Inspección, control de calidad,envejecimiento y regeneración de

Inspección, control de calidad, envejecimiento,
y regeneración de pozos
Resumen
Introducción
Inspección de sondeos: el control de calidad
Aspectos relacionados con el desarrollo de la perforación
Características de la tubería
Estado del sondeo
Envejecimiento
Regeneración
Conclusiones
References
Inspección, control de calidad, envejecimiento
y regeneración de pozos.
Enrique Aracil Avila (1)
RESUMEN
Durante la ejecución de un sondeo se toman las máximas precauciones en todas y cada una de las maniobras por parte del personal especializado con el fin de evitar, en la medida de lo posible, cualquier desajuste con el programa, lo que redundaría en
ralentizaciones en el trabajo, repeticiones de maniobras y, lo que en definitiva es peor, pérdidas económicas.
Sin embargo, independientemente de causas ajenas a la perforación, aspectos como el simple contraste litológico entre las
capas de la serie atravesada por un sondeo, el cambio de textura entre tramos, presencia de fracturas o falta de cohesión en los
materiales perforados, condicionan variaciones en la trayectoria vertical de los pozos o problemas en el entubado o en el estado final del pozo. Todo ello a pesar de la consabida profesionalidad y experiencia de las empresas de perforación de nuestro
país.
Este trabajo describe una serie de aspectos relacionados con las técnicas de inspección de sondeos, tanto en lo que se refiere
a la cámara de vídeo como a las posibilidades que brinda la testificación geofísica y que se pueden ver apoyados con ejemplos
reales, y el control de calidad de su construcción. Asimismo, otro aspecto íntimamente vinculado a los sondeos, su degeneración y envejecimiento, es descrito de forma breve con lo que se abre paso a su puesta a punto con la descripción sucinta de técnicas de regeneración.
ejecución de la perforación dentro de la calidad no
exime al sondeo del proceso natural a que se ve encaminado con el paso del tiempo, su envejecimiento,
pero sí ayuda en gran medida a ralentizarlo.
INTRODUCCIÓN
La perforación de sondeos constituye una técnica
sujeta a múltiples parámetros que van a condicionar
su planificación, su desarrollo y su terminación. Estos
múltiples parámetros son, entre otros, la geología
(litología, estructura, etc.), el objetivo (hidrogeología,
geotecnia, minería, etc.) y el método (rotación -inversa y directa-, rotopercusión, percusión, testigo continuo).
Este proceso de envejecimiento es particular de cada
zona, por la calidad de sus aguas subterráneas, y de
cada sondeo, por su tipo de entubación, características del bombeo, etc., lo que impide que se puedan
establecer unas normas o pautas de actuación generales para corregir los defectos de su envejecimiento
y alteración. La regeneración de los sondeos, es decir,
su puesta a punto, es característica de cada perforación.
Obviamente, descartando la profesionalidad y cuidado que se considera deben ser inherentes en toda ejecución de sondeos, en función de los parámetros que
afecten a cada obra, los resultados pueden ser desde
plenamente satisfactorios hasta auténticos fracasos.
El fin que permanece es, siempre, el sondeo. Los
metros perforados han podido ser los requeridos, la
tubería colocada en los metros solicitados, etc., pero
la calidad de la terminación es muy probable que
haya quedado sin certificar.
Dado que el propósito de estas Jornadas Técnicas es
la explicación de la actualidad de las técnicas geofísicas aplicadas en hidrogeología, es lógico pensar que
la mayor dedicación de esta ponencia se centre en la
descripción de las bondades de una de estas técnicas,
la testificación geofísica, para la inspección de sondeos, si bien se harán indicaciones sobre el resto de
los aspectos del título de la misma.
Tanto para realizar este control de la calidad como
para una simple inspección de alguna característica,
como la inclinación del sondeo, los metros perforados, la presencia o no de relleno en el fondo, la
columna de entubado y su estado, la existencia o no
de huecos por detrás de la tubería, existen dos herramientas muy capacitadas para ello: la testificación
geofísica y la inspección óptica mediante cámara de
vídeo. Esta inspección constituye el último paso en el
proceso de control de calidad de la perforación. La
(1)
Por lo que respecta a la testificación geofísica, este
trabajo recoge una serie de casos reales en los que se
ha empleado esta herramienta para inspección de
sondeos. Para ser breves pero que haya un repertorio
variado de casos, se muestra desde la medición de la
verticalidad de un sondeo hasta la localización de
roturas en la tubería, pasando por la detección de
huecos por detrás del entubado. Estos casos reales,
por cuestiones inherentes al tema, no presentan ni el
nombre, ni la localización, ni las profundidades verdaderas ya que lo importante, así se ha considerado,
Compañía General de Sondeos, CGS, S.A.
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rías, soldaduras y filtros combinada con un estudio
hidrogeoquímico de las aguas y las incrustaciones
(adquiridas las muestras con diversos tomamuestras)
permite emitir diagnósticos bastante completos del
estado de los sondeos y, consecuentemente, las recomendaciones más adecuadas para su regeneración.
es cada uno de los casos en sí mismo. También, como
medio para certificar el control de calidad de estas
obras, se dedica un cierto tiempo a la inspección
mediante cámara de televisión. El envejecimiento y la
regeneración de las perforaciones constituyen el
punto final de esta ponencia en el cual se darán unas
pinceladas del proceso degenerativo de los sondeos y
sus soluciones regenerativas.
Las importantes ventajas que supone la evolución de
esta metodología y su aplicación a los sondeos se
complementan, como ya se ha indicado anteriormente, con el método de la testificación geofísica, para la
obtención de una mayor información del estado de
los pozos. En ocasiones, es la testificación geofísica la
que actúa como única vía de inspección (Aracil, 1995).
Es el caso de los sondeos con agua turbia, cuya escasa claridad impide la visión directa de los aspectos a
analizar, o también sucede cuando las características
a determinar lo requieren: medida de la desviación y
orientación del pozo, medición del flujo de los diferentes filtros, localización de huecos tras el entubado,
observación de la calidad de la cementación de la
tubería, etc. A este respecto, se detalla a continuación
una serie de casos que, por sí solos explican la benevolencia del método.
INSPECCIÓN DE SONDEOS:
EL CONTROL DE CALIDAD
La inspección de sondeos constituye el punto o la
etapa en la que, mediante técnicas como la testificación geofísica o la filmación con cámara de vídeo, se
trata de identificar el estado de los sondeos analizando problemas concretos o determinando la calidad de
la terminación de las perforaciones. La inspección se
puede desarrollar en dos etapas principales: una a la
finalización del sondeo, como control de calidad, y
otra en momentos avanzados de su desarrollo, para
determinar las posibles causas de su falta de eficiencia (envejecimiento, colapsos, etc.).
Así, un sondeo terminado y entubado, si presenta claridad en el agua, puede ser inspeccionado con cámara de vídeo para determinar su profundidad, tipo de
tubería, presencia o no de la misma y cotas de sus tramos filtrantes y sus reducciones de diámetro. Si las
condiciones de claridad del agua (agua turbia) o si se
trata de unos objetivos determinados (verticalidad,
orientación), la inspección se puede llevar a cabo
mediante testificación geofísica. En uno y otro caso
esta inspección constituye un control de la calidad del
sondeo y se hace nada más terminar su construcción.
Cuando se trata de analizar las causas de envejecimiento del pozo, el estado de la corrosión, el desarrollo y naturaleza de las incrustaciones, etc., la inspección se lleva a cabo en etapas más avanzadas de la
“vida” del sondeo.
Aspectos relacionados con el desarrollo
de la perforación
Es de todos conocido que la inclinación del eje del
sondeo, su verticalidad, es controlable pero no dominable. Es decir, que si bien hay posibilidades de controlar la verticalidad del pozo también hay causas
geológicas que la favorecen, pues factores como la
variación litológica y textural la condicionan y hacen
que estos problemas de desviación, con mucha frecuencia, se encuentren asociados a la perforación de
sondeos de forma inevitable. Los problemas que pueden derivarse de ello están íntimamente relacionados
con las dificultades e impedimentos posteriores tanto
para la entubación como para la colocación del empaque de gravas (Aracil, 1994).
En etapas previas a la certificación de la calidad de
terminación de sondeo hay otras fases en las que es
útil la inspección por cámara de vídeo, como es el
caso de las operaciones de “pesca” o recuperación de
elementos caídos al fondo del pozo durante la perforación, como varillaje, trépanos, cables, etc. La posibilidad de ver directamente de qué se trata y con ello
diseñar las operaciones de “pesca” es una ventaja
que abre grandes posibilidades al propio constructor
del sondeo.
La perforación de sondeos hidrogeológicos en formaciones detríticas tiene una modalidad muy adecuada,
la rotación a circulación inversa. Con el control entre
la tensión de la sarta de perforación y su peso se
puede avanzar verticalmente. La ejecución del mismo
con más peso en la sarta favorece la rapidez de perforación pero añade riesgo a su verticalidad. La inspección del sondeo para el control de la verticalidad previamente a la entubación certifica la calidad de su trazado para la colocación de la tubería.
Si, como se acaba de ver, esta inspección es útil como
control de calidad final de la perforación, es decir, si la
obra está ejecutada de acuerdo al programa previsto,
la realidad es que sólo un 33% de las inspecciones
con cámara de vídeo han tenido, en los últimos diez
años, el control de la calidad de terminación de los
sondeos como objetivo (Martínez Rubio, 1998). En un
porcentaje mayor, la inspección con objetivos relacionados con la regeneración y detección de problemas
durante la explotación de los sondeos ha alcanzado el
46% de las actuaciones. En cualquier caso, la inspección mediante cámara de vídeo del estado de tube-
La idónea y deseada verticalidad 0 (o próxima a 0) se
consigue muchas veces pero, también, cualquier
variación de la trayectoria con la vertical, con errores
de décimas de grado, se puede registrar y, consecuentemente, el resultado de esa inspección constituye un certificado que puede obligar a repetir una perforación. El ejemplo de la figura 1 ilustra lo anteriormente comentado de incremento de peso en la sarta
de perforación. El resultado: un sondeo muy inclinado (22°) y desviado de la vertical (hasta 68 m).
50
FIGURA 1
Dentro de las variaciones litológicas, la mayor arcillosidad, conjuntamente con la alternancia de tramos de
poco espesor, son elementos “distorsionadores” en
el mantenimiento de la verticalidad del sondeo. El
ejemplo de la figura 2 es uno de los muchos de que se
dispone referente a un sondeo perforado con el
mismo método de rotación con circulación inversa en
materiales detríticos. En él, si bien la verticalidad
(SANG) lograda ha cumplido sobradamente lo requerido llegando a ser la inclinación del sondeo prácticamente nula (1.4° en 500 m), sí se aprecian ligeras desviaciones que parecen guardar una estrecha relación
con la litología, coincidentes con los aumentos en la
radiactividad natural, es decir, con los tramos arcillosos, al ser esta litología la que suele presentar valores
más altos de este parámetro. Además, llega a darse el
caso en este ejemplo, de que cuanto mayor es la
radiactividad (arcillosidad) del tramo, mayor es este
aumento de la inclinación.
más fracturados y alterados. La banda de fracturación
y alteración atravesada entre las cotas de 12 y 32.5 m,
favorece la circulación de aguas dada la mayor porosidad, lo que puede verse en el correspondiente registro (POR NEU) procesado a partir del registro neutrónneutrón. Esta fracturación aporta un carácter más disgregable a los materiales por lo que, al ser perforados, se rompen fácilmente causando un descalibrado
de las paredes del sondeo (registro CALIPER).
En este caso hay una alternancia textural, no litológica, en la que se pasa de un granito compacto a uno
alterado y, de nuevo, a uno sano. Este aspecto ha condicionado que se produjera un aumento de la desviación del sondeo respecto a la vertical al entrar en la
zona alterada. La escasa inclinación menor de 1 grado
que se mantenía desde prácticamente el emboquille
va aumentando en el granito alterado hasta entrar en
el granito sano inferior.
La inspección de sondeos mediante el control de la
verticalidad también depara sorpresas cuando se
trata de perforaciones en la misma litología pero con
distintos caracteres texturales. En el caso de rocas
compactas, como el caso de la formación granítica de
la figura 3, también se producen desviaciones de la
vertical cuando hay presencia de tramos intercalados
Características de la tubería
Aspectos como la determinación de las características
de la tubería alcanzan, juntamente con el control de
calidad de la entubación, un 40% en las inspecciones
mediante cámara de vídeo; también son usuales con
51
cuando las condiciones de visibilidad no son correctas. En el ejemplo de la figura 5 se presentan los resultados de la testificación geofísica que se realizó en un
sondeo perforado en una masa granítica para aprovechamiento hidrogeológico. El sondeo estaba entubado pero se querían certificar dos aspectos: la longitud
de los tramos de PVC que la componían y si su base
permanecía en la cota de 110 m o se había desprendido parte de ella.
La testificación geofísica permitió confirmar la permanencia de la base de la tubería en la cota inicial de 110
m, al pasar de una respuesta anulada por encima de
dicha cota, en los registros de resistividad y potencial
espontáneo, a una respuesta coherente por debajo de
la misma. El problema del metraje de los tramos de
tubería se pudo calcular precisamente en la parte anulada de ambos registros: los “picos” de incremento
de valor corresponden a las uniones entre tramos de
la tubería (todos eran de 3 m de longitud).
También la detección de posibles roturas en la soldadura de la tubería es competencia de la inspección
por cualquiera de los dos métodos. En el caso representado en la figura 6 un corrimiento de tierras hacía
sospechar que hubiera afectado al pozo. La turbidez
elevada del agua del sondeo impedía la comprobación de dicho posible incidente con inspección
mediante cámara de vídeo.
La uniformidad esperada en los registros eléctricos y
de temperatura en los 150 m superiores del sondeo,
donde existe tubería ciega, se ve truncada por variaciones observables a la cota de 90 m en lo que parece corresponder a una pequeña fractura en la columna de entubado con entrada de agua de la formación.
FIGURA 2
Estado del sondeo
testificación geofísica: desde la localización de fracturas en su soldadura hasta la detección de la base de
la misma en sondeos en los que se desconoce su
cota, constituyen objetivos relativamente habituales.
Los ejemplos de este apartado corresponden a las
características que pueden determinarse con relación
al estado del pozo. El primer ejemplo (figura 7) corresponde al análisis de un sondeo entubado para determinar el posible relleno en el fondo del pozo y su cota
y aspectos relacionados con la tubería. Respecto a la
posible colmatación del sondeo, se detectó la presencia de relleno por debajo de la cota de 183 m, donde
se puede apreciar una variación brusca en la mayor
parte de los parámetros: un aumento de la radiactividad natural por el limo arcilloso, una disminución en
la densidad y en la resistencia monoelectródica y una
atenuación y parada de la medida de flujo (dada la
mayor densidad del agua por la alta concentración de
finos; la parada la provoca el fango del fondo del sondeo en las aspas del molinete que mide el flujo).
El primer caso que se presenta de este apartado (figura 4) se refiere a la localización de la base de la tubería
en un sondeo antiguo empleado para riego ya que se
desconocía la profundidad que alcanzaba la misma
así como las características en cuanto a existencia o
no de ranurado. Las curvas de potencial espontáneo,
en la pista 1, y de resistividad normal de la formación,
en la pista 2, comienzan a presentar un comportamiento coherente por debajo de la cota de 85 m, lo
que permite determinar esta cota como base de la
columna de la tubería.
La indicación de existencia de ranurado en la tubería
se puede extraer por las variaciones en la conductividad del agua, aspecto éste sólo posible cuando hay
circulación de aguas entre el pozo y la formación en
presencia de tubería ranurada.
La posible colmatación de los filtros se analizó con la
sonda de flujo. Sabiendo que la tubería del sondeo
estaba ranurada en su totalidad se determinaron los
tramos más porosos a partir de los registros neutrónneutrón y densidad. El registro de flujo indica que los
tramos primero y tercero son los únicos que aportan
el flujo de agua al sondeo durante el proceso de
bombeo por lo que la tubería ranurada en los restan-
La certificación de la longitud de los tramos de
tubería, aspecto éste controlable con la inspección
óptica, es reemplazable por la testificación geofísica
52
FIGURA 3
tes tramos ha debido de colmatarse perdiendo su
efectividad. Para una mayor garantía final se comprobó posteriormente con cámara de vídeo, confirmándose las interpretaciones deducidas de la testificación geofísica.
aprecia en las cotas 10.5 y 23.2 m. La explicación es
muy clara: una vez finalizado el sondeo y durante el
proceso de entubado se producen unas caídas muy
difícilmente controlables de material de las paredes
en los tramos donde su textura condiciona una inestabilidad. Con la tubería colocada no se aprecian
dichas oquedades, característica que sí puede determinarse mediante la testificación geofísica.
El último ejemplo se refiere a la valoración del estado
del pozo mediante la detección de aspectos relacionados con las paredes de la formación por detrás de la
tubería. Se trata de una serie de sondeos en los que,
entre otros parámetros, se midió la densidad de la formación por dos vías: en testigo en laboratorio y con
testificación geofísica una vez finalizado y entubado el
sondeo y corregido en el registro geofísico el efecto
de la tubería. Sobre este registro (figura 8) se han
plasmado los datos de densidad de las muestras de
laboratorio (puntos negros).
La testificación geofísica es, como se ha visto, una
herramienta de contacto directo con el sondeo y
capaz de medir multitud de parámetros y es esta cualidad multiparamétrica la que le permite analizar los
sondeos desde diferentes puntos de vista y cubrir
numerosos objetivos. Su combinación con el registro
videográfico constituye la única herramienta de inspección de pozos ya que a la visión directa de las
paredes del sondeo con el vídeo se le une la capacidad de la testificación geofísica de “visión” por detrás
de la tubería y en sondeos rellenos de agua turbia. A
esta ventaja de la visión directa de la cámara de vídeo
(roturas, colmataciones, incrustaciones, naturaleza y
color de éstas) se le une la posibilidad de acoplamiento de un tomamuestras para captura y posterior
La perfecta correlación entre las medidas puntuales
de densidad del laboratorio y el registro geofísico se
explica porque apenas hay descalibrado de las paredes del sondeo por detrás de la tubería, lo que afectaría a la medición geofísica dando lugar a descensos
generalizados de valor de este parámetro, como se
53
FIGURA 4
análisis de las incrustaciones, datos que servirán para
realizar un diagnóstico más correcto del estado de
envejecimiento de un pozo.
la parte básica de los sondeos hidrogeológicos, los filtros, así como en el engravillado y en la propia formación (Álvarez Chaín, Gil y Martínez Rubio, 1996). La
colmatación paulatina de los mismos provoca su cierre y, consecuentemente, su pérdida de productividad. Estos filtros también degeneran de manera distinta en función de su naturaleza, de la cantidad de
finos, del quimismo del agua, del empaque de gravas,
etc. Estas alteraciones las causan la corrosión y la
incrustación, procesos que si bien tienen su origen en
procesos físico-químicos relativamente diferenciados,
suelen aparecer asociados.
ENVEJECIMIENTO
Todo sondeo, una vez perforado, entubado y puesto
en funcionamiento, comienza, desde las primeras
horas de la producción, a envejecer, si bien en las etapas iniciales no es perceptible esta degeneración, proceso que tiene como consecuencia la pérdida más o
menos paulatina de los caudales específicos del
mismo.
Tanto las roturas en los tramos de tubería ciega como
los de filtro y las propias soldaduras son consecuencia de los procesos de corrosión-incrustación que tienen lugar por interacción entre las aguas y estos
materiales y están condicionados por los propios
parámetros de explotación.
Con el paso del tiempo se produce una alteración de
los materiales constructivos (acero, hierro, PVC) debido al contacto continuado de éstos con el agua y a la
circulación provocada por el bombeo. Ni que decir
tiene que los diferentes materiales se comportan de
diferente manera para un mismo tipo de agua y que,
para un mismo material, las características químicas
del agua van a actuar sobre él con distinta intensidad.
A pesar de estas variables descritas y al hilo de lo
comentado en la primera parte, hay un aspecto que sí
es fundamental: si un sondeo está bien construido, es
vertical, dispone de un anulus correcto y con un buen
empaque de gravas y con los filtros colocados en las
cotas de los acuíferos, tendrá un envejecimiento más
tardío y su productividad será mayor durante más
tiempo. Desgraciadamente la realidad es otra, por lo
Además de esta alteración de los materiales de la
tubería ciega y de las soldaduras que unen sus segmentos (en el caso, lógicamente, de las tuberías
metálicas), también se produce un envejecimiento en
54
FIGURA 5
general este tipo de obras suele realizarse con un bajo
control técnico y con diseños que priman el bajo coste
de ejecución en detrimento de la calidad constructiva.
za, como se puede deducir de lo comentado al inicio
de este apartado, en diferentes momentos según
agua, litología, tubería, etc., pero se puede estimar, de
manera promediada, según los años que se presentan en la tabla adjunta.
Como ya se ha indicado, el envejecimiento de un sondeo, que suele ser progresivo pero puede ser también
brusco, se traduce en la pérdida porcentual de caudal
específico a lo largo de su vida en una comparación
realizada, lógicamente, para caudales de bombeo
idénticos (Casas, in litt.). Pero también se traduce en
un descenso del nivel dinámico y en un incremento
en los arrastres del bombeo. La figura 9 representa la
curva resultante entre el porcentaje de descenso del
caudal específico y los años: En ella se observa la
relativa uniformidad de la pendiente de la curva hasta
que, por encima del 20-25% de pérdida, los valores se
incrementan adquiriendo un valor exponencial. Este
valor (20-25%) es el considerado porcentaje promedio
de los sondeos para realizar la regeneración y que
dicha actuación sea rentable.
LITOLOGÍA
INICIO DE LA REGENERACIÓN
Aluvial
2 – 5 años
Arenas
6 – 10 años
Calizas
6 – 12 años
Basaltos
6 – 12 años
Rocas metamórficas
12 – 15 años
La manera de determinar esta pérdida de caudal
específico de un sondeo es mediante la realización de
un bombeo de iguales características al ensayo de
bombeo que se realizara en las etapas iniciales tras la
construcción del mismo. Es decir, igual caudal de
bombeo, idénticas tubería de impulsión y bomba y la
Este momento de inicio de la regeneración se alcan-
55
visión es realmente ilustrativa por la falta de conciencia sobre el problema, lo es más el asombro de los
usuarios al ver el estado de sus sondeos. (...) El envejecimiento es un proceso menos conocido de lo esperado como lo demuestra la existencia de sondeos
abandonados por supuestos problemas hidrogeológicos cuando se trata realmente de la colmatación de
sus filtros por incrustaciones”. En consecuencia, gracias a los datos que aporta la inspección de los sondeos, según sea el cierre de filtros, la corrosión y el
tipo de incrustaciones, los equipos y elementos a
emplear en la regeneración van a ser muy diferentes
y, consecuentemente, la efectividad de estas operaciones será también distinta.
REGENERACIÓN
La regeneración de los sondeos es un proceso que se
lleva a cabo cuando se considera tras el estudio que
es una operación rentable. Cada sondeo es un caso
particular y, según sean sus características, así será
considerada su rentabilidad. De forma generalizada
se puede afirmar que es conveniente realizar este proceso en el momento en que se observa una perdida
de eficiencia por parte del pozo en torno al 25%, porcentaje considerado el adecuado para que estos trabajos sean rentables. Se trata de poner de nuevo a
punto el sondeo y, cuanto mayor sea la degradación
que presente, cuanto más intenso sea su envejecimiento, más dificultades habrá para regenerarlo y
menor tasa de éxito podrá esperarse de dichas labores. En definitiva, se trata de corregir el estado del
pozo y volverlo a un estado lo más parecido al inicial
para que su rendimiento sea también lo más parecido
al que tenía en esa etapa.
Según sea la naturaleza del agua y de las incrustaciones que se desarrollan sobre las tuberías y soldaduras
así tendrá que ser la regeneración. Para analizar éstas
es necesario tomar previamente muestras tanto del
agua como de las incrustaciones para lo cual existen
tomamuestras específicos que las toman en la propia
cota de manera prácticamente inalterada, como es el
caso del recientemente desarrollado en Tragsatec,
capaz de hacer estos muestreos con precisión al ir
acoplado directamente a la cámara. En los pozos
españoles son frecuentes tanto los óxidos como los
carbonatos. Es conveniente tomar muestras pues, en
ocasiones, las propias concreciones negruzcas correspondientes a óxidos ferrosos procedentes de la corrosión son confundidas con óxidos de manganeso.
FIGURA 6
misma profundidad de colocación de ésta. La diferencia de caudal específico obtenido entre el primer
ensayo y el actual da este porcentaje de descenso de
caudal, que será mayor cuanto más avanzado sea el
grado de envejecimiento.
De esta manera se cuantifica el grado de envejecimiento del pozo. Determinar las causas del mismo es
fundamental a la hora de realizar un diagnóstico del
estado del sondeo y, a partir de ello, diseñar la regeneración. Ya se han visto en el apartado de la inspección unos ejemplos de control de defectos en sondeos mediante testificación geofísica pero es necesario para la emisión del diagnóstico realizar una inspección previa con cámara de vídeo. Las posibilidades ópticas de este método, con la gran calidad de
visión en color de que disponen, permite estimar el
grado de cierre de los filtros y el alcance de la corrosión así como diferenciar los tipos de incrustaciones
(carbonatadas, ferruginosas, sulfatadas, etc.).
En cuanto a los carbonatos, es conveniente saber si se
trata de carbonatos de hierro o de calcio, que son los
predominantes. También son frecuentes los silicatos.
Es decir, que son numerosos los compuestos que
pueden causar el envejecimiento del pozo y la inspección óptica y el conocimiento de su naturaleza tras el
análisis de la muestra ayudan a determinar el regenerador adecuado para desarrollar el tratamiento químico. Es importante que éste sea orgánico (ácido cítrico
o acético) con el fin de dañar menos las tuberías.
Siguiendo a Martínez Rubio (1998), “si la observación
del interior de los sondeos mediante cámaras de tele-
Pero esta operación de eliminación de compuestos
56
FIGURA 7
adheridos a la superficie no es tan sencilla aparentemente sino que guarda una complicación adicional y
es el de la valoración, en la inspección previa con la
cámara y con sondas especiales, del espesor de la
tubería. Teniendo en cuenta que hay ocasiones que el
proceso de corrosión se estabiliza llegada una etapa
determinada y que, en muchas ocasiones, al hacer la
limpieza se ponen las condiciones para que se reinicie
el proceso degenerativo, es conveniente saber cuál es
la expectativa de éxito para considerar que, en un
determinado sondeo, es recomendable realizar una
regeneración.
B.R.G.M. presenta un cuadro resumen, en una publicación comercial suya, en el que se observan las
variaciones tan acusadas que puede suponer el coste
de la regeneración, entre un 3% y un 65% del precio
de un sondeo nuevo, según la particularidad de cada
sondeo.
Si al final se acomete la limpieza del sondeo, hay que
tener en cuenta si esta operación que se va a llevar a
cabo va a ser de tipo mecánico, de tipo químico o
combinando ambos métodos. Si en la inspección y
análisis se observan pocos compuestos y que son atacables, en principio, de forma fácil por los ácidos, es
preferible realizar esa regeneración química. Para ello
hay disponibles en el mercado varios productos,
como el ácido clorhídrico (muy efectivo pero muy
corrosivo), el acético (también efectivo pero más
lento y menos peligroso y corrosivo) y el sulfámico
(de efectividad intermedia entre los dos anteriores).
Esta viabilidad técnica de la regeneración deberá contrastarse con la viabilidad económica ya que hay
numerosos sondeos cuyo precio de ejecución de uno
nuevo similar supone una cantidad no mucho mayor
que el de su regeneración. Para que se considere rentable, la regeneración de un pozo deberá llevarse a
cabo en sondeos bien construidos y cuyo coste de
operaciones oscile entre el 20 y el 25% del sondeo
nuevo. La evaluación de la relación de costes de regeneración de un sondeo respecto de su sustitución por
uno nuevo es muy difícil, por no decir imposible, de
realizar de forma generalizada ya que las variables a
considerar son muy numerosas. Esto hace que las
estimaciones sean particulares para cada pozo. El
A pesar de la efectividad del tratamiento con estos
compuestos, hay veces que es necesario desarrollar
una limpieza mecánica cuyo éxito dependerá de la
capacidad de limpiar no sólo el interior de la entubación sino también el empaque de gravas y la formación acuífera, lugares donde también se produce la
colmatación. Estas operaciones suelen desarrollarse
57
FIGURA 8
por varios procedimientos, entre los que destaca el
cepillado, el pistoneo y la inyección a alta presión.
minos generales, los de aplicación de obturadores
estancos para trabajar de forma independiente en
cada filtro o grupo de filtros, hacer mejora de la permeabilidad vertical del engravillado, etc. Es un método mecánico pero que puede combinarse con métodos químicos para mejorar la eficacia.
La primera de las operaciones se realiza mediante
cepillos los cuales vendrán condicionados por los diámetros de la tubería, de la naturaleza de la misma
(para tuberías de PVC se emplean cepillos de alambre
de PVC y para tuberías de acero se emplean cepillos
de alambre de acero) y del desarrollo y naturaleza de
las concreciones (alambre grueso a muchas revoluciones para concreciones importantes y muy adheridas y alambre fino y pocas revoluciones de giro para
concreciones menos duras). Como contrapartida a
esta operación están la exclusividad de la limpieza en
la parte interna del entubado y la ligera erosión que se
produce en las tuberías. El pistoneo es sencillo y barato pero tiene riesgos añadidos de posibles colapsos y
entrada de gravas al sondeo. En cuanto a la inyección
a alta presión (de agua o aire), salvo que haya una
corrosión muy desarrollada en los filtros, es una operación efectiva y sin riesgos, pero tiene un coste elevado.
El diagnóstico sobre el estado del sondeo y las recomendaciones para su regeneración se han establecido a partir de una inspección óptica previa, pero esta
inspección también deberá realizarse como control de
calidad final de la regeneración, para ver si ésta ha
sido o no efectiva. Posteriormente será necesario
desarrollar un bombeo similar al de las primeras etapas de funcionamiento del sondeo y compararlo con
éste y con otro que se haya llevado a cabo antes de la
regeneración: el mayor parecido con aquél y la mayor
diferencia con éste será síntoma de que los procesos
se han desarrollado correctamente. En estas tres etapas de control mediante bombeo (inicial, previa a la
regeneración y posterior a la regeneración) sería
importante que se realizara una testificación con
sonda de flowmeter con el fin de determinar qué filtros se habían colmatado y cuáles se han regenerado.
Como métodos más efectivos se consideran, en tér-
58
FIGURA 9
dos para certificar su calidad y determinar las causas
de su deterioro así como las recomendaciones de su
regeneración. Lo importante es saber que todas estas
actividades pueden llevarse a cabo y que los costes
no tienen por que ser elevados pero, fundamentalmente, lo más necesario es que estas metodologías,
tanto de inspección como de regeneración, se conozcan y se den a conocer. Foros como los de estas
Jornadas, por ejemplo, son medios útiles para que
esto se difunda.
CONCLUSIONES
A la vista de lo expuesto, hay un aspecto que queda
claro: todos los sondeos envejecen, a mayor o menor
velocidad, y, con este proceso, pierden la eficiencia de
suministro de caudal que tenían el primer día de funcionamiento. Las causas del envejecimiento son múltiples: corrosión, incrustaciones, colmataciones, etc.,
y tienen como consecuencia, entre otras, el sellado
de los filtros Este problema no se puede detener pero
sí hacerlo más lento si la construcción y terminación
del sondeo son correctas desde el principio para lo
cual hace falta un compromiso entre el buen hacer de
las empresas constructoras y la exigencia del control
técnico por parte de los Organismos y empresas contratantes.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ÁLVAREZ CHAÍN, M.; GIL, I. & MARTÍNEZ RUBIO, J, 1996.
Técnicas de diagnóstico y regeneración de sondeos. Últimas
experiencias de regeneración de sondeos en la Cuenca del
Duero. II Seminario del Agua y Medio Ambiente. Zaragoza.
Tanto para certificar esta calidad constructiva como
para analizar una serie de características existe la
posibilidad de realizar una inspección, bien con cámara de vídeo o bien con testificación geofísica.
Resultado de esta inspección, entre otros aspectos, es
el diagnóstico del estado del pozo y el establecimiento de las recomendaciones más adecuadas para desarrollar la regeneración o indicar que ésta no es viable,
recomendaciones que no se pueden generalizar y que
deben ser particulares de cada pozo ya que los aspectos que intervienen en su envejecimiento son muy
variados.
ARACIL, E. 1994. Registros Geofísicos. Aspectos Aplicados.
Curso sobre nuevas técnicas de construcción de pozos en
terrenos no consolidados. I.C.O.G. Madrid.
ARACIL, E. 1995. La testificación geofísica: Una herramienta
para la inspección de sondeos hidrogeológicos. VI Simposio
de Hidrogeología. Sevilla: 101-115.
CASAS, G. 1994. Métodos para la regeneración de sondeos.
Curso sobre nuevas técnicas de construcción de pozos en
terrenos no consolidados. I.C.O.G. Madrid.
MARTÍNEZ RUBIO, J. 1998. La inspección televisada de sondeos: Una herramienta al servicio del control de calidad.
Jornadas Técnicas sobre Aguas Subterráneas y
Abastecimiento Urbano. CYII. Madrid (in litt.)
En cualquier caso, existen muchos factores causantes
de la mala ejecución de un sondeo pero existen méto-
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