AÑO XX. — N Ú M . - Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

PRECIOS
DE SUSCRICIOI
PRECIOS
A Ñ O XX. — N Ú M .
DE SUSCRICION
Á PAGAR
Ert G R0 .
.-PROPIETARIO, D. ABELARDO DE CARLOS.
Madrid. . . .
Provincias. .
Extranjero..
35 pesetas.
40
SO
id.
id.
1S pesetas
21 id.
26 id.
ADMINISTRACIÓN :
11
id.
1-,
1'KINCirAL.
Madrid, <s de Abril de 1870.
de LA ILUSTRACIÓN : Li.-ta de \o< dibui
presentado.d : Acta
A t de
d lla sesión ec-L brada el 1." del actual por el Jurad,
del eertainen. —Crónica general. p c T. J. l'ernande/. Breuimi.-Nuestro
:-eo.- Luisa. hi>toria vulgar, por do¡
J. de Castro y Serrano.- - .ügore de n-ua. por El Ihvi.'r Th'l.ns, ,».• • CarAi/".—Cartas de Kiladeltia. por T). Al
tas parí>ien-e.-. por Pim .h- h< M,
fredo Lscobar.—Yer-o- y llores. por L>. J. Selgas.—Libro- pre-entados. por
Y.—Anuncios.
SUMARIO.— TEXTO. —Cenar
CARRKTA^,
10 pesetas.
Cuba y Puerto-Rico. . . . 12 pesos fuertes.
Filipinas. .
15
id..
, Méjico y Rio de la Plata.
15
id.
En los demás Estados de América fijan el precio
de Filailolfiii : Llegada de los ingeniero:- e-pafinlo-.
y '
de ofrecerle> el coronel
Mr. Green d
le-.
Irie-ta.- ¡
.itnento LJII BareL'lona : Are >s de triunfo en Sai tandc]-\- 'Lar- ¡
vatro na ; Ilumi aeio.u de la Fábrica ii;u'i< al de armas . ni O
adrid : Fiesta mu-ieal dada ]• ir el Lxrnio. Sr. 1'. Alanuel Mana
</' /•.Vo^.eiie
hracinn
antana, pro;
iaeione-del Sena en Taris
•is ^ral'a
paz.Las
inin
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nubil.— Viaje del Principe de Gá—Alegoría, de la Primavera. por D. J.
~ pesos fuertes.
8
id.
C
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los Sres. Agentes.
les a la India. Agrá: Mirador en la fortaleza de Zenana.- -Punjaub: Indi
geua- atrave-ainlo con jiellejo-. intlado? el rio "Heas.—Patili de ruedas perfeceionado . conjunto y detalle-. L ra-lo^^Unidó:-: Aparato telegráfico para
tra.-niitir/r/'1-.-/^,//,...
Krancia : Ai-arato p'ara tomar y dejar en los trenes
>acu» du eurre^pondeneia. — Mulin-) ¡¡1 vapor, por .!. Éermann-Laehapelle.
EXPOSICIÓN INTKUNACloNAl, DI! !'[ LADKLFI A.
F I L A D E L F I A . —LLEGADA DE LOS INGENIEROS MILITARES ESPAÑOLES, Y ACTO DE OFIÍECEULES EL CORONEL 3IR. GREEN DOS BANDERA* NACIONALES.
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JLUSTRACIOIÍ
•2i\í
CERTAMEN DE «LA ILUSTRACIÓN»,
LISTA NUMERAL J)K I.OS PIÍSIMO* PRESENTADOS.
Núm. 1. Sin lema: pero entre los atributos, representando el comercio, figura una caja marcada II. 1!. 1.-J;!L' kilos.
'2. «i La paz es la fraternidad de los pueblos. »
:!. Sin lema : pero en el dibujo hay un arco
iris (]iie dice « Paz ;i los hombres i>, etc.
I. Sin lerna; pero hay una inscripción (pie dice
u Alfonso \ 11 marcará en la historian, etc.
.">. Sin lema : en los atributos de la parte superior pone lS7t¡. y al pie A. (!. Barcelona.
(!. Sin lema: recibido entre dos cartones forrados de papel rosa y rotulado á D. -M. Amor:
á la margen izquierda del dibujo dice:
«; Rendí tu sea la Paz ! »
7. « Vivir es trabajar. »
s. « Don Alfonso es la Paz.»
'J. « ; Viva España ! »
10. «.El regreso.»
1 1. «Cira la paz se adquiere la felicidad. »
li'. u La Paz. n (Amor á las bellas arres.)
1:!. n Dios mira las manos puras con preferencia
a las manos llenas. i>
11. ^ España.'»
i:,. « P . »
1 (i. uPaz y trabajo.^.
J 7. <í; Honra ! »
1S. « Soldado."
l'.i. Sin lema: al pié del dibujo hay una alegoría del absolutismo.
:_'(>. a Paz y trabajo.»
•21. <i Luisa.»
•2-2. «Pepita.»
'2Ü. « ; Paz á los hombres 1 ; (¡loria en las alturas !
; Cantad en vuestra jaula, criaturas ; «
i'í. n Paz es el progreso.»
!'.">. ü Apareció el deseado ángel de la Paz.»
i'(i. Sin lema : teniendo al pié el dibujo un verso
que empieza: « Tu no suena el c a ñ ó n , —
La guerra impía—Xo diezma ya los hijos
á este suelo», etc.
i'7. E n vez de lema tiene un signo que conviene
con otro igual en el dibujo.
A, D E C A R L O S .
Acta de la sesión celebrada el dia 1.° de Abri 1 de 1876.
.ll'RAIio :
Sl\ I). .I,,.-,'. Villlrjn.
sr. II. Kranri.-ru'lluium.L'.i.
Si-, li. N,l,,r.. IVnKnvIr/. riuivz.
Reunidos los individuos del .Jurado, el Sr. I). Abelardo de Carlos, Propietario-Director de LA ILUSTRACIÓN, presentó las obras que le habian sido remitidas
para el certamen, acompañadas de los respectivos pliegos cerrados.
J)ióse lectura al programa de convocatoria, que apareció en el núm. A'11 de L A ILUSTRACIÓN del año ac-
tual, y al artículo aclaratorio publicado en el núm. I X .
Se convino en excluir desde luego las obras que por
unánime voto no fuesen merecedoras de premio, ya
por no corresponder ¡i la idea generadora del certamen,
ya por imperfección material, ivesultado de este procedimiento fue quedar expuestas á más detenido examen
sólo cuatro obras.
Eran sus lemas :
Paz y trabajo. (Núm. 20.)
Don Alfonso es la Paz. (Núm. s.)
Paz y trabajo. (Núm. l<;.)
¡ B e n d i t a sea la P a z ! (Núm. fi.)
L¡is individuos del Jurado no vieron realizadas en
ninguna de estas obras sus esperanzas. El término de
una guerra fratricida de cinco años; el renacimiento de
la. nación ¡i todo género de prosperidades, motivo era
para agitar la mente del artista con sublimes inspiraciones.— El Jurado tenia delante, y estudiaba con atención cuatro páginas alusivas,-de mérito, composiciones
sin duda de señalados diluyanles, pero cu manera alguna dignas del alto decoro del asunto.
Si ninguna de estas obras merecía el primer premio,
ninguna., tampoco, ofrecíase como notablemente superior a las demás. La opinión del Jurado fui- que m> liabui lugar á conceder el primer premio del Certamen.
LI Si1. I). Abelardo de Ca,rlos manifestó cutonecsque,
-i bien sentia no poder honrar su publicación con un
t rahajo artístico que dignamente conmemorase la paz
de España en IN7(¡, un sentimiento de respeto hacia el trabajo, su amor al arte y la gratitud que debe
Anterior
ESPAÑOLA Y AMERICANA.
al público le inducían á rogar al jurado viese la manera de repartir la suma total correspondiente á los premios, según el programa del Certamen , entre las obras
consideradas como de más importancia y mérito.
El jurado no podia rechazar una alteración del programa que beneficiaba indisputablemente á los artistas.
De semejante-manera, ningún expositor quedaba perjudicado : antes bien disfrutarían premios dos autores
que no hubieran logrado obtenerlos; satisfacíase el generoso deseo del Propietario-Director de LA. ILUSTKACH>\, y obtenían recompensas los cuatro únicos dibujos (jue el (lirado había creído admisibles.
En voz de los tres premios del programa, se constituyeron cuatro con la suma total, de este modo:
Tres de á ."ido pesetas.
l'no (accésit) de i'.")0 pesetas.
Y fueron concedidos en votación unánime, y por el
orden y categoría de honor correspondientes, á los cuatro dibujos arriba mencionados.
l'íinii r ¡iranio dr :>oo /írselas : PAZ Y TRAÜA.IO (numero l'O).
Srijinulo ¡ircniio de j o o ¡írselas: DON ALFONSO ES LA
PAZ (mini. 8).
Tercrr ¡in-mio ik oW) pegrlds : PAZ Y TÜAKA.IO (número lti).
Accésit dr 2.")o ¡teselas: ; RENDITA SEA LA P A Z ! ( n ú mero ti).
Los tres primeros dibujos están ejecutados sobre madera : el cuarto en papel.
Para conceder al dibujo cuyo lema es PAZ Y TEAIIA.10 ( núm. i'o) el puesto de honor, el Jurado tuvo en
cuenta especiales consideraciones.
11 al lianse leido los artículos editoriales del C ERTÁM EX,
y en ellos se expresa textualmente que la alegoría premiada debe ser n relativa al termino de la actual guerra
civil •> y que debe corresponder u á la índole del periódico a que se destina. »
Aquel dibujo llena mejor que los demás estas condiciones.
Un licenciado del ejército, con muchas cruces en el
pecho y muchas heridas sin duda bajo las cruces, vuelve á su hogar campestre, á través de un campo antes
removido por la violencia del combate, ahora fecundamente abierto por la reja del arado. Su familia de lejos
le ha visto llegar, y alborozada le grita la bienvenida
y corre ¡i su encuentro..... E n primer término algunos
corderos pacen la naciente hierba ; junto á un pedazo
de trinchera duerme tranquilo sueño el pastor. Medio
enterradas por la violencia de la caída y su grave peso,
vese, aquí una bomba, allá una bala de cañón
La
industriosa locomotora corre y a , sobre un puente, en
el fondo, y el arco iris, tendido en el ciclo, corona este
cuadro como una promesa de alegría, con una sonrisa de esperanza. — La vuelta de este soldado á la casa
de sus padres no es el término de su compromiso personal, es el térniinude la guerra
¡ En su diestra lleva alzada con religioso amor y como emblema santo,
para que todos la saluden y porque se regocijen todos,
el ramo de bendición, la pacifica oliva !
Este cuadro es tan sencillo en la ejecución como en
el pensamiento. Siéntese al contemplarlo la poesía balsámica de la paz ; y al propio tiempo despiértase en la
memoria el horror de la guerra. La unidad entre la idea
y el lápiz es una de las cualidades más apreciables de
este dibujo, dulce, gracioso, delicado.
Sin duda que dentro del carácter contemporáneo de
esta alegoría el autor pudo y debió dar más importancia a la composición, haciendo concurrir á la apoteosis de la Paz todas las clases, todos los intereses,
todos los elementos sociales. La Paz y la (¡uerra dentro
de la escuela realista ofrecen contrastes más vigorosos
y sublimes. La vuelta del soldado es sólo un detalle
del "verdadero cuadro alegórico de la P a z ; no es el
cuadro completo ; mas no puede negarse que constituye entre todos sus episodios el más conmovedor y
característico.
Este dibujo, finalmente, se ajusta en un todo ¡i las
condiciones de LA ILUSTRACIÓN, que representa el
arte moderno, y cuyo público de aficionados y de inteligentes estima en el arte por igual el sentimiento y
la ciencia.
Grande preocupación de las tradiciones del arte1 gráfico han manifestado en sus obras los autores de los dibujos números K y I (i, premiados en segundo y tercer
lugar. Uno y otro, alejándose del sentimiento puramente humano, han (razado la apoteosis de la Paz, reuniendo genios, divinidades y figuras emblemáticas, cuya
elocuencia suele necesitar la ayuda del tecnicismo. Este
lina|e de alegorías corresponde á la pintura de épocas
y aeiinleeimionlos agigantados por la fama de los'siglos. Aquellos acontecimientos y épocas presénlansc
entonces a. nosotros revestidos de grandiosidad; pero
tales alegorías difícilmente despiertan ínteres cuando se
ri'licren á sucesos que se dcsarrullau anle nuestros ojos
y que impresionan vivamente nuesl.ro ánimo.
Siquiera los autores de es1 os dibujos no ha van \ eneldo
las dificultades de un género sublimado por los grandes
maestros, mérito es intentar vencerlas,é intentarlo sin
vergonzoso desdoro. Las dotes de estudio y de erudición de estos dibujantes; la meditada y en ocasiones
Inicio
X." XIII
feliz disposición de grupos y figuras; su mismo respeto
y apasionamiento por el arte fundamental clásico, dignos parecieron de recompensa.
Llegó su turno al accésit, ultimo premio, que tiene
por lema ; RKNIHTA SEA LA P A Z ! La parte superior de
este dibujo (fusión poco acertada del arte simbólico
antiguo y de la escuela realista moderna) desdice por su
afectación y mal gusto de la inferior. Esta es un medio
punto que pudiera tener por titulo Después del ennilid!<. Dos soldados . sin duda uno del ejercito liberal, el
otro del ejército carlista, yacen cadáveres sobre el pedazo de tierra en que han luchado. El lápiz ha pasado
con blandura, llena de misterioso horror, sobre el papel : es un sentimiento hecho cuadro.
Dio asi el jurado por terminada la sesión : pero ilutes
complacióse en felicitar al Propietario-Director don
Abelardo de Carlos por el resultado del certamen : que
si bien los dibujos en él presentados no son en mérito
superiores á los que LA ILUSTRACIÓN frecuentemente
publica, debía felicitársele por la idea patriótica del
concurso y p.ir el desprendimiento y amor al arte de
que en aquel acto habia dado nuevos ejemplos.
Madrid, 7 de Abril de IS7(!.—JOSÉ YALLK.JO.- ERANCISCO DOMINGO. - - ISIDORO FERNANDEZ ELOREZ.
En virtud de la precedente acta, el Propieíario-1>¡rector de LA ILUSTRACIÓN ESTAÑÓLA Y AMERICANA
procedió, con las formalidades debidas, á la apertura
de los pliegos que contenían en su exterior un lema
igual al de los dibujos designados, resultando ser sus
autores, y haber obtenido, por consiguiente, los premios, los individuos que siguen :
PRIMER PREMIO DE ÓOO PESETAS.
El Sr. D. Daniel Perca, por su obra Paz // Iralnija,
anotada en la lista numeral anterior con el núm. '2o.
SEGUNDO PREMIO DE .jOO PESETAS.
El Sr. I). Tomás Padró y Pedrel, por su obra Don
Alfu/iso es la Pa~, anotada en la misma lista con el número <s.
TERCER PREMIO DE j l l l ) PESETAS.
El Sr. D. J u a n Comba y García, por su obra Pa; //
trahaju, anotada en la misma lista con el n ú m . lti.
ACCÉSIT DE -'.Vi PESETAS.
Autor anónimo y obra sin lema : ésta tiene ¡i la margen izquierda del dibujo la leyenda / ¡¡endita n-a la
Paz!, y aparece anotada en dicha lista con el núm. li.
Los autores de las obras premiadas pueden pasar
cuando gusten ¡i recoger su premio, así como los de las
restantes ¡i retirar, si quieren, los dibujos y pliegos
cerrados que remitieron á esta Itedaccion, calle de
Carretas, núm. 1 '2.
Kl I i i i ' n ' b ' n l r
L A I l . r s i ¡¡.\r[.i\-
KM'ANOI.A Y AM¡:I:K ANA.
ABELARDO DE CARLOS.
. M ü i l r i . l . s d i - A l i r i l ili-
l->7l¡.
CRÓNICA GENERAL.
«¡Qué pequeño es el mundo! ; Xo hay en él nada
más que rusos, alemanes, turcos, ingleses é italianos?», nos preguntaba una de esas niñas reflexivas y
candidas «pie hacen sencillamente observaciones atinadas.—Niña, le contestamos; Europa, no toda la América y algunos países del Asia y África, constituyen lo
que llamamos mundo civilizado. Con el resto de los
hombres, y por cierto el mayor número, puede decirse
que no tenemos trato. Sólo suelen llegar del Asia ó
del África central noticias de grandes catástrofes y
ruinas. Sabemos por relaciones vagas que no ocurren
trastornos; parece, desde lejos, que reina allí tranquilidad, i A qué ocuparnos, niña, de esos pueblos soñolientos? Por eso hablamos con preferencia de los ingleses,
franceses y alemanes, como tú te ocupas de tus amigas y no preguntas por las personas con quienes nunca tuviste relaciones.
Tenía, razón nuestra amíguita. Con saber que la salud del Czares tan buena, que se halla en aptitud de
luchar cuerpo á cuerpo con un oso; y la del Presidente
de los Estados-Unidos tan mala que los médicos se
han apoderado de su cuerpo, que es como entregar á
niños curiosos una muñeca cuyo contenido desconocen;
con averiguar que en Méjico la insurrección de Porfirio
Diaz adelanta y el presidente Lerdo pierde fuerzas,
como si en aquel ¡tais sólo hubiese generales que no
saben obedecer y gobiernos que no pueden defenderse;
que el Jíniperador del l'rasil se ha despedido de sus
subditos, no para tal é> cual país, sino para las cuatro
partes del mundo : y. en lin , la. media docena de asuntos principales de que se sigue hablando en Italia,
l'Vaneia, Alemania e I ngiat.erra. como el nuevo Gabinete, la anuiislía, los lérni-eaiTilos y el titulo de Emperatriz de las Indias, detrás del cual solo hay una
cuestión pequeña de etiqueta. Sabiendo esto, creemos
estar al corriente de la marcha de los sucesos en el globo ; de todo lo que interesa á la humanidad, como si
Siguiente
LA
N.° XII1
ILUSTRACIÓN
ESPAÑOLA
Y
AMERICANA,
no fuesen hombres esos millones de personas que no nainita ; y en los otros, por medio de los glóbulos, del en la primera ocasión, lo ha de elevar al cielo hecho pehan oído silbarla locomotora, ni pueden hacer volar su agua y del aire, hay (pie añadir el sistema de curar por dazos. Todos estos géneros de muerte están dentro de
pensamiento por los hilos telegráficos, y nada nos im- medio de los colores: no crea el respetable lector que las previsiones naturales, y sus consecuencias funeraportasen las vicisitudes de esos dilatados países envuel- se trata de hacer tragar al enfermo una caja de pintu- rias son muy conocidas.
Lo que no pudo prever un bávaro, muerto recientetos cu una especie de nube, y en los cuales se amonto- ras, (i darle siquiera algunos brochazos en la lengua :
nan a veces tormentas humanas que destruyen las ci- basta someterle á la acción de un color simple, pintan- mente en desafío, fue que su cadáver se negase á su
do las paredes de la alcoba y poniendo cristales del familia, entregándose por la autoridad á la clase de divilizaciones más adelantadas y orgullosas.
sección , en el colegio médico de Munich.
VA mundo es mucho mayor de lo que nos parece, mismo color en las ventanas.
Cuatro casos de demencia ha aliviado o mirado, el
El (¡obierno de Uaviera se promete evitar los duelos
sino que no damos importancia á esa parte de la sociedad humana que no quiere vivir ¡i nuestro gusto ni l)r. Pouza, por dicho sistema; introducido un loco, con por medio de un castigo postumo, y dice á. los duelisdelirio sombrío y taciturno, en un cuarto de paredes y tas:- -Xo os batáis, porque si os matan, perdéis vuesnos envia jamas una tarjeta.
cristales rojos, recobré) el apetito perdido y la alegría, tro cadáver.— Sin embargo, ¿de qué le sirve el cuerpo
v en el mismo sitio curo completamente un monoma- al que pierde la vida en desalio?
¿ Recordáis alguna provincia que esté contenta con niaco cu veinticuatro horas; el color azul calmo a un
Si ni la religión, ni las leves, ni el instinto de la visu-sistema administrativo? ¿Sabéis de alguna que se furioso y el violeta devolvió la razón á otro infeliz, en da, contienen al hombre enloquecido que se bate, ¿ha
decidiese á pelear cu su defensa? Fu España solo cono- solo un dia.
de contenerse por temor al destino que den á sus descemos las Provincias Vascongadas y Navarra. X'o quiSabido es que la luz del sol, atravesando un prisma pojos insensibles ?
siéramos hablar en pro ni en contra de los fueros; pero de cnstal, se descompone en siete colores, los del arco
En cuanto al castigo de un cadáver, recuerda el deses tan unánime la opinión del país cu su favor, que no iris. Ahora bien, si la luz solar ejerce en nuestro orga- cuartizamiento, borrado de los códigos en todo pueblo
podemos menos de alabarlos sin terciar en el asunto. nismo, en el de los animales y las plantas, una acción culto.
Reaccionarios y liberales son fueristas en las pro- indudable : esa luz descompuesta inllnirá de un modo
Ademas. s j [;l disección es un castigo, ¿qué delito covincias va citadas. La parte de la opinión publica que diferente. Hace tiempo se estudia la influencia de la luz metió el infeliz que muere en el hospital y cuyo cuerpo
quisiera castigar la rebelión de las provincias solo pide coloreada, o sea la. luz incompleta, pintando las estufas sirve ])ara estudiar anatomía ?
([lie éstas sean administradas como el resto del país. y colocando cristales de igual color en ellas: hasta ahoEste decreto bávaro no hace juego con las llamas
Ahora bien, ó la lógica no es nada, é> aquello de que ra, parece averiguado que el rayo verde produce en las ¡pie cantan, los mudos que hablan y los rayos de color
se priva a las provincias es mejor que lo otro con que plantas un extraordinario desarrollo, y la luz violeta que curan la demencia.
se piensa castigarlas.
hace engordar á los animales sometidos á la prueba.
J O S É FERNANDEZ BRE.MOX.
Xo somos, pues, nosotros quienes defendemos los
I "n sabio ilustre, el P. Seechi, que ha hecho estufueros, sino sus mayores enemigos.
dios profundos acerca de la luz, anima al I)r. I'onza a
El Gobierno. dudoso en la cuestión (pie se ventila, continuar sus experimentos, prometiéndose grandes reNUESTROS GRABADOS.
ha llamado ¡i los representantes de las provincias, para, sultados del color violeta: el médico alienista cree tamdespués de oh1 sus razones, proponer á las Cortes lo bién que su método producirá buenos resultados en el
C A U T A S D E F I E A D E I . F I A . ( V é a s e la p á g . i ' l ü . )
que sea conveniente.
tratamiento de las enfermedades nerviosas, pues la luz
Si se decide por la crueldad, serán tratadas lo mis- hiere directamente los centros de la sensibilidad, á los
mo exactamente que nosotros.
cuales llega difícilmente la acción de los medicamentos.
FIESTAS 1)K I,A l'AZ.
Si la escuela prospera, habrá partidarios de cada uno
En las provincias, lo mismo que en Madrid, se ha
Los periódicos, impacientes por la tardanza en re- de los siete colores: hospitales verdes y encarnados, y
velarse los planes rentísticos del Sr. Salaverrta, se lian si1 harán tantas mezclas y combinaciones de colores solemnizado la paz con fiestas populares, dignas del
dedicado estos dias á inventarlos: son estos asuntos para curar, como hoy se hacen para pintar cielos y entusiasmo mas ferviente y del alto objeto que las motan sumamente delicados, que el Sr. Ministro de Ha- carnes. Tanta impresión nos ha hecho la nueva escuela tivaba.
X'o es posible describirlas, ni siquiera indicarlas tocienda, para no faltar á su reserva, tendría que sopor- médica, que hemos recorrido tristemente los salones de
tar hasta la calumnia. Xi aun puede reírse en presen- la Exposición de pinturas; nos parecía una farmacia das : para esto sena pieciso hacer una abultada crónica
de todos los pueblos de España durante el mes de
cia de testigos cuando lea u oiga una noticia dispara- del porvenir, y los cuadros, recetas despachadas.
.Marzo ultimo.
tada : sabe que espían su semblante los jugadores de
bolsa y los tenedores de papel: no ignora que hasta
La culta Barcelona, apenas tuvo noticia de la rendisus guiños pueden hacer oscilar los precios en la plaza;
Si las llamas han roto ú cantar piezas de W eber, ción de Estclla y déla toma de Peña-Plata y Vera, ceteme quedar traspuesto en una sesión doctrinal y pro- ¿era tolerable que en la garganta del sordo-mudo se lebró espléndidas tiestas, y en ellas ocupó un lugar ven nunciar alto alguna cifra. Los especuladores se lamen- desperdiciasen magníficos discursos, en el siglo de las tajóse, el bello Monumi-nlo ti la Pie. costeado por el
tan de esta incertidumbre; pero el Sr. Salaverna debe discusiones? Mil veces no. Un francés, Mr. Magnat, Excmo. Ayuntamiento, que reproduce (según fotograestar deseando desembarazarse del secreto, como mujer ha prometido á la Academia de Ciencias dar voz á fía de I). S. Kieger ) nuestro primer grabado de la páfuera de cuenta, y sin embargo, los dolores se prolongan. aquellos desgraciados, resucitando el olvidado sistema gina _';!(! ; Santander acogió con grandes demostracioque ensayó felizmente Jacob Rodríguez Pereira, en nes de jubilo á S. M. el líev 1). AHimso XI1 . y cerca
El Congreso discute la parte del proyecto constitu- Alemania, en el siglo pasado, según testimonio de Uní- del muelle figuraban dos arcos triunfales que aparecen
cional que no admite discusión. Hemos hablado en otras fon. X'o nos basta que los sordo-mudos escriban y se retratados en la parte inferior de la misma página : la
ocasiones de los oradores que han hablado estos dias: comuniquen por señas con nosotros: la verdad es que Sociedad La Arlcsana, de Tarragona, hizo construir
dediquemos dos palabras al orador 1). .losé Fernandez son como extranjeros en su patria, cuya mímica, por á sus expensas, en la calle de la Union, el bello arco
.Jiménez, mas conocido en la esfera del arle qii'1 en la lo regular, no se comprende. La invención, sin embar- triunfal que damos en la pág. _;!7, según croquis du
menos ideal de la polil iea. ¿ Puede un orador vehemente, go, no es moderna : esta maravilla no corresponde al I). A Torres; el director de la Fábrica Xaeiunal de Arde gran tálenlo, de gran ilustración, de estilo pintores- siglo xix, ni Mr. Magnat tiene otro mérito, hasta aho- mas, de Oviedo, hizo colocar en la fachada del edificio
co y de una brillantísima imaginación, hablar mal con ra, que aplicar por fundamento de su método la teo- una brillantísima iluminación . de (pie puede dar idea
semejantes cualidades ? El Sr. Fernandez Jiménez habló ría fisiológica de la voz. Los sordo-mudos tienen como el grabado correspondiente de la citada pág. '2'M, crocon gallardía, con vigor, con lucimiento. Pero recor- nosotros el instrumento musical de la palabra: el fue- quis de I). A. de Llano Ponte.
dando sus discursos orientales y de la más alta inspira- lle de los pulmones; las cuerdas vocales, que se contraen
También en Madrid, terminadas las fiestas oficiales,
ción, describiendo los tipos verdaderos de la arquitec- v vibran al paso del aire en la laringe: el tubo vocal, se verificó en el antiguo palacio de Abrántes, en la notura árabe en un estilo que solo ('astelar puede exceder, cuya prolongación, contracción y diversos movimien- che del 2:1, la anunciada de El Trabajo al Rey, magníq
p
, to; producen lo ; sonidos vocales, y esos accidentes del
al que iguala algunas veces!, el orador político nos sonido, llamad w letra; consonantes, que con aquellos fica, fiesta musical que dedicó á celebrar la paz el excelentísimo Sr. 1). Manuel María Santana, propietario
pareció inferior á io que, vale.
forman la palabra articulada.
de Lti Corrrs/ioiiih'iiria tic. Es/iaiia, y á la cual se refiere
Los sordo-mudos tienen el (irgano en casa y no sa- nuestro segundo grabado de dicha pág. ¿;J7. A ella asis¿Xo habéis escuchado alguna vez los minores extra- ben usarlo : la cuestión se reduce á enseñarles la mú- tieron hermosas y aristocráticas damas, distinguidos,
nos del fuego en una chimenea, cuando los troncos ar- sica de hablar; arte muy difícil cuando no se aprende artistas, representantes de la ciencia y de las letras, de
den con mas fuerza? Cerrando los ojos hemos creído insensiblemente en la niñez.
las arfes y de la industria, del trabajo y do la honoír algunas noches los ecos de combates lejanos, gemiDecíamos (pie la idea de dar palabra, á los mudos no radez.
dos, llantos, disparos sueltos y descargas, estruendo de es moderna : debemos añadir que la invención es espaMinas que revientan, v ruidos misteriosos y confusos. ñola y pertenece á los principios del siglo XVl, debiénLAS IXUXDACIONKS DEL SEXA.
Hemos o¡do arias delicadísimas, serenatas, clamoreo dose al fraile benedictino Pedro Ponce, monje de SahaPopular, silbidos y tormentas. ¿Es que la llama, tiene gun, á cuyos discípulos oyó ¡tablar el fidedigno y repuEs preciso leer las crónicas parisienses del año 1710
y
oz? nos preguntábamos.
tado Ambrosio de Morales, un siglo antes que diese sus para tener noticia, de una crecida del Sena tan abunEl abate Moigne nos responde afirmativamente des- lecciones en Alemania. Rodríguez de Pereira. Ademas, dante y prolongada como la que se inició en la capital
cribiendo un aparato de Mr. Federico Kastuer, l!umu- en Kijí!) había impreso el aragonés .Juan Pablo Jíonefc de Francia, en la mañana del II- de Febrero último, y
wjiirapliont), que es una lámpara ó araña que, colgada un método para enseñar á hablar á los sordo-mudos, llegó á su máximum de elevación el I.S de Marzo; es
O-Ci techo, canta las melodías más melancólicas de We- (pie supone el P. Ortiz en su ll'mloria de Es¡¡aTta (pá- decir, después de un mes y cuatro dias.
er «con tal fuerza, suavidad y armonía como pudiera gina 'IWJÍ, tomo vitl) lité copiado del manuscrito del
En la Carla ¡larixicn^c publicada en el núm. XI,
'a mus hermosa voz humana», siendo la llama ia que P. Ponce, que, Bonefc conoció seguramente.
nuestro distinguido colaborador Pico de la Mirándola
produce los sonidos.
La gloria de su invención nos corresponde; pero ha descrito con exactitud y gracejo algunos interesan. Antiguamente se hubieran reido ios pintores del que también la gran responsabilidad moral de haberla con- tes episodios de la inundación, y en la página 240 del
Cs dijese que podían ser sustituidos por un cajón for- denado al olvido. El abate I/I'jpée, por el contrario, si presente damos seis grabados, según croquis de monrado de negro con un leilíe, un vidrio deslustrado y al- no puede contarse en el número de los grandes inven- sicur Diek, que'se refieren también al mismo deploraÍÍUnos ingredientes químico:;; y sin embargo, la foto- tores, será tenido siempre por uno de los bienhechores ble siniestro.
W'atia copia paisajes, reproduciendo hasta los colores. déla humanidad, por haber dedicado su vida á realiLa vastísima campiña qne se extiende desde la altu\
''eiran los profesores del teatro Real ante la idea zar un pensamiento filantrópico que otros habían con- ra de Samois, cerca del bosque de Fontaineblenii, hasta
e
¡•-er sustituidos algún (lia por un gran calorífero que cebido.
cerca de la ciudad de Rouen, la. vieja, capital de Xortoque Magístralmente óperas enteras?
l'lii cuanto al francés Mr. Magnat, puede prestar inandía, ofrecía el aspecto de un lago inmenso, en cuservicios importantes, aunque como inventor llegue ya superficie Ilutaban poblaciones, rillas ,cli<iletui.c, jardines , árboles, ele.
•íi/l
'^'"'.i 11 Y
. piula? Hace más aún: es ya un muy larde.
i^t" | el ' il l H ' 1|| lieo,'que se ha. aplicado con bucii'éxilo
l'ln Mohín todas las industrias estaban paralizadas;
•11.i la, curación de los dementes, en el manicomio de
Réau y Líeusant, completamente inundados, así como
V,\ estómago del tiburón puede ser considerado por el sus llanuras, el ancho valle de Veres y la linda pobla^ j a n d r í a (Italia), por el l)r. l'onza. A los numerosos
' c e m i l s do curar, alopático, homeopático, hidropático marino como un nicho de familia; la muerte natural ción de ViHeneuve-Saiiit-Coorges; al otro lado de Paltí
'tWn
°if al> ' e0 ' ° m;l e l 1 e l I"1'"1"1'"» P ot ' medio del lós- del orador .se debe esperar de un derrame de palabras; rís, en Altórt-Ville, los habitantes se refugiaron en el
u
> el hierro y el arsénico, á que sólo falta ya la di- la caldera de vapor es para el maquinista un globo que, Último piso de las casas, y el nivel del agua siguió ele-
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LA
286
ILUSTRACIÓN.
ESPAÑOLA
x.° XIII
Y
FIESTAS DK LA TAZ.
B A l i C E L U X A . — MCttOIE.NTO A LA TAZ CORTEADO POR El". EXC.MÜ. AYU.NTAM 1K.NTO. ( D ü 1111,1 íntograt'lll d e I ) . S.
AKCO I J K Y A X T A U O 1 J OK LA (iUAUXielOX DL LA PLAZA,
cerca del muelle.
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KAXTAXDER
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HECHO CUi" UAULíI LES, FLEJES Y DUELAS,
á expensas del gremio de barrileros.
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LA
N.° XTTT
ILUSTRACIÓN
ESPAÑOLA
Y
AMERICANA.
TIESTAS DE LA PAZ.
OVIEDO. — n.onxACiox
EX LA
r.üsiüCA
TAlüiAOOXA.—ARCO DE I.A CALLE DE LA IXIOX,
a expensas de la sociedad Lti Artfimim.
XACICXAL DI: ARMAS.
J l A D R I D . — FIESTA MUSICAL DADA POK EL EXC'IIO. SE. I). JIANVEL MARÍA SANTANA, PROPIETARIO DE La Correspondencia
(Salón principal.)
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de Espafíd,
EX CELEBRACIÓN DE LA PAZ.
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:?38
ESPAÑOLA
vándosc aún después del 18 de Marzo, hasta una altura
exaperada. Un espectáculo lúgubre, un entierro, presenció aquella población en momentos tan aflictivos:
en una pequeña barca, conducida por dos marineros,
había sido colocado el féretro ; detrás, por las calles del
pueblo, realmente convertidas en canales de navegación, marchaban los parientes del difunto; algunos vecinos, ]leñosamente impresionados, contemplaban aquella inaudita escena y se descubrían respetuosamente.—
La guarnición de Cliarenlon, prestando socorros á los
habitantes de Allbrt-Yille, hizo prodigios de valor.
En el centro de París, aunque el rio está contenido
enliv los solidos muros de los muelles, han ocurrido
también inundaciones : los espaciosos talleres donde se
imprimen el Mundeur Inircrsel v el Mande ¡Ilustre,
que esián situados eu el muelle Voltaire, ba]o el nivel
(leí Sena desbordado, fueron invadidos por las aguas
desde los primeros dias de la avenida. En los mismos
talleres se imprimen también muchos periódicos de gran
circulación , tales como el l'etil Monileiir. la l't'lil l'resx'1, la J'irusi' Illuxlrce, e\ A reñir Jlililiiire. la llivue de
la J!oi!'\ el JInxa'it/ue y otros varios, y á ñu de que el
servicio no sufriera interrupción, con perjuicio para los
suseritnres y para las empresas de aquéllos, una verdadera falange de operarios ha estado manejando constantemente hasta catorce poderosas bombas, que extraían
diariamente de las cuevas tres millones y medio de litros de agua. Sólo así. trabajando sin cesar por espacio
de un mes. día y noche, los operarios de aquellos vastos talleres han podido cumplir exactamente su cometido, y el J'rlil Jíoniteur y la Pelite Presse no han dejado de publicar todos los dias sus ."ioo.ooo ejemplares.
La avenida del Sena en el año actual ha sido, sin embargo, bastante menor que la ocurrida en 17-l(i.
Y
N.° XTI
A M E L I O AIX(A.
inauguróse en el abandonado teatro de los Campos Elíseos de .Madrid un Circulo de patinadores con ruedas,
semejante á los que ya existían en Londres, Yiena,
Manchester, Brighton, Trouville, Dicppe , y otras poblaciones del extranjero, y creemos que también en
Barcelona.
Después de aquella reseña, nos concretaremos en el
presente número ¡i describir el patín de ruedas perfeccionado, tal como se halla representado con todos sus
detalles eu las figuras correspondientes de la pág. _1.">.
La I.1' es una reproducción exacta del patín : el mecanismo principal aparece lijo, según se ve. en la
planta de aquél. La _.' es el perfil de una de las pía- ¡
cas metálicas ( htsscuu.r, eu lenguaje técnico ), con un
cilindro que está, destinado ¡i. recibir un resorte especial de acero que ofrece la ventaja de librar del polvo
al eje.— La •">.' es la planta del tren de ruedas, anteriores o posteriores, y en sus brazos salientes se adaptan
los ejes de aquellas.— La 4.' representa un resorte de
acero en espiral, que debe estar encerrado en el cilindro de la figura i1." Con ayuda de este resorte la acción
del patín se regula perfectamente, y el patinador un
poco diestro puede realizar movimientos circulares y
curvilíneos.--La .'i. lisura el tornillo de presión, que
va encajado en el resorte de acero, como indica la
figura d.:l; puede darse al resorte, por medio del tornillo, presión variable, seyun la inclinación que se desee.
— La 7.'' con<tituvr el eje central inclinado, sobre el
cual oscila el tren de ruedas.— La S.". en fin. representa la cabeza de otro tornillo de presión . que sirve para
regular la del resorte en espiral, y por lo tanto, para
imprimir al patiu un movimiento circular.
i
LUISA,
HISTORIA VULGAR
ron
C.
JOSÉ
DE
C A S T R O
Y
SERRANO.
I.
La historia que vamos á referir es una historia de
primavera. Se desarrolló al calor de los bailes de Carnaval, como al calor de los vientos del Carnaval se desarrollan las llore* de los jardines, líetiérese ademas á
una muchacha muy joven y muy linda: es una historia histórica y ha ocurrido en este mismo año; razones
todas por las cuales aparece con un tinte de frescura
encantador. Perdónensele al que la escribe estos elogios
de circunstancias.
La costumbre de juntar limosna para los pobres á
fuerza de divertir á los ricos, dio ocasión en estas ultimas carnestolendas a que se recibiesen en casa del
Magistrado cuatro billetes para un piadoso baile de
máscaras. A los magistrados no les gustan las máscaras,
ó por mejor decir, no deben gustarles ; primero, por su
seriedad, y segundo, porque tienen el oficio de estarlas
descubriendo todo el año : pero cuando se trata de ser
benéficos, galantes y piadosos, nadie tiene tanta obligación de serlo como los magistrados. Así es que éste,
del Tribunal Supremo. ;i que aludimos, se consideró en
el deber, aunque no iba á ninguna parte por las noches, de dar las gracias á las señoras ó caballeros remitentes, enviarles cuatro monedas de á dos duros y
ofrecerles que concurriría con mucho gusto á la fiesta.
Lo que el Magistrado no pudo entender es por qué
Estados-Unidos: Xuevo teléi/rafo jiara trasmitir >\facsimilesi).— En la pág. i'4.j damos un grabado que re- se le mandaban cuatro billetes, siendo así que su famiproduce el aparato telegráfico ideado y construido por lia se componía de solo tres personas, marido, mujer
el ingeniero industrial Mr. "W. E. Savyer, de Xueva- y un chico de veinte años; pues aunque tenia también
ALEGORÍA DE LA PRIMAVERA.
York, para trasmitir copias exactas de los despachos una muchacha que acababa de salir del colegio, á esta
El grabado que publicamos en la pág. 241 no exige manuscritos, verdaderos fac-siniiles. por medio de los no podía referirse e:i manera alguna el cuarto billete
en verdad explicación minuciosa : es una de esas com- hilos eléctricos. Inventado el telégrafo impresor, siste- de las máscaras.
—; Qué lástima de dos duros! ( dijo el estudiante de
posiciones alegóricas que aparecen descritas ya gráfica- ma Hughes (del cual hemos tratado en el núm. XXVII
mente por el lápiz que las dibuja.
de LA ILUSTRACIÓN de 1870), que se emplea en algu- leyes, cuando acababan de almorzar y de discurrir so., La Primavera, la hermosa estación de las flores Y nas líneas españolas. el invento del titulado The fac- bre la carta ). ; Por qué no le mandamos el billete á un
• cfcl ntgjbr, es el asunto de la bella composición cita- siiiiile-teiegraph por el hábil ingeniero neoyorkino se- amigo para que lo pague ?
— ; Te parece decoroso (objetó el Magistrado") que
da, dibujo de 1). J. Comba.
ñala un progreso inmenso, que ofrece dilatado campo
nos pongamos á revender billetes de beneficencia ?
de explotación al comercio y al público en general.
— Ademas (añadió la madre, que era joven y bella
El aparato es sencillísimo, y consta, ademas de la
VIAJE DEL PRÍNCIPE DE GALES Á LA INDIA.
todavía),
todos nuestros amigos habrán recibido billepila eléctrica, igual á la que se usa para el telégrafo
tes como nosotros. ; Buenas son las señoras para olviUna de las poblaciones más célebres del Indostan, Morse, de dos instrumentos principales : una doble pla- darse de nadie en estos casos !
que ha sido visitada últimamente con particular predi- ca metálica, en comunicación con los hilos conducto— \ aporqué n o v a la doncella de mamá, con lo
lección por el augusto heredero de la Gran Bretaña. res, que recibe el despacho original, autógrafo, y un
. es Agrá, la ciudad más antigua de la vasta región a doble cilindro o rodillo que ejerce la presión conve- cual nosotros estaríamos más libres?
—; Jesús! (dijo la madre). ; Quien lleva á los criaque da nombre y cuyas soberbias ruinas revelan clara- niente en momento oportuno y trasmite aquél con
i exactitud matemática. El papel para escribir los des- dos ¡i las máscaras? Xunca estaremos nosotros más limente su esplendor pasado.
bres que yendo los tres unidos.
A través de las densas tinieblas que envuelven toda- pachos está preparado químicamente,1 según cierta fór— Las máscaras, hijo mío (añadió el Magistrado),
mula
cuyo
secreto
guarda
el
inven!"]
.Mr.
Nawyer.
vía la historia de la India, moderno* escritores ingleUna compañía anónima se ha organizado en Xueva- tienen algo de irregular, ya que no de peeamino.-o;
ses creen adivinar que la primitiva Agrá Alé restaurabueno es concurrir á ellas cuando uno va por su propio
da por el rey Akbar, tercer hijo de Haber, el fundador York, bajo la razón social de The ('. ,S'. J'nslal Telegusto o por cumplir \\\\ deber, como pasa ahora ; pero
de la dinastía mogólica en la India, Inicia el siglo xv i/ra/di Ciunpaiii/, v con un capital de IO.oiio.ooo de peno es conveniente estimular á nadie para que concurra,
de la era cristiana: Akbar reinó muchos años con pros- sos, parala explotación del invento, v ha principiado
— -Siempre estnv ovendo lo mismo (insistió el niopor
hacer
construir
dos
líneas
generales,
desde
Nuevaperidad y ventura, y en su tiempo fue poblada aquella
ciudad, rival de la opulenta l)elh¡ , por los mahometa- York al Canadá y desde el Atlántico al Pacifico, para zalvcte, que, como se ve, era adelantado y resuelto ).
nos, que la designaron con el nombre de Akbarabad, desarrollar desde luego y en grande escala el giro mu- Las máscaras son un bu con que asustan á los muchachos, y yo no tengo noticia de que nadie se haya pertuo telegráfico.
en honor de su restaurador.
dido en ellas. Las personas decentes van con decoro, y
.lehangeer, hijo de .\kbar; Xoor Jehan, descendienFrancia: Aparato destinado ú tomar i/ dejar despa- las que no lo usan son arrojadas por la policía. Yo lo
te de aquél y llamado por los orientales Luz del mando, chos i/ caria* en los Irenes.-— Eu uso está desde J u l i o que veo es que todo el mundo va.
y Sliah .Jehan, hijo de una Princesa de Persia que del año anterior, en el ferro-carril de Xueva-York á
Hasta, entonces, como también se ve, no habian to,/einó veinte años, edificó el grandioso Taj Mehal y Chicago, en los Estados- Cuidos , un aparato que, comado
parte en la conversación más que tres personas.
acumuló inmensas riquezas, fueron después los princi- locado en determinado sitio de un tren en marcha, á
La
cuarta,
que se sentaba frente de su madre, era.
pales bienhechores de Agrá.
gran velocidad, toma automáticamente bolsas ó sacos, Luisa.
Aun se conserva la suntuosa fortaleza, que mandó llenos de despachos y cartas ; pero el diestro mecániLuisa tenía catorce años y medio, acababa de salir
construir el rey Shali Jehan, la Zenana, como la de- co francés M. Cachelcux ha inventado recientemente
del Sagrado Corazón de Jesús, y venía á su casa en
signan los naturales, que ocupa un espacio de dos kiló- otro aparato más ingenioso, y también más útil, puesprimavera y por la primavera. Usaba aún esa ropa
metros cuadrados y consta de un palacio para, el sobe- to que toma y deja á la vez en los trenes, sin perjuicio
indefinible, que no es corta ni larga, y que ni muestra
rano, otro palacio para las audiencias públicas, una para la velocidad de éstos, iguales bolsas y sacos que
ni oculta las extremidades. Sn peinado era entre de
mezquita denominada por los ingleses la lYlezt/uila-Pcr- contienen la correspondencia de carácter urgente.
moño y rizos; su atavío entre de educanda y señorita;
(a (Pea/i Jlosque), y otros magníficos edificios: todos
Véase el segundo grabado de la misma pág. -í 1 f>, cuyas su rostro de entre pastora y ángel, y sus maneras, no
estos son de purísimo mármol blanco, labrado con de- dos figuras representan el doble aparato, antes y desbicu armónicas todavía, participaban algo del tono de
licadeza extremada: tienen salones cuyas paredes son pués de la operación. - - El anillo A del saco que el
ambos sexos. La falta de costumbre de tenerla conde lapislázuli, con preciosos mosaicos y relieves, y puer- wagón debe dejar es recibido por el gancho O y dessigo, había habituado á sus padres y hermano á prestas de oloroso é incorruptible sándalo, como la de Som- pués por el gancho B, que le retiene y coloca en el
cindir de ella en sus conversaciones, y aun cuando no
nauth y otras.
poste Z; al mismo tiempo, el pequeño aparato U , puede decirse que estaba de más, pues antes al contraUna parte del exterior de este fuerte aparece repre- adherido al wagón, toma, al pasar el tren, el saco que rio, era el ídolo de todos, carecía de iniciativa ó de
sentada en el primer grabado de la pág. - 4 1 .
está pendiente del anillo C, y le coloca sobre la rama I) personalidad propia, entre los suyos. Luisa era la perla
.151 segundo de la misma página se refiere á una pri- por medio del gancho 15; luego, k posición y el mo- de la casa, pero aun no la habian engarzado.
mitiva costumbre do los habitantes del Indostan, obser- vimiento están combinados de tal suerte que el mismo
Durante la discusión sobre el billete, la muchacha
vada todavía por los indígenas del distrito de Punjaub : saco, procediendo automáticamente, abre la puerta del
comia ó hacía como que so llevaba ¡i la boca los manvarios de éstos atraviesan con pellejos inflados, á los wagón y se presenta, en el interior, sobre la mesa del
jares, no sin experimentar algún atraganto al degluque dan el nombre de miwmcka, el rio Meas.
empleado de Correos que debe registrarle.
tirlos; y ella, que en la mesa del colegio hubiera llevado
Procedimiento tan sencillo era muy usado por los anSegún se observará, los sacos que recibe el tren están la voz cantante de la, conversación, lo cual le proportiguos pueblos orientales : recientemente se han encon- colocados en altos postes inmediatos ¡i la vía, y los que cionó más de un castigo en ocasiones, rallábase ahora
trado en las ruinas de Nínive dos bu jo-relíeves hábil- deja, el tren aparecen fijos, como queda dicho, en el como una, tonta en la mesa, de su familia.
mente esculpidos, que aluden también a esta cosí umbre, aparato 11 , de (Iñude pasan á los citados postes Z.
La madre hubo de sorprenderla, en uno de esos momuy popular, entre los asirios.
AI. Caclieleux ha ofrecido su aparato al director ge- mentos y la miró vanas veces; después miró ;i sil paneral de Correos de Francia, M. Le Libón, quien le dre; el padre miró al hijo; madre y padre volvieron :'i
ha aprobado plenamente y rogado á una compañía, de mirarla, otra, vez ; Luisa bajó los ojos, hasta, que por
INVUNTOK ÚT1LHS Y CUIUOSOK.
ferro-carriles que lo haga ensayar en su línea.
último, el Magistrado, dirigiéndose á su esposa, que no
le preguntaba nada, contestó:
El pal¡n de, ruedas.— Pocas semanas después de haElJSEBIO MARTINKZ DE V.BLASCO.
ber publicado L A ILUSTRACIÓN, en el niim. XLVI de
— Eso, lo que tú (mieras.
1875, el grabado referente al Shatiny Iltnk de París,
La madre miró de nuevo á su hija; ésta miró por
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XT1I
LA
primera vez á su madre, y debieron mediar algunos
guiños, pues (juo la muchacha se puso roja como una
cereza. Hubo otro momento de silencio, al cabo del
cual murmuró el hijo sin dirigirse á persona determinada :
—SÍÍ me figura que ya hay ¡i quien adjudicarle el
billete.
Padre y madre se sonrieron con ternura, y Luisa,
que no podia ya sufrir aquella escena, se levanto, dejando caer una cuchara al suelo, ó hizo lo que se llama la procesión del niño perdido. Cuando se vio sola
describió unas cuantas piruetas en el aire: corrió ¡i un
rincón de la sala de costura y se dijo por tres voces
consecutivas : - - n Voy a ir á las máscaras; voy á ir á
las máscaras; voy a ir á las mascaras.'» — Después
voló a la cocina y se lo participó á la cocinera ; en seguida se fue a la sala y se lo contó al criado, que limpiaba los muebles; luego hizo como que tocaba unos
platillos sobre la cabeza y se echo un rizo adelante y
otro atrás: por ultimo, se encerró en su cuarto, abrió
la ventana. y no encontrando persona á quien referir
su dicha, se la contó al viento.
II.
Tnutil nos parece1 hacer ver que ni la Magistraila ni
el Magistrado podían concurrir al bailo sin disfraz.
Oponíanse á ello el decoro desúsanos y el prestigio de
suposición publica. Los magistrados, como los príncipe?, pueden ir a todas partes, pero de incógnito. Asi es
que desde que tuvieron noticia anticipada del convite,
encargaron tres capuchones, pues aunque el muchacho
hubiera preferido presentarse en las máscaras con su
cara descubierta, esto equivalía á denunciar á sus padres, de quienes minea se separaba.
El primer tropiezo, pues, que se experimentó con la
asistencia de Luisa fue la falta de traje. Alquilar otro
más parecía un abuso, y sobre todo, digámoslo en honor del sentimiento materno, la madre no quería que
el primer traje largo que se pusiera su hija fuese de
alquiler. ; Quién otra lo habría llevado antes ?
Se convino en que debajo del capuchón se pondría
una falda de seda de su madre, que ya andaba un poco
ajada, y que ésta como el cuerpo se arreglarían con
frunces y jaretas. Después de discurrir mucho sobre
otros pormenores, no faltaba ya más que el capuchón,
es decir, todo. Luisa, con la lucidez propia de su edad,
cascó la punta del huevo sobre la mesa.
— Mamá (dijo loca de alegría), ya tenemos un capuchón muy bueno y de balde. La toga vieja de papá.
La idea era feliz, en efecto, y la toga fue descolgada, desempolvada y descuartizada en un santiamén. Si
en vez de ser para mujer hubiera sido para hombre, la
toga era casi un capuchón de máscaras; pero con poco
arreglo se la convirtió de masculina en femenina. Cuando lo viera el padre se iba á reír. Con el vestido sucedió una cosa muy particular. La madre y la doncella
lo cogieron con hilvanes, mirando de vez en cuando el
cuerpo de la muchacha, y al ponerlo de prueba resulto
que estaba más corto que sus trajes ordinarios. Soltáronlo después, burlándose de sí mismas por la falta de
ojo, y le arrastraba. Tuvieron, por consiguiente, que
tomarle una medida formal, y vino ¡i suceder que le
hubiera servido el traje tal como era. La madre se
asombró, porque hasta los padres confunden la pequenez moral con la física, y toman el candor por falta de
cuerpo. Luisa se encontraba en ese estado anfibio de
las jóvenes, en que lo mismo sirven para niñas que
para mujeres. La prueba del traje con motivo de la
tiesta fue para la madre una revelación.
Mientras la doncella sentaba las costuras, Luisa se
filé á su cuarto y se encerró. Desde fuera hubiera podido oírse un abrir y cerrar de cajones extraordinario,
unos golpes de cepillo fuera de uso, y tal cual patadilla
en el suelo como de rabia. Al cabo de una hora volvió
al cuarto de la costura y todos se echaron á reír. He
habia peinado de mujer, imitando uno de los tocados
más estrepitosos de L A MODA ELEGANTE ILUSTRADA.
Parecía un cabo de gastadores. Lo notable es que no
necesitó postizo, gracias á la abundancia de su pelo
natural; porque es de advertir que las mujeres cuando
tienen pelo lo ocultan, y cuando no lo tienen lo cacarean. El de Luisa, que podia optar por esto último, fue
castigado entre la doncella y su madre hasta un límite
racional y honesto. La muchacha quedó preciosa, como
quedan las muchachas cuando se disfrazan de mujer,
0
como quedan las muchachas bonitas cuando se adornan de cualquier manera. Peinada ya, rogó que la dejasen poner el vestido largo, no sólo por la ai'monía de
la cabeza con el cuerpo, cuanto por dar un susto á su
l>adre cuando volviera ¡í casa. Efectivamente, el Magistrado, al entrar en su despacho y ver una, señora
ton mantilla que le esperaba, se apresuró ¡i descubrirse diciendo : — <c Señora, á los pies de usted. »
. Aquí empezaba la broma y la felicidad. La madre
insto porque se sirviera la comida, cuanto antes, con el
11
de que luego tuviesen apetito si por casualidad en
1
«j baile tomaban alguna cosa como era de costumbre.
u sa
! > al escuchar aquella orden, murmuró : — « Pues
^ U p ¿ v a m o s á uomer hoy?»
^ n la mesa no se habló más que de máscaras y de
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]LUSTP V ACIOIÍ
ESPAÑOLA
Y
AMERICANA.
baile. La cuestión principal se reducía á la hora de la
marcha. El padre opinaba por la una, el hijo por las
doce, y la muchacha por las or.ee y media. Hl carruaje
fue cita.io para esta última hora por la madre, que en
verdad no tenía opinión formada sobre el asunto.
Servíante los magistrados de una berlina de tres asientos que alquilaban por meses, en la cual iba por las mañanas el padre al Tribunal, y por la tarde los tres de
la familia á paseo. Desde que Luisa había vuelto de
Chamartin , el cochecillo era insuficiente, poro no se
podia estirar más, y produjo la emancipación del estudiante, que comenzaba á tener amigos. En esta ocasión
no era el asunto menos arduo el del trasporte. ; Como
iban á componerse los cuatro, y los cuatro vestidos de
capuchón de mascaras? Luisa desató el nudo en el momento.
— -Yo me montaré en el pescante (dijo").
— ; Lstás loca, muchacha? (observó su madre dirigiendo la vista hacia su atavío de mujer). ; Te lisuras
que estás cu la huerta del convento?
El padre, como siempre, (lió la fórmula más natural y
expedita. El coche baria dos viajes, primero con las señoras y después con los hombres, o vico-versa, y a>í se
arreglaba todo, incluso el problema de no denunciarse
al público entrando en el salón juntos y á la voz. Luisa
reclamó que las señoras fuesen primero, el hijo que los
hombres, y la madre (pie las mujeres, puesto IJUO el
padre ln había indicado asi.
— Dime, mamá ( exclamo Luisa poniéndose de codos
sobre la mesa mientras tomaban el café), y ; qué me
hago yo desde ahora hasta las once y media ?
— Acostarte, hijamia (dijo su padre razonablemente ). Tú no estas hecha á pasar noches en blanco. y después corres peligro de dormirte en el baile.
—; Dormirme! ; Estáis locos vosotros? Lo que queréis es que yo me duerma ahora para no llamarme á
tiempo. A mi no se me engaña, caballeritos : ademas
que no podría dormir.
— Pues procura entretenerte estudiando (manifestó
la madre).
— Eso voy á hacer. Primero me visto y después estudio.
Luisa corrió á su cuarto, se puso el capuchón, se
colocó la careta, miróse al espejo seis ú ocho veces, hizo por fingir la voz otras tantas en tonos diversos, y
sentándose al pupitre tomó papel y escribió la carta siguiente :
«.AL SAGRADO CORAZOX DE JESÚS.
En Clmmartin.
Mi querida Rosalía: Dcniro de dos horas, ó
mejor dicho, de ¡toraIJmedia, se va á decidir mi
suerte. Yoq i't las 'mascaras. Pero no ti unas masraras cualquiera, sino ti las máscai'as forma/es
del I cairo I'cal. Llevo ru/ia lart/a, ron su poquiIti tic cola: roí/ /teinada como la madre de at/iiclla
niña t/ue nos i/ustaba lanío; me han Indio un
matjnijicn capudion de seda nnern (aquí la muchacha se detuvo como pesarosa de una mentira, y añadió para componerla), puesto que nunca ha servido para rapuchon.
•» / ¡'ubre /íosalia .' Tú dormirás i\ estas horas
lan tranquilamenle en esa cama, mientras i/o sin/
feliz i/ me tbspontjo tí divertirme lanío. Descuida,
que le lo con/aré lodo, abso/ulamenle ludn, /aisla
at/uello t/ue no deba conlarse. ) a sabes i/ue nunca he lenitlo seríelos pura li, // t/ue siempre has
estado informada de las másIJrundes cosas de mi
ritta. Creo que ramos á cenar en el baile. ¡ Cálenla líi, rena/' ti las tres ó las cualro tic la mañana , casi al mismo tiempo t/ue lít estarás lomando
el choolale con leí buena madre. Dala memorias
mias, ii no, que le pedirá, la caria // sabrá que
voij tí las mascaras, lo cual no me parece bien.
»Adiós, Rosalía de mi corazón. ; fju¿ pena
tent/o de, ser lan dichosa, mientras lacres landesqraciatla.'
LUISA.
.Franca de porte.-»
Concluido el estudio, la muchacha comenzó á pasearse por su cuarto ; fue después al comedor y quiso ver
si podia adelantar la péndola; pensó que los cocheros
eran unos haraganes y que nunca llegaban á la hora
que so les decia; temió que alguno de los suyos se pusiera enfermo y lo descompusiera todo; rezó, meditó,
se impacientó, lloró, se burló de sí misma, cantó, y,
por último, un estremecimiento nervioso se apoderó
de su ser al sentir cierto ruido en el portal. Era la berlina que entraba. Luisa voló al lado de su madre, la
hizo vestir por fuerza,, desdeñó las observaciones de su
hermano sobre la premura de la hora, rogó al padre
que no se opusiera á que saliesen pronto, por si la fila,
de los carruajes era larga; en suma, á saltos y brincos
bajó la escalera, se metió en el coche sin dar la preferencia á su madre, encargó al cochero que arreara, y
diez minutos antes de las doce hacía su entrada triunfal
en el salón del baile.
El salón estaba vacío.
Inicio
TTL
Yerran lastimosamente los que se figuren que se
experimenta decepción al penetrar en una sala de baile
cuando está vacía. La sala del Teatro Real, dispuesta
para máscaras, es un espectáculo por si sola. Aquella
gran planicie que abarca por completo el óvalo del
edificio; aquella altura nunca contemplada de pié sobre
un suelo sin declive: aquella profusión de luces que
hacen sonreír el blanco y oro de los adornos sobre las
paredes encarnadas; aquella tribuna de la orquesta
donde un ciento de profesores con frac, y corbata blanca esperan la llegada, del primer concurrente para atacar la sinfonía; tanta grandeza y tanto lujo en espeetativa do entregarse por entero á los que acudan á contemplarlos y asumírselos, son más que sntíeientes para
sobrecoger el ánimo con delicia infinita y para subyugar la imaginación por extensas que fuesen sus previas
ilusiones. Cuantos menos pies pisen, se toca á más alfombra ; cuantos menos ojos miren, se toca á más luz;
cuantos menos oidos escuchen, se toca a más música.
Los que no han asistido al comienzo de un baile (\
pocos son estos afortunados) ignoran de la misa la
media con respecto á goces do carnaval.
Luisa disfrutaba de todo aquel espectáculo en alisoluto. Y tales debieron ser su sorpresa y su encanto,
que se volvió á su madre para decirla :
; [,,, ves, mamá, como si nos tardamos no podemos disfrutar nada de esto?
La madre callo . porque tenía en la punta de la lengua una observación semejante, aunque en sentido
contrario.
Bien pronto el salón se vio poblado de mascaras.
Las máscaras son como los torrentes, que en pocos minutos se desbordan ; y como los torrentes también, comienzan á deslizarse mansas para sorprender de improviso con su furioso estruendo. Cuando las criaturas se
ponen la careta se cubren con ella todos los sentidos
corporales, y como en el uso de los sentidos corporales
es donde residen la continencia y el recato, una reunión de máscaras es por lo menos una jaula de locos.
Luisa y su madre creyeron oportuno participar del
principio de aquella locura sentándose en un banco.
La madre decia así:
-Esperemos, hija mia, á que descargue esta nube,
para que podamos ver con claridad. Entre tanto voy a
decirte lo que debes hacer. Yo te he traído aquí para
que disfrutes de todo y lo conozcas todo. Si algún caballero te saca á bailar, me miras, y ya te diré yo si debes salir con él ó darle una disculpa. Si te piden el brazo para un paseo, obras del mismo modo; que ya se
yo, aun con careta, quiénes son las personas dignas y
quiénes las de menos confianza. Si te dan bromas, alternas á ellas con resolución, aunque sin excesiva soltura : chiste por chiste, ingeniosidad por ingeniosidad,
poro no insulto por insulto. A la menor acción ó frase
alu'o descompuesta, te vuelves de espaldas y allí me encontrarás. Tu has de ir sola, hija mia, pero está segura de que cuando te consideres más sola, tendrás al
lado ¡i tu madre.
La orquesta preludió los primeros compases de una
polka-mazurka. Kl salón estaba lleno de alegría, ü n joven , al parecer elegante , se acercó al grupo de nuestras
mujeres y pidió laWmo de Luisa para bailar. La madre hizo seña de que sí, y la joven por primera vez de
su vida dio el brazo á un desconocido, y se perdió con
él entre la muchedumbre de los alborotadores bailarines.
Las máscaras modernas se han echado á perder, entre otras cosas porque no se baila. Cuando en los bailes
se bailaba, unos de los concurrentes bailaban y otros
no, siendo los primeros los que se divertían con mayor
inocencia y embeleso. Pero desde que no se baila, todos
tienen que hacerse los tontos ó los picaros. Luisa, para
quien eran imposibles estas dos últimas cosas, preguntó con candidez á su compañero :
Y ¿por qué no se baila en los bailes ?
; Qué quieres que te diga ! Porque no es la moda.
Y entonces, ;, por qué se sale á bailar?
f Te parece poco, mascarita? Se sale á bailar para
dar el brazo á una muchacha tan linda como tú, para
pasearla delante de las gentes con envidia de todos, y
liara decirle bella como yo te lo estoy diciendo á tí.
Luisa no habia escuchado jamas palabras semejantes. Ya desde que abandonó el banco en que estuvo
sentada, experimentó algo como de quien se va de con
su famiíia ; pero ahora al"oir aquellos conceptos que parecian la letra do aquella otra música que sonaba, casi
experimentó susto, á la vez que indefinible encanto. A
ella la habian llamado hermosa desde que nació, con
esa inconveniencia de (pie suele abusarse respecto á las
muchachas bonitas; mas nunca vibró en su oido la palabra hermosa con el donaire y la magia de esta ve/,.
¿ Por qué me llamas bella (preguntó al máscara.),
si no me has visto ni me conoces?
Te llamo bella, mascarita, porque lo eres. La esbeltez de tu cuerpo, la finura de tu talle, lo airoso de
tu cabeza, lo delicado de tus manecillas, son facciones
que revelan las de un rostro de ángel. No te empeñes
en decirme que eres fea, porque no lo creeré. A las mu-
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LAS INUNDACIONES DEL SENA EN PARÍS Y RUS ALREDEDORES.
A.
7,
liercy: El gran EntrejM den Vins et A Icools.—-B. Paria: Aspecto de la inundación en la confluencia de los ríos Sen.'i y Mame. I, Escuela militar ; 2 , Panteón ; 3 , Ivry ; 4 , Los Inválidos ; 5, Puente de_Napoleon
de N:
; O, Catedral de Notre-Dame ;
Convento; 8 , Las Carreras; 9 , Rio Sena; 1 O , Rio Mame; 1 1 , Canal del I\Lirne. — C. Alfm-t-Ville: La guarnición de Cuarentón socorriendo á los habitantes.— D. Un entierro en Alfort-Ville, —~~
E . Obreros recomponiendo la vía férrea,
cerca de París.—F. Aspecto de los talleres del Mtmitcur Unxvcrsd y del Monde Ilustré durante ¡a avenida.
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XITT
LA
TLUSTÍ^ACION;
ESPAÑOLA
Y
241
AMERICANA,
AI.ECO1ÍÍA ])K LA PRIMAVERA, pov I). J. Comba.
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LA
24-2
chachas feas no se las trae á las máscaras tan pronto.
El aluvión de lisonjas que Luisa acababa de o ir fue
para ella nuevo motivo de arrobamiento. En su casa
ya no las oia, ó por mejor decir, oia todo lo contrario.
Desde que volvió de Chamartin, su madre, su doncella y su modista estaban diciendo ¡i todas horas : « Ksla muchacha no tiene caderas y los vestidos han de
cutirle mal. Tápate esos brazos, muchacha, que parecen dos aspas de molino. Esconde los hombros, que no
te salgan esos huesos.»—^ otras cosas de este jaez.
La polka-mazurka rompió en aquel instante con toda, la gracia de su cadencioso compás. Luisa apretó su
brazo al brazo de su pareja y hubiera salido polkando ;
pero ningunas otras máscaras se movían. Aumentóse si
el ruido y el movimiento de la multitud que bullía á
su alrededor, como si todas las piernas se rebelasen
contra las prescripciones absurdas de la moda. La muchacha, pues, que era bailarina de primera clase en el
colegio, comenzó ¡i llevar el canto con la imaginación
Y el compás de la polka con los pieceeitos. Bailaba andando y cantaba riendo, como cantan y bailan las muchachas que no tienen música ni licencia para bailar.
En el acto de hacer las mudanzas tiraba de su acompañante, cual sí el empuje de las gentes la obligara á
aquella cabriola descortes: pero en realidad era que
duba una vuelta ó describía el círculo necesario pura
su obligada tigura. Parábase luego recibiendo en lirme
los apretor.es de otras parejas, como se paran y los resisten los que descansan un momento para volver ¡i salir. El golpe de la música decidía de este nuevo arranque, al cual estaba obligado su caballero sin presumirlo, y la polka seguía con el vértigo, la anhelación y el
febril entusiasmo de los más audaces bailarines. Luisa
polkó toda la tanda , sin descanso, sin tregua, y lo que
es peor, sin caridad del pobre joven, á quien zarandeaba. Su rostro estaba enrojecido como la amapola; su
pecho anhelante como de quien sube nn monte; sus
brazos se caian como al consumar un fatigoso esfuerzo,
y ya buscaba maquínalmente reposo, cuando al volver
la vista sobre una banqueta encontró á su madre que la
recibía en sus brazos. El caballero hizo un saludo ceremonioso y se fue.
Luisa, colmada de emoción y de felicidad, se abalanzó á los hombros de su madre para decirla:
— Mamá, será ridiculo bailar en los bailes, pero yo
he bailado.
IV.
Luisa hacía gran efecto, como ahora se dice, en el
tul baile de máscaras. Apenas había descansado un instante, ya se presentó otro joven en demanda de un
vals. La madre le hizo la seña convenida pura que se
excusara. Un momento después se acercó otro caballero ¡i pedirla para discurrir por el salón agarrada á
su brazo. La m;idre le hizo seña de que si.
— Me parece, masoarita (la dijo el nuevo galán), que
no es hoy el primer diaque te veo en el baile.
La joven, satisfecha de que la tuviesen por veterana, lo cual decia muy bien en favor de su porte, contesto, sin embargo, para no mentir :
— Pues es el primero á que asisto.
— Perdona que me haya equivocado, pero te encuentro muy animada.
--•Y ; quién no se anima en un baile tan hermoso?
— Tienes razón, y más cuando se es.tá tan divertida
como tú lo estabas con ese joven
- - Pues qué, ¿ rae has visto ?
— Te seguia desde que entraste, preciosa máscara.
Si ese sentir no se me hubiera, adelantado, yo habría
sido tu primera pareja. Estoy celoso de él.
Luisa se echó á reir, pero le gustó la especie de lucha
que se entablaba entre los dos desconocidos. Después
repuso :
-- Haberme sacado antes.
— No tuve la fortuna de llegar á tiempo.
—Y i por qué no sacaste á la que estaba conmigo?
— ¿ Es bella como tú lo pareces?
— ¿ Como yo ? ¡ (¿LIÓ disparate ! Ella es hermosa como
ninguna. Anda, sácala si quieres, y después buscaremos
á ese joven que ha bailado conmigo, y formaremos dos
parejas.
— Pues qué, ¿ has bailado ?
— Es decir, he hecho como que bailaba.
— ¿ Sabes bailar ?
— f Qué muchacha no sube eso? Kn Chamartin estaba prohibido el baile, pero todas sabíamos bailar
perfectamente. El uño último dimos un baile de máscafas á media noche sin que se enterara l¡i directora ni
nadie.
— ¿ Cómo así ?
— Suponte (pie era, Carnaval y no nos dejaban divertirnos porque venia, la, Cuaresma. Nosotras nos juramentamos para, armar la broma, y ya verás lo que
hicimos. Primeramente guardamos de la, cena carne y
|i:in ; después al ir al dormitorio hicimos como que nos
desnudábamos, pero nos metimos en la, cama casi vestidas. Ilaliiainos puesto ¡i peseta cada una, con lo cual
juntamos diez duros que dimos al portero del colegio
pura que trajera una música que tocara bailes pegudita á las tapias. Aquella noche tenian las madres maitines solemnes é íbamos á estar solas bastante tiempo
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ILUSTRACIÓN
ESPAÑOLA" Y AMERICANA.
N.° XTTT
antes de que ellas se recogieran. Cuando el órgano por diera. Cuando se presento á la puerta del comedor, los
un lado y las bandurrias por otro nos advirtieron que tres comensales se echaron á reír. La madre, tomándola
ya era hora, todas saltamos de las camas y principia- una mano, fue presentándola alternativamente á su hijo
mos a vestirnos. El plan era hacer dóminos con las sá- y ¡i su esposo diciendo:
banas y las colchas: las de las saltanas serian mujeres
—Tengo el gusto, Luisa, de presentarte al joven que
y las de las colchas hombres. Con las gorras de dormir te requebraba anoche, y al caballero que estuvo á pique
hicimos caretas, y con las fundas de las almohadas la- de casarse contigo.
zos v adornos para los trujes. A un golpe convenido
JOSK DIO CASTKO Y SKIÍÜANO.
salimos todas de entre nuestras cortinas, y créete que
daba gusto vernos, porque parecía el salón de dormir
un verdadero baile de mascaras. Ningunas conocíanlos
JIGOTE DE LENGUA.
á las oirás, lo cual es la inuvor diversión en estos lance-i, y comen/unios á bailar con la misma ilusión que
si hubiéramos estado v\¡ la Zarzuela con nuestras famiA l , S K Ñ O K . I K K 10 DIO l . A S C O C I N A S 1)10 S . M . D I , K K Y
lias. Allí se bailaron maziirkas, rigodones, habaneras
DIO K S 1 W Ñ A .
y valses. Kn el descanso de la musirá sacamos el pan y
la carne, haciendo con ellos emparedados, que comíamos con gran apetito: y una muchacha que tenía graSeñor mió y respetable compañero : Perdono V. que
cia ¡tara todo, echaba agua en un vaso levantando munn
simple aficionado á re coquinaria se tome la libercho la botella para que hiciera espuma, como si fuese
r//tfi>i/itit/iir. La ultima parte que tocó la charanda fue tad de darle el para :::i honroso dictado de compañero.
una galop infernal, y para darle colorido pusimos cua- Desde luego comprenderá V. que hablo en el sentido
tro palanganas en las cuatro esquinas del dormitorio, que pudiera hablar un soldado raso ó un poeta coplero,
las llenamos de papeles y les pegamos fuego: eran las á quienes si' le antojase tratar como colegas á Hartzenbengalas. En este momento en que más uos divertía- busch ó a Martínez Campos.
Poseo cutre otras colecciones de esos papeles que la
mos, fue cuando volvieron las madres del coro. Calcula tú lo que se urinaria allí. Todas corríamos ¡i encer- mayoría de las gentes llaman insignificantes, una harto
rarnos para ver cuál podía escaparse de ser descubier- numerosa y completa de minux, ó sean listas de los
ta ; las buenas madres gritaban : las palanganas se par- platos que lian constituido los banquetes dados por ditían con el fuego ; los músicos tocaban como desespe- versos reyes, principes y magnates de Europa, en lo
rados al pié de las rejas; y todo el colegio parecía una que va corrido del siglo xix. Examinando estos docuzahúrda. Al día siguiente, que era de asueto é íbamos á mentos, se advierte que al verificar la deliciosa cocina
ir al campo, nos quitaron la ropa, nos dejaron acos- de Francia su invasión en diversos países del mundo.
lo ha hecho imponiendo también su ya generalizado y
tadas y nos pusieron á pan y agua.
casi universal idioma, y redactando por consiguiente
El caballero acompañante estuvo oyendo con delicia en la lengua de Moliere el texto íntegro de las listas
aquella relación del primer sarao á que su incógnita de comidas ; particularidad que ha contribuido á difunpareja había asistido.
dir el habla de la Galía, y que no debe pasar inadver— ; Y desde entonces (la pregunte')) no has vuelto á tida á los ojos de aquellas personas que se dedican á
divertirte hasta ahora?
estudios lingüísticos.
—; Como desde entonces? (contestó ella1. Aquello
Ahora bien : ¿ debe ponerse todo el nienu en lengua
no era divertirse, era jugar. El primer dia que me di- francesa, ó ha de escribirse en la nacional de cada
vierto es hoy.
tierra ?
—; Quieres que te lleve al ambigú ?
Después de largas meditaciones sobre esta consul— Xo puedo ir contigo, aunque lo haría con mucho ta, y de oír el parecer de subios académicos, de exgusto.
pertos cocineros, de filósofos eclécticos y de inteli—; Irás con las gentes que te traen ?
gentes gastrónomos, la respuesta es fácil. — «La lista,
— Xo lo sé, pero sospecho que sí.
dicen sin vacilación, ha de redactarse en el idioma
— Pues voy á llevarte con ellos, diciéndote de paso nacional, dejando délos extranjeros aquellos nombres,
que si yo pudiera casarme, me casaría con una mucha- ya técnicos ó ya de ciertos manjares, admitidos por el
cha como tú.
buen uso.»
Luisa se volvió loca con esta declaración súbita.
Tal es, señor maestro, la costumbre observada en
En pocos momentos había conquistado un hombre, ó los palacios y esplendidos banquetes políticos ó literapor mejor decir, dos. Cuando estuvo al lado de su ma- rios de los principales países de Europa. X'ote Y. que
dre, que la esperaba con impaciencia, casi principió á los ingleses escriben bilí of f'are y no metía.- y que lo
decirla:- «Muñan;] te piden mi mano.»- Lra la hora propio, en sus respectivos idiomas, hacen rusos, aledel intermedio.
manes, suecos, italianos, etc. Queden en habla franceMadre é hija partieron en busca de su padre v her- sa ó inglesa los vocablos conxomme, xa/idwic/i, fuíe-i/rax,
mano, que tenían grandes cintas encarnadas en los ca- retire, li/el, rnaxt-beef, beef-xleul; v otros, v sea éste un
puchones para MT reconocidos entre la multitud. Hasta tributo de cortesía y de justicia a las naciones ¡i quieentonces habían cuidado de no verse para despistar ¡i. nes se delien platos delicados ó voces propias de la
los amigos y poder darles bromas. Juntos ahora, y con mesa y de la gastronomía.
menos preocupación por el incógnito, marcharon á apoCitaré ejemplos de comidas españolas en las cuales
derarse de una mesa del ¡mffil. Allí se tomó cuido un se ha practicado el sistema que acabo de indicar.
poquíllo picante, ostras, filete de vaca con trillas, alEl gobernador civil de la provincia de Cádiz, de
cachofas rellenas, cangrejos con salsa y una tarta de acuerdo con la Diputación provincial, obsequia en ¡I de
dulce. Xo faltó su correspondiente cliampat/ne en copas Noviembre de lS(í(i ¡i los jefes y oficiales de la fragata
altas, ni faltaron los brindis, ni sus bromas con los de Villa do Madrid, procedente del Parifico, y la lista enlas mesas de al lado, ni sus exclamaciones y gritos de cabezada con la letra de Banquete oficial, se hulla toda
alegría. Luisa, no acostumbrada ¡i beber, se animó al en castellano.
primer sorbo, y tentada estuvo de ponerse á bailar deEl teniente general 1). José de la (¡lindara dio un
lante de la mesa. Sus padres rebosaban de contento.
convite en la quinta de Malacañan (Filipinas), y su
Acabada la cena volvieron ¡i la sala en la hora que iiif/uf dice: Fíenla del dia 1!) de Noviembre de l,S(i7.—
iba á comenzarse el cotillón. El padre había dicho que ¿>o/>a de lorliu/a
Piernas de venado
M.auonexa de
atravesarían de paso la platea para dirigirse al guarda- pescado
(luíxaules
etc., etc.
ropa por los abrigos; pero este paso, que no había de
Poseo otro documento, bella y elegante obrado la liser huida, les permitió mezclarse con los grupos alegres tografía de Willems, estampado en rico papel con tinque, sin máscara ya y con las capuchas echadas ala espal- ta roja , en el cual se lee : /lantjueíe de !)() cuhierlox dada, partían al galope con la vehemencia del vals. Hasta do en el Hotel Oriental al Krcmo. >Sr. D. Casto Méndez
en los bailes donde no se baila se corre o se patea el co- NuTiez, Comandante t/eneraI de la excuadra de S. M. ('.,
tillón. Ivas luces del dia principiaban á luchar con las de por los españoles rexiden/ex en Moulerideo, el 1 f> de Junio
las lucernas y candelabros; el insomnio hacía su último de 18(¡<S.—SOTAS: Pepitoria á la Almirante
ENTRAesfuerzo por aparecer bullicioso y expresivo; la música DAS CALIKXTKS : Cordero á la •loincille
Kspárrai/os á
sonaba como quien se abulta antes de reventar; los bas- la expaño/a
Plum-puddíni/ á Ja na/lesa, etc., etc.
toneros acudían á contener la irrupción de bailarines,
con sus varas cuajadas de cintas ; una luz eléctrica roja
y penetrante, como si enseñara cuchillos en vez de raEn español se halla también la lista del Banquete
yos, obligaba ¡i entornar los ojos más abiertos; las ofrecido por la lima. Diputación de I "izcai/a // A'.rce/enaclamaciones y los vítores ensordecían el aire ; por úl- iiximo Apuntamiento de llilliao á S. M. Amadeo J, fíe//
timo, Luisa, al sentir sobre sus hombros el abrigo que de Fxpaiia, el dia ,x de Ai/oxlo de ]H72.
la echaba, su madre y la nube con (pie la rodeaba, el
cuello, aun volvía sus miradas hacia el ruido, como si
Kn el almuerzo dudo el "2 de Octubre de 1<S7."> en el
un imán fascinador la atrajese al punto de su mas perfecta alegría y de sus más felices y embriagadoras ilu- palacio del Duque de Alba (Madrid), con motivo del
matrimonio de su malaventurada hija la Duquesa de
siones.
Monloro con el Duque de Medinaceli, figuran entre
otros platos: M ai/onexa de pollo, perdices frtax, ¡amon
V.
en dulce, sal manes ti la ueno/'exu, etc.
Al siguiente dia, á las once en punto, se hallaban
los Magistrados dispuestos para almorzar. Se hubia, dorCreo inútil acumular más datos, citando otros conmido poco, pero era cusa de orden. Sólo faltaba Luisa,
á quien hubo (pie llamar por dos veces pura que acu- vites oficiales ó de personas de elevada clase, que han
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J-JA
XIII
jLUSTI^ACIOri
J3sPAÑOLA Y
243
tenido el buen gusto de escribir sus billetes en la len- tad dependiese, se estamparían en fojas de rica vitela
de veinte centímetros de alto por trece de ancho: llegua de Cervantes.
" Doloroso es, por la categoría de los sujetos á quie- varían una orla sencilla y elegante: letra romana clásines pertenecen, mencionar ahora algunos monis estam- ca, combinada con la española de Tono ; tintas roja y
negra, sin dorados, ni rasgos, ni garambainas. Permípados en francés. A saber :
tame Y., aun cuando esto sea meter la hoz en mies
El de la cena dada por el Duque de Montpensier en
ajena, el siguiente proyecto de menn para el futuro
su palacio de San Telmo (Sevilla) con motivo del bai- cumpleaños de S. M. el Rey D. Alfonso.
le con que obsequió á la reina Isabel II en 4 de Octubre de 18 (¡2.
La comida de S. A. el Regente (Duque de la Torre)
en 11 de Octubre de lNii'.i.
Los banquetes del rey Amadeo en el palacio de Madrid en 20 de Mayo y i".i de Diciembre de 1S71. (Los
•manís de estas dos comidas son notables por su belleza v mérito artístico. Llevan la suscripción de Lil.
Qos'set.—Lil. Foranij. Madrid.)
Convite verificado en ur.o de los salones del Ayuntamiento de Madrid, á los caballeros portugueses que
L I S T A D E LA C O M I D A
D E S. M.
en 1(¡ de Mayo de 1871 vinieron á las fiestas de San
Isidro.
1' A I, A ( [ O I I ]•: M A O 1! 1 O .
Banquete ofrecido á D. Amadeo I por la Diputación
foral de (iuipu/.coa . en el salón de la casa Consistorial
de San Sebastian, el 1 de Agosto de 1872.
Comida que dio el opulento capitalista Sr. Pauer, de
Madrid, en 1 •"> de Febrero de 187(!.
Pnrée de ,,i,is,,liles e, riles.
Mencionaré, por ultimo, las listas de tres convites
A cm: á lu itiilinna.
oficiales dados por D. Alfonso X l l ( Q. D. G. ). El priUKI.l'.VKS.
mero, en 7 de Abril de I87f>. en obsequio del Sr. Conde de Casal-Iíibeiro. enviado extraordinario de PortuS'dinnn á lo Cliaitdmril.
gal ; el segundo en i'8 de Noviembre de dicho año,
¡'ienni^ de en/-':i, usitiltrs.
con motivo del cumpleaños de S. M.; y el tercero en
2o de Enero de I87i¡, para celebrar los dias de su
OLLA PODRIDA.
santo.
Con pena, pero con lealtad, diré á Y., respetable
ENTRADAS.
maestro, las faltas y las sobras que según mi entender
tienen las listas de los banquetes dados per el excelso
reedii/mien e,,i, trufo*.
rey D. Alfonso X I I . Pacificador de España. Me duele,
Le IK¡IIII<1I>S eun liiirlnis
fian*.
en primer lugar, verlas escritas en lengua francesa,
Vn'te i¡ric< en tortero.
cuando se trata de un Monarca castellano, admirador
del Quijote y entusiasta del Manco de Lc-jianto (1). Ale
sorprende ver faltas ortográficas en la redacción de esPONCHE ÁLA ROMANA.
tos lacónicos documentos. Ale extraña que lleven el
monograma A Tí, cuando la costumbre es designar á
I.EOUML'.RKS.
los monarcas por su nombre y el número ordinal. NaE*]>órrii<!<>-< fon *nhu
Llmien.
die dice, por ejemplo, Felipe de Austria ni Carlos de
Borbon, para nombrar á Felipe I I ó á Carlos I I I . He
ASADOS.
prescindido de la parte tipográfica y artística de los
Junniñ en didee.
papeles que cito en esta carta, pues no se trataba de
Ft/i.*iinrs á I" cení.
considerarlos bajo tal aspecto ; pero no puedo menos
iNTKiniKinos.
de decir á Y. que, en especial los dos últimos MEXUS
DE KA M.S.IESTÉ LF, ROY ( 28 de Noviembre de 18 7.") y
2:¡ de Enero de 1 N7<>). por su pobre impresión en letras doradas, sus pliegues y dobleces como carta de soldado, su extravagante corte y sus cintillas de colorines, más bien parecen papeles destinados á envolver
mercaderías de baja estofa, (pie el inventario de los
platos presentados en banquetes oficiales del Rey de
Castilla.
No llevo Ln cosas tan por los cabos que vaya ¡i sostener la necesidad de que la Academia Española redacte un mena, ni menos que la de San Fernando apruebe
les emblemas ó dibujos que lo adornen. El ejercicio de
la cocina no está reñido con las bellas artes, y de ello
nos dan prueba evidente los escritos y las láminas de
Caréme. de (¡oufí'é v de otros maestros. En cuanto á
cocineros hablistas, la Academia de la Lengua apunta
en su Cali'tloijo
de Aaloridai/es
(Madrid,
1 8 7 1 ) , y al
lado de Solis, de Mariana v de Cervantes, los nombres
de Diego Granado, por su Arle de Cocina a la usanza
española, italiana i/ tudesca; de. Martínez Montiño, por
su escrito sobre Pastelería, hizcodieria y conserreria. y
del célebre Roberto de Ñola, cocinero del Serenísimo
rey D. Hernando de Ñapóles, por su curioso Libro de...
potajes, salsas, e/uisados... // /'ralas de surten. Al cocinero de reyes en nuestros dias puede exigírsele, ademas
de que sea. persona de gran confianza // e.rrelente en su
arle, como solicitaba Gonzalo Fernandez de Oviedo,
que tenga las letras y el gusto bastante para presentar
Un menú digno de la mesa y de la persona á quien
sirve. Las listas de los banquetes de príncipes y magnates pueden llegar á ser, andando los tiempos, un contingente histórico, y en lo futuro se buscarán y apreciarán las del siglo xix, como hoy se buscan y aprecian
las de las edades pasadas. Si estos papeles se presentan
nnpresos, por reducida que sea la tirada, alguno puede
salvarse y confirmar aquella verdad de
Que el i/ue imprime vecedaDalas á, censo perpéCrco que semejante evento puede y debe evitarse ¡i
toda costa, y con tanto más motivo cuanto que basla
aplicar para conseguirlo pequeñísimas cantidades de
trabajo y de dinero. Los menas reales, si de mi voluu-
único que pido es que conste en la lista el director de
la comida. Si éste, á semejanza del comediante ó del
orador, no puede dejar monumento que atestigüe su
habilidad y su ciencia, ¿por qué ha de ser menos que
el fabricante de fósforos ó de sobres de cartas? Si estos y otros menudos industriales firman sus obras,
; por qué el cocinero no ha de refrendar el catálogo de
las suyas ?
La otra novedad es la presentación de la OLLA PODRIDA en la mesa del Rey. Jamas he visto faltar en los
festines ingleses el roasl-beef; en los alemanes el sauerh retal-, en los italianos la pulenta; en los rusos el cat'iar, etc., etc. Poco importa que el famoso plato que
servia de alimento á Don Quijote de la Mancha se levante iieso de los manteles : poco importa que sean declaradas más agradables las modernas confecciones de
la delicada cocina francesa. El manjar nacional de España, agradable por demás á los paladares acostumbrados á usarlo, higiénico y alimentoso por excelencia, v
que sirve hoy de mantenimiento á más de quince millones de españoles, debe en rigor de justicia exhibirse
y tener cabida en los banquetes del primer magistrado
de la nación (•>). Y aun suponiendo que la olla, ya la
podrida ó ya la humilde de más roca que carnero, llegase á desaparecer de todas las cocinas del Reino, aun en
este caso entiendo que debía continuar en la del Monarca de Castilla como símbolo v recuerdo de las edades pasadas, pues símbolos y recuerdos son también los
cuarteles de Sicilia ó de Borgoña en el blasón de la
Península, los maceros y timbales de varias corporaciones, las garnachas de los jurisperitos, y otras respetables antiguallas que seria facilísimo enumerar.
En la olla podrida, que ciertamente se acomoda á
una galana presentación en el banquete, me ha parecido ver siempre la alegoría y recuerdo de varios pueblos ó territorios de España. El garbanzo de Castilla,
las legumbres de Aran juez, el carnero de Yalencia, la
vaca de Navarra, las gallinas de la Mancha, la chacina de Extremadura y el jamón de Aracena, representan á la vez casi todas las zonas y latitudes de la península ibérica.
Compendiando en breve resumen cuanto dejo expuesto, terminaré diciendo:
PRIMERO. Que las listas de los convites dados por
el Rey de España deben redactarse, enlaparte quesea
posible, en lengua castellana.
SEGUNDO. Que dichos documentos deben hallarse
exentos de faltas de ortografía y reunir ademas cierta
belleza artística y tipográfica.
TERCERO. Que como garantía ó especie de salva
moral, debe aparecer al pié de la lista el nombre del
Tinitml de ¡liim á tu a un ríen mi.
jefe (pie haya dirigido la cocina.
^iiite.. ile id mi nd ni eim un rn njn.
CITARTO. Que la olla podrida debe figurar entre los
manjares
de los banquetes reales de España, en señal
V I N O S : . I i - n - / . S i i m m i e . .Muili-r.l. Cl]iinip¡ii_'m> v M:ilii'-'¡1.
de respeto y deferencia al plato nacional de dicho país.
Quizá, señor maestro, atendidas las etiquetas de Palacio, no dependa de la voluntad y atribuciones de usted la práctica de las reformas que le propongo. Pelo
en el caso de que Y. las halle justas y atendibles, poI mimio ilr Tu!. .IHV ili' coi-huí.)
drá, de seguro, con más eficacia y prontitud (pie yo,
influir con los ilustres Sumilleres, Mayordomos, (¡entiles-hombres ó Chambelanes á quienes esto toque,
Dos novedades advertirá Y. en el anterior ejemplo. para ver si se realiza mi proyecto. Si naufraga ó pasa
Una es el nombre del Jefe, estampado al pié de la lista, inadvertido, que es lo más natural atendida su pequepara que pueda saberse á quién agradecer ó cargar la res- nez, tendrá siempre la satisfacción de ofrecer á Y., seponsabilidad gastronómica del banquete. Si yo tratase ñor jefe de las cocinas del Palacio líeal de España, las
de escribir á Y. una carta erudita hablándole del orí- seguridades de la más alta estima su afectísimo, aungen de los catálogos que nos ocupan y de la lectura que que indigno compañero,
de ellos hacia en alta voz, á fines del siglo x v n i , uno
E L DOCTOR TirEisusiur.
de los pajes de servicio, pudiera hasta presentarle mc<'iüarru ( Mednin
M;irzn ilc Is7(i uñí
WÍ/.S autógrafos firmados por Juan de Mesones, Amador de la Aya, Francisco Montifio y otros antiguos
maestros, destinados sin duda á ser leidos ó presentados en las mesas de los reyes. Usted sabe que en épocas
CARTAS PARISIENSES.
más recientes, los célebres jefes de cocina Riquette y
Caréme eran llamados á recoger los plácemes, elogios
3 de Abril.
y norabuenas que tributaban á su inteligencia y peEl arte de la conversación es un arte perdido.
ricia los más expertos gastrónomos de Francia é InglaYa no posee París salones como los que, en la priterra. La conocida frugalidad española comienza ya á
fijarse en el mérito de una buena comida, Por vez pri- mera mitad del siglo x v n , reunieron en el hotel de
mera leo en un autorizado papel de Madrid (La Poli- Rambouillet á los regeneradores de la sociedad frantica), que describe menudamente la comida dada en á(j cesa. Ya no hay tertulias cual las de Mines, de Stiiel,
de Febrero de 187ÍÍ á Madama Rata/.zi, los renglones du Dcffand, Geoffrein, Rccamier, Tallien y Mlle. de
Lespinasse, en las que se hablaba con tacto, con buen
siguientes:
gusto, con conocimiento profundo de las cosas del dia
«Justo es decir que entre una y otra pregunta y res- y de las causas generales y eternas de los humanos supuesta de la conversación, y entre las observaciones
y los juicios literarios, se interpolaron oportunos elo(2) No lm ¡i cena ni el mvniln ele peor víanle» i miento que tina
gios al saliio condimento de los man/ares se/i'idos, al
podr'ulii: nttá lu.t ulitis poilridtlü
pura lo* hodna Itibriie.n/aisito serricin de la mesa // al talento especial de olla
dore.wax, y dejen na* lilirex Ins 'nietas de loa i/nl/eniodorrx, ilonile
Mr. Lanlhu.»
lm de asistir tniln primor // Zoila atihhulnra. Estas palabras de
No me pasa por las mientes, y de sobra. lo comprenderá V., que en un comité regio, donde han de imperar l¡i. etiqueta, el fausto y el lujo, mostrándose al mismo tiempo los últimos adelantos del arte culinario, se
|I) Estas frases fueron escritas por S. 1\I. (Marzo 1S7IT; en el
^bum existente.cu la casa que ocupó ('errantes en Valladolid. tributen públicos elogios á una salsa, é) á un asado. Y
rco
que no es posible decir más, ni mejor dicho, ni con mé- mucho menos puede esto acontecer en la mesa del egrens
palabras. Las estampadas por I). Alfonso XII superan en gio monarca I). Alfonso X I I , quien ni por su edad, ni
^i'ito á muchos de esos vulgares discursos en prosa ó verso
Wi que hoy dia se ha hecho moda, aunque cursi por cierto, por las condiciones de su ánimo, ni por su distinguida
educación es dado á los placeres gastronómicos. Lo
'S'r, mejor que honrar, al Quijote > 'i su autor.
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Pedro Kerio de Agüero han conti ilmido á extender, en los
países extranjeros sobre todo, la creencia de que el mencionado alimento es malo, grosero y ordinario, é inferior, si cabe,
al mismo alcuzcuz de los moros. Claro es que sólo los que leen
superficialmente el Quijote podrán entender como suenan los
renglones copiados. 1C1 socarre n doctor de la ínsula Baralaria,
cuyo deseo era dejar en ayunas á Sancho Panza, puso tachas
á todos los alimentos, declarando nociva la fruta, las perdices,
los conejos, la ternera asada, etc. La ironía no puede estar
mas patente, y halla confirmación, si necesario fuese, con haber propinado al hambriento gobernador cañutillos de suplicaciones y tajadicas sutiles de carne de membrillo.
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244
JL<A ILUSTRACIÓN;
cesos. Ya no existen aquellos amables areópagos
en que hombres eminentes discurrían, bajo la
dulcísima tutela de alguna dama de mérito singular, sobre el arte y las
ciencias, sobre las bollas
letras y los bellos sentimientos, sobre el amor
y la poesía, sobre el patriotismo y los sistemas
de gobierno, sobre « todas las cosas sabidas y
algunas mas i>, como decia mi excelso patrono,
el inmortal autor de las
ESPAÑOLA
N.° XTII
Y
vidados, que rara vez son
los mismos, se toleran
recelándose; pero ni se
aprecian, ni se confian.
Xo hay expansión ni verdadero comercio de la palabra. Las gentes se ven,
se envidian, se despellejan , lineen gala por fuera de encontrarse reunidos, y se detestan Una
YIA.JE DEL PIÍÍXCIPK DE fíALES Á LA 1XDTA.
vez coii'4'i'ei;¡idos.
l'ero si los franceses
conversan va poco, escriben en cambio mucho, y
á la indigencia oral de
los salones del dia buscan compensación en el
estudio de las tertulias
de pasados tiempos, y esp e c i a l m e n te de los siglos x v n y x v n i , épocas
en que la cultura y sociabilidad llegaron en París
á su apogeo.
Infinitos son los libros
de literatura moderna
consagrados á esta materia , y gran numero de
ellos están basados sobre
las coiTc.-poiideneias que
ilustres damas, presidentas de aquellas brillantes
reuniones de que más arriba dejo hecho mérito,
cruzaban con sus amigos
é) amigas ausentes, porque otro delicioso hábito
perdido es el de las cartas íntimas, pero literarias, artísticas, políticas
y filosóficas. En aquellas
épocas, que fueron modelo de urbanidad ilustrada, las mujeres escribían como hoy no saben
hacerlo los literatos de
profesión. Los hombres
más eminentes, los más
atareados, r e y e s como
Federico el (¡runde, ministros como Tnrgot, políticos como Walpole, y
íiliisofos, publicistas y
pensadores como Yoltaire, D'Alembert y (\>ndorcet, hallaban medio
de cartearse entre dos
batallas, una crisis, el
estudio de una tesis trascendental , o la confección de algún libro maestro, con los btini.i' ('sjinlx
masculillos o femeninos
de su tiempo.
listas carias son una
mina inagotable y un
contraste precioso para
la historia de los períodos en que se escribie-
_A ot'rfiviilus ftiih'liisHi/irx
fi/oxti/iras , ctilntlislii-íis //
teo/oi/iitis, que tanto dieron que hacer á los sabios
contemporáneos de Inocencio Y I U .
El parlamentarismo,
que es la charlatanería,
ha matado la conversación, que es el aticismo
aplicado ¡i la palabra.
Desde que todos vociferan, nadie habla : desde
que cualquiera es orador,
no hay oyentes respetuosos ni deferencia hacia
los maestros del buen decir. Las Asambleas han
exterminado los cenáculos elegantes y discretos
en que algunos doctos
tenían, sin pedantería,
abierta cátedra y tribuna social.
Ya no hay oráculos de
salón, ni reuniones que
den el tono y juzguen en
última instancia las novedades ; ya sólo existen
cafés, clubs y congresos,
donde, en lugar de departir amenamente ilustrando las cuestiones, se
critica á diestro y siniestro, se resuelven los más
arduos problemas ab trato, y se invectiva á los
que no son de la misma
opinión que el preopinante.
Si algún salón queda
en París — y el único es
por el momento el de
una extranjera, la Princesa de Troubelzkoi
donde se reúnan personajes notables en distintos
ramos del saber y do diversas opiniones, nunca
llega á haber en ellos conversación general, todo
son apartes, reticencias é
insinuaciones. Los eon-
A G U A . — .MIUAIJOll AI, ESTÍO EX LA FUKTAIiKZA-PALAOlO DK ZENANA.
PUX.TAUIi.—INDÍGENAS ATRAVESANDO CON PELLEJOS INFLADOS (miissacfrs ) EL RIO BEAS.
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LA
XIII
ILUSTRACIÓN
jSsPAÑOLA Y
concepto merece á La Bruyérc, los franceses
han publicado mil colecciones, igualmente interesantes bajo el punto de yista del estilo que
bajo el histórico, y á cada rato se hacen de
estos libros nuevas ediciones corregidas y aumentadas. No poco sensible es que nuestra literatura nacional no pueda competir, ó por
desidia de los bibliófilos o por incuria de la
generalidad de la sociedad, en este género de
escritos que tanta luz arrojan y tanto brillo
dan á épocas pasadas, con la literatura francesa.
Sugiéreme estas reflexiones, que no desdicen de la índole de estas crónicas, la lectura de una edición llamante de las Carlas de
Ma.i!rnniixilie de J<ex/iina.-<se, (pie, colecciona-
l'ATIX DI", RUEDAS PF.RFECCIOXADo. (Conjunto.)
das por el erudito M. Eiigéne Asse, acaba de
dar a luz la infatigable librería de los señores
Charpentier y Compañía.
Mademoisellede Lespinasse, nacida en 1 7o_,
muerta en 1770, fue la hija adulterina de la
l'ATIX DE RUEDAS PERFECCIOXADO. (Detalles.)
ron. A b u n d a n en
ellas las anécdotas,
los croquis copiados
del natural de escenas y personajes importantes, y revelan
el verdadero espíritu, los gemimos sentimientos é i d e a s
predominantes en la
fecha que las enesbeza, y los cuales
impregnan forzosamente sus páginas.
Cuando estascartas proceden de plumas femeninas, su
colorido es más animado, su atractivo
superior á todo encomio. «El bello sexo— como dice La
Bruyere en sus inm o r t a l e s Carai
IIÍI.S
—aventaja al nuestro en este género
de escritos: encuentra bajo su pluma
giros y expresiones
que no son, generalmente, entre nosotros, sino efecto de
un largo trabajo y
de un penoso esfuerzo. Las mujeres son
muy felices en la
elección de términos, y los emplean
E S T A l ) O S - l ' X I DOS. —XUEVO APARATO TEI.Efi KÁFICO PARA TRASMITIR « FAC-SÍ.MIEES» Y COPIAS DE MANUSCRITOS
inventado por Mr. W. E. Sawyer.
ciedad y á la literatura francesas. D'
Alembert fue á vivir ásu lado en platónica cohabitación,
y Mlle. de Lespinasse, que llegó á
poseer un influjo extraordinario sobre
la Academia Francesa y algunos de los
más eminentes pensadores de su tiempo , habría podido
ser feliz si las pasiones de un corazón
ardiente no hubiesen turbado y abreviado su vida.
.Justamente una
de aquellas pasiones
fue inspirada por
un joven y apuesto
caballero e s p a ñ o l ,
poco conocido entre
n o s o t r o s , y es te
amor romancesco es
el que me ha movido principalmente á
dedicar cierta desusada atención á los
escritos de Mlle. de
Lespinasse. El caballero en cuestión
fue el Marqués de
Mora, hijo del Conde de Fuentes, embajador por aquellos
H: --
APARATO PARA TOMAR Y DIvIAR K.V LOS TRF.XES SACOS DE CORRESPOXDKXCIA ( S i s t e m a CachelcttX.)
A. Saco que drja el tren.—E. (lancho qii1: loma el s:i',o. — O. Suco'iii'J rf3 deposita en el t.ren. —D. Gancho en el w.igcm para tomar el suco,—Z. Poste donde citan colocados los sacos, en la vía.
l'lrchti: indica la marcha del tren.
'•on tanta oportunidad,que, por conocidos que sean, les
•'•ni el atractivo de la novedad y parecen hechos pura,
c
' uso que (^las les dan. Sólo olh'S sabe i engastar todo
Un sentimiento en unapalabra. y expresar con delicade•*"
™-Mumient,o
en unapalahra.
delicadeza un
pensamiento
delicado. Si ylasexpresar
mujeres con
fuesen
siemza un pensamiento delicado. Si las mujeres fuesen siempre
;1ro
cwreetas, no titubearía en decir que las cartas de algunas
ÍUnas de ellas serian quizás lo mejor escrito (pie habría
en
-n nuestro
nuestro idioma.»
idioma.»
JJe este género de literatura epistolar, que tu'i alto
Anterior
('otxlesa de Albon , gran señora do aqil'1] tiempo. Recogida, en un convento, salié) de él para entrar, como señorita de compañía, cerca de una mujer c 'lebre por su
talento, sus relaciones y sus gustos literarios, Mme. du
Dcf'land. Tras diez años de intimidad, recíprocos celos
de gracejo é influencia las separaron, y Mllc. de Lespinasse, que contaba con una modesta, pensión, abrió
un salón, en el que se reunió la flor y nata de los hombres de mérito que por entonces daban tono á la so-
Inicio
años de S. M. ('. en París, gran señor, liberal en sus ¡deas
o r n o lo fnenm muchos de su tiempo', (pie no proveyeron las terribles consecuencias de las ideas revolucionaria^ que tanto les seducían y con tanto calor apadrinaban.
El Conde de Mora, admirador de los enciclopedistas, cuyas doctrinas le inspiraban juvenil entusiasmo,
se hizo presentar cu el salón de la Srta. de. Lespinasse.
Allí C3noció á I)' Alembsrt, quien cobró hacia él gran
Siguiente
LA
i 11;
ILUSTRACIÓN
ESPAÑOLA Y AMERICANA,
afecto, como lo prueban las cartas encomiásticas con con un procer que lleva uno do los antiquísimos nombres
que lo recomendó á Yoltairc, cuyo retiro quiso poco do Francia, lo cual no lo impidió renegar la patria de
después visitar el Marqués de .Mora, acompañado por sus mayores, hacerse prusiano, y' venir, durante la úlun amigo suyo, el Duque de Tilla Herniosa.
tima guerra, á saquear los castillos que sus antiguos
«Hay aquí un joven español- decía D'Alemhert es- compatriotas y amigos poseen en la provincia francesa
cribiendo al ermitaño de Ferney—de gran nacimiento de donde es oriundo.
y mayor mérito, hijo del Embajador de España en la
El hecho sobro que mi pluma va ¡i lijarse con cierto
ciirte de Francia, y yerno del Comiedo Aramia, que ha, detenimiento esotro, esctdel Principe líadziwil. porexpulsado los jesuítas de Lspaña. "\ a veis que este so- tador de uno do los grandes nombres que ilustran el
ñor está bien emparentado ; pero ésa es su menor cua- Almanaque de Gotha, el cual caso anteayer con Madolidad : lie visto pocos extranjeros que á su edad ten- moiseile Plano, hija del propietario del mas célebre gaü'an un entendimiento tan pisto, tan claro, tan culti- rito de Europa. Píen considerado, ambos cónyuges son
vado v tan lucido. Estad persuadido deque por ]oven. principes, porque el papá Plano puede pretender el típor ixvwu señor v por español que sea, no exagero su tulo de principe ¡Ir ht sitiitjrr si so considera la cantidad
valor. Eslá próximo á volver á su patria, y os natural do calaveras que se han saltado la idem de resultas de
(pie, pensando como piensa, desee veros y hablaros.» relaciones con sus gurupies.
A lo cual Voltaire respondía. después do recibirla
No obstante, el sacerdote que. al bendecir la unión,
visita del Marqués y de su amigo:
dijo al Principe : u De lo alto de los cielos vuestros
u. Que el Ser de los seres derrame sus eternas bendi- antepasados aplauden este enlace», me parece haber
ciones sobre mi favorito Aramia, mi carísimo .Moray oido mal lo que pasa por alia arriba. Me temo que lia
mi bienamado Tilla Hermosa.»
tomado por palmadas el rechinar de dientes. Los RadL ste caballero tan cumplido y generoso no tardo en ziwill de antaño no deben entregarse á un jubilo desinspirar una pasión violenta á la sensible Mlle. de Les- medido al contemplar su preclaro blasón cuarteado por
pinasse, pasión correspondida y que dio lugar á amo- el del empresario de los juegos de Monaco, (¡ue es ururosísimos trasportes. Peni, fuera exigencia de su condi- leta sobre campo de billetes de Panco, con un pardo pisción, fuera alarma de la familia del Marqués, tuvo éste tolas por cimera.»
que regresar al calió de algunos meses á España, donEstas consideraciones no han impedido que la boda
de durante una ausencia de dos años consumiólo cier- se efectuase con pompa inusitada, y que multitud de
ta languidez que degenero en ti<ís. Aprestábase ¡i re- principes, duques, marqueses y diplomáticos — de los
grosar á París, ansioso de abrazar de nuevo á su ado- mismos que acudieron al enlace de líotschild--figurarada, más que atento al cuidado de su salud, cuando sen entre la concurrencia y sancionasen con su presenla muerte impía lo sorprendió en el camino y puso fin cia esta unión de un magnate emparentado con la casa
á su existencia.
real de Prusia. con sesenta ti ochenta millones proceEn el ínterin la Srta. de Ee.-pinasse. aunque profe- dentes de la ruina de millares de familias y amasados
sando al Marqués de Mora culto ardiente y casi supers- con la sangre de cien suicidas.
ticioso, sufria, no obstante, los embates de su tempeEs el triunfo do la filosofía de Tespasiauo y la paráramento insaciable, y el mismo dia en que fallecía el frasis de aquel dicho de Mazarino. que habiendo puesMarqués se entregaba al Conde de Guibert. que había ! to un impuesto sobre las cloacas, exclamaba olfateando
cautivado su alma y sus sentidos. Cuando llego la no- unos doblones procedentes de este perfumado tributo:
ticia de la muerte del Marqués, la Srta. de Lespinasse «Digan lo que quieran, el dinero no tiene nunca mal
fue presa de un remordimiento punzante, que. sin ex- olor.»
tinguir el fuego devorador encendido en su pecho por
Por fin la iglesia estaba llena y los principales artisel Conde de Guibert. amargó su existencia y la llevó tas de la ópera cantaron durante la bendición nupcial
al sepulcro, consumida de amor y de arrepentimiento, el Pie Jesu. el Aijnua Dei y el Salulari*. Yo cu los indos años después. En este espacio carteóse sin cesar termedios me estaba siempre temiendo oir una de esas
con el sucesor de Mora, y en estas cartas apasionadas, voces vengadoras de que hablan los textos sacros que
llenas de exaltación, de ternura y de sabiduría filosófi- rompiendo el silencio del templo hubiese atronado sus
ca , respira constantemente el dolor de haber sido infiel ecos gritando : «; Príncipe, paz y pase ! ¡ Cinco milloal cariño del Marqués español.
nes á la masa ! ; Hacer el juego ; no va más .'! »
Esta serie epistolar es la que nuevamente se acaba
Pero felizmente las voces de lo alto se callaron, ó al
de imprimir, acompañada de otros escritos de D'Alem- menos no pudieron percibirlas sino aquellos de oreja
bert, Federico I I , Voltaire, Guibert, Mlle. du Deffand, tan fina como la del padre cura (¡ue sintió los aplausos
Turgot y Bernardino de Saint Pierre, sobre la Srta. de celestiales do los ¡visados Radziwill. Filé mucho oir, y
Lespinasse, que todas estas celebridades y otras muchas I quizás esto dependa de la manera de tirar la oreja á
se ocuparon de la interesante personalidad que nos ha
inspirado esta noticia y las observaciones que dejamos
El papá-suegro, que en su calidad de público gariteapuntadas.
ro pertenece al dominio de la crónica, es un gran tipo.
Manjar es este libro de delicados, pero por lo mismo Yiejezuclo enjuto y colorado, tiene unos ojuelos felinos
lo recomendamos; que seriamos injustos si no tuviése- ocultos tras galas monumentales, y recuerda, ¡i Silock y
mos por tales á los lectores de LA ÍLU.STUACIOX.
¡i los judíos alquimistas de la Ldad Media. Verdadero y
*
sublime alquimista, curtamente (pie si no ha descubierto la piedra filosofal, ha inventado un canal imantado
Quéjanse, los que creen que las sociedades bien or- por el que el bolsillo do los tontos o do los dementes se
denadas necesitan jerarquías acatadas, de que el pres- varia eu sus arras.
tigio de la aristocracia desaparece, y culpan á los niveSu personalidad es una de las curiosidades de nuesladores revolucionarios de haber hecho tabla rasa de tro tiempo. Sus trasformaciones do Hamburgo y de
este respeto secular. Xo reparan los que asi piensan .Monaco se citan como modelo de lo que da, de sí el
que los principales conculcadores de la consideración treinta y cuarenta bien encauzado. Monsieur Plano tienobiliaria son los mismos poseedores do apellidos glo- ne ya su leyenda y su repertorio de sentencias, de las
riosos y prosapias ilustres.
que entresacaré el final do esta, misiva.
Han olvidado éslos « que nobleza obliga » , y han deUn dia un gurupié do su banca disputaba con un
jado que este mote, de divisa aristocrática, pasase á ¡ututo sobre una puesta do quinientos francos.
ser marca de Huirica de una perfumería parisiense.
— Xo trabe Y. disputas de media hora sobre bagaSin salir, ni mucho menos, del dominio de los suce- telas de quinientos francos- dijo M. lilanc sentenciosos parisienses quincenales, puedo citar numerosos ejem- samente. En el ínterin se pierde el tiempo de tres
plos de blasones empañados por sus mismos titulares, tallas!
con gran mengua del cuerpo entero de la nobleza.
Otra vez un colegial se do-lizó en la sala de juego y
Xo diré nada del hijo legitimado de un augusto so- do un golpe perdió cien francos. Un vigilante so acerberano, el duque de M
que anda ¡i uña de caballo, có y le dijo :
Ls V. demasiado jéiven para jugar. Reí iroso usted.
ó mejor dicho, á suspiro do locomotora,, huyendo de
los esbirros (¡no le persiguen por haber falsificado la
-•• Pues más jéiven era hace un instante, cuando
firma de su propio padre por valor de xoo.ooo francos. perdí mis (M'Mi francos, replicó el muchacho. Ahora
Tampoco haré sino mentar al Marqués de Manl.e- que soy más \ ie|o voy corriendo ¡i desquitarme
gazza, título de rancia alcurnia, complico del mencio- — Xo corra Y., replieéi Ulano interviniendo. Por munado.
cho que corriese V. lio alcanzaría va su dinero, que ha
Xo entraré en detalles sobro el Príncipe C. de A , tomado mucha delantera, y V. es el que se quedaría
secretario de una legación acreditada cu París, que. corrido.
abusando de una amistad do colegio ha estafado á
* *
uno de sus compañeros de niñez, hoy opulento joyero,
!']stas acciones un sé si podrán compol ir con las que
107.000 francos en alba ¡as, < I ¡riéndole que ciaban des- dieron gloria á los Radziwill; pero las de la banca de
tinadas ¡i una señorita millonaria con quien iba a casar- Monaco han debido parecer al Príncipe consorte de
se, (Miando (Mi realidad desposaba, á, las prendas, apenas lanío mentó como las de. sus antepasados, puesto que
sacadas de la tienda, con el Monte de Piedad. Lste ca- ha tendido Inicia, ellas su blanca, y aristocrática mano.
ballero de industria y de freinlay dos (Miárteles eslá
Aquí sí que cuadra, por nías, que sea banal, aquepreso desde ayer eu Mazas, y hay que respetar lo (¡ue llo de
se llalla siih
jinhrr.
,'()h ¡ein^nra'. ¡Oh mures!
T a m b i é n me limitare á mencionar el caso de la hija
del Marqués do G o n l a u l - P i r o n , gran señoril mar ha marlillo y embajador de Francia eu Kerliu, q u e casa ron
I'lCii
P. S.
I>l'¡ I , A M l l í . A M K I I . A .
Iv.la crónica ha girado sobre do,-; hechos úni-
Don Azchambauld de Talleyrand-Perigord, es decir, cos. Algún lector podrá, creer que me dejo en el tintero
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XJJÍ
muchos sucesos raros y curiosos, como dicen los archivistas. de la vida de París en los dias que comprendo
esta misiva.
; Error, profundo error !
.Muchas horas han pasado, en efecto, en este período, pero todas de minúscula importancia. Los teatros
no han estrenado sino algunos actos de interés puramente local, piezas de primavera vestidas ¡i la libera y
sin meollo.
Las carreras do caballos han recomenzado, poro los
cuadrúpedos continúan corriendo sobre cuatro patas, v
los jokeys haciendo los mismos ridículos aspavientos.
Son siempre los mismos jacos con los mismos palafreneros do que hablé va en diversas ocasiones, y no siemp r e ln'x !'<•/>{ I l l i l /i/ifi:-
ll!.
Las lloros están aun en capullo; las modas de primavera, en los talleros de las modistas; ¡as mujeres, entre
los salones que si' despiden y los jardines que despuntan.
Sobro todas estas medias tintas indecisas, las austeridades, asaz suavizadas, de la cuaresma parisiense.
Vivimos, pues, de promesas, y entre ellas la do la
Exposición do pinturas que va a abrir sus puertas, y
dondequiera Dios, que lo dudo, que el arte español,
brillantísimo en el actual periodo, pero amenazado de
súbita decadencia, ya diré por qué otro dia. esté dignamente representado. Dicen , no obstante, que la Exposición será muy lucida, y el .Ivvrniíl (liiiiirl ha referido que las obras recibidas son tantas y tan importantes, que el Gobierno ha decidido aumentar el numero
de recompensas.
Allá veremos. En materia do anuncios ministeriales
lo mejor es invocar a Santo Tomás, un santo que presintió la ora del doublé y del escepticismo.
P. DE LA M.
CARTAS DE FILADELFIA.
España llegó á la gran Exposición del Centenario
con todo el tiempo suficiente para preparar di mío alojamiento á nuestros productos y probar con entera
verdad lo que somos y lo que podemos, sin esfuerzos do
ultima hora, que si reflejan nuestro carácter algo perezoso, acostumbrado á agotar en el ultimo instante
sus esfuerzos, no dan idea de lo que vale el país que
en medio de las mayores desdichas no se queda nunca
atrás en la marcha de la civilización.
Por eso en el grandioso parque de Fdiniviiml. que se
extiende ¡i la orilla del Sckuylkill, pradera de hielo en
el invierno, donde patinan bellísimas ladi/s, cubierto de
esquifes en el verano, que le da un agradable aspecto,
sirviendo do fondo para el cuadro las cataratas del rio,
se levantan los cinco monumentos donde el pueblo americano solemnizará con grandeza el aniversario de su
independencia.
Xo me cumple á mí penetrar el secreto do lo (pie
en los palacios se enseño, (pie inteligencias más privilegiadas cumplirán eso cometido ; solamente, a guisa do
citr.oso. cuento sencillamente a los que por ahí se quedan, lo (pie veo, lo (¡tic me entra por los ojos, lo que
hiere más vivamente mi imaginación, sin meterme en
profundidades lilosófieas, ¡i que se prestan mucho estas
fiestas internacionales.
España plantó la primera el estandarte castellano en
estas playas; toda la civilización (lela República unida
no basta á borrar aquel glorioso recuerdo para nuestra
patria : y así (Miando nos ven llegar los primeros y trabajar con verdadero entusiasmo, y consideran que ninguna nación ha hecho nada, y ya España presenta casi
terminadas sus instalaciones, parece como (pie nos agradecen tan galante comportamiento y esperan ci.n ansia
correspondemos.
La ocasión se los ha presentado, y cómo han cumplido van á saberlo los lectores, aunque ya lo he contado cu otra parte.
* *
Ll distinguido comisario I). Francisco López Fabra
tuvo la feliz idea do proponer en Madrid que viniera,
á Filadelfia un destacamento do ingenieros militares
para construir las instalaciones, que no solamente serviría do guardia de honor para España, sino que nos
proporcionaría hábiles obreros (¡ue dejarán bien puesto nuestro pabellón. V precisamente los que venían á
representar el ejército abandonaban á España cuando
el telégrafo repetía el eco do la victoria por todas partes, (Miando la, paz, no por convenios que ahorran sangre prec¡o,-a de hermanos, sino por el triunfo completo
de nuestras armas, se extendía, por la. Península, culi e
gritos de enlusiasla, alegría.
Abandonaren oso:; momentos la, patria no era muy
agradable ; pero (Miando rn el camino se \ icron recibidos lau dignamente, dieron iodo por lien empleado v
se (Mi ( rega i'( M! (Mi lirazos de la lorluna, amiga de soldados, que liasla, por exl rañas I ierras les iba, prodigando
sus dones.
K- .t
Desde Santander á Sorna, París, Londres, Liverpool hasta, Nni^ii-VirL, ha sido un triunfo el camino
de los ingenieros, y en cada parte el recibimiento ha
Siguiente
A'.u
LA
X
parecido mejor. Llegaron al ultimo punto en el vapor
Partiría, y en nombre de la Comisión nombrada por la
Colonia Española para recibirlos, el Sr. Ferrer de Cotito se adelantó para dar la bienvenida al corone! Marín, mientras el comisario regio lo hacía á ios soldados
para saludar en ellos ¡i la patria ausente y al ejercito que
lia conquistado la paz para nuestra España.
Tirios los españoles esperaban en el dique su desembarco.
El Hotel Español tenia habitaciones preparadas v
una espléndida comida dispuesta por la Comisión, que
tomo asiento entre ellos y les hizo completos los honores, reinando una animación y una alegría (pie tolo
puede compararse con la que habrá reinado en la corte al recibir la fausta noticia de la terminación de la
guerra.
Ofrecían de notable los soldados que sus maneras no
eran las del labrador rudo, arrancado de las faenas de su
pueblo, sino que poseían modales distinguidos, y bien
demostraron su clara inteligencia pronunciando brindis oportunos y elocuentes, aunque dominados por la
emoción que tan brillante recibimiento les causaba.
JLUSTÍ^ACION.
•2H
ESPAÑOLA Y
Pueblo eino fausto liado
Hizo que. el nombre e-pañoi
Kuc temido y nspetad i ,
Y nunca se puso el sol
Kn su imperio ilimitado.
Oe. quiera que sea ¡ bah !,
A y e r lo n i i s m o q u e , h o y .
P r o b a d o s u t ' ' i n p l e esl á.
( ¡ t i a y d e q u e dii^a : u a l ! á v o y »,
P u e s si l o d i c j , a l l á i r á .
En medio de tantos patrióticos brindis se presentaron a la puerta los ingenieros vestidos de gran gala, v
hieron recibidos con ruidosos vivas mezclados con los
acordes de la marcha lieal.
Al dia siguiente, llevando todos en la memoria el
banquete del dia anterior, hicieron su entrada triunfal
en Filadeltia. y aunque iban advertidos de que iba á ser
magnifica, sobrepujó tanto á las esperanzas concebidas, que mal pueden dar idea cuatro frases mal hechas
de lo que aquello decía al alma de los españoles.
El cuerpo de milicia ( Fvnctblcs), de gran uniforme,
los esperaba en la Estación, y apenas divisaron el coDesde el decorado comedor del Hotel Español se che que los conducía, rompieron el silencio los acortraslado la fiesta al siguiente din al suntuoso del Hotel des majestuosos de la marcha Real de España, que el
Pelmónieo, el LItaitlij de Nueva-York, como si dijéra- simpático Conde del Donadío se encargó de proporciomos. Allí los españoles residentes en dicha ciudad no narles el dia anterior, para causar tan agradable sorescasearon medio alguno para festejar dignamente al presa á nuestros soldados.
Hechos los saludos de ordenanza á la bandera ameSr. Marín y al Sr. Comisario regio, invitando ademas
ricana,
el coronel Creen, del ejercito de los Estadosá algunos representantes de la prensa americana y á
Unidos, presentó al digno cónsul de España D. Juan
algunas personas importantes de Xueva-York.
Ocupaba la presidencia el cónsul general de España, Morphy dos elegantes banderas españolas, de seda,
1). Hipólito de Uriarte, en representación del Ministro con el escudo primorosamente bordado en el centro,
plenipotenciario, y á sus lados respectivamente los dos como prueba de su simpatía por España, y haciéndose
huéspedes principales de la reunión. El salón estaba intérprete délos sentimientos de la ciudad hacia nuesadornado con banderas de todas las naciones, especial- tros valientes soldados. El Sr. Morphy le contestó agramente americanas y españolas, artísticamente entrecru- decido, pidiendo permiso para ofrecer una á aquel
zadas, y cu el centro, presidiendo aquella reunión de distinguido cuerpo de milicia, que tan galante ha sido
hermanos y cubierto por la bandera nacional, nn mag- con los españoles, para recuerdo de los soldados, y ennífico retrato de S. M. el Key, debido al pincel de don trego la otra á uno de éstos, que la llevó ondeando por
la ciudad en el paseo triunfal que dieron por las calles.
Miguel Ortiz, excelente artista gaditano.
La marcha de la comitiva desde la estación hasta la
A los sones magnéticos de la marcha Jíeal fuimos
Armería,
donde se les tenía preparado un suculento
tomando asiento alrededor de una mesa, adornada con
gusto, con profusión de frutas y de flores, y lo primero j lunch, fue la de un ejército amigo. La multitud se apique llamaba la atención era una preciosa alegoría que ñaba en las calles principales por donde se anunció que
encabezaba el menú representando á España que en un pasarían, cubiertas éstas de escudos y banderas, onbajel se dirige espada en mano contra la rebelde Cuba, deando en lugar preferente las españolas.
La escena que presenciamos en la Armería no se desdespués de dejar muerto el carlismo. Si la alegoría
cribe
; era preciso verla y asociarse á ella para poderse
agradaba, la lista de platos era capaz de hacer sonreír
de gusto al gastrónomo más exigente, y asi después de formar una idea de lo que aquello significaba.
Contemplar á unos soldados y á otros mezclados; solconfortar los estómagos, algo débiles, á pesar del entusiasmo, empezaron los brindis, moderados al principio, dados que no se entienden, pero que se abrazan con
impetuosos y arrebatadores al final, por todo lo que efusión , que simpatizan mutuamente y que se obseera España, por todo lo que podía recordar ¡i la patria quian de mil maneras; verlos cambiar las prendas de
uniforme y examinar sus armas con curiosidad; verlos
ausente.
bailar juntos ¡i los sones de todo lo (pie se tocaba y lanEl Cónsul se levantó el primero y dio lectura al sizar vivas á España en la lengua de Shakspoarc, y á los
guiente parte telegráfico con (pie el Sr. Ministro pleEstados-Tnidos en la de Cervantes, son escenas que
nipotenciario, impedido por sus obligaciones de asistir
siempre conmueven, que siempre hacen latir el coraal banquete, se asociaba de corazón á su plausible
zón, y hoy más que nunca, (pie sobre el ejército espaobjeto:
ñol brilla la aureola inmortal de la victoria.
«Washington, 1 1 de Marzo, alas ocho de la noche.—
Desde la Armería hasta el Hotel Washington, donde
Al Cónsul General de España en Xueva-York.—SaluI
se
alojan, atravesaron las calles principales engalanadas
do en el coronel Marín y su fuerza de ingenieros á la
representación del glorioso ejército español. Siento no I de la misma manera, entre burras de alegría, hasta la
participar como deseaba del banquete dado en su obse- casa del Mayor de la ciudad, (pie les esperaba para saquio por tantos leales patriotas, y espero asistir á la lies- ludarles.
ta nacional del sábado próximo (1). Entre tanto, brindo
desde aquí: / l'ira S. M. el Heij I). Alfonso XII, ijaeilimador (le Ksjtiuiu! y me asocio ¡i los que brinden en se- Pero no termina aquí el regocijo de Eiladelfia, que,
guida: ¡\ ira España, /'¡va Vaha española, rifan nues- á pesar de ser república, los ha recibido regiamente.
t)'u ejercitaIJmarina de ambos hemisferios!--*)!'anli/la.» Aquella noche fueron invitados al teatro, con cuya
_ -Propuestos estos brindis, estalló el sentimiento na- agradable noticia el Empresario, que veía asegurada
cional en cien discursos, que reflejaban el pensamiento una brillante entrada, subió á doble precio todas las
constante que animaba á todos ; el del Comisario regio localidades, sin que esto impidiera verlas completatué un trozo bellísimo de elocuencia, esmaltado con mente llenas por una curiosa multitud, quedándose
imágenes brillantes, inspirado por el patriotismo más otros tantos á la puerta, con ganas de contemplarlos.
sincero, y causó una profunda impresión en los oyen- ¡Qué más! el hotel donde se alojan, apenas anunció
tes; el del Sr. Ferrer de Couto fue el grito del soldado el honor que se le dispensaba de recibir al ejército
leal que pelea por la patria, único pensamiento que le español, vio sus cuartos llenos, y poco faltó para que
domina, noble móvil que dirige todas sus acciones, y entre tanta gente los dispensadores del honor se quecutre otros muchos que sería prolijo enumerar, resona- daran sin alojamiento.
En fin, este pueblo, curioso y novelero como todos,
ron en la sala las siguientes quintillas, pronunciadas con
enérgico entusiasmo por el capitán de artillería I). Vi- se encuentra, honradísimo con que el destacamento de
!*nte Sanchiz, jefe de la Comisión de armamento en ingenieros venga ¡i la fiesta del Centenario, y no sería
extraño que alguna rica laih), prendada de la gallardía
•NUeva-York, cuyo mejor elogio es publicarlas:
de algún soldado, que es gente toda granada y de valer en todos conceptos, no desdeñara, unir su blanca
I/;jos de aquel c.mí i u c u t e
Qu<' el m a r a f r i c a n o b a u a ,
mano con la tosca, del soldado, comprando antes por
Más el )i;it r i o a n u i r s r s i e u l e .
unos dollars la, libertad del elegido. .Mayores caprichos
Y iil sulii ^ r i l n ilc ; j K s p a ñ a !!
tienen las hijas de .lonaiau, conl rayendo enlaces lia.st.il
K a u d a v u e l a a l l á la i n e n l . c .
con negros, y no sería, difícil que nos sedujeran á algún
apuesto obrero, que, orno español al fin, es tan va¡i K s p n u u M I I c r o i s l i j o y g l o r i a
liente y arrojado cuando se ponen hombres por delante,
V i e r o n i' 11 su s u e l o c u n a .
romo débil, cortés y enamorado cuando se, trata de las
V en rl libro d e l a hislori;i
No h a y u n a ]»;'i;__ritj:L, ni n n a ;
hijas de Eva.
Do
no brille tu m e m o r i a .
Al.l'HKlM)
l ' i l . : ¡i l l i : i . i I i l i '
M ; n . / . n ,1,:
ISjl!.
V¡1 L o s e s p a ñ o l e s c e l e b r a r o n l a paz. e s e d i a c o n u n c s n l c i j ' l i o banquete.
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Es,(!OI!.\K.
VERSOS Y FLORES.
Humildes llores te (raigo,
Que en suaves versos compuse,
Para que. tristes o alegres.
Tus pensamientos circundes.
Flores, delicadas notas
En que ia tierra prorumpe
Como ofrenda de colores
Al cielo que la circuye.
Yerr-os. llores delicadas
(fue rica el alma produce.
(,)!!(' el sentimiento fecunda
Y le da el amor perfume.
Flores que la tierra pinta
En copiosa muchedumbre.
Ya en las cimas que se alzan ,
Ya en los valles que se hunden.
Yersos que del alma brotan
Y en son armonioso Huyen,
Del agua azul imitando
La apacible mansedumbre.
Yersos que al nido halagan,
Ecos que el aire difunde
Como cánticos que suenan
Sin que nadie los pronuncie.
Versos, mi vida, que son,
Aunque los necios ln duden,
Y los sabios los desdeñen,
Y el negocio los repugne ,
Lengua del cielo en que brilla
Con más radiantes vislumbres
El rayo de luz que al alma
Su excelso origen descubre.
Lengua que ninguno aprende
Por más que ansioso la estudie,
Porque es don el poseerla
Raro, privilegio ilustre.
En ella ha querido el ciclo
Que las glorias se vinculen ,
Que los nombres se eternicen
Y las hazañas se encumbren.
Que en vínculos misteriosos
Y en lazos indisolubles
Forma y pensamiento unidos
En doble belleza junte.
Lengua, en fin, que en toda lengua,
Porque más se perpetúe,
llalla misteriosas notas
Que sus cadencias modulen.
Flores son y espinas tienen ;
X'o por eso las rehuses,
Que no hay flor que sin espinas
En el alma se fecunde;
Como no hay vida sin penas,
X¡ amor sin iucertidumbres,
X'i gloria sin amarguras,
Xi placer sin inquietudes.
•I. SKLCÍAK.
LIBROS PRESENTADOS
Á ESTA KEIIACCIOX PüK AUTORES Ó EDITORES.
MKMOIÍIAS DK u s COHTKSANO DK 1815, por ]!. Pérez Gal-
dós ( n t. de l;i 2. a serio do J^jiísm/Jos Hocinnaír.-i); precio,
2 pesetas tomo en toda España. Administración , ISarco, 2,
Madrid.
Después de haberse ocupado el Sr. Galdós con tanta brillantez de colorido de los gloriosos hechos de la guerra
contra Francia, describe cu este tomo la vida política, tal
como existió en la fecha puesta'en el título que precede.
Con la verdad histórica más severa se da cabal, completa
ó interesante idea, en la obra anunciada, del período que
abraza. Los torpes vicios de repugnantes cortesanos y de
políticos indignos están retratados de mano maestra, y
dicho libro encierra saludable enseñanza para el período
presente.
El Sr. Galdós, al escribir esta novela, no se lia limitado
á prestar servicios grandes á las letras; lia realizado ademas
un oportuno acto patriótico, que deben agradecerle los
amantes de la patria, de la civilización y de la libertad.
TRATADO DIO OUÍ.MUA INORGÁNICA, teórico y práctico,
aplicada á la Medicina y á la Farmacia, por D. Rafael
Saez y Palacios. Segunda edición, enteramente reformada.
Madrid, 1875. Ksta obra constará de dos magníficos tomos
en 8." mayor, con numerosos grabado» intercalados en el
texto, buen pnpel y esmerada impresión, lista nueva rali cion puede considerarse como una nueva obra, pues el
autor la ba reíonnado y aumentado, y se publica por cuadernos de 10 pliegos (lili) páginas) cada uno. Precio do
cada cuaderno, 2 pesrtas aO céntimos en Madrid y 2 pesetas v 75 céntimos eh provincias, fraileo de, porte. Su lian
publicado los cuadernos del l."al II." — Librería de llaillylíaillierc, plaza de, ¡Sania Ana, niini. 10, Madrid.
Jíl, itniütKso DKi. SOLDADO, jiignotc en un acto, original y
en verso, por I). Justo Sanjurjo y López. Véndese á 4 reales en las principales librerías y en casa del autor, Madrid
(Toledo, 10, segundo derecha J.
Y.
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LA
248
ILUSTRACIÓN;
N.° XIII
ESPAÑOLA Y
INSTALACIONES ESPECIALES PARA LA MOLIENDA.
MOLINO
MONTADO
COX SU MECANISMO
BOBEE
U N A COLUMNA
D E 1I1EHEO
FUNDJDÜ,
MOVIDO POH
MÁQUINA VERTICAL PE VAPOR, MONTADA EN ZÓCALO ADHERIDO Y AISLADOR.
D I P L O M A
M E D A L L A
DE ORO y G R A N
M E D A L L A
MKDAL1.A
El
DE riUH'.IiKSÜ
D E HONOR,
D E O R O
(fjuivaloite
E N L A SE X P O S I C I O N E S
á la ¡/rcui medalla
de L Y O N
y MOSCOU,
1872.
Je oro) EN V1ENA , 1S7¿>.
estos molinos son exacta-
con pinto de ostos
molinos presenta una for-
mente regulares, habien-
ma elegante y apropiada
do sido previsto lo nece-
al objeto, y su construc-
sario
ción es sencilla y sólida;
quiera complicación, así
no exigen cimientos, ni
como la pérdida de fuer-
construcciones
zas, el frotamiento, etc.;
de
nin-
para
evitar
cual-
guna clase , ni puntos de
por manera que su em-
apoyo exteriores, y por
pleo ofrece
consiguiente no ocaMO-
mía de 2o por 100 con
nan
relación á los otros sis-
gastos de instala-
temas conocidos.
ción : emplazados en el
punto que más convenga
Las máquinas de va-
sobre el suelo nivelado,
por llegan á su destino
como no están adheridos
desmontadas en cuatro ó
al mismo suelo, se pueden
trasportar
cinco partes, que luego
de un
son reunidas fácilmente
punto á otro, según las
necesidades
lienda
de la
una econo-
por
mo-
medio
de algunos
buenos tornillos
y sin dificultad
ajusta-
dos con perfecta exacti-
alguna.
tud : tampoco exigen el
menor gasto de instala-
La serie de estos moSEIS
ción, y como su manejo
números, clasificados con
y entretenimiento es muy
arreglo
al diámetro de
fácil, pueden ser confia-
las muelas, el cual va-
das desde el principio á
ría de 90 centímetros á
cualquiera persona. aun
linos
comprende
á la más indocta.—Se re-
I1" ,50.
J.
El movimiento y las
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J-íxiijir
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IIÍJI |»or íiinyor .1.8>»B»I<. flí**. ruó Maíuf-a.iiy.nrc. l ' a r i s .
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PASTA IÍPILATOHIA. flmtt íiistiMláncamcnti' todo vello ini|iorliino del rostro,
sin el mas leve p e l e r o p;iva el cutis. Precio 10 Ir. PilLVIlS d.:l SERRALLl), para i|li!lar
|¡1 vello del [ieíln/y los trazos. Pr. 5fr. Ptrl'umeriadeDUSSER.nn-JJ. Rousseau, 1, Paris.
Inicio
B a r c e l o n a ' Plaza del Ángel, Boria, 1.
Sevilla:
O'Donncll, fi.
Malaga:
l)iif|iic; <lc la Victoria, 1.
Z a r a g o z a : Alfonso I, A 1.
Córdoba :
A vnnl amiento, 9.
Oa<iiz:
(!rÍKÍt'ibal (Jolón, 27.
Lisboa :
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MADRID.— Inti'n'iila y Eslerenripia de Arit>:in y U.",
siieeíon^ ile Riradeneyí-a,
IMlMU>U)lt> DK CÁMARA PE S. M.