AGORA cs6.indd - Diario de Colima

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Ágora
PLAZA CULTURAL DE
PLAZA CULTURAL DE
De lejos y a mi alrededor
Usando el criterio
Carlos Caco Ceballos Silva
INVIERNO 1998. En la feria, cuando fui
administrador por seis años en el gobierno
de Pablo Silva García, por la década de los
setenta, observaba y veía que algunos puesteros desde un principio les iba mal; pocas
personas se les veía comprando en su local,
y era entonces cuando al terminarse ésta
y empezaba el desmantelamiento, daba
instrucciones a los cuidanderos y policía
que se hicieran de la “vista gorda”, pues por
la noche en que comúnmente se iban los
que no podían pagar el “piso”, se hicieran
los disimulados y los dejaran partir. Esto
era, según mi leal saber y entender, una
manifestación de criterio justo y práctico.
Por los años cuarenta fui investido de
los ropajes, atributos y obligaciones de
gerente de la sucursal del Banco de Zamora, en Tecomán. El señor director me
entregó las llaves de la oficina, parte de la
combinación de la caja fuerte y una serie
de hojas con la reglamentación que debería
sujetarme. “Esto es básico, me dijo… en
algunos casos use el criterio”. ¿Y qué es el
criterio en estos casos?, “pues hay casos
en que usted tiene que autorizar tales y
cueles casos que no están contenidos en las
circulares, o bien salirse de ellas siempre
que sean el beneficio de clientes selectos y
de la institución. ¿Me entiende? “Sí, estoy
de acuerdo”, asentí.
Pasaron las semanas, y en el curso de
una de ellas curiosamente se me presentaron dos casos: La señora de un buen cliente
me solicitó un préstamo, ella no tenía línea
de crédito y, según la circular X19, no podía
otorgársele ningún préstamo, pero usé el
criterio y lo autoricé. La otra fue que un
consejero expidió un cheque, que al ser
presentado no alcanzaba a cubrirse; pues
bien, autoricé que se pagara. Como se ve, en
ambos casos usé el criterio, pues pensé que
la señora de aquel buen cliente lo había pedido solamente con la idea de no molestar a
su marido, y en el segundo caso me supuse
que fue una mera distracción del señor
consejero, pues tenía tantos negocios que
es normal que se equivocara expidiéndole
un cheque sin fondos.
Pasaron los días y uno de ellos se presentó el buen cliente, sumamente disgustado, me platicó que se había enojado con
su señora, pagó el préstamo y se cambió
de banco. Y en el segundo se molestó el
consejero, pues argumentaba que el cheque
lo había entregado a sabiendas de que no
pasaría para que al ser devuelto demostrarle al conocido que le pedía un préstamo que
no podía hacérselo, por no tener suficientes
fondos en el banco.
Pues bien, cuando el señor director
regresó en viaje de inspección y se enteró,
me puso frente a la cara las circulares,
llamándome la atención sobre el poco
cuidado que demostré en ambos casos, a
lo que yo débilmente argumentaba sobre
el criterio que el mismo me había sugerido.
Pero de nada me valieron la explicaciones
y terminó aconsejándome que en adelante
me atuviera exactamente a lo dicho en
las circulares respectivas, y fue entonces
cuando empecé a comprender que el criterio es uno don de los jefes, patrones y
grandes políticos, y que de ninguna manera
es premiado el empleado que alguna vez
acierta al salirse de las órdenes, y ¡ay de él
si el criterio que usó, sale mal! Así es que
quedamos que el jefe nunca se equivoca y
siempre tiene la razón.
Allá por los años cuarenta, era todavía
el propietario del Hotel Ceballos de Cuyutlán. Es semana de Pascua, acaba de llegar
el tren. Doña Chuy, la despensera en jefe,
se me acerca y me dice al oído: “Llegaron
muchos pasajeros y la leche no alcanzará”.
Y yo, en el mismo tono de voz, le sugiero:
“Use el criterio, pero eso sí, tenga mucho
cuidado que hiervan bien el agua”. Este
estilo de criterio seguido lo practicábamos
y siempre lo consideré una medida sabia
y prudente, pues de no hacerlo se hubiera
implantado la molesta y vergonzosa discriminación. Darle leche a unos y dejar a otros
sin el preciado líquido lácteo.
Moraleja: Si eres empleado, nunca uses
el criterio; mejor practícalo en tu casa,
donde se supone que eres el jefe.
* Empresario, historiador y narrador. †
Redenciones
Amelia Chávez Valdovinos*
Armando sabía que su tiempo ya
había pasado. Observaba los ojos de
Judith lejanos, sin brillo, sus gestos
hablándole como a una presencia
cotidiana, tan conocida a la que ya
estaba habituada en demasía. Durante
un largo periodo aquello le perturbó
hondamente, pero no quiso obligarla,
siguió amándola como siempre, sin
sorpresas desesperadas ni actuaciones
absurdas. Percibía con profundo dolor
cómo aquellos enormes ojos claros no
podían evitar admirar otros atractivos
por más intentara reprimirse, como su
sonrisa destellaba de gozo en pláticas
ajenas donde él ya no estaba presente
y cómo se apagaba el interés en sus
conversaciones que se alejaban cada
vez más de lo íntimo. Escucharle
sus palabras cariñosas ya era muy
esporádico, casi siempre cuando por
petición, ella como obligada las repetía
ligera y rápida, sin ningún peso en su
tono ni en su cara. Su tiempo había
pasado.
Armando por su parte era hermoso, de cabellos ondulados, color avellana, ojos verdes alargados. Bastantes
mujeres podrían acosarlo, numerosas
lo buscaron, pero su mutismo, su indiferencia siempre le ocultaban como
un duro caparazón. Judith siempre
se quejaba de aquello, las bromas
simples, las seducciones ajenas y jubilosas por nunca haber sido probadas le
provocaban una tentación irresistible.
─El vino en copas finas, el platillo
en porcelana, por favor, sé de buen
gusto por una vez ─decía─ y apaga esa
maldita motocicleta, que no vez que no
puedo transportarme cómoda cuando
llevo falda ─exigía frívola.
Armando también se estaba cansando de aquellas supuestas necesidades. Pero llegó al punto de creer que el
pecado era suyo, por sumergir a Judith
en un mundo al que no pertenecía y
que ella sólo por curiosa quiso experimentar. Siempre en el fondo supo
que nunca sería suya. Él amaba una
sombra pasada, una niña sorprendida
entre la novedad y lo extraordinario.
Ágora
Evocaciones
musicales
Pero ahora impuesta la Judith presente y futura, iba en los caminos habituales lejos de las quimeras inentendibles
y espesas de Armando.
─No lo sé, y a mí qué me importa
eso, vida solo hay una para complicarme tanto con esos pensamientos y
tramas exhaustivas que no me llevan
a ningún lado ─le dejaba claro.
Él, aunque callado, no renunciaría
tampoco. Creía en lo perpetuo y sabía
que la única forma de estrujar a fondo
lo existente, de hacer estallar los sentidos, de culminar en el éxtasis absoluto
e imperecedero era explorando cada
extremo de su ser sin temores, nutrir
sus raíces, de otro modo ¿cómo enaltecerse y extender las ramas? Vivía haciendo ardientes conjunciones entre el
libre espíritu y el cuerpo… Pero, ¿para
qué deambular en lo exhaustivo? Ella
tenía razón, la hacía perder el tiempo si
ella sencillamente se encontraba amarrada a sus instintos, consciente y por
elección. La Judith pasada, si alguna
vez fue real, había desaparecido.
Una mañana, después de que ella
se fue al trabajo, Amando recogió sus
pertenencias, las metió en bolsas de
plástico y les prendió fuego. Subió a
su moto, tenía que irse. Se paró en una
gasolinera con su apariencia mística y
hermosa. Unas jovencitas que llenaban el tanque a su lado le rodearon
con divertidos y abiertos coqueteos.
Una pidió le diera un paseo en su
moto, acercando su sensual rostro
y su cuerpo torneado cubierto sólo
por dos diminutas prendas. Cinco
vulvas disponibles, cinco pares de
senos más jóvenes que los de Judith...
Armando sabía que había recorrido
en casi toda su extensión la plenitud
durante sus tres jóvenes décadas. Y
sin mover gesto alguno o pronunciar
palabra, abstraído en la abertura
luminosa de los nuevos caminos al
frente, subió en su moto y se dirigió
veloz hacia la nada.
Don Manuel
Sánchez Silva
(3 de julio de 1960)
VIÑETAS DE LA PROVINCIA
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Domingo 20 de marzo de 2016
2384
Rompeolas I
Javier Chávez
Cuando se mira al mar
no es su inmensidad
ni los azules esmeraldas
es nuestro pasado flotante
los recuerdos evocados
*Integrante del taller Tablero,
del profesor Efrén Rodríguez.
Pintura de Michele Del Campo.
DIRECTOR GENERAL: ARMANDO MARTÍNEZ DE LA ROSA
COORDINADOR: JULIO CÉSAR ZAMORA VELASCO
Imágenes: Fotos de Archivo.
Correo: [email protected], [email protected]
ESCRIBEN: Antonio Riestra, Leopoldo Barragán, Sugey Navarro, Gabriel Araico,
Yunuén Cuevas, Herberto de la Rosa, Eduardo Ruvalcaba y Carlos Caco Ceballos.
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Ágora
Mar y juventud
tud
Ágora
PLAZA CULTURAL DE
Rompeolas II
Julio César Zamora
Esencial
El tema del tema
no son sus olas u horizontes
Ni sus misterios y profundidades
Son los anhelos reflejados
Los deseos de hoy y siempre
Alberto Ocón Ventura
Eduardo Ruvalcaba Oropeza
No importa el naufragio
Cuando se observa el mar
A propósito del comienzo de las vacaciones de Semana Santa, de lo que representa para muchas personas, en
esta edición de Ágora presentamos el trabajo artístico del
pintor Michele Del Campo, donde mar y juventud son dos
constantes en su obra, en la que se percibe un clima cálido
de la costa, a veces entre calles o edificios en los que sus
personajes platican, caminan o van sobre bicicleta. Hay
una particularidad entre los muros de esos inmuebles que
presenta, el graffiti, por todos lados hay pintas.
Por ello, más allá de su técnica, del color y la luz que
resaltan en sus cuadros, hay una narrativa muy especial
en sus pinturas, con ese mundo o atmósfera particular en
que vive la gente, principalmente un sector juvenil, ese que
podríamos decir cotidiano, que puede ser contemplado en
las urbes de casi cualquier país.
Este pintor italiano, nacido en San Nicandro Garganico
(1976), cuenta historias a través del estado que reflejan sus
personajes, escenas juveniles y triviales donde la charla
del día puede ser sobre la escuela, el próximo bar o café, el
nuevo video en youtube, el pantalón que te hace falta, hasta
imágenes más oscuras donde los muchachos se enfrentan
cara a cara, o mujeres solitarias que esperan algo, alguien,
tal vez nada, sólo toman el sol.
Del Campo vive y trabaja en Londres desde 2008, pero ha
realizado exposiciones en diferentes países, desde Madrid,
España, hasta Lima, Perú.
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Ágora
PLAZA CULTURAL DE
Actualmente está de moda el abuso de la
palabra “tema”, como comodín para sustituir
las palabras adecuadas al discurso de lo que
se está diciendo.
Este estilo de hablar lo está aplicando una
gran mayoría de la población, pero muy particularmente el gremio de los comunicadores,
reporteros, periodistas, locutores, etc., y más
especialmente aún, los políticos.
Con el debido respeto a quienes eligen
expresarse así, este estilo resulta chocante,
porque decir para todo “tema”, aunque no
aplique o salga sobrando, denota una gran
pobreza intelectual y pereza mental, ya que
mediante el uso de una palabra comodín se
ahorran la necesidad de pensar en la palabra
correcta a usar en cada ocasión.
El mejor antídoto para evitar esta cacofonía es leer buenos libros, escritos por
verdaderos conocedores de nuestro idioma.
No es que se tenga nada en contra de la
palabra tema, pues es realmente válida, especialmente cuando se refiere uno por ejemplo
a la trama de una novela, película, obra de
teatro, discurso o pieza oratoria.
En la escuela primaria aprendí que:
“Gramática es el arte de hablar y escribir correctamente un idioma”. Fíjense, es un arte,
no ciencia, ni siquiera disciplina.
Siendo un arte la gramática, se eleva a
la categoría de algo que expresa belleza y
destreza en su manejo.
Lamentablemente, de la manera en que
ha ido cayendo la calidad de la educación a
través de los años, este principio básico se
perdió, pues ya ni los maestros de escuela,
salvo honrosas excepciones, hablan ni escriben correctamente el español.
Ejemplos del uso incorrecto de la palabra
“tema”:
1.- “Llegó con un tema de insuficiencia
respiratoria”. En lugar de: “Llegó con un
problema de insuficiencia respiratoria”. La
palabra tema no es sinónimo de problema,
condición, síndrome, situación, etc.
2.- En una situación de la compra de un
terreno junto a un arroyo, el prospecto dice al
vendedor: “Voy a consultar con mi arquitecto
el tema del arroyo”. El vendedor, fingiendo
no haber entendido lo que quiso decir con el
mal empleo de tema, le dice al prospecto: ¿Va
a dar su arquitecto una conferencia sobre el
arroyo? Aquí es obvio que el prospecto, mal
aplicando la palabra tema, quiso decir la
posible afectación del arroyo sobre el terreno
en caso de que llevara mucha agua en tiempo
de lluvias.
3.- Dos personas están por larga distancia
concretando una junta de negocios. Falta una
tercera persona, y uno de ellos se lo comunica al otro. Este le pregunta: ¿Y cuándo va a
llegar? El otro le contesta: En unos 3 meses;
a lo que el otro contesta: “Uh! está largo el
tema”. También éste, fingiendo no entender,
le dice: ¿Va a ser muy larga la junta? Es evidente que el que estaba convocando a la junta
quiso decir que el plazo estaba muy largo.
Una vez más, tema no es sinónimo de plazo,
ni tardanza, ni demora.
4.- Algún comunicador dijo: “No es lo
mismo que un tema de una crisis económica”. Aquí sobra la palabra tema, pues la frase
queda perfectamente comprensible diciendo
simplemente: “no es lo mismo que una crisis
económica”.
5.- “Esta es la nueva estrategia. A ver si la
gente les cree este tema”. De nuevo, tema no
es sinónimo de proyecto, asunto, propuesta,
enfoque. ¿No sería mejor: “A ver si la gente
les cree esta propuesta?”.
6.- “Delincuentes sexuales no podrán trabajar en temas que tengan que ver con niños”.
Están utilizando mal la palabra temas, en lugar de las más apropiadas: asuntos, puestos,
posiciones, empleos, etc. Mejor sería decir:
“Delincuentes sexuales no podrán trabajar
en puestos que tengan que ver con niños”.
7.- “¡Ese es el tema!”. Muy mal. Lo correcto es: “ese es el meollo, ese es el punto,
eso es lo básico, eso es lo principal, eso es lo
importante”, etc.
8.- “¡Es tu tema!”. Por favor, tema no es
sinónimo de problema.
9.- “A ver cómo te va con el tema de la
lluvia”. Una vez más, “tema” sale sobrando;
no es cómo te va con el tema, sino cómo te
va con la lluvia.
10.- “Vamos a ver cómo nos afecta el tema
de la fuga del Chapo”. Y si decimos: “Vamos
a ver cómo nos afecta la fuga del Chapo”.
11.- “Antes de salir manejando en las
vacaciones hay que revisar las llantas, la
suspensión y el tema de los frenos”. ¿Qué no
será más bien el sistema de los frenos?
12.- Un funcionario dijo un día por la radio: “Ahora sí tenemos un tema con los temas
derivados del tema del tráfico de armamentos”. ¡Verídico!, yo escuché este cantinflesco
galimatías. Y una declaración de este tipo,
realmente es para morirse de risa, ¿no es así?
Ni la barca destruida
Sólo el mar y tu cuerpo
Pintura de Michele Del Campo.
Estoy dispuesta
a
Yunuén Cuevas
Hoy vengo a decirte que:
Estoy dispuesta a quedar prendida de tu boca, entre esos
dientes y ese aliento que me parten en pedazos la razón. A
resbalarme entre tu tórax y brazos, a ser presa de tu voz. A
ser el veneno de tu vida, el demonio de tus noches, el ángel
perdido en tu infierno de éxtasis, deseo, de pasión.
A sentir caricias desgarradoras en la espalda, para que
luego las cures con tus besos. A buscar miradas entre las
sábanas, esperando verte con los ojos cerrados al terminar.
Estoy dispuesta a perder el aliento entre tanto jadeo que
tu cuerpo me provoca. A deshidratarme el alma y quemarme
por dentro. A caminar descalza, a ser el aire que dé vida a la
perversión. A que te apoderes de mi piel y la tatúes de mariposas. A que me seduzcas y convertirme en la protagonista
del más sádico de tus sueños al dormir.
Estoy dispuesta a entrelazar tus dedos, a repetir tu nombre sin parar, a llegar a la cima con el placer disfrazado de
sonrisas. A beber de tu boca las súplicas para no dejarme
ir. A soportar el ardor en mis caderas que marcarás con tu
ansiedad.
Estoy dispuesta a quedarme callada, cuando te vengas en
mí. A gritarte que sigas mientras te fundes en mis piernas y
que de mí no quieras salir. A ser parte de nada por un momento. No quiero que seas eterno, tampoco inmortal. No te
quiero mío, te quiero tuyo, sublime, intenso, inolvidable, tan
excelso como lo que me haces sentir.
Estoy dispuesta a volverme loca, no de amor, no de ti...
estoy dispuesta a ser tu cómplice de este juego perverso, de
estar contigo sin tener nada seguro, excepto a mí.
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Ágora
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Ágora
PLAZA CULTURAL DE
PLAZA CULTURAL DE
Nacho y el árbol
En la historia
del arte…
Ojos de selva
Sugey Navarro
Leopoldo Barragán Maldonado
No necesitan tus ojos ser color de selva
Ágora
para contener su inmensidad, toda
seduciendo a pernoctar en ellos,
tibios, callados, con el susurro del viento.
Mis pies descalzos leen la tierra que evoca
tu piel callada, morena.
He de pasear desnuda ante árboles y riachuelos:
entre deshebradas luces,
refulgentes fibras asomándose, curiosas
menguando su llegada en el pecho de cada hoja.
Contigo supe qué era caminar el cielo,
este suelo que clama
Sansón y Dalila, 1630, obra de Anton van Dyck.
20 de marzo
1852.- Se publicó La Cabaña del Tío Tom, de
Harriet Beecher Stowe. La historia se centra en el
relato del tío Tom, un esclavo afroamericano en torno
al cual se mueven otros personajes, tanto esclavos
como propietarios de ellos. La novela dramatiza la
dura realidad de la esclavitud mientras muestra que
el amor cristiano y la fe pueden superar algo tan
destructivo como la esclavización de seres humanos.
21 de marzo
1685.- Nació Johann Sebastián Bach, un compositor, organista, clavecinista, violinista, violista,
maestro de capilla y cantor alemán de música del
Barroco, el miembro más importante de una de las
familias de músicos más destacadas de la historia,
con más de 35 compositores famosos y muchos intérpretes destacados.
1994.- La lista de Schindler, de Steven Spilberg,
logra siete “Óscar”, y Belle Epoque, del español Fernando Trueba, es premiada como mejor película en
lengua no inglesa.
22 de marzo
1599.- Nació Anton Van Dyck, un pintor flamenco
especialmente dedicado a la elaboración de retratos.
Llegó a ser el primer pintor de corte en Inglaterra
tras una larga estancia en Italia. Con su método
de pintura de una elegancia relajada, influyó en
los retratistas ingleses, como Peter Lely. Además
de retratos, se ocupó también de temas bíblicos y
mitológicos, introduciendo algunas notables innovaciones pictóricas.
1832.- Falleció Johann Wolfgang Goethe, un
poeta, novelista, dramaturgo y científico alemán
que ayudó a fundar el romanticismo, movimiento al
que influenció profundamente. Su obra, que abarca
géneros como la novela, la poesía lírica, el drama e
incluso controvertidos tratados científicos, dejó una
profunda huella en importantes escritores, compositores, pensadores y artistas posteriores, siendo
incalculable en la filosofía alemana posterior.
1923.- Nació Marcel Marceau, más conocido
como Bip, fue un mimo y actor francés. Marceau creó
en 1947 a Bip, el payaso con un suéter a rayas y con
un maltratado sombrero de copa decorado con una
flor (que representaba la fragilidad de la vida) y que
se convirtió en su alter ego, similar al “vagabundo”
de Chaplin. El estilo de la pantomima de Marceau no
ha tenido par, sus ejercicios silenciosos que incluyen
las clásicas representaciones de la caja, caminando
en contra del viento, el hacedor de máscaras, entre
otras, han sido descritas como geniales.
23 de marzo
1887.- Nació Juan Gris, seudónimo de José González, un pintor español que desarrolló su actividad
principalmente en París como uno de los maestros
del cubismo. Al igual que otros cubistas y que el
arte moderno en general, Juan Gris tuvo escaso
predicamento en los circuitos culturales españoles
mientras vivió. A partir de la década de 1980 diversos
museos y colecciones emprendieron la adquisición
de pinturas suyas.
1910.- Nació Akira Kurosawa, uno de los más
célebres directores de cine de Japón. Comenzó su
carrera con Sugata Sanshiro (La leyenda del gran
Judo), dirigió más de 30 películas, entre ellas algunas
tan conocidas como Los siete samuráis, Rashōmon
y Dersu Uzala. En 1990 recibió un Oscar honorífico
por su trayectoria.
24 de marzo
1905.- Falleció Julio Verne, novelista francés
considerado como uno de los padres de la ciencia
ficción. Es además el segundo autor más traducido de
procurar nuestro encuentro.
todos los tiempos. Entre sus obras más reconocidas:
Veinte mil leguas de viaje submarino, Viaje al centro
de la tierra, La isla misteriosa, Cinco semanas en
globo y La vuelta al mundo en 80 días.
1949.- Por primera vez una película extranjera
obtuvo un Óscar de Hollywood. Fue la británica
Hamlet, interpretada por Laurence Olivier.
1996.- Falleció Lola Beltrán, cantante, actriz y
presentadora de televisión mexicana considerada
como la máxima exponente de la música vernácula
mexicana. Sus interpretaciones más famosas: Grítenme Piedras del Campo, Los laureles, Huapango
Torero, Cucurrucucú Paloma, Paloma negra, Mi
ciudad, La piedra, Gracias y Alma de acero. Lola
es un icono en la cultura mexicana, y en especial en
la sinaloense.
25 de marzo
1867.- Nació Arturo Toscanini, músico y director
de orquesta italiano, considerado por muchos de sus
contemporáneos y por muchos críticos de la actualidad como el más grande director de orquesta de
su época y del siglo XX. Esa misma fecha, pero de
1918, falleció Claude Debussy, prolífico compositor
francés y una de las figuras más destacadas de la
música impresionista.
26 de marzo
1892.- Falleció Walt Whitman, poeta, ensayista,
periodista y humanista estadounidense. Su trabajo se
inscribe en la transición entre el trascendentalismo
y el realismo filosófico, incorporando ambos movimientos a su obra. El trabajo de Whitman rompe los
cánones de la forma poética y es generalmente cercano a la prosa. Utilizó imágenes y símbolos inusuales
en poesía como hojas podridas, ramitas de paja y
escombros. También escribía abiertamente sobre la
muerte y la sexualidad, incluyendo la prostitución.
Hace seis años, nuestro gobernador Ignacio Peralta
Sánchez enfatizó: “Quiero ver a los filósofos de la Academia, reunidos a la sombra de este árbol que plantamos”.
Estas palabras pronunciadas por el entonces presidente
municipal de Colima (2009-2012) nos fueron dirigidas a
los miembros que integrábamos la Academia Colimense
de Filosofía y Ciencias, A.C., así como a estudiantes y
numerosa concurrencia que nos dimos cita en la parte
norte del jardín Torres Quintero, para presenciar aquel
significativo evento.
Nuestra tradición de plantar un árbol anualmente
la debemos a la iniciativa del maestro Ricardo Ante Villalobos, quien certeramente acercó la propuesta para
que los asociados recordáramos nuestro compromiso de
mantener viva a la filosofía en la región, en palabras de
Ricardo: “para que la filosofía no se beba la cicuta”, en
franca alusión a la sentencia con que el tribunal ateniense
condenó a Sócrates.
Por otra parte, en su dimensión histórica de la filosofía occidental, este tipo de eventos se remontan al siglo
XIX, y nacen al interior del idealismo alemán, en forma
concreta con Hegel y su grupo de allegados, entre ellos
el poeta Hölderling, quienes encantados por los ideales
que motivaron la revolución francesa, acordaron plantar
cada año un árbol en los suburbios de la ciudad de Jena,
llamándole como “el árbol de la libertad”. Recordemos
que la piedra angular que sostiene la estructura conceptual
del idealismo alemán, postulado por Fichte y culminado
con Hegel, es la idea de libertad que se encarna en la conciencia del pueblo, desplegándose en triadas dialécticas
de oposición, superación y conciliación.
Así, para ellos el triunfo revolucionario francés representó la superación del absolutismo, y en la visión
hegeliana la segmentación feudal de las alemanias, debería
concluir en un estado unificado, por eso su famosa frase:
“el estado es la encarnación moral de un pueblo”. Para no
olvidar estos ideales, aquellos jóvenes filósofos cada año,
con pico y pala, excavaban la tierra para plantar su árbol
y renovar su promesa.
En lo personal, Hegel es uno de mis favoritos, cuando
he tenido la oportunidad de hablar acerca de filosofía, ya
sea intra o extra murus docendi, el filósofo nacido en
Sttutgart no pasa por desapercibido, y fue, precisamente,
en un aula del Tecnológico de Monterrey, campus Colima,
donde tuve el gusto de conocer a nuestro actual gobernador. Nacho, como otros adolescentes de finales de la
época ochentera, fue mi alumno en la clase de filosofía.
Por aquel tiempo sonaba con ganas el grupo Flans y su
éxito “Bazar”; la compañía francesa “Naf-Naf” lanzó al
mercado toda una línea de ropa unisex, entre las cuales
sobresalían las camisetas, y como la clase de filosofía era
por las tardes, para mitigar el calor me daba por usar ese
tipo de prendas, así que uno de mis primeros apodos en
el mundo de la docencia fue el “naf-naf”, y así quedé etiquetado en la mentes de aquellos estudiantes.
Los años pasaron, Nacho fue postulado por el tricolor
para la gubernatura del estado; un martes de tantos, siendo ya candidato, Nacho caminaba tranquilamente por la
calle principal del Rancho de Villa, saludaba a la gente;
ahí lo encontré, aproveché que no iba rodeado de alguien
y me detuve para saludarlo, observé que al principio no
me reconocía, pero de pronto se me ocurrió sacar la mejor
tarjeta de presentación: el apodo, y le dije: para que me
recuerdes: ¡Soy el naf-naf!, su expresión cambió y por
breves momentos recordamos los tiempos idos.
Hoy que el árbol de la filosofía ha crecido y nos regala
su sombra, es un buen paraje para reunirnos a filosofar sobre las cosas de la vida cotidiana, porque ese es el objetivo
de la Academia, acercar la filosofía a la gente, mostrarla en
su original naturaleza con la que apareció en la historia,
despojándola de sus vestiduras oscurantistas. La filosofía,
como parte de la cultura general, es un ingrediente humanista que debe estar presente en toda sociedad. Señor
Gobernador, estamos a tus respetables órdenes.
Aliteraciones
Herberto de la Rosa Sotomayor
La brisa
La suave, sutil y fresca brisa
se desliza sobre su hermoso
y tibio rostro, y yo, celoso
lo cubro de besos y risas.
Sus manos
Lentas y lujuriosas bajan
libinidosas eludiendo cual
serpientes mi pálido rostro
y mi tenso cuerpo.
El Sol
Fugitivo y manso Sol,
que silencioso asciendes
y obsequias bronceadas
y esquivas huellas, no
desdeñes las noches,
pues sin ti, no brillan
las estrellas.
4
Ágora
PLAZA CULTURAL DE
Tornavoz
Digamos que la pintura es un espejo: Ana Francisca Urrusti
VIÑETAS DE LA PROVINCIA
Evocaciones musicales
El director de orquesta, pintura de Frédéric Blaimont.
Convencido de su mérito, se hacía pagar
caro,loquenoeraobstáculoparaquefuera
constantemente solicitado para amenizar
matrimonios, fiestas domésticas y bailes
formales, que abundaban en el sonriente
Colima de aquella época, en que las gentes
posiblemente tenían menos dinero,
pero sabían divertirse más.
Antonio Riestra
(3 de julio de 1960)
Don Manuel Sánchez Silva
Ahora que los ritmos modernos, estrafalarios y distorsionados, como el “cha-cha-chá”,
“merengue” y mambo, vienen aturdiendo con
sus estridencias, resulta oportuno recordar los
gustos musicales de hace apenas 30 y 35 años y
a sus más destacados intérpretes de la provincia.
Hermosa música aquella, rica en melodías y
en cadencia, que surgiendo de la posguerra en
1918 inyectó alegría y optimismo a una humanidad deseosa por divertirse para olvidar los
horrores de la matanza y disfrutar intensamente
del goce de la supervivencia.
El tango, tristón y lánguido, apareció poco
antes de la guerra y se mantuvo hasta mediados
de los años veintes, compartiendo los honores
en la predilección de la gente de aquel tiempo
con el “one step”, el “camel” y el “fox trot”, habiendo sido este último el ritmo que mayores
simpatías tuvo. Después vinieron los “blues”,
sedantes y excesivamente lentos, de lentitud
casi letárgica.
Y la mejor prueba de que ese tipo de música
tenía verdadero mérito es que sigue teniéndolo, ya que de algunos años a esta parte se está
operando una regresión a los aires de moda en
esos maravillosos años veinte, a fines de los
cuales estalló la algarabía de jazz, interpretado
por instrumentales de nueva creación, como el
violinófono, el nomanote, el banjo, la batería, el
vibráfono y, sobre todo, la desbordante invasión
de los saxofones. El jazz fue toda una revolución.
Sin embargo, para los buenos aficionados a la
música, tenía el inconveniente de ser demasiado ruidoso y agitado. Fue Paul Waittman,
el famoso gordinflón de los éxitos yanquis, el
que lo depuró y estilizó al convertirlo en “jazz
sinfónico”, lo que le abrió las puertas de la
aceptación definitiva.
Entre los músicos de entonces, don Emilio
Torres se destacó por méritos propios. Era un
hombre moreno y bien presentado. Había estudiado violín con el venerado maestro don José
Levy y dominaba el difícil instrumento. Después
de formar parte de diversos conjuntos musicales, integró su propia orquesta y se hizo de un
magnífico archivo, en él contenía las partituras
de todas las melodías de moda. Era intransigente en materia de técnica musical y obligaba
a sus filarmónicos a hacer “escoletas” diarias y
exhaustivas. Dirigía con la precisión de un metrónomo y la más insignificante disonancia lo
ponía fuera de sí, como también le encolerizaba
que algún instrumento adelantara o retardara
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Ágora
PLAZA CULTURAL DE
en fracciones de segundo su intervención. Tenía, musicalmente hablando, la obsesión de la
exactitud cronológica.
Convencido de su mérito, se hacía pagar
caro, lo que no era obstáculo para que fuera
constantemente solicitado para amenizar matrimonios, fiestas domésticas y bailes formales,
que abundaban en el sonriente Colima de aquella época, en que las gentes posiblemente tenían
menos dinero, pero sabían divertirse más.
Don Emilio era de pocas palabras y de genio
fácilmente irritable. A diferencia del tipo de
director moderno, que extrema gracejadas y le
preocupa más hacer reír al público con sus contorsiones y payasadas que manejar la batuta con
maestría, de lo que menos se ocupaba el señor
Torres era de hacerse grato a los asistentes a un
festejo, dando la impresión de que no tocaba por
contrato para divertir a los demás, sino por el
gusto personalísimo de “hacer música”, sin que
le importara un comino la concurrencia. Pertenecía a la vieja solera de los antiguos músicos,
realmente músicos.
Sus explosiones y salidas de tono, manifestaciones de su temperamento, eran conocidas
de propios y extraños. Cuando en un descanso
se le acercaba alguien para preguntarle:
-¿Qué va usted a tocar en seguida?
-¡El violín! -contestaba con acritud-, yo únicamente toco el violín... -con lo que el curioso
quedaba ignorante de cuál sería la próxima
melodía por ejecutar.
Durante el gobierno del licenciado Solórzano
Béjar, y en el siguiente de don Laureano Cervantes, don Emilio intervino en la política. Fue
diputado local y presidente municipal, pero sus
incursiones por los vericuetos de las cosas públicas no afectaron el ejercicio de su profesión.
Conservó su orquesta y siguió dirigiéndola con
la misma seguridad y severidad de cuando era
un simple ciudadano.
Nadie como él en Colima interpretó aquellos
encantadores “fox” de la vida: “Chapultepec”,
“Plenitud”, “Nido de amor”, “Pompas”, “Mi
hombre”, “Juana de Arco”, “Dardanela” y tantas melodías de ese tiempo, estimulantes de la
alegría y el romanticismo de los muchachos de
entonces, que ahora peinamos canas.
Fue don Emilio Torres el último director de
orquesta colimense, verdaderamente director.
* Periodista, escritor y fundador
de Diario de Colima.†
El pasado mes de febrero, una mañana me hallé con
Mis utopías realizables en la vida cotidiana, exposición
primera de la joven artista plástica Ana Francisca Urrusti,
quien, con técnica emotiva e inteligencia de gran colorista,
se aproxima al cuadro. En entrevista, discurre sobre ello.
El proceso
Tiene que ver con la transparencia de las emociones,
las ideas y la libertad que genera ese momento, y te tienes que entregar a ese momento, porque no se trata de
ocultar nada: tienes que saber que todo el tiempo se está
revelando algo y debes hacerte responsable de lo que se
está revelando, y decidir hasta qué punto; es una desnudez
y también algo que no sé describir.
La responsabilidad
Hay una congruencia ética todo el tiempo (cada movimiento), que no puede quedarse en el cuadro o en la
poesía del cuadro: tiene que salirse del cuadro, estar por
todos lados, porque es una energía que participa de lo que
otros han vivido, y uno también está ahí.
Lo que sucede
Entra uno a lo que va a suceder. Y uno incide. Y no está
bien claro cuál es el límite entre el pasado y el futuro, pero
es importante quitarle las fronteras a esa fusión.
Las dimensiones
Se ha investigado muy poco cuál es el alcance de las
dimensiones. Es difícil describirlo, pero sí se puede. Las
ideas viajan en muchos tiempos y son viajes del tiempo, y
existe la posibilidad de crear otras ideas que cambian de
dimensión y puedes entrar a un portal y a otro, como si
fueran sueños −los sueños funcionan así: te cambias de
dimensión y puedes entrar y salir, pero hay una responsabilidad al entrar y salir; una visión.
La visión
Hay una conciencia de lo que uno quiere dejar, aportar,
pero tienes que estar consciente de todos los tiempos que
están sucediendo en ese momento, atender la parte mágica
que aun cuando no nos demos cuenta ahí está, decidir
entonces qué debemos proponer en el cuadro de manera
justa que pueda mover emociones. Sentir es la pauta para
hacerlo, para que otros puedan sentir dicha libertad que
ahora se comparte.
Sentir
Sentir lo mejor posible el instante. Y la inteligencia de
todos los días. Esa inteligencia se aterriza en el cuadro.
Entonces, se parece mucho a la vida cotidiana: nos sirve
para seguir aquí, vivos.
La comunicación
El conocimiento también es una ficción. Y de pronto se
ha decidido que una persona que pertenece a cierto lugar
Hay una conciencia de lo
que uno quiere dejar, aportar,
perotienesqueestarconsciente
detodoslostiemposqueestán
sucediendo en ese momento.
no tiene algún conocimiento. En lo que yo he vivido eso no
es cierto. Todo mundo puede ver desde ángulos distintos
y eso es lo que enriquece la obra, y eso es lo que genera la
comunicación. Las perspectivas, todas, son importantes.
La técnica
La pintura no nada más es lo técnico: también es
la experiencia. Ahora, el nivel es difícil de determinar.
Hasta qué punto alguien sintió o no, o no le interesó.
Digamos que la pintura es un espejo. Hay gente a quien
no le gusta verse al espejo y hay gente a quien le gusta
mucho verse al espejo y meterse al espejo y romper el
espejo y salir del espejo.
La experiencia
Las emociones son universales, y todas las piezas también; el problema está en el receptor, que de pronto qué
tal que no quiere sentir algo. Entonces, cuando una pieza
provoca o está hecha para que el otro sienta y hay un interés,
se nota, y hay piezas que también se nota que no querían
que nadie opinara, porque están hechas con fórmulas muy
estrictas. Pero si hay interés y no hay emoción, hay que
preocuparse, porque tal vez uno no está alcanzando lo más
cotidiano y lo más importante que tenemos para empatizar.