Cartas de los profesore Gabriel Medina Carrasco y Alberto Zárate

Carta abierta al Consejero Universitario Alberto Zárate
Estimado colega, fui uno de los 11 profesores que votó por ti porque valoro tu compromiso con el
proyecto de la UACM. Tu trabajo académico y tu activa participación en el movimiento contra la
exrectora Orozco, lo avalan.
Congruente con esa postura ética, felicité y participé en la consulta que promoviste para tener la
opinión de tus colegas del plantel sobre la Convocatoria a las vacantes de consejeros al CU que
había provocado gran discusión en el pleno. Me llamó la atención que no nos compartieras su
resultado ni en redes ni en el pleno, cuando votaste a favor de esa convocatoria.
Ahora estoy doblemente preocupado porque el próx. Martes 9 de Febrero, el pleno decidirá
aprobar o no la derogación del acuerdo 82 de la 3a legislatura, a fin de permitirle al rector cambiar
al abogado general.
Pese a la importancia del tema, no sólo no nos has preguntado nuestra opinión sino que tampoco
nos has comunicado si votarás a favor o en contra de derogar ese acuerdo, y que razones tendrías
en tu decisión.
Por ello quisiera preguntarte públicamente:
1) ¿Conoces que el acuerdo 82 establece que el cambio de Abogado y Tesorero estará
supeditado a la creación de un procedimiento de elección de estos cargos, a fin de evitar que estos
sean designados según la voluntad arbitraria del rector o del pleno del CU?
2) ¿ Sabías que ese acuerdo se aprobó después de muchas horas de discusión en las que actual
rector demostró estar muy interesado en designar a un profesional servil a sus modos poco
trasparentes de administrar? ;
3) ¿Sabes que los argumentos que han utilizado los estudiantes Francisco González, Francisco
Pérez y Juan Carlos Jiménez para pedir la destitución del actual abogado por los laudos de los
abogados de Orozco son falsos? Desde el inicio de la administración de Dussel, la comisión de
hacienda y el pleno del CU previó que se pagarían indemnizaciones y que el objetivo era evitar su
reinstalación, lo que efectivamente logró la OAG.
4) ¿Sabes que el principio de progresividad, resguardado en la constitución mexicana y en los
tratados de derecho internacional, reprueban medidas regresivas como sería el derogar la
obligación que el CU establezca reglas generales para recibir, analizar y decidir sobre las termas
que el rector presente para ocupar el cargo de abogado general, lo que está garantizado en el
acuerdo 82? Es decir, ¿que derogar el acuerdo 82 es una medida regresiva que atenta contra los
derechos de la comunidad universitaria?
Confiando en que sigas protegiendo la institucionalidad de nuestro proyecto académico, espero tus
respuestas a estas inquietudes que considero del interés general de la universidad.
Te mando un abrazo fraternal
Prof. Gabriel Medina
Acad Comunicación y Cultura
Ciudad de México a 7 de febrero de 2016.
Respuesta pública al Profesor Gabriel Alfonso Medina Carrasco
Profesor investigador de tiempo completo de la academia de Comunicación y Cultura
Presente
Estimado Gabriel,
Buen día dominical.
En primer lugar agradezco tu atención al trabajo que el profesor José Luis Ferreyra y un servidor
llevamos a cabo en las tareas del 4º CU como consejeros universitarios. En ese sentido, el trabajo
de nuestra fórmula, ha sido de apoyarnos sobre todo para poder cumplir con las actividades
académicas y del CU que tenemos programadas al respecto durante el período legislativo que nos
comprometimos al solicitar el voto de la comunidad del plantel Centro Histórico.
Por tal motivo te comento que la información y preocupación a que haces referencia en el primer
párrafo de tu atenta misiva y para la cual solicitamos la opinión de nuestros representados en el
plantel, fue atendida en esa ocasión por nuestro compañero Ferreyra, quién de acuerdo a las
escasas respuestas de nuestras/os compañeras/os docentes del plantel, se logró contar con un
voto razonado a favor de promover las vacantes del 4oCU. Eso lo puedes corroborar en la minuta y
estenográfica correspondientes. Aprovecho para comentarte que en esa sesión tuve que
ausentarme debido a que tenía actividades académicas que no podía dejar de atender, por lo cual,
sin evadir la responsabilidad legislativa, le pediré a nuestro colega Ferreyra –quien disfruta de su
año sabático, que lo comente a posteriori; por cierto, puedes consultar la estenográfica de esa
fecha. Ahora bien, si algo hay que reclamar del resultado de esa votación, fue que la convocatoria
para complementar las vacantes del 4º CU nació muerta, tal y como lo señalan los comentarios y
reflexiones que junto con mis colegas consejeros hicimos no sólo sobre la apatía de la comunidad
universitaria que resultó insaculada y que con su abierto desinterés, simplemente cerraron la
posibilidad de que el 4º CU llegara fortalecido al final de su periodo legislativo y que se expresa por
ejemplo, en la constante falta de quórum para poder llevar a cabo el trabajo de distintas comisiones
y subcomisiones que en la práctica, deberían estar operando. Es un asunto lamentable, pues.
La actividad de ser consejero universitario es francamente ingrata y quizás eso explique la alta
deserción de consejeras/os que legalmente fueron electos y que por distintas causas han
abandonado el cargo. Esto no es exclusivo de nuestra legislatura, sino que se dio desde el primer
CU. Además, las dinámicas desgastantes donde se busca denostar antes de construir son parte de
las políticas “tras bambalinas” que cualquier grupo legislativo se enfrenta constantemente, pues
conjunta en su interior, distintas voces, algunas logran acuerdos, otras se presentan con franco
antagonismo. Otro punto que contribuye a esta visión, es que aunque se busque encontrar salidas
a posibles problemas o temas operativos, los posibles acuerdos no tienen una consecuencia o
respuesta mecánica o automática, a fin de cuentas, no se pretende “mayoritear” , sino convencer a
los distintos representantes universitarios. Ojalá que el trabajo de construir puentes y consensos
nos llevara a puntos de mayor toma de decisiones en contextos más claros y definidos.
Constantemente, los acuerdos para ser llevados al pleno, prácticamente se caen por encontrarle
“pelos en la sopa”, como ejemplo te comentaré el “dictamen previo de la Subcomisión de
Mediación para los casos de solicitudes de beca por discapacidad o vulnerabilidad” o la “defensoría
de los Derechos Universitarios”, las cuales desde el mismo título, deberían tener la afinidad y
simpatía para su conocimiento y aprobación, sin embargo, esto no fue así: si deseas tener mayor
detalle lo puedes consultar en las estenográficas correspondientes; otros acuerdos han sido
cuestionados o nos han puesto contra la pared, tal y como fue el caso de los profesores de ¼ y ½
tiempo que cambiaron de categoría, por lo cual ahora no tienen pretexto para cumplir cabalmente
con sus funciones como docentes de tiempo completo; otra “papa caliente” que tenemos en el
corto plazo, es la situación de los trabajadores administrativos que imparten clases y que solicitan
su transición a la categoría 29.5, pese a las distintas irregularidades que se dieron con algunas
categorías contratadas en el rectorado orozquista.
El otro aspecto que señalas con preocupación, es que este martes 9 del presente, se pueda decidir
o no la derogación del Acuerdo 82 del 3erCU. Antes de continuar, te comento dos aspectos que
me han alejado brevemente, buscando no descuidar mi actividad de consejero universitario, no son
justificantes, pero han limitado mi actuar al respecto:
a)
A fines de diciembre, tuvimos un problema familiar, del cual apenas estamos dándole salida.
Ha sido difícil, pues he apelado a la sensibilidad de mis colegas del CU, para poder tener algunas
ausencias en que debo apoyar a mi familia para lograr la pronta solución de dicha problemática.
b) Cuestiones de salud, que no considero deban ser difundidas al respecto; la situación nos ha
afectado a Ferreyra y a un servidor últimamente.
Con este panorama, te comento que en la última sesión extraordinaria del CU que tuvimos el año
pasado, tuve la oportunidad de platicar detalladamente con el encargado del Despacho del
Abogado General. De lo que platiqué con él, antes de explicarlo en carta abierta, considero que se
debería contar con su autorización para difundirlo al sector al que represento, pues veíamos un
escenario mucho más amplio del cual ahora tu haces mención, para conformar los posibles
procedimientos correspondientes. No omito mencionar los “candados” que el 3er CU nos impuso
para cuando se planteara el posible relevamiento de ambos funcionarios. Uno de estos candados
es la modificación al EGO–cosa que no se ha hecho hasta el momento, para pensar el posible
cambio del Abogado General y del Tesorero. En un marco legal, esto detiene de facto la posibilidad
de “dejar sin efecto dicho acuerdo”, para en dado caso, empezar a construir las bases de la
modificación del EGO, -cosa que no veo sencilla ni fácil, pues el punto primero de esta carta,
señala la falta de consejeros para tanta actividad legislativa pendiente por atender.
Otro aspecto, es la aparente contradicción que el mismo Acuerdo 82 del 3er CU señala con lo
establecido en la fundamentación legal que le dio origen, pues la fracción III del Artículo 17 de la
Ley de Autonomía de la UACM (LAUACM) señala que corresponde al Consejo Universitario
“Designar a la persona o personas a cargo de la representación legal de la Universidad, así como
aquellas a cargo de la ejecución de las resoluciones del CU; y del seguimiento, evaluación y
reporte de las actividades de la Universidad, instancia que deberá rendir un informe anual de las
mismas ante el propio Consejo Universitario”. El Acuerdo 82 del 3er CU, cita en la exposición de
motivos, el Título VI, Capítulo I, Artículo 47-IX, dentro de la naturaleza y atribuciones del rector, la
atribución de “Designar a los titulares de las áreas a su cargo, con excepción de las instancias que
en el presente Estatuto se señalen”. Esta situación en la práctica, nos lleva a cuestionar un
aparente conflicto de intereses, pues si en los rectorados anteriores, la designación corrió a cargo
de los rectores en turno, en esta ocasión, pareciera cuestionarse la atribución que el rector Aboites
pudiera tener; sin embargo, esta situación se salva cuando en el Artículo 63, referente a la
Estructura Administrativa, se indica que “El Abogado General será designado y nombrado por el
Consejo (Universitario) a partir de una terna propuesta por el Rector, de conformidad con la
normatividad emitida para tal efecto. Esto, estimado Gabriel, implica que la derogación no sea
mecánica, sino que deba matizarse, por lo cual seguramente se respetará lo señalado en el
Artículo 63 del EGO y consolidará lo dicho en el Artículo 17 de la LUACM mencionada líneas
arriba.
Con respecto a mi opinión y cuestionamiento acerca de varios acuerdos y sus contenidos
elaborados por el 3er CU es de sobra conocida, sobre todo, a partir de la ampliación de su periodo
de servicio (es decir, que esa legislatura debió de terminar su gestión en el mes de noviembre de
2014, para que los integrantes del 4º CU nos integráramos en el mes de diciembre del mismo año,
cosa que sucedió hasta la primera semana del mes de enero de 2105. Con esta situación es que
se generaron situaciones polémicas y cuestionables al interior del mismo 3er CU, como fue la
legalidad y validez del ahora famoso Acuerdo 83). Me parece que ese punto de acuerdo es algo
que no señalas, pero que sigue pesando en los distintos “candados” que la actual 4ª
Legislatura tiene, y que al menos, en un plano ético, consideramos que no es correcto heredarle a
las siguientes legislaturas acciones y candados que los tengan “contra la pared”, tal y como
sucedió con nosotros.
De tus últimas preguntas, señalaré que la número “1”, en que me preguntas si conozco que el
Acuerdo 82 establece que el cambio de abogado estará supeditado a la creación de un
procedimiento de elección para estos cargos, evitando la ¿voluntad arbitraria? del rector o del
pleno del CU, te contesto afirmativamente; de tu pregunta “2”, desconozco los matices y
expresiones del rector para expresar su interés en designar un profesional “servil a sus modos
poco transparentes de administrar”; De tu tercer cuestionamiento, respeto tu opinión y la de los
compañeros consejeros del actual 4oCU a que haces referencia, no es mi posición polemizar sus
argumentos y puntos de vista: de ambas partes, la tuya y las de ellos, las respeto y prefiero
guardar distancia a una posible polémica –innecesaria en este momento; finalmente, la cuarta
pregunta con respecto al principio de progresividad, te respondo que cualquier derogación debe
estar sustentada en una mayor y mejor situación que permita la evolución y de ninguna manera el
retroceso. Finalmente, en lo que se refiere a la página del FB donde subiste tu carta abierta a mi
persona, se ha dado “un tiroteo” entre algunos consejeros del actual CU emitiendo opiniones y
descalificaciones. En lo personal, te señalo, no es mi estilo entrar en esa lógica de los “dimes y
diretes”, por lo cual, simplemente me abstengo de intervenir al respecto.
Estimado Gabriel, espero haber dado respuesta a tus requerimientos. De mi parte, le solicitaré a la
coordinación del plantel que difunda en un desplegado electrónico, tu carta abierta y mi
respuesta a tus inquietudes. Muchas gracias por tu amable atención y quedo a tus órdenes.
Atentamente,
Mtro. Alberto Zárate Rosales
Consejero Universitario por el Plantel Centro Histórico
Cubículo 207
6 de febrero de 2016.