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I.
INTRODUCCIÓN
En un momento en el que la falta de liquidez del sistema financiero está estrangulando
el entramado productivo, sometiendo a la mayoría de las empresas a grandes tensiones de
tesorería, se hace necesario optimizar su gestión, adecuándola a las necesidades presentes
y previendo necesidades futuras que nos permitan evitar riesgos de insolvencia que puedan
comprometer el futuro de las compañías.
En este capítulo trataremos de exponer los principales conceptos relacionados con
la liquidez, propondremos un proceso de análisis y diagnóstico de la liquidez de una
compañía, expondremos de manera sistematizada cómo gestionar de manera óptima el
capital circulante y analizaremos en detalle las diversas fuentes de financiación y ayudas
que las pequeñas y medianas empresas tienen actualmente a su alcance, cuáles son las
ventajas e inconvenientes de cada una de ellas y daremos algunas orientaciones sobre las
más adecuadas en cada circunstancia.
1.
Gestión de liquidez
¿Por qué es importante la liquidez?
A largo plazo, para que una empresa pueda sobrevivir debe generar beneficios, es decir,
los ingresos deben ser superiores a los gastos.
Sin embargo, a medio y corto plazo, una empresa debe generar la tesorería suficiente
para hacer frente a todos sus compromisos de pago. Una adecuada gestión de tesorería nos
permitirá disponer en cada momento de la liquidez necesaria para hacer frente a nuestras
necesidades y prever necesidades futuras, ahorrando costes y evitando riesgos.
En entornos de crisis económica o en momentos en que una empresa no atraviese una
buena situación económica es aún más importante una adecuada gestión de tesorería, que
permita que no se deteriore su situación financiera, lo que sin duda podría comprometer la
supervivencia de la compañía.
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Claves de gestión empresarial en época de crisis
¿Cuál es el objetivo de la gestión de la liquidez?
Una correcta gestión de la liquidez tiene como objetivos asegurar las necesidades
presentes y futuras de fondos para el desarrollo de la actividad y maximizar la rentabilidad
de la inversión en tesorería, es decir, minimizar los costes (coste de oportunidad y pérdida
de poder adquisitivo por el efecto de la inflación) que implica tener demasiado efectivo.
Una vez determinadas las necesidades de efectivo, debe reducirse al mínimo la cantidad a
mantener en tesorería.
¿Cuál es el concepto de cash-flow?
La respuesta a qué entendemos por cash-flow puede plantarse de distintas maneras:
Fondos Generados por las Operaciones (FGO). Vienen determinados por el resultado
después de impuestos más los deterioros de valor y las amortizaciones de los activos
materiales e intangibles.
CASH FLOW (FGO) = RDO. NETO + AMORTIZACIONES + DETERIOROS
El cash-flow operativo (CFO), mide la liquidez de que dispone la empresa para hacer
frente a los intereses devengados como consecuencia de su nivel de endeudamiento y a
los impuestos.
CASH FLOW OPERATIVO (CFO) = FGO + G. FINANCIEROS + G. IMPUESTOS
El cash-flow del accionista (CFA), que es el flujo de caja que pueden retirar los
accionistas una vez se han financiado las nuevas inversiones, se ha devuelto la deuda y se
han pagado los impuestos.
CFA = BENEFICIO NETO +/- VARIACIÓN ACTIVO NETO +/- VARIACIÓN DEUDA
+/- VARIACIÓN ACTIVO NETO = + AMORTIZACIÓN - NUEVA INVERSIÓN EN NOF NUEVA INVERSIÓN EN ACTIVO FIJO.
+/- VARIACIÓN DEUDA (+ DEUDA NUEVA - REPAGO DE DEUDA)
Otra forma de calcular el CFA es por diferencia entre la tesorería al cierre y al inicio
del ejercicio más los dividendos pagados. De ambos cálculos debemos obtener el mismo
resultado.
En la determinación de este cash-flow hay que tener en cuenta que no todo el beneficio
neto de la empresa va a la caja. Puede destinarse a cubrir las necesidades operativas de
fondos (NOF), al pago de nuevas inversiones o la devolución de la deuda (intereses y
principal). No debe confundirse beneficio neto con flujo de caja para el accionista.
Como reflexión final, cuando oigamos hablar de cash-flow debemos analizar cómo se
ha calculado y a cuál de los términos analizados anteriormente se refiere.
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¿Cuáles son las herramientas de que dispone la empresa para gestionar la liquidez?
El cuadro de flujos de caja es la principal herramienta que se utiliza en la práctica para
gestionar la tesorería. En él se recogen los cambios en la posición financiera de la empresa
durante un período de tiempo.
En la práctica, los flujos de caja suelen clasificarse atendiendo a su procedencia en:
— Flujos de caja provenientes de las operaciones, es decir, las entradas y las salidas de
tesorería cuyo origen se encuentra en las operaciones normales de la empresa, es decir, en
las actividades ordinarias. Tienen que ver con operaciones de la explotación de la empresa
y suelen referirse al corto plazo. Miden la capacidad que tiene la empresa para generar
fondos, o lo que es lo mismo, su capacidad de autofinanciación.
— Flujos de caja no operativos, es decir, las entradas y salidas de fondos que son
consecuencia de operaciones a largo plazo. Nos referimos a actividades de inversión
(adquisición y venta de inmovilizado) y actividades de financiación (obtención de recursos
propios y ajenos a largo plazo).
Al tratarse de una herramienta práctica para la gestión de la liquidez, el cuadro de flujos
de caja debe recoger:
— Los flujos de caja de un período de tiempo pasado (trimestre, mes, etc.)
— Las estimaciones futuras de los flujos de caja operativos que se obtendrán como
consecuencia del cumplimiento del presupuesto de ingresos y gastos de la compañía,
considerando para su determinación los períodos medio de cobro a clientes y de pago a
proveedores.
— Los flujos de caja no operativos estimados.
¿Qué significa “generar tesorería”?
Generar tesorería significa que los flujos de caja totales de la empresa, entendidos
como la diferencia entre las entradas y las salidas de caja y cuentas bancarias en un período
de tiempo, deben ser positivos.
¿Qué es el fondo de maniobra (FM)?
El fondo de maniobra es la medida del equilibrio financiero de la empresa. Esta medida
puede ser considerada desde el corto plazo (activo circulante menos pasivo circulante) o
desde el largo plazo (recursos a largo plazo menos inmovilizaciones netas). En este caso,
se trata de los recursos permanentes que financian el ciclo de explotación.
FM = AC - PC
AC: activo circulante
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PC: pasivo circulante
FM = AF - PF
AF: activo fijo
PF: pasivo fijo.
Debe distinguirse entre el fondo de maniobra real y el fondo de maniobra necesario.
El fondo de maniobra real es el excedente de los recursos a largo plazo sobre el activo
inmovilizado. Sin embargo, el hecho de que no se produzcan variaciones en el fondo de
maniobra real en un período de tiempo, no quiere decir que no se produzcan o puedan
producirse problemas de tesorería como consecuencia, por ejemplo, de una disminución
del dinero en efectivo, un incremento de las cuentas a cobrar consecuencia del mayor
plazo concedido a los clientes o un aumento de las cuentas a pagar debido a nuevos
créditos por compras realizadas.
Para determinar el fondo de maniobra necesario hay que analizar detalladamente el
ciclo de explotación.
¿Qué son las necesidades operativas de fondos (NOF)?
Las NOF representan las inversiones netas en activo circulante derivadas de las
operaciones de la empresa. Es decir, los fondos necesarios para financiar las operaciones
de una empresa. Esta inversión viene representada por las inversiones necesarias que deben
realizarse en existencias para ventas futuras, clientes y cuentas a cobrar (los clientes no
pagan inmediatamente) y la tesorería mínima necesaria para las operaciones.
Las necesidades operativas de fondos se obtienen de los proveedores y cuentas a pagar
y de otros pasivos espontáneos.
NOF = EXISTENCIAS + CLIENTES + TESORERÍA MÍNIMA - PROVEEDORES - OTROS
PASIVOS FINANCIEROS
Si asumimos que la tesorería debe tender a cero y que en la práctica la financiación
espontánea proviene en la mayoría de los casos en su totalidad de los proveedores, podemos
simplificar el cálculo de la siguiente manera:
NOF = EXISTENCIAS + CLIENTES - PROVEEDORES
Las NOF deben considerarse como un activo fundamental de la empresa y tienen su
origen en las decisiones de explotación de la empresa, en el día a día. Son consecuencia
directa de las políticas operativas, ya que si una empresa cambia su período de cobro o su
período de pago, sus NOF también cambiarán.
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Los conceptos de NOF y FM son complementarios pero su naturaleza es diferente. El
FM representa el volumen de recursos permanentes que financia circulante. Por tanto, se
trata de un concepto de pasivo. Sin embargo, las NOF representan el volumen de inversión
neta generada por las operaciones. Es, por tanto, un concepto de activo.
La magnitud cuantitativa de las NOF no tiene porqué coincidir con el FM. De esta
forma:
— Si FM > NOF, el exceso de fondos a largo plazo que financia las operaciones es más
que suficiente para cubrir las mismas y el sobrante será un excedente de tesorería.
— Si FM < NOF, se producen unas necesidades de recursos negociados que cubran la
diferencia.
En resumen, las NOF se deben financiar con el FM y el crédito. Cuanto mayor es el FM,
menos crédito necesitaremos para financiar las NOF.
¿Cuáles son los principales ratios utilizados en la práctica para medir la liquidez de una
empresa?
LIQUIDEZ (L) = ACTIVO CIRCULANTE (AC)/PASIVO CIRCULANTE (PC)
Este ratio representa la capacidad para atender a las deudas a corto plazo.
Normalmente:
L < 1 Æ Peligro
1 < L < 1,5 Æ Problemas a corto plazo
1,5 < L < 2 Æ Óptimo
L > 2 Æ Pérdidas de rentabilidad
LIQUIDEZ INMEDIATA (LI) = ACTIVO CIRCULANTE (AC) - EXISTENCIAS (E)/PASIVO
CIRCULANTE (PC)
Este ratio también recibe el nombre de test ácido y representa la capacidad para atender
a las deudas a corto plazo considerando aquellos activos que son más líquidos.
Normalmente:
LI < 0,8 Æ Peligro
0,8 < LI < 1 Æ Problemas a corto plazo
1 < LI < 1,5 Æ Óptimo
LI > 1,5 Æ Pérdidas de rentabilidad
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TESORERÍA (T) = DISPONIBLE/EXIGIBLE A CORTO PLAZO (EC).
Normalmente se considera un nivel adecuado de este ratio 0,3.
Ejemplo 1.1. Ratios para medir la liquidez de una empresa
A continuación se muestran el balance de situación, la cuenta de pérdidas y ganancias
y el estado de cash-flow de la sociedad FLAMAR S.L. correspondiente a los ejercicios 1 y 2
y el presupuesto y las previsiones de necesidades de tesorería elaboradas por la dirección
de la Compañía para los años 3 y 4.
Cuadro 1.1. Activo del balance de situación
Activo
(cifras en millones)
Año 1
Año 2
Año 3 [E]
Año 4 [E]
Activo no corriente
1.190
1.340
1.515
1.725
Inmovilizado material
1.190
1.340
1.515
1.725
Instalaciones técnicas y maquinaria
1.940
2.090
2.265
2.475
Amortizaciones
(750)
(959)
(1.186)
(1.433)
Activo corriente
3.790
3.834
4.024
4.218
Existencias
860
833
854
881
Deudores comerciales
1.630
1.660
1.725
1.760
Efectivo y otros activos líquidos
1.300
1.341
1.445
1.577
Total activo
4.980
5.174
5.539
5.943
Cuadro 1.2. Pasivo del balance de situación
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Patrimonio neto y pasivo
(cifras en millones)
Año 1
Año 2
Año 3 [E]
Año 4 [E]
Fondos propios
1.550
1.914
2.404
2.995
Capital
1.100
1.100
1.100
1.100
Reservas
300
450
814
1.304
Pérdidas y ganancias (beneficio)
150
364
490
592
Pasivo no corriente
1.300
1.125
905
635
Deudas a largo plazo
1.300
1.125
905
635
Pasivo corriente
2.130
2.135
2.230
2.313
Acreedores comerciales
1.980
1.960
2.010
2.043
Deudas a corto plazo
150
175
220
270
Total pasivo
4.980
5.174
5.539
5.943
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Cuadro 1.3. Cuenta de resultados
Cuenta de resultados
(cifras en millones)
Año 1
Año 2
Año 3 [E]
Año 4 [E]
Ventas
9.345
9.812
10.303
10.921
Coste de ventas
7.065
7.707
8.125
Margen bruto
2.280
2.424
2.596
2.796
24,4%
24,7%
25,2%
25,6%
Gastos generales
1.607
1.678
1.741
1.835
Amortización del inmovilizado
194
209
227
248
Resultado de explotación (BAII)
479
537
629
714
5,1%
5,5%
6,1%
6,5%
Gastos financieros
234
245
237
240
Resultado antes de impuestos (BAI)
245
291
392
473
Impuestos
61
73
98
118
Resultado neto
307
364
490
592
3,3%
3,7%
4,8%
5,4%
7.389
Cuadro 1.4. Estado de cash flow
Estado de cash-flow
(cifras en millones)
Año 2
Año 3 [E]
Año 4 [E]
Beneficio neto
364
490
592
Amortizaciones
209
227
248
FGO
364
490
592
Gastos financieros
245
237
240
Impuestos
73
98
118
CFO
682
824
950
Inversión en NOF
23
36
29
Inversión en activo fijo
150
175
210
Variación deuda
150
175
220
CFA
41
104
133
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¿Cuál es la liquidez de FLAMAR S.L.?
A partir del balance de situación de FLAMAR S.L. calculamos el fondo de maniobra,
las necesidades operativas de fondos y los principales ratios que se utilizan para medir la
liquidez:
Cuadro 1.5. Necesidades operativas de fondos y ratios de liquidez
Año 1
Año 2
Año 3 [E]
Año 4 [E]
Fondo de maniobra
1.660
1.699
1.794
1.905
Necesidades operativas de fondos (NOF)
510
533
569
598
Liquidez
1,78
1,80
1,80
1,82
Liquidez inmediata (Test ácido)
1,38
1,41
1,42
1,44
Tesorería
0,61
0,63
0,65
0,68
El ratio de liquidez, o ratio de circulante, muestra niveles parecidos durante los 4 años
y siempre dentro del rango que podríamos considerar como óptimo. Podría deducirse que
los activos circulantes son fácilmente convertibles en liquidez para hacer frente a los pasivos
circulantes.
Un aumento rápido en el ratio de liquidez puede indicar una mejora de la situación, del
mismo modo que un descenso rápido nos podría hacer pensar en problemas. Sin embargo,
estas variaciones podrían inducirnos a error. En el primer caso, deberíamos prestar atención a
la bondad de las cifras de existencias y de las cuentas a cobrar, es decir, a la valoración de las
existencias y a la potencialidad del realizable. En el segundo caso, deberíamos analizar cuál
es la causa del mayor endeudamiento, ya que, por ejemplo, si la empresa se ha endeudado a
corto plazo para adquirir activos financieros a corto plazo, esto haría disminuir el ratio, pero no
se produciría variación en el fondo de maniobra.
Dado que algunos activos son más líquidos que otros, y para evitar la distorsión que podría
originar la cifra de existencias si esta incluyera partidas de difícil realización, conviene calcular
el ratio de liquidez inmediata, test ácido o ratio de acidez. Calculado este ratio para nuestro
ejemplo, vemos que se mantiene en los niveles que hemos considerado como óptimos sin
llegar a aquellos que nos indicarían una potencial pérdida de rentabilidad.
Por la misma razón aludida anteriormente, conviene eliminar de nuestro cálculo la posible
distorsión que originaría que la cifra de deudores comerciales incluyera saldos de difícil
realización. Por este motivo, muchos directivos centran su análisis sólo en la tesorería y, en su
caso, en aquellos títulos a corto plazo que fueran de inmediata realización.
Para ello es recomendable calcular el ratio de tesorería. En nuestro ejemplo, este ratio se
mantiene por encima de 0,6 en todos los ejercicios.
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En principio, el análisis de las distintas medidas de la liquidez nos haría concluir que
en la empresa de nuestro ejemplo no existirán problemas para hacer frente al pago de las
obligaciones a corto plazo.
2. Gestión del capital circulante: clientes y cuentas a cobrar
¿Qué es el capital circulante?
El fondo de maniobra son los activos circulantes que están financiados con recursos a
largo plazo (recursos propios y deuda a largo plazo).
El equilibrio financiero es la posibilidad de dar respuesta con la liquidez de los activos
a la exigibilidad de las deudas. Para conocer este equilibrio a corto plazo el fondo de
maniobra puede calcularse o el capital circulante se obtiene por diferencia entre los activos
circulantes y los pasivos circulantes.
¿Qué fases podemos distinguir en la gestión de las cuentas a cobrar?
Podemos distinguir 3 fases en la gestión de las cuentas a cobrar:
Fase 1. Determinar la política de crédito de la compañía.
Fase 2. Controlar el crédito concedido a los clientes.
Fase 3. Gestionar el cobro de las cantidades vencidas y no cobradas.
¿Cuál debe ser la política de crédito de la Compañía?
Las cuentas a cobrar se originan como consecuencia del crédito comercial otorgado a
los clientes. El objetivo final debe ser establecer la política óptima de crédito a clientes. Esta
política suele depender de:
1. El período de cobro que se concede a los clientes. Este período puede estar en función
de distintas variables. Entre otras cabe destacar el riesgo que esta dispuesta a asumir la
compañía, el tipo de producto comercializado o de servicio prestado, el sector de actividad
y las prácticas habituales en ese sector y el propio cliente final.
De esta forma, pueden existir ventas que se cobren parcial o totalmente por anticipado
antes de prestar el servicio o de que se produzca la entrega la mercancías vendidas, otras
pueden cobrarse al contado coincidiendo con la entrega de los bienes o la prestación de
los servicios y, finalmente, otras se cobrarán en el plazo acordado con el cliente.
En el caso de determinados servicios, es habitual que se pacte un pago parcial al inicio
de la prestación de los servicios y pagos sucesivos en función del desarrollo de dicha
prestación o de la consecución de determinados hitos durante la misma.
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