pero muy serio caballero con el que viniste está fuera, haciéndose
cargo de algunos asuntos hoy. Somos solo nosotras las chicas.
Oh, oh. No me gustaba el sonido de eso ni un poquito. No soy para nada una clase
de chica para un “Día de Chicas”. Soy m{s una clase de chica para un “Día con la Nariz
en un Libro” o un “Día de Maratón de The Walking Death25”. Si ella esperaba que me
hiciera una pedicura y hablara de mis sentimientos nos esperaba una larga y dolorosa
experiencia.
—Cuando termines con tu desayuno vamos a ir a la ciudad a hacer algunas
compras.
Oh, Dios. Era peor de lo que creía.
—En realidad se supone que debo mantener un perfil bajo…
—No te preocupes —dijo con un gesto de su mano—. La tienda a la que iremos
pertenece a un amigo mío. Está cerrada hoy, pero va a dejarnos tomar lo que
necesitamos.
El saber que no estaríamos rodeadas por un puñado de gente o que no sería acosada
por vendedoras que parecían demasiado impacientes por darme un sujetador,
ayudaba. No diría que estaba emocionada en cambiarme a mi único atuendo limpio y
dirigirme a la no tan prospera ciudad de Fargo, Dakota del Norte, pero tampoco estaba
aterrada con cada fibra de mi ser.
***
—¡Miriam! —El propietario de la pintoresca tiendita se detuvo esperándonos en la
entrada—. Es simplemente maravilloso verte. —Krummholz era un lugar de artículos
deportivos, así que estaba esperando un viejo cazador gruñón o quizás un antiguo
atleta. En vez de eso, tenía un hombre gay con la piel un poco demasiado oscura para
el norte glacial y abdominales de dura roca evidentes bajo su delgado suéter gris.
—Spence, eres tan dulce en aceptar vernos hoy —dijo Miriam, besándolo en la
mejilla como si fuéramos franceses o algo—. Te debo una.
El rostro de Spence se encendió y no pude evitar notar cuán atractivo era. La
“atractividad”, sin embargo, se perdió en la pequeña oleada de poder que vi salir de él
al mismo tiempo.
25
The Walking Death: Serie Televisiva de Zombies.
133
—¿Qué eres? —Las palabras se deslizaron fuera de mi boca antes de darme cuenta
que probablemente era una mala idea.
—Soy el propietario de un pequeño negocio. ¿Qué eres tú? ¿Una pseudo-gótica?
¿Una hipster mal aconsejada? —Se estiró para girar las puntas de mi peluca y yo gruñí
ante la invasión de mi espacio personal. Spence retiró su mano rápidamente como si
estuviera en llamas.
—¡Dulce niño Jesús y Madre María! Eres un… eres un… —Sus ojos recorrieron la
calle de un lado a otro rápidamente—. A la tienda. Ahora. Ambas.
Corrí directamente dentro, pero Miriam se paseó lentamente en su camino hacia la
puerta, poniendo los ojos en blanco cuando encontraron mi mirada.
—Spence, me gustaría que conocieras a Elizabeth.
Spence echó el cerrojo en la puerta.
—Por favor, dime que ese no es tu nombre real. —Levantó una mano—. No. No lo
hagas. No me digas nada. No quiero saber nada. —Se giró hacia Miriam—. Lo digo en
serio. No quiero saber nada en absoluto. Este no es mi mundo. No es mi problema. No
es mi cuello el que está en la línea de tiro.
—No seas tonto, Spence. —Miriam caminó despreocupadamente hasta la parte
trasera de la tienda. Sin saber qué más hacer, la seguí—. Por supuesto que este es tu
problema. Un Vidente no puede simplemente ocultar su cabeza en la arena solo porque
no le gusta la política.
—¿Un Vidente? —Me detuve junto a una exhibición de repelente de insectos—. Pero
eres un chico.
Spence elevó una ceja una pulgada completa.
—Y tú eres una chica, Pequeña Señorita Cambiante. Estas cosas sí pasan, ¿sabes? —
Estudió el exhibidor con un ojo crítico, cambió de lugar unas cuantas latas para hacer
que la repisa luciera más llena, y luego continuó—: Y, para que conste, soy un hombre.
Pasé de “chico” sin siquiera echar un vistazo hace muños años.
Por supuesto que sabía que los chicos podían Ver cosas algunas veces, pero aún era
extraño para mí. Estaba segura de que Spence no era un Cambiante, y de alguna forma
había decidido, sin estar consciente de ello, que todos los Videntes masculinos eran
como Alex.
—¿Qué Ves? —pregunté, caminando una vez más detrás de Miriam.
134
—Jesús, ¿no tienes modales en lo absoluto? Pensaba que los sureños se suponía que
eran todos gentiles y esa mierda.
—Y yo pensaba que los hombres gays se suponía que eran conscientes de la moda
—dije mirando los desagradables zapatos deportivos que se asomaban por debajo de
sus ligeramente arrugados y demasiado largos pantalones caquis.
—¿Me estás estereotipando?
Finalmente alcancé a Miriam, que estaba mirando un muro de zapatos.
—Tú lo hiciste primero —repliqué.
—Niños, por favor —dijo Miriam, alzando una bota de senderismo—. Dulzura, a
Spence no le gusta hablar de su don y prefiere ignorarlo. Por favor sé considerada
sobre su deseo en el asunto. —Se giró hacia Spence—. Y en cuanto a ti, ella es una
Cambiante en necesidad de tu ayuda, sin mencionar que aún es una niña. Deja de
antagonizarla y ayúdala a encontrar un par de botas. Liam dijo que necesita algo bueno
para escalar y tienen que ser resistentes al clima.
La ceja de Spence viajó hacia el norte de nuevo.
—¿Liam? ¿Ella es de Liam?
—Vine aquí con Liam. No le pertenezco como un pedazo de propiedad. —Por
supuesto, eso no era exactamente lo que él estaba diciendo. Mi sangre amenazó con
apresurarse hacia mi rostro ante lo que él estaba implicando, especialmente desde que
trajo el recuerdo de nuestro no-beso al frente de mi mente—. ¿Por qué necesito botas?
—pregunté a Miriam para desviar la atención de todo el asunto de Liam y yo.
—Querida, no cuestiono a Liam. Solo hago lo que pide, y me pidió que te
consiguiera unas botas y térmicas. —Sostuvo en alto la bota de senderismo—. ¿Qué
piensas?
—¿Que es fea? —No me interesan realmente la ropa, los zapatos y esas cosas, pero
no estaba segura de que el cuero y la atrocidad de cordones de malla que ella estaba
exhibiendo siquiera fuera para mujeres—. ¿Realmente recibes órdenes de Liam?
—No se supone que sea lindo, se supone que te ayuden a hacerte camino en la
naturaleza y a proteger tus pies. —Observó el zapato y arrugó la nariz—. Y por
supuesto que recibo órdenes de Liam. Él es un Dominante, yo soy una Vidente.
—Pero tú eres como su madrastra. Las mamás no reciben órdenes de niños. —Era
algo que mi madre me recordaba a menudo durante mis años de secundaria.
135
—Si van a salir durante el invierno ella va a necesitar una bota de montañismo en
vez de una de senderismo —intercedió Spence. Tomó una de esas cosas plateadas para
medir pies que nunca había visto a nadie usar de una banca—. Siéntate y sácate los
zapatos —me dijo.
Pensé en resistirme, pero me di cuenta que sería una cosa infantil y de niño
malcriado para hacer.
Miriam puso su elección de nuevo en su lugar.
—Incluso aquellos de nosotros que no apoyamos completamente a nuestra Manada
Alfa tenemos ciertas reglas que seguir. Es en parte instinto, pero en mayor parte es
para asegurarnos de que no reine el caos. Liam es un Dominante fuerte y digno de
confianza. Me ama y me respeta, así que si me pide que haga algo, lo hago.
—¿Y si uno de los Alfas te pidiera que hicieras algo? —le pregunté mientras Spence
tomaba mi pie y lo ponía en su artefacto. El metal se sentía frío y sus dedos suaves
mientras lo ajustaban. Mordí mi labio para suprimir una risita completamente
inapropiada.
—La desobediencia total es más difícil para nosotros —respondió Spence—. Dado
que ella puede meterse en nuestras cabezas en el momento que quiera, tenemos que al
menos tener la apariencia de ser sirvientes leales. —Finalmente paró de causarme
cosquillas en el pie y lo liberó—. Espera aquí. Voy a tomar varios estilos diferentes para
que te pruebes.
Había algo sobre lo que dijo que estaba molestándome.
—Ella puede alcanzarlos en cualquier lugar, en cualquier momento, ¿cierto?
—Sí —respondió Miriam—, la Hembra Alfa es capaz de contactar a sus Videntes sin
importar la distancia o el momento del mes.
—Entonces, ¿solo puede hacer esa cosa de la charla cerebral con los Cambiantes
cuando está a cierta distancia?
—Sí. Como el resto de nosotros, tiene que estar dentro de unos cuantos metros
durante la luna llena para comunicarse con un Cambiante.
—Pero no solo durante la luna llena.
La atención de Miriam había vuelto a los zapatos en la pared.
—No, es solo durante la luna llena. Su conexión con los Cambiantes no es diferente
a la mía o a la de Spence.
136
—Eso no es verdad —dije mientras Spence volvía del cuarto trasero con una pila de
cajas de zapatos, no había forma de poder verlo detrás de ella—. Cuando me tuvieron
cautiva se fusionó mentalmente conmigo en el medio del día y fue unas cuantas noches
después de la luna llena.
Spence dejó caer su botín sin una pizca de gracia.
—¿Sabe que existes? ¿Has hablado con ella?
—No fue voluntario de mi parte —dije—. Aunque, es difícil rehusarse cuando te
tienen encerrada en una jaula de acero electrificada.
—¿Los Alfas te tuvieron cautiva? ¿Y te escapaste? —Los ojos de Spence por poco se
salieron de su cabeza—. ¿Cómo?
Me encogí de hombros, esperando hacerlo parecer como que no fue un gran
problema.
—Charlie, Liam y yo matamos algunos Estrategos, y luego Liam y yo escapamos de
allí.
Su mirada, con los ojos bien abiertos, se movió hacia Miriam.
—¡Vas a hacer que me maten!
Ella lo ignoró para enfocarse en mí.
—¿Estás segura? ¿Sarvarna habló en tu mente durante la luz del día?
—Bueno, no puedo estar segura sobre la parte de la luz del día, ya que estaba en un
sótano, pero sí sé que no era luna llena.
La cara de Miriam, la cual siempre mantuvo una clase de dulzura, se endureció en
una máscara de completa seriedad.
—¿Qué dijo?
—No recuerdo exactamente. —Había pasado mucho entre entonces y ahora—.
Estaba hablando como loca. Algo sobre cómo no pensé que me encontraría y cómo yo
estaba rompiendo alguna clase de reglas. Realmente no tuvo sentido para mí, aunque
ella en realidad pensaba que debería saber de qué estaba hablando. Creo que pensaba
que yo era alguien más. Incluso me llamó con el nombre equivocado.
—¿Cómo te llamó? —Su voz sonó alta y aflautada.
—Uhm… ¿Lydia? ¿Lilly? ¿Lilith? —Ese era. Me acordé pensando que había oído ese
nombre usado en alguna clase de mitología antes—. Sí, Lilith.
137
Miriam palideció visiblemente.
—¿Qué pasa? —preguntó Spence—. ¿Qué estás pensando? ¿En cuánto peligro
estamos?
Ella tragó profundamente y alisó su cabello.
—Spence, querido, veamos qué tesoros nos has traído.
—Me prometiste, cuando me mudé aquí, que me mantendría seguro —dijo Spence
con la mandíbula apretada—. Dijiste que podía quedarme fuera de todo esto, vivir mi
vida como una persona normal bajo tu protección. Ahora traes a una chica que arroja
suficiente Dominancia como para poner de punta el vello de mis brazos y que ha
asesinado parte de la Guardia de Élite de Su Majestad, a mi tienda pidiéndome que la
ayude. Eso no es quedarse fuera, Miriam. Eso es pararse justo en el medio de todo con
el ojo de un toro pintado en mi pecho.
Sus ojos ni siquiera parpadearon.
—Las botas, Spence.
—Dime por qué, Miriam. ¿Quién es ella? ¿Qué está pasando?
Miriam caminó hasta la pila de cajas de zapatos, recogió la que estaba en la cima,
levantó la tapa, y extrajo una bota.
—No hay nada que decir —dijo ella, alcanzándome un zapato monstruoso—. Tú
sabes lo que hago. La chica es una Cambiante, fue retenida por los Alfas, pero escapó.
—Hay más.
Miriam suspiró.
—Siempre hay más, pero no sé más de lo que tú sabes.
Spence no se lo tragaba. Y para que conste, tampoco yo lo hacía.
—Ese nombre, ¿qué significa?
Miriam se arrodilló para ayudarme con los cordones.
—¿Quién es Lilith? —preguntó Spence, poniéndose más agitado.
Aún no había respuesta.
—Yo misma tengo curiosidad sobre la respuesta —dije mientras ella empujaba la
bota en mi pie con mucha más fuerza de la necesaria—. ¿Es otra Cambiante o una
Taumaturga?
138
—Las Taumaturgas no son reales —dijo Spence condescendientemente.
Dirigí mi mirada hacía él.
—Me alegra que pienses eso. Odiaría ver tu reacción al descubrir que fui culpada de
ser una si fueras un creyente.
Lanzó una mano sobre sus ojos, usando la misma mano para masajear ambas sienes.
—Dios, esto se pone cada vez mejor.
—En serio, Spence, tu teatro no está entreteniendo a nadie. Contrólate. —Miriam
retorció los cordones en forma tan ajustada que temí terminar perdiendo un pie por
falta de circulación de sangre—. Levántate y camina un poco. Asegúrate de que tus
dedos tengan espacio para moverse y que el ancho no te pellizque ni se deslice.
Esta vez no tuve ni siquiera la idea de no hacer lo que pedía. Su tono y su cara aún
eran completamente educados, pero ella estaba a un segundo de quebrarse. No le
temía físicamente, pero Miriam era una dama dura, una en cuyo camino no quería
cruzarme cuando se enfurecía. Tenía el presentimiento de que nadie equipado para
mantener a un joven y enfurecido Liam Cole a raya podía manejarme con poca
consideración o esfuerzo.
—Como las Taumaturgas, Lilith es solo un mito y leyenda —dijo ella mientras yo
caminaba arriba y abajo por los pasillos, tratando de decidir si se suponía que las botas
fueran así de incómodas—. No podemos saber lo que Sarvarna estaba pensando
llamándote de esa forma. Quizá realmente cree que eres su reencarnación, o quizás es
otra de sus estratagemas.
Doblé mis dedos.
—¿Se supone que sienta la costura?
—No, trata con estos —dijo Spence, tomando una caja del medio de la pila sin hacer
que se derrumbara.
—Así que esta Lilith mitológica, ¿quién es ella? —pregunté mientras me sentaba y
comenzaba a luchar para salir de la bota.
—Según la leyenda, ella fue la primera Vidente.
—¿Te refieres a la chica que se enamoró de un lobo? —Esta era la historia del origen
de los Cambiantes y los Videntes que Talley me contó—. ¿Ella tiene un nombre? —
Traté de recordar más detalles de la perturbadora historia para ir a dormir de mi mejor
amiga—. Espera. ¿Tu versión dice cómo lucía esta persona Lilith?
139
Fue Spence el que respondió mientras me ayudaba con el segundo par de botas, las
cuales eran ligeramente menos horribles que el par anterior.
—Era la luna encarnada.
—Entonces, ¿toda monocromática y plateada?
—Creo que la palabra que mi madre usaba era “luminiscente”.
—Eso no tiene sentido. Sarvarna definitivamente pensaba en Lilith como una mala
persona. Si ella fue la primera Vidente, ¿no deberían ella y la Hembra Alfa ser BFFs26?
Spence bufó.
—¿Sarvarna? ¿BFF con una Vidente más poderosa? ¿En qué clase de tierra de
fantasía vives?
—Hay otra versión de la historia —dijo Miriam—. En ella, Lilith era un demonio
manipulador, tan perverso que todo el color se había filtrado de ella. Por supuesto, esta
es solo una versión deformada de la verdadera leyenda usada para asustar niños.
Por supuesto que lo era. Aunque, como que ahora podía ver por dónde venía
Sarvarna. ¿Una mujer con piel pálida, cabello plateado y fríos ojos azules? No había un
montón de nosotros corriendo por ahí. Y si ella realmente creía esa versión…
Aunque al reconsiderarlo, en realidad no veía en lo absoluto de dónde venía ella.
Mientras estaba descartando todas las teorías que me convertían en un demonio,
Miriam se acercó, se agachó frente a mí, y clavó su mirada en la mía. Pensé que
pretendía atraer mi atención antes de decir algo profundo, pero solo se mantuvo
mirando directo a mis ojos.
—Uhm… —No podía pensar en decir otra cosa m{s que: “Quítate de mi cara.”
—No está funcionando —dijo ella finalmente con un suspiro, mientras volvía a
pararse—. Vas a tener que tratar.
Esperé indignación o drama, pero Spence simplemente dijo:
—No.
—No soy lo suficientemente fuerte. Hank es mi pareja y no puedo conectar con él si
se aleja más de cuatrocientos metros durante la luna llena.
—No lo haré. —Su voz era calmada y tranquila—. Ni siquiera sé si puedo.
BFFs: siglas de Best Friends Forever, que en español se traduce como: Mejores Amigas por
Siempre.
26
140
Miriam colocó su mano sobre la suya.
—Por supuesto que puedes. Solo déjate llevar. —Él sacudió su cabeza en silenciosa
negativa, pero al mismo tiempo giró su mano y enlazó sus dedos con los de ella.
Entonces cerró sus ojos e hizo lo que le pedía. Lo sé porque lo sentí. Su poder se
precipitó sobre mí como una inundación rompiendo una presa. Cuando abrió los ojos,
estaban clavados en los míos.
—¿Puedes oírme? —La voz en mi cabeza era idéntica a la voz con la que hablaba, lo
que probablemente decía algo profundo sobre qué clase de persona es Spence, pero
realmente no sé lo que es ese algo.
—No. —No quería ser capaz de escucharlo. No estaba cayendo por esta mierda de la
reencarnación de la primera Vidente, especialmente dado que yo no Veo nada, ni
tampoco quería.
La esquina de la boca de Spence se inclinó hacia arriba.
—¿Estás diciendo que quieres que pretenda que no puedo oírte? ¿Qué no eres lo que Miriam
sospecha?
—No lo soy.
—Podrías cambiar el mundo.
—Puedo hacer que maten a un montón de personas porque creen una mentira.
Spence asintió muy ligeramente.
—Lo siento —dijo en voz alta a Miriam—. Nada.
Sus ojos se entrecerraron.
—¿Entonces a qué vino ese asentimiento?
Demonios, era avispada.
—Simplemente estaba reconociendo que tenía razón. —Me señaló y luego hizo la
mímica de dar vueltas con sus dedos—. No puedo hacerlo. Después de más de quince
años de reprimirlo, ya no sé cómo Ver.
—Tonterías. No puedes perder tu habilidad para Ver más de lo que esa chica puede
detener el Cambio bajo la luna llena.
Vi suspensorios y coquillas27 al final del pasillo y rápidamente me di la vuelta.
27
Suspensorios y coquillas: artículos deportivos masculinos para proteger la entrepierna.
141
—En realidad, Liam piensa que debería ser capaz de comenzar y detener el Cambio
a voluntad. Está convencido con toda la idea a pesar del hecho de que ni siquiera
puedo hacer que mi cuerpo considere la posibilidad.
Miriam me dirigió una clásica mirada de mamá, que debe ser enseñada a todas las
mujeres en algún punto.
Spence ignoró mi interrupción y el fastidio de Miriam.
—Sí, pues, un Vidente masculino nunca vive más allá de la edad de veinte años,
tampoco. Parece que puedo ser bastante excepcional cuando mi vida depende de ello.
—Dio una palmada y giró sobre sus talones—. Suficiente de este espantoso asunto de
aspirante a Verdadera Sangre. Elizabeth, ¿cómo se sienten esas botas?
Me tomó un segundo darme cuenta que me estaba hablando a mí. Levanté una
rodilla a la altura del pecho y luego la otra.
—Pesadas.
—¿Están demasiado ajustadas?
—No.
—¿Demasiado sueltas?
—No.
—¿Puedes mover tus dedos?
—Sí.
—Entonces deja de ser una llorona. Si un mochilero de cuarenta kilos puede
caminar en esas, tú puedes.
Terminé consiguiendo ese par de botas, aunque Miriam y Spence me hicieron
probar cinco pares más. También conseguí tres juegos de lo que Miriam llamaba
térmicos, pero a los que mi familia siempre se refería como calzoncillos largos, y un
paquete de calcetines realmente costosos. Spence se rehusó a dejar volver la
conversación a algo relacionado con los Cambiantes y Videntes. Creo que Miriam
sentía pena por él, pero se rindió con menos de una pelea de lo que esperaba. Entonces,
mientras nos íbamos, él me alcanzó telepáticamente de nuevo.
—No los dejes darte nada de esa mierda de “un bien mayor” —dijo él—. Eres demasiado
joven para ser un sacrificio en una guerra imposible de ganar.
—¿Pero y qué tal si podemos ganar? ¿Qué tal si estás equivocado?
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Sus ojos cayeron a mi estómago.
—No lo estoy.
***
—¿Cómo lo hace? —pregunté una vez que estuvimos de vuelta en el Saab de Miriam.
El día se había vuelto nublado y la fría humedad se aferraba a mi ropa. Lo encontré un
poco molesto, pero no demasiado. Miriam, por otro lado, giró la perilla de la
calefacción hasta arriba, y sostuvo sus manos sobre el respiradero, esperando que se
descongelaran—. ¿Cómo suprime Spence su Visión?
Miriam flexionó sus dedos.
—Con una gran cantidad de esfuerzo. —Cuando continué esperando una respuesta
ella siguió—. Ver es un don, pero algunas veces también es una carga. Para Spence, era
m{s de lo que podía manejar. Empareja eso con ser un Vidente masculino… —Se cogió
de hombros—. Ver requiere una cierta cantidad de apertura para funcionar. Tenemos
que conectarnos con otras personas, especialmente con los Cambiantes, y ser capaces
de dejar entrar lo que sea que el universo desea que Veamos. De cualquier forma, si te
desconectas del mundo, te alejas de los demás como nosotros, con suficiente fuerza de
voluntad puedes ahogar tu Visión y obstaculizar tu habilidad de Ver.
—Pero Spence dirige una tienda y sale con ustedes. Eso no me parece muy solitario.
Miriam bajó la calefacción un poco, una acción que fue recibida con un silencioso
“Aleluya” de mi parte.
—Spence es dueño de la tienda, pero dirige el negocio desde su casa. Todas las
operaciones del día a día son manejadas por sus gerentes. Y esta fue la primera vez que
lo he visto en… ¿cinco? ¿Seis años? —Sacudió la cabeza como si no pudiera creer que
realmente hubiera pasado tanto tiempo—. Solo vino hoy como un favor para mí.
Había estado más que un poco molesta con él allí en la tienda, pero ahora sentía mi
agitación cambiar a simpatía. Spence no lucía como un eremita natural. Esconderse,
alejarse de todos y todo solo para evitar Ver, debía ser una tortura.
—¿Qué Ve? ¿Qué podría ser tan malo?
Después de un momento de duda, Miriam contestó:
—Muerte.
—¿Cómo ese chico en esa película? ¿El que ve gente muerta?
143
—No, no como eso. Es una variación de una Vidente del Futuro. Cuando ve una
persona, él puede Ver el momento de su muerte.
Mi mano automáticamente cubrió mi estómago, las cicatrices tangibles, incluso a
través de mi camisa.
—¿Todas las personas? —pregunté—. ¿Todo el tiempo?
Ella asintió.
—Toda persona con la que él entra en contacto. A donde sea que mire, todo lo que
Ve es muerte. Sabe si serás joven o anciana. Conoce el dolor y la paz. —Aparcó el auto
en el garaje—. ¿Puedes imaginarte lo que debe ser para él esa carga en su corazón todo
el tiempo?
No, no podía, ni tampoco quería. Estaba con Spence; era demasiado para que una
persona lo soportara. Me enfureció que Miriam lo hubiera forzado a abrirse a todo ese
horror solo para hacer una prueba de práctica sobre mis raras habilidades.
—Spence dijo que la mayoría de los Videntes masculinos no viven más allá de los
veinte. ¿Es porque todos tienen poderes macabros?
En vez de salir del auto, Miriam se giró hacia mí.
—¿Por qué eres la única de solo un puñado de Cambiantes hembras en el mundo?
—Porque la Manada Alfa asesina a todas las Cambiantes mujeres, así no hay
ninguna amenaza a la posición de Hembra Alfa.
—Entonces, ¿por qué crees que los Videntes masculinos no tienen un largo periodo
de vida?
Santo cielo. Nadie me dijo que habría un examen oral.
—¿Los Videntes masculinos pueden desafiar la Hembra Alfa?
—No, piénsalo. ¿Qué clama la Manada Alfa valorar sobre todo lo demás?
Mierda. Realmente odiaba no tener todas las respuestas.
—¿La unidad de los Cambiantes?
—Tradición. —Miriam se inclinó hacia mí—. Ellos dominan el mundo de los
Cambiantes y los Videntes con la opresión de la tradición.
—Como todo el asunto de volver exiliados a las personas que no pasan la ceremonia
de emparejamiento.
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—Exactamente.
—Entonces… ¿qué tiene eso que ver con los Videntes masculinos?
—Nuestra entera política estructural está basada Cambiantes masculinos y Videntes
femeninas. Cuando la evolución introduce Cambiantes femeninas y Videntes
masculinos en la mezcla, las cosas comienzan a volverse confusas. La forma tradicional
de escoger a nuestros Alfas se vuelve inválida, y cuando lo hace, una nueva forma
tendrá que ser adoptada.
Empecé a entender.
—Una forma que se llevará el poder de aquellos que lo tienen actualmente.
—Sabía que eras brillante.
—Pero aún no lo entiendo. ¿Cómo exterminan a los Videntes masculinos?
—A la mayoría de ellos no los matan. En vez de eso, los convencen de que están
locos. Aquellos cuya Visión no puede ser refutada usualmente se encuentran envueltos
en algún accidente horrible antes de que puedan volverse lo suficientemente viejos
para empezar a causar demasiado alboroto.
En mi cabeza vi a Nicole como una niña humana parada en una esquina de la calle,
viendo un auto lanzarse directo hacia ella.
—Esto no puede seguir —dije a pesar de las náuseas que estaba combatiendo—.
Esto no puede seguir ocurriendo.
Miriam acunó mi mejilla en una mano.
—Entonces haz que se detenga.
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Capítulo 16
Traducido por PrisAlvS
Corregido por belisrose
Miriam es habladora. La mujer usaba más palabras en un día que Liam en todo
un año. Durante la semana que nos quedamos en Fargo aprendí sobre distintos
Cambiantes y Videntes involucrados en toda la rebelión, incluidas algunas
cosas sobre sus vidas privadas, especialmente las partes que no quería que
nadie más supiera. Ella hablaba sobre cómo era Liam y Alex cuando fueron a
vivir con ella luego de que sus padres murieran. Ella reía sin parar por las
payasadas de Alex y se preocupaba por la inquebrantable seriedad de Liam.
Incluso escuché incontables historias sobre su familia, incluido su sobrino
favorito, Diaz, lo cual explicaba por qué Liam conocía al líder de una banda en
Texas. Sin embargo, a pesar de los chismes amorosos de Miriam, tuve la
impresión de que pensaba que su sobrino era un buen seguidor de las leyes.
Hank resultó ser el abogado más respetado de Fargo, lo que significaba que o
estaba en su oficina en el centro o en la corte la mayor parte de los días, pero
siempre volvía a casa para la cena. Luego pasaría la noche observándonos a
Liam y a mí entrenar, ofrecía varias opiniones para ambos, o se quedaba en la
oficina en casa, hablando con Liam sobre la política de los Cambiantes y
haciendo llamadas en grupo con Cambiantes y Videntes por todo el mundo.
La casa de Hank y Miriam se sentía como un hogar. No nos conocíamos lo
suficiente como para ser un hogar lleno de amor, pero los sentimientos de
respeto, preocupación y seguridad abundaban. Incluso Liam parecía relajado
durante nuestra estadía.
Pero para mí, y también lo apostaría para Liam, había una tristeza
aferrándose a cada esquina de la casa como una tela de araña de dolor y
pérdida. Cada vez que Miriam compartía una historia de Alex, podía ver un
fantasma de él ahí. Solo podía imaginar cuánto peor sería para Liam, quien
había visto a Alex acostado en el sofá de la sala familiar y comiendo en la
cocina. Para cuando nos fuimos no podía decidir si era gratitud por huir de los
recordatorios de la muerte o desconsuelo por dejar la única comodidad y
seguridad que había conocido en un largo tiempo.
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Liam parecía estar al borde de las lágrimas cuando se despidió con un abrazo
de Miriam. Hank nos llevó hasta un Wal-Mart a las afueras del pueblo y nos
ayudó a dejar nuestras bolsas en una camioneta que había tenido mejores días.
Había una lona en la parte de atrás, y podía descubrir la forma de algo por
debajo que tenía que ser un pequeño bote.
—Gracias —dijo Liam sacudiendo la mano del hombre mayor con un agarre
firme y formal—. Te debo una.
Hank usó la mano que Liam le daba para atraerlo a un abrazo.
—No me debes nada. Te lo he dicho una y otra vez, siempre estaré aquí para
ti. Siempre. —Liam solo asintió, sus labios fuertemente presionados. Luego nos
subimos en la camioneta y miró a Hank alejarse.
Y luego nos quedamos ahí sentados.
Después de tres minutos completos, lo sé porque lo cronometré, me giré
hacia Liam.
—¿Esperamos a alguien?
Él negó con la cabeza.
—Entonces, estamos… ¿qué? ¿En un horario? ¿Un horario en el que
quedarnos aquí sentados por un largo rato?
Otra negación con la cabeza.
—Liam, en serio. ¿Por qué estamos aquí sentados?
Todo su aire salió de sus pulmones en un apuro mientras su barbilla tocaba
su pecho.
—Yo no… —balbuceó el resto de la oración tan suavemente que ni mis súper
oídos lograron descifrar las palabras.
—¿Te importa intentar eso de nuevo? Esta vez usando la lengua, labios y
cuerdas vocales.
Su cabeza se levantó de golpe y una oh-tan-familiar mirada de Liam me dio
de lleno.
—Dije: “no sé conducir con una palanca de cambios”. ¿Feliz?
147
Probablemente no debí haberme reído, y de seguro no debí hacerlo hasta que
las lágrimas corrieran por mis mejillas, pero no podía evitarlo.
—Estoy encantado de que lo disfrutes —gruñó en cuanto me calmé.
—¿Qué ibas a hacer? ¿Solo sentarte aquí hasta que mágicamente se
transformara en un automático? —Sabía que no contestaría, por lo que me
adelanté y salí del auto y caminé hasta el lado del conductor—. Muévete —dije
al abrir la puerta.
—¿Qué?
—Muévete. —Hice un movimiento para apartarlo con mi mano para ilustrar
el punto—. Deslízate hasta el lado del pasajero.
Liam me miró con sospecha, lo cual solo me hizo sonreír más ampliamente.
Esto era tan divertido.
—Intentaría enseñarte cómo hacerlo, pero soy una terrible profesora. Así que
muévete y déjame conducir.
—¿Sabes conducir con una palanca de cambios? —Seguía sospechando, pero
se movió.
Me subí al asiento del conductor y lo reajusté para poder alcanzar el
acelerador y clutch. Estúpido chico con sus estúpidas piernas largas.
—Por supuesto. Fui criada en Kentucky, ¿recuerdas?
—Eso solamente requiere que sepas las reglas básicas del basquetbol y tengas
afinidad por emparedados abiertos.
—Y sepa cómo conducir equipo de granja. —La camioneta empezó con un
rugido—. Conducía un tractor cuando tenía siete.
No mencioné cómo conduje sobre el pie de mi padre la primera vez y cómo
arranqué toda una cerca la segunda vez. Cosas así una chica debería mantener
para sí.
—Pero tu familia no vive en una granja. Ni siquiera tienen un jardín, a menos
que cuentes las dos plantas de tomate que tu madre plantó muy tarde en la
temporada y olvidó regar.
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Empecé a preguntarle cómo exactamente sabía eso, pero luego recordé cómo
había sido mi secreto del guardaespaldas personal durante el verano. Era una
de esas cosas que sabía a nivel fundamental, pero cuando se refería a
relacionarlo con la realidad era una ignorante. Como, sabía que Liam había
estado por la casa en su forma de lobo, pero no había pensado en que habría
visto el triste intento de mi mamá de ir orgánico.
—Los padres de mi mamá tienen una gran granja en el Condado de
Livingston —dije, me refería a la mamá que me había criado en lugar a la mamá
que murió al darme a luz—. Jase y yo pasábamos una semana con ellos cada
verano cuando éramos pequeños. Tenía que alimentar los cerdos, recolectar
huevos de las gallinas y trabajar en el jardín. Era toda una tonta de campo. —La
camioneta saltó al detenerse frente a una luz roja—. ¿Cuál lado? ¿O el
conductor decide la aventura?
—Creí que dijiste que sabías cómo conducir con palanca de cambios. —Liam
apoyó una mano en el salpicadero mientras la otra agarraba desesperadamente
la manija.
—Lo hago. Hay un período de ajuste.
—¿Podemos llegar a la parte en la que no intentas decapitarme con el
cinturón de seguridad pronto?
—No puedo prometer nada —dije moviendo la palanca de regreso a primera.
Él me guió por el pueblo hacia la carretera, la cual dirigía directo al norte. Ya
que estábamos en Fargo, Dakota del Norte, solo había una cosa al norte.
—Liam, ¿me estás llevando a Canadá?
—Tú eres la que está conduciendo, por lo que creo eso significa que tú me
estás llevando a mí a Canadá.
—¿En serio?
—En serio.
—¿Vamos a colarnos en otro país?
—Vamos a usar el más grande y desprotegido límite del mundo para nuestra
ventaja. —Le dirigí una mirada de pánico—. Oye, funcionó bien para Pamela
Anderson.
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—No tenemos pasaportes. O verdaderas licencias de conducir. —Íbamos a
ser arrestados. ¿Y qué había en la parte trasera? Sí, un bote, ¿pero qué más?
¿Había un cadáver bajo el bote? ¿O un arsenal de armas? ¿Iría a prisión por
asesinato o traición o terrorismo?
—Respira. —La voz de Liam interrumpió mis visiones de esposas y
disparos—. Lo tengo cubierto.
—¿Y por “lo tengo cubierto” te refieres a…?
—Identificaciones. Pasaportes. Esas cosas.
No estoy segura qué encerraba “esas cosas”, pero resultó ser que ni lo
necesitamos. En la frontera, Dudley Do-Right28 simplemente miró nuestras
identificaciones y preguntó qué haríamos mientras estuviéramos en Canadá.
Quería contestar: “Ingerir tanta miel de maple como sea humanamente
posible”, pero Liam, cuya identificación lucía el nombre de Sam Newman, le
dijo que íbamos a acampar antes de que yo tuviera oportunidad.
Solo estaba medio sorprendida de descubrir que Canadá se ve justo como
Dakota del Norte. Incluso los letreros se veían iguales, excepto por la cosa de
los kilómetros. Me entretuve convirtiendo todo a millas mientras Liam pasaba
de estaciones en la radio, solo se detenía ocasionalmente por Guns’n’Roses o el
reporte del clima.
Justo a las afueras de Winnipeg me detuve en una tienda de Conveniencia.
Liam llenó una bolsa con mezcla de frutos secos y agua embotellada mientras
yo me maravillaba por la forma en que sus Reese’s29 venían en paquetes de tres
en lugar de dos. Una hora después, Liam me dirigió lejos de la calle principal y
hacia lo salvaje, lo cual era decir mucho cuando hablabas de Canadá.
Solo estábamos como a 482 kilómetros, o 300 millas, al norte de Fargo, pero el
aire era mucho más frío y un par de centímetros de nieve cubrían el suelo.
Liam, quien solo llevaba una camiseta como de leñador, no pareció notarlo
mientras desataba la lona de la parte trasera.
Dudley Do-Right: personaje de caricatura, es el héroe de un segmento de The Rocky and
Bullwinkle show, es un oficial del cuerpo de seguridad canadiense, utiliza el característico
uniforme rojo y el sombrero.
29 Reese’s: famoso chocolate con mantequilla de maní en forma de canasta.
28
150
—¿Son todos los Cambiantes insensibles al frío o solo eres tan rudo que el
frío te evita por temor a ser “Chuck Norriseado”? —pregunté, tomando la
cuerda más cercana a mí.
Liam retiró la mitad de la lona para revelar parte de una canoa y un trineo de
algún tipo.
—Todos los Cambiantes son más tolerantes con las temperaturas frías por
nuestro metabolismo, pero los lobos grises son nativos de los climas nórdicos.
Tendemos a llevar algunas de nuestras preferencias animales por esa clase de
cosas en nuestra forma humana. —Sin apartar el resto de la lona, empezó a
deslizar la canoa hacia afuera—. Como tú. No tienes frío, ¿no?
—Uno, no puedo creer que ignoraras mi asombrosa referencia a Chuck
Norris, y dos, realmente siento algo, pero ¡nah! —dijo sacando mi lengua.
—Fui lo suficientemente gentil de no señalar que “Chuck Norris” no es un
verbo y no debería ser usado como tal. —El acto de arrastrar la canoa al lado de
la camioneta más cercano al agua lo dejó a pocos metros de mí. Él cerró la
distancia estirándose para tomar la manga de la chaqueta que usaba—. Estás en
temperaturas cercanas a cero grados Centígrados con nada más que jeans, una
camiseta y una fina chaqueta de algodón sin temblar o ponerte azul. Estás
manejando el frío bastante bien, Copo de Nieve. —Y luego sacó su lengua y
repitió mi—: ¡Nah!
Reí y supe que no imaginaba la cadencia lobuna en el sonido.
No nos tomó mucho cargar la canoa con el trineo y nuestras pocas bolsas. Me
quedé al límite del agua mientras Liam iba a librarse de la camioneta, lo que
asumí que significaba dejarla oculta en algún lugar, pero revisé mi teoría al ver
las flamas lamer su camino hacia el cielo nocturno. Ya que parecía haber más
agua que tierra en esta parte de Canadá, decidí solo preocuparme levemente
por el hecho de que fuera a quemar todo el país.
Jase, Talley y yo fuimos llevados al campamento 4-H el verano en que
teníamos diez, por lo que tenía conocimiento básico de andar en canoa, pero
Liam claramente era el experto. Él fácilmente cayó en su papel de Siempre el
Hombre a Cargo, dándome una molesta cantidad de instrucciones mientras nos
abríamos camino por el agua.
151
—Esto es hermoso —dije en cuanto finalmente ajustamos un ritmo—. Parece
muy diferente a casa.
Una mirada de felicidad se acentuó en los rasgos de Liam, y supe que esto
era hogar para él. Después de años lejos, huyendo por todo Estados Unidos,
finalmente había regresado al terreno conocido de su infancia.
—Es bastante fresco en el verano, pero siempre hay turistas por aquí. Es
mejor ahora. Me gusta el silencio.
Luego, mientras el sol empezaba a bajar hacia la tierra, decidí que no me
creía tanto toda la cosa del silencio. No es como si hubiese ningún ruido; el
agua chocando contra el bote y nuestros remos, las aves cruzando el cielo y los
animales en sus caminos normales, vidas diarias en el bosque; pero no era para
nada como el mundo que conocía. Sin motores de autos. Sin música o televisión
u otros sonidos de fondo. Desde que me convertí en Cambiante me había
acostumbrado a todos los varios sonidos y olores que asociaba con los
humanos, desde el arrastrar de sus pies al latir de sus corazones. Todo eso
estaba ausente, y lo extrañaba. Me sentía aislada en un distópico futuro
posapocalíptico. Me dejaba tensa, como si tuviera que pelear hasta la muerte en
cualquier momento.
Me consideraba una competencia suficiente, puedo cambiar el aceite en mi
auto, conectar casi cualquier pieza eléctrica que encontrara y tenía decentes
habilidades cuando se refería a leer mapas, incluso sin la ayuda de Google; pero
navegar me era completamente desconocido. No era sorprendente, sin
embargo, descubrir que Liam era excelente en eso. Justo cuando estaba por
mencionar que el atardecer llegaría pronto y que realmente no quería Cambiar
en un bote, él murmuró para sí:
—Ahí está. —Y empezó a guiarnos hacia la costa.
Trabajamos rápidamente y sin conversar mientras descargábamos nuestros
suministros. Varias de las bolsas eran unas que encontramos en la parte trasera
de la camioneta. Intenté mirar en el interior de una para ver qué contenía, pero
Liam me ladró que nos estábamos quedando sin tiempo y que podría hacer el
inventario luego. En cuanto el bote estuvo vacío, Liam lo empujó de regreso al
agua y lo dejó alejarse flotando.
152
—¿Qué? ¿Nada de fuego esta vez? —pregunté en un intento de reducir el
pánico que sentía al estar en donde solo Dios sabe.
—No hay tiempo. —Renunció a acomodar varias bolsas en el trineo y
empezó a asegurarlas tan rápido como le era posible. En cuanto estuvo
satisfecho con todo, abrió una de las bolsas de la parte superior y sacó varias
correas—. Esta parte va sobre mi cabeza —dijo mientras abría un agujero en el
centro—. Pon esta parte primero, y luego desliza mis dos patas delanteras
aquí… —Abrió otro agujero—, y aquí.
—Lo siento, ¿qué?
—No tenemos tiempo para esto. Tengo que Cambiar y tú tienes que
amarrarme y unirme al trineo antes de que tu Cambio empiece.
Whoa. Espera un minuto.
—Pudiste explicar todo esto mientras flotábamos en el río, sabes.
Se movió rápidamente y estuvo frente a mí antes de poder retroceder.
—Solo haz lo que se te dice.
—¡Jódete! —grité, aunque en mi furia pude haber usado una palabra más
fuerte—. Creí que ya habíamos superado esto. Creí que íbamos a trabajar
juntos, que esta rutina de no decirme nada había acabado.
Liam parecía listo para explotar y me preparé para un ataque, pero nunca
llegó. En su lugar, respiró hondo y se frotó la nuca.
—Lo siento. Lo arruiné. De nuevo. Pero por favor, Scout. Solo podemos
llegar a la cabina en nuestra forma de lobo, y necesitamos estos suministros.
Trabaja conmigo aquí.
Seguía enfadada y sabía que esta discusión no había acabado, pero no soy
tan egoísta o estúpida como para no notar la importancia de lo que decía.
—Asegurémonos que lo tenga correcto —dije tomando el arnés de sus
manos—. Muéstrame una vez más dónde va todo. Y tendrás que decirme cómo
unirlo al trineo.
A penas lo logramos a tiempo. Liam Cambió en tiempo récord y aceptó
bastante bien el arnés, incluso en forma de lobo, pero yo era torpe e insegura, y
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para el final estaba temblando por el esfuerzo de contener el Cambio. En cuanto
estuve segura que todo estaba amarrado como se suponía, conseguí ocultarme y
quitarme la ropa antes de caer al suelo. Incluso sin alguien que midiera el
tiempo, supe que esa fue mi transformación más rápida, pero fue casi la más
dolorosa. Cuando finalmente fui capaz de levantar la cabeza, me encontré
mirando un par de familiares ojos grises.
—Hola. —La Scout Loba pensó para su amigo. Las orejas de Liam se
levantaron e inclinó la cabeza, como si hubiese captado un susurro de lo que le
dije y estuviera esforzándose para escuchar más—. ¿Puedes escucharme? —
pregunté esperanzada, pero cuando continuó moviendo las orejas, noté que no
iba a suceder.
Ya que Liam tenía un trineo atado a su espalda, tomé la responsabilidad de
conseguirnos la cena. El primer rastro que encontré no olía a nada familiar, pero
lo seguí por igual. Quizá si hubiese reconocido el olor de castor habría
encontrado algo más sabiendo que sumergirme en las heladas aguas podría
estar en mi futuro. Como era, seguía sacudiendo el agua de mi pelaje cuando
regresé donde Liam. Cuando se rió de mí, o lo más cercano que un lobo puede
reír, consideré no compartir mi presa con él.
El camino por el que Liam me guió era angosto y tortuoso, e incluía un
montón de subida y otras cosas. Scout Loba lo amaba y quería correr tan rápido
como podía para mostrar su fuerza y astucia. Infortunadamente, el castor había
sido suficiente para dejar que Scout Humana opinara. Seguir a Liam era
frustrante, pero cuando el trineo empezaba a inclinarse o necesitaba una mano
extra, o nariz, yo estaba ahí. El viaje nos tomó la mayor parte de la noche. Era
casi el amanecer cuando los árboles empezaron a arralar y una pequeña cabina
apareció descansando en la base de una pequeña colina.
En cuanto estuvimos cerca, Liam colapsó en el suelo, exhausto por tener tal
carga en tan rudo terreno. No quedaba mucha luz de luna, pero me alejé en
busca de comida de todas formas. Por suerte, fui capaz de atrapar una pequeña
liebre bastante rápido. No era suficiente para los dos, y Scout Loba realmente
creía que ella debía dejársela por haberla encontrado, pero se la di a Liam, quien
se la comió con gratitud en sus ojos.
Cuando los primeros rayos del sol empezaron a llenar la nieve de diamantes,
troté al lado más lejano de la cabaña para Cambiar. En algún punto a la mitad
de la transformación Scout Humana tomó el control. Su primer pensamiento no
154
fue de cansancio o dolor, sino la comprensión de que no tenía idea de dónde
estaba su ropa.
155
Capítulo 17
Traducido por valS<3
Corregido por Pily
Estar afuera en la nieve completamente desnuda no es algo que le recomendaría
a alguien, incluso si eres un cambiante que se transforma en un lobo ártico.
Incluso si la temperatura del aire en tu piel expuesta y la húmeda nieve
crujiendo bajo tus pies descalzos no te molestan —que, por cierto, lo hará. La
fría brisa azotando tus expuestas partes íntimas te tendrá temblando como si tu
vida dependiera de ello. Lo cual, supongo, depende. Mi comprensión de
hipotermia es básica a lo mejor.
Permanecí escondida detrás de las esquina de la cabaña contemplando si los
escalofríos era una cosa buena o mala y en qué punto debería preocuparme
acerca de perder un apéndice, cuando un gemido triste y frustrado llegó a mis
oídos.
Liam estaba todavía en forma de lobo.
Por supuesto que todavía lo está, dijo la parte de cerebro que era completamente
humana y no obsesionada con qué tan congelada estaba. ¿Cómo podría cambiar si
lo tienes envuelto en ese arnés?
Si no hubiese tenido mis manos moviéndose de arriba abajo por mis
antebrazos para calentarme, puede que hubiese golpeado mi palma contra mi
cara. Liam iba a estar atrapado en su forma de lobo hasta que lo liberará de ese
arnés. Seguro, el podría tratar de cambiar envuelto en esa cosa, pero dolería, y
si no podía romper a través de eso con el cambio… bueno, realmente no sabía
qué podría pasar. ¿Estaría él atrapado entre las dos formas? ¿Podría solo
regresar a su forma de lobo? No había manera de que lo dejara averiguarlo. Lo
que me dejaba a mí con todo el dilema de qué hacer con mi desnuda situación.
—Tú vas a tener que cerrar tus ojos —grité—. Voy salir a conseguirme algo
de ropa y entonces voy a sacarte de esa cosa, pero solo si me prometes que
mantendrás tus ojos cerrados hasta que yo te diga que los abras.
Liam ladró.
—¿Fue eso un sí o un no?
156
Su bajo gruñido me dijo que yo estaba siendo ridícula. Y, una vez que pensé
en ello, un poco presuntuosa. Como si Liam Cole quisiera ver mis pechos.
Recorrí la distancia hasta el trineo, horrorizada de descubrir que la cabaña
había estado bloqueando el viento. No pude localizar mi mochila por ninguna
parte, pero la de Liam estaba en la cima. Encontré una camisa de manga larga y
me la puse. Afortunadamente, me llegaba cerca de las rodillas, ya que no había
manera de que pudiera ponerme sus pantalones. Si hubiese sido la ropa de Jase
o de Charlie la que estuviese robando, podría haber agarrado un par de bóxers,
pero varias visitas a la lavandería me enseñaron que Liam era del tipo de chicos
que usaba ropa interior ajustada y blanca y yo no iba a usar eso.
Liam se olvidó de mencionar cómo remover el arnés de un lobo, pero
después de unos cuantos contratiempos, uno de ellos tenía que ver con mi lobo
favorito mordiéndome, me las arreglé para liberarlo.
—Tu ropa está ahí —dije apuntando el lugar en el suelo junto a él donde
había dejado una mudada—. Sé que estás cansado, así que voy a esperar al otro
lado de la cabaña.
Donde el viento no corte directamente a través de mi carne y no se incruste
en mis huesos.
Me gruñó y me dio una mirada que obviamente tenía que significar algo.
Desafortunadamente, perdí mi diccionario Liam Lobo a Scout Humana.
—Está bien, está bien —hablé sobre mi hombro mientras me alejaba—,
prometo no ver.
Mientras esperaba a que Liam terminara de cambiar, probé varios métodos
para permanecer caliente. Froté cada una de mis extremidades vigorosamente.
Hice saltos de tijereta. Incluso intente algunos calentamientos de Mr. Myagi30 en
mi piel. Estaba tratando de doblar mi cuerpo tan pequeño como una bola a
como fuera posible cuando un furioso lobo en piel de humano apareció por la
esquina.
—Idiota —murmuró, levantándome del suelo como si yo fuera un rebelde
preescolar. Un brazo envuelto debajo de mis rodillas mientras que el otro
30
Mr. Myagi: maestro de artes marciales en la película Karate Kid.
157
aseguraba mis hombros. Traté realmente fuerte de no pensar en cuán cerca
estaban esos brazos de mi trasero desnudo.
Las puertas de la cabaña cedieron con tres fuertes empujes de Liam el
hombre. Traté de obtener un vistazo de lo de adentro, pero Liam giró tan
rápido que todo fue una mancha. Prácticamente me lanzó en una silla de
madera antes de dejarse caer enfrente de mí y tomar mi pie en sus manos.
—¿Qué
demonios
estabas
pensando?
—gruñó
—¿Es
demasiado
malditamente difícil agarrar algunas medias y zapatos? Y… ¿una camisa? ¿Solo
una camisa? ¿Piensas que porque eres un lobo eres invencible? Pues piénsalo de
nuevo, Copo de Nieve. Incluso tú puedes perder un dedo del pie por
congelamiento. Y no es como si tuviésemos un doctor aquí para amputarlo.
Morirías por infección y entonces, ¿qué infiernos se supone que yo haga?
Mis labios se levantaron sobre mis dientes, la Scout Loba saliendo de su
correa.
—Sí, estaba tratando de convertirme en un Pitufo 31 porque pienso que soy
una chica ruda. Eso tiene que ser. No tiene nada que ver con el hecho de que un
idiota enterró mi ropa debajo de una montaña de mochilas.
Liam se congeló, y entonces, en un movimiento que no esperaría ni en un
millón de años, él expuso su garganta hacia mí.
—Lo siento —dijo—, puse en peligro tu vida. Acepto cualquier castigo que tú
demandes.
Y entonces se sentó ahí, sin moverse.
—Liam.
Me miró, pero no cambió su posición.
—¿Es esto alguna de esas costumbres de Cambiantes de las cuales no sé
nada?
Aun así no se movió, además de algo que podría haberse interpretado como
un rodar sus ojos.
Pitufo: Serie Animada, historieta y película
equivalentes a gnomos o duendes benignos.
31
de
criaturas azules de pequeño tamaño,
158
—Se supone que tienes que castigarme por dejarte en una situación donde
pudiste haber muerto gracias a mi idiotez.
—Oh. —Pensé en ello—. ¿Qué clase de castigo?
—Alguno que coincida con el crimen.
Empecé a reír, pero su cara me dijo que él hablaba en serio. Yo no quería
ninguna clase de compensación. Él olvidó poner mi ropa donde pudiera
encontrarla. Gran cosa. Mi ropa y yo tenemos una larga historia de amnesia.
Estoy todo el tiempo olvidando que debo ponerla en la canasta para la
lavandería o que tengo que sacarla de la lavadora. Pero podía decir que Liam
no iba a dejar ir esto y no podía realmente aguantar mucho más de toda esta
rutina de sumisión.
—Bueno, entonces, Liam Cole, te sentencio a un masaje de pie. —Porque mis
pies estaban realmente congelados y sus manos eran gentiles y calientes—. En
realidad, hazlo dos masajes de pies. No dejes a Izquierdita sola ahí. Ella podría
entristecerse.
Liam no solo regresó las sensaciones a mis pies con su masaje, también los
introdujo en dos pares de esas súper caras medias que compré en la tienda de
Spence. Luego comenzó la tarea de limpiar la chimenea así podía hacer fuego.
Me ofrecí a ayudar pero me lanzó una de esas miradas de no-seas-estúpida,
aunque no sé si se refería a mi casi hipotermia o era su falta de fe en mi
habilidad para limpiar chimeneas.
Mientras Liam trabajaba, tomé una mirada de la cabaña. Era de un solo
cuarto apostaba a que no cubría más de 200 pies cuadrados (o 61 metros
cuadrados, desde que estábamos en Canadá). Estaba bastante escaza de
mobiliario y la mayoría de ello se veía como hecho en casa (la mesa, las cuatro
sillas y los dos largos gabinetes pegados a la pared del fondo). La única cosa
que parecía haber sido comprado y no forjado de la madera de los árboles era el
colchón de futón sobre la cama.
Cuando Liam salió, así no me podría gritar por deambular por el piso de
madera congelado, me levanté y exploré el interior de la cabaña. Lo que
encontré me recordó a este loco programa que vi una vez, acerca de personas
cuyos pasatiempos eran prepararse para las catástrofes. Latas de comida
estaban colocadas tan pegadas como fuera posible en el espacio, junto con un
159
equipo de primeros auxilios, unas cobijas, algunos cuchillos y varias de estas
viejas lámparas de aceite, de esas que mi abuelo coleccionaba. Metidas en los
gabinetes había varias botellas de aceite.
Al inicio la cantidad de cosas ahí se veía abrumador, pero luego cometí el
error de calcular las cosas en mi cabeza. Era octubre y ya la nieve cubría el
suelo. Lo más probable, no veríamos la hierba hasta… ¿cuándo? ¿Abril? ¿Mayo?
¿Más tarde que eso? No estaba al día con los patrones de clima de Canadá.
Incluso si nosotros nos manteníamos con la conservativa idea de irnos en abril,
estaríamos atrapados aquí por más de seis meses. Treinta días más y serían siete
meses, y siete meses eran 210 días. ¿Era esto comida suficiente para esa
cantidad de tiempo?
Instantáneamente me arrepentí de haber leído Life As We Knew It32.
Trate de mantener calmada ante el pánico recordándome que varias de las
bolsas del trineo se llenaron con alimentos no perecederos. Demonios, una
pequeña mochila estaba llenas de barras de caramelos. No podemos morir de
hambre si tenemos como cientos de barras de caramelos, ¿cierto?
Dios, no quiero morir de hambre.
El sonido de algo golpeando el suelo me salvó de mi mini crisis. Me di la
vuelta justo a tiempo para ver dos ardillas corriendo fuera de la chimenea y
alrededor de la cabaña con furiosos movimientos. Estando totalmente de
acuerdo con su sentido de desesperación por salir, sentí lastima por ellas y les
abrí la puerta. Tomó varios minutos, pero finalmente encontraron la manera de
salir.
—Había un nido de ardillas viviendo la chimenea —dijo Liam mientras los
dos rayados lo pasaron en su camino hacia la libertad.
—No me digas —dije inclinándome contra la puerta abierta mientras él
inspeccionaba el desastre en la chimenea.
—¿No se supone que tienes una escoba?
—Mira debajo de la cama.
Life As We Knew It : libro post-apocalíptico, donde los personajes deben aprender a
sobrevivir con escases de alimentos y cambios climáticos después de que un asteroide golpeara
la Luna y la acercara a la Tierra.
32
160
Lo hice y, para mi sorpresa, de hecho encontré una escoba ahí. Era del tipo
pasada-de-moda-hecha-a-mano que me hacía querer grabarle Nimbus 300033 en
el mango. En vez de pasársela a Liam, me puse en mi rol de mujer buena y barrí
yo misma.
—¿Cómo están tus pies? —preguntó mientras agrupaba algo de madera de la
pila que estaba justo afuera de la puerta de la cabaña.
—Hormigueando. Eso es bueno, ¿verdad? No sentir nada es malo; ¿el dolor
es bueno?
Liam se encogió de hombros.
—Suena bien para mí.
Nos tomó casi dos hora hacer el fuego. Nos detuvimos a tiempo para comer
algunas tiras de carne seca y una lata de puré de manzana para restaurar
algunas de las calorías que perdimos durante el cambio, aunque no las
suficientes comparadas con las que engullo normalmente después del cambio.
Normalmente como 5000 calorías en el desayuno nada más, pero sabiendo cuán
poca comida teníamos, me limité.
—¿De quién es esta cabaña? —pregunté después de que Liam hiciera el
inventario de la madera apilada en contra de la pared.
—Mía —dijo mientras examinaba un pedazo de astilla—, mi padre construyó
la mayoría del exterior, pero Alex y yo la terminamos hace algunos años.
—¿Ustedes hicieron todo esto? —Miré alrededor, viéndolo todo con nuevos
ojos—. Impresionante —dije, queriendo decirlo. La cabaña no era grande, pero
protegía del viento y de la nieve. Los muebles no eran lindos, pero eran
funcionales y resistentes. Si Jase y yo hubiésemos intentado construir una
cabaña y muebles para ella, no habría nada más que algunos árboles talados en
el medio del bosque para demostrar nuestros esfuerzos. De hecho, eso siendo
optimista. Si Jase y yo nos las arreglábamos para tallar un árbol eso hubiese
sido un milagro.
33
Nimbus 3000: Escoba de Harry Potter utilizada en competencias.
161
—Alex era quien se encargaba de averiguar cómo hacer que todo funcionara.
Yo solo ponía todas las cosas juntas —dijo como si construir una cabaña y poner
todas las piezas de los muebles juntas sin la ayuda fuera una tarea doméstica.
Una vez que ambos examinamos a fondo el interior de la cabaña,
comenzamos a descargar las cosas del trineo. Para el momento en el que
teníamos todas las cosas adentro y acomodado en algo que podría pasar como
ordenado, estaba ya oscureciendo. Después de una cena de frijoles fríos y atún,
me encontré bostezando de forma regular. Y fue ahí cuando me di cuenta que
solo había una cama.
—Así que… uumm… es… uumm… tiempo de dormir para Scout —dije de
una manera que no escondía mi malestar.
Liam frotó la parte de arriba de su cabeza.
—Sí, ahí hay algunas cobijas y cosas.
Lo cual yo ya sabía porque las moví del gabinete a encima de la cama,
durante nuestros esfuerzos por colocar toda la comida que teníamos en los
gabinetes. Me levanté y caminé hacia mi mochila.
—Supongo que ahora me pondré la piyama.
Mi intención era cambiarme en el cobertizo —sí, teníamos un pasado-demoda cobertizo—, pero no tenía muchas ganas de hacer eso. Para nada. No
solo no tenía plomería sino que tampoco era caliente, ni siquiera tenía luz. Y
estaba realmente lejos de la cabina.
Afortunadamente, Liam me salvó.
—Yo voy solo a… —Apuntó hacia la puerta con el pulgar. Asentí de manera
un poco demasiado entusiasta, ansiosa de tener un poco de privacidad, espacio
y calor mientras me desnudaba.
Asumí que Liam estaba en el baño o haciendo alguna otra cosa cuando él se
fue, pero cuando escuché un rasguño en la puerta descubrí qué era lo que había
hecho.
—Hola, tú —dije abriendo la puerta al lobo—. ¿Necesito traerte tu ropa?
Liam desapareció por la esquina un momento y cuando regresó había un
cuidadoso lazo de ropa atado a su hocico.
162
Le di al lobo otra lata de comida y sacudí la nieve y la suciedad fuera de su
pelaje antes de arrastrarnos hasta la cama, yo debajo de los cobertores y el
enroscado encima, su cabeza descansando en la almohada al lado de la mía.
Pensé que me tomaría un largo tiempo ignorar su respiración justo a la par de
mi oído, pero solo fueron unos poco momentos antes de que el cansancio me
llevara y deslizara mi cabeza en un sueño profundo.
***
Desperté a la mañana siguiente, totalmente descansada y completamente
calentita. Mi nariz estaba enterrada en un caliente cuello de lobo, mis dedos
atrapados en su pelaje.
—Eres como un cojín caliente —murmuré, medio despierta—. Un lindo y
esponjoso cojín caliente. O tal vez una manta eléctrica. —Sacó su nariz
golpeándome con ella en la frente y yo dejé salir un pequeño gritito—. Está
bien, no todo de ti es lindo y caliente.
Los ojos de Liam brillaron con diversión mientras se levantaba y dejaba la
cama. Agarró su desordenada ropa, trotó hacia la puerta y esperó
impacientemente a que le abriera.
—Que te crezcan algunos pulgares oponibles —dije desde la cama—, me
gusta esta manta y no tengo intenciones de dejarla hasta que sea absolutamente
necesario hacerlo.
Ya se estaba empezando a poner frío sin él. No podía estar segura, desde que
no teníamos un termostato, pero pensaba que la temperatura había bajado
significativamente en las últimas veinticuatro horas.
A Liam no le importaba mucho mi aversión al frío, sus impacientes gruñidos
demostrándolo. Intenté ignorarlo, pero cuando los lloriqueos empezaron de
nuevo, me rendí. Me aseguré de llamarlo un montón de cosas, además de
expresar mi deseo de que se le congelaran algunas innombrables partes de su
cuerpo, mientras lo dejaba salir.
Mis primeros días en Canadá fueron agotadores. La cabaña había
sobrevivido sin nadie que la atendiera por años, lo que era mejor de lo que se
hubiese esperado, pero aún así había montones de cosas que se debían reparar.
Liam y yo subimos a la azotea para remover una rama y reparar el daño debajo
de esta. Trabajamos en sellar todas las aberturas por las que el aire podría
163
entrar. Había un hacha colgando cerca de la chimenea, así que la usamos para
talar un árbol. ¿Alguna vez haz talado algo con un hacha? No es divertido.
Ahora tengo serias dudas con respecto a George Washington34 y su árbol de
cerezas.
Cada noche, Liam salía y cambiaba antes de irnos a dormir. Cada mañana,
me despertaba abrazada a un caluroso lobo. Era lindo, pero no podía continuar.
—No puedes seguir haciendo esto —dije la quinta noche cuando Liam se
dirigía hacia afuera después del atardecer—. No tenemos suficiente comida
para contrarrestar las calorías que pierdes cada noche durante el cambio. —Él
solo se detuvo con su mano en la puerta—. Tú no estás comiendo suficientes
calorías incluso ahora. No hay manera de que puedas hacer esto todo el
invierno.
Regresó a la cabaña y agarró la manta extra, la que no había sentido
necesidad de usar todavía, de detrás de la cama. No fue hasta que él empezó a
plegarla en un largo rectángulo, que me di cuenta de lo que intentaba hacer.
—No vas a dormir en el piso. —La mirada que me lanzó me hizo sonrojar—.
Demonios, Liam. No te voy a molestar. Solo mete en la maldita cama. —Me dejé
caer en mi almohada y me volví rápidamente para enfrentar la pared. Existen
esos extraños momentos cuando me avergüenzo tanto que lloro y si este iba a
ser una de esos momentos, no quería que Liam viera mis lágrimas. Eso solo
serviría para molestarme, lo que normalmente traía más lágrimas. A veces ser
mujer era impresionante.
Pensé que él iba a ser terco y dormiría en el suelo de todas formas. Si él lo
hacía, decidí, no me sentiría mal por él o culpable. Y no iba a tomar turnos para
dormir en el suelo. No tenía ningún problema compartiendo la cama, así que no
la iba a dar. Estaba a punto de compartir mis pensamientos, cuando sentí los
cobertores bajándose y a Liam entrando en la cama.
***
La mañana siguiente empezó como todas las otras mañanas en Canadá. Me
desperté lentamente, mi espalda algo fría, pero el resto de mi mantenía el calor
por el pelaje que tenía abrazado entre mis dedos. Solo que no era pelaje. Abrí
34
George Washington: expresidente de los Estados Unidos.
164
mis ojos lentamente y luego tuve que mover mi cabeza igual de lento ya que mi
cara estaba aplastada contra el pecho de un muy humano Liam. Con una
excepcional cantidad de cuidado, desenvolví cada dedo, dejando ir la sudadera
que Liam usaba. Me tomó no más de cinco minutos desenvolverme
completamente de Liam, además incluso cuando había terminado, su brazo
seguía envuelto alrededor de mi cintura. No estaba segura de cómo moverme
sin despertarlo y despertarlo era absolutamente la última cosa que quería hacer.
No podría manejar el horror en su cara cuando descubriera cuan acomodada
había estado con él en la noche. Mi propio horror era suficiente, muchas gracias.
Pensé en todas las opciones y finalmente decidí solo rodar fuera de la cama
tan rápido como pudiera. Sin ninguna ayuda, podría salir y estar lejos de la
cama antes de que Liam se despertara lo suficiente para averiguar quién estuvo
dónde.
Conté hasta tres y entonces di una vuelta hasta el piso. Y sí que encontré el
suelo. Con mi cara.
—¿Scout? —preguntó Liam, su voz baja con sueño.
—Estoy bien. —Nada herido excepto mi orgullo.
—La cobija llegó y agarró mi pie.
—Ten cuidado con las cobijas —entonó como si fuera una mala película de
terror.
Me asomé por encima de la cama para asegurarme de que él no había sido
llevado por los duendes y no habían dejado alguna otra persona en su lugar,
pero ya estaba dormido.
165
Capitulo 18
Traducido por valS<3
Corregido por belisrose
La vida en la cabaña se convirtió rápidamente en una rutina. Cada mañana
Liam saldría y cortaría madera. Es bastante asombroso cuanta madera necesitas
para mantener el calor en un pequeño espacio y es especialmente difícil
mantener la demanda cuando estas usando un hacha en vez de una resistente
moto-sierra.
Algunas veces le ayudaba en la tala, pero no por mucho. Normalmente diría
que cualquier cosa que pueda hacer un chico, yo puedo hacerlo mejor, pero
cortar madera es la excepción a esa regla. Especialmente cuando ese chico en
cuestión es Liam-yo-realmente-podría-ser-el-descendiente-de-Paul-Bunyan35Cole.
En nuestro primer día ahí encontré una vieja y andrajosa edición del libro
Foxfire junto a La Guerra y la Paz y Anna Karenina 36. Enseguida ignoré los dos
tomos gigantes, a pesar de que no había leído nada desde el libro de Nicholas
Sparks37 que Liam me compró en la gasolinera a las afueras de Milwaukee y le
pagué leyendo algunas partes en voz alta. Sin embargo, en contra de la
magnitud y la abrumadora literalidad de La Guerra y la Paz y Ana Karenina,
incluso Nicholas Sparks sonaba interesante.
El libro Foxfire, por otro lado, rápidamente se convirtió en mi nuevo mejor
amigo. Mi abuelo por parte de mi papá tenía el conjunto completo de ellos en su
biblioteca y siempre me gustó que me dijera cómo y cuándo los zombis
vendrían a apoderarse de la Tierra, yo necesitaría recordar dónde estaban estos
libros, así podría sobrevivir.
Paul Bunyan: un leñador legendario gigantesco que aparece en algunos relatos tradicionales
del folclore estadounidense.
36 Serie Foxfire: es un fenómeno editorial que trata sobre la enseñanza de la autosuficiencia
creativa y el redescubrimiento de las virtudes de la vida simple.
La Guerra y la Paz: libro que narra los acontecimientos de personajes de todo tipo y condición a
lo largo de unos cincuenta años de historia rusa.
Anna Karenina: novela del escritor ruso León Tolstói.
37Nicholas Sparks: escritor estadounidense cuyas novelas han alcanzado éxito internacional
algunas por ejemplo: El diario de Noah.
35
166
Resultó que si necesité los libros para sobrevivir, solo que era la naturaleza
de Canadá la que me obligaba a vivir sin servicios modernos y no los muertos
vivientes.
Nosotros no teníamos un arma, lo que pudo haber hecho todo lo de cazar un
poco más sencillo, pero hice lanzas de las ramas de los árboles que Liam
cortaba. Unamos mis súper habilidades de Cambiante junto con los consejos de
caza que conseguí del libro Foxfire y era capaz de matar algo en uno de cada tres
viajes de caza que realizábamos. Entonces, una vez más usando el libro como
guía, podía preparar y cocinar mi presa. La primera vez que le serví a Liam algo
que él realmente pudo comer, no pude parar de sonreír lo suficiente como para
comer yo. Mi corazón dolía con ganas de llamar a Jase, Charlie y Talley y
contarles acerca de mis nuevas habilidades, incluida mi nueva loca habilidad
para cocinar.
Cada tarde, justo antes de que el sol desapareciera, entrenábamos. Yo le
enseñaba a Liam artes marciales y él me enseñaba como apuñalar a alguien con
un cuchillo. La mayoría de las veces ambos terminábamos sangrando sobre la
nieve recién caída y amábamos cada segundo de esos momentos.
El único momento en el que nuestra rutina cambió fue en diciembre. Yo
estaba haciendo un apasionado discurso en mi cabeza acerca de la injusticia de
usar el basquetbol como un pase fácil para la universidad, mientras intentaba
algunos lanzamientos en una cesta, cuando Liam llegó pisando fuertemente a
través del bosque, arrastrando un pequeño árbol verde.
—¿Qué en la tierra estás haciendo? —Habría sido más fácil cortarlo por
pedazos en donde lo taló y traerlo pieza por pieza.
La sonrisa estirándose a través de su cara lo hizo ver como un niño de cinco
años.
—¡Es seis de diciembre!
—Sí, lo vi en el calendario que tú insististe en colgar en la pared.
Su infantil entusiasmo no se vio afectado por mi cinismo.
—¡Es el día de San Nicolás!
—Por supuesto. El día de San Nicolás.
167
Lo que sea que eso fuera.
—Tú si recuerdas que no soy canadiense, ¿verdad?
La temperatura había bajado a lo largo de noviembre y ahora añoraba esos
días en los que lo más frío era solo tres cubos de hielo por debajo de cero. Rara
vez salíamos sin el paquete completo de gorros, bufandas y guantes, pero Liam
había dejado su omnipresente gorro, dejando que copos de cristal decoraran su
cabello castaño cobrizo. Sus dientes eran un blanco más brillante y sus ojos eran
casi plata en contra del rojo de sus mejillas.
—El día de San Nicolás es una cosa europea, no canadiense —dijo, la sonrisa
firmemente aún en su lugar—, mi familia lo celebraba todo el tiempo poniendo
un árbol de navidad y colocando caramelos en nuestras zapatos.
Los europeos son tan raros.
—Así que, ¿ese es nuestro árbol de navidad?
Era pequeño, con menos hojas que el árbol falso que mamá ponía cada año,
pero mantuve mi boca cerrada, con miedo de sonar como Lucy de Peanuts38.
Sin mencionar que realmente odiaría que un perro-o-lobo me enseñara como
un poco de amor puede hacer incluso al árbol más flacuchento, hermoso.
Nuestras normales tareas diarias fueron suspendidas en favor de meter el
árbol dentro de la casa y montarlo. Una vez que estuvo firme en su lugar, no
pude evitarlo.
—Oh, vengan todos ustedes fieles… —empecé.
—Alegres y triunfantes... 39 —se me unió Liam.
Lo cantamos hasta las primeras tres palabras del segundo verso y entonces
nos dimos cuenta que no nos la sabíamos más.
—¿Liam?
—¿Sí?
Lucy: personaje de la historieta Peanuts, es una matona y la hermana mayor de Linus y Bis.
Ella es la chica cínica y gruñona del grupo.
39 Estrofas de un villancico.
38
168
—Nosotros podríamos ser los dos peores cantantes en la historia entera del
mundo.
Yo no sabía realmente algo acerca de entonación o la armonía o alguna de
esas cosas importantes para cantar bien, pero incluso mi oído no entrenado
podía escuchar cuán horrible estuvo eso.
—¿Incluso peor que esa chica que estaba realmente feliz de que fuera
viernes?
—Sí. Incluso peor que Rebecca Black40.
Liam suspiró.
—Creo que eso significa no más villancicos navideños entonces.
—¿De qué estás hablando? Vamos a cantar todo el maldito tiempo. ¿Sabías
que nadie más me deja cantar? Angel dice que lastimo sus oídos y Jase dice que
pierdo el ritmo. Pero tú… —le di un golpecito en el pecho. —Tú tampoco sabes
cantar, yo no puedo arruinarlo más de lo que tú puedes arruinarlo.
La risa de Liam era rica y profunda y consideré brevemente cómo alguien
que podía sonar tan bien riendo se las arreglaba para sonar tan mal cuando
intentaba cantar.
—Y estamos aquí en el medio de ningún lugar. Sin perros vecinos que
molestar.
—¡Exactamente! Nos vamos a convertir en una de esas malditas películas de
Disney, cantando acerca de nada y acerca de todo.
Y mientras se suponía que eso iba a ser una exageración, nosotros sí
cantamos cada villancico navideño que nos sabíamos durante las semanas
siguientes. Incluso decoramos el árbol. Yo convertí las etiquetas de sopas en
pequeñas estrellas y las cubrí con las envolturas de los Pop-Tart. Liam cortó una
estrella de la caja de Cheerios y la puso en la cima. Cuando finalmente llegó la
Navidad, parecía…
Rebecca Black: adolescente que realizó un video acerca del viernes, la canción se hizo famosa
pero no porque fuera buena sino por las burlas que le hicieron.
40
169
Bueno, todavía lucía como un horrible árbol cubierto con basura, pero era
nuestro horrible árbol cubierto con basura.
La mañana de navidad empezó como cualquier otra mañana no-de-lunallena. Me desperté envuelta alrededor de Liam, enterrada en su calor. Esa
mañana le mandé una silenciosa plegaria al Bebé Jesús para que el regalo que
Santa me diera fuera pasar algunos minutos extras disfrutando del calor
corporal de Liam y su olor sin despertarlo accidentalmente.
Al final, sin embargo, no me arriesgué. Sí, el frío apestaba, pero no tanto
como tener que confesar el hecho de que Liam y yo nos acurrucábamos cada
noche.
Me salí de la cama de puntillas y crucé toda la cabaña. Detrás de las latas, del
tercer estante del gabinete de la izquierda, reuní dos paquetes. Liam empezó a
agitarse y yo lancé los paquetes debajo del árbol. Luego, me volví, agarré tanto
aire como fuera posible en mis pulmones y grité con todas mis fuerzas:
—¡Es Navidad! ¡Es Navidad! ¡Santa llegó! ¡Es Navidad!
Liam tiró de los cobertores sobre su cabeza y yo me reí. No es de extrañar por
qué Angel hacía eso todos los años. Torturar a personas con alegría navideña es
divertido.
Bueno, podría haber sido divertido si no hubiese roto mi propio corazón
pensando en la pequeña hermana que extrañaba más de lo que los frikis
extrañan Firefly41.
No, pensé. Tú necesitas esto. Liam necesita esto. Tú tendrás una pequeña y feliz
navidad y no una corta-venas como la de Judy Garland42.
Me sacudí la humedad de las pestañas y me zambullí en la cama.
—¡Vamos dormilón! ¡Es Navidad!
—Oye —dijo una voz desde su capullo.
—¿Podría alguien decirme qué día es hoy? ¡Es Naaaaviiiiidaaaaad! —grité,
tirando de las cobijas.
Firefly: serie de televisión estadounidense de ciencia ficción creada por el director/escritor Joss
Whedon.
42 Actriz estadounidense conocida por su papel de Dorothy en la película original de El Mago de
Oz.
41
170
El ceño fruncido en la cara de Liam pudo haber sido mucho más convincente
sin el brillo en sus ojos.
—Sabes, una alegre Scout no es solo raro, también es realmente inquietante.
—Arriba y andando, Grinchy McGrinch43. Anoche fui visitada por el espíritu
de las navidades pasadas, el de las navidades presentes y Buddy el elfo44 y
ahora quiero mantener el espíritu de navidad en mi corazón por todo el año.
Despierta así podemos empezar.
Por supuesto, mencionar que fui visitada por espíritus en la noche estuvo
cerca de hacerme llorar de nuevo. Yo no sabía dónde se había ido Alex, pero no
lo había visto desde que me quedé dormida en el autobús un millón y medio de
años atrás. Dios, ¿era la navidad siempre tan depresiva?
—Vamos. —Las palabras que salieron sonaron más como una realmente
desesperada súplica de emociones apenas contenidas. Pegué una sonrisa
exageradamente amplia en mi cara para compensar—. Es tiempo de un
desayuno de Navidad.
Si Liam notó mi desliz en el entusiasmo, no lo mostró.
—Oh, no, no vamos a comer espagueti y jarabe de maple, ¿verdad?
—Uno, eso es comida de cena, no de desayuno —Lo empujé en una posición
donde estuviera sentado, pero solo porque él me dejó—. Y dos, no tenemos más
jarabe de maple porque estoy viviendo con el único canadiense en todo el
mundo que no sabe cómo hacerlo. —Me salí de la cama, haciendo solo una
mueca ante la punzada de frío en mis pies. Tenía dos súper caros pares de
calcetines puestos, pero eso ayudaba bastante poco cuando estabas en medio de
la tundra congelada con nada más que una diminuta chimenea para mantenerte
caliente—. Tengo un desayuno especial esperando por nosotros —dije,
revolviendo en el gabinete, poniéndome de puntillas para buscar detrás de la
barrera de latas que había construido hacía semanas. Mi mano por fin tocó el
cartón y lo saqué floreciendo—. ¡Pop-Tarts!
Liam cruzó el cuarto antes de que siquiera pudiera ingeniármelas para
abrirlos.
Protagonista de la película “El Grinch”, es un personaje que odia la navidad y trata de
arruinarla.
44 Referente a las películas de navidad Los fantasmas de Scrooge y Elf el duende.
43
171
—Dijiste que nos los acabamos —me acusó, quitándome la caja de las manos.
—Mentí —dije, agarrando la caja de regreso—, los estaba guardado para hoy.
—No eran tostadas de canela, el desayuno tradicional de Navidad en la casa
Donovan, pero Pop-Tarts de canela con azúcar morena era lo más cercano que
iba a tener. Cuando me di cuenta de que solo nos quedaba una caja, los escondí
así tendríamos un trato especial para la mañana de Navidad. Sabía que Liam lo
hubiese encontrada mejor si hubiese sido algún ridículo sabor no-de-desayuno,
como chocolate, pero un Pop-Tart era un Pop-Tart y cualquier Pop-Tart era
mejor que nuestro desayuno normal de, sin azúcar o agrégale sabor, avena.
Había una gran posibilidad de que yo nunca volviera a comer avena o
comida enlatada de nuevo cuando finalmente volviéramos al mundo real.
Y no pensaría en cuán poco tiempo podría tener para comer cualquier cosa
antes de que tuviese que enfrentarme con Sarvarna y su cuchillo de perdición
cuando regresáramos a la civilización. Era Navidad. Nosotros íbamos a ser
festivos, maldita sea.
Cada uno de nosotros comió un paquete de Pop-Tarts y acordamos guardar
el último para el Día de Año Nuevo. Cuando no podía aguantar más, envié a
Liam al árbol.
—¿Me compraste un regalo? —Liam nunca mostraba mucha emoción, pero
desde hacía como un mes empecé a notar algunos cambios en el tono de voz y
en sus expresiones fáciles, y era capaz de descifrar las fuertes emociones
colgando debajo de cada uno de esos cambios. La leve ampliación en sus ojos y
el casi imperceptible levantamiento en la esquina derecha de su boca eran
nuevos, pero sabía lo que significaba eso. Liam fue tocado por la bondad de mi
gran corazón. Vi el potencial para uno de esos profundos momentos de unión
que Sam y Dean tienen todo el tiempo en Supernatural45 y reaccioné
rápidamente.
—Sí, Liam. Fui al centro comercial y te traje algo de Gap, pero tuve que
ordenar lo demás por Amazon46.
Supernatural: serie de televisión protagonizada por dos hermanos (Sam y Dean) que
investigan y combaten sucesos paranormales.
46 Gap: importante empresa textil en EEUU.
Amazon: compañía estadounidense de comercio electrónico y servicios de cloud computing a
todos los niveles con sede en Seattle.
45
172
Las orillas de los ojos de Liam se arrugaron y había líneas debajo de sus
mejillas donde estaba reteniendo una sonrisa. Sabía que esto se veía bien.
Significaba que él se estaba riendo de mi asombroso ingenio. Tristemente, eso
era algo que solo veía en raras ocasiones, así que me tomé un momento para
tomar el sol en su resplandor antes de traer el punto.
—Ábrelo. —demandé impaciente.
Él trató de tomarse su tiempo. Me imaginé que era una de esas personas que
cuidadosamente quitan cada esquina del papel de regalo, pero desde que solo
tenía una bolsa vacía de papitas con que trabajar, no le tomó tanto tiempo
desenvolverlo.
Pasó gran tiempo mirando en la bolsa.
—Tus calcetines.
Liam los sacó de la bolsa.
—Ya veo.
—No, no lo haces —me incliné y examiné la punta de cada uno de ellos antes
de darle la vuelta a uno para que él lo inspeccionara—. Este es el que se
enganchó en el tablero de la puerta del frente. Yo lo remendé para ti.
—¿Tú remendaste mi calcetín? ¿Tú? ¿Scout Donovan? —Esta vez una sonrisa
completa se extendió por su cara—. Jase estaría muy orgulloso de escuchar
cuan doméstica te has vuelto.
—Cocino. Limpio. Remiendo calcetines. Soy una Jun Cleaver 47 regular. —
Estreché mis manos juntas y batí mis pestañas—. Oh Liam ¿Piensas que Santa
me compró una aspiradora? ¿Y tal vez una lavadora y una secadora?
Aunque, en verdad, amaría tener una lavadora y una secadora que
mágicamente trabajaran en el bosque sin electricidad. Quebrar el hielo del
arroyo de donde conseguíamos el agua, arrastrar algunos cubos hacia la cabaña,
calentarlos en una tina sobre nuestra fogata al aire libre y luego fregar nuestras
Jun Cleaver: personaje principal en la serie estadounidense de televisión sitcom Leave It to
Beaver. June y su marido a menudo son invocados como los padres suburbanos arquetípicas de
la década de 1950.
47
173
ropas con una de los millones de barras Safe Guard 48 que teníamos era
exactamente lo opuesto a diversión y facilidad.
—En realidad —dijo Liam, escarbando debajo de la cama—, creo que Santa
pudo haberte comprado algo útil.
Cuando Liam sacó mi regalo de debajo de la cama, no pude detener la
lágrima que se coló de mi ojo y bajó por mejilla. No estaba esperando ningún
regalo de Liam y el que envolví para él, un calcetín remendado y una bolsa
llena de las nueces que reuní, difícilmente mostraba la misma atención y nivel
de genialidad como lo que él me estaba regalando.
—¿Hiciste un arco? —solté la cuerda. Era rustico, pero era un arco. Un
puñado de flechas caseras estaba todavía asegurado en su mano—. ¿Cómo
sabías cómo hacerlas?
No puedes reconocer a un chico Cole avergonzado mirando sus mejillas,
pero si prestas bastante atención a la parte de atrás de su cuello, es obvio.
—Yo solo lo arruiné varias veces hasta que descubrí como hacerlo. No
dispara exactamente recto y hay una buena probabilidad de que las flechas solo
rebotarán al lado de lo que sea a lo que le estés disparando en lugar de
realmente matarlo.
—Nunca sabré si es por la mala calidad de la mano de obra o si es por mi
completa falta de habilidad. —Tomé una flecha, apunté, disparé a la puerta y la
observé rebotar contra la pared, un metro completo lejos de mi objetivo—. Me
encanta —dije, abrazándolo contra mi pecho.
Desde que era Navidad, nosotros no hacíamos las tareas normales, pasamos
el día comiendo nueces y tomando turnos con el arco. Para el atardecer, Liam
consiguió clavar la flecha en un árbol, pero no era al que le estaba apuntando y
yo conseguí golpear mi objetivo, pero nunca logré que realmente se clavara.
—Nuestros poderes combinados —murmuró Liam después de que la tercera
ronda terminara con los mismo resultados.
Esa noche comimos un guiso que Liam combinó del conejo que atrapé dos
días atrás y algunas latas de vegetales. Era la mejor cosa que habíamos comido
en semanas y sobró un montón para los siguientes días.
48
Safe Guard: marca de Jabón.
174
Una vez que se ocultó el sol, nos sentamos alrededor del fuego y recitamos
líneas de nuestras películas navideñas favoritas y cantamos a gritos toda
canción de días festivos conocida por el hombre, incluida “Feliz cumpleaños”.
Cuando finalmente nos fuimos a la cama, nos acostamos ahí como lo
hacíamos siempre desde el inicio, espalda contra espalda, pretendiendo que el
otro no existía. Pero a diferencia de lo normal, no me quedé inmediatamente
dormida. En cambio, esperé hasta que estuve segura de que Liam estaba
dormido antes de finalmente dejarlo salir. Las lágrimas eran tan calientes como
el fuego mientras caían por mi cara, pero se enfriaban rápidamente en mis
mejillas con el congelado aire de la noche. Mi corazón dolía por mi familia y
amigos. Pensé en las celebraciones en casa de la abuela Hagan y me preguntaba
si Charlie ya era capaz de estar ahí o si todavía estaba en el hospital. Me
preguntaba si mis padres habían ido con la señora Matthews anoche, como era
nuestra tradición, o si su odio sobre todas las cosas de Scout se extendía a mis
padres.
Extrañaba el sonido de la voz de mi padre, el olor del perfume de mi madre.
Extrañaba el entusiasmo sin sentido de Angel y la forma en la que Jase sabía lo
que yo estaba pensando sin mucho más que mirar en mi dirección.
Extrañaba mi cama y la subestimada alegría de una calefacción.
Y entonces, porque estaba en humor de sentir lástima por mí misma, dejé a
mi mente vagar por la noche de Navidad de hace un año. Fue la noche que
descubrí los secretos que Jase y Charlie me ocultaban y la noche en la que Alex
me dijo la verdad acerca de los Cambiantes.
Pero estas cosas palidecieron en mi mente por la memoria del beso bajo el
muérdago.
No sé cuánto tiempo estuve llorando cuando la cama crujió por Liam
dándose la vuelta, pero cuando su brazo me cubrió y me acerco a él, dejé que el
momento me envolviera, por primera vez consiente, tomé la decisión de
volverme y acercarme a él. Y mientras él continuó durmiendo, yo dejé su
camisa absorber todas mis lágrimas hasta que simplemente no quedó nada más
dentro de mí.
175
Capítulo 19
Traducido por Caro_02
Corregido por PrisAlvS
Después de Navidad, el clima cambió a frío. Incluso con nuestra t olerancia de
Cambiantes y capas y capas de ropa, la mayoría de los días no podíamos
aventurarnos a estar lejos del hogar más de treinta minutos, antes de
preocuparnos por congelarnos. E incluso si podíamos tolerar las temperaturas
heladas, en la nieve, que se tragaba toda mi pantorrilla en los montones más
pequeños, era difícil de caminar. Gracias a Liam, teníamos suficiente madera
para sobrevivir un par de meses, pero él aún salía, cuando podía, para cortar
más. Creo que ambos sabíamos cuál sería nuestro destino si el fuego alguna vez
se apagaba.
Mi entrenamiento continuó en esos fríos y oscuros meses, pero fue diferente.
No teníamos espacio en la cabina para luchar, así que nos enfocábamos en
aumentar nuestra fuerza y en la flexibilidad. Ideamos nuevas rutinas el uno
para el otro, combinando nuestros estilos diferentes de pelea para crear lo que
Liam llamaba el Método Chucho49.
La mayor parte de mi entrenamiento, de todas formas, no era físico. Liam
sabía de Cambiantes de todo el mundo que habían sufrido calamidades a
manos de los Alfas, y me contó cada una de las historias. Oí sobre unas
hermosas chicas risueñas, que desaparecieron de la nada. Chicas con padres
devotos y talentos increíbles, que repentinamente sufrieron trágicos accidentes.
Incluso oí sobre chicos como Spence que no habían sido capaces de suprimir
sus poderes y evitar la atención indeseable. La lista de los pecados cometidos
por la Manada Alfa era alucinante y no se limitaba a librarse de la futura
competencia. Eliminaban amenazas potenciales donde fuera que las vieran,
usando su regla absoluta de aferrarse al poder del que abusaban más
ofensivamente.
El punto era claro: había ocurrido crímenes horribles y malvados por décadas,
o por siglos. Era necesario hacer justicia y eso significaba asesinar a los Alfas.
Después de semanas de historias, creí que estaba lista para ello.
49
Forma coloquial de referirse a un perro callejero.
176
Luego Liam cambió las tácticas.
—¿En serio necesito ayuda visual? —pregunté mientras me entregaba un
desgastado pedazo de papel—. Ya estoy teniendo suficientes pesadillas. —Lo
que él probablemente sabía por los sonidos con los que yo misma me
despertaba al hacer. Cada día me presentaba una historia nueva y cada noche la
veía desplegada en mis sueños. Había contemplado más rostros de pequeñas
niñas muertas de los que podía manejar. Realmente no necesitaba añadir otro a
la suma.
—Su nombre es Ananda —dijo Liam, tomando la silla frente a mí. Incliné el
papel hacia la linterna para ver la imagen de una chica con grandes ojos
marrones y dos gruesas trenzas negras. Estaba sacando la lengua y tirando su
nariz hacia arriba, para hacerla lucir como el hocico de un cerdo. La págin a
estaba doblada por la mitad, le di la vuelta a otra imagen. En esta ella usaba una
boa rosada de plumas, un collar de cuentas verdes gigante y un enorme sombrero
de ala ancha púrpura.
—¿Era una Cambiante? —Saber que la pequeña niña que aparecía tan llena
de vida en estas fotografías fue asesinada, hacía que mi estómago doliera.
—Nop. Es una Vidente.
Bueno, esto era nuevo e interesante.
—¿Aún está viva?
—Sip.
—¿Y no es una Cambiante?
—Nop.
Está bien…
—Entonces, ¿quién es ella?
Liam me entregó otro pedazo de papel. Había varias fotografías de la niña en
este, personas que obviamente eran sus padres y otro rostro familiar.
—No lo entiendo.
—Ananda es la hermana menor de Sarvarna. Se adoran la una a la otra, a
pesar de, o quizá debido a, que se llevan quince años de diferencia. —Golpeteó
177
una foto que mostraba el retrato de una familia al estilo Olan Mills 50—. Cuando
Sarvarna se convirtió en Alfa, insistió en que su familia se mudara a la Guarida.
Ella cena con ellos cada noche y hace tiempo tanto para ver una película o jugar
juegos de mesa con ellos, al menos una vez a la semana.
La Sarvarna en las fotografías no lucía como una asesina de bebés. Lucía
como una chica promedio, con una familia promedio a la que amaba. Sentí un
gran peso en mi pecho y me dije a mí misma que era solo la frustración de que
Liam perdiera mi tiempo con esto.
—Estoy asumiendo que tienes un punto.
—El punto es que es que entiendas quién es Sarvarna. Es una persona, Scout,
justo como nosotros. Tiene una familia y amigos. Siente felicidad, dolor y
tristeza. Sangrará cuando la apuñales, y gritará cuando le duela.
En mi cabeza, vi la visión de Talley, pero al revés. El cuchillo estaba en mi
mano, y lo deslizaba por el estómago de Sarvarna. Vi la sangre brotar de su
camisa, oí sus gritos desgarrar su garganta e incluso olí las lágrimas rodando
por sus mejillas.
—¿Por qué me estás diciendo esto?
—Porque necesitas saberlo. Necesitas entender que real y honestamente
piensa que está haciendo lo correcto. Necesitas verla como algo más que la
maldad encarnada, y aun así querer matarla.
Restregué las manos contra mi cara. Hacía mucho tiempo me habría
preocupado por arruinar el poco maquillaje que usaba, pero no había usado
nada en tanto tiempo que olvidé cómo se sentía. Desde julio había estado
viviendo de una sola bolsa de lona. La elección de ropa podría haber cambiado
dos o tres veces, pero la cantidad máxima de atuendos que tenía de dónde
elegir en cualquier momento era de cuatro, y eso era combinar partes superiores
diferentes con otras inferiores. Nunca me he considerado una chica femenina,
pero me di cuenta que había algo en ponerte un lindo atuendo o en tomarte tu
tiempo para asegurarte de que lucías lo mejor posible, que te hacía sentir más
humana, más conectada a la sociedad. Sentarme en una cabaña, a Dios sabe
cuántos kilómetros de la civilización, usando los mismos jeans de franela, termal y
Olan Mills: fotógrafo americano y un emprendedor conocido por cofundar la compañía Olan
Mills con su esposa, Mary Mills. La compañía Olan Mills es una compañía que ofrece retratos.
50
178
suéter que usé el día anterior, hacía difícil recordar cómo funcionaba el mundo
real. La gente normal no tenía manchas de sangre en los puños de su suéter por
la preparación de la cena. La gente normal no entrenaba noche y día hasta el
punto de la obsesión. Y la gente normal no miraba la foto de una familia
sonriente y pensaba en cuán fácil sería asesinar a cada uno de ellos y dejar a los
demás sufriendo.
—¿Cómo lo haces? —Mi voz fue ahogada por mis manos, que aún estaban
presionadas contra mi rostro.
—¿Cómo hago qué?
Dejé caer mis manos y respiré profundamente.
—Expulsarlo todo de tu cabeza. ¿Cómo asesinas a alguien y no dejas que eso
te mate a ti?
El rostro de Liam se volvió blanco y su tono sin vida.
—¿Cuántas personas crees que he matado, Scout?
—No lo sé. ¿Cuántas personas has matado, Liam?
Se sentó perfectamente quieto, salvo por la contracción de su mano derecha.
—Una.
—¿Una? —Pero eso significaría que…—. ¿La primera vez que asesinaste a
alguien fue esa noche junto al lago? ¿Cuándo asesinaste a Hashim?
—¿Qué? ¿Creíste que era un asesino serial o algo?
Me encogí ante la rabia en su voz e inmediatamente me sentí horrible. Por
supuesto que no había pensado que era un asesino serial, pero por alguna razón
había asumido que él había matado a otros. ¿Por qué era eso? ¿Y por qué de
pronto sentía como si hubiera sido injusta con el chico sentado al otro lado de la
mesa?
En vez de encarar el problema de mí siendo una idiota suponiendo, dirigí la
conversación de vuelta a su tema original.
—¿Aún piensas en eso? ¿En lo que pasó? ¿En él? —Cuando Liam no
respondió, insistí—. Ahora, la mayoría de los días puedo lograr no pensar en él,
pero al principio, cuando no hacíamos más que conducir alrededor por días, no
179
podía sacar el rostro de Travis de mi cabeza. Sé que hice lo que tenía que hacer,
pero aún me siento culpable. —Eso no parecía lo suficientemente fuerte como
una palabra, ni realmente abarcaba el caos de emociones que la sola mención de
su nombre causaba—. A veces tenía esta sensación de náuseas en mi estómago y
no sabía por qué. Luego, me daba cuenta que estaba pensando en algo que me
recordaba a él. Como algunas veces que, justo antes de una tormenta de nieve,
el cielo se volvía del mismo color de sus ojos. Y aunque no estaba pensando
activamente: “Oye, ese cielo es del mismo color que los ojos de Travis”, tenía la
sensación adolorida y nauseabunda de todos modos, y tenía que descubrir por
qué estaba allí.
El rostro de Liam aún no mostraba ninguna emoción, pero sus hombros se
relajaron una fracción de milímetros.
—Puedo oírlo gritar. Fue solo un rápido estallido de sonido, pero es como si
las vibraciones estuvieran atrapadas en mi oído, rebotando ahí constantemente,
haciendo que sea incapaz de escapar al último sonido que él hizo.
La parpadeante luz de la lámpara atrapó un brillo de humedad en sus ojos.
Tragué fuertemente y enterré las uñas en la palma de mi mano para evitar
romperme en pedazos.
—¿Qué tal si no puedo hacerlo? —Arrastré un dedo sobre la imagen de
Sarvarna y Ananda—. ¿Qué tal si lo hago, pero no puedo vivir conmigo misma
después?
El silencio se extendió sin cesar. Justo cuando pensé que la conversación había
acabado, Liam habló:
—Sigo pensando en su familia. Estaba casado. Tenía dos hijos. —Incapaz de
mirarlo a la cara mientras hablaba, observé la parpadeante sombra, arrojada en
el muro por la linterna—. Quizás merecía morir, quizás no. Pero esto es la guerra y él
era un soldado del otro equipo, así que lo maté como se suponía que hiciera. Y
estoy bien con esa parte, pero su familia… —La sombra rozó su nuca—. Esos
niños no merecían crecer sin un papá. Su esposa no merecía ser una viuda. Esta
no es su guerra, pero ellos son los que tienen que vivir con lo que he hecho.
180
Dios, nunca había pensado en si Travis tenía o no una familia. No pensaba que
tuviera hijos o algo, pero seguramente tenía padres. No es como que pudiera
haber brotado, completamente formado, de la cabeza de Stefan51 o algo así.
—No puedo hacerlo. —Mis manos estaba temblando y creí que tendría que
hacer una carrera loca afuera de la casa para regurgitar mi cena de atún—. No
puedo asesinarla, Liam. Yo solo… no puedo.
Se movió alrededor de la mesa para pararse en frente de mí.
—Mírame. —Observé mis manos temblorosas en su lugar, segura de que
podía ver sangre incrustada en las uñas—. Scout, mírame.
Sentí las lágrimas caer mientras levantaba la cabeza.
—No puedo, Liam. No puedo.
Sus ojos grises sostuvieron los míos.
—Tú puedes. —Estabilizó mis manos en las suyas—. Lo harás. Tienes que.
—¿Por qué? ¿Por qué yo? —No era justo. No pedí nada de esto—. ¿Por qué
tengo que hacerlo?
Su mirada era gentil, tal como el apretón en mis manos.
—Porque nadie más puede.
—¿No vas a darme alguna línea de mierda sobre que es mi destino, suerte o
lo que sea?
La esquina del labio de Liam se elevó, pero no era una sonrisa en el sentido
clásico.
—Tienes al hermano equivocado. No soy un gran fan de toda esa mierda de
predestinación. Soy m{s un chico de la clase “es una responsabilidad y por un
bien mayor”.
—¿Y matar a Sarvarna es por un bien mayor?
Referencia al mito del nacimiento de Atenea, diosa griega del intelecto, que nació de la cabeza
de Zeus.
51
181
—Derrocar a la Manada Alfa es por el bien mayor. Matarla a ella y a cualquier
otro que se nos oponga es la desafortunada forma en que conseguiremos nuestra
meta.
—Y la responsabilidad… ¿es toda mía? ¿Tengo que ser la que vaya al
Thunderdome52 con Sarvarna? ¿Y luego al resto del mundo Cambiante? —
Recordé el razonamiento de Jase de que Liam no asumía la tarea él mismo. ¿Yo
solo era un arma, como Liam había dicho?—. ¿Dónde estarás tú mientras yo me
esté bañando con la sangre de nuestros enemigos… o esté poniéndome bien
muerta? ¿Viendo desde afuera? ¿Quizás ondeando un pom-pom, deletreando
mi nombre y tratando de convencer al mundo de que si yo no puedo hacerlo,
nadie puede?
Los ojos de Liam se estrecharon hasta parecer hendiduras.
—Cielos, Scout. Se me van a subir los humos a la cabeza con tu opinión tan alta
como el cielo sobre mí.
Rehusándome a dejar que me intimidara, me incliné hacia adelante.
—Yo creo en la causa. Entiendo la necesidad de pelear. Lo que quiero saber
es: ¿por qué tengo que hacerlo sola?
—¿Por qué diablos crees que vas a estar sola?
—¿Por qué diablos creería otra cosa?
Él se lanzó, y mi cuerpo reacción antes de que mi cerebro pudiera siquiera
procesar el movimiento. Para el momento en que las facultades mentales se
pusieron al corriente, yo estaba sentada en la mesa en vez de en la silla, con mis
piernas envueltas alrededor de la cintura de Liam. Una mano estaba aferrada a
su suéter, mientras la otra sostenía su cabeza contra la mía. Incluso entonces no
contemplé ninguna idea más que la sensación de sus labios y el sabor de su
lengua. Un gruñido resonó por la habitación, y no tuve idea de en cuál de
nuestras gargantas se originó, ni tampoco me importó.
Sus manos, cuya extensión había estado aferrada a mis muslos, viajaron
hacia arriba, alrededor de mi espalda baja para empujarme más cerca, como si
Thunderdome: arena para luchas en jaulas en el filme australiano posapocalíptico “Mad Max
beyond Thunderdome”. También es un eufemismo para un concurso en donde el perdedor sufre
graves consecuencias.
52
182
fuera posible. Por primera vez en meses, no sentí el frío. Todo lo que podía
sentir, todo lo que podía oler, probar o ver, era a Liam.
Entonces, terminó justo como empezó: demasiado abruptamente como para
que me diera cuenta de qué estaba pasando. Un minuto él estaba allí,
presionado contra mí, enviando diminutas tormentas eléctricas de sensaciones
sobre mi cuerpo, y al siguiente estaba dando zancadas hacia la puerta. Esperé
hasta que lo oí moviéndose a través de los árboles, lejos de la cabaña, antes de
deslizarme de la mesa y hacia el piso. Pasé el resto de la noche en ese sitio, con
mis dedos arrastrándose por mis inflamados labios, esperando ver si la
felicidad, la lujuria, la vergüenza, la culpa o la traición ganaban como la emoción
dominante.
183
Capítulo 20
Traducido SOS por PrisAlvS
Corregido por Pily
Liam no regresó esa noche. Poco antes del amanecer me acosté en la cama y dormité.
Cuando me desperté, congelándome por dormir sola, Liam estaba sentado en nuestra
única mesa, una lata de melocotones por su codo mientras garabateaba algo en un
papel que me había dado la noche anterior.
He estado en muchas situaciones incómodas en mi vida, pero sentada ahí,
preguntándome cómo debía actuar alrededor de Liam después del más asombroso
beso que cualquiera pudo haber dado en la historia de los besos era mucho más
incómodo. Pudo haber ayudado si lograba descifrar cómo exactamente me sentía sobre
toda la situación, pero continuaba filtrando un millón de diferentes emociones por
segundo. Quizá si él fuera alguien más, si no hubiese amado a su hermano primero,
sería diferente. Tal vez lo habría llamado la noche anterior, rogado que se quedara.
Quizá le habría dicho cuánto lo extrañaba cuando no estaba a mi lado o cómo su
sonrisa podía inmediatamente hacer mi día más feliz.
Pero de nuevo, tal vez no. A lo mejor igual me habría preguntado si realmente era
Liam quien me hacía sentir toda clase de cálidas y confusas emociones, o si solo me
aferraba a la única persona en mi diminuto y sofocante mundo.
Estaba en uno de esos momentos “emocionalmente cargados, mi alma est{ tan llena
de agonía que no puedo respirar” que los chicos emo tanto adoran. Hablo de una
agonía para escuchar mala música country y llorar. ¿Lo habría matado por pretender
que por lo menos estaba sintiendo algo?
—Según mis cálculos —dijo a propósito de nada—, hay al menos media docena de
hombres que nos apoyarían, cerca de dos docenas que podrían hacerlo, y más de
cincuenta que nos apoyarán en cuanto establezcamos nuevos Alfas.
—Bien…
Metí mis pies en mis botas y salí de la cama, me puse otro suéter mientras caminé
por la habitación. Me dejé caer en la silla opuesta a Liam en lo que esperaba que fuera
apatía.
—¿Media docena contra los veinticuatros Alfas? Suena bien.
184
Liam frotó su nuca, seguía trabajando con la lista de nombres. Tachaba uno de una
columna y lo ponía en la otra. Luego, lo hacía de nuevo. Y de nuevo. Y de nuevo. Me
senté en mis manos para evitar quitarle el lapicero.
—Realmente no importa —dije después de que movió el nombre de Silas Elliot por
octava vez—. No nos preparamos para una batalla, Liam. Estoy presentando un
Desafío. No es un esfuerzo de grupo.
Liam movió a Kirk Cates a la categoría “Tal vez”.
—Sí importa.
—¿Por qué?
Serios ojos grises encontraron los míos.
—Porque nadie debería sentirse como que está solo.
Ese día entrenamos más duro que nunca. El siguiente, todavía más duro. Teníamos un
diminuto lugar para trabajar, pero fuimos creativos. En algún lugar entre todas las
abdominales, ejercicios e intentos de Cambiar cuando la luna no estaba llena, el beso
pasó de estar en el centro de mis pensamientos a ser un desvanecido recuerdo. Las
primeras noches después de que pasó, el tiempo en la cama era una aventura tensa,
con uno de nosotros enfocándose en dormirse antes de que el otro se deslizara bajo las
sábanas, pero eventualmente caímos de nuevo en nuestra vieja rutina. Y después de
unas pocas semanas me sentí tan cómoda que empecé estimulantes conversaciones que
la mayoría de las buenas chicas cuerdas sabían que no debían ni pensar. Pero metida
entre las sábanas, el calor de la espalda de Liam enterrándose en la mía, bajo el disfraz
de la noche, no podía evitarlo. El deseo era demasiado fuerte.
—Mataría por una hamburguesa con queso —dije a la noche—. Del tipo con una
realmente gruesa y jugosa torta sobre un pan fresco con lechuga fresca y tomate.
La voz de Liam llegó desde el otro lado de la cama.
—Yo asesinaría al presidente de los Estados Unidos por un bistec, con papas
horneadas cubiertas de mantequilla y natilla.
—Acabaría con la Reina de Inglaterra por una ensalada. Una de esas enormes de
restaurante con pollo y aderezo de mostaza y miel.
—Literalmente no hay nada en este mundo que no haría por un emparedado.
185
—¡Papas fritas! ¡Papas fritas! ¡Mi reino congelado canadiense por una sola papa
frita!
—Quiero tacos.
—Quiero arroz mexicano.
—Fajitas.
—Lasaña.
—Espagueti.
—Pastel.
—Queque.
Una noche realmente lloré porque quería un Mello Yello con tanta fuerza que
podría morir.
Cada noche hablábamos de comida hasta quedarnos dormidos, y cada mañana
comíamos nuestra ración de frutas y vegetales enlatados y jugábamos salvajemente
como si estuviésemos satisfechos con eso.
Me dije a mí misma que cualquier paralela que notara entre nuestra situación de
comida y cualquier otra situación estaba completamente en mi cabeza.
Mientras el invierno continuaba, me encontré hablando menos y menos. Ya no había
más preguntas sobre cuáles Cambiantes se aliarían en contra de los Alfas, ningún
pensamiento aleatorio o ideas, ningún comentario inteligente destinado a sacar una
sonrisa de Liam. De regreso en casa, había un comercial de una facilidad local de salud
mental la cual proveía una lista de síntomas para la depresión. Por lo que podía
recordar, la tenía.
Había momentos que eran excepcionalmente malos. La nieve nos mantenía
encerrados en la cabaña, y no había nada con qué ocupar mi mente más que la lucha y
la sangre y la muerte. Cuando llegaba al punto en que pensaba que me podía romper,
mi línea de vida aparecía del más allá mientras dormía. Mis reuniones con Alex nunca
eran largas, tampoco sucedía nada importante, pero por unos momentos me estiraba
bajo el cálido sol y reía mientras Nicole hacía cosquillas en mi mano o cuello con su
pequeña lengua de cachorro mientras Alex hablaba de todo y nada solo para mantener
la conversación.
En marzo el clima empezó a ponerse más cálido. No era como un marzo en
Kentucky, durante el cual se utilizaba sandalias, pero la temperatura sí cambió de
congelar-un-río-en-el-círculo-interior-del-Infierno a un frío normal. Liam y yo fuimos
186
capaces de ser más activos afuera, lo cual era genial. Sin embargo, no éramos los
únicos.
La primera vez que noté que podríamos tener un problema estaba agachada en el
suelo dos noches antes de la luna llena, maldiciendo a Liam y deseando terribles
finales para todos sus descendientes. No estaba más cerca de poder Cambiar a
voluntad de lo que estaba en el otoño, pero él aun así me hacía pasar diez minutos en
el frío sin mi ropa solo por si acaso. Para evitar que me diera hipotermia, estaba por la
chimenea exterior, las gigantes flamas mantenían una mitad de mi cuerpo
razonablemente caliente. Estaba observando las sombras que el fuego hacía bailar por
el bosque cuando noté algo en la nieve. Aceptando cualquier excusa que encontrara
para poder ponerme la ropa, encontré necesario investigar.
No me di cuenta de que sabía exactamente cómo eran las pisadas de Liam y las mías
hasta que estaba de pie sobre las marcas.
—Liam. —Salió más como un susurro. Aspiré más aire en mis pulmones e intenté
de nuevo—. ¡Liam!
Estaba temblando para cuando él llegó, y no por el frío. Sabía que estaba en pánico,
y sabía que no debía, pero no podía evitarlo. Alguien nos había encontrado, y no estaba
lista. Necesitaba más tiempo para entrenar y prepararme. No podía empezar ahora. No
así.
—¿Qué sucede? —Llegó corriendo de detrás de la cabaña. Tuve que estirar un brazo
para evitar que corriera sobre la evidencia.
—Tenemos compañía —dije señalando las marcas, no que fueran increíblemente
difíciles de notar. La pata delantera era al menos de doce centímetros de largo y al
menos de once de ancho.
Liam se agachó y bajó su nariz al suelo. En cuanto atrapó la esencia, siguió el rastro,
ocasionalmente se detenía para olfatear un árbol cualquiera o un arbusto. No
queriendo meterme en el camino, me quedé donde estaba. Eventualmente regresó, la
preocupación escrita en su rostro.
—Parece que hay al menos cuatro, quizá cinco —dijo, se sentó en la banca junto a
mí—. Y son todos enormes. Todas las huellas son del mismo tamaño como la que
encontraste.
—¿Cuatro? —Mi corazón palpitó con fuerza en los confines de mi pecho. ¿A quién
habrían enviado? ¿Una Manada local? ¿El Brigadier? ¿El Estratego? ¿Podríamos Liam y
yo vencer a cinco y ganar?—. ¿Qué hacemos?
Liam pateó un trozo de hielo de la pata de la banca.
187
—Nada, supongo.
—¿Nada?
—Sí, los lobos usualmente nos dejan solos. Estoy sorprendido de que se acercaran
tanto a la cabaña.
—Los lobos no… —Finalmente comprendí. No pude evitar la risa que salió de mi
pecho—. Lobos. Como en lobos naturales, no Cambiantes.
La mirada que recibí sugería que no era estable mentalmente, la cual era una muy
precisa acusación.
—¿Creíste que eran Cambiantes?
—No. —Por supuesto que no. Nop. Yo no. No salté a conclusiones ridículas y
escandalosas y casi tuve una caída completa por eso.
Probándome que no era estúpido, Liam no me creyó.
—Si hubiese un Cambiante cerca ambos lo sabríamos. Lo prometo. —Frunció el
entrecejo mientras sus ojos seguían el rastro en la nieve—. De hecho, no puedo creer
que no notáramos a estos chicos. Debió haber sucedido mientras dormíamos.
—¿Crees que su refugio está cerca? —Sabiendo que iba a tener que luchar por mi
vida, me entró la curiosidad. Nunca había visto a un lobo en lo salvaje antes y estaba
ansiosa por compararlos con nosotros.
—Lo dudo. Probablemente solo estaban pasando y atraparon la esencia.
Probablemente nunca los volveremos a ver.
Pero estaba equivocado. No vimos los lobos, pero sus rastros se hicieron más
comunes en el área alrededor de la cabaña. Nunca se acercaron tanto como la primera
vez, pero parecían viajar alrededor por todos los lados. Creí que era genial, pero Liam
parecía inquieto.
Para abril, fuimos capaces de pasar más tiempo afuera. Liam y yo retomamos nuestras
sesiones de lucha, tomando una exorbitante cantidad de alegría en lanzarnos contra los
árboles y rodando en el medio congelado suelo. Nuestra comida enlatada estaba
agotándose a nada, pero fuimos capaces de compensarlo con juegos salvajes. Liam y yo
estábamos cazando (yo con una lanza ya que el arco y flecha, aunque genial y
sentimentalmente favorito, no era exactamente funcional, y Liam con dientes y garras)
cuando escuchamos la manada de lobos por primera vez.
188
El aullido que atravesó el cielo de la tarde era hermoso y terrorífico al mismo
tiempo. Me levanté maravillada, escuchando más. Luego los escuché. Un segundo lobo
gruñó. Y luego un tercero. Un cuarto.
Un quinto.
Mi corazón se detuvo y mi nariz confirmó los que mis orejas ya me habían dicho.
Liam estaba bajo ataque.
No sé qué ocurrió primero, que yo empezara a correr o que los lobos atacaran, pero
en mi cabeza fue al mismo momento. Volé sobre el suelo, las orejas y nariz fijas en la
lucha que Liam no tenía oportunidad de ganar. No sé qué pensé que haría, una chica
en forma humana con un palo puntiagudo, pero sabía que tenía que llegar ahí y ayudar
o moriría. Liam era fuerte; su lobo, una de las criaturas más sorprendentes que había
visto, pero incluso él no podía superar a cinco.
Estaba tan a tono con Liam que no prestaba atención a dónde iba. Un segundo iba
corriendo a toda velocidad por los árboles, al siguiente mi rostro estaba apresurándose
hacia el suelo.
¡No!
Sabía que algo, o varias cosas, iban a romperse cuando chocara contra el suelo. No
sería de ayuda para Liam, y probablemente me quedaría ahí hasta el siguiente Cambio,
si soportaba tanto tiempo antes de que los lobos olieran a su débil presa.
Sucedió sin un pensamiento consciente. Después de todos esos intentos al estilo
Buda de superar la materia con la mente, fue el instinto lo que me hizo golpear el suelo
en forma humana y levantarme como un lobo pocos segundos después. Sin tener el
tiempo para maravillarme de mi genialidad, me sacudí la desgarrada ropa que se
aferraba a mi cuerpo y empecé a correr a cuatro veces mi velocidad humana.
Una batalla estaba bien avanzada cuando llegué. Los lobos en la manada eran
enormes, aunque ninguno era tan grande como Liam. Todos eran más grandes que yo,
pero a Scout Loba no le importaba. Ella saltó en la refriega, la cual continuaba con tres
lobos funcionando y uno herido contra el Cambiante que ella consideraba suyo.
Realmente nunca había practicado el pelear en forma de lobo. Claro, Liam y yo
jugábamos y cazábamos, pero nunca hubo lecciones sobre cómo aprovechar las
debilidades de mi oponente o cómo utilizar mi fuerza de mejor manera. Scout Humana
tomó un segundo para preocuparse por eso antes de que Scout Loba la callara y dejara
que el instinto tomara el control. Mordí y empujé y golpeé y salté, no porque así me lo
habían enseñado, sino porque así era como sabía que iba a continuar con vida. Sentí los
dientes de los otros cuando me agarraban, pero el dolor no me detuvo, fui capaz de
189
romper su agarre antes de que hicieran mucho daño. De hecho, creí que estaba
haciendo un buen trabajo al atacar a una manada de lobos entera.
Era mi gran confianza lo que evitaba que notara que el alfa de la manada había
dejado de prestarle atención a Liam y decidido que debía encargarse de mí. Chocó
contra mi costado, atrapándome con la guardia baja. Intenté enterrar mis garras en el
suelo en busca de tracción, pero la nieve derritiéndose lo había dejado suave y lodoso.
Él estaba sobre mí cuando caí completamente al suelo. Lo último que vi antes de que su
mandíbula cayera sobre mi garganta fueron los ojos grises de Liam llenos de pánico.
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Capítulo 21
Traducido por EnithCrystal
Corregido por belisrose
La temperatura del lago estaba perfecta, como siempre.
—¿Qué hay, kétchup? —Enlacé mi brazo con el de Alex y lo llevé conmigo
mientras paseaba por la playa—. Ha sido un tiempo.
Su respuesta fue un sucinto “sí”, más plano que el pecho de una niña de
nueve años.
Eso no estaba bien. Alex siempre estaba contento de verme. Así era como
toda la cosa del sueño funcionaba.
—Entonces, ¿cómo te ha estado tratando el más allá? —pregunté, tratando de
sacarlo de su depresión.
—Bien.
Sin suerte aquí. Tal vez necesitábamos a un tercero para distraernos.
—¿Dónde está Nicole?
Alex asintió más adelante en el mismo momento en que una pequeña chica
salió de detrás de un árbol. Su cabello era más rojo que café, pero sus ojos grises
la delataban.
—Oh, wow. —Respiré—. Mírate.
Esperó con la mano alzada hasta que estuvimos lo suficientemente cerca para
estrecharla.
—Hola, Scout —dijo, su pequeña mano enterrada cómodamente en la mía.
—Hola, tú. ¿Qué hay con el juego de niña?
Sus ojos se movieron hacia Alex.
—No quería que te fueras sin tener la oportunidad de hablar contigo.
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—Dulzura, no voy a irme. Siempre volveré aquí para verlos. Es mi lugar
preferido para estar.
Pensé que mis palabras eran de la variedad tranquilizadora. Pero solo
hicieron a Nicole fruncir más el ceño. Lancé una mirada sobre mi hombro y me
di cuenta que el humor de Alex no estaba yendo nada mejor.
—Me estoy perdiendo algo aquí, ¿no?
Alex respiró hondo por su nariz.
—Tal vez deberíamos sentarnos —dijo, señalando un trozo de hierba.
Un trozo de hierba que no había visto jamás.
Aquí está la cosa sobre mi pequeña pieza de paraíso por el lago, el escenario
nunca cambiaba. Nos quedábamos en el mismo tramo de playa. Siempre.
Caminaríamos por horas y horas, y siempre recorreríamos los mismos quince
metros o así. Para este punto yo conocía cada centímetro cuadrado de esta
tierra, y este trozo de hierba no era parte de ella.
—¿Dónde estamos? —pregunté—. ¿Cómo llegamos aquí?
Y luego recordé cómo había llegado ahí. Recordé los gruñidos y la piel,
dientes y sangre. Recordé mi garganta siendo arrancada.
Mis rodillas se hicieron de goma, tirándome en el piso.
—Estoy muerta. —Oh, Dios. Creí que estaba preparada para este momento,
pero estaba equivocada—. Morí.
Una pequeña mano tocó mi mejilla. Cuando levanté mi cabeza, fue para
encontrarme con la calculadora mirada de Nicole. Tenía su cabeza inclinada
hacia un lado, sus ojos estrechados en concentración.
—Aún no —dijo—. Cerca, pero no.
—Creí que serían los Alfas. Creí que moriría por una causa, por algo
importante. —Mis ojos picaron, y parpadeé de vuelta las lágrimas que
amenazaban con caer—. Iba a ser una mártir, pero terminé siendo solo una
víctima al azar.
Nicole siguió con su intensa evaluación, que estaba rápidamente
convirtiéndose inquietante. Alex, como sea, no me dejó revolcarme en mi
192
miseria sola. Sus brazos se envolvieron a mi alrededor en un fuerte abrazo
mientras sus cálidos labios se presionaban contra mi sien.
Por lo menos había una ventaja de todo esto de la cosa muerta.
—Me voy a quedar aquí con ustedes, ¿cierto?
Alex se inclinó hacia atrás para que pudiera ver su cara. No había un atisbo
de sonrisa en sus labios, la gravedad de antes aún grabada en cada línea de su
cara.
—Tal vez. Hay reglas en el más allá, pero mayormente podemos elegir por
nosotros.
Oh, genial. El Alex Críptico estaba de vuelta.
—¿Qué tipo de elecciones?
—Muchas. —Se encogió de hombros—. Ahora mismo es más urgente si te
quedas o no.
Me sentí un poco como si estuviera siendo partida en dos. Aquí era cómodo.
Aquí era seguro y cálido. Aquí era donde estaba Alex. Pero había tanto que aún
quería hacer en vida. Quería viajar, visitar tierras extranjeras y todo eso. Quería
ir a la universidad, aprender cosas y hacer algunas malas decisiones, como
hacerme un tatuaje.
Quería ver a los Alfas derrocados.
Y luego estaba toda la gente que dejaría atrás. Angel. Jase. Mis padres. Talley.
Charlie. Liam.
—¡Liam! —Mi grito fue tan abrupto y fuerte que Nicole brincó en susto—.
Alex, Liam estaba ahí. Estaba peleando y estaba herido. —Miré alrededor,
medio esperando verlo despertando en la playa para encontrarnos—. No sé si él
está bien. —Agarré el brazo de Alex, mis uñas clavándose en su piel—. ¿Lo
sabes? ¿Sabes si está bien?
Y si era posible, Alex lucía incluso más grave.
—Alex, demonios, ¿Liam está bien?
—No.
193
Era una buena cosa que estuviera sentada. De otra forma, habría colapsado.
Sentí como si todo dentro de mí se hubiera desvanecido, dejando un frágil
caparazón, listo para derrumbarse sobre sí mismo.
—¿Qué le pasó? —La imagen en mi cabeza seguía cambiando de un
maltratado y roto Liam Lobo a un maltratado y roto Liam Humano. Se me
ocurrió que podría estar más que herido, pero deseché la idea rápidamente. Si
Liam estuviera muerto, estaría con nosotros. Conmigo—. Alex, por favor. Por
favor. Tienes que decirme.
Deslizó sus nudillos a lo largo de mi mandíbula.
—Te necesita.
—Entonces, ¿esta es mi decisión? ¿Puedo morir y quedarme aquí con ustedes
o vivir y regresar con Liam?
Un lento y duro asentimiento.
—Tengo que ir. —Forcé las palabras fuera de mi boca e, incluso poniendo
toda mi fuerza en ellas, fueron apenas más que un susurro.
—Lo sé.
—No podré volver aquí, ¿o sí?
Él contestó con una pequeña, con el corazón pesado, sacudida de su cabeza.
Le había dicho adiós tantas veces antes, pero nunca se hacía más fácil. Esta
vez no hubo fusión de bocas o sollozos destrozados. Al aferrarme a él, mis
brazos se incrustaron tan fuertemente que probablemente tendría moretones, de
hecho sentí todas las emociones cañoneando a través de mi corazón en lugar del
vacío insensible que acompañó su muerte. Tal vez era porque esta vez el dejar
era mi decisión, o tal vez era porque estaba lleno con resolución y propósito. Lo
que quiera que fuera, mi corazón dolía con el conocimiento de que nunca lo
vería de nuevo, pero era capaz de apreciar y estar agradecida por el tiempo que
se nos había dado juntos.
—Te extrañaré cada día por el resto de mi vida, tan largo como sea eso.
Sus brazos se apretaron a mí alrededor.
—Más te vale asegurarte que sea un largo, largo tiempo.
194
—Te amé. —Confesé en su pecho—. Aún lo hago.
—Y yo siempre te he amado y siempre lo haré. —Finalmente relajó su agarre
sobre mí. Cuando se echó hacia atrás para encontrar mis ojos pude ver un
atisbo de hoyuelos debajo de las lágrimas—. Pero tú vas a continuar con la cosa
de vivir y yo no. —Un beso contra mi ceja—. Tienes un gran corazón, Scout. No
seas tacaña con ello.
Hablando de tacaño… acerqué su cara a la mía y le di un beso real.
—Adiós, Alex Cole.
—Adiós, Scout Donovan.
—Adiós, Scout. —Vino la pequeña voz alrededor de mi cadera. Me arrodillé
y la envolví en mis brazos.
—Voy a pelear por ti, niña —le dije a la chica a la que se le debía haber dado
la misma oportunidad, la oportunidad de volver y hacer las cosas bien—. Me
voy a asegurar de que no más pequeñas niñas tengan que venir aquí pronto.
—Hemos estado esperándote por mucho tiempo —dijo.
—No te defraudaré. —Era una promesa, una que tenía toda la intención de
mantener—. Está bien —dije levantándome—. Díganme como ir a casa.
La sonrisa de Alex era genuina, y estaba contenta ya que sería la última vez
que lo vería.
—Todo lo que tienes que hacer es Cambiar.
Primero estaba confundida, pero luego estaba mirándolo desde un ángulo
completamente diferente. El dolor vino más o menos al mismo tiempo que el
olor a sangre golpeó mi nariz. Busqué muy profundamente dentro de mí y
empecé el proceso de hacerme humana una vez más.
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Capítulo 22
Traducido por Jazmin3116
Corregido por PrisAlvS
La transformación de la Scout Loba a la Humana fue algo larga y difícil. No
había manera de marcar el tiempo, pero sé que me quedé allí durante lo que me
pareció una eternidad. Sentía mi cuerpo entrelazarse de nuevo. Los huesos
agrietados y la piel rasgada. Y músculos desgarrados. Era la misma canción, la
danza, como cualquier otro cambio, pero la intensidad había tenido por
completo un nuevo ritmo. Era como pasar de foxtrot a salsa. Cuando finalmente
llegó, pensé cómo ser humano vivo y entero. Hice una oración en silencio a
Dios. Dándole gracias por el milagro. Y luego, porqué él, obviamente estaba
complacido conmigo, me dejó quedarme inconsciente
De nuevo, no desperté por completo hasta que estuve en la cama, bajo una
montaña de sabanas, pero había un recuerdo confuso que se tornaba en ser
llevada en un par de fuertes brazos conocidos
—¿Alguna vez te has cansado de esto? —le pregunté aunque mi boca se
sentía como que estuviese llena de pegamento.
El rostro de Liam apareció en mi punto de enfoque.
—¿Scout? ¿Estás bien?
—¿Cuántas veces has cargado mi cuerpo inconsciente? ¿Tres veces? ¿Cuatro?
—Habla de tu rutina de damisela en peligro. Lo tenía dominado—. Tiene que
ponerse viejo después de un tiempo.
Él se sentó en la cama a mi lado, sus manos se deslizaron por mi rostro y mi
cuello
—De lo que estoy cansado es de ti casi muriendo. Maldición, te juro que si no
dejas todas estas estupideces de poner tu vida en peligro, te voy a encerrar en
un cuarto acolchado.
—Ironía, tu nombre es Liam —le dije, sentándose. Las sabanas comenzaron a
deslizarse y me di cuenta que no llevaba ropa.
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Afortunadamente, Liam estaba atento a la situación y tomó sábanas para que
mis pechos quedaran ocultos, aunque supongo que era algo inútil, ya que tuvo
que haberlos visto mientras me llevaba de regreso. Sin embargo, yo estaba
agradecida por sus manos rápidas, una cosa es estar expuesta cuando estás
inconsciente y otra completamente diferente y vergonzoso es cuando estás
consciente de que alguien puede verte desnuda.
Tomé el papel de sostener bien las sabanas, lo que permitió que Liam iniciara
a mover los dedos delante de mi rostro con movimientos lentos.
—Uhm... ¿qué estás haciendo?
—Las pruebas de daño cerebral. —Su dedo se deslizó hasta la parte superior
de mi nariz, y luego retrocedió—. Deja de mirarme así y sigue mi dedo con los
ojos.
Para cualquier otra persona, incluso para mí unos meses atrás, su voz y
modales bruscos apestaría a molestia y disgusto, pero lo conocía mejor. Tal
como había aprendido a leer su rostro, ahora era una experta en los diferentes
tonos {speros que Liam usaba a diario. Este no decía “No puedo creer que seas tan
idiota y me molestes tanto”, era m{s como “Me asustaste hasta la muerte estúpida,
estúpida chica”. Tal vez una pequeña diferencia, pero una importante.
—Estoy bien. Sé que fue un golpe y huida por un rato, pero… —Tomé una
profunda respiración. Se suponía que era un intento por ordenar mis
pensamientos y decidir cómo contar todo el episodio de casi morir y decidir
quedarme, pero el plan fue interrumpido por el olor de la sangre. Un poco era
mía, pero no mucho. Para nada la mayoría—. ¡Estás herido! —Por supuesto que
lo estaba. ¿No era por eso por lo que regrese a la tierra de los vivos en primer
lugar?—. ¿Qué pasó? —Me incline hacia él y recogí la sábana a tiempo—.
¿Dónde estás herido?
—No es nada.
Entrecerré mis ojos en mi versión de una Mirada estilo Liam Cole.
—No te metas molestes ahora mismo. Estoy teniendo un día realmente malo.
—Tan solo son algunos rasguños a lo largo de mi brazo. —Cuando no
abandoné la mirada asesina, él dejó salir un suspiro de derrota. No fue hasta
que empezó a quitársela que noté que solo llevaba una camiseta que dejaba sus
197
bravos expuestos al frío. Por supuesto, no podía sermonearlo sobre eso ya que
yo no llevaba nada más que una sábana.
—¡Santo cielo! ¿Ellos te atacaron después de que Cambiaste? —Las marcas en
su costado y su brazo eran feroces, obviamente el trabajo de un lobo.
Liam no me miró volvía a ponerse la camiseta.
—Fue un accidente.
—Un lobo accidentalmente te atacó… —Al parecer, el trauma de casi morir
estaba haciendo que mi cerebro funcionara un poco más lento de lo normal—.
¿Yo hice eso? —Tuve que haber sido yo. Cualquier cosa que los otros lobos
hubieran hecho se habría curado durante el Cambio, y él no habría sido capaz
de Cambiar, en primer lugar, si no hubiesen sido asesinados o huyeran—. Oh,
Dios, Liam. Lo siento, estoy tan apenada.
Se veían terribles. Las cortadas no eran tan profundas y amenazadoras, pero
tampoco se veían como diminutos rasguños. Sabía de primera mano lo mucho
que dolía ser atacada con garras. También sabía lo difícil que era perdonar a
quien lo hacía.
Liam estaba exhausto y dolorido. Yo estaba segura porque no existía otra
opción ya que no había forma en que él se hubiese podido acurrucar sobre su
lado bueno junto a mí en la cama. Con su mano sobre mi pierna extendida. Era
una posición de familiaridad y sumisión, ninguna de las cuales Liam mostraba
voluntariamente.
—Es mi culpa, —él dijo con palabras amortiguadas y cansadas—. Lo sé mejor
que quedarme cerca de un Cambiante cuando está Cambiando. No estaba
pensando. Tú habías estado allí tanto tiempo, apenas respirabas. Pensé que te
habías ido en un momento, pero aún podía escuchar tu corazón, y, luego,
finalmente tus respiraciones. —Apretó mi pierna distraídamente con su mano—
. Cuando finalmente comenzaste a cambiar esta mañana traté de ayudar, como
si hubiese algo que pudiera haber hecho. Fui un estúpido y recibí lindos regalos
de despedida para demostrarlo.
—¿Anoche? —Miré por la ventana. El sol estaba empezando a ponerse. Pensé
que había estado afuera por una hora, o tal vez dos como m{ximo. Pero…—.
¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?
198
—Solo un día.
¿Solo un día? ¿Todo un día?
Algo estaba mal. Alex había dicho que Liam me necesitaba, y yo sabía que él
tenía razón al ver a Liam a los ojos. Fuese lo que fuese, sabía que iba a mover
cielo y tierra (o al menos dejar el cielo para volver a la tierra) para aliviar
cualquier dolor.
—No puedes hacer eso, —él dijo—. No puedes luchar contra ella. Tienes que
seguir escondiéndote.
Haría cualquier cosa menos eso
—Alguien tiene que luchar por todas esas niñas perdidas y no han nacido
todavía, Liam.
—Encontraremos otra opción.
—No hay otra manera —le dije—. Al menos no una mejor. Tengo que
hacerlo.
—No. —La cosa de frotar/apretar se tornó en un simple apretar, y uno
relativamente doloroso.
—Se lo prometí a Nicole. Tengo que hacer esto.
—No puedes —No era una orden, sino una súplica—. No puedo perderte
también, no puedes dejarme como ellos lo hicieron. —Él estaba temblando. Sus
manos, brazos y labios temblaban—. Por favor, Scout, por favor no me dejes.
En aquel momento todo ese desconcierto sobre lo que sentía se desvaneció.
Scout Humana veía las cosas con la claridad de Scout Loba. Liam me
necesitaba. Mientras me inclinaba, él se levantó para encontrarse conmigo. Y
cuando las sábanas comenzaron caer, ninguno de nosotros las intentó detener.
***
Mientras Liam estaba inmerso en el sueño que tanto necesitaba, empecé a
cerrar la cabaña. Puse cualquier cosa que no habíamos usado, lo cual no era
mucho, en uno de los armarios, almacené todas nuestras herramientas e hice
una hoguera con los restos de basura. Barrí la cabaña, cubrí los brasas de fuego
199
con nieve y repasé todas mis trampas para animales. Después esperé. Y esperé.
Y cuando me aburrí de eso, no tenía nada que hacer sino esperar un poco más.
Más de una vez lo comprobé, me aseguré de que él aún respiraba.
—Tengo todo listo para irnos —le dije una vez que estuvo finalmente
despierto y vestido.
Toda la ternura y vulnerabilidad había desaparecido de su rostro cuando
dijo:
—¿Ir a dónde?
—¿América?
Sus ojos se estrecharon.
—Esto es América.
—Esto es Canadá.
—Lo que está en América del Norte.
Tontos canadienses que quieren ser parte del club de los chicos populares.
—Bien. Los Estados Unidos. Buenos y viejos EEUU. La tierra de los libres y el
hogar de los valientes.
—No.
—¿Perdón? —Mientras el príncipe no siempre tan encantador tenía su sueño
de belleza, yo me preocupaba sobre cómo iba a ser capaz de enfrentarme a él
sin morir de la vergüenza y el remordimiento después de lo que sucedió antes
de que él escapara a la Tierra del Sueño. Esa preocupación se convirtió
rápidamente en ira ante su superior y condescendiente tono.
—No iremos a Estados Unidos.
—Sí, lo haremos. Es la hora. Estoy tan lista como voy a estarlo nunca. Y
vamos hacer esto a mi manera. No a la de ellos. No a la de ella. No a la tuya. —
Me metí en su espacio personal—. Estamos regresando a la civilización para
que pueda reconstruir mi fuerza y ganar un poco de músculo. —No habíamos
muerto de hambre durante el invierno, pero tampoco habíamos estado
comiendo lo suficiente para aguantar el entrenamiento. Ambos nos enfrentamos
200
constantemente a la batalla por mantener nuestra ropa en su lugar en nuestro
cuerpo cada vez más pequeños—. Cuando regrese al cien por ciento, presentaré
mi Desafío. —Levanté mi barbilla, poniendo toda la fuerza de mi convicción en
mis palabras—. Estoy lista.
El músculo en la barbilla de Liam saltó.
—¿Y si digo que no?
—No puedes detenerme, así que no lo intentes. Será una pérdida de tiempo.
Había oído a la gente hablar sobre el aire siendo cargado, pero realmente no
lo había entendido hasta ese momento. Liam y yo nos quedamos cara a cara… o
rostro a pecho si prefieres ser más técnico. A pesar de que yo tenía estirado el
cuello para mirarlo a los ojos, no me sentía pequeña o en desventaja. De hecho,
me sentía poderosa, como si la Dominancia que había visto en otros
Cambiantes, como el Estratego, estuviese saliendo de mí en oleadas. ¿Y esa
dominancia? Estaba chocando contra la Dominancia que Liam estaba lanzando
igual de enérgicamente. Si hubiese podido romper el contacto visual sin
rendirme, habría mirado alrededor para ver qué estaba pasando realmente,
pero no tenía que hacerlo. Lo sentía con cada célula de mi cuerpo.
Justo cuando pensé que íbamos a tener que resolver esto con una ronda de
puños, Liam bajó sus ojos, suspiró y se pasó la mano por la cabeza.
—No tenemos una canoa —dijo con toda agresión fuera de su voz—. Hay
otro camino de regreso a la civilización, pero va a tomar más de una noche para
poder llegar ahí, y no habrá nada apto para nuestras formas humanas entre
aquí y allá.
—¿Cuáles son las otras opciones?
—Habrá un barco esperándonos después del primero de junio. Esperaremos
hasta entonces y regresaremos por dónde vinimos.
De ninguna manera iba a quedarme ahí sentada esperando hasta entonces.
—Puedo mantener mi forma de lobo el tiempo suficiente para llegar a donde
sea que vayamos. Nos iremos hoy.
En lugar de discutir, Liam preguntó:
—¿Cuándo hoy?
201
Miré alrededor de la cabaña que había sido mi casa durante medio año y
supe que no había nada para mí aquí.
—¿Qué tal ahora?
202
Capítulo 23
Traducido por Caro_02
Corregido por belisrose
—Todos nos están mirando.
Liam levantó su mirada de su Especial Estelar53.
—Si por “todos” te refieres al borracho casi en coma y a la vagabunda teniendo una
conversación con el salero, entonces sí. Todos nos están mirando.
Estábamos en Ely, Minnesota. Creo que Liam debía haber estado apuntando a
Fargo, pero nos salimos un poco de curso en algún lado.
—La mesera sigue mirando hacia aquí —murmuré sin mover los labios. Tiré de la
sudadera XXL de Harley Davidson54 que me envolvía—. ¿Qué tal si reconoce la ropa y
llama a la policía?
Liam tomó un pedazo de pan tostado de mi plato.
—No reconocerá tu ropa —dijo él sin siquiera intentar ser discreto—. E incluso si lo
hiciera, no va a llamar al 911 por el pantalón de un pijama y una sudadera cuando
estoy bastante seguro que su compañero está cocinando metanfetaminas para
acompañar los waffles de todos.
Tiré de la sudadera de nuevo. Se sentía mal contra mi piel, toda rasposa y
pecaminosa como si estuviera teniendo una reacción alérgica a la ropa obtenida
inmoralmente.
Nunca había robado nada antes en mi vida. Cuando éramos niños, Jase tomó un
Snickers del Five Stars cuando mamá no le compraba uno. Le di una mordida y se
sintió como un trozo de plomo en mi estómago. Fue mi último roce con el hurto hasta
que Liam y yo tomamos forma humana de nuevo por primera vez en varios días. Me
escondí en los arbustos mientras él irrumpía en la casa y conseguía algo para cubrir
nuestra desnudez y suficiente dinero para un bufé de la Casa del Waffle.
Quizás me hubiera sentido diferente si él hubiera pensado en traerme algo más que
un par de pantalones de ejercicio rosas que era diez centímetros demasiado cortos y
una sudadera lo suficientemente grande como para que dos Scout cupieran en ella.
53
54
Especial Estelar: combo de comida.
Harley Davidson: fabricante de motocicletas de Estados Unidos.
203
Liam, por otro lado, lucía un par de vaqueros bien ajustados y una camisa negra casi
muy estrecha que podría haber sido la verdadera razón de las miradas de nuestra
mesera.
Una campana sonó mientras un par de hombres en camisas de trabajo a juego
entraban por la puerta.
—Vamos a tener que salir de aquí pronto —masculló Liam sobre su taza de café.
Asentí, notando un viejo SUV y una destartalada camioneta aparcando en el
estacionamiento.
—Sí, parece que está llegando el grupo de desayuno. ¿Alguna idea de a dónde
deberíamos ir?
—Puedo poner mis manos en un teléfono y llamar a Miriam, conseguir que ella nos
mande algo de dinero, pero tomará una hora o dos antes de que ella pueda
conseguirlo, y luego tendremos que encontrar un Wal-Mart o algo con un Western
Union55.
Asentí al edificio que llamó mi atención durante la mayor parte de la tarde.
—Vayamos ahí —dije—. Probablemente te dejarán usar un teléfono y hay algunos
libros que quiero ver de nuevo.
Liam se giró para poder ver de lo que estaba hablando.
—¿Una librería? ¿En serio?
—No hay nada malo con ser lista. —Comencé a deslizarme fuera de la caseta—.
Cerebro y la habilidad de Cambiar a voluntad. Honestamente, Liam, ¿qué más podrías
querer en una mujer? —Me di cuenta lo que estaba implicando cuando se deslizó fuera
de mi boca. Continué hacia el baño justo como había empezado a hacer, sin mirar atrás,
así no vería el pánico y el horror que sabía estaba grabado en su rostro.
***
No había ningún horario pegado en la entrada de la librería. Era demasiado temprano
en la mañana para que estuviera abierto, pero empujé la puerta de todos modos.
Increíblemente, estaba destrabada.
Era una pequeña librería, probablemente del mismo tamaño de la que frecuentaba
en Timber. Pero donde nuestra librería estaba situada en una vieja iglesia y estaba llena
de madera oscura, vitrales tintados y un aire de reverencia, esta era una de esos casos
55
Western Unión: compañía que ofrece servicios financieros y de comunicación.
204
completamente modernos con montones de metal brillante, muebles de color topo y
luces brillantes. Di un rápido vistazo a mi alrededor, el cual estaba completamente
desierto con excepción de Liam y yo, y me dirigí hacia una pila con propósito.
Aunque nunca había visitado las Colecciones Especiales de la Librería de Ely en
persona antes, estaba familiarizada con parte de su colección. Cuando descubrí por
primera vez lo que era Alex solicité una tonelada de libros sobre hombres lobo por
Préstamos Inter-Bibliotecarios en mi intento súper nerd de búsqueda. Los libros más
informativos vinieron de esta librería.
Creí que sería capaz de ir directo a lo que estaba buscando, pero estaba equivocada.
A diferencia de la Biblioteca Pública del Condado Lake, no había un solo un puñado de
libros sobre alienígenas, vampiros y hombres lobo asomándose al principio de la
sección de no-ficción. No, su selección seguía por pasillos y pasillos. Vagué por las
filas, con mis dedos siguiendo los lomos, la mayoría de los cuales simplemente estaban
engrapados o tenían uno de esos encuadernados con anillos. Vine a buscar uno de los
libros que pedí prestado hace miles de años, pero lo que descubrí fue incluso más
interesante. Al diablo el “par de horas”, podría pasarme días aquí.
Infortunadamente, no iba a tener ni siquiera una hora, ni hablar de las interminables
que deseaba.
Sentí el zumbido de poder al mismo tiempo que lo hizo Liam. Él me seguía
silenciosamente, pero tan pronto como el cosquilleo se deslizó por nuestra piel
haciéndonos saber que otro Cambiante o Vidente poderoso estaba cerca, se puso
atento, intentando empujarme detrás de su cuerpo tenso.
Podría haber funcionado mejor si yo no hubiera tratado de empujarlo a él detrás de
mí al mismo tiempo.
Aquí está el asunto, a este punto yo debería haber sabido que no puedes predecir la
cantidad de poder que un Cambiante o un Vidente produce por su apariencia física.
Toby no es ni de cerca el Hagan más grande o de apariencia más aterradora, pero aun
así es el Líder de la Manada. Talley es regordeta y tímida y sonríe muy a menudo. Para
el observador casual ella luce tan inofensiva como una mariposa, pero ella es la
Vidente más fuerte que me he encontrado jamás, incluyendo a Sarvarna. Por lo tanto,
no debería haber tenido ninguna expectativa sobre quién estaba parado al otro lado del
pasillo, pero aparentemente las tenía, ya que estuve completamente sorprendida de ver
a una arrugada viejita con su cabello blanco liado en la parte superior de su cabeza
mientras ella sostenía su peso con un bastón. Me consolé al saber que no era la única
que estaba sorprendida. Liam se congeló mientras la viejita aparecía, y la misma mujer
lucía como si hubiera visto un fantasma. Y luego una amplia sonrisa que lucía
vagamente familiar se esparció por su rostro.
205
—Bryce Allen Burkett. —Su voz cargaba un desvanecido acento británico—.
Finalmente pasas a visitar a tu vieja tía. Ahora, ven y dame un abrazo.
206
Capítulo 24
Traducido por Jazmin3116
Corregido por Pily
—¿Tienes una tía?
—Claro que sí la tiene —dijo la anciana—. ¿Creías que había nacido de una
manada de lobos? —Comenzó a caminar por el pasillo haciendo un gran
esfuerzo, no había duda del reto que le implicaba hacer los movimientos.
—No. —Liam aprovechó mi sorpresa y con destreza me maniobró detrás de
él con un codo y con la cadera—. No sé quién es usted...
—Raquel Frye-Bettany, hermana de Judith Frye-Mitchell, madre de
Alexandria Mitchell Burkett, la madre de Bryce, Christopher and Nicole Burket.
—Sonrió mostrando los hoyuelos que se escondían en ese hermoso rostro en el
que se marcaban algunas líneas del tiempo—. He esperado verlos de nuevo por
un largo tiempo.
Liam estaba muy tenso, pensé que podría desvanecerse en un millón de
piezas. Podía sentir en mis manos los estresados músculos de su espalda.
Entonces me di cuenta que mi mano estaba descansando sobre su espalda baja,
de manera totalmente inaceptable. Las sacudí rápidamente, pero luego se
volvió para averiguar en donde las colocaba. Las metí en mi bolsillo,
sosteniendo mi cadera, dejando que colgaran de mi lado.
Tener apéndices nunca había sido tan confuso.
—Bryce Burkett está muerto —dijo Liam.
—Así es, mis anotaciones indican que murió junto a sus padres y su
hermano, en un incendio de la casa hace más de cinco años.
Liam se puso más tenso por el tono de voz. Su rostro no lo mostraba y mis
manos estaban obedientemente en la bolsa de canguro de mi sudadera robada.
Podía sentir la tensión y la intranquilidad como un fantasma que olfatea el
silencio, además de mis emociones.
207
—Tres años más tarde, la manada Alfa hizo saber que buscaba dos pícaros
adolecentes Cambiantes. Ojos grises, cabello castaño, con aspecto pelirrojo. Más
tarde, ellos se identificarían como Liam y Alex Cole.
Las manos de la anciana se apretaron sobre el andador, la frágil piel de sus
deformes nudillos arrugada, se inclinó hasta el lugar de Liam.
—Beyce Burkett era un niño de cuatro años que me recogía flores silvestres y
llenaba de besos mi cara. Liam Cole es un hombre peligroso, es una amenaza
para nuestra sociedad.
Un brillo de aceptación apareció en los ojos de Liam.
—¿Nos dará una ventaja?
—No.
Mierda. En realidad no quería tener que lastimar a una anciana, en especial a
una con pelotas de tenis moradas pegadas a los pies de su andador.
—No se irán, —ella dijo. Comencé a pensar en alguna manera de erradicarla
sin romper su cadera—. Te quedarás en la Casa Segura por lo menos una
semana.
Cuando ni Liam ni yo respondimos (yo intentaba descubrir si dar un
puñetazo a una persona mayor causaría que tuviera un derrame cerebral), ella
nos dio una sonrisa como las de Alex.
—Soy una anciana, lo único que me queda son los recuerdos y la familia. Por
favor. Una semana para conocerte de nuevo, eso es todo lo que pido. Marie y
Michelle probablemente están preparando la Casa Segura mientras yo hablo
con ustedes.
Yo era bastante sensible, ¿Liam? No tanto.
—¿Cómo sé que esto no es una trampa?
—¡Liam! —Lo golpeé en el brazo con la mano la cual de nuevo había
encontrado el camino hacia su espalda—. Por supuesto que no es una trampa.
¡Ella es tu tía! —Y realmente, realmente es muy anciana, añadí mentalmente. Es
decir, en verdad, las ancianas estaban muy bien a menos que, por supuesto,
fueran como brujas malvadas o algo parecido, pero no estaba recibiendo esa
sensación de esta señora en lo absoluto.
208
—Ella es una bibliotecaria. Su lealtad es para los Alfas.
—Mi lealtad es para mi familia.
Quizá soy una idiota sentimental, pero le creí.
—Vamos a ir —le dije. Liam comenzó a discutir, pero levanté un dedo—.
También debes saber esto, si nos traicionas vamos a reaccionar como debe ser.
No nos importará la sangre de quién compartas o cuánto tiempo tengas viva.
Aparecieron de nuevo sus hoyuelos en su rosto.
—¡Oh, ella me agrada! —dijo—. Has escogido una buena pareja, Bryce.
Ella se dio la vuelta, lo cual era un proceso de múltiples pasos.
—Vengan —dijo, caminando sin prisa por el pasillo—. Las chicas estarán
ansiosas, y me tardó un poco moviéndome. Mis piernas no son lo que solía ser.
La anciana comenzó a reírse, como si su incapacidad para caminar sin ayuda
fuese una broma.
Miré a Liam y alcé mis cejas. Él se encogió de hombros. Respirando
profundamente, Liam comenzó a seguirme pisándome los talones. Los dos
éramos conscientes de que había alguien caminando hasta la biblioteca antes de
que abriera la puerta principal, pero Rachel no lo notó, no se fijó en él hasta que
no se acercó al mostrador de circulación.
—Estamos cerrados. —Miró al hombre que parecía tan viejo como ella—.
Vete, Carl.
—Es viernes, Rachel, y está abierto al público los viernes. Las luces están
encendidas. La puerta no está cerrada con llave. —Golpeó el escritorio con su
mano—. Ahora, tengo una pregunta.
Rachel respondió enojada:
—Al menos que la pregunta se refiera a dónde encontrar la salida más
cercana, no quiero oírte. Vete. Chú.
—¿Acaba de echar con un “chú” a ese hombre? —pregunté a Liam
calladamente.
209
Él afirmó lentamente con la cabeza, su atención nunca dejando a su tía que
había perdido hace mucho tiempo quien se había convertido de una solitaria
anciana a una persona colérica en un instante.
—Es viernes.
—Estamos cerrados.
El hombre se inclinó más fuerte contra el escritorio, si era para mostrar su
resistencia o porque necesitaba apoyo, no podría decirlo.
—¿También estás echando a esos dos?
—Todos nos vamos —dijo, cojeando y sin mirarlo—. Fuga de gas. Quédate
si quieres. Estoy segura de que Randi estará feliz de finalmente conseguir su
herencia.
El anciano murmuró enojado algunas cosas sobre los bibliotecarios y los hijos
malagradecidos, pero no nos siguió fuera del edificio. El grandioso carro de
Rachel costaba más o menos la misma cantidad que la casa de mis padres.
—¿Abres los Archivos al público? —preguntó Liam desde el asiento del
pasajero, una vez que Rachel maniobró de forma segura sobre la carretera. Y
por seguridad quiero decir no puedo creer que el semi-camión no nos golpeó y nos
envió a la tumba.
—Estamos abiertos dos veces a la semana. Toda la información importante se
mantiene detrás de una puerta cerrada con llave, pero el material inofensivo es
puesto a disposición de cualquiera que esté dispuesto a conseguir una tarjeta de
biblioteca. Esto hace que sea más fácil de operar. Nadie mira muy de cerca una
pequeña colección especial de la biblioteca, y obtenemos dinero de impuestos.
—Así que, ¿ese lugar es una especie de biblioteca Cambiante? —Lo cual
explicaría todos los libros locos sobre la mitología de los hombres lobo. Aunque
eso en realidad no explicaría por qué se produjo toda una plataforma dedicada
a los libros de Stephenie Meyer.
A medida que conducíamos por la calle, Rachel y Liam me dieron el resumen
de toda la información de los Archivos. En lugar de ser solo una biblioteca, era
como todo un sistema de bibliotecas, con una sucursal en cada uno de los
continentes excepto en la Antártida. El principal propósito de los Archivos era
mantener un registro de la totalidad de la historia de Videntes y Cambiantes
210
(aunque de alguna manera dudo de la parte del asesinato de la niña Cambiante
que logró entrar), junto con cada libro, artículo científico, artículo de revista y
demás, que podían vincularse a Videntes o Cambiantes en algún modo,
incluidos todos esos libros paranormales que me gustan tanto.
Lo que realmente me interesaba era el papel de Rachel en los Archivos. El
Bibliotecaria (que es solo una palabra elegante para librero) ya no existía en las
estructuras sociales de Cambiantes y Videntes, su trabajo requería que fuera
una parte imparcial, recolectando y registrando lo que sucedía en nuestro
mundo sin prejuicios. Rachel dijo que la información sería siempre precisa y
completa, no importaba quién se desempeñara como Alfa. Liam sugirió que no
fueramos tan ingenuos y afirmó que los Bibliotecarios no eran más que perritos
falderos de los Alfas, sobre todo porque una vez estuvieron en las filas para ser
Alfas.
Sí. Eso es correcto. La dulce tía Rachel podría haber sido la Reina Malvada.
No es de extrañar que Liam todavía pareciera que estaba preparado para salir
corriendo en el primer indicio de una emboscada.
Después de quince minutos en el Carro de la Destrucción nos encontramos
estacionados detrás de una gran casa de estilo sureño con todo y los porches
encerrados y con malla. A pesar de que parecía completamente fuera de lugar
contra el fondo de Minnesota, me hizo sentir como si estuviera en mi casa en
Kentucky.
—¿Esa es la Casa Segura? —Definitivamente podría sentirme a salvo ahí.
Segura y muy cómoda.
—Sí, aquí es donde crié a mi hija, pero una vez que ella se fue era
simplemente demasiada casa para una mujer. Me mudé a un apartamento en la
ciudad y puse este lugar a disposición de cualquier Vidente o Cambiante que
necesitara un refugio —dijo Rachel, abriendo la puerta del coche. Rápidamente
tomé la andadera y salí corriendo del coche.
Ella sonrió mientras aceptaba mi ayuda.
—Seguro que eres una chica dulce, Scout. Estoy medio tentada a conservarte.
—Uhm… ¿gracias? —Sabiendo que era una Alfa potencial me preocupé por
lo que "conservarme" podría acarrear. Probablemente cadenas. Y látigos. Y tal
vez un collar de perro.
211
Y ahora iba a tener que vivir unas tenebrosas imágenes de Cincuenta
Sombras56 de tía Rachel viviendo en mi cabeza para siempre.
Se tardó más de unos pocos minutos llevar a Rachel a la cima de las
escaleras. Todo el camino podía oler un popurrí de diferentes Cambiantes
incrustadas en la madera del porche y que flotaban desde la apertura de las
ventanas. Ninguno de los olores eran actuales, pero algunos eran lo
suficientemente frescos como para que hubiesen estado allí en los últimos dos o
tres meses. Otros eran viejos y débiles, apenas un susurro de olor.
—¿Cuántos Cambiantes has alojado aquí? —No podía separar el olor de cada
individuo, pero había un montón.
—No tantos como yo pensaba que vendrían —dijo, abriendo la puerta. El
olor a ajo y condimentos italianos me hizo la boca agua al instante—. Pero
incluso uno es demasiado. Nadie debería vivir con miedo o ser separados de lo
que es conocido y seguro.
Era tan malditamente sincera que dolía.
—Habría hecho una maravillosa Alfa —le dije.
—¡Oh, no, querida! Soy demasiado tierna de corazón para tal tarea, por lo
que estoy aquí y no en Rumanía con las otras Matronas.
El paso para entrar en la casa era a la vez empinado y estrecho. Cuando se
hizo evidente que Rachel no podía caminar por su cuenta, Liam la levantó en
sus brazos y la llevó al otro lado del umbral.
—¡Oh! —Rachel se agarró a sus hombros, sus hoyuelos aparecieron—. No
había hecho esto desde mi luna de miel. —El rostro de Liam se volvió a tonos
de rojo que no sabía que existían.
—Lo siento. Debí preguntar primero.
—Fue perfectamente maravilloso. —Me dio una mirada de disculpas cuando
él la sentó—. Aunque supongo que deberíamos haberte preguntado primero si
estaba bien. Sé cómo son los compañeros al principio. Todo lo de tocar a la
gente puede ser motivo para una pelea, incluso si se trata de su vieja tía.
Referencia al famoso libro Cincuenta Sombras de Grey, conocido por su erotismo con escenas de
sexo alternativo.
56
212
—Ella no es mi compañera —dijo Liam antes de que yo pudiera.
Rachel chasqueó la lengua.
—No seas tonto. Por supuesto que sí.
Ahora mi cara estaba tratando de igualar el color de Liam.
—No, en serio. Ninguna Declaración. Ninguna ceremonia. Nunca hemos
incluso…
Estuvimos cerca. Muy, muy, muy cerca, pero entonces, cuando las cosas
comenzaron a ponerse realmente serias, Liam se alejó. Él estaba allí en un
minuto, todo labios y manos y lengua, y al siguiente estaba caminando por la
puerta.
Una vez que finalmente conseguí control sobre mí, y algo de ropa, salí a
buscarlo. Me apareció el lobo en su lugar. Ninguno de nosotros había hablado
de ello, aunque por la expresión del rostro de Liam, los dos estábamos
pensando en ello ahora.
Rachel amablemente ignoró nuestros rostros llenos de vergüenza.
—Declaraciones y ceremonias son tonterías burocráticas basadas en las
costumbres humanas. El apareamiento es algo más primitivo y mágico.
Ella entrecerró los ojos y puso una mano en cada una de nuestras mejillas.
Sentí el poder de su Visión estrellándose a través de mi cuerpo.
—Sí, tengo toda la razón. —Su rostro se iluminó mientras acariciaba las
mejillas a las que había estado aferrándose—. Ustedes se han elegido entre sí.
Ya está hecho. Son compañeros.
Mientras yo estaba allí en estado de shock, dos niñas doblaron la esquina
desde la dirección del olor celestial.
—Creímos escuchar voces —dijo que tenía un desastre de rizos que caían
sobre su rostro—. Hola, abuela. —Ella giró hacia Liam y hacia a mí—. Hombre
que nos asusta. Chica cuyo rostro conozco de alguna parte pero no recuerdo de
dónde —nos dijo ella en reconocimiento.
—Chica con una camisa de Super Man y cardigán —reconocí de vuelta.
213
La otra chica, la que parecía casi idéntica a la primera pero usaba una
mudada más madura y tenía el cabello peinado con una coleta, nos tendió la
mano.
—Soy Michelle —dijo—. Por favor ignora a Marie. Nadie hizo el esfuerzo de
enseñarle modales.
—Scout —le dije, mi mano aún estaba abajo a mi lado—. Lo siento, pero no
estrecho las manos con las Videntes cuyos poderes no conozco.
Hablando de Videntes cuyos poderes no conocía, realmente necesitaba
encontrar lo que Rachel poseía. Esperaba que fuera algo como encontrar las
respuestas correctas a las preguntas de Reader’s Digest o cómo ensamblar una
computadora. Cualquier otra cosa que el si dos personas eran o no compañeros.
—No te preocupes por ella —dijo Rachel—. Michelle es latente.
—Y Veo necesidad, lo que no necesita un contacto. —Marie inclinó su cabeza
a un lado y frunció los labios—. Scout… Scout. —Sus cejas se alzaron—. ¡La
nieta del senador! ¡Sabía que te conocía de alguna parte!
De todas las cosas que olvido, ¿por qué tenía que ser eso sobre la perdida
nieta del senador? ¿Cómo podría haber pasado tanto tiempo desde que la nieta
del senador se perdió? Es decir, sabía que tenía todo eso del Desafío a la
Hembra Alfa, y pasé medio año jugando a la supervivencia para el más hábil en
el bosque de Canadá. Sin embargo, se podría pensar que yo recordaría que era
una de las Más Buscadas con Alerta Rojo o lo que fuera.
—No soy realmente…
—Sabes, eres más atractiva en persona que en la foto que seguían pasando
en MSNBC. Pienso que alguien ahí debe odiarte. —Marie se giró y comenzó a
retroceder por el pasillo. Ya que era la dirección hacia la comida, la seguí—.
¿Así que te gustó terminar con el Estratego y casi acabar con el Macho Alfa?
Mi corazón latía fuertemente, pero Liam respondió en tono apático.
—Fue un esfuerzo grupal.
No estaba segura de qué hacer con Marie. Si Rachel hubiese soltado
información sobre lo que pasó el verano pasado en el lago hubiese sido
incómodo, pero habría tenido lógica. Sin embargo, tener a esta chica con papel
214
adhesivo pegado al trasero casualmente mencionando algo que nos señalaba
como sus enemigos me molestó.
—Puedes relajarte —dijo Michelle detrás de mí—. No estamos exactamente
en el equipo Alfa aquí. Creo que Marie hizo una pequeña alabanza y baile
cuando recibimos la noticia de que Stefan estaba en el hospital y no se esperaba
que sobreviviera la noche.
—¿Que tienes en contra de nuestro supremo gobernante? —preguntó Liam.
Michelle miró a su rostro duro y ni siquiera parpadeó.
—Ellos matan a mujeres Cambiantes.
Me detuvo tan inmediatamente que Rachel cortó mi pierna con su andador
ortopédico.
—¿Lo sabes?
—Por supuesto que sí —dijo Rachel, pisando fuerte a mi alrededor—. ¿Por
qué crees que dejé la Guarida?
215
—Sabes, ¿pero no haces nada?
Esta vez fue Raquel quien se detuvo bruscamente.
—Tengo setenta y nueve años, soy una mujer con dos rodillas malas y la
cadera también. ¿Qué es lo que exactamente piensas que puedo hacer, señorita
Donovan?
—No lo sé, pero algo más que sentarse aquí y dejar que algo suceda. —Pude
sentir a Scout Loba empujando la superficie con un alto nivel de ira. ¿Cómo
alguien en la tierra podría dejar que eso sucediera? Nicole era su sobrina.
Raquel enderezó la espalda lo más que pudo.
—Le he dado a los que se oponen a la Manada Alfa un lugar para alojarse
cuando lo necesitan. Guardo los registros de las cosas que ellos preferirían
ocultar. Y he esperado aquí por su regreso, por el día… —Una fuerte oleada de
poder Vidente casi me botó de mis pies—. Te he estado esperando. Ahora, la
pregunta es, ¿qué vas hacer, Lilith?
***
No podía creer que otra vez estuviéramos tratando eso.
—Escucha, en verdad valoro tu opinión y todo, pero no soy la primera
Vidente o lo que piensas que soy. —Me senté a una mesa de apariencia delicada
mientras Michelle llenaba mi plato con una gigantesca porción de los mejores
espaguetis que mi nariz había olfateado nunca. El pan, cuyo temporizador
había sonado cuando Rachel lanzó el nombre con la letra “L”, olía incluso
mejor.
—Lo que creo es la verdad —mencionó Rachel con su acento británico que la
hace sonar arrogante—. Es todo lo que puedo creer.
Mi boca estaba llena de pasta y salsa de carne, levanté mis cejas a Liam,
solicitando una explicación.
—La tía Rachel Ve la verdad —explicó con la boca llena de pan.
Vidente de la Verdad. Sabía que tenía que haber uno de esos por ahí.
Por supuesto, eso no significaba que no estuviese loca, lo cual rápidamente
comencé a sospechar.
—Y la verdad tal como yo la Veo es esta: tú, Harper Lee "Scout" Donovan,
eres Lilith, la primera Cambiante. —¿No quería decir Vidente?—. La Hija del
Creador. Artemisa. La luna, enviada para vigilar a la noche. —Comencé a
protestar, pero ella me interrumpió con una mirada que decía que habría
repercusiones si abría mi boca—. ¿Quiere saber la verdad de tu historia?
Me hubiera gustado oírle decir que estaba bromeando.
—Scout es la luna. —El tono de Liam dijo que también encontraba la
estabilidad mental de Rachel sospechosa.
—Y la hija de Dios —agregué amablemente.
Rachel no se notó perturbada por nuestro sarcasmo.
—Él tiene muchos nombres. Dios es simplemente el más popular.
—Soy parte de la denominación Bautista del sur. Vamos a seguir con “Dios”.
—Está bien, entonces, cuando Dios creó la tierra, la dejó al cuidado de sus
hijos. Su hijo residía a lo largo del día, trayendo el resplandor y el calor a todos
los que vivían por debajo. Luego, ese hijo tomaría sus propias decisión que
216
llevarían a las Taumaturgas e Inmortales, pero en los primeros días, él no era
más que una luz para su pueblo. Su hermana, en cambio, protegía a las
criaturas de la noche, cuidando de cada uno de ellos con calidez y compasión.
—Especialmente un lobo —dije, pensando que así era como su historia
coincidía con la que yo ya sabía.
—Sí —dijo Rachel—. Cada treinta días ella dejarían su celestial casa y
caminarían entre su pueblo sobre la tierra. Lobo, el primero de su tipo y el más
feroz de las criaturas de la noche, caminaba con ella en cada visita. Con los
años, su mutuo afecto creció, hasta que ya no podían soportar estar separados
los otros veintinueve días. Es entonces cuando presentaron una petición al
Creador, tu Dios, para tener la oportunidad de estar juntos para siempre.
—Oh, espera. Yo conozco esta historia. —Marie hizo un gesto con un batidor
que estaba usando para hacer algún tipo de batido—. El Creador dijo que
podían estar juntos, pero había un precio que pagar. Lilith nunca podría
regresar a su lugar en el cielo, entregándole el cuidado de la noche a su
hermano. Ambos fueron hechos seres humanos, excepto por una noche, cuando
su hermano tenía autorizado descansar. En esa noche, Cambiaban a lobos para
poder cuidar de la tierra. —Marie probó un bocado de la mezcla y rompió en
una enorme sonrisa, obviamente contenta con su conocimiento y lo que fuera
que estaba haciendo.
—Se te olvidó la parte en la que ambos se convirtieron en mortales —añadió
Michelle—. Pero su espíritu se suponía que debía vivir. Renacerían una y otra
vez, convirtiéndose en los líderes eternos de una nueva raza de personas.
Esta no era la historia que me contó Talley.
—Eso está muy bien y todo, pero no soy Lilith. Y, de todos modos, pensé que
ella era la primera vidente. ¿Qué es esta locura de la primera Cambiante?
—¿Qué razón habría de tener una mujer para hacerse pasar como la primera
Cambiantes si no existe ninguna mujer Cambiante? —La manera en que ella lo
preguntó hizo parecer que yo estaba siendo analizada por una severa directora
británica que creía fuertemente en el castigo corporal.
—¿Ellos cambiaron algo? ¿Convirtieron a la primera Cambiante en la
primera Vidente para guardar el poder en la dirección de la Hembra Alfa?
217
—¿Qué piensas?
Creía que sería demasiado esfuerzo para cambiar una versión para
derrotarla.
—Si Lilith fue la primera Cambiante, ¿de dónde vinieron las Videntes? ¿Son
el amanecer y anochecer personificados?
—Las sirvientas de la noche, que brillaban en lo alto con la Luna, fueron
enviadas a la Tierra para hacerle compañía y protegerla.
Las sirvientas de la noche, que brillaban en lo alto…
—Entonces, ¿eres una estrella?
Rachel sonrió.
—Sí, o al menos creo que tú y tus amigos bautistas del sur podrían llamarnos
ángeles caídos.
Un par de ojos grises me miraban desde el otro lado de la mesa. Esperaba ver
más de esta-dama-está-loca, pero eso fue remplazado por la meditación y…
Maldición.
—No crees en todo esto, ¿o sí?
—Tiene sentido.
—¿En cuál retorcido y desordenado mundo esto tiene sentido? ¿La Bizarra
Tierra de los Cambiantes?
—En el que una chica que no debería ser Cambiante, lo es. El loco mundo en
el que esa chico Cambiante pueda cambiar a lobo a voluntad por una cantidad
de tiempo infinito.
Deseaba golpear mi cabeza contra la mesa. ¿Por qué yo era la única que se
daba cuenta de lo estúpido que esto sonaba? No era la reencarnación de nada,
mucho menos de la hija de Dios. Es decir, Dios ni siquiera tiene una hija.
—¿Supongo que es inútil señalarte que tú también puedes Cambiar a
voluntad y sostener la forma de un lobo por una cantidad de tiempo infinito?
—Por supuesto que él puede —respondió Rachel—. Él es Lobo. Tiene la
marca en su cadera.
218
—La única cosa estúpida en su cadera es el tatuaje de huella.
El rostro de Rachel era petulante.
—Eso no es un tatuaje.
—Sí, sí lo es. —Miré a Liam—. Díle.
El que no respondiera lo dijo todo.
—Me dijiste que era un tatuaje.
Liam dejó su tenedor y se apoyó sobre sus codos. La mayoría de las personas
se habrían visto a gusto y dócil en la misma postura, pero Liam no. Tal vez eran
los músculos que siempre habían sido grandes, pero se hicieron más definidos
en el invierno ya que cortó la mitad del bosque y se enfocó firmemente en su
preparación. Tal vez era su mandíbula o la firmeza de su boca. O quizás era la
intensidad de su mirada. Independientemente de lo que fuese, no había duda.
Liam era la antítesis de cómodo y dócil.
—Nunca dije esto. Asumiste y te dejé creerlo.
—Entonces… ¿qué? Siempre supiste que ibas a crecer para ser el Macho Alfa
algún día?
—Siempre he sabido que mi vida no es mía. —Le restó importancia con un
gesto de la mano e ignoró mi millón de preguntas girando su atención hacia su
anciana tía—. ¿Sabes lo que pretendemos hacer? —le preguntó a ella.
No había exactamente ningún recelo que viniera de la anciana que alguna
vez pudo haber sido Alfa.
—Vas a enderezar lo que ha estado mal por demasiados años.
Eso sonó mejor que “matarlos”.
Liam asintió.
—Puede que otros vengan en las próximas semanas. ¿Harías la promesa de
guardar su ubicación e identidad de la Guarida?
—Seguiré como siempre, proporcionando refugio y seguridad para los que lo
buscan.
219
Algo en mi pecho se encogió al notar que esto era todo. Aquí era cuando
haríamos el último intento de ponernos de pie y pelea contra todo lo
insuperable por el futuro de los Cambiantes y las Videntes del mundo.
Ahí era cuando sacrificaría mi vida para que nadie más tuviera que morir sin
motivo. Los pensamientos de Liam tendrían que haber ido al mismo lugar.
—¿Ganaremos?
—El destino está de tu parte —dijo Rachel—. ¿Cómo podrían no hacerlo?
220
Capítulo 25
Traducido SOS por *Celesmg*
Corregido por Pily
No había espejos en Canadá. Bueno, por supuesto que había espejos en el país
de Canadá, pero no había ninguno en nuestra pequeña cabaña. Quizá si allí
hubieran estado, si hubiera visto los cambios inundarme lentamente, no hubiera
estado tan asustada por la persona mirando hacia mí desde encima del
fregadero en uno de los muchos baños de la Casa Segura.
Lo básico que hacía que Scout fuera Scout aún estaba allí, su cabello rubio
platino (que había crecido en un peinado bastante miserable de Friar Tuck), la
piel pálida (aunque cuarenta y cinco minutos en la ducha se las habían
arreglado para ponerle color a mis mejillas) y los fríos ojos azules (inyectados
en sangre); pero el resto de mí era diferente. La falta de una correcta nutrición
me dejó afilada y angulosa mientras que el entrenamiento sin parar ató
músculos en mis brazos y piernas. Nunca antes me consideré suave y femenina,
pero en comparación con la fuerte y hambrienta guerrera en el espejo, la Scout
de la secundaria era una Princesa de Disney.
Me incliné más cerca, fascinada por los oscuros círculos bajo mis ojos. ¿Cómo
llegaron ellos allí? ¿Qué eran esas cosas oscuras? ¿Decoloración de la piel?
¿Moretones? ¿Las partes oscuras de mi alma saliendo a la superficie?
Continué inclinándome hacia adelante hasta que mi frente golpeó el vidrio y
cerré mis ojos. Pensé acerca de quedarme así para siempre, pero a pesar del
deseo de colapsar en el linóleo y tomar una pequeña siesta, fui a buscar a Liam.
De nuevo tenía un pequeño indicio de emoción, uno que de alguna manera se
sentía como Liam en vez de como yo, diciéndome que lo dejara solo. Eso me
hizo vacilar, pero no por mucho. Teníamos demasiado que discutir antes de que
realmente pudiera irme a dormir. Seguí su perfume hacia el segundo piso. Él no
respondió cuando golpeé su puerta y toqué la perilla comprobando que estaba
cerrada.
—Él está durmiendo —dijo una voz femenina desde mi izquierda. Me giré,
lista para golpearla—. Vaya, lo siento. —Michelle estaba parada con sus manos
221
levantadas al aire en una clásica pose repentina—. Pensé que sabías que estaba
aquí.
Corrí una mano a través de mi muy mojado y muy feo cabello.
—Debí saberlo. —Mierda.
Estaba tan enfocada en Liam y todas las cosas sucediendo en mi cabeza que
no tomé en cuenta la hora adecuadamente sondeando mis alrededores.
Estúpido error. Seguro, este lugar era donde se suponía debía estar el Santuario
Cambiante o lo que fuera, pero si había una cosa que aprendí el pasado año y
medio era que no debes dar nada por seguro. Siempre hay sorpresas. Las cosas
se vuelven difíciles siempre.
Las personas en las que confíaba siempre me dejaban afuera.
Miré fijo a la puerta, sopesando las ventajas de destrozar la maldita cosa en
astillas.
—Creí que ibas a volver a la biblioteca. —Mejor dejar la puerta en una pieza
por ahora. No había duda de que Michelle reportaría el incidente a Rachel. No
era que estuviera asustada de la viejecita o algo así…
Bueno. Está bien. Estaba un poquito asustada de una mujer mayor en
particular.
—Fui y ya regresé. —Ella agarró la bolsa de mensajero que llevaba colgada
sobre su hombro—. Tengo algo para ti.
Acepté el bolso, que estaba pesado con libros y papeles.
—¿Qué es esto?
—Investigación. —Michelle asintió hacia el asiento bajo la ventana al final del
corredor.
Pensé que podía ser un ardid para alejarme de Liam, pero no había más de
unos metros de camino que no harían una diferencia. Él incluso no tendría que
intentar oír nuestra conversación desde esa distancia, pero no me molesté en
decírselo a Michelle. Aunque sí acepté la invitación a sentarme. Realmente, no
me oponía a tener una conversación acurrucada en el gigante sillón, incluso
pensé que podía querer decir que caería dormida después de que las primeras
dos oraciones fueran completadas.
222
Liam probablemente estaba tan cansado como lo estaba yo. Y él
probablemente sabía que había una posibilidad de que uno de ellos regresara.
Por eso es que echó llave a la puerta. No era como si él estuviera tratando de
evitarme o algo así.
Y yo iba a continuar diciéndomelo hasta que me lo creyera.
—Supongo que no es la nueva novela de JR Ward57 —dije, tomando un libro
enorme con una fabricada cubierta vieja—. Línea Armstrong realmente no suena
como uno de sus títulos. Quizás Amante Fuerte Armado, pero no es lo mismo.
Los ojos de Michelle se fruncieron desde donde estaba parada sobre mí.
—¿No eres un poco joven para leer JR Ward?
—¿No soy un poco joven para estar intentando derrocar a un gobierno de
cientos de años?
—Touché.
Michelle no se derritió entre los almohadones como lo hice yo. No, se elevó
bastante rápido en el borde, su espalda derecha y sus hombros atrás. Me tomé
un momento para preguntarme si ella había asistido a una escuela Católica.
Siempre imaginé a las monjas haciendo que sus estudiantes se sentaran así.
—Realmente, es por lo que estoy aquí. ¿Sabes quién era Reginald
Armstrong?
—¿Debería?
Michelle tomó el libro de mis manos y pasó a través de él hasta que estuvo a
solo algunas páginas del final.
—Listo —dijo ella, pasándome el libro de nuevo. Las páginas estaban puestas
al estilo de un libro contable, todas escritas a mano. Ella apuntó la parte
superior de la página donde el nombre "Reginald Armstrong" estaba escrito en
tinta roja.
—Bieeeeennnn…
J. R. Ward: seudónimo de la autora Jessica Bird, bajo el cual escribe la famosa saga La
Hermandad de la Daga Negra, saga erótica que se centra en las historias de los miembros de esta
hermandad dedicada a proteger vampiros y humanos de la Sociedad Lessening; la saga cuenta
con más de 10 libros.
57
223
—Los nombres escritos debajo son de sus hijos.
Observé la lista. Lois. Evelyn. Gladys.
Un momento.
—Gladys Armstrong. Conozco ese nombre. —¿Cómo conocía ese nombre?
—Su información familiar está en... —Ella chequeó una anotación junto a su
nombre—, la página ciento setenta y tres.
Volteé las hojas, e inmediatamente supe dónde había oído ese nombre.
—Gladys Armstrong se convirtió en Gladys Minter. Ella fue mi tatara-abuela.
Recordé ver el nombre en el árbol familiar que la Abuela Hagan me dio como
regalo de cumpleaños el último año. Realmente no llegué lejos en la línea de
tatara-abuelos, pero el nombre se me quedó porque envié una plegaria secreta
de agradecimiento de que mi madre no hubiera seguido la tradición del
Condado Lake y no me nombró después de su abuela. Gladys Donovan. Iugh.
—¿Por qué tienes un libro con el nombre de mi tatara-abuela en él?
—Tenemos un libro para cada línea familiar de Cambiantes. Este
simplemente resulta ser el tuyo.
Todas las líneas familiares de Cambiantes…
Pasé las páginas, notando que varios de los nombres estaban escritos en tinta
roja, muchos con un "PL" junto a ellos. Todos esos nombres eran masculinos.
—¿Mi tatara-abuela era una Cambiante?
Michelle asintió.
Santa mierda. Eso era grande. Enorme. Y algo que realmente deseaba haber
sabido un año atrás.
—Ese es el motivo por el que soy una Cambiante, ¿cierto? Realmente lo soy,
no soy alguna loca reencarnación de la luna haciéndose pasar por Cambiante.
Los ojos de Michelle bajaron todo el corredor hacia el dormitorio de Liam.
Cuando habló, su voz era más baja:
224
—Sabía que tú tampoco habías creído todo eso de la magia vudú, entonces
fui a recolectar la otra información y rápidamente encontré tus datos. Fui
afortunada, realmente. Alguien envió información de la línea de los Armstrong
el verano pasado.
El año pasado fue el mismo momento en que conseguí mi propia copia del
árbol familiar. ¿Coincidencia? Lo dudo. La abuela Hagan siempre ha sido una
mujer inteligente.
—Mi mejor teoría —continuó Michelle—, es que algo produjo tu cambio la
primavera pasada. Quizás el trauma de tu accidente o tu proximidad a otros
Cambiantes o…
—¿O que conseguí transfundirme sangre de un Cambiante?
Finalmente algo se quebró atravesando su perfectamente manicurada
apariencia.
—¿Conseguiste una transfusión de sangre de un Cambiante?
—¿Sabes acerca del accidente?
—¿El que fuiste atacada por un "coyote salvaje" y casi moriste? —Ella añadió
unas comillas de aire alrededor de "coyote salvaje".
—Sí, después de eso necesité mucha sangre. Nuestro hospital local es
pequeño y le quedaba poca, por lo que mi hermanastro Jase me dio un poco.
—¿Jase Donovan de la manada Hagan? ¿Un Cambiante coyote?
Sí, yo totalmente veía el mismo fallo en mi lógica, y Dios sabe que Jase
hubiera estado sobre ello si estuviera aquí.
—Pero un Cambiante es un Cambiante, ¿cierto? —Pensé en voz alta—.
Como, lo que sea que es que haga que una persona Cambie es lo mismo, la
única diferencia es el animal en que los Cambia.
—Y lo que sea que activa el Cambio debe ser lo mismo en lobos y coyotes.
—Y quizá despierte las tendencias Cambiantes dormidas en la tatara-nieta de
un Cambiante.
La sonrisa de Michelle era amplia y tenía esos ubicuos hoyuelos.
225
—¡Lo sabía! ¡Sabía que debía haber una explicación científica!
Realmente me empezaba a gustar esta chica.
—¿Entonces tampoco estás realmente dentro de la magia vudú?
Tenía a Michelle como a una de esas chicas siempre serias, super unidas que
caminan de a dos en una ajustada línea de "rigidez" que es blanca y ofreciendo
demasiadas opciones de color. Así que cuando ella resopló y comenzó su "no"
con la más prohibida palabra casi caí del asiento por la ventana.
—En caso de que no lo hayas oído, soy latente.
Como si alguien olvidara de algún modo el rudo anuncio de su abuela.
—¿Qué tiene que ver eso con cualquier cosa?
Michelle suspiró y se inclinó hacia atrás contra la pared. Me pregunté si esa
era la verdadera Michelle, una de las pocas personas que iba a ver. ¿Estábamos
vinculadas? ¿Éramos amigas ahora? Jamás tuve muchos de esos y la mayoría de
ellos no los tenía tampoco por incomparecencia o por accidente. No estaba
segura de cómo funcionaba esto, pero pensé que quizás era así.
—Imagínate gastar toda tu vida alrededor de cosas inexplicables y oyendo
que eso es magia, pero sin tener nunca la experiencia mágica por ti misma.
—Supongo que serías un poco amargada...
—No, amargada no —escupió. Alcé mis cejas ante el golpe que seguía—. Está
bien, quizás un poco amargada, pero no más que eso, comienzas a pensar las
razones, las razones reales, eso funciona en algunas personas, pero no en ti.
—Tú buscas ciencia y lógica. —Con seguridad podía entender el reclamo—.
¿Eso es lo que son esos papeles? ¿Es esa la ciencia detrás de lo que somos?
—Lo deseo. Infortunadamente, todos junto a ti y a mí están satisfechos con
una explicación mágica. Yo trato de aprender tanto como puedo sobre genética
y cosas como esas, pero generalmente estoy muy ocupada ayudando a mi
abuela con la librería. —Se encogió de hombros como si su incapacidad de
atravesar fuera nada, pero podía ver la frustración escrita en toda su cara—. La
semana pasada Marie me dijo que necesitábamos empezar a buscar la historia
de la Hembra Alpha. Desde que ella puede Ver lo que necesitamos pero no
tiene la búsqueda de talento me toma algún tiempo hallar hacia lo que ella está
226
siento empujada, pero generalmente vamos con todo eso. Creo que eso puede
ayudar.
—Gracias. —Volteé las hojas a través de las primeras páginas y cosas que ya
había visto—. En serio, realmente estoy agradecida.
—Presta especial atención a las cosas en el sobre de papel manila. Esto fue
realmente difícil de conseguir, lo que probablemente quiere decir que se supone
que nadie realmente vea esto nunca.
Cuando fui capaz de apartar mis ojos de mi nuevo tesoro, Michelle estaba en
la cima de la escalera.
—No sé nada acerca de magia o destino, pero sé de personas —dijo ella—. Y
sé que eres de las buenas. Puedo no ser capaz de Ver o Cambiar, pero mi papá
se aseguró de que supiera cómo usar un rifle. Si me necesitas, solo dilo.
***
Dudaba poder llamar algún día a Michelle para luchar, pero la trasladé a la
cima de la lista de "personas a las que llamar cuando necesite información". Las
cosas que ella había reunido sobre las Hembras Alpha eran asombrosas. Estaba
cansada y apenas podía mantener mis ojos abiertos, pero me senté en la cama y
me obligué a leer por un largo tiempo. Comencé con las cosas en el sobre de
manila. A primera vista, no podía imaginarme lo que era significativo acerca de
otra cosa que el traslado de algunos recuerdos de cerca de dos mil años atrás.
Luego, finalmente, lo vi. Hembra Alpha tras Hembra Alpha era anotada, y cada
una era Cambiante. Sus hijas eran Cambiantes. Dos mil años atrás las
Cambiantes femeninas vivían y prosperaban. Por supuesto, el régimen actual
no quería que esta información fuera de fácil acceso. ¿Entonces quién creería
que todo eso de que las "chicas eran demasiado débiles para poder Cambiar"
era propaganda?
La traducción no estaba completa, lo cual supuse estaba destinado a pasar
cuando el manuscrito real estaba escrito en un rollo de pergamino o lo que
fuera, pero algo pasó en el tiempo en que ellos estaban clavando al hijo de Dios
(o del Sol, depende de tus creencias) a la cruz. Los archivos tenían de un modo
irritante pocos detalles, pero las Alphas murieron repentinamente jóvenes sin
hijos. De hecho, de lo que pude entender, una gran parte de Cambiantes
murieron en ese tiempo, dejando solo algunos Cambiantes masculinos y
227
Videntes en la manada. Antes de ese cambio de liderazgo hubo un período de
cerca de cinco años donde muchas Hembras Alphas tomaron la posición de
Líder. Desde entonces, siempre fueron las Videntes todo el tiempo, y el número
de Cambiantes femeninas anotadas cayó dramáticamente.
Dos mil años. Hubo un período de tiempo que realmente no pude entender.
¿Cuánto había por conocer de lo que estaba pasando? ¿Cuántos se habían
vuelto ciegos? ¿Cuántos habían participado voluntariamente?
Quería pensar que el número era pequeño. Lo necesitaba. Podía no ser una
fuente de felicidad atravesando el kumbaya como Talley, pero tenía que creer
en la humanidad al menos lo suficiente para pensar que la mayoría de las
personas no permitirían que este tipo de cosas pasaran una y otra vez en el
tiempo.
Agarré el teléfono que Michelle dejó en la mochila y navegué a través de los
números pre-grabados.
—¿Hola?
—Señora Rachel, soy Scout.
Oí pasos y luego una puerta cerrándose.
—¿Qué es? ¿Pasó algo?
—No, nada pasó. Estoy bien. Solo… —¿Cómo preguntarlo?—. Me estaba
preguntando cómo descubrir lo que ha pasado con las Cambiantes femeninas.
—Ya veo. —Hubo un ruido chirriante, probablemente una silla siendo
retirada—. Te estás preguntando como las quitaron por tanto tiempo. Cuán
profundo llega la corrupción.
—Sí.
—No es tan malo ni tan bueno como crees. —No me importaba decirle que
ella no tenía idea de lo que yo estaba pensando—. No es como si todos en la
Guarida supieran lo que pasaba, y creo que la mayoría de los Machos Alphas, si
no todos, eran mantenidos en la oscuridad.
—¿Entonces Stefan realmente puede ser inocente de todo esto?
228
—Stefan mató a mi sobrina y a su esposo, y luego gastó considerablemente la
mayoría de su esfuerzo persiguiendo a mi sobrino así podía hacer lo mismo que
con ellos. Y, si no estoy equivocada, trató de cortar tu cabeza.
—Bueno, quizás "inocente" fue un poco generoso.
—Lo que quieres decir es si él no está involucrado en el genocidio de las
Cambiantes femeninas, lo que creo es puede no ser el caso. Lo que simplemente
sé es que él no estaba entre esos que se habían dado cuenta cuando dejé la
Guarida.
—¿Quiénes se habían dado cuenta?
—La Hembra Alpha y la chica que ella estaba entrenando para que la
reemplazara, Alexandria.
Un momento. ¿La madre de Alex y Liam iba a ser una Alpha?
—Creía que eras una Alpha potencial.
Una suave risa.
—Eso fue hace muchos, muchos años. Ya lo he superado y estaba
comenzando como una Bibliotecaria, aunque realmente no había planeado
mudarme y usar mis conocimientos. Ese fue un modo simple de ocupar mis
días. Pero luego llegó Alexandria. Ella dijo que la Hembra Alpha que la tomó a
su lado le contó la historia de Lilith, el demonio que buscaba eliminar a las
Videntes de la faz de la Tierra. Según ella, todas las generaciones que nacieron
de Lilith eran Cambiantes femeninas, que son en sí una abominación. Con
motivo de proteger a las Videntes, y al mundo, la Hembra Alpha debía
asegurarse de que ninguna Cambiante femenina creciera. Esa historia era
convincente, estoy segura de que ella la creyó, pero Alexandria luchó. Ella vino
a mí, pidiéndome que Viera la verdad en lo estaba siendo dicho. —Hubo un
breve momento de silencio en la línea—. Ella y yo dejamos la Guarida para el
final del mes. Para fin de año, Alexandria había comenzado a poner las cosas en
movimiento, eso se convertiría en la insurgencia a la que te has unido.
Mi pecho estaba tenso, y mi estómago revuelto. Sentía ganas de hacerme una
bolita y gritar, pero no podía descubrir lo que había causado ese casi ataque de
pánico. Algo no estaba bien ubicado en mi subconsciente, pero por la vida de
229
mi consciencia, no podía descubrir lo que era. Afortunadamente, Rachel lo
sabía.
—Te estás preguntando lo que vas a hacer. Te preocupa derramar sangre
inocente.
Sí. Era exactamente eso.
—Liam dijo que Sarvana cree que ella está haciendo lo correcto. Eso es a lo
que se refería, ¿cierto? Ella sinceramente cree que soy un ser maldito enfocada
en el genocidio de Videntes.
—¿Eso cambia lo que ha hecho? ¿Las muertes que ella consintió? —Recosté
mi cabeza en la almohada. De repente parecía demasiado complicado—. Has
hablado con ella, visto como trata a los otros. ¿Realmente crees que la verdad va
a cambiar sus acciones? ¿Honestamente crees que alguien se dará cuenta que
pueden quitarle sus poderes a ella para poder vivir?
—¿Qué hay con los Estrategos y Brigadieres? Ellos no son malos. —Lo sabía
por todas esas horas que gasté encerrada en el sótano con ellos. Seguro,
sostenían armas hacia mi cabeza y me conducían a la muerte, y tuve que matar
a uno solo para continuar viviendo, pero eran simplemente personas. En
cualquier otra circunstancia, podría haberlos considerado mis amigos. ¿Por qué
es su culpa trabajar para un sistema corrupto? ¿Siquiera lo sabían?—. Algunos
de ellos morirán, algunos ya lo han hecho, por mí.
—No, ellos murieron porque esto es una guerra, y los inocentes siempre
mueren en las guerras.
230
Capítulo 26
Traducido SOS por PrisAlvS
Corregido por Pily
Liam estaba de pie frente a la estufa cuando finalmente salí de mi hibernación
inducida por la extenuación y me aventuré a salir de mi habitación.
—Sé que técnicamente es hora de la cena, pero el desayuno sonaba mejor —
dijo sin girarse hacia mí.
—Suena genial. —Y olía incluso mejor. Caminé más allá de la tostadora justo
cuando dos rebanadas de pan saltaron. Tomé un cubierto y una barra de
margarina y empecé a realizar una de las habilidades culinarias que se me
permitía hacer en casa—. Liam, necesitamos hablar.
Esperaba un suspiro exagerado o una mirada molesta, pero en su lugar no
recibí respuesta.
Cero.
Nada.
Nada.
—No soy esta persona Lilith.
—Rachel dijo que lo eras, y ella Ve la verdad. —El estoico Liam era estoico.
—Mi tatarabuelo era Reginald Armstrong, un Cambiante. —Aún nada—.
Creo que nací con genes de Cambiante, pero no se activaron hasta que Jase me
dio sangre después del accidente. —Y aún nada—. ¿Ves? Hay una verdadera
razón por la que puedo Cambiar. Ninguna personificación de la luna o
descendencia de una deidad. Solo soy una chica normal con alguna genética
anormal.
Finalmente me observó.
—¿Qué te hace creer que una cancela la otra?
—Liam, realmente no puedes creer que soy alguna líder predestinada
enviada para salvar la raza o lo que sea. Eso es mierda, y lo sabes.
231
Y ahí estaba la molestia y la furia que estaba buscando.
—¿Por qué? ¿Por qué es mierda?
—¡Porque lo es! No hay tal cosa como caminos y líderes destinados.
—¿Y si yo creo que los hay?
Me apoyé contra la encimera.
—Vamos, Liam. Tú mismo lo dijiste. No crees en el destino. No eres Alex.
—No, no lo soy. —Se giró de regreso a la estufa y atacó los huevos con
excesiva fuerza—. Que mal que no recordaste eso antes.
—¿Y qué se supone que significa eso?
Más ataque contra los huevos. Consideré yo misma atacar algo.
—Me estás enfadando tanto. —Aunque, para ser completamente honesta, no
estaba segura si era el hecho de que estaba siendo un gigante dolor en el trasero
o si era porque podía sentir la fuerza de su ira pulsando contra mí.
Probablemente era una combinación de ambos—. ¿Simplemente te voltearías y
hablarías conmigo?
Él golpeó el sartén contra la encimera, sus hombros subieron mientras
aspiraba el aire.
—Esto está mal —le dijo a los huevos.
—¿Es esto sobre la cosa de los compañeros? —Podía ser valiente y sacar eso a
sobresalir, ¿cierto?—. Escucha, Liam, creo que nuestros lobos de alguna forma
tomaron la decisión por nosotros y…
—¡Esto está mal! —Él se dio la vuelta. En el momento en que sus ojos
encontraron los míos, dejó caer la mirada—. Eres la compañera de Alex. Él te
eligió. Él te amó.
—En caso de que lo hayas olvidado, Alex está muerto. —No sé quién estaba
más sorprendido y horrorizado por la fuerza con la que las palabras dejaron mi
boca, Liam o yo. Sí, supe que la espada atravesando mi corazón tenía dos filos,
uno por cada uno de nosotros. Y sé que cuando él salió de la cocina y lejos de
mí, tuve que dejarlo ir.
232
***
No manejo bien los rechazos directos. ¿Todo el rechazo en masa? Eh. Nada
importante. Las personas, en general, apestan. Realmente no me importa lo que
piensen de mí. Pero, sí me interesaba lo que Liam pensara. Bastante. Mucho,
mucho. Entre más lo pensaba, más me importaba, y más dolía.
Por tres días nos evitamos el uno al otro tanto como fuese posible. En las
raras instancias en que nos encontrábamos forzados a estar en la misma
habitación, como cuando su tía Rachel iba a ver cómo estábamos, adoptábamos
fachadas de apatía. Mis inquietos ojos y cuidadosa expresión en blanco no
engañaban mi ego herido más que el aburrido ceño de Liam mostraba su ira.
No sé cómo o por qué él terminó en la sala de estar donde yo estaba inmersa
en un maratón de Downton Abbey58. Quizá no estaba prestando atención o tal
vez fue intencional. Cualquiera que fuera el caso, un minuto estaba viendo a la
profesora McGonagall gritarle a una pobre vieja y al siguiente no podría decir si
había un Jensen Ackles59 desnudo en la pantalla o no porque Liam estaba de pie
en el umbral.
—¿No podías dormir? —dije sin girarme, segura de que desaparecería como
un fantasma—. Yo tampoco. —Recordaba el dormir. Quería dormir. Solo no
sucedía.
Sin decir nada, se fue. Sabía que lo haría. Lo que no esperaba era que
regresara.
—¿Liam? —Me giré para encontrar un lobo observando sobre el brazo del
sofá—. Oh, hola ahí. —Acaricié su cabeza y luego me agaché para presionar un
beso ahí—. Sabes que eso es hacer trampa, ¿cierto?
El lobo ladró y retrocedió un par de pasos. Entendiendo completamente su
intento, porque yo era como el Dr. Doolittle60 o algo, me puse de pie y lo seguí.
Esa noche, por primera vez desde nuestra pequeña discusión en la cocina, pude
58
Downton Abbey: serie dramática británica iniciada en 2010, producida por Carnival Films y
Masterpiece. En el reparto de la serie se encuentra a Maggie Smith, actriz británica conocida por
su papel como la profesora McGonagall en las películas de la saga de Harry Potter.
59 Jensen Ackles: actor estadounidense conocido por su papel como Dean Winchester en la serie
Supernatural (Sobrenatural en español).
60 Dr. Doolittle: película de comedia estadounidense protagonizada por Eddie Murphy, quien
encarna a un doctor que se puede comunicar con los animales.
233
dormir toda la noche. Él se había ido a la mañana siguiente, pero su olor se
aferraba a mi almohada.
***
—Si pones tu peso en tu pie derecho en el momento en que gires, tendrás
más fuerza en tu patada.
Usé el dobladillo de mi camiseta para secar el sudor de mi frente. Bueno,
principalmente para quitar el sudor de mi frente. También logró ocultar mi
rostro el tiempo suficiente para controlar mi expresión.
—No tengo tiempo —dije, girándome hacia él con un rostro perfectamente
en blanco—. Hice un roundhouse61. Perderé el equilibrio.
Liam se frotó la cabeza, el primer error en su cuidadosamente construida
máscara.
—Hazlo parte del mismo movimiento. La fuerza te mantendr{. Aquí… —
Caminé detrás de mí y puso sus manos en mi cadera—. Empieza el
roundhouse… —Levanté mi pierna con exagerada lentitud—… Y mientras bajas
este pie… —Liam movió mis caderas con sus manos, lo cual no estaba
esperando para nada. Como resultado, caí justo contra él, evitando caer al
tomarme de sus hombros.
Él bajó la mirada. Yo miré hacia arriba. Nuestros rostros a solo centímetros.
Podía sentir su respiración deslizarse contra mis labios…
Un golpe resonó en la puerta principal.
No sabía si quería matar o besar a quien fuera que nos interrumpió. Vi la
sensación en los dos mientras seguía a Liam por el pasillo. Estábamos a un par
de pasos cuando atrapé su aroma.
—Venimos en paz —dijo una voz que conocía muy bien.
Liam tuvo el suficiente sentido común para apartarse del camino mientras yo
corría hacia la puerta. Jase me atrapó por la cintura, nuestro movimiento
dirigiéndonos directamente contra Toby.
61
Roundhouse: golpe dado con un amplio arco del brazo.
234
—Guao, calma. Alguien podría pensar que estás feliz de verme —dijo
mientras yo sollozaba contra su hombro, incapaz de controlar las lágrimas que
salían con fuerza—. Scout, esas son lágrimas de felicidad, ¿verdad?
—Te extrañé —repliqué entre sollozos.
—Oye, también te extrañé. —Él me apretó con fuerza, y sentí otro brazo
contra mi espalda mientras el olor del champú de Talley cosquilleaba en mi
nariz. Alguien frotó mi pelo con su mano, y hubo otro apretón en mi hombro. Y
luego había otro par de brazos unido a nuestro abrazo grupal y finalmente
encontré una razón para apartarme de mi hermano.
Intenté decir su nombre, pero solo salió un tipo de vergonzoso gemido. No
importaba. Charlie siempre sabía lo que yo quería decir y me había visto como
un completo desastre sollozante muchas veces en los últimos dieciocho años.
—Oye, shhh… —Presionó un suave beso contra mi frente—. Está bien.
Estamos aquí. Está bien.
Me tomó más tiempo del que me gustaría admitir recomponerme. Casi lo
había conseguido en un punto, pero luego cometí el error de notar que los ojos
de Toby no estaban secos en un cien por ciento, y lo perdí de nuevo. Para
cuando pude formar palabras reales, al menos todos habían derramado una o
dos lágrimas.
—No puedo creer que estén todos aquí. —Toby, Jase, Charlie, Talley y un
montón de otros Hagan, incluido un tipo de mi edad que nunca antes había
visto estaba en el porche delantera de la Casa Segura.
—Escuchamos que una chica loca estaba Desafiando a los Alfas y queríamos
entrar en eso —dijo Toby, subiéndose a la baranda del porche. Sentado ahí
estaba por encima de todos, justo como se suponía que debía estar un Líder de
Manada.
Me subí para sentarme junto a él.
—Sensei.
—Scout.
—Ha pasado mucho tiempo. —No había visto al hermano mayor de Charlie
desde que básicamente ofreció su vida por la mía en el juicio en julio.
235
—Así es —estuvo de acuerdo. Sus ojos me recorrieron críticamente—. Te ves
horrible, chica. Y ese cabello… no es el mejor estilo para ti.
Porque era Toby quien siempre me hacía sentir como una niña de cinco años,
saqué mi lengua mientras arrugaba mi nariz para que se pareciera a la de un
cerdo.
—Eso es muy maduro y educado, Scout. Espero que lo uses durante tu
Desafío contra la Hembra Alfa.
—Sí, sobre eso —dije—. ¿Cómo supiste que estábamos aquí preparándonos
para eso?
Toby levantó sus cejas y miró a Liam, quien estaba apoyado contra el marco
de la puerta. Tanto por el intento de Toby y mío por jugar con la Dominancia.
Liam era el ganador sin duda incluso cuando estaba relajado.
—Creí que era hora de empezar a reunir las tropas —dijo Liam.
Dios, lo amaba en ese momento.
No lo amaba amaba.
O tal vez sí.
Mierda. Ese no era el momento para preocuparme por los problemas de
chicos.
—¿Creí que esperaríamos hasta estar listos?
—Estás lista —dijo Liam.
¿Dije “amar”? Creo que me refería a “odiar”.
—Uhm… no, no lo estoy.
—Uhm… sí, sí lo est{s. —Para alguien que no había sido capaz de mirarme
desde el viernes, claramente no estaba teniendo problemas para mantener el
contacto visual—. Estás levantando noventa kilogramos dos veces al día,
corriendo ocho kilómetros y puedes hacer más lagartijas por minuto que la
mayoría de estadounidenses en una hora. Estás bien.
Jase rió, aunque no estoy segura de qué encontraba tan gracioso.
—Es bueno ver que trabajaron sus diferencias en los últimos meses.
236
—¿Ella es quien queremos que sea nuestra nueva Alfa? —La brillante
ratificación vino de Makya, el primo de Jase que tenía un rango inferior al
hongo de pies en las Cosas que Scout Encontraba Geniales. No solo era un niño
insolente en la infancia que creció para ser un adolescente más insolente, sino
que también se estaba convirtiendo en un idiota total. Siempre sentía la
necesidad de ducharme después de nuestros encuentros el último año—. Que
alguien me recuerde por qué.
—Probablemente tiene algo que ver con esa cosa de que Scout es la hermana
de Jesús —dijo el siempre útil Liam.
—¿Soy Jesús?
—¡Jase! —Talley lo golpeó en el brazo, los ojos ampliamente abiertos—. No
seas sacrílego.
—¡Oye, él empezó!
—No sabía que Jesús tenía una hermana. —Charlie estaba apoyado contra la
barandilla. Fingí no ver el bastón que intentaba ocultar detrás del poste.
—No la tiene —dije—. Liam y su familia padecen un delirio heredado.
—¿Qué, por favor, incluye este delirio? —preguntó Charlie.
—Oh, lo usual. Soy la verdadera hija de Dios, que solía ser la luna pero se
convirtió en la primera Cambiante, y ahora he reencarnado para guiar a mi
gente fuera de las ataduras y preparar el cielo en la tierra, o esos sin sentido.
—Cielo en la tierra. ¿Eso sería como un bufé de toda la pizza que puedas
comer?
—Estaba pensando más como Disneylandia sin filas.
—Yo hubiese elegido Universal —dijo el chico nuevo—. Tienen esa increíble
rueda del Hombre Araña y Cerveza de Mantequilla.
Realmente me tomé el tiempo para mirarlo y notar que no era miembro de la
Manada Hagan. Los hombres Hagan estaba en el rango bajo de la altura
promedio, sólidos con la palabra pesador nunca cruzando su mente y ojos
verdes. Este chico era como un poste de metro ochenta con ojos cafés
sobresaliendo de su estrecho rostro. Decidí que tenía que ser de otra Manada,
237
aunque parte de mí negaba que fuera un Cambiante. Había algo extraño sobre
él que no podía ubicar.
—¿Quién eres tú? —No era la presentación más educada de todas. Mis
abuelas, todas las cuatro, habrían estado horrorizadas.
—Joshua —dijo, extendiendo una huesuda mano—. Soy el compañero de
habitación de Jase.
De seguro había escuchado eso mal.
—¿Compañero de habitación de Jase? ¿De la universidad?
—Sí, señora.
—¿Jase de alguna forma mágica fue ubicado con un compañero Cambiante?
—¿Yo? ¿Un Cambiante? —Joshua bufó.
Me giré hacia mi hermano.
—Ya sé que dije que tenías que ser más honesto con toda esta cosa de los
Cambiantes, pero hablaba de mí, la hermana que has conocido toda tu vida. No
algún tipo que conociste en agosto. Y de seguro no me refería a que lo trajeras a
mi lucha en jaula con Sarvarna.
Jase se apoyó contra la silla colgante frente a la que él y Talley estaban
sentados, y atrajo a su compañera contra su pecho.
—Liam dijo que necesitábamos personas.
—Cambiantes. No humanos.
—Oh, bueno, si ayuda, no soy humano. —¿Loco no-Cambiante dijo qué?—.
Quizá deba reformular esa presentación. —Él estiró su mano de nuevo—. Hola,
soy Joshua, un Inmortal.
Esperé, pero nadie rió.
—No hay tal cosa como Inmortales.
Joshua se estiró y tiró de su oreja.
—¿Se supone que debo pincharte o tú me pinchas para probar mi existencia?
238
—Ambas solo probarán que eres corpóreo. —Saqué la cuchilla de bolsillo
que había encontrado en la bolsa canguro de la sudadera Harley. Usando un
movimiento que Liam grabó en mi cabeza durante el invierno, atrapé a Joshua
contra un poste del porche y apunté el cuchillo a su yugular—. Eso no es lo que
necesito saber. Ahora, ¿te apuñalo o te apuñalas solo? —Apreté la punta un
poco más en su cuello, pero no lo suficiente para cortar. Puede que esté
preparada para acabar con toda una Manada Alfa si tengo que, pero no había
forma en que realmente hubiese podido apuñalar a un chico que se veía como
un Muppet. Pero podía asustarlo un poco, especialmente si terminaba con
cualquier broma estúpida que él y Jase estuviesen disfrutando a expensas mías.
Su mano atrapó mi muñeca, doblándola hasta que dejé caer el cuchillo.
—Nada de apuñalar.
—Pero creí que los Inmortales era, ya sabes, inmortales.
—Lo soy. Si me apuñalas, viviré, pero igual se sentirá como si alguien
hubiese metido un cuchillo en mi cuello.
Miré el cuchillo. Habían pasado días desde que había tenido una apropiada
sesión de pelea, y cualquiera lo suficientemente fuerte para desarmarme
merecía la pena. Confiaba en que los Hagan no trajeran a alguien que no
pudiera manejar un poco de diversión mano a mano.
—Sabes, dicen que lo que no te mata te hace más fuerte. —Me tiré por el
cuchillo, pero este fue pateado lejos de mis dedos antes de poder cerrar el puño.
Y luego una patada me atrapó en las costillas, no lo suficientemente fuerte para
romper nada, pero lo suficiente para dejarme sin aire. Volé de espaldas, sin
parar hasta que la casa me atrapó.
—Gracias, pero ya soy lo suficientemente fuerte.
Habría estado de acuerdo con él pero primero tenía que recordar cómo
respirar.
—Por cierto —dijo Jase—. Traje conmigo a mi amigo Joshua. Él es un
Inmortal. No te pelees con él. Aparentemente esos tipos son locamente fuertes.
—Gracias. —Me levanté y estiré. Mis costillas doloridas, pero no rotas. Podía
sentir un moratón formándose en mi hombro izquierdo donde había tenido un
239
encuentro íntimo con la pared de ladrillos—. El momento es, como siempre,
impecable.
—Oh, ya hice la cosa de Tocar y Ver para confirmarlo —agregó Talley con
una sonrisa malvada.
—Genial. Has hecho a Talley malvada. —Giré mi muñeca, la cual parecía
funcionar perfectamente—. Y no creas que no te puedo ver intentando no reír,
Charlie Hagan. Ahora también estás en mi lista.
Charlie intentó tragarse la sonrisa y falló.
—Pensamos en decirte inmediatamente, pero decidimos que de esta forma
sería más divertido.
Joshua parecía estar tan entretenido como los otros.
—¿Supongo que estabas de acuerdo con el plan de engaño?
—Siempre he querido ver cómo lo haría contra un Cambiante. —Encogió
esos delgados hombros que no deberían ser capaces de tener tanta fuerza—.
Esta parece como una buena práctica.
Mientras cojeaba hacia la silla colgante junto a donde Liam estaba contra la
pared, estudié a Joshua, esta vez sin intentar ocultar mi evaluación. Sí, esos
brazos eran largos y delgados, pero no les faltaba musculo. Su postura se
suponía que debía parecer relajada, pero en cuanto me tomé el tiempo para
mirarlo realmente, pude ver la postura de guerrero. Por la forma en que
respondió a mi agresión, diría que fue entrenado. Extremadamente entrenado.
Como entrenamiento Jason Bourne62.
—¿Los Inmortales son reales?
—Tan reales como los Cambiantes y las Videntes —dijo.
—¿Y las Taumaturgas?
—He conocido unas pocas.
Jason Bourne: personaje ficticio creado por Robert Ludlum en sus novelas de espionaje
conocidas como El Caso Bourne, El Mito de Bourne y El Ultimátum de Bourne; fue interpretado en
su adaptación al cine por Matt Damon.
62
240
—¿Cómo funciona eso? ¿Y cómo terminaste compartiendo habitación con mi
hermano?
—Cómo funciona no te corresponde saberlo, y Jase solo tuvo suerte.
Cierto. Claro. Eso no sonaba para nada conveniente.
Me acomodé en la silla colgante.
—Dime, Joshua el Inmortal, ¿por qué es que estás aquí?
—Lo mismo que todos los demás. Los Alfas tomaron a alguien que amaba.
Ya que no lo puedo recuperar, tendré que conformarme con algo de venganza.
—Gracioso, creí que todos estábamos aquí para hacer que nos mataran así
Scout podría sentirse oh-tan especial. —Makya estaba frente a mí desde la silla
colgante, haciendo imposible que perdiera su desdén dirigido en mi dirección—
. Quiero decir, ¿realmente es tan buena en la cama como para que estén todos
dispuestos a morir para volver a tenerla? —Su pregunta estaba dirigida a Liam
y Charlie—. Si es así, necesito obtener algo de eso antes de lanzarme contra los
Alfas.
Todos los Cambiantes son rápidos, pero Liam hizo que el resto de nosotros
nos viéramos como caracoles cuando cruzó el porche y atrapó a Makya por su
garganta.
¿Conoces esos momentos en que lo correcto es obviamente loco, y sabes que
se supone que debes hacer lo correcto, pero simplemente parece que no puedes
hacerlo? Este era uno de esos momentos para mí. Sabía que se suponía que
debía detener a Liam. Makya se estaba poniendo azul, por el amor de San
Pedro. Por supuesto que debía detenerse. Y sabía que yo debía ser la que dijera:
“Liam, baja a ese idiota”, pero no lo hice. Miré a Makya luchar, sus pies a unos
cuantos centímetros del suelo. Miré a Liam, quien podía ser una estatua por
todo lo que se movía. Escuché a Jase decir:
—Tío, no puede respirar.
Y Charlie mencionó algo sobre que no valía la pena, pero no hice nada.
Supuse que si Toby no se había metido, podía quedarme ahí y observar a Liam
matarlo, aunque dudaba que Liam hubiese llegado tan lejos.
241
—Es un cobarde y un traidor. —Liam lo dejó caer de nuevo. En el primer
movimiento inteligente de su vida, Makya se quedó abajo y no se movió.
Aunque supongo que es algo difícil hablar cuando estás jadeando en busca de
aire—. Quiero que se vaya antes de mañana —dijo Liam mientras caminaba de
regreso a la casa sin dirigirnos a los demás una mirada.
—Él está loco —chilló Makya en cuanto tuve aire suficiente para lograrlo.
Finalmente impulsada a hacer algo, me levanté sobre el patético perdedor.
Había demasiadas personas a las que culpar por lo que salió mal el verano
pasado, y lo más probable hubiese sucedido sin la ayuda de nadie, pero en ese
momento todo en lo que podía pensar era en Makya desencadenando los
eventos que terminaron conmigo de pie frente a una guillotina.
—Por ti murieron tres hombres, uno está en coma y tu primo no puede
caminar sin un maldito bastón. Te has ganado cualquier mierda que te suceda,
Makya. Se llama karma, y realmente es una perra para quienes lo merecen. —
Me incliné y le mostré mis dientes—. Irónicamente, yo también.
—¿Qué hice? ¡Nada de eso fue mi culpa! ¡Eso fue cosa tuya, psicótica!
—Todos sabemos quién llamó a la Manada Matthews la cual guió a los Alfas
hasta nosotros, así que cállate. —Me incliné más cerca para que pudiera sentir
mi aliento en su rostro—. Liam no estaba bromeando. Será mejor que para
mañana te hayas ido, pero siéntete libre de usar mi teléfono antes de irte para
hacer tu llamada. Asegúrate y envíale a Sarvarna mis saludos.
Era una suposición a ciegas, pero su rostro me probó que tenía razón.
—Harás que los maten a todos —dijo—. Mi familia. Mi padre. Todos morirán
solo porque crees que eres especial. Scout Donovan, la poderosa. Te he estado
tolerando a ti y a tu mierda de ser más sagrada-que-ustedes desde que éramos
niños. —Puro odio atravesó su mirada—. No puedo esperar hasta que te
pongan en tu lugar.
—Nueva fecha tope. —Me apoyé en mis talones—. O te largas de esta
propiedad en quince minutos o terminó lo que Liam empezó.
Esperaba muchas cosas, pero un arma no era una de esas. Salté a la
izquierda, tomé el brazo de Makya y usé el impulso para lanzarlo sobre mi
242
cabeza… y directamente a la chimenea exterior que Liam había encendido más
temprano esa noche.
—Puede que quieras frenar, tirarte y rodar, tío —dijo Jase cuando un Makya
en llamas salió al porche.
Toby golpeó a Makya en el hombro y lo tiró al suelo.
—Catorce minutos. —Mi voz sonaba fría y firme a pesar de la adrenalina
corriendo por mis venas.
Makya se quitó la manta y pude ver las quemaduras en su brazo izquierdo y
en su espalda donde su camiseta se había chamuscado. Parecían dolorosas, pero
no de vida o muerte. Con una declaración final de que todos podíamos realizar
actos sexuales en nosotros mismos, saltó fuera del porche y empezó a caminar
en un estilo ridículamente perezoso hacia la carretera.
243
Capítulo 27
Traducido por vals<3
Corregido por Pily
—¿Cómo estás en realidad? —pregunté a Charlie, dejándome caer a la par en la
banca para dos personas. Todos los adultos habían encontrado su camino a las
diferentes camas y colchones inflables, dejando a la multitud por debajo de
veinte pasar el rato en el porche.
—¿Estoy bien? —Se veía genuinamente confundido—. ¿Por qué?
Agarré su bastón y lo giré como una de esas cosas como rifles de madera que
tienen esas bandas de chicas que marchan.
—Por nada.
Jase, quien estaba una vez más acurrucado con Talley, llegó y agarró el
bastón, que no dejó de rotar mientras pasaba de mi mano a la suya.
—Su pierna izquierda y su espalda se rebelaron. La espalda fue quebrada y
su pierna por la herida de bala. Se suponía que se iba a disparar al interior del
muslo. Falló.
Hice mi mano en forma de pistola y apunté a mi pierna. Y luego intenté un
ángulo diferente. Y luego otro.
—Está bien, me rindo. ¿Cómo fue que fallaste?
Charlie se escabulló de su silla y pateó con su pierna buena. El bastón salió
volando. Sin ver, lo agarró antes de que le golpeara la cabeza.
—Creo que solo soy torpe.
Reí, porque eso era lo que se suponía que tenía que hacer, pero no se sentía
bien. Entrelacé mi brazo con el suyo y recosté mi cabeza en su hombro. Hacía
un tiempo, sentarme así con Charlie podría haber enviado a mi corazón un
espasmo de excitación, pero ahora hacía lo opuesto. Ser capaz de tocarlo,
sabiendo que estaba bien, me calmó.
244
—Sabes que estoy realmente enfada contigo, ¿verdad? De todos modos, ¿qué
clase de estúpido movimiento fue ese? ¿En qué estabas pensando tratando de
matar al Macho Alfa y tres miembros de la manada Alfa por tu cuenta?
—Estaba pensando: “No voy a dejarlos matar a una de mis mejores amigos”,
al principio y después estaba pensando, “No los voy a dejar matarme” y al final
estaba pensando acerca de cómo el pastel es una mentira, pero estoy bastante
seguro de que eso era la lesión cerebral hablando.
—En primer lugar, ¿el pastel es una mentira? Gracias por ese voto de
confianza. Y en segundo lugar, ¿una lesión cerebral? ¿En serio?
Joshua, quien estaba a tres-cuartos de camino a dormirse, permitió a un solo
párpado abrirse.
—¿Alguien dijo pastel?
—No era tanto una lesión, más como una contusión —dijo Jase.
—Una contusión es una lesión cerebral, genio.
Jase miró a Talley, quien confirmó lo dicho.
—Bueno, ya no tiene la lesión cerebral, así que relajen sus bragas.
De nuevo el párpado de Joshua se abrió.
—¿Alguien dijo Snickers63?
Y luego roncó.
—¿Es eso un desorden alimenticio o un desorden de sueño? —El chico
parecía lo suficientemente lindo y yo estaba toda “el enemigo de mi enemigo es
mi amigo”, pero estaba a tres pasos de la rareza de Russell Brand64.
—Es un problema con el ritmo circadiano —dijo Joshua sin abrir los ojos—.
Esto de estar despierto todo el día está matándome.
—Para ser justos, es también un incurable problema de golosidad, almidón y
no tener que preocuparte por la diabetes.
63
Snickers: marca de chocolates. Juego de palabras, en inglés Jase dice: “unwind your
knickers”.
64
Russell Brand: actor británico de comedia, conocido por su papel en La Era del Rock, y ser el
exesposo de la cantante Katy Perry.
245
—Solo estás celosa.
—Y tú estás de alguna manera roncando y hablando al mismo tiempo. Vete a
la cama.
—Talley Matthews, soy lo suficientemente viejo como para ser tu abuelo. No
me digas qué hacer.
Todos nos sentamos ahí y observamos. Talley lo miró.
—Está bien. —Finalmente cedió ni siquiera treinta segundos después.
No mucho después Joshua arrastró los pies dentro de la casa, todos los
demás empezaron a sucumbir ante el cansancio. También estaba cansada, pero
no podía conseguir entrar. Con toda la entrada de personas, Michelle rehízo
todo los arreglos para dormir, mandándonos a Liam y a mí al mismo cuarto.
Eso no era una situación en la que quería entrar. Así que en lugar de eso me
quedé en el pórtico, observando las estrellas desde un capullo de mantas.
—¿Tienes espacio ahí para mí?
Abrí un lado de mi capullo.
—Siempre hay espacio para Talley-O. —Mi mejor amiga se deslizó a mi lado,
descansando su cabeza en mi hombro—. Adelante —dije cuando sentí el gentil
empuje de su Visión. Desde que me estaba tocando, sabía cada una de las
emociones que sentía: sorpresa, simpatía y finalmente exasperación—. Lo hice
de nuevo.
—¿Hiciste qué de nuevo? —preguntó.
—Arruinar todo este asunto del apareamiento. —Froté una mano sobre mi
cara—. Dios, odio este aspecto de la vida de Cambiantes. ¿No son las relaciones
lo suficientemente difíciles sin añadir alguna mierda sobrenatural de unión
para toda la vida?
—Habla conmigo acerca de eso.
—¿Por qué? ¿No lo sacaste ya de mi cabeza? —Se acurrucó más cerca, la
fragancia de su champú para bebé sobrepasando cualquier otro aroma. El olor
me regresó tantos recuerdos. Me sentía abatida por todos.
—Tal vez necesito que me expliques.
246
—Tal vez estás tratando alguna mierda psicoanalítica. —Una risa silenciosa.
—Tal vez, pero cuéntame de todas formas.
Suspiré.
—Rachel dice que Liam y yo somos compañeros y desde que consigo los
mismos fragmentos de emociones de él como lo hago cuando tú me estás
protegiendo, empiezo a creerle. —Porque, vamos a enfrentarlo, eso era lo que
todos estos fantasmas emocionales eran. No estaba engañando a nadie, ni
siquiera a mí misma, pretendiendo otra cosa.
—¿Y tú no quieres ser la compañera de Liam?
Una estrella fugaz cruzó el cielo y como una niña pequeña, pedí un silencioso
deseo.
—¿Sabías que Rachel dice que eres una estrella? Todos los Videntes lo son.
Ustedes son estrellas y yo soy la luna. No estoy segura qué es lo que supone
que debe ser Joshua. Tal vez una nube.
—Scout, estás evitando la pregunta.
Sí. Sí lo estoy.
—No es la persona que pensé que era.
—¿Y es eso algo bueno o algo malo?
—No está enojado —digo—. Bueno, lo está, pero también está triste. Y
culpable. Y abrumadoramente cargado con el peso del mundo entero.
—Me recuerda a esta chica rubia que solía conocer.
—Es tan Dominante y mandón que quieres estrangularlo la mitad del
tiempo, pero cuando nadie está viendo, es amable y atento. Incluso tiene
sentido del humor.
—Suena como un chico bastante bueno.
—Es un tipo grandioso.
—Sin mencionar increíblemente atractivo.
—Ridículamente atractivo.
247
—¿Crees que podrías amarlo?
—Sé que lo hago. —Buen Dios. Lo dije en voz alta. Eso lo hacía real, ¿verdad?
—Así que, ¿cuál es el problema?
—Escoge uno. Él piensa que estoy traicionando a Alex. Su lobo me escogió
como su compañera y él lo resiente. Estamos a punto de empezar una pelea con
los más poderosos Cambiantes en el planeta, por lo que no es exactamente el
tiempo ideal para envolverse en una relación. —Cuando saboreé sangre, removí
el interior de mi mejilla de mis dientes—. Y no dejemos atrás todo el problema
de “Scout es una zorra de amor”.
Talley levanta su cara.
—¿Qué es una zorra de amor exactamente?
—Tú sabes, una imprudente persona que anda por ahí enamorándose de
cualquier chico atractivo que se le cruza al frente. Charlie. Alex. Liam. Soy toda
“¡Oh, un chico lindo!” Y la siguiente cosa que sé es que estoy arruinando la vida
de todos porque quiero acurrucarme dentro de ellos y vivir ahí para siempre.
—Esa es muy posiblemente la más bizarra y horripilante descripción de lo
que se siente enamorarse que he escuchado.
—Enamorarse es bizarro y horripilante.
—Y es asombrosamente, increíblemente, maravilloso. —Una sonrisa
enorme—. Sé que piensas que cometiste un error cuando forzaste a Jase a
declararme como su compañera, pero no lo hiciste. Nos hiciste a ambos el
mayor favor que alguien ha hecho por alguien jamás.
No podías argumentar en contra de la radiante alegría que salía de ella.
—Vas a tener que decirme cómo exactamente ustedes dos se volvieron la
pareja más feliz del mundo.
—Lo haré. Después.
—¿Después de qué?
—Después de que te conviertas en Alfa.
No pude detener la chirriante risa que salió de mi garganta.
248
—¿Me estás sobornando para mantenerme con vida, Talley Anne Matthews?
—Y aceptes la posición una vez que la ganes.
—Jase realmente ha sido una mala influencia para ti.
—Él dice la misma cosa de ti. —Su voz estaba bañada de humor, pero
cuando se sentó, se había ido—. Vas a sobrevivir a esto.
—Por supuesto que lo haré. —Traté de sonreír—. La muerte y yo seguimos
encontrándonos y yo sigo saliendo victoriosa. ¿Por qué sería esta vez diferente?
—Esta vez tienes la esperanza de una especie entera y el corazón de un
compañero que depende de tu supervivencia.
La fulminé con la mirada.
—Gracias. Como que necesito más estrés.
—Solo lo estoy “manteniendo real”, como dicen los niños.
—¿Qué niños?
—Los de 1990.
Nos sentamos en silencio por un rato después de eso. Estaba pensando en ser
“la esperanza de una especie entera” mientras Talley podría haberse dormido
un poco.
—Te das cuenta de la falta en tu lógica, ¿verdad?
O tal vez estaba súper quieta, así podría asustarme hasta la mierda cuando
finalmente decidiera hablar de nuevo.
—Mi lógica siempre está bien, pero ¿cuál explicación lógica en particular
estás teniendo problemas para entender?
—¿El lobo de Liam te escogió para ser su compañera?
—Nuestros lobos… encajan. Siempre lo han hecho. —Él fue la primera cosa
que Scout Loba conoció en este mundo y su confianza en él nunca ha vacilado.
Lo consideraba suyo y él no pareció tener ningún problema con su declaración.
Su vínculo era innegable—. Liam Lobo tomó la decisión sin Liam Humano.
249
Partió mi corazón en dos admitir eso, así que marcó un poco que Talley lo
manejara como una maldita histérica.
—¿ Liam Lobo? ¿Liam Humano? Actúas como si fueran dos personas
diferentes.
—Lo son.
—¿Son Scout Loba y Scout Humana diferentes?
—Por supuesto.
—¿Cómo?
¿Por qué me estaba preguntando eso? ¿No fue ella la primera en explicarme
todo a mí?
—Scout Loba es toda instintos y actos sin pensar. Yo sobre pienso qué voy a
comer para el desayuno.
—¿Pero las cosas base, tus creencias, esperanzas, miedos y amores, cambian?
¿O Scout es siempre Scout, sin importar cómo se vea?
Podía ver por dónde estaba yendo.
—Es diferente…
—E incluso si el lobo de Liam fue quien te escogió para hacerte su
compañera, lo que no creo ni por un minuto, estás ignorando el hecho de si
alguna vez ahí estuvo un lobo que algunas veces tomaba forma humana en
lugar de la otra manera, igual es Liam Cole.
Esto es el porqué toda chica necesitaba una mejor amiga. Algunas veces
tienes que tener a alguien que empuje tu cabeza fuera de la arena y te enseñe las
cosas para las que eres demasiado terco o estúpido para ver.
—¿Crees que quiere estar conmigo?
—¿En serio? ¿Tienes que preguntar?
Colapsé contra el respaldar de la banca, alivio y frustración compitiendo por
el primer lugar.
250
—¿Entonces por qué esta siendo tan difícil con toda esta situación? ¿No
podría solo besarme y decir “Yei, nos gustamos y pasaremos el resto de
nuestras vidas juntos”? ¿Es eso en serio tan difícil?
—Yo no dije que ustedes no tienen equipaje.
—¿Alex?
—Alex.
Y devuelta a la pequeña bola de la que me fui.
—Sé que no es Alex, Tal. En serio, lo sé.
—Sé eso, pero ¿lo sabe Liam?
—Uhm…
—¿Y qué con Charlie?
—Confundir a Charlie con Liam nunca ha sido un problema.
—Sabes que no es eso lo que quise decir.
—Charlie y yo… —¿Cómo explicarlo?—. Hasta el día que muera me voy a
sentir responsable por el bienestar emocional de Charlie y él va a seguir
haciendo cosas estúpidas como dispararse a sí mismo en la pierna para tratar de
protegerme. Nos amamos, pero como una familia. Cualquier oportunidad de
tener un romance murió con Alex. Ambos aceptamos eso. —E incluso si todavía
hacía a mi corazón doler, realmente lo aceptaba totalmente—. Algún día va a
conocer a alguien que yo considere digno y sus hijos me llamar{n “Tía Scout”.
Cada vez que se metan en problemas, les contaré una historia de algo
igualmente terrible que hicimos como niños.
—Recuérdame mantener a tus verdaderas sobrinas y sobrinos lejos, muy
lejos de ti.
—No tienes oportunidad, futura cuñada.
La mano de Talley acarició mi cabello.
—Voy a salir de una pieza de aquí y digo que Liam no sabe nada de esto
tampoco.
251
—¿De las historias acerca de nuestra llena-de-energía y equivocada
juventud?
Una clásica mirada Talley/mamá.
—Que tú y Charlie no son Tú y Charlie.
—Nunca sucederá.
—Tienes que hablar con él, Scout. No puedes solo andar por ahí, esperando
cosas que no sucederán por si solas. Tienes que hacer parte del trabajo pesado.
—Sabes, probablemente esté escuchando esta conversación entera, así que en
realidad no te…
—Habla con él.
—¿Qué tal después?
—¿Qué tal ahora?
Gruñí, pero no porque me estaba empujando. Sino porque tenía razón y lo
sabía. Pensé un segundo en la historia de que los Cambiantes Dominantes
venían con visión de Rayos X.
Talley se levantó y se estiró.
—Puedo ver que mi trabajo aquí está hecho. —Agarró mi mano, poniéndome
de pie—. Ahora, ve ahí y reclama a tu compañero, Scout Donovan, Líder de la
manada Donovan-Hagan-Matthews y futura Hembra Alfa.
***
Ahí había un lobo en mi cama.
No. No “un lobo”. Tenía que dejar de pensar así. Liam. Liam estaba en forma
de lobo en mi cama.
Y si él podía hacer trampa, entonces yo también.
—Fue el día que encontramos la manada de lobos —dije. Sentándome en un
lado de la cama—. Sé que no te dije antes, pero la única razón por la que pude
cambiar tan rápido a la luz del día era porque sabía que si no lo hacía, morirías,
y no podía dejar que eso pasara. No podía perderte. —Enterré una mano en su
pelaje y él puso su cabeza en mi pierna—. Casi muero. Sé que sabes que era
252
malo, pero estoy diciéndote que estaba ahí, en ese lugar, En el Limbo, con Alex,
y me dieron la oportunidad de escoger. Podía ir rápidamente en una gentil
noche y estar con él para siempre o podía regresar y afrontarme a la luz de la
muerte para estar contigo. —Lo miré a los ojos, ojos que eran cien por ciento
humanos—. Te escogí, Liam. Ni siquiera tuve que pensar en ello.
Levanté mi mano para acariciar el pelaje de la parte de arriba de su cabeza y
traté de ignorar la forma en la que temblaba.
—Sé que no quieres toda esta cosa del emparejamiento y, honestamente, creo
que somos demasiado jóvenes para aceptar compromisos para toda la vida,
pero está hecho y terminado ahora. Tal vez no es lo que ninguno de los dos
planeó que pasaría y tal vez no es la situación ideal, pero es la que se nos está
dando. Y puede ser egoísta y puede no ayudar, pero voy a ser feliz porque
pasaré el resto de mi vida conociéndote. Quiero decir, sé que no va a ser fácil y
probablemente tendremos un montón de esas épicas peleas que tendrán un
volumen entero en El Repositorio, pero quiero estar ahí para todas.
Liam se levantó. Mi corazón se detuvo, con la idea de que iba a Cambiar,
pero en su lugar se reacomodó en la cama. Al principio creí que era otro
rechazo, pero entonces levantó su cabeza y miró hacia mi almohada para decir
“¿Qué estas esperando?”
Sabiendo que no iba a conseguir nada más de él, me arrastré dentro de la
cama, rechazando los cobertores por su calor.
253
Capítulo 28
Traducido por vals<3
Corregido por Pily
—Están viniendo.
Aterricé en un montón a los pies de Talley gracias al monstruosamente fuerte
Inmortal Joshua.
—¿Quiénes? —Jadeé. Me aferré a mis costillas mientras me inclinaba a la
derecha y…
Sip. Algunas de ellas estaban definitivamente quebradas. Era una buena cosa
que me estaba convirtiendo en una profesional Cambiando cuando quisiera,
desde que todo el mundo estaba usando el entrenamiento como una excusa
para jugar al juego “Dale una paliza a Scout”. En cuarenta y ocho horas, tuve
que sanar un esguince en el tobillo, dos dedos quebrados y un hombro
dislocado.
—Los Alfa —dijo—. Mischa me mandó un mensaje.
Mientras Jase estaba lamiendo los pies de Sarvarna, Talley se estuvo
haciendo más cercana a las Videntes de la Manada Alfa. De muchas maneras,
fue el esfuerzo más riesgoso. Nadie sabía a ciencia cierta qué Veía Sarvarna —
los rumores más populares estaban vinculados con la oportunidad o lo que la
persona más deseara— pero todos en nuestro campamento estaban de acuerdo
en que era algo que le permitía manipular a los que estaban a su alrededor.
Funcionaba bastante bien cuando estás jugando con política, pero en realidad
no te ayuda a identificar a un espía. Por otro lado, Talley estaba tratando con
Videntes capaces de sacar pensamientos de su cabeza. Un solo error y estaría
terminando el juego. Afortunadamente, pronto descubrió que dos de las más
poderosas Videntes de la Manada Alfa —Mischa y Lizzie— ya eran del equipo
Scout. Aparentemente Mischa vio algo bastante convincente cuando me tocó el
verano pasado, así que con el tiempo empezaron a pasar información
importante a Talley cuando podían.
—¿Y con “viniendo” te refieres a…?
Talley retorció un mechón de su cabello alrededor de su dedo.
254
—Aquí. Están viniendo aquí.
—¿Sabemos cuándo?
Negó con la cabeza mientras Charlie maldecía desde la esquina donde él y
Jase habían estado levantando pesas.
—Fue Makya —dijo Toby—. Maldita sea, ¿cómo pudo hacernos eso? ¿Qué
infiernos estaba pensando?
Mordí mi lengua para evitar mis comentarios de la habilidad de Makya para
pensar. La comadreja viscosa estaba golpeando duro a Toby. El líder de la
Manada sentía como que nos había fallado. No estaba exactamente segura de
qué era lo que pensaba que podría haber hecho por Makya, solo posiblemente
remover sus cuerdas vocales.
Liam apareció en la puerta de la sala-convertida-en-cuarto-de-entrenamiento
como si lo hubiesen convocado.
—Trataremos eventualmente con él con el tiempo.
—Me haré cargo de eso. —Era una afirmación, pero buscaba por el permiso.
Liam se lo concedió a Toby con una masculina palmada en el hombro.
Mientras el problema de la traición de Makya era necesariamente abordado,
sentía que teníamos asuntos más urgentes que discutir. Me empujé en una
posición sentada, con cuidando de no esforzar mis costillas.
—¿Qué va hacer ella, Jase? ¿Cuál será su plan de juego una vez que llegue
aquí?
Jase tomó una botella de agua y se dejó caer a mi lado.
—¿Por qué me estás preguntando? Tú eres el cerebro de esta operación.
Estoy mayormente aquí por los ojos dulces y ocasionalmente con replicas
ingeniosas, algo así como Thor en Los Vengadores65.
—Primero que todo, Thor es un dios…
—Eres la que dijo que soy Jesús.
65
Los vengadores: película y personaje de Marvel, entre los personajes se encuentran Thor, Iron
Man, La Viuda Negra, Ojo de Halcón, Hulk y otros.
255
—… segundo, si eres Thor, entonces soy Loki66. Realmente no apruebo esta
comparación.
—Nah, no eres Loki. Tus cuernos son demasiado pequeños. Estoy pensando
que ese es el rol de Angel. ¿Puedes verla tratando de tomar el control del
mundo solo porque puede?
—La diferencia entre Loki y Angel es que ella lo lograría y probablemente
tendría tres cuartos del mundo feliz porque lo hizo.
Podía verla sentada en un gigante trono rosado dando órdenes. La mayoría
sería para hacer al mundo tan bonito como fuera posible. Tan lejos como sus
reglas absolutas fueran, el mundo podría ser un montón peor.
—Y tercero, eres el que ha estado siendo todo amigo-amigo con ella por los
pasados nueve meses. Seguro que tienes una mejor idea de cómo funciona su
cerebro que cualquiera del resto de nosotros.
—Scout, te conozco desde que tenía ocho semanas y no tengo ni idea de
cómo trabaja tu cerebro. ¿Qué te hace pensar que ya averigüé cómo trabaja el de
Sarvarna?
Empecé a poner mi cabeza en mis rodillas, pero mis costillas me recordaron
por qué era una mala idea.
—Sabes —dijo Jase—, podría solo llamarla y preguntar.
—Esa es posiblemente la peor idea que alguna vez he escuchado —dijo
Charlie, ahorrándome el problema.
—No, piénsalo. —Se inclinó con entusiasmo—. Podemos hacerlo como esos
programas de policías. Establecer un interceptor. Dejamos a las personas
inteligentes analizar todo lo que dice y el sonido de fondo. Rastrear la llamada.
—No tenemos equipo interceptor de llamadas o equipos de analística —
apuntó Toby.
66
Loki: hermano adoptivo de Thor, hijo del dios Odín de la mitología nórdica; Loki es conocido
por ser el enemigo de Thor y por intentar dominar el mundo en la película Los Vengadores.
256
—Somos Cambiantes y la luna llena es mañana en la noche. No necesitamos
interceptores de teléfonos. Y Joshua puede manejar el rastreo del teléfono,
¿verdad?
—Podría hacerlo hasta dormido.
—Toby es un policía —señaló Talley—. Podría probablemente conseguir algo
de una conversación.
—Oye, no soy…
—Y no te olvides de ti y Scout y su completa nerdidad. —Jase estaba
literalmente frotándose las manos.
—Esta idea apesta. —Miré a Liam por apoyo—. Dile que está siendo
estúpido. Nunca realmente me escucha.
Liam, el imbécil traidor, solo se encogió de hombros.
—No lo sé. Creo que vale la pena intentarlo.
Mantuve una corriente de argumentos contra lo que Jase estaba llamando
“Operación: Llamada por Teléfono” hasta el momento en que estuvimos
sentados alrededor de la mesa del comedor, un celular en la mano de Jase.
Incluso sabiendo que Sarvarna poseía el oído normal de un humano, tenía
miedo de incluso tragar.
—Buenas tardes, su majestad. —Jase se recostó a su silla, su postura reflejaba
la misma comodidad casual que su voz. A su lado, Talley sentada rígida, con su
mano en la de él. Era una condición en la que él insistió, queriendo tener la
certeza de que Talley siempre sabía cuál parte era un espectáculo para Sarvarna
y cuál parte era real.
—Jase, querido. He estado tratando de llamarte por días. Estaba empezando
a pensar que me estabas evitando.
Peleé por controlar mi respiración. Era lo suficientemente malo que todos en
el cuarto pudieran escuchar la manera en la que mi corazón pateaba al sonido
de su voz. Relajé mi cara, esperando que interpretaran el incremento en mi
ritmo cardíaco como emoción en lugar de miedo trepando por mi columna.
257
—¿Cómo has estado, Sari? ¿Cómo está yendo la renovación de la guarida?
¿Han terminado mi cuarto ya?
Escuché intensamente el sonido de fondo. No estaba sola, además esos
alrededor de ella estaban tomando tanto cuidado como nosotros para estar
callados. Traté de contar cuantos corazones podía escuchar, pero era imposible
sobre el alto sonido de zumbido.
—El sonido en el fondo, ¿qué es eso? —articulé a Liam.
Ladeó la cabeza, escuchando. Luego un golpe de pánico se disparo a través
de mí.
—Avión —articuló de regreso.
—Tu cuarto está casi terminado. Me pone triste que nunca lo verás.
Así que no estaba jugando a la duda. Bien.
—Sí, bueno, creo que mis prioridades han cambiado.
Y tampoco lo estaba Jase. Gracias a los dioses. Solo podía manejar tantas
mentiras y evasivas antes de que mi cabeza comenzara a doler.
—No lo entiendo —dijo Sarvarna—, pudiste haber tenido tanto, hasta que te
aliaste con esos que quieren destruir nuestra sociedad entera. ¿Por qué harías
eso?
Toby, quien estaba sentado en el lado opuesto de la mesa, alzó seis dedos.
Liam sacudió la cabeza y sacudió su pulgar hacia arriba. Más de seis personas
en el avión. También era la impresión general que estaba consiguiendo. Ocho
era mi estimada consideración, pensé que podía haber más, muy lejos del
celular para ser escuchados.
—El sistema está roto, Sari. Hemos tenido que arreglarlo.
—¿Declarándole la guerra a tu especie?
Joshua volvió la laptop. La página lucía como una oficial del tipo de
seguridad nacional. No quería saber cómo entró. En ella, había una lista de
vuelos. Apuntó a dos, ambos vuelos privados saliendo de Rumanía con destino
final al norte de los Estados Unidos.
258
Uno llegaba en dos horas, el otro en seis. Señaló el que llegaba en dos horas y
escribió “80 % de probabilidad” en una pieza de papel.
—No estamos declarando la guerra. Solo buscamos un cambio de régimen.
Puedes terminar todo esto dejando y entregando el liderazgo a alguien que lo
merezca.
—¿Y qué te hace pensar que no lo merezco?
¿Que eres una malvada y odiosa bruja?
—Trataste de matar a mi hermana.
Oh, cierto. También está eso.
—Sabes que esto terminara mal para todos ustedes, ¿verdad, Jase?
—No sé acerca de eso. —Jase encontró mis ojos y sonrió—. Tengo a Lilith y
Lobo de mi lado. Algo me dice que eres la que está viendo el no-tan-feliz-parasiempre-final.
259
Y con eso, él colgó la llamada.
***
—Había ocho o más en el avión—dije tan pronto como Jase puso el teléfono en
la mesa.
—Y si el Inmortal tiene razón…
—Generalmente la tengo.
—… estarán aterrizando en el territorio de la Manada Odom. No creo que
eso sea una coincidencia —dijo Liam.
Toby vio el mapa que Joshua puso en la laptop.
—La Manada Miller no está muy lejos de ahí. Y no olviden los Bowens.
Pueden estar todo el camino a Utah, pero son la más grande y dominante
manada en América.
La mirada de Talley se movió de una cara a otra.
—No entiendo…
—Está construyendo un ejército —dije—. Tratará de sacarnos antes de que
pueda emitir un Desafío. —Cerré mis ojos, un intento para enfocarme a través
de todo el pánico—. Alguien deme un número.
—Veinticinco, conservadoramente. —La voz de Liam me respondió.
—Talley —dije.
—Scout —respondió.
—Te quiero en el siguiente vuelo fuera de aquí. —Me volví hacia Joshua—.
¿Puedes arreglarlo? Llévala de vuelta a Kentucky, pero no a Timber. Mándala a
la Manada Matthews. Si deciden ir tras ella, no buscarán inmediatamente ahí.
—No, me quedaré aquí.
—Tal…
—Me quedaré.
—Te irás.
—No.
—Talley, no eres una luchadora. Eres una Vidente. Esto podría ser doloroso y
estar lleno de problemas. No necesitas estar aquí.
En lugar de argumentar, se levantó, sacó un arma de debajo de su
voluptuoso abrigo y apuntó a mi cabeza. Me zambullí mientras ella apretaba
dos disparos.
Los chicos en el cuarto saltaron en un coro de profanidades mientras salía de
debajo de la mesa en un ataque.
—¿Qué demonios está mal contigo? ¿Estás loca? ¿Estabas tratando de
matarme?
Charlie apuntó a la ventana a mi lado, que Talley había destrozado.
—No eres la única que se ha estado manteniendo al día con los
entrenamientos —dijo—. Talley va a la zona de disparo casi todos los días. Se
está convirtiendo rápidamente en una leyenda.
Rachel era una de esas señoras mayores con una inclinación por las horribles
decoraciones de jardín.
260
Había búhos de metal clavados a los árboles, una variedad de campanas de
viento haciendo escándalo y criaturas de cerámica que cubrían el césped. Ahora
había dos menos, desde que Talley mató a una ardilla de cerámica y una
vidriera de sapos.
—¡Eres como Samuel L. Jackson67! ¿Qué diablos?
Talley deslizó hacia abajo el arma en su funda.
—Necesito defender lo que creo. No estaré en la línea directa de combate,
pero si lo necesito, puedo protegerme y a los que amo. ¿No era eso todo el
asunto de hacerme aprender defensa personal? Quiero decir, fue tu idea, Scout.
Bien, no podría hablar con Talley acerca de irse, tal vez podría hacer que
nuestra lista de heridos tuviera lógica.
—No supongo que hay alguna manera de convencerte para que te vayas —
dije a Charlie.
—No hay oportunidad. —Empecé a hacer mi argumento, pero me cortó—.
No estoy planeando pelear, pero tampoco me estoy yendo.
No era una victoria completa, pero era mejor que nada.
—¿Te quedarás con Talley?
—Y la protegerá con mi vida.
Por supuesto lo haría. Proteger a sus amigos, sin importar que le cueste
personalmente, era lo que Charlie hacía.
En minutos el comedor se convirtió en un cuartel de guerra. Los chicos
hablaron de defensa y perímetros, la mayoría de los planes sonaban como
estrategias de videojuegos. Mientras hablaban, yo busqué en Google golpees de
estado sin derramamiento de sangre. Los resultados no eran lo que llamaría
optimistas, pero aun así mantenía la esperanza.
La siguiente noche era luna llena. Por requerimiento de Toby, Marie y
Michelle se movieron a la Casa Segura. Los Hagan estaban cuidando de
observarlas mientras Liam y yo íbamos a la guarida por Rachel, quien se negaba
a ser “intimidada por una niña con delirios de grandeza”. Afortunadamente, su
Samuel L. Jackson: actor y productor estadounidense, es conocido por sus papeles en Los
Vengadores, S.W.A.T, El Padrino, Duro de Matar, entre otros.
67
261
complejo de apartamentos estaba en el borde de la cuidad, lo que significaba
que había un lindo y grande prado a menos de media milla donde Liam y yo
nos quedaríamos.
—Uno de estos días me gustaría pasear por uno de estos lugares donde sé
que algo fantásticamente maravilloso pasará —dije—. Como “Oh, mira ese
sucio camino, ahí es donde alguien me va a regalar un carro nuevo y una
provisión para toda la vida de helado”.
Liam dejó su bolso.
—¿La visión de Talley?
—La visión de Talley —confirmé—. Si quieres un asiento en primera fila,
creo que el gran espectáculo pasará justo ahí. —Apunté hacia el pequeño corte a
través de campo.
Liam se volvió en un pequeño círculo, finalmente deteniéndose de cara a la
dirección del pueblo.
—Iremos en esa dirección una vez que cambiemos en lugar de quedarnos por
aquí.
—No. Nos quedaremos. No intentaré huir de esto.
—Pensé que no creías en el destino.
Dejé el bolso al lado del suyo, entonces me arrodillé para escavar en nuestra
comida.
—No lo hago, pero creo en Talley.
Continuamos sacando nuestras cosas en silencio. Me dirigía a través de un
grupo de árboles en donde podría cambiar en privado, cuando Liam dijo:
—Fue cuando te mantuvieron cautiva. —Dejé de caminar pero no me
volví—. Era perfecto. Fueron cautelosos los primeros días, pero una vez que los
Hagan empezaron a llegar, aflojaron, pensando que estaban libres de amenazas.
Tenía todo lo que necesitaba. Podía haber sacado a Jase, Talley y Charlie antes
de que en realidad soplaran, pero sabía que no había manera de salvarte. Me
dije que era por Alex, que no podía dejarte morir porque él nunca me
perdonaría, pero era una mentira. No tenía nada que ver con Alex y todo que
ver conmigo —Entonces estaba detrás de mí. Me volví para encontrar su
262
mirada—. En algún momento, y no sé cuando fue, dejaste de ser la obsesión de
Alex y te convertiste en la mía. La forma en que reaccionabas a todo lo que
pasaba a tu alrededor… era extraño e inquietante. Pero entre más extraña e
inquietante te volvías, más intrigado estaba. Quería saber por qué eras así. Qué
te hacía tan… Scout. Y sabía que si hacía lo que se suponía que tenía que hacer,
si estallaba esa cabina contigo adentro, nunca podría conocerte. —Su mano
viajó por mi mejilla, descansando en el hueco de mi cuello—. Fue ahí cuando te
escogí, Scout. E incluso sabiendo lo que vendría, lo haría de nuevo.
Y entonces, me besó.
Hay algo que tiene que ser dicho acerca de ser besado a propósito. Cierto, los
apasionantes besos fuera-de-control son toda clase de quita respiraciones y
sexy, pero sabiendo que alguien ha tomado activamente la decisión de poner
sus labios contra los tuyos es incluso mejor, especialmente cuando esa persona
es tan enfocado y minucioso acerca de todo el asunto como Liam. No se movió
hasta que mis rodillas estuvieron débiles por el beso.
—Vamos a ganar —dije, con las manos agarradas a su camiseta así no podría
deslizarme hasta el suelo en un charco de correctamente-besada baba.
—Malditamente correcto.
—Y entonces, vamos a resolver esto. —Un ligero levantamiento en la esquina
de su boca en una clásica sonrisa de Liam.
—Veo un largo futuro para esto.
Esta vez, yo lo besé, a propósito.
263
Capítulo 29
Traducido SOS por Isaao417
Corregido por Pily
—Ríndete ahora y dejaré a los otros vivir. —Fue al aproximarse la luz del día
cuando escuché el eco de la voz de Sarvarna a través de mi cabeza.
—No tengo asignado un Desafío formal aún, su majestad. ¿No piensa usted que se
está apresurando un poco?
—Te reuniste en un grupo de Cambiantes con el propósito explícito de
derrocar a la Manada Alfa. Tu hermano ya lo ha admitido. Según nuestras leyes
y costumbres, eres culpable de traición y sentenciada a muerte.
Finalmente capturé su perfume, y no solo el de ella. Liam tenía razón, ahí
estaban al menos veinte de ellos, cerca. Demasiado cerca. Permanecieron en la
dirección del viento, era la única razón por la que no los habíamos notado antes.
—Pensé que iba a morir porque era una Taumaturga y una abominación. Vamos.
Decídete.
—Hay muchas razones por las que voy a matarte, pero ahora, no tendrás tu
muerte sola. Por tu cobardía, tus amigos morirán a tu lado.
Liam se escabulló a través de la hierba en la dirección de la Manada Alfa.
—La cobardía está en enviar una legión de Cambiantes para combatir tus batallas,
Sarvarna. Acaba con esto y nosotras lo haremos. Solo tú y yo. —Me arrastré por
detrás de Liam, girando un poco a la izquierda.
—Una líder no se ocupa de esas mezquinas escaramuzas. Ella delega.
Y luego estaban sobre nosotros. Fue como si una ola de lobos hubiese
estallado desde la tercera fila. El ácido sabor del horror inundó mi boca, pero no
dejé que me controlara. Corrí a través del césped y me abalancé al primer lobo
que rebasé. El poder que irradiaba lo marcaba como un real miembro de la
Manada Alfa, así que no vacilé mientras hundía mis dientes dentro de la parte
blanda de su cuello y tiraba. Me moví al siguiente en fila antes de que el
primero incluso cayera al suelo.
264
O tal vez debería decir los siguientes dos en la fila, ya que fui atacada en
equipo. Mientras uno me distraía por el frente, otro hundió sus dientes en mi
cadera. El dolor fue agudo, pero no debilitante. Lancé al lobo sobre otro que
cargaba contra Liam, para luego girarme y quedar frente al cobarde que tenía
mi sangre en su hocico. Mis dientes rasgaron su pata delantera. La lesión no lo
mató, pero no caminaría hasta que el sol saliera.
Liam y yo éramos buenos, y aún mejor como equipo, pero ninguno puede
esperar ganar cuando la ventaja es de dos contra veinte. La lucha ya hubiese
terminado antes de que comenzara si no hubiese explotado una oleada de
Cambiantes desde la tercera fila, el pequeño cuerpo de mi hermano en la
cabeza.
Apenas había procesado que había un puñado de Hagan ahí cuando un lobo
negro aterrizó frente a mí. Estaba confundida, insegura si era un amigo o
enemigo, hasta que registré su olor. Galletas calientes horneadas y el detergente
de lavandería favorito de Miriam. Hank. No me sorprendió. Dijo que siempre
volvería cuando Liam lo necesitara. Uno de la Manada Alfa se abalanzó, él se
agachó antes de saltar con una furia de los dientes a las garras. Convencida de
que se podía cuidar a sí mismo, era mi turno de hacer frente a mi siguiente
atacante.
—Excelente sincronización, Tal. —Solo unos pocos minutos más, y el ejército
que habíamos reunido en el último minuto habría estado vengando nuestra
muerte en vez de luchando a nuestro lado.
—La mayoría de ellos lo consiguieron antes de la puesta del sol, luego
tuvimos que irnos por todo el camino a través de la ciudad en forma animal —
contestó—. ¿Honestamente no pensaste inspeccionar el campo antes de estar
cambiando por ahí? Si me hubieses dicho ayer donde se iba a dar la batalla, esto
hubiese sido parejo.
Yo misma tenía que defenderme, pero estaba demasiado ocupada peleando
por mi vida. No tenía idea que la guerra humana era así. Nunca había estado
agachada en frente de una pared en algún agujero del Medio Oriente mientras
el eco de disparos y explosiones se oían alrededor, pero no podía imaginar
sonido más horroroso que el de nuestra batalla. Gruñidos y aullidos. Gemidos y
quejidos. Constantemente buscaba las voces conocidas, escuchando sus sonidos
de triunfo o derrota. Liam y yo concentramos nuestras energías principalmente
en los Estrategos y Brigadieres. Traté de ejercer la Dominación con ellos, para
265
forzarlos a la sumisión, pero no lo logré. Sabía que no podría, pero lo intenté.
No conté cuantos maté, aunque reconocía sus caras cuando me atormentaban
en mis sueños. Los otros, los que simplemente volvían a defender a su reina,
eran fáciles. Algunos de ellos se sometían a mí, lo que significaba que vivirían.
No siempre pasaba, pero pasaba. Tal vez solo eran aliados que me confundían
con el enemigo, pero me gustaba pensar que no.
Ocasionalmente me gustaba echar un vistazo a los otros. Liam era, como
siempre, magnífico. Como yo, él estaba tratando de forzar sumisión o solo
lesionaba al mayor número posible, pero cuando no había otra opción, mataba
rápidamente y sin ninguna indecisión. Jase estaba junto a Joshua, quien mecía
una espada a todos lados como un gladiador. Incluso vi a un coyote que con
certeza era Makya. Él no estaba ni la mitad de desgastado, pero
instantáneamente algún Hagan lo tuvo acorralado a un costado.
La batalla pareció durar por siempre, pero sabía que no pudo pasar más de
media hora hasta que empezó a salir el sol. Uno de los menos Dominantes fue el
primero en caer al suelo, los temblores del Cambio atravesaron su cuerpo. Liam
y yo permanecimos en forma de lobo hasta el final, vigilando a los otros junto
con Joshua, quien aún llevaba su espada. No sabía si ahí estaban las Reglas de
Compromiso para Cambiantes, pero uno de ellos no debe atacar a alguien en
medio-Cambio.
El campo era exactamente como la visión de Talley. Sangre por todos lados.
A pesar de que cada herida sanaría durante el Cambio, su piel aún
permanecería con sangre derramada. Pero no todos lo harían. Caminé a través
de los cuerpos retorciéndose. Hank fue uno de los primeros que vi. Podría decir
que la pelea fue particularmente difícil para él, pero estaba Cambiando
rápidamente. Estaba feliz por él, pero lo estaba más por Liam ya que no
perdería otra figura paterna. Jase era un poco más difícil de encontrar. El alivio
al verlo casi superó a la rareza y el asco de verlo en medio-Cambio.
—¿Scout? —La voz de Talley estaba llena de lágrimas, incluso en mi cabeza.
—Jase está bien.
—Lo sé, pero Toby…
Salí corriendo a lo máximo, usando mi olfato para encontrarlo. Salté sobre
cuerpos parte humano parte animal, solo prestando la suficiente atención para
266
no pisar accidentalmente a nadie. Lo encontré muy apartado de los otros. Él
estaba en forma humana, lo había estado durante un tiempo. De nuevo el
último esfuerzo de un Cambiante para sobrevivir había fallado. Otro se hubiese
desmoronado. Aún con partes coyote, él gruño y chasqueó sus dientes cuando
me acerqué.
—Talley, ¿puedes hablar con Makya?
—Él lo hizo Scout, Scout.
Ya lo sabía. Makya no podía llevar a Toby, pero el dolor emanando de él era
palpable.
—Dile que no importa lo que sucede, él se quedará aquí. Si él permite que alguien
que no sea un Hagan toque el cuerpo, él deseara ser el que esté muriendo.
—Scout…
—Llámalo.
—¿Es una orden de mi Alfa?
Mis ojos permanecieron en el cuerpo desmoronándose en el suelo. Recuerdos
destellaban a través de mi cabeza: Toby hablando con Charlie, Jase y yo sobre
mi robo de la sandía del Abuelo Hagan cuando éramos niños. Toby saliendo de
la sala de partos, una enorme sonrisa en su cara cuando se acurrucó en el pecho
a Layne. Toby bajando del avión después de nueve meses en Irak, lágrimas
derramándose por sus mejillas mientras corría hacia su familia. Toby parado
frente a la Manada Alfa, pidiéndoles que me dejaran ir.
Valiente, fuerte, machista Toby. Me condenaría si lo dejaba morir por nada.
—Sí, terminemos esto.
***
Hablando de los Alfas, hubo un momento para mí y Sarvarna en un cara-acara. Cambié para volver a estar con mi ropa. Sentí que hacía trampa con todo
el mundo yendo desnudo, pero no había forma de enfrentarme a ella
exhibiendo mis tetas en frente a un grupo de chicos. Liam, quien estaba
vistiendo un par de jeans, esperaba por mí mientras me transformaba
totalmente en humana y me vestía.
267
—Toby está muerto. —En cuanto a los saludos se refería, este apestaba, pero
no podía evitarlo. Fue malvado, horrible y tenía que dejarlo salir—. Ellos lo
mataron.
Liam limpió las lágrimas de mis mejillas con el revés de su mano.
—Lo siento tanto. Él era un buen hombre.
—¿Cómo le digo Charlie? Oh, Dios. ¿Y a Layne? —Mi corazón se rompió.
Sabía por qué me dolía.
—Scout, necesitas respirar.
¿Él no podía ver que lo intentaba?
—¿Quién otro? ¿Quién otro perdimos?
—Hemos perdido cinco. El brazo de Joshua parece una hamburguesa, pero
me asegura que sanará. Todos los demás deberían estar bien una vez que
termine el Cambio.
—Es mi primera y única misericordia. —No me inmuté, lo que
probablemente la había cabreado. Ella trataba colarse hasta nosotros, pero ni
siquiera el olor a sangre bloquearía su perfume—. Ríndete ahora, y solo
ordenaré Desterrar a los otros.
Pensé que estaría preparada para este momento, que cuando llegara podría
ver suficiente humanidad en ella como para poder seguir. La muerte de Toby
cambió eso. No me importaba si ella amaba a sus padres o adoraba su hermana
menor. Y si ella pensaba que era un demonio fue porque me convirtió en uno.
—¿Si no lo hago?
—Nosotros comenzaremos de nuevo, pero esta vez las heridas no sanaran
tan rápido.
Miré a través del campo, aunque esa escena había sido grabada en mi cerebro
por al menos un año.
—Eso puede no ser la mejor idea, Sarvarna. Como habrás notado, la mayoría
de tu Manada Alfa murió. —Y yo cargaría con la culpa el resto de mi vida —.
¿Estás lista para perder un poco más?
268
—Creo que estoy más preparada para perder soldados de lo que crees, Scout.
—Su labio superior se enroscó—. Tal vez será porque ambas sabemos que toda
la sangre y la muerte están en tus manos, no las mías.
—No puedo decir si estás lo suficientemente loca para creer eso.
—Seguramente sabes que nada de esto hubiese pasado si no fueras una
hambrienta abominación de poder.
—Lo siento. ¿Estás hablando contigo misma ahora? Puedo conseguirte algo
de privacidad, si lo necesitas.
El odio se encendió en sus ojos.
—¿Piensas que esto es broma?
—En realidad, pienso que esto es un Desafío. —Hombros atrás. Voz fuerte y
clara. Nadie podría estar dudando que estuviera a punto de pasar—. Sarvarna,
yo oficialmente te Desafío para el puesto de Hembra Alfa.
—¡No puedes hacer eso!
—Sí puedo, lo hice—. Sométete —le dije a través de la red cerebro-a-cerebro—
, sabes que no puedes derrotarme, y yo no puedo matarte. Por favor. Sométete.
Sarvarna estuvo debatiendo sus opciones por un segundo antes de suspirar.
—Muy bien —dijo, su cabeza cayendo hacia abajo. Caminó lentamente hacia
mí, sus hombros curvados. En ese momento, cuando ella estaba de pie
directamente frente a mí, su cabeza se movió—. Acepto tu Desafío.
Al principio, no lo entendí. Vi su mano apretada alrededor del cuchillo que
salía de mi estómago, pero me pareció utilería o algo. Luego, el dolor me golpeó
y supe que era real.
Suéltalo, suéltalo, suéltalo…
Hubo un grito desgarrador en el aire, pero no era mío. Quería decirle a Liam
que estaba bien, y tal vez mencionarle que lo amaba, pero no podía hablar. No
podía hacer nada. Si ella solo hubiese soltado el maldito cuchillo…
—Te dije que no tomaras lo que es mío —giró su muñeca y mi visión
vaciló—. Tenías que morir como se suponía en julio. —Otro giro. No iba a
sobrevivir—. De hecho, tú nunca debiste haber existido.
269
—Y tú nunca debiste haber sido Hem… —El mundo se puso negro. Mi cuerpo
se fue aflojando, y Sarvarna soltó el cuchillo de mi estómago.
Finalmente.
Con la última pizca de mi conciencia, lancé energía desde el suelo. Dos
latidos de corazón después, y Sarvarna se encontraba clavada en el piso por un
enojado lobo ártico.
Sométete.
Sarvarna mostró sus dientes como si ella misma fuese una loba. Eso fue lo
último que hizo nunca.
270
Capítulo 30
Traducido por valS<3
Corregido por Pily
La muerte tiene muchos olores. El sulfúrico mordisco de la pólvora. El metálico
sabor de la sangre. La áspera quemadura del hospital antiséptico.
—¿Les gustaría algunos minutos?
Las brillantes flores amarillas y moradas del uniforme de la enfermera me
ofendían con su jovialidad. No era un momento alegre. Este no era un lugar
alegre. La única parte del hospital donde a alguien se le debería permitir usar
tan brillantes colores era en la sala de maternidad. Cualquier otro lugar estaba
lleno con los momentos más oscuros de la gente. Cuando estas yendo al
infierno, la última cosa que quieres ver es a tu enfermera en algo tan brillante
que resplandece con la luz del día.
—No —dijo Liam—. Estamos bien.
Ese ridículo uniforme se movió hasta el equipo. Justo cuando su dedo estuvo
posado en frente de la pantalla táctil grité:
—¡No!
—¿Leslie? —preguntó Liam, usando el nombre que le dimos a los
encargados del hospital cuando nos presentamos como el hijo de Stefan y su
muy-pronta-a-ser nuera.
Coloqué un mechón de la peluca rubio-fresa detrás de mi oído.
—Creo que necesito un momento con él primero. —Algo de tiempo antes de
que detuvieran todo el goteo y las máquinas que estaban manteniendo a Stefan
con vida para así poder cementar la posición de Liam y mía como nuevos Alfas.
Antes de correr a llenar papeles de trabajo o lo que fuera que hacen las
enfermeras mientras esperan para poner fin a una vida, agarró una caja de
pañuelos del estante.
—Aquí tienes, cariño —dijo, tendiéndomelos—. Toma todo el tiempo que
necesites.
271
No había puerta para cerrar en estas unidades, pero deslizó la cortina
cerrándola detrás de ella mientras se iba.
Stefan no lucía para nada como antes. El hombre que conocí era fuerte y
orgulloso, radiando tanto poder que incluso los humanos normales
instintivamente sabían que tenían que mantenerse fuera de su camino. El
hombre en la cama de hospital estaba marchito, excepto por los lugares donde
estaba hinchado como un globo de Acción de Gracias de Macy’s. Su oscura piel
se había vuelto amarilla pálido, el color de las manchas y hematomas. El
Estratego que velaba por él, había cuidado de su cabello lo mejor que pudo,
pero aun así colgaba fuera de su cabeza en grupos desordenados. La cicatriz
que corría por un lado de su cara ya no gritaba amenazas. En su lugar, gemía
dolor y derrota.
Parpadeé en contra del escozor en mis ojos.
—Los doctores dicen que aún estas ahí —le dije—. Nos mostraron gráficos
con onduladas líneas y dijeron que era tu actividad cerebral. Y entonces nos
dijeron que tal vez nunca despertarías, y si lo hacías, nunca serías capaz de
funcionar como lo hiciste. No serías capaz de caminar o hablar o incluso tragar.
Pasarías el resto de tu vida atado a estas maquinas. —Tomé una profunda
respiración—. Alguien me dijo una vez que no sería capaz de hacer esto.
Dijeron que no sería capaz de pararme aquí y matarte mientras estabas
indefenso, pero estaban equivocados. De todas las cosas que he tenido que
hacer estos últimos meses, esta es la más fácil porque no te estoy matando,
Stefan. Te estoy liberando. —Apreté la mano de Liam más fuerte—. Nosotros te
estamos liberando. —Me moví más cerca de la cama. Pensé en acercarme y
tomarle una mano para darle algo de confort en esos momentos finales, pero no
pude hacerlo. Sí, sentía lástima por él, pero no tanta como para poder olvidar
todo ese dolor que les causó a otros—. Deberías saber que esto es un Desafío
oficial. Liam se lo declaró a los Estrategos y aceptaron con protestas. Por
supuesto, eso era probablemente porque no quedaban muchos más de ellos y
con Sarvarna muerto no están queriendo morir por ti.
Los monitores se encendieron con su acelerado ritmo cardíaco, mandando
algunas alarmas y pitidos.
—Así que, tienen razón. Estás todavía ahí. Bien. Necesito que escuches esto
—dije mientras Liam caminaba alrededor para jugar con el monitor, el cual
sorpresivamente fue callado. Esperé que fuera porque de alguna manera sabía
272
lo que estaba haciendo y no porque se hubiese desenchufado algunos minutos
demasiado temprano—. No quería esto. No es como que me desperté un día y
pensé: “Voy a atacar a la Manada Alfa”. Sé que mucha gente, incluido tú, no lo
creen, pero es verdad. No sé dónde fue todo mal. Eres probablemente tanto una
víctima de las circunstancias como yo. La diferencia es que una vez que
estuvimos en medio de esto, tú escogiste poder sobre decencia humana básica.
Sé que el mundo es un lugar imperfecto, esa paz, amor y armonía son un sueño
imposible, pero necesito creer que puede ser mejor que esto. —Miré a través de
la cama hacia los ojos de Liam—. Necesito creer que podemos hacerlo mejor. —
Mi voz se quebró. Respiré profundamente y antes de que pudiera saberlo, Liam
estaba ahí, cogiéndome en sus brazos.
»Terminé —dije contra de su pecho, dejando que su calidez se transfiriera y
calentara el frío en mi interior—. Es tiempo. Terminemos esto.
Los labios de Liam se presionaron contra la esquina de mi ojo, absorbiendo el
líquido que goteaba de ahí. Una oleada de calor se disparó hacia mi corazón, y
entonces él se estaba moviendo lejos de mí hacia la cama. Lucía enorme a la par
de la marchita forma de Stefan. Su aura de poder cubriendo su forma de Macho
Alfa y podría haber jurado que vi su cuerpo estremecerse debajo del peso de
esta.
—Para recordar —dijo, su dedo cerniendo el botón de Llamada—, esto es por
mi familia, bastardo egoísta.
Apenas tuve tiempo de estar en shock antes de que una multitud de batas
descendieran dentro del cuarto.
—¿Están listos? —preguntó la enfermera de uniforme alegre.
Asentí, temerosa de lo que podría salir si intentaba hablar. Un hombre de
mediana edad con gran panza y disminuidas líneas de cabello dio un
asentimiento, el cual era aparentemente la llamada para la acción. La enfermera
de uniforme alegre empezó a apretar botones en el equipo de intravenosa.
Tomó ambos, más y menos tiempo del que esperaba. Todos nos quedamos ahí
(el doctor, las enfermeras, Liam y yo) viendo el monitor mientras el ritmo
cardíaco de Stefan se detenía. Cuando finalmente murió, alguien apagó el
monitor, pero no pude ver quién a través de las lágrimas en mis ojos.
***
273
No quería nada más que escapar de la esterilidad y tristeza del hospital, pero no
estaba pasando. En las treinta y seis horas desde la muerte de Sarvarna,
montones de planes fueron hechos, incluido uno para reintroducir a Scout
Donovan al mundo real.
—A menos de que quieras ver mi trasero, mejor cierra los ojos —grité a la
puerta antes de caminar penosamente dentro de un cuarto de hospital por mi
propia cuenta. Liam estaba sentado en la esquina de la cama, sus ojos muy
abiertos mientras se inclinaba hacia a un lado—. ¿Qué estás haciendo?
—Tratando de conseguir un vistazo de tu trasero, pero estás arruinando toda
la diversión.
Mi cara se sonrojó en llamas mientras chequeaba de nuevo para asegurarme
de que estaba sosteniendo mi bata junta en el lugar correcto.
—¿Qué está mal contigo? —siseé muy consciente de que los agentes del FBI
afuera de mi puerta tenían oído de Cambiantes mientras trepaba a la cama e
inmediatamente tiraba una sabana sobre mis piernas. Liam se encogió de
hombros.
—Es un bonito trasero.
Él iba a viajar a Rumanía en algunas horas y¿quería estar todo adorable y
coqueto ahora? Eso no era justo.
Una vez que me acomodé con todas mis casi desnudas partes escondidas,
Liam se subió a la par de mí. No había ningún cambio extraño o momento
incómodo. Después de medio año de dormir lado a lado, sabíamos cómo
nuestros cuerpos encajaban juntos.
—¿Lo estás llevando bien?
Tomé una señal de él y pensé antes de responder.
—Tiene que hacerse.
—Eso no responde mi pregunta, Scout.
No, no lo hacía, pero respondía la más importante.
—Te voy a extrañar —dije, oh-tan-hábilmente cambiando de tema.
274
—Podrías venir conmigo. Eres la Hembra Alfa ahora. Tu lugar es en la
Guarida.
—No, mi lugar es con mi familia. —Ya sabía mi respuesta tan bien como yo
sabía su argumento. No era una discusión nueva—. Los extraño tanto que
duele.
—Podrías estar poniéndolos en peligro si te quedas.
—Y podría estar dejándolos para que enfrentaran el peligro a solas si no me
quedo. —No todo el mundo sabía nuestro pequeño cambio en el régimen y no
era lo suficientemente ingenua para creer que los que querían retribuirse
jugarían bajo las reglas—. No he sido muy justa con mis padres este año.
Necesito arreglarlo.
Este era el final de nuestra discusión. Siempre lo era, porque no había nada
que Liam pudiese decir para negar eso. No significaba que no pudiéramos decir
exactamente las mismas cosas dos o tres veces más antes de que se fuera.
—Quiero que renuncies a tu posición como Hembra Alfa.
Entonces de nuevo, tal vez no podríamos.
—¿Perdona?
—Hice que Rachel rebuscara un poco y es posible. Todo lo que tienes que
hacer…
—¿Quieres que renuncie a mi posición como Hembra Alfa? —Era una cosa
buena que no estaba atada a ningún monitor. Porque cada maldita alarma
habría estado sonando—. ¿La posición que conseguí al rasgar las gargantas de
cualquiera que se opusiera a mí? ¿La posición para la que me has estado
entrenando por meses para tomar? ¿Quieres que solo… renuncie?
—No quieres ir a la Guari…
—Porque es en Rumanía. ¿Sabes qué tan lejos está Rumanía de Kentucky?
Cinco mil quinientas millas. Esas son casi nueve mil kilómetros, en caso de que
tu cerebro canadiense no pueda calcular.
Liam había estado reclinado a mi lado, pero ahora estaba sentado. Su ceño
fruncido donde pertenecía.
275
—Scout, cálmate.
—¿Calmarme? Me estás pidiendo que renuncie después de todo por lo que
he pasado. ¿Cuál era el punto? —Un horrible y enfermizo pensamiento se me
ocurrió—. ¿Era este tu plan todo el tiempo? ¿Era realmente nada más que un
peón para ti? —Yo estaba temblando con furia—. ¿Hice un buen trabajo, Liam?
¿Maté a los suficientes para ti? ¿Te salvé las manos de la sangre suficiente así
serías capaz de vivir contigo mismo?
—No estás siendo justa.
—¿¡¿¡No estoy siendo justa!?!?
Uno de los Cambiantes/agentes del FBI afuera de la puerta tosió
discretamente, apuntando que incluso las personas sin súper sentidos podían
oírnos.
Cuando Liam habló de nuevo, su voz era decididamente más tranquila.
—Pensé que eso era lo que podías querer.
—Pensaste mal.
—Obviamente.
No se explicó, así que yo lo hice.
—Hice un compromiso y lo voy a cumplir. Esto es importante. Tal vez no
crea en el destino o la suerte o en ninguna de esas otras mierdas, pero creo en
que se supone que haga esto.
Liam tomó una de mis manos. Los nudillos estaban cubiertos con rasguños y
moretones por el encuentro con uno de la manada Odom. Más moretones
bajaban el lado derecho de mi cuerpo y si no estaba equivocada, mi muñeca
estaba rota. De nuevo. Podía haberme curado todo solo Cambiando, pero los
moretones y maltratada apariencia añadieron más credibilidad a la historia de
“raptada por terroristas”. Uno de mis primeros actos como Hembra Alfa había
sido asegurarse de que el gobernante de los Estados Unidos reconocía a Toby
Hagan por morir durante la misión de rescate.
—No te puedo proteger si eres una Alfa —dijo, sus dedos gentilmente
trazando el daño en mi mano—. Esto no va detenerse en ningún momento
276
pronto. El mundo entero de los Cambiantes está en caos y tú estás en el centro.
Estarías más segura si solo desaparecieras.
—¿Y qué mensaje mandaría? —Sacudí mi cabeza—. No, no puedo correr y
esconderme más. Me voy a mantener firme por lo que creo, incluso si eso
significa que tengo que tomar algunos golpes ahora y siempre.
Un beso contra de uno de mis nudillos, el que no tenía mucha piel.
—No me gusta verte golpeada.
—Bueno, para ser bastante honesta, no me gusta ser golpeada a menos de
que sea por ti. —Tan pronto como salió eso de mi boca, me di cuenta de lo que
había dicho—. Eso sonó completamente mal.
—Insanamente, en realidad.
—Para ser claros —dije para cualquier oído entrometido—, le respondo el
golpe…
—Duro.
—Es una muy buena situación de da-y-recibe, no tipo abusiva.
Los lados de la boca de Liam se doblaron como un acordeón.
—Probablemente deberías detenerte ahora.
—Estoy intentándolo. Mi boca se sigue moviendo por su propia cuenta.
Sentí las vibraciones de la risa de Liam mientras me empujaba una vez más
entre sus brazos.
—Ven conmigo —susurró contra la parte de arriba de mi cabeza.
—Quédate —contrarresté.
—No puedo.
Lágrimas amenazaron con salir, pero las parpadeé de regreso.
—Tampoco yo.
277
Capítulo 31
Traducido por EnithCrystal
Corregido por Pily
—Las Banana Split son comida demasiado sana. Lácteos y fruta y nueces son
buenos para ti. —Angel cuchareó más sustancia azucarada del tazón que era
tan grande como ella—. Díselo, Scout.
—La niña tiene razón. Los lácteos, frutas y nueces de hecho son buenos para
ti. Nosotras lo sabemos. Nuestra mamá es enfermera.
La Tira estaba abarrotado, que era más o menos el procedimiento operativo
estándar para el verano. Turistas y locales pululaban en el único lugar en el
Condado Lake con cualquier cosa que pudiera pasar por entretenimiento. Me
gustaba lo suficientemente bien en días lluviosos y al final de la temporada
cuando la temperatura bajaba y todos se habían cansado de su encanto, pero
estar ahí en un sábado soleado de julio era algo parecido a la tortura,
especialmente después del completo circo de los últimos tres meses. Solo
habíamos estado ahí quince minutos y tres personas ya me habían preguntado
si era esa Scout (como si hubiera cinco o seis de nosotras corriendo por ahí) o
expresado su simpatía por esos largos meses que había pasado como rehén del
Ejercito de los Defensores de Dios. Era lo mismo cada vez que salía en público.
Por alguna razón la gente pesaba que querría contarles todo sobre mi “tragedia
personal” (palabra de la CNN) cuando me negaba a dar entrevistas a cada
medio de comunicación en el mundo.
—La leche es buena para ti. El helado no lo es. —Joshua, que estaba viviendo
con nosotros por el verano, rebatió.
—El helado está hecho de leche —añadió Jase amablemente.
—Igual que la crema batida —intervino Charlie.
—Ella no estaba mintiendo sobre la fruta tampoco. Plátanos, piña y fresas. Es
como una explosión de vitaminas.
—Y ese sería el clavo final en el ataúd de tu argumento —dije—. Talley es,
como siempre, el voto decisivo. Perdiste.
278
—Perdedor, perdedor, perdedor —cantó Angel—. ¡Joshua es un gran P-E-RD-E-D-O-R! —El segundo, tercero y cuarto versos fueron exactamente iguales al
primero.
Era bueno estar en casa.
Respiré profundo, deleitándome del aire cargado de humedad. Sí, olía a
tripas de pescado y niños sudados, pero era el aire de Timber. En momentos
como ese, cuando estaba rodeada de lo familiar, casi podía convencerme de que
las cosas habían vuelto a la normalidad. Era difícil recordar todas las amenazas
de muerte (que habían disminuido de diarias a semanales), o la sangre que
había derramado cuando el ayudante de mi profesora del jardín de niños estaba
comiendo una hamburguesa a tres metros de donde mi hermanita estaba
colgando del hombro de un adolescente de 80 años.
Bueno, tal vez “normal” era presionar demasiado.
—Pero dijiste que podíamos ir a los Go Karts —se quejó Angel, regresando
mis pensamiento al aquí y ahora.
—Estaban llenos. Tuvimos que hacer una reservación —explicó Jase quizá la
veinteava vez.
—¿Cuándo es nuestra reserva?
—Reservación —dije—. Y es a las dos.
Angel apartó un mechón de su cabello.
—¿Y qué hora es?
—Quince minutos para las dos —dije. Lo que significa que son las 9:45 en
Rumanía.
No es que llevara la cuenta de qué hora era en Rumanía ni pensara en lo que
una persona ahí podría estar haciendo a cualquier hora del día. Nop. Yo no. No
era de esas locas del tipo-no-realmente novia. Es decir, no es que pensara
constantemente en él, como cuando estaba con mis personas favoritas en el
mundo en La Tira, juraba que podía olerlo en el aire.
Dios, era una triste y patética excusa de ser humano.
—¿Quince minutos? ¡Nos tomará una hora caminar hasta ahí!
279
Joshua, que había liberado a Angel solo cuando accedió a darle su banana
Split, apuntó con la larga y roja cuchara.
—¿Esos Go Karts de ahí? ¿No tomará una hora cruzar la calle?
—¡Sí!
No podía decidir si realmente no tenía una firme compresión del tiempo y
espacio, o si estaba siendo demasiado dramática. De cualquier forma era un
poco histérica, especialmente ya que realmente parecía molestar a Joshua.
No me entiendan mal, me agradaba el chico, pero es realmente divertido
molestarlo.
—Probablemente necesitamos irnos ya —dije, despegándome del banco de
plástico—. Habr{ una fila…
El mundo dejó de existir para mí al verme envuelta en una mirada. Él no
sonrió o dio alguna otra indicación de que estaba feliz de verme, pero yo lo
sabía mejor.
Siempre sabes con tu compañero.
Empecé a cruzar la calle, pero luego tuve una mejor idea.
—Vayan sin mí —dije sobre mi hombro cuando empecé a volver hacia el
lago. Hubo un momento de indecisión cuando no estuve segura de cual árbol
era el árbol, pero eventualmente lo encontré y me puse cómoda. No tuve que
esperar mucho.
—Entonces, el chico sentado en la banca después de la mía…
—Huele como a Play-Doh. —Levanté una mano para proteger mis ojos del
brillante sol.
—¿Por qué?
—Es uno de los grandes misterios de la vida. No creo que alguna vez lo
sepamos.
Liam se sentó en frente de mí. Quería acercarme y tocarlo para verificar su
existencia, pero no lo hice. Una parte de mi sabía que a él no le importaría, que
él querría que lo hiciera. Infortunadamente, esa no era la parte de mi cerebro
que controlaba mis funciones motoras. Esa parte se imaginaba cuánto dolería si
280
se alejaba o se ponía incómodo con el contacto. Así que, solo me senté ahí, con
mis manos en mi regazo, y traté de apaciguarme mirándolo.
—Podríamos preguntarle.
—No seas ridícula. —La urgencia de tocarlo no se estaba yendo, así que me
recargué contra el tronco, poniendo más distancia entre nosotros—. No sé de
dónde sacas esas ideas locas.
No era como que no hubiéramos hablado en los últimos meses. Nos
enviábamos emails (porque las redes sociales realmente no eran un gran lugar
para que yo estuviera, así que tuvimos que hacerlo a la antigua), nos llamamos,
mensajeamos e incluso teníamos un chequeo semanal por Skype. Aun así, era
diferente verlo en persona, ser capaz de ver cada uno de los pliegues de sus
mejillas cuando sonreía.
—¿Algún Desafío nuevo? —pregunté para desviar mi atención.
—Solo dos desde el miércoles; uno se retractó tan pronto como entré en la
habitación.
—¿Y el otro?
Liam arrancó un pedazo de pasto de la tierra.
—Muerto.
Lo que daba un total de cuatro. Con cada Desafío fallido, esperaba que fuera
el último. No es que dudara de la habilidad de Liam de prevalecer por siempre,
pero me preocupaba por las cicatrices que estaba dejando en su alma. Ya
habíamos revocado la cláusula de pelear-a-muerte en los Desafíos, pero había
algunos que se negaban a rendirse, no importaba cuán molidos estuvieran. No
podía decidir si encontraba a esos hombres audaces o estúpidos.
—Un Desafiante de la Manada de Logsdon se mostró esta mañana.
Liam se congeló a medio desplume.
—¿En tu casa?
—Sí, pero nunca llegó realmente a emitir el Desafío. Al parecer, era uno de
los antiguos pretendientes de Talley, así que Jase abrió la puerta con la espada
de Joshua. Creo que el pobre hombre tal vez haya llorado un poco.
281
Liam volvió a eliminar el pasto del planeta una hoja a la vez con una risa.
Estaba a punto de preguntarle si había escuchado algo más de la manada
Cambiante de Husky Siberianos que alguien rumoraba conocer cuando levantó
la mirada con el ceño fruncido.
—¿Por qué estás usando esa cara? —preguntó.
Toqué mi mejilla. Gracias a mamá y la abuela Hagan, estaba empezando a
ganar peso, pero mi pómulo aún se salía un poquito.
—Esta es la cara que Dios me dio —dije, tratando de esconder la herida en mi
voz—. No puedo quitármela exactamente y ponerla en un estante.
—Estoy hablando de eso. —Un dedo rozó contra mi labio—. Y esto. —Pinchó
la esquina de cada ojo.
—Esos venían con la cara. Venía el paquete completo.
—¿Venían así todos arrugados? Porque, en mi experiencia, solo te ves así
cuando estás enojada o frustrada. —Resopló y se acarició detrás de la cabeza—.
¿Es porque estoy aquí? Debería haberte llamado primero. Lo siento. Solo quería
sorprenderte.
Algo en mi pecho se sintió cálido, probablemente la última parte de mi
corazón derritiéndose por él.
—Estoy frustrada porque quiero tanto tocarte que estoy lastimando mi mano
literalmente para no hacerlo, y estoy estresada porque no sé cómo vas a
reaccionar cuando pierda el control.
Liam me miró como si fuera un alien por alrededor de medio segundo antes
de arrastrarse sobre mí, una mano encontrando la parte de atrás de mi cabeza y
arrastrar mis labios a los suyos. Fue entusiasta en su beso, y yo respondí. No
me había dado cuenta cuánto extrañaba el sabor y sensación de él hasta que lo
tuve en mis brazos.
Casi dos años habían pasado desde que Liam y yo nos habíamos conocido en
este mismo lugar. Tanto había pasado, tanto había cambiado. No estaba segura
de qué nos había llevado a este punto… suerte, el destino, o meramente las
decisiones que habíamos tomado, pero no lo sentía por eso. Me arrepentía del
dolor que le causé a otros y lamentaba las vidas perdidas, pero sabía que estaba
donde se suponía que estuviera. No era un “y vivieron felices por siempre”.
282
Teníamos más de nuestra parte de retos y Desafíos por delante, pero íbamos en
la dirección correcta.
Liam y yo íbamos a hacer del mundo un mejor lugar. Juntos.
Y para nosotros, era suficiente.
Fin
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También en la saga:
#3.5: At First Sight
Cuando los Cole se mudaron en un inicio a
Timber, Kentucky, y conocieron a Scout, el
mundo de los Cambiantes y Videntes cambió
para siempre. Conoces la versión de Scout de lo
que pasó. Ahora revive esos primeros días a
través de los ojos de Liam, Alex, Talley, Jase y
Charlie en este colección de cinco historias cortas
del tamaño de capítulos.
284
#3.6: All We See and Seem
En esta compañía de la trilogía con récord de
ventas Timber Wolves, los lectores finalmente
descubrirán el camino que Jase y Talley tomaron
para descubrir su amor por el otro.
Spin-off: Shifters & Seers
Libro #1: Fragile Brilliance
Maggie McCray ha trabajado toda su vida por la
oportunidad de asistir a la Universidad Sanders. Es
su gran oportunidad para convertirse en una artista
de renombre mundial, y está determinada a que
nada se meta en su camino. Pero cuando un
asesinato llama la atención de la Manada Alfa y el
trágicamente apuesto Charlie Hagan sobre Maggie
y sus poderes, su futuro cuidadosamente planeado
está en peligro.
Charlie Hagan no está feliz cuando la Hembra Alfa
lo asigna como guardaespaldas personal de Maggie
McCray. Solo estar cerca de la Taumaturga
amenaza con desencadenar los instintos primitivos
que ha reprimido por tanto tiempo. Charlie sabe
que si se libera al coyote, entonces la persona de la
cual tendrá que proteger a Maggie es él mismo.
Libro #2: Infinite Harmony
Ada Jessup vive por el momento, sabiendo que las
promesas del mañana pueden romperse fácilmente.
Joshua es un Inmortal, un guerrero celestial quien
sigue luchando mucho después de que el resto de la
Manada Alfa se ha convertido en polvo.
Cuando un disparo fuerza a Joshua a decirle a Ada la
verdad de lo que es, hay más en riesgo que la
seguridad de los Alfas que ha jurado proteger. Para
Joshua el verdadero peligro es la forma en que se
siente atraído a la chica humana. Después de todo,
¿qué puede deparar el futuro para una chica cuyos
días están contados y un chico cuya vida no tiene fin?
285
Adelanto de
Fragile Brilliance
286
Capítulo 1
Traducido y corregido por PrisAlvS
Para el segundo día de universidad, Maggie McCray ya estaba aburrida de
personas desnudas. Encontraba esto más que un poco sorprendente ya que
realmente no había visto ningún cuerpo desnudo además del suyo antes de
mudarse a los dormitorios el viernes anterior.
—Oh mi Dios, ¿puedes creer lo que acaba de suceder? —Reid St. James tomó
el brazo de Maggie, sus ojos se abrieron tanto que Maggie se preocupó por
arruinar una córnea—. Mi madre moriría completamente si supiera que se
permite correr desnudo en el campus.
—Realmente no creo que lo “permitan”. Sí fue atacado por un policía. —
Todo era bastante dramático con el tipo en una máscara de Darth Vader
corriendo por Rooke Hall, gritando las palabras del himno nacional sin un
retazo de ropa en su cuerpo. Un policía apareció por las puertas del edificio
pocos segundos después, gritándole que se detuviera. Él no lo hizo, lo cual
resultó en el oficial tirando al chico al suelo en el área con césped donde la
mayoría de los estudiantes se congregaban entre clases. La escena causó que el
tráfico peatonal se detuviera completamente en las aceras.
—¿Viste el triángulo con el punto negro en su abdomen? —preguntó Reid
mientras Maggie intentaba abrirse camino a través de un grupo de chicos que
apoyaban al policía para “sacar su Taser”—. Ese era el símbolo de la sociedad
LSH. Son como el club más exclusivo de todo el campus. La mayoría de las
personas ni siquiera saben que existe, y nadie más que los miembros sabe qué
significa LSH.
A Reid le gustaban mucho las sociedades secretas de la Universidad Sanders.
El sistema griego fue abolido del campus en la década de 1980 después de que
una rivalidad entre dos fraternidades terminara con dos chicos muertos y una
horda de padres enfadados. De acuerdo con Reid, había unas pocas sociedades
que existían en el campus antes de eso, pero con las hermandades y
fraternidades fuera, realmente empezaron a florecer. Ahora quien fuera alguien
era invitado a unirse a una.
287
Ya que Maggie no era nadie, ella no le prestaba mucha atención a todo eso,
pero Reid era un alguien.
O al menos, ella pensaba que lo era. Su padre era el Director Ejecutivo de
alguna compañía de seguridad que tenía un nombre con letras que Maggie no
recordaba, aunque Reid las recitaba como si estuviera anunciando que su
familia estaba en la línea de sucesión del trono Británico. La familia St. James
estaba absolutamente cargada de dinero, como el Mercedes y el armario lleno
de ropa de ropa de diseñador de Reid indicaban, pero en Sanders el dinero no
era suficiente. La escuela alojaba a los adinerados, y Reid estaba descubriendo
que era una pequeña cartera Marc Jacobs en un mar de bolsos Salvatore
Ferragamo.
Eso no detenía a Reid de hacer todo esfuerzo posible por convertirse en
alguien de los importantes en el campus. Ella era como un depósito de
información sobre los estudiantes populares. Ella prácticamente acosaba a los
conocidos estudiantes superiores, pasaba el tiempo en todos los puntos que se
conocía que frecuentaban, segura de que uno de ellos la vería, miraría su
genialidad y la invitaría a su círculo privado.
No era un mal plan, excepto por la parte de la genialidad.
—¿Puedes creer que alguien haría eso? Quiero decir, ¿quién acepta correr
por ahí desnudo frente a todo el campus? —Reid se apartó el flequillo de
colores de la frente con una mano con uñas color esmeralda y rubí, dándole a
Maggie una vista sin obstáculos de sus ojos en blanco—. Yo nunca haría eso.
Nunca. No que esté avergonzada de mi cuerpo, porque no lo estoy, pero me
respeto demasiado para correr por el campus como un… un…
—¿Corredor desnudo? —sugirió Maggie.
—Puta por atención.
Maggie se mordió el labio para contener la risa. ¿Reid estaba reprendiendo a
alguien por no usar ropa y buscar atención? ¿No sabía que las personas que se
pasean por dormitorios hechos de cristal en nada más que ropa interior de
encaje no deberían lanzar piedras?
Y de la forma en que Maggie lo veía, cualquiera obsesionado con sociedades
secretas y que disfrutaba de largas conversaciones sobre la calidad de su trasero
288
con forma de burbuja y la posición de sus senos probablemente le pagaría a
alguien por la oportunidad de hacer una corrida de iniciación por el campus.
Una ronda de aplausos y silbidos de lobo atrajeron la atención de Maggie de
regreso a Darth Vader y al pobre oficial que intentaba ayudarlo a levantarse. En
cuanto Darth estaba firmemente de pie, se giró hacia la multitud y
triunfantemente levantó sus manos sobre su cabeza. La audiencia completa
rompió en felicitaciones. Maggie se encontró aplaudiendo y riendo junto a los
otros a pesar de sí misma.
—Idiota.
Y solo así, Maggie ya no estuvo de humor como para reír.
—Davin —dijo con un leve asentimiento de su cabeza antes de rápidamente
apartar sus ojos, no porque él y Reid estuvieran realmente haciendo algo, sino
porque después de unos pocos días se había convertido en un hábito.
Maggie conoció a Davin poco después de acomodarse el día de la mudanza.
Ella había tomado una ducha para limpiar el hedor de he-estado-llevando-cajasen-un-clima-de-cien-grados, y cuando regresó al dormitorio con nada más que
una bata y zapatos de ducha, encontró a unos muy desnudos y sudorosos Reid
y Davin comprobando la resistencia de los resortes del colchón. La situación fue
lo suficientemente horrible, pero luego la pareja decidió continuar y terminar su
actividad en lugar de rendirse. Ya que ella misma estaba espantosamente cerca
de la desnudez, Maggie se vio obligada a esconderse en el baño hasta que los
sonidos finalmente acabaron. Aun así, le tomó a Maggie un par de horas
descubrir que el nombre del chico desnudo era Davin ya que Reid solo se
refería a él como “mi novio”, como si ese fuera su nombre de nacimiento.
En un inicio, Maggie hizo un esfuerzo por ser amigable con Novio a pesar de
su infortunada presentación. Él era un estudiante de metalurgia de segundo
año, y como una estudiante de artes de primer año, Maggie estaba ansiosa por
descubrir m{s sobre el programa. Él habría sido una excelente fuente… si
alguna vez se dignara a hablar con ella.
Maggie intentó no dejar que la falta de comunicación de Novio la afectara.
Tanto como podía decir, él solo era capaz de respuestas monosilábicas a la
incesante charla de Reid y de un ocasional comentario neandertal, como las
289
anotaciones que Maggie podía escuchar que le daba a Reid sobre el tamaño de
los genitales del corredor desnudo.
Novio era un tonto de clase mayor, y porque Maggie tenía la mejor suerte del
mundo, él también estaba en la clase de antropología que ella fue lo
suficientemente desgraciada de tener con su compañera de cuarto.
Ella se preguntó si era posible cambiar el horario. No era como si realmente
necesitara antropología. Sonaba como una clase inventada después de todo.
Afortunadamente, las cosas empezaron a mejorar en el momento en que
entraron al salón de clase. Reid soltó un chillido propio de la escuela media,
tomó a Novio y se dirigió hacia un grupo de chicas acomodadas como un
anuncio de Guess, dejando a Maggie felizmente sola. Ella tomó asiento en el
lado opuesto de la sala y sacó su cuaderno. Estaba garabateando en los
márgenes cuando el silencio cayó sobre la sala. Ella levantó la mirada,
esperando ver al profesor Suddeath listo para dar la clase, pero el instructor no
era la causa de la atención de todos.
Harper Lee “Scout” Donovan estaba al frente de la clase, observando de un
asiento vacío a otro. Pálidos ojos azules chocaron con los de Maggie y Maggie
dejó caer la mirada, avergonzada. Ella se dijo a sí misma que no iba a observar
boquiabierta, pero cuando Scout Donovan se plantó a sí misma en el escritorio
junto a ella, no pudo evitar que sus ojos vagaran.
No observar a alguien que se veía como Scout era imposible. Ella le
recordaba a Maggie a una antigua princesa mítica escandinava. Su piel era
como cerámica fresca, un blanco puro e inmaculado; sus ojos eran solo un par
de tonos más oscuros, un toque de azul para distinguir el iris del blanco; y su
cabello era salvaje y corto, mechones plateados sobresalían en un artístico
arreglo sobre su cabeza. Ella era hermosa de una forma inquietante. Aun así,
Maggie intentó con fuerza que su mirada no permaneciera mucho más tiempo
del necesario. Al ser la hija de metro y medio de una madre medio japonesa y
medio escocesa y de un padre afroamericano, Maggie sabía muy bien lo que era
que las personas prestaran demasiada atención a la forma en que se veía. Era lo
suficientemente molesto para Maggie. No podía imaginar cuán peor sería para
alguien tan conocido como Scout Donovan.
Dos años atrás, Scout era todo lo que la gente hablaba. Ella había sido
secuestrada por terroristas y desde que su abuelo era un Senador de EEUU,
290
todo medio de comunicación en el mundo cubrió la historia desde cada posible
ángulo por semanas. Si los medios se volvieron un poco locos por su
desaparición, entonces perdieron la cabeza completamente con su rescate. La
historia era como algo de una película. Un amigo de la familia, quien resultó ser
un policía, se negó a abandonar la búsqueda, incluso cuando todos los demás
creyeron que estaba muerta. Él buscó y buscó por información hasta que
finalmente encontró pistas creíbles. Por su tenacidad, el FBI lo dejó
acompañarlos cuando hicieron una redada en el escondite donde ella estaba
atrapada. Toby Hagan debía estar ahí para que Scout tuviera un rostro familiar
para calmarse, pero luego algo fue mal. Mientras él guiaba a Scout fuera del
edificio, un operativo escondido por el Ejército de Defensores de Dios le disparó
en la parte de atrás de la cabeza, matándolo instantáneamente.
En la televisión y los periódicos, la atención estaba en la trágica historia y la
heroica muerte de Toby Hagan. Pero en internet, la historia tomó una vida
diferente. Solo había poca cobertura sobre Scout después del incidente. Ella iba
saliendo del hospital cuando CNN logró tener una imagen de ella cruzando el
estacionamiento. Tal vez si se hubiese visto pequeña e indefensa el mundo
habría sentido lástima, pero Scout no era una persona a la que se le tuviera
lástima. Los músculos en su diminuta figura les daban a los cardenales que
marcaban su pálida piel la apariencia de heridas de guerra. No había derrota en
la forma en que se movía. Al observarla caminar por el estacionamiento el
mundo supo que ella no era una persona con la cual meterse. De ninguna forma
se veía como una chica inocente que acababa de ser rescatada de los chicos
malos. En lugar de eso, se veía como si hubiese luchado para salir, acabando
con todo y todos los que se metieran en su camino. Menos de cinco segundos de
cobertura y se dispararon una docena de memes. En un inicio eran halagos. Uno
de los más populares tenía a Scout modificada con Photoshop en la portada de
un video juego y una película de acción. Pero luego las personas se volvieron
malas, como a menudo solían hacer cuando realmente no tienen que ver a la
persona que están atormentando a los ojos. Un año pasó y Maggie aún no podía
entrar en línea por un tiempo sin ver una imagen con la etiqueta “¿M{s blanca
que Scout?”
Mientras Conan O’Brien, chalecos de vestir y el rugby eran buenos, papel,
tiza y nieve no lo lograron.
Maggie se arriesgó a mirar la pálida figura a su izquierda y atrapó a Scout
observándola. Estaba a punto de disculparse cuando Scout preguntó:
291
—¿Quién eres?
—¿Yo? —Maggie miró alrededor para asegurarse que alguien importante no
estaba justo sobre su hombro—. Soy Maggie. Maggie McCray.
—¿McCray? No conozco ningún McCray.
—¿Perdón…?
Scout metió un mechón de su corto cabello en picos detrás de su oreja.
—Realmente debiste informarnos que ibas a estar aquí. Quiero decir,
realmente no me importa, pero Liam se molesta un poco por este tipo de cosas.
He intentado decirle que no es como si no pudiera cuidarme sola, pero es un
chico, lo cual quiere decir que sus oídos no funcionan cuando una hembra
habla.
—¿Liam? —Esta conversación no tenía mucho sentido. Nadie mencionó que
Scout regresara de su secuestro con una herida cerebral, pero Maggie suponía
que la chica tenía uno o dos problemas mentales.
Los ojos de Scout se entrecerraron hasta que solo una línea de azul ártico fue
visible.
—Que no se te ocurra aterrarte porque mencioné a Liam. Somos iguales. Él
no es más rudo solo porque es un chico. Asusto tanto como él. Prometido.
Maggie felizmente le hubiese dicho a Scout que no podía imaginar a nadie
más aterrador que una loca Milla Jovovich68, pero el Dr. Suddeath eligió ese
momento para empezar la clase. Mientras repasaba el programa de curso y
explicaba la política de integridad de la academia por como millonésima vez,
Maggie intentó con fuerza ignorar a Scout, pero era difícil ya que Scout no
mostraba señas de ignorarla a ella. Maggie podía sentir sus ojos en ella durante
toda la clase y no estaba sorprendida cuando la otra chica permaneció sobre su
escritorio en el momento en que terminó la clase.
—¿Quién eres?
Militza Nataša Jovović: modelo, actriz, cantante y diseñadora estadounidense (nacida en
Ucrania); conocida por sus papeles en El Quinto Elemento, Juana de Arco, Ultraviolet y,
principalmente, por interpretar a Alice en la serie de películas Resident Evil.
68
292
De nuevo Maggie miró sobre su hombro para asegurarse que no había nadie
detrás de ella.
—Maggie McCray —repitió.
Scout se acercó más, invadiendo el espacio personal de Maggie.
—¿Por qué no me respondiste?
—Lo… lo acabo de hacer. —Definitivamente una herida cerebral—. ¿Estás
bien? ¿Necesito llamar a alguien por ti? —De seguro el Senador Harper no la
dejaba vagas así. Debía había un servicio secreto o enfermera o algo para
mantenerla lejos del centro de la calle y que la atropellaran, ¿cierto?
—Las elecciones son este fin de semana —dijo Scout, deslizando algo en el
escritorio de Maggie—. Espero que estés ahí. —Y con eso se giró y salió de la
sala.
Maggie se quedó sentada y observó la tarjeta de negocios que descansaba en
el centro del escritorio. Era blanca con una pata negra y una dirección impresos
en un lado. Ella la volvió para ver el otro lado en blanco.
—¿Qué demonios…?
—Oh. Mi. Dios. —Reid estuvo inmediatamente sobre el hombro de Maggie—
. ¿Acabas de ser etiquetada? ¿Por Harper Donovan? ¿Cuán locamente genial es
eso?
Maggie volvió la tarjeta de nuevo como si un tipo de explicación fuese a
aparecer.
—¿Etiquetada?
—Ella era Harper Donovan. Es como una estrella de rock.
—Fue secuestrada por terroristas. Eso no es lo mismo que vender todas las
entradas para la Arena Staples.
—¿Qué te dijo? —Los dedos de Reid se aferraron al brazo de Maggie con la
suficiente fuerza para dejar moretones—. ¿Te dio algo?
Una parte de Maggie quería ser malcriada y guardar la tarjera en su bolsillo,
pero se la entregó a Reid en lugar de eso
293
—Me invitó a una fiesta o algo. Creo que estaba confundida.
Los ojos de Reid se entrecerraron hacia la tarjeta.
—Obviamente. —Reid pasó su dedo sobre la marca de la pata—. ¿Te importa
si me la dejo? —preguntó, dirigiendo sus ojos hacia Novio como pidiendo
permiso—. Ya sabes, ya que no la necesitas.
Maggie probablemente debía sentirse ofendida ante el evidente golpe, pero
no lo estaba. Realmente no le importaba lo que Reid o Scout pensaran de ella, y
lo último que necesitaba era ser atrapada en un club de chicos ricos. A
diferencia de sus perpetuamente aburridos compañeros, ella tenía mejores cosas
que hacer con su tiempo que seguir reglas esotéricas solo para que alguien
pretendiera que le agradaba. Por ejemplo, ella solo tenía cinco minutos para
llegar al otro lado del campus antes de que empezara su laboratorio de dibujo.
Con suerte, el modelo de desnudo de ese día sería menos arrugado y apestoso
que el Viejo Hombre Marcha del día anterior.
—Tómala —dijo Maggie, lanzando una tira de su mochila sobre su hombro—
. Es tuya.
Reid mordió su labio inferior y abrazó la tarjeta contra su pecho.
—Gracias, Mags. Eres la mejor.
No lo era. No aún. Pero Maggie estaba por eso en la Universidad Sanders.
Un día sería la mejor y entonces las personas como Reid clamarían por su
atención y aceptación. Hasta entonces, estaba por su cuenta. Pero estaba bien.
Por su cuenta era todo lo que siempre había conocido.
294
Sobre la autora
Tammy Blackwell
Tammy Blackwell es una Coordinadora de Servicios para Adultos Jóvenes de
un sistema de bibliotecas públicas de Kentucky. Cuando no está leyendo,
escribiendo, catalogando o hablando de libros, ella est{ durmiendo…
295
Staffs
Moderadora de Traducción
Pily
Traductores
Pily
Edward Park
Celesmg
PrisAlvS
Jazmin3116
Caro_02
EnithCrystal
vals<3
Isaa0417
CrissViz
Recopilación y Revisión
296
PrisAlvS
Correctores
PrisAlvS
Karlix
Belisrose
Pily
Diseño
Dayi Cullen
Traducido, corregido
y diseñado en:
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