Lucas Luchilo - Asociación de Universidades Grupo Montevideo

El uso de los indicadores en el
planeamiento universitario: el informe
de indicadores de la UNL
Lucas Luchilo
Universidad Nacional del Litoral
1. La moda de los indicadores
2. Los usos del conocimiento social para las
políticas
3. Las actividades estadísticas bajo presión
4. La propuesta de un informe de indicadores
5. Informe de indicadores: un ejemplo
1. La moda de los indicadores
• En las últimas dos décadas, hemos asistido a un
auge en la producción y uso de información
estadística para la gestión pública y privada.
• En el plano de la educación, en general, y de la
educación superior, en particular: PISA y rankings
de universidades.
• Ambos instrumentos han alcanzado un innegable
éxito entre los tomadores de decisiones y los
medios de comunicación, y son emergentes de
tendencias más profundas y extendidas.
1. La moda de los indicadores: factores
• Difusión de un cuerpo doctrinario acerca de la gestión pública –la
nueva gerencia pública (en adelante NGP)-, que informa la mayoría
de las políticas de reforma de la administración pública.
• Grandes posibilidades de captura y manipulación de información
facilitadas por las tecnologías de la información y de la
comunicación.
• Cambios en las relaciones entre los Estados y las universidades, que
suelen sintetizarse en la fórmula de la emergencia del Estado
evaluador.
• Mientras que en Europa la emergencia del Estado evaluador fue
más bien un relajamiento de un control político-administrativo
estricto, en América Latina se manifestó como un aumento del
control estatal sobre universidades con una fuerte autonomía
institucional.
La desconfianza de los gobiernos frente a las
universidades
•
•
•
Trow (1994): dos versiones del gerencialismo. La versión blanda ponía en cuestión
algunas de las actitudes y prácticas de gobierno y administración de las
universidades británicas y proponía mejorar su eficiencia, pero no ponía en
cuestión el carácter de “la educación superior como una actividad autónoma,
gobernada por sus propias normas y tradiciones”
En cambio, los defensores de la versión dura del gerencialismo –la que desde su
punto de vista dominaba en Gran Bretaña– “no tienen confianza en la sabiduría de
la comunidad académica, y están resueltos a remodelar y redirigir las actividades
de esa comunidad a través de fórmulas de financiamiento y otros mecanismos de
rendición de cuentas impuestos desde afuera de la comunidad académica”.
Retiro de la confianza en sus universidades por parte del gobierno británico. En sus
palabras, ese retiro de confianza ha llevado al gobierno a “crear una maquinaria
burocrática y fórmulas para conducir y manejar las universidades desde afuera del
sistema” (Trow, 1994). A diferencia de la gestión de las empresas –el modelo de
referencia adoptado– no existe un mercado competitivo que juzgue sobre la
eficiencia y eficacia de la gerencia. Un nutrido sistema de indicadores de
rendimiento viene a reemplazar a ese “control por el mercado”.
Las dos caras de la NGP
• En la NGP coexiste una retórica de tipo empresarial que enfatiza la
importancia de los resultados y la flexibilidad de los medios para
alcanzarlos, con unas tecnologías de gestión que, por el contrario, se
presentan como medios de control aún más rígidos que los de la
burocracia tradicional
• Christensen y Lægreid subrayan que “la NGP es una espada de doble filo,
que prescribe al mismo tiempo mayor autonomía y mayor control central”
• Dadas las dos condiciones previas, no es de extrañar que la función
privilegiada por la NGP sea la de evaluación –y un tipo de evaluación muy
formalizada-.
• Esta evaluación requiere la producción de numerosos indicadores y el uso
de métodos que buscan establecer relaciones simples entre los resultados
de los procesos de evaluación y las políticas.
• Las políticas, a su vez, tienden a ser pensadas como un agregado de
unidades discretas –los programas–, que son los objetos privilegiados para
evaluaciones.
• Corolarios prácticos de las orientaciones
reseñadas: apelación a un uso generalizado de
información estadística en el planeamiento y en
la gestión.
• Analizar de qué modo puede concebirse la
relación entre conocimiento social y políticas
públicas. Finalmente, el uso de indicadores para
el planeamiento universitario es un caso
particular de esta cuestión general.
• Impacto de las TIC sobre la producción, difusión y
uso de estadísticas
Björn Wittrock “Conocimiento social y política
pública: ocho modelos de interacción”
Lógica de los ámbitos de la
ciencia social y de la
elaboración de políticas y la
administración
Primacía del dominio
Investigación
Elaboración de políticas y
administración
Lógicas diversas
Modelo de ilustración
Modelo burocrático clásico
Lógica unitaria
Modelo tecnocrático
Modelo ingenieril
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•
a. el modelo de ilustración (lógica diversa con primacía de la investigación). En este
modelo, se parte de la idea de que “la investigación de la ciencia social no tanto
resuelve problemas cuanto ofrece un medio intelectual de conceptos,
proposiciones, orientaciones y generalizaciones empíricas. Ningún estudio en sí
mismo ejerce mucho efecto, pero, a la larga, los conceptos llegan a ser aceptados”
(Weiss, 1978 en Wittrock, 412)
b. el modelo tecnocrático (lógica unitaria con primacía de la investigación), en el
que se supone que un uso sistemático del conocimiento social debería permitir
resolver las dificultades y obstáculos para el adecuado funcionamiento del Estado.
c. el modelo burocrático clásico (lógicas diversas con primacía de la esfera políticoadministrativa), en el que el buen gobierno se define en relación con la aplicación
imparcial de una serie de reglas y de normas, sin necesidad de contar de modo
sistemático con el aporte del conocimiento social –más allá del derecho y la
contabilidad pública–.
d. el modelo ingenieril (lógica unitaria con supremacía de la esfera políticoadministrativa). Wittrock caracteriza este modelo como de un “racionalismo
radical”, en el que la investigación social produce “fragmentos, claramente
delimitados, de insumo para la maquinaria de toma de decisiones del proceso de
políticas”. La posición de la investigación es subordinada e instrumental.
3. Las actividades estadísticas bajo presión
• En la medida en que las estadísticas proporcionan una base sobre la cual
tomar decisiones , no es de extrañar que comiencen a evidenciarse
algunos problemas con la producción y uso de indicadores.
• La adulteración deliberada y sistemática de los datos (Argentina)
• Insuficiente atención que se suele prestar a la calidad y comparabilidad de
los indicadores. La exigencia por mostrar comparaciones internacionales a
menudo conduce a no tomar los recaudos necesarios para saber hasta qué
punto los datos que se utilizan son confiables y comparables.
• Uso de los indicadores disponibles, sin discutir sus implicancias (patentes)
• A medida en que queremos comparar datos de varios países –u otras
unidades– cada uno con un sistema propio de recolección de datos, con
características institucionales particulares, las dificultades para establecer
comparaciones se multiplican.
• ley de Campbell: ”cuanto más se utilice un indicador social cuantitativo (o
aún un indicador cualitativo) para la toma de decisiones, más estará sujeto
a presiones corruptoras y más apto será para distorsionar y corromper los
procesos sociales que se espera que monitoree” .
4. La propuesta de un informe de indicadores
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¿Anuario estadístico o informe de indicadores?
Indicador social: “una estadística de interés normativo directo que facilita juicios
concisos, comprensivos y equilibrados sobre la situación de aspectos importantes
de una sociedad”
Contenido normativo de un indicador: lo que el indicador muestra debe ser
importante y puede servir para formular un juicio.
Juicios “concisos, comprensivos y equilibrados”. Varias condiciones: que
establezcan relaciones entre aspectos relevantes, que permitan observar
variaciones a lo largo del tiempo, y que se integren en un conjunto de indicadores
suficientemente amplios como para obtener un cuadro de información
razonablemente completo. Además los indicadores deben ser accesibles para sus
potenciales usuarios.
La elaboración de un conjunto de indicadores supone un cierto modelo –o algunas
hipótesis– sobre el funcionamiento del campo para el que son formulados. Esto no
implica que para cada conjunto de indicadores haya un modelo científico
sumamente elaborado y complejo. A menudo las hipótesis son simples y solamente
indican alguna relación significativa
Finalmente, la elaboración de los indicadores depende de la existencia y
disponibilidad de una base de información estadística de adecuada cobertura y
calidad.
• En el sistema de educación superior y en varias universidades
argentinas se publican “anuarios estadísticos” y no “informes de
indicadores”.
• Dos razones principales. La primera es común a la mayor parte de
los organismos que producen estadísticas. Por lo general, las oficinas
de estadísticas tratan de eludir la presentación de información que
tenga un componente valorativo y de interpretación alto.
• Las oficinas de estadísticas suelen tener más capacidad en la
producción que en el análisis de información.
• Un informe de indicadores, que requiere un enfoque y una
capacidad analítica mayor que la que suele ser habitual en un
anuario estadístico.
• El enfoque de un informe de indicadores tiene que poner en primer
plano a los usuarios. Esto no solamente tiene que ver con la
información que se reporta sino también con la forma en que se
comunica.
¿Qué falta en los anuarios estadísticos?
• Faltan indicadores que pongan en perspectiva a la universidad: ¿es grande,
mediana o chica? ¿rica o pobre? ¿con mucha investigación o con poca?
¿viene creciendo o está estancada? ¿está muy especializada en algunos
campos? ¿es eficiente?
• Para contestar estas preguntas hay que tomar algunos términos de
comparación: otras universidades, promedios del sistema, la misma
universidad a lo largo del tiempo. Por supuesto que muchas de las
preguntas no tienen respuesta sencilla y requieren un trabajo de
clarificación conceptual y que, además, la información para comparar no
siempre está disponible. Pero, en principio, no parecen ser estas las
dificultades determinantes sino más bien la falta de un enfoque adecuado.
• Para seguir, la organización de la información revela una falta de
elaboración acerca de qué información incluir y cuál no incluir en el
anuario. En otras palabras, la información que se presenta en el anuario
puede ser demasiada para los lectores interesados, pero demasiado poca
para los lectores especializados.
Criterios para informe
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•
La información que se reporta debería ser pensada desde la intersección de las
perspectivas e inquietudes de un usuario interesado por la universidad y de las
orientaciones generales definidas para la UNL. En otras palabras, se trata de
contestar simultáneamente a las preguntas “¿cómo se traducen las orientaciones
generales definidas institucionalmente por la UNL en el informe de indicadores?” y
“¿cómo el informe responde a las cuestiones principales que pueden ser de
interés de los destinatarios –tanto internos como externos–?”.
Riesgo: quedar cautivos de la necesidad de cada área del gobierno universitario de
mostrar su desempeño. Esto es, acercar el informe de indicadores a una memoria
institucional. Es necesario aquí distinguir netamente entre los dos productos.
La organización del material, la definición de capítulos, el orden de los capítulos, la
inclusión de cuadros o gráficos en cada capítulo, o el agregado de secciones
especiales, tienen que tener una adecuada justificación.
A veces, los informes no tienen un adecuado equilibrio entre los diferentes
capítulos, simplemente porque tienen muchos más datos disponibles para unos
que para otros.
La producción editorial tiene que ser muy cuidada.
En otras palabras, hay que tratar de agregar valor en cada etapa: en la concepción
general, en cada sección y en la dimensión editorial.
5. Informe de indicadores: un ejemplo
Los principales rasgos y tendencias

Entre 1970 y 2012, la UNL multiplicó por siete su matrícula, triplicó sus nuevos inscriptos y multiplicó sus egresados por tres
veces y media.

Este proceso de expansión no fue lineal: alternó períodos de caída, estabilidad y crecimiento, asociados a factores políticos,
demográficos y educativos.

La evolución de los nuevos inscriptos permite identificar las principales etapas. La década de 1970 se abre con una fase de
expansión, que se revierte en 1976 y lleva a un período de estancamiento hasta mediados de la década siguiente. El
levantamiento de las restricciones al ingreso con la llegada de la democracia provoca un brusco aumento de las nuevas
inscripciones, con una estabilización en un ingreso de alrededor de 3500 alumnos hasta principios de la década de 1990.

A partir de 1993 se inicia una etapa de sostenida expansión de la demanda estudiantil. Entre 1992 y 2004 la matrícula se
multiplica por 2,9, superando los 10.000 alumnos. Desde 2004, la situación se estabiliza en un nivel alto –un poco menos de
10.000 nuevos inscriptos por año-, en un contexto de crecimiento lento o estancamiento del grupo de edad que realiza
estudios universitarios y de la graduación de la escuela media.

El crecimiento de la cantidad de egresados muestra un patrón diferente al de la matrícula y las nuevas inscripciones a lo largo
de la mayor parte del período. Después de un pico de graduación en 1975, la cantidad de egresados se mantiene estable hasta
1999. A partir de ese año crece de manera sostenida y se duplica a lo largo de la década siguiente.

Otra tendencia destacable ha sido la expansión y diversificación de la formación de posgrado, sobre todo a partir de 1993,
coincidiendo con la expansión general de la demanda de educación superior.

Si se observa la evolución de la distribución de la matrícula entre las diferentes carreras, puede apreciarse una pauta de
relativa estabilidad hasta la década de 2000, en la que tiene lugar un significativo crecimiento de las carreras cortas y ciclos de
complementación, que modifica el patrón tradicional de carreras.
Total inscriptos, nuevos inscriptos y egresados de carreras de
pregrado y de grado, UNL, 1970-2012
50000
45000
40000
35000
30000
25000
20000
15000
10000
5000
0
Total inscriptos
Nuevos
inscriptos
Egresados
Nuevos inscriptos en carreras de grado y pregrado de la UNL,
1970-2012
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
Evolución de la cantidad de nuevos inscriptos en carreras de
posgrado, 1970-2012
1400
1200
1000
800
600
400
200
0
Distribución de la matrícula por carreras, UNL, 1970
Diez años de turbulencia y congelamiento: la UNL en 1980
Expansión sobre la matriz previa: la UNL en 1990
Abogacía
7%
Contador
8%
Ingeniería Química
36%
8%
Licenciatura en Química
Bioquímica
2%
Ingeniería Agronómica
7%
Veterinaria
4%
Ingeniería en Recursos Hídricos
Profesorados
8%
16%
2%
4%
Arquitectura
Otros
La gran expansión y el comienzo de la diversificación: la UNL en
2000
Abogacía
Contador
20%
Ingeniería Química
30%
Otras ingenierías
Ingeniería y analista en Informática
4%
Bioquímica
Ingeniería Agronómica
6%
Veterinaria
6%
Profesorados
14%
Arquitectura
6%
Diseño Gráfico en Comunicación Visual
5%
3%
3%
Otras
2%
2%
Expansión moderada y creciente diversificación: la UNL en 2010
Abogacía
Martillero Público y Corredor de Comercio
Bachiller, Contador, Lic. en Administraciòn
y Lic. en Economía
Ingeniería Química
14%
Otras ingenierías
4%
31%
Ingeniería en Informática
Bioquímica
11%
Licenciatura en Nutrición
Ingeniería Agronómica
2%
Profesorados
4%
5%
Médico Veterinario
Arquitectura
2%
3%
2%
7%
5%
2%
5%
2%
Lic en Diseño Gráfico en Comunicación
Visual
Medicina
Otras
Evolución de la participación relativa de las carreras y razones
de la diversificación reciente
Nuevos inscriptos en técnicos y ciclos de licenciatura sobre
total de nuevos inscriptos, 2000, 2005 y 2010, en valores
absolutos
12000
9602
10000
8894
7789
8000
Técnicos y ciclos de licenciatura
6000
Total de nuevos inscriptos
4000
3246
2082
2000
1098
0
2000
2005
2010
Nuevos inscriptos en técnicos y ciclos de licenciatura sobre
total de nuevos inscriptos, 2000, 2005 y 2010, en porcentajes
100%
90%
14
23.4
33.8
80%
70%
60%
Técnicos y ciclos de licenciatura
50%
40%
Resto de las carreras
86
76.6
66.2
30%
20%
10%
0%
2000
2005
2010