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C O N T R I B U C I O N E S D E L D E P A R TA M E N T O D E L O S
ESTUDIOS ETROLÓGICOS
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Colección S EC R ET K NOT S
ISSN 2387-0052
Cuar to número, 2016
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C O N T R I B U C I O N E S D E L D E P A R TA M E N T O D E L O S
ESTUDIOS ETROLÓGICOS
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Cosas menudas
dispuestas con
alguna semejanza
de racimo
B E AT R I Z ÁVA L O S
PU BL I C A D O P OR S EC R ET K NOT S
Fu n d a d o e n p a r t e e n t r e l a Ac a d e m i a No r t o n I y
el Departamento de los Estudios Etrológicos
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En jul io de 1940 descubrí el orgón en la atmósfera. Al cabo de pocos meses contábamos con
el acumulador de orgón, que concentra el orgón
atmosférico. Luego de d iversas investigaciones, se
l legó a la conclusión de que el orgón atmosférico
tenía las mismas propiedades que el orgón contenido por las vesículas energéticas que habíamos
inyectado a las ratas con cáncer. Por eso, en lugar
de seguir inyectándoles d ichas vesículas, comenzamos a dejar al animal med ia hora d iaria en el
acumulador. Los resultados positivos se pusieron
de manif iesto con sorprendente rapidez : las ratas
tratadas con orgón atmosférico se recuperaban a
ojos vista , la piel se tornaba suave y bril lante, los
ojos perd ían la anterior opacidad , el organismo
todo revelaba vigor, la típica postura encorvada
y contraída de la rata afectada de cáncer desaparecía para dejar lugar a una actividad normal , los
tumores dejaban de crecer e incluso retroced ían.
Al comienzo nos pareció raro que se obtuvieran
semejantes efectos biológicos con sólo dejar las
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ratas en una caja con forro interior metál ico.
1. REICH, W.: La biopatía del cáncer. Segundo tomo de El
descubrimiento del orgón. Ed. Nueva Visión, Buenos Aires, 1985, pp.
284-285
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B e at r i z Áva l o s
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Bilge Gumperz , 43 años. Se presenta con
un cuadro de ansiedad agudo el 2 de febrero de
1940 debiendo ser sometida a tratamiento con
aceprax. En la primera entrevista relata lo siguiente : “ Todo comenzó en el funeral del padre de una
amiga cercana , June Watson. Su padre había sucumbido a un tumor cerebral muy agresivo en apenas mes y med io. Mi amiga estaba destrozada y me
pid ió, conf iando en mi formación académica , que
compusiera un texto emotivo y respetuoso para la
ceremonia funeraria. Algo abrumada por lo del icado del encargo decid í aceptar, sobre todo por
el tiempo que había d isfrutado de la mirada amablemente vigilante de su padre durante nuestros
juegos de infancia. El panegírico no tenía nada de
especial : lugares comunes sobre la inexorabil idad
del tiempo mezclado prudentemente con detal les
personales del d ifunto. Me había sido muy fácil
componerlo. Mientras me encaminaba al atril del
altar noté un cosquil leo en la parte interior de los
muslos. Lo atribuí a una contracción involuntaria que el frío de la iglesia habría provocado en
mis muslos en contraste con la brusquedad al levantarme repentinamente del banco para leer. Sin
embargo, la sensación, lejos de d isminuir mientras caminaba , aumentó hasta el punto de hacerme temblar l igeramente sobre los tacones. En el
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Co s a s m e nu d a s d i s p u e s t a s c o n a l g u n a s e m e j a n z a d e ra c i m o
momento en el que comencé a leer empecé a sentir
convulsiones inequívocamente orgásmicas. Me ruboricé inmed iatamente y sentí unas enormes ganas de l lorar, pero no pude controlar el orgasmo.
Contraje mi cara en una mueca de dolor f ingido
y dejé escapar un largo gemido de placer. La vergüenza desató mis lágrimas y apenas pude terminar de leer el texto. Mi amiga , estupefacta como
el resto del aud itorio, confund ía mi turbación con
un dolor profundo, sin l legar a entender a qué
se debía tanta emotividad –soy conocida por mi
mesura y contención–. Desde aquel d ía , sufro orgasmos intensos en todos los funerales. Por el lo
procuro acud ir únicamente a los que son de seres
muy al legados, de ese modo logro camuf lar la vergüenza y la turbación del temblor orgásmico como
si fueran expresiones del más sentido duelo.” 2
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Quisiera anal izar en forma muy breve algunos problemas de economía sexual en la orgonterapia del cáncer, que revisten suma importancia
práctica. Sabemos ya que en el fondo de la biopatía
de encogimiento carcinomatoso actúa la
2. PL ATE AU, J.: Summa medicinae : estudio y análisis crítico. Calamitatis, Santiago de Chile, 1989, p. 32
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resignación sexual. Por eso, los pacientes l legan
a nosotros con un pronunciado déf icit de l ibido.
El tratamiento con orgón produce una reducción
de los dolores y una carga orgonótica del sistema
sanguíneo. Estos dos efectos dan lugar, en muchos
casos, a un renacimiento de la excitación sexual.
Si la represión y la coraza son muy marcadas, el
enfermo no percibe la excitación sexual y la expresa de una manera que sólo resulta intel igible
para quien conoce los principios de la economía
sexual : aparición de estados de ansiedad aguda ,
espasmos genitales, “pesadez” de la musculatura
de los muslos y de la pelvis o simple fuga ante la
“ inquietante” rad iación orgónica. 3
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El 15 de noviembre de 1940 Bilge Gumperz
amanece con el cuerpo l leno de pequeños cráteres púrpura no supurantes. Durante toda la noche
d ice haber estado soñando que las bacterias B2 y
B14 –vectores de transmisión de bicapa l ipíd ica
de virus– recorrían su cuerpo dejando d iminutas
estelas ard ientes. Está claro que en su sueño se revelaba
el curioso proceso infeccioso que se mani
f iesta al despertar. En la exploración matutina se
3. REICH, W.: op. cit., p. 303
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aprecia , de forma evidente, que el mapa que el virus venía d ibujando en su cuerpo desde el 4 de noviembre es un ref lejo exacto del resultado en placa
sól ida con inóculo en estría de los biones 545 y
546. Después de muchos meses de trabajo puedo
asegurar que al f in hemos conseguido una muestra f iable. Mientras tanto, el cáncer sigue avanzando y, además de la vejiga , ya existen metástasis
renales (comprobado) y hepáticas (con muy alta
probabil idad , a la espera de resultados del último
anál isis cl ínico). A pesar de el lo, soy optimista.
Por una parte, somos conocedores de la naturaleza del cáncer y, por otra , la experimental idad del
tratamiento biónico empieza a mostrar signos esperanzadores para el futuro de la paciente.
En lo que respecta a la patología orgásmica espontánea referida en su primera visita , la
paciente asegura que no sólo no ha desaparecido
sino que ha aumentado, lo que ind ica una relación
d irecta entre ésta y el avance de la enfermedad. 4
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Las sensaciones orgásticas se manif iestan
como
temor a la muerte. “Muerte” en el sentido
de total desintegración, d isolución, pérd ida de
4. PL ATE AU, J.: op. cit., p. 41
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conciencia , “no ser ”. Los estertores se hicieron
más violentos, la paciente pal ideció y su piel l legó a adquirir una tonal idad azulada ; los ojos se
le d ieron vuelta. Parecía agotada. Yo nunca había
presenciado la reacción agónica neurótica con semejante grado de real ismo. A pesar de mis veinte
años de trabajo en d isfunciones del orgasmo, yo
seguía subestimando la profunda signif icación de
los trastornos de la pulsación biológica. Es verdad
que siempre había af irmado que el orgasmo es una
función básica de toda actividad viviente y que
“ la fórmula del orgasmo es la fórmula de la vida
por excelencia”; pero hasta ese momento nunca
había visto “morir ” con tanto real ismo, por miedo
al orgasmo. 5
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Bilge Gumperz comienza a responder positivamente al tratamiento después de 7 sesiones.
Se ha observado una d isminución de los tumores
de entre 2 y 4 mm, comprobándose también una
mejora y oxigenación vivif icadora de los tejidos metastatizados. Los cráteres púrpura no supurantes
han iniciado retroceso y presentan las
tonal idades rosadas típicas de las células epidér
5. REICH, W.: op. cit., p. 182
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Co s a s m e nu d a s d i s p u e s t a s c o n a l g u n a s e m e j a n z a d e ra c i m o
micas regeneradas. Las probabil idades de vida de
la paciente aumentan con la misma rapidez con la
que desaparece el mapa de biones que habíamos
logrado aislar como muestra viva en el cuerpo de
la paciente.
De modo simultáneo al retroceso de los
tumores constatamos los siguientes hechos : a) la
paciente asegura que han ido d isminuyendo paulatinamente las convulsiones orgásmicas compulsivas que la comprometían socialmente y que se
encuentra bien ; b) se aprecia que la paciente está
cayendo en un estado de languidez y apatía d if ícilmente expl icable desde un punto de vista científ ico, puesto que la regresión tumoral y regeneración epidérmica deberían provocar animosidad y
esperanza en la paciente. 6
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La unidad de la materia viva , nos d ice
Reich, no es la célula sino algo mucho más pequeño que él l lama “ bion” o “energía vesicular ”.
Consta de una membrana que rodea un l íquido
y late continuamente con energía orgónica. Esta
pulsación
es el baile de la vida –el ritmo convul
sivo básico de amor que encuentra su más alta ex
6. PL ATE AU, J.: op. cit., p. 47
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presión en la pulsación de la “fórmula orgasmo”.
Los biones se propagan como bacterias. De hecho,
la sospecha de los críticos de Reich, es que lo que
él l lama biones realmente son bacterias. 7
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Última visita. Dos años y med io después
de remitir el cáncer, los niveles de la última anal ítica de Bilge Gumperz se corresponden con los
de una persona en perfecto estado de salud y la
probabil idad de reaparición de células cancerígenas es prácticamente residual. Sin embargo,
Bilge se encuentra en un estado depresivo agudo
como consecuencia de una inexistencia absoluta
de deseo sexual desde el momento en que fue dada
de alta. El al ivio que manifestaba sentir cuando
la compulsión orgásmica comenzó a remitir fue
sustituido por apatía , languidez , tristeza y, f inalmente, depresión. Creemos que la oxidación celular característica del cáncer desencadenaba la
l iberación exponencial de biones, los cuales, ante
la muerte de los tejidos celulares, experimentaban
un proceso de aceleración reproductiva que insuf laba en la paciente un deseo sexual y resolución
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orgásmica descontrolados.
7. GARDNER , M .: Fads & fallacies. In the name of science.
Dover Publ ications, New York, 1957, p. 254
8. PL ATE AU, J.: op. cit., p. 55
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Co s a s m e nu d a s d i s p u e s t a s c o n a l g u n a s e m e j a n z a d e ra c i m o
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…Wilhelm Reich descubría en la arena caliente de Noruega miríadas de vesículas azules,
también vivientes, henchidas de energía sexual, que
denominó biones. Estos biones forman racimos y f inalmente se organizan en protozoos, amebas y paramecios, hechos de solo deseo, pulsadoras de libido.
( Wil helm Reich, Biopatía del cáncer, 1948). 9
9. WILCOCK, J.R .: La sinagoga de los iconoclastas. Anagrama , Barcelona , 2010, p.114
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