“Sin buen periodismo - Los ojos de Hipatia

Rev i s t a S o c i o Cu l t u ra l Va l e n c i a
Octubre 2015 - Nº 1
E J E M P L A R G R AT U I TO
Gervasio Sánchez:
“Sin
buen
periodismo
la sociedad está
condenada a la
manipulación”
1
EDITORIAL
E
l sueño hecho realidad, nuestra quimera plasmada en
estas hojas de papel. Tras cuatro años por las transitadas
carreteras de la red, nos embarcamos en la senda de la
palabra impresa. Vértigo en la planta de los pies, miedos
a modo de sombrero, lágrimas suspendidas en los párpados, y
entre un torbellino de sensaciones y sentimientos, una alegría
desbordante que nos embriaga estos días. No somos Quijotes ni
superhéroes de capa roja, quizás, trovadores que trazan caminos,
que no tienen miedo al mañana, aunque el alba sea incierto en
cada despertar, con una sonrisa como único escudo contra la adversidad, y una coraza forjada con un delirante empeño para llevar
el verso, la palabra, hasta los rincones más recónditos.
Este número uno nace tras una larga carrera de fondo, una lucha
constante, y quizá por ello, la importancia de este humilde alumbramiento en medio de un escenario lúgubre, donde el periodismo vive la peor de sus horas y la crisis ha mermado cualquier
posibilidad de inversión en la cultura. Para nosotras este número
uno significa que no hay vuelta atrás, que a partir de ahora,
lucharemos más que nunca por esta curiosa y atenta mirada de
Hipatia. Cada tres meses nos tendrán en sus librerías, cafeterías,
teatros, bibliotecas, hoteles, cines, restaurantes, allá donde nos
dejen. Y siempre bajo la misma premisa, ofrecerles la mayor calidad en cada trabajo, porque nosotras desde aquí jamás dejaremos
de aprender e intentar superarnos en el día a día. Nuestro compromiso es férreo, creemos en el periodismo como motor que
genera ciudadanos más críticos, más sabios, más independientes,
capaces de esquivar la manipulación y la banalidad. Y, además,
nos gusta contar, descubrir, indagar, preguntar y escuchar. Al
igual que dijese el gran maestro Gervasio Sánchez, desde aquí
también moriremos siendo periodistas, con las botas puestas.
Por último, déjenme que en este número uno, que tanto significa
para mí, dé mi más sincero agradecimiento a nuestros colaboradores, a los que aquí aparecen y, a todos los que nos han
acompañado desde el principio, y evidentemente a todas aquellas
personas que me acompañan en mi día a día, con una especial
mención a mis padres, que me han ayudado a trazar mi norte y
mi sur, a mi hermana, a mi amante y compañero, a mi familia,
desde los más pequeños a los más grandes, sin olvidar a los que
no están, como mi abuelo que sé que hubiese leído y releído
estas páginas que ustedes sostienen hasta recitarlas en voz alta.
También a todos ustedes que desde su anonimato nos han acompañado año tras año y se han convertido en nuestra razón de ser.
Sin más, gracias. Y desde aquí les invito a abrir esta puerta para
trazar un camino que no conozca fin y se pierda en el horizonte.
Arantxa Carceller
Directora de la revista Los ojos de Hipatia
OPINIÓN
4
Los sabios y la sociedad. Víctor J. Maicas.
PERIODISMO
6
Carceller, la historia que pudo ser. Pepe Reig Cruañes.
HISTORIA
8
La creación de un rey absoluto: Luis XIV. Eduardo Montagut Contreras.
LITERATURA
10
La muerte en la literatura. Rafael Narbona.
ARTE
12
Un símbolo vivo del Modernismo, el Mercado Central de Valencia. Isabel Genovés Estrada.
LITERATURA
14
El horror, el horror H.P. Lovecraft y el miedo preternatural. Justo Serna.
MEDIOAMBIENTE
16
Millán Millán: “El problema de los sistemas naturales es que el colapso tiende a ser
catastrófico”. Ginés Vera.
CINE
18
Muerte en Venecia de Luchino Visconti: renuncias y estéticas. Eduardo Beltrán Jordá.
FOTOPERIODISMO
20
Gervasio Sánchez: “Sin buen periodismo la sociedad está condenada a
la manipulación”. Arantxa Carceller.
Revista cultural Los ojos de Hipatia
@ojoshipatia
Directora: Arantxa Carceller / Subdirectora: Isabel Genovés Estrada
Diseño y Maquetación: Domi Martínez
Ilustraciones: Martín Sánchez Arnau / Fotografía: Arantxa Carceller
Colaboradores: Justo Serna, Pepe Reig Cruañes, Víctor J. Maicas Safont,
Eduardo Montagut Contreras, Ginés Vera, Rafael Narbona y Eduardo Beltrán Jordá.
Impresión: Kolor Litografos - Encuadernación: Royo
Depósito Legal: V-875-2015 / ISSN: 2444-3492
Información y Publicidad: [email protected]
www.losojosdehipatia.com.es
3
OPINIÓN
Los sabios
Víctor J. Maicas
Periodista y escritor.
y la sociedad
“La ventaja que sacarás de la filosofía será hacer sin que te
lo manden, lo que otros harán por temor a las leyes”.
Aristóteles.
E
n abril se cumplió el cuarto aniversario del nacimiento de esta revista, uno de esos medios de comunicación que apuestan por el ra-
zonamiento y la cultura para así ahondar en el pensamiento y en el
conocimiento. Y eso me hizo reflexionar sobre la sociedad de hoy en día, pues
en una época como la que estamos viviendo en donde el neoliberalismo económico está primando de una forma desmesurada los beneficios materiales frente
a los espirituales, o lo que podría ser lo mismo, el poder del dinero y el egoísmo
exacerbado frente a los sentimientos y la solidaridad, no está de más recordar y
dar las gracias a todos esos seres que con su clarividencia han sabido transmitirnos a través de los siglos una mirada diferente a esa otra que todo lo centra en
la riqueza material.
Es bien sabido que durante los últimos tiempos los que dominan el entramado macroeconómico mundial, es decir, quienes en realidad tienen el poder,
están menospreciando esas ramas de las ciencias sociales que como la filosofía,
la historia o la ética nos hacen pensar y mirar más allá del simple beneficio económico o monetario.
Y si precisamente uno se pone a pensar en todo esto, es inimaginable creer
que sin los sabios se hubiese podido avanzar para crear una sociedad en la que
se respeten los derechos humanos o, al menos, que esos derechos formen parte de ese imaginario de bien común que muchos tenemos en mente y que se
plasma claramente en la Declaración Universal de Los Derechos Humanos de
4
Los ojos de Hipatia
Naciones Unidas. Unos derechos que, desafortunadamente, a día de hoy sólo se cumplen en
su integridad de una manera teórica, pues des-
Rousseau. Gracias Rosa Luxemburgo. Gracias
José Luís Sampedro. Gracias María Zambrano.
Gracias Eduardo Galeano. Mil gracias a todos
graciadamente es evidente la vulneración que
de dichos Derechos Humanos cometen incluso
países que dicen acatar esas loables intenciones
(no hay más que ver las constantes denuncias
que tanto Amnistía Internacional como otras
vosotros y a tantos otros que a lo largo de la
historia han basado su pensamiento en el bien
común. Y, por supuesto, muchas gracias a ti, Hipatia de Alejandría.
“Por eso es decisivo educar a las nuevas generaciones y reeducarnos nosotros hacia el futuro; bien entendido
que se educa no solo en las aulas, sino
en todas partes y en todo momento.
Insistir en reeducarnos a nosotros mis-
Gracias a todos esos hombres y mujeres que
mos. Preguntarnos a diario qué cosas
necesitamos realmente, por qué nos
Así pues, son tantas las cosas que debemos
agradecer a esos sabios que han dedicado una
con su clarividencia y pensamiento razonado
nos han hecho avanzar para intentar crear un
mundo más justo y más humano, sobre todo
teniendo en cuenta ese brutal neoliberalismo
gran parte de su vida a enriquecernos como se-
económico que nos están imponiendo y que
nuestra propia escala de valores.”
res humanos, que estas letras no son suficientes
para mostrarles todo nuestro agradecimiento.
Pero aun así, gracias por toda esa sabiduría que
nos habéis transmitido. Gracias Jean-Jacques
por desgracia a día de hoy nos está haciendo
retroceder en ese utópico sueño de conseguir
una sociedad basada en el bien común. Sí, mil
gracias Aristóteles, Platón, Sócrates…
organizaciones de este tipo hacen cada año en
este sentido).
movemos. Debemos luchar contra los
valores que nos imponen y hacernos
José Luis Sampedro
PERIODISMO
Carceller,
la historia que pudo ser
Pepe Reig Cruañes
Profesor en la Universidad Castilla La Mancha.
a caballo del XIX y XX y hasta el final abrupto
de la libertad en 1939, fue el principal alimento
intelectual e informativo de las clases populares de este país. En eso Carceller fue imbatible,
como lo fue el periódico La Traca, que él dirigía
desde sus veinte años y que en la España semi
analfabeta de los años treinta llegó a vender
medio millón de ejemplares. Una desmesura,
se mire como se mire.
Imágenes cedidas por Editorial El Nadir.
E
ste barroco País Valenciano nuestro, tan
inclinado al exceso, ha dado como mínimo un par de personajes tocados por la
desmesura. Que, además fueran tocayos, amigos y compañeros de pluma y política durante
un buen trecho, apenas añade una nota curiosa.
Uno de ellos es el escritor Vicente Blasco Ibáñez y el otro, el editor Vicente Miguel Carceller.
Periodistas, agitadores culturales y activistas
políticos republicanos y furibundos anticlericales. De ambos se puede decir cualquier cosa,
menos que llevaran una vida comedida o discreta.
El profesor Antonio Laguna acaba de entregar el que quizá sea el más completo estudio1
sobre el segundo de estos hombres, Vicente
Miguel Carceller (1890-1940). El libro recoge
una pequeña parte de la ingente investigación
de Laguna sobre el tipo de producción editorial
en la que Carceller fue de lejos el número uno:
la prensa satírica, irreverente y subversiva que
6
Los ojos de Hipatia
El proletariado de la sociedad de masas dispuso, al igual que la burguesía, de sus propios
medios de comunicación, que hablaban su lenguaje y defendían sus intereses. Sólo que los
del proletariado, mucho menos instruido que
la clase dominante, recurrían a la imagen y a
la sátira. El periodismo satírico fue siempre el
vehículo principal de comunicación para las
clases populares de la era de la
sociedad de masas. Los diarios
de fines del XIX y primer cuarto del XX habían entrado poco
a poco en el “negocio” de la información y hasta algunos de
ellos, en el negocio sensacionalista de “crear” la noticia, como
hiciera el gran Hearst con la
guerra de Cuba. Los periódicos satíricos populares “creaban” abundantemente sensación, provocando “hechos” que
luego se noticiaban y a su vez
generaban más hechos en un
proceso retroalimentado, que
la prensa amarillista conoce bien. La novedad
era que esa técnica populista se ponía al
servicio de la subversión y la crítica feroz
del sistema.
La clave del éxito de este salto de la cultura
popular tradicional a la de masas que fue La
Traca, es la inteligente combinación de humor y
lenguaje popular. Una combinación que, hunde
sus raíces, seguramente, en la larga tradición
de la “literatura de cordel”, los “coloquios” valencianos y las aucas de ciego. La tradición de
comunicación popular basada en la sátira y el
humor menos complaciente, que pudo expandirse tras la Guerra de Independencia a pesar
de la intermitente persecución oficial, y que
pasa por medio de la prensa satírica de finales
del XIX, de la plaza a la imprenta y a las masas.
Un humor sin concesiones que,
debido a su “éxito social”, ha
servido para fijar el estereotipo
del llamado “humor valenciano”, según nos cuenta Martínez
Gallego, otro experto en la materia. El referente actual de esa
clase de humor desacralizador
quizá sea el propio Xavi Castillo y sus astracanadas y “brofegaes” sin cuento. Sólo que
ahora recurriendo al “directo”,
al YouTube y la viralidad digital. Humor lleno de sexo y de
imágenes malsonantes, la ilustración por encima del texto, la
caricatura y el grafismo como códigos directamente comprensibles.
Y luego el lenguaje descarnado: en sus inicios y hasta el año 1931 en que se expandió a
todo el estado español, La Traca se había escrito
en Valencià o, mejor, en “valensiá”. Un catalán
coloquial y repleto de frases hechas y errores
voluntarios. No sólo en escritura fonética, que
transcribe directamente la lengua hablada sin
ajustarse a normativas, sino incorporando sin
complejos ni purismos todo el descosido que
la castellanización le había hecho a la lengua
de los valencianos desde la Nueva Planta. Esta
es, precisamente, otra de las claves del éxito. Y
no sólo porque esa forma de escribir acentúe la
comicidad, sino principalmente, porque suprime de un plumazo las barreras con los lectores
menos ilustrados de las clases populares, destinatarias únicas de la publicación.
Lo que emerge del relato no es sólo un editor
avispado, sino un promotor cultural y agitador
de conciencias que estuvo en condiciones de
“invertir” el capital de cultura popular valenciana más indómita –en la estela de Bernat
i Baldoví, Escalante, Constantí Llombart o Blasco Ibáñez- en la construcción de un valencianismo de izquierdas, que podía hablar de tú a tú con la Renaixença burguesa de
los juegos florales y la poética fósil. Que hubiera podido dotar al valencianismo político
de un tronco popular engarzado en la cultura de masas y, por tanto, con una mayor
potencia expansiva. Una desmesura, ya digo.
se condenaba y se fusilaba, era esa cultura popular inasimilable e insurrecta. Lo que se enterró en el cementerio de Paterna era la posibilidad misma de un valencianismo popular y de
izquierdas que hubiera podido ocupar el sitio
del claudicante “per a ofrenar noves glories a
Espanya”.
No sólo muerto, sino silenciado y sus publicaciones requisadas y destruidas sistemáticamente. De no haberse cortado en seco ese
tronco, quién sabe qué diferente curso habría
podido tener el valencianismo político durante la transición democrática y durante aquella
malhadada “batalla de Valencia” en la que el
conservadurismo se apropió de la simbología
y la potencia del valencianismo popular, y de
su expresión organizada en el mundo fallero,
transmutándolo en “blaverismo”. Los procesos
históricos no son reversibles, pero tampoco son
deterministas: las cosas habrían podido ser de
otro modo.
1
Antonio Laguna Platero (2015). Carceller, el éxito
trágico del editor de LA TRACA. El Nadir eds.
Podría quizá conjeturarse, dado el extraordinario y persistente éxito de público, si
esa estrategia de dicción no habría podido inspirar una posterior normativización menos culterana y, por ende, más popular de la Llengua, que aquella que consagraron las
Normas de Castellón (1932) con deliberado olvido de la llamada “Renaixença d’Espardenya”. Si no habría podido mantenerse vivo un canal de comunicación con la tradición
popular, que quizá le habría dado mayor fuste a las señas de identidad valencianas.
Nunca lo sabremos, porque el experimento fue abortado prematuramente. La reacción escandalizada del stablishment y las sanciones y secuestros que multiplicaban su
fama … y sus ventas millonarias, se convirtieron, con el triunfo de la barbarie fascista
de aquel general que Carceller llamaba “Paca la Culona”, en instinto vengativo y homicida. Fusilado en 1940 en el cementerio de Paterna. Otra de sus desmesuras, sin duda.
El juicio y muerte de Carceller tiene, dada su trayectoria de agitación cultural y
compromiso político, toda la pinta de una venganza. Lo que se juzgaba en él, lo que
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7
HISTORIA
La creación
de un rey
Eduardo Montagut Contreras
Doctor en Historia Moderna y Contemporánea
E
absoluto:
n el año en el que se cumple el aniversario
del fallecimiento del rey Luis XIV, considerado por la historiografía como el modelo de
monarca absoluto, abordamos en este artículo el estudio de la formación del mismo, de cómo se creó una personalidad tan determinante en el devenir histórico de
Francia y de Europa en la segunda mitad del siglo XVII.
Luis fue hijo del rey Luis XIII y de la reina Ana de
Austria, infanta de España e hija de Felipe III. Nació el 5
de septiembre de 1638 en Saint-Germaine-en-Laye. Su
nacimiento fue todo un acontecimiento porque el matrimonio no había podido engendrar un hijo en más de
dos décadas. Por esa razón fue bautizado como “dado
por Dios” y, además del título tradicional de Delfín concedido a los príncipes herederos, se le otorgó el de “Pri-
8
Los ojos de Hipatia
mer Hijo de Francia”. Así pues, desde la cuna comenzó
a quedar clara su importancia aunque estos títulos no
eran suficientes para formar a un príncipe absoluto. Por
otro lado, conviene recordar que en Luis confluían tres
dinastías clave en la Historia moderna: los Borbones,
los Austrias españoles y los Médici italianos, ya que su
abuela paterna había sido María de Médici, esposa de
Enrique IV, el primer Borbón que reinó en Francia.
La educación, las influencias y experiencias que
recibió y vivió desde su infancia son fundamentales
para entender a Luis XIV. Por un lado, su madre Ana
de Austria, aunque no era muy inteligente y no había
recibido una esmerada educación política, sí tenía un
acusado sentido de la grandeza real, ya que pertenecía
a una dinastía que había demostrado la importancia de
la realeza. Su abuelo había sido Felipe
II y su bisabuelo el emperador Carlos.
Además, había aprendido la importancia
de la etiqueta borgoñona que era la que
los Austrias habían incorporado desde
los tiempos de Carlos, nieto de María de
Borgoña. Esa etiqueta que se había hecho
española establecía un estricto protocolo
que casi divinizaba a los monarcas, con
rígidas normas de comportamiento y acceso a la persona real. Por fin, Ana inculcó en su hijo un agudo sentido religioso,
también de fuerte influencia hispana.
Por otro lado, el joven Luis aprendió de otro personaje clave en el período de Regencia en su minoría
de edad. Nos referimos a Mazarino. Giulio Mazarino
había nacido en el seno de una familia romana en los
Abruzzos y había servido al papa hasta que en 1639 pasó
a Francia para ponerse al servicio de la reina Ana, convirtiéndose en el ministro que realmente gobernaba el
país, seguramente con más poder que el casi mítico Richelieu en su momento. Mazarino enseñó al joven monarca toda su sabiduría política. Pero el cardenal no era
un maestro teórico ni aburrido, no sermoneaba a Luis
XIV, sino que, de forma más hábil, le enseñó desde la
práctica. Para ello convirtió al joven rey en una especie de espectador mudo cuando actuaba y gobernaba.
A partir de 1650 fue incluido en distintos Consejos para
que escuchara y observase. De ese modo aprendió a ser
rey, su oficio, especialmente en todo lo relacionado con
los problemas internacionales y militares, dos pasiones
que tendría en el futuro.
Otro aspecto que marcó la educación del joven príncipe fue, sin lugar a dudas, además de las enseñanzas de
sus dos grandes maestros, la situación generada por las
Frondas, las revueltas e insurrecciones que marcaron
parte de la Regencia de su madre y del cardenal. Las
Frondas parlamentaria y nobiliaria hicieron peligrar el
poder real en Francia entre 1648 y 1653. Motivaron que
el propio monarca tuviera que desplazarse por casi toda
Francia para combatir las revueltas y para salvar su vida
y el trono, lo que le hizo conocer su Estado, sus gentes y
recursos. Pero, sobre todo, le marcó porque le convenció
de la importancia del sentido de la realeza, de que su persona era la depositaria de la soberanía de origen divino
frente los estamentos privilegiados y cuerpos intermedios que intentaban frenar la centralización del poder.
Luis
Por fin, sin lugar a dudas, la vida galante, una vez
terminados los disturbios y revueltas, fue el tercer gran
componente de su educación juvenil. Luis XIV aprendió mucho en los salones reales, en las fiestas, teatros,
bailes, en sus primeros escarceos amorosos y en las
paradas y desfiles militares. El sentido de la ceremonia
quedaría íntimamente unido a su concepto del poder
que, ya maduro, consagraría en Versalles.
Luis XIV fue un joven de buena salud, con gran presencia, a pesar de que no era muy alto. Aprendió a compaginar el duro trabajo diario del despacho y las largas horas de ceremonias con el placer, algo que casi ninguno de
sus coetáneos en los tronos europeos supo hacer, más dados a dejar el trabajo en manos de validos y privados,
como puede ejemplificar el que luego sería su suegro, el rey Felipe IV. Luis XIV explicó en sus Memorias el placer
que le proporcionaba el deber cumplido, la aplicación al trabajo.
Como apuntamos al principio, su madre le inculcó la importancia de su misión. Por eso, Luis XIV aprendió a
contenerse en público, a tener un claro dominio de sí mismo. Fue la personificación en la historia del concepto
de majestad real, sabiendo del peligro de la indiscreción, de mostrar sus debilidades o sentimientos, de la importancia del disimulo. Luis XIV no fue una inteligencia superior pero sí demostró un acusado sentido común
y siempre supo elegir a sus colaboradores, consejeros y ministros, como ejemplificaría la figura de Colbert.
Luis XIV adoptó el sol como emblema y como divisa la siguiente: Nec pluribus impar. Ambas decisiones estaban en consonancia con las enseñanzas de su madre y de Mazarino, y con el
clima generado por distintas obras de pensamiento político que desde principios de
los años treinta hasta la década de los setenta del siglo XVII fueron publicadas
en Francia. Nos referimos, especialmente, al Tratado de la Soberanía del rey
(1632) de Cardin Le Bret, y sobre todo a la Política sacada de las Sagradas
Escrituras de Bossuet de 1677. Esta bibliografía consagró el principio de que
el monarca era el representante o vicario de Dios en la Tierra, por lo que solamente a él debía rendir cuentas. La consecuencia de estos principios era clara:
desobedecer al rey era un pecado, un sacrilegio. Otra consecuencia era que el
monarca se convertía en la fuente de la ley, la cabeza de la autoridad y de la administración, aunque debiera delegar una parte de esta autoridad en ministros, comisarios y agentes de su confianza. Este absolutismo real solamente tenía un límite, ya
formulado en el siglo anterior por el autor que definió el moderno concepto de
soberanía, es decir, Bodin, y que no era otro que el de la existencia de leyes
fundamentales del reino, como la ley sálica, así como los privilegios
estamentales, de las corporaciones y provincias. El absolutismo
nunca cuestionaría los pilares de la sociedad estamental aunque
no toleró ningún tipo de insubordinación como había ocurrido
en tiempo de las Frondas. Estas ideas fueron aprendidas por Luis
XIV, que se convirtió en el lugarteniente de Dios en la Tierra.
Todas sus actuaciones y comportamientos, hasta los más nimios
y cotidianos, deben relacionarse con este principio. Casi se puede hablar de un culto a su persona, especialmente cuando diseñó
y levantó un escenario magnífico para que pudiera desarrollarse
en Versalles.
s XIV
Cuando Mazarino falleció en marzo de 1661 Luis XIV ya estaba preparado para reinar. Comunicó a la corte y a Francia que no
volvería a tener privados, que a partir de entonces reinaría personalmente, eso sí, asesorado por consejeros y ministros capaces
y, sobre todo, fieles.
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9
LITERATURA
La muerte
en la literatura
Rafael Narbona
Profesor de Filosofía, Escritor y Crítico Literario.
L
as dictaduras siempre han soñado con un mundo sin literatura. Las famosas hogueras
de la Alemania nazi no constituyen el primer acto de barbarie contra el
saber. El 7 de febrero de 1497 los seguidores del Girolamo Savonarola encendieron la famosa “hoguera de las vanidades”,
que devoró miles de libros y obras de arte
por su supuesta inmoralidad. En nuestros
días, el Estado Islámico obra con el mismo desprecio por la libertad y el conocimiento, destruyendo bibliotecas
y tesoros artísticos. El fanatismo
siempre es aparatoso y exhibicionista, pero la estupidez produce estragos similares sin apenas provocar
ruido. Vivo en las afueras de Madrid,
pero ayer me acerqué al centro y husmeé
en las estanterías de un VIPS, mientras
esperaba a un amigo. En los años noventa,
aún se encontraban novelas, ensayos, textos filosóficos, poemarios y algún clásico.
Los superventas ocupaban un lugar destacado, pero su presencia no impedía una
oferta complementaria para un lector más
exigente. En la actualidad, el panorama es
completamente distinto. Después de recorrer los pasillos con los ojos bien abiertos,
sólo descubrí una docena de títulos dignos
de un hueco en el catálogo de una buena
10
Los ojos de Hipatia
biblioteca. El resto eran novelas románticas, policiacas o históricas, con una prosa
deleznable y unos personajes caricaturescos. Las portadas era un fiel reflejo del contenido: dibujos mediocres, colores chillones y, en muchos casos, letras con relieve.
Los libros de arte de gran formato aliviaron mi desolación, pero todo sugería
que su función no era adentrarse en el
mundo de la pintura, la escultura, la arquitectura o la fotografía, sino convertirse en
objetos decorativos destinados a mejorar
el aspecto de una elegante mesa de diseño. Las revistas de decoración suelen explotar este recurso, lo cual corrobora que
el Duque de La Rochefoucauld no se equivocaba al afirmar que “la hipocresía es el
homenaje que el vicio rinde a la virtud”. El
tiempo le ha dado la razón a Andy Warhol
y el arte ya sólo es un objeto de consumo,
con la misma trascendencia que un bote
de sopa Campbell. No puedo objetar nada
contra los manuales de jardinería, bricolaje o cosmética, pero me deprime que sean
más visibles que los libros de saldo, confinados en un rincón, cerca de los congelados y los cartones de leche o zumo. En ese
triste furgón de cola descubrí Los Baroja,
el libro de memorias de Julio Caro Baroja
que recrea la peripecia de una familia sa-
turada de creatividad y humor corrosivo. A
su lado, yacía la monumental biografía de
Peter Longerich sobre Goebbels, un personaje tan repulsivo como necesario para
comprender el siglo XX. Mentiría si dijera
que me enfrentaba a algo completamente
nuevo. Hace unos años, encontré en otro
VIPS La Crítica de la Razón Pura, de Immanuel Kant, aplastada por una biografía
de Madonna, la ambición rubia. Imagino
que el imperativo categórico no puede
competir con “Material Girl”, un tema que
ha marcado el rumbo de varias generaciones.
Tal vez el VIPS no es el mejor escaparate del nivel cultural de un país, pero si
acudimos a las aulas la perspectiva no es
más alentadora. La literatura se ha reducido al mínimo en las programaciones
oficiales. La lingüística, una obra maestra
de la pedantería, ha defenestrado a los clásicos. ¿Por qué perder el tiempo leyendo
el Quijote o Luces de bohemia, cuando se
pueden enseñar con énfasis académico las
virtudes del objeto directo? ¿No es mejor
aprender a identificar una oración de relativo que leer un poema de Juan Ramón Jiménez? Hace dos o tres cursos, escuché en
una junta de evaluación a un profesor de
literatura confesar con resignación: “Ya le
"Leer un buen libro se ha
convertido en una rareza,
pero también en un acto de
resistencia"
he dicho a mis alumnos que se trata de memorizar nombres, títulos y fechas”. Sé que
su concepto de la asignatura es mucho más
inteligente, pero había claudicado ante los
designios de las autoridades académicas.
¿Qué otra cosa puedes hacer cuando sólo
dispones de un curso para enseñar lengua
y la literatura española del XVIII, del XIX,
del XX y lo que va del XXI? Si Valle-Inclán
levantara la cabeza, indudablemente se liaría a bastonazos con los “cráneos privilegiados” que han elaborado un temario de
estas características. Me pregunto cuántas
líneas se reservan en los libros de texto a
un autor como Gabriel Miró, quizás el mejor prosista de su generación. Pero claro,
¿a quién le importa el profundo escritor
levantino? ¿No es mejor leer una incalificable memez como El niño con el pijama de
rayas y familiarizarse con las subordinadas
adverbiales comparativas y consecutivas?
Pío Baroja nunca mostró el más mínimo interés por la gramática, pero escribió
piezas tan memorables como el Elogio
sentimental del acordeón. El sentido común sugiere que la gramática se aprende
leyendo y escribiendo, no con peregrinos
y grotescos análisis gramaticales. La sintaxis no consiste en identificar sujeto,
predicado y complementos, sino en saber leer un texto, con el ritmo, el énfasis
y las pausas concebidos por el autor. En
cualquier caso, la batalla está perdida. Las
programaciones oficiales son tan fatales e
ineludibles como los icebergs. Continúan
avanzando, después de hundir un transatlántico, sin reparar en el daño causado.
Si, además, los VIPS saldan los clásicos
cerca de la vitrina de los yogures, sólo nos
queda celebrar las exequias de la literatura, tal vez uno de los inventos más subversivos del ingenio humano. Leer un buen
libro se ha convertido en una rareza, pero
también en un acto de resistencia contra
una época que parece empeñada en materializar las sombrías profecías de Ray Bradbury en Fahrenheit 451. Si alguien no ha
leído la novela, le recomiendo que se haga
con un ejemplar. No entretiene: duele y
hace pensar, como todo lo que merece la
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ARTE
Un símbolo vivo del Modernismo,
el Mercado Central
Isabel Genovés Estrada
Historiadora del Arte.
E
de Valencia
l Modernismo fue una estética que se generalizó en Europa a finales del siglo XIX.
Hacia 1897 en Viena los discípulos del arquitecto Otto Wagner crearon un movimiento llamado Sezession, buscaban formas puras y más sintéticas. Arraigó en
distintos lugares, entre ellos lo hizo en Valencia a principios del siglo XX, donde no fue
tan comedido. Barcelona es la ciudad donde tuvo más repercusión el Modernismo. Fue
un estilo que no solo se asumió por la arquitectura, sino que abarcó diversas disciplinas,
como las manufacturas industriales, desde muebles, iluminación, cerámicas, escultura, pintura, sin olvidar lo importante que fue también la ilustración gráfica. Recordar
que además se sumaron al movimiento Modernista literatos y músicos. Creadores de
distintas disciplinas como, Mackintosh, Guimard, Klimnt, William Morris, Gaudí, Van
de Velde, Sorolla, Pinazo, Muñoz Degraín, Sala, Benlliure, Pla, Benedito, Tuset, Lleó,
Serrano, Penella, Cuesta, Francisco Mora, Demetrio Ribes, Vicente Ferrer… Algunos de
ellos impregnados de otras sensibilidades, ocasionalmente, participaron de esta estética.
En el Modernismo se dan bastante soluciones hibridas, se incorporaron elementos
naturalistas junto a ornamentación de carácter orientalista, aunque es cierto que se dio
más en su vertiente Art Noveau, que era más idealista y buscaba el optimismo en todo
lo que les rodeaba.
A Valencia llegó el Modernismo a través de los viajes que realizaron los arquitectos y
los diversos creadores. Asimismo a través de las publicaciones que trajo a la ciudad del
Turia el cónsul del Imperio Austrohúngaro Franz Xavier Goerlich (1853-1930). Estas
publicaciones llegaban al Bazar Viena del que Goerlich era propietario, eran Moderne
Architektur, Wiener Ilustrierte, o Moderne Baukunst. Hay muestras del Modernismo por
toda la Comunidad Valenciana, pero los centros más importantes fueron Valencia y Alcoy. Los arquitectos, artesanos y creadores lo que buscaron a través de este estilo fue la
belleza de lo cotidiano.
Nada es tan cotidiano y tan bello como el edificio del Mercado Central de Valencia.
Es uno de los edificios modernistas más conocido internacionalmente, a pesar de encuadrarse en el tardomodernismo. Obra de los arquitectos catalanes Alejandro Soler March
y Francesc Guàrdia Vial, (del prestigioso estudio Doménech y Montaner), se proyectó en
1914 y las obras finalizaron en 1928 bajo la dirección del arquitecto Enrique Viedma. Es
un lugar de encuentros diarios, donde se vende y se compra, es un centro vital. En frente
se encuentra el edificio de la Lonja, y a su derecha la iglesia de los Santos Juanes. El
edificio del mercado fue un símbolo de la modernidad que necesitaba la ciudad.
12
Los ojos de Hipatia
Se había intentado construir un mercado con
anterioridad pero sin conseguirlo. Por fin fue
premiado el proyecto de los arquitectos Soler y
Guàrdia el 18 de mayo de 1914, no sin algunas
modificaciones y algunas vicisitudes que superar.
Las obras fueron muy largas y trabajosas, hasta
que se pudo inaugurar el 23 de enero de 1928.
En 1919 los arquitectos autores del proyecto dejaron la obra del mercado por problemas con los
honorarios que iban a recibir. El proyecto fue encargado al arquitecto municipal Enrique Viedma,
que intentó dimitir por razones morales, pero el
Ayuntamiento no la aceptó. Se hizo cargo del
proyecto junto a Ángel Romaní, realizando algunas modificaciones en el mismo.
Como ya hemos dicho las obras se alargaron
más de lo previsto, en parte la culpa de esta demora se debió a que los sótanos se ampliaron con
respecto al proyecto inicial. Las obras comenzaron por los pabellones laterales de ladrillo visto,
para luego pasar a la estructura del mercado propiamente dicha. Los pabellones se construyeron
en ladrillo visto de color rojo combinado con piedra blanca en los zócalos, en las impostas, en las
embocaduras de los vanos, además de algunas
esculturas. También se pueden apreciar paneles
cerámicos. Se inspiran estos pabellones en el
gótico centroeuropeo, incluyendo en su estética
motivos modernistas de tipo fantástico. Destacan
sus tejados estilizados con pendientes muy pronunciadas. Los tres pabellones se destinaron a
distintas funciones administrativas.
El grandioso edificio del Mercado Central
“ocupa una superficie de más de ocho mil metros
cuadrados y forma un polígono irregular de catorce lados. Su eje longitudinal, una nave de 105’70
metros por 24 de anchura y 18 de altura, está
atravesado por dos transversales a modo de doble crucero. Lo conforman unas estructuras formadas por cuchillas de hierro sobre columnas de
fundición - proyectadas por Demetrio Ribes- que
sostienen unas cubiertas de tejas de pendientes
múltiples, lo que permite un variadísimo juego de
formas y luces. En su centro se levanta hasta 30
metros de altura, una gran cúpula peraltada con
numerosas ventanas, que proporciona una cas-
cada de luz cenital sobre el bosque de columnas
interiores. Las cúpulas están revestidas interiormente por coloristas mosaicos de azulejos. La
cúpula principal está coronada por una cotorra
de hierro, parece ser que haciendo referencia
al jaleo que se forma abajo. Junto a esta parte o
mercado principal que cubre unos 6.760 metros
cuadrados está la pescadería de unos 1.400. Una
construcción de planta octogonal, que si bien
forma parte del mercado, también dispone de
accesos independientes. Está coronada por otra
cúpula, pero de base elíptica cuyo lomo casi desaparece perforado por grandes ventanales que
la transforman en un radiante fanal. Esta última
cúpula está coronada por un pez de hierro. El sótano, por su parte, tiene una superficie de 7.690
metros cuadrados y una altura de cuatro metros
y está formado por poderosos arcos rebajados de
ladrillo macizo sobre gruesas columnas toscanas” (Benito, 1997: 108).
Los muros del edificio están formados en su
tercio inferior por paramentos de piedra, en el
centro paneles cerámicos y en la parte alta se
abren grandes ventanales policromos, que se cubren con grandes persianas de lamas metálicas,
son unas enormes estructuras de fundición. En
el centro de la fachada principal podemos apreciar un vistoso óculo emplomado con el escudo
y armas de la ciudad. Bajo este óculo se encuentra la entrada principal al Mercado Central, a la
que se accede por una escalinata. La portada la
conforman tres arcos de piedra, que descansan
sobre cuatro columnas jónicas con el fuste rechoncho sobre altas basas. Todo cubierto con
una elaborada marquesina de hierro. En el resto
de fachadas se abren portadas más sencillas.
El Mercado central de Valencia es un edificio
lleno de luz, con una gran variedad de elementos
decorativos, combinando diferentes materiales
como, el cristal, el metal, la cerámica, la piedra,
el ladrillo, la madera… Podemos encontrar más
de mil puestos de venta, que se clasifican en
casetas, palcos y bajos de fila. Es un lugar de
encuentro, para comprar, para probar delicias
gastronómicas. No solo el edificio es colorista,
sino las mercancías expuestas de formas visto-
sas, posibilitan que el visitante salga de allí con
una impronta de optimismo. En estos últimos
años los vendedores se han quejado del exceso
de turistas que lo visitan. Habrá que buscar una
fórmula para conciliar la vida cotidiana del Mercado Central de Valencia, con el conocimiento de
nuestro Patrimonio Cultural del que forma parte.
BIBLIOGRAFÍA:
ALDANA FERNÁNDEZ, S. (1970), Arquitectura
modernista en Valencia, Goya. Núm. 98, septiembre-octubre.
BENITO GOERLICH, D. (1992), Arquitectura modernista valenciana, Valencia, BANCAIXA.
BENITO GOERLICH, D. (1997), Los mercados de
Valencia. En: M. Muñoz Ibáñez, co., El Modernismo en la Comunidad Valenciana, Valencia, Centro
Cultural La Beneficencia. Diputación de Valencia,
p. 97-110.
ESTEBAN CHAPAPRÍA, J.; PALAIA PÉREZ, L. (1983),
El Mercado Central de Valencia: formación y evolución del entorno histórico del mercado, Valencia,
Banco de Santander.
www.losojosdehipatia.com.es
13
LITERATURA
H
ay que leer a H. P. Lovecraft (1890-1937). Así,
sin excusas. Sin contemplaciones. Pudimos
hacerlo en la pubertad, cuando las
emociones nos trastornaban, cuando nos oponíamos a lo cuerdo y a
lo corriente. En algún momento de
esa edad sombría juzgábamos severamente a los padres, a esos que
decían ser nuestros padres. Sospechábamos... HPL fantaseó precisamente con esas demencias u ocurrencias, esas sospechas insanas.
Podemos parafrasearlo. Hay algo
en mi familia que me angustia, hay
algo en mis mayores que me condena: alguna malformación, alguna
dolencia hereditaria que me malogra. El mundo no es transparente.
Es sobrenatural o infernal: tiene una
El horror, el horror
H.P. Lovecraft
y el miedo
preternatural
Justo Serna
Catedrático de Historia Contemporánea
de la Universitat de València y Escritor.
14
Los ojos de Hipatia
r
dimensión oculta en la que sobreviven perturbados que cometen todo tipo de iniquidades. A ellos acabaré perteneciendo.
o científicos, gentes solitarias: herederos
de buenas familias que reciben bienes u
objetos llenos de historia; herederos que
también cargan con horrores antiguos, con
culpas no saldadas, con prácticas demoníacas. Relatan sus experiencias siniestras, el
peso o la carga de una genealogía híbrida,
de una promiscuidad bestial. La ciencia les
ayuda a sobrellevar lo monstruoso, pero a
la vez no les aclara el misterio profundo de
las cosas. ¿A qué me refiero? Al horror, al
sinsentido, a esa emoción pavorosa y muda
que nos trastorna cuando corroboramos
que no hay significado.
Pero podemos leer o releer a Lovecraft
tiempo después, al encarar la vida sin la
rabia adolescente: cuando creemos que el
mundo funciona previsiblemente, con automatismos; cuando admitimos que todo es
ordinario, banal, explicable. Es entonces
cuando HPL más nos sorprende: su oposición arrogante al mundo y su animosidad
antimoderna hacen de él un reaccionario
especial.
Supo expresar los miedos, supo relatar los
desvaríos de un caballero enajenado. Sus
historias de horror preternatural, cósmico, aún estremecen. No nos atemorizan a
la manera gótica, sino con seres híbridos
o monstruosos de dudosa filiación; y nos
acongojan con alteraciones temporales, las
de una naturaleza impredecible que la ciencia no puede prever o contener. “El auténtico cuento fantástico tiene algo más que asesinatos secretos, huesos ensangrentados o
figuras cubiertas con sábanas que agitan
chirriantes cadenas...”, precisa HPL en El
horror sobrenatural en la literatura.
Hay distintas ediciones de esta obrita. Ahora, Valdemar la publica junto con otros textos autobiográficos. La edición corresponde
a Juan Antonio Molina Foix. Poco a poco, la
editorial Valdemar va creando el canon de
Lovecraft en español, en un español elegante, con sutilezas expresivas. Desde luego,
en esta época algo meliflua, de vampiros
cinematográficos, estaría bien que los jóvenes leyeran los volúmenes de ese fondo, entre otros los de HPL. Sus erudiciones y sus
reflexiones, generalmente agudas, ayudan
a especular y a curtirse.
Lovecraft fue un tipo feo, extraviado, solitario. En sus escritos autobiográficos así se
reconoce. Fue un misántropo que se arrancó del mundo para vivir en un tiempo literario, ajeno. Escapó del presente americano
y mestizo, para instalarse en un pasado originariamente blanco y británico, un pasado
siempre amenazado por la impureza de lo
bestial. Detestó toda forma de iluminismo:
tanto la luz eléctrica --la iluminación-- como
la Ilustración --el Iluminismo-- que achata.
Vivió confundido, quizá, por una melancolía sin objeto: melancolía de esos tiempos
remotos, cuando las jerarquías eran evidentes y los individuos no disponían de la
ciencia arrogante con la que explicarse o
con la que salvarse.
En sus terroríficos cuentos, muchos de los
protagonistas son precisamente eruditos
No hay meta ni fin. No hay misión humana
que nos salve. El auténtico pánico lo experimentamos cuando el hueco enorme se
hace explícito: confirmamos que no hay
sentido que nos apacigüe. Es entonces,
precisamente entonces, cuando lo primitivo o lo bestial, lo reprimido o lo oculto, regresan para hundirnos en la masa informe
de lo siniestro. Es el fin, nada egregio o reparador. No hay consuelo, sólo un ominoso
vacío.
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15
MEDIOAMBIENTE
Millán Millán:
“
Ginés Vera
Escritor y Docente.
El problema de los sistemas naturales es que
“
el colapso tiende a ser catastrófico
Una pregunta directa para romper el hielo, ¿nos
estamos cargando el planeta?
Yo que creo que casi nos lo hemos cargado ya.
Primero que la gente no toma conciencia; hay gente que, como algunos americanos con los que yo
hablo, piensan que Dios lo resolverá todo.
En el planeta muchos de los sistemas naturales,
por ejemplo el sistema del agua, ya han colapsado,
estamos viviendo de los remanentes que quedan.
Y cuando te quieras acordar dirás que tienes una
sequía en la cuenca mediterránea y quedará lamentarse.
Imagen cedida por Hastphoto.
L
os ojos de Hipatia entrevista al doctor Millán Millán, director ejecutivo de la Fundación
CEAM (Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo) en Paterna (Valencia).
Millán inició sus estudios universitarios en la Universidad de Granada doctorándose
en Física Atmosférica por la Universidad de Toronto (Canadá). Diseñó el COSPEC para la
medida remota de gases en la atmósfera cuyas aplicaciones para el estudio de la contaminación
atmosférica aparecieron en la Enciclopedia Británica en 1974. Ha dirigido y/o participado en
múltiples proyectos de la Unión Europea por cuyos resultados, se conocen actualmente procesos
meteorológicos y climáticos específicos del Mediterráneo, que eran desconocidos o estaban sin
documentar previamente. También ha participado en la elaboración de las Directivas Europeas
de calidad del aire.
16
Los ojos de Hipatia
Un informe de las Naciones Unidas en el año
1971 ya alertaba que el cambio climático tenía dos
factores: uno inmediato, a corto plazo, sobre el uso
del suelo, y otro que eran los gases de efecto invernadero que vendrían a principios del siglo siguiente. Estoy hablando de un informe del año 71. Sobre
los cambios del uso del suelo, a pesar del informe,
nadie ha hecho nada. Las sequías que hay en Brasil
–donde tenían un bosque de lluvia tropical–, o las
inundaciones que tenemos en Europa… Todo esto
se veía venir, si les pilla de sorpresa es porque no
se han leído nada.
Si tú ahora mismo pararas todas las actuaciones
contra el medio ambiente –aunque no las puedes
parar porque la población es demasiado grande,
pero si las parases– el sistema va a seguir. Las consecuencias de los gases de efecto invernadero van
a tardar cientos o miles de años en normalizarse
otra vez siguiendo los procesos naturales de acumulación de CO2 en rocas, en calizas… El sistema
tiene una capacidad de autodepuración limitada y
con tiempo, no se autodepura de un día para otro.
En el momento en el que tú excedes la capacidad
del sistema, el sistema revienta y posiblemente, en
algunas cosas, se haya sobrepasado.
Entonces ¿la solución al cambio climático pasaría por un mayor compromiso de unos cuantos
países muy contaminadores, por invertir más en
tecnología o por una mayor concienciación de
todos?
Por una combinación de las tres cosas. El primer
problema que tienes básicamente es que muchos
de los procesos naturales no sabemos aún cómo
funcionan. Hablamos de procesos físicos y químicos en la atmósfera, de la interacción del suelo con
las precipitaciones, entre otros.
¿Habría que invertir más en investigación?
En investigación y en un diagnóstico adecuado,
tú estás marchando sin saber cómo funciona el sistema.
El problema de los sistemas naturales es que
el colapso tiende a ser catastrófico. No es que va
disminuyendo poco a poco sino que de buenas a
primeras colapsa. Muchas de las cosas que nos están pasando ahora son por esta causa. El ciclo del
agua es el primero que nos va a dar por todos los
lados. Muchos de los mecanismos no se conocen
actualmente.
Si te lees el tercer, el cuarto y el quinto informe
de las Naciones Unidas te das cuenta que se están
contradiciendo porque han ido tirando de modelitos con ordenadores que no han funcionado. Te estaban diciendo, por ejemplo, sequías en Europa…
Ahora cuéntaselo a los serbios. ¿Por qué?, porque
han hecho extrapolaciones sin tener claro el mecanismo, el modelo del mecanismo.
Tú tienes una serie de procesos meteorológicos
que tienen un promedio de los cuales cómo funcionan en detalle sabemos muy poquito, lo que han hecho con los modelos que se utilizan es incorporar
los modelos más simplistas y organizarlos dentro.
Esto está muy incompleto, la gente tiene la
sensación de que se sabe. La introducción de los
sistemas frontales, que ahora han pasado a ser el
dogma, son de la época de la primera guerra mundial. Lo introdujeron unos meteorólogos noruegos
y finlandeses modelos con una parte simple, cómo
varían cuando pasa por sistemas complejos son cosas que se estaban estudiando pero que, por falta
de dinero, se han dejado de estudiar.
Bastante detalle no sabemos. Normalmente
funcionamos con lo que conocemos, por ejemplo
como en medicina, por acierto y error. Pero en el
tema del medioambiente que cae y se pisa todos
los días, que involucra el agua o la calidad del aire,
está muy cerca del nivel político normal. El político
si al pueblo le dice: «No cortéis más arboles porque
vais a dejar sin agua a la región que hay detrás», la
gente va a seguir haciendo lo que han hecho toda la
vida de dios hasta que agoten el sistema.
Es un problema global, entonces, de información global.
Global y de demasiada gente opinando sin tener
suficientes conocimientos.
Te explico una relación directa, como la que hablamos, en la que yo he estado trabajando: Pérdida
de tormentas de verano en el Mediterráneo. Estuvimos haciendo los grandes estudios de la Unión Europea, campañas de medición en el Mediterráneo,
ciento y pico de personas todos los días, analizamos todos los datos recogidos sobre las tormentas
de verano. Cuando ya supimos cómo se pierden las
tormentas y se lo conté a un político la primera orden fue la de querer cerrar el CEAM. Yo trataba de
decirle que una vez que sabes cómo funciona esto
tiene una solución: si tú vas a construir en la costa hazlo, pero tienes que calcular cuánta humedad
contribuirá a esa zona y compensarla después con
vegetación en la zona quemada del interior. Pero
hay políticos que no les parece bien porque ya sesale de la región.
En el caso de Mediterráneo el vapor que tenía
que haber precipitado en la cuenca mediterránea
se va a precipitar en Hungría, Chequia, y esa zona.
El Mediterráneo, que ya era deficitario en precipitación, evapora agua que no recoge, con lo cual
aumenta la salinidad: está cada vez más caliente
y más salado. Por ejemplo, hay una cosa llamada
válvula salina atlántico-mediterránea, en Gibraltar
que hace que tenemos sequía aquí en verano y que
cuando el sistema colapsa en el otoño haya inundaciones en todo el Guadalquivir, sur de Francia,
Galicia etcétera.
Esto que te explico son mecanismos que hemos
ido documentando para explicar porqué pasan
estas cosas, no se sabía hace unos años. Muchos
de estos sistemas naturales nosotros los estamos
perturbando con pequeñas cosas que no considerábamos importantes. Entre que no hay gente que
esté investigando estas pequeñas cosas y otros que
no quieren oír…
En ciencia está el problema del gran retraso entre lo que vas sabiendo y lo que vas operando. Y
en el caso del medioambiente el problema es que
tienes políticos, alcaldes, etcétera, o sea, afecta al
territorio, afecta a pequeñas empresas… y muchas
veces tropiezas con gente como cierto político que
quería cerrar el CEAM, y que no ha habido forma
de explicarle que esto tiene un efecto positivo en
la Comunidad Valenciana. O sea, un político toma
una decisión y pasan años hasta que se recupera.
Hay mucha gente que no quiere ver las evidencias científicas aunque más tarde alguien lo vea
como un gran descubrimiento.
El medio ambiente tiene cosas dogmático-religiosas para algunas personas, tanto para los de derechas como para los de izquierdas como para los
ecologistas. Hay temas que lo que tienen que hacer
todos es sentarte y ver cómo los resuelves.
Entonces ¿es un tema político, de barreras políticas, dado que técnicamente hay soluciones
para ciertas cosas?
Yo no diría barreras políticas, yo diría barreras
dogmáticas.
¿Y cómo se salva una barrera dogmática?
Yo llevo cuarenta años trabajando y aún tengo
problemas, porque llego a una reunión y alguien
dice: «Lo que diga esa persona es una estupidez.»
Me pasa sobre todo en Europa.
¿Toda Europa es dogmática, en Estados Unidos
son menos dogmáticos?
La diferencia entre Estados Unidos y Europa en
medio ambiente es que en Europa vas a una conferencia, presentas una cosa y si a alguien no le gusta
se calla; si tiene alguna duda habla por lo bajo con
el del al lado. En Estados Unidos presentas algo y
si alguien no está de acuerdo levanta el brazo y te
pregunta: «Perdone ¿cómo hace usted esto?». Y se
lo explicas, y si le convences se acabó. El problema
del dogmatismo europeo es la gente que tiene ‘su’
creencia y no la cambia por testarudez y además
no pregunta. Si tú encima le convences o hay más
gente que lo convence, se te rebela contra ti. Yo esto
lo he vivido y lo sigo viviendo.
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17
¿
CINE
Por qué motivo muere Gustav von
Aschenbach? Imagino que puede
ser esta la pregunta que queda sin
responder al final de la película de
Visconti, Muerte en Venecia (1971). ¿Muere por debilitamiento físico, producido por
el agotamiento psíquico y creativo? ¿Muere
porque ha contraído la fiebre del cólera que
se extiende como epidemia por Venecia,
cuando ya ha decidido dejarse convencer
de su imposibilidad creativa y de su muerte
acechante?
Bien es cierto que en estas preguntas se
hallan algunas de las respuestas más coherentes, porque son más comprensibles
o porque son más idóneas a lo que nos
muestra el comienzo y el final del filme. No
obstante, nos queda la inquietud: ¿por qué
muere Aschenbach, la figura entorno a la
cual gira Muerte en Venecia? En un sentido
figurado, o en el sentido que vive latente en
la novelita de Thomas Mann (1875-1955), y
en el film de Luchino Visconti (1906-1976),
Aschenbach no muere, renuncia a la vida, al
placer erótico y sexual, al recuerdo de una
vida familiar, a la creatividad; y todo ello es
sustituido por la belleza, por su contemplación y su admiración, y por la clase de opción sobre la misma.
El “mecanismo” por el que Aschenbach –
interpretado por Dirk Bogarde– decide quedarse en Venecia para anular su naturaleza,
es el de la propia asfixia: el viento siroco, el
calor, los instintos ocultados, los sentimientos oprimidos, la fecundidad yerma. Un tratamiento contextual y psicológico aniquilante –en negativo–, excluyente del deseo vital,
propicio para una muerte auto contemplada
estéticamente. Thomas Mann y posteriormente Luchino Visconti, supieron elaborar
de manera soberbia –formalizándolas creativamente–, las ideas sobre la estética de
la renuncia y de la contemplación, originadas por el pensador Arthur Schopenhauer
(1788-1860). Aunque este es un paralelismo
que no deberá entenderse exhaustivamente.
Muerte en Venecia
de Luchino Visconti:
renuncias
y estéticas
Eduardo Beltrán Jordá
Escritor.
18
Los ojos de Hipatia
Estudiosos de la conciencia espiritual integral, como Ken Wilber (1), quien dice admirar a Thomas Mann por su contribución
–entre otros escritores como Aldous Huxley,
ambos vinculados a la Vedanta Society– a la
“emancipación de multitud de almas sensibles” de la “represión” y la “superficialidad”,
imagino que asimilarían el personaje de Aschenbach a una imagen-renuncia de un yo,
psicológico-egoico, con el fin de contemplar
una belleza física de impronta espiritual,
la cual, como consecuencia (platónica qué
duda cabe), vendría a identificarse con la representación de la totalidad de lo existente,
en cuanto a lo divino.
Este es uno de los acercamientos a la figura de Aschenbach. Pero hemos dicho que
existe otra aproximación a la obra literaria
y cinematográfica que representa el propio
Aschenbach, y que se relaciona con el significado de la contemplación estética y del
arte en Schopenhauer. Se trata de la belleza sustitutiva y paliativa del dolor vital,
proveniente éste del deseo, intenso fun-
damento en su inasequible búsqueda. Y en
la película, veremos cómo la máscara es la
manifestación de cómo se elige una belleza
filtrada a través del artificio, como una asfixia estética.
En cuanto a este ámbito, Muerte en Venecia es particularmente interesarse. Muestra
un Aschenbach (Bogarde), que se maquilla
el rostro con polvos blancos y se tinta las
canas de negro azabache, con el interés de
rejuvenecerse. Un maquillaje con rasgos de
máscara mortuoria, para su propio funeral,
por medio de la que poder enfatizar la ausencia de vida deseante, y en virtud de la
cual –y delante de la cual– poder ser revelada la verdadera belleza, ya fuese representada en la madre de Tadzio –interpretada por
Silvana Mangano–, una imagen de vestal
clásica en una aristocracia belle époque; en
la del propio Tadzio –el adolescente interpretado por Björn Andresen– representando la gracia entre la ingenuidad y la voluntad, la necesidad y la libertad, la emoción
y la inteligencia; o en la del vacío horizonte
(que parece una imagen de vacuidad), entre
el mar, el sol, y la playa.
Una máscara de cosmética y tintura, que
se derrite sobre su rostro (en una imagen de
una decadencia grotesca), expuesta al proceso de sudor febril de la realidad más biológica, a la que anteriormente había querido
suprimir, con su inteligencia creativa, y que
de nuevo retorna como mordaz fundamento
de muerte. Pero en esta última secuencia
del filme no se da lugar al ilimitado poder
voluntario, sino que la muerte del cuerpo
y la muerte del deseo se funden en aras de
la contemplación estética. Sin embargo,
Aschenbach ya había empezado a fallecer
cuando comienza su estancia por Venecia.
¿Pero de qué manera morirá?: en el amor
a la belleza; en la unión de significante y
significado; en el equilibrio entre miradas e
ideas; en el orden entre ética y estética; en
la armonía entre serenidad y pasión; en la
confluencia entre entusiasmo y quietud.
Al final de la película y de su trayectoria
vital, Aschenbach (Bogarde) realiza un ri-
Se trata de la belleza
sustitutiva y paliativa del
dolor vital, proveniente
éste del deseo, intenso
fundamento en su
inasequible búsqueda.
tual del artificio –estético, cosmético–. Es el
de la negación y el sacrificio sobre lo tangible, para poder admirar y participar de la belleza delante de él –la vida que aún queda en
el “fenómeno visible”–, según su propia ceremonia de elección estética, la que ejecuta
el dandi. Como un trasunto de Oscar Wilde
(1854-1900), acaban imitándose máscara y
belleza estética, y la raíz de su fuerza: la propia voluntad de vida. El ritual se transforma
en una formidable asfixia cosmético-paradójica: rejuvenecerse para morir, ocultarse
para ver, maquillarse para ser en la autenticidad.
La estética del artificio por la cual Oscar
Wilde metamorfoseaba en reciprocidad la
vida y el arte a través de una idea clave, en
base a la cual sostenía que el arte –el artificio– era el único medio examinable –el espejo– por el que la fuerza de vida se podía
observar a sí misma, se muestra afín a la
tesis de Clément Rosset (2). Oscar Wilde corresponde a un sustrato más profundo en la
teoría de Rosset, encaminada a la total irracionalidad de la anti naturaleza como base
fundamental de su teoría estético-artística,
cercana en su pureza a valores del absurdo.
Las ideas de Rosset, se explican entorno
a la antinaturaleza de la estética del artificio
y sus artistas –principalmente Baudelaire
(1821-1867)–, que en un estrato superficial
de la teoría, tienden a una antinaturaleza
que aun quiere ser naturaleza, y por desagravio, practican su opuesto, su negativo.
Surgen como una inadaptación a la naturaleza real, y como una estética romántica que
muestra lo inverso a lo que se quiere expresar. Asimismo, como en el caso de la película de Visconti y la novela de Thomas Mann,
los artistas y protagonistas quieren sostener
una asfixia de carácter estético, a causa de
una realidad impredecible para ellos –paradójicamente, por su continuidad lineal y
monótona, tediosa e inmarcesible–, y por
una desconfianza de la naturaleza, porque
no acaba de completarles su Idea.
Tal vez seguimos sin responder a la pregunta del por qué de la muerte de Aschenbach, personaje principal de la Muerte en
Venecia. ¿Decide morir en la admiración del
artificio, transmutado su rostro en la máscara del dandi, y el final de su existencia
en un rito funerario-estético? Pensemos si
la imagen de Aschenbach (o la de Thomas
Mann, o la de Luchino Visconti) en la última
secuencia de la película Muerte en Venecia,
es la imagen de un moribundo, o es la imagen de un esteta en plena (auto) contemplación discursiva.
Esta película de Luchino Visconti –y la
narración de Thomas Mann–, están muy
próximas a las estéticas de la renuncia (lo
negativo como ‘nada’) y la contemplación
(la unión o el olvido del yo en la observación
estética-artística); cercanas asimismo a las
estéticas de la decadencia (esteticismo, dandismo) y la anti naturaleza (irracionalidad).
Son un buen testimonio de la suspensión
fascinante (hasta lo extenuante) que las
ideas estéticas y su formidable imaginación,
ejercen sobre la vida de algunas personas,
entre ellas, creadores y artistas. Digamos
como final que la decadencia estética ha
superado a la decadencia de lo contingente.
(1) WILBER. K. (2000), Diario, Kairós, Barcelona, p. 22-23.
(2) ROSSET, C. (1974), La anti-naturaleza,
Taurus, Madrid, p. 93-105.
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19
FOTOPERIODISMO
Gervasio Sánchez:
“Sin buen periodismo
la sociedad está condenada
a la manipulación”
Arantxa Carceller
Periodista.
El fotoperiodista Gervasio Sánchez y la periodista Mònica Bernabé han inaugurado la
exposición Mujeres. Afganistán. Fotografías
de Gervasio Sánchez y textos de Mònica
Bernabé en el Centre Cutural la Nau de Valencia para acercar la compleja realidad de
la mujer afgana más allá de la imagen estereotipada del burka.
Este proyecto, que nació gracias al Ayuntamiento de Barcelona y ha durado 6 años,
reúne más de 150 imágenes que junto a
los textos de la periodista Mònica Bernabé,
afincada 8 años en Afganistán, muestran al
espectador la cruda y violenta realidad que
envuelve a la mujer afgana. Tanto Sánchez
como Bernabé no dudan en reivindicar la
labor periodística de esta empresa, aunque Afganistán ya no esté en la agenda de
los grandes medios de comunicación, porque ambos siguen “creyendo que sin buen
periodismo una sociedad está condenada a
la manipulación, e incluso, a la pasividad”.
De ahí, el hincapié de Gervasio Sánchez al
denunciar el papel de los medios de comunicación y poner el acento en la funcionalidad
20
Los ojos de Hipatia
del periodismo en la sociedad. “Los medios
de comunicación son coparticipes de una
forma de ejercer el periodismo que no tiene
nada que ver con el periodismo. El periodismo debe vigilar al poder, controlar con contundencia las arbitrariedades del poder. El
periodismo sirve para no olvidar los temas
no mediáticos, no como ahora donde prima
lo instantáneo, aunque sea pura basura”.
Sin duda, ha sido el compromiso férreo de
Sánchez y Bernabé hacia una profesión tan
pauperizada, como es el periodismo, lo que
ha hecho posible que llegue al público en ge-
“Hay que recordar que España
es la séptima potencia mundial
en la venta de armas. Estas
armas son financiadas por los
principales bancos españoles,
como el Banco Santander que es
el que más armas financia”.
neral una visión tan amplia, rica, compleja
y llena de subterráneos sobre la situación
de las mujeres en Afganistán, “huyendo sobre todo de la foto fija que tienen muchas
personas, en la que creen que el burka es
el gran problema de la mujer afgana. Cuando si el burka fuese sólo el problema de la
mujer afgana, éste se hubiese acabado hace
mucho tiempo. Queríamos plantearnos un
proyecto donde no apareciesen burkas. Decidimos huir de esa retórica, de esa foto fija,
y empezamos a estudiar cómo describir con
un hilo narrativo lógico lo que significan todos los abusos y la violencia hacia la mujer
afgana. Y eso que actualmente la situación
de la mujer afgana ahora es mejor que la de
la época talibán, pero, al mismo tiempo te
diré que los talibanes habían dejado el listón tan bajo, que cualquier cosa que se hiciese tras la caída del régimen talibán iba
a significar una mejora para la situación de
la mujer afgana”, arguye Gervasio Sánchez.
“El tema está en cuanto te quedas en la superficialidad de estas ideas, pues, el gran
drama de las mujeres afganas, no es trabajar o no trabajar que lo es evidentemente,
Gervasio Sánchez, fotoperiodista que ha cubierto los conflictos más importantes del siglo XX desde los años 80 y autor de varios libros fotográficos como Vidas minadas, Desaparecidos/Víctimas del olvido, Niños de la guerra,
Sarajevo 1992-2008, entre otros..
sino lo que pasa en el interior del hogar, donde viven auténticas
tragedias. Y esto ocurre donde los talibanes estaban, pero también
donde jamás pusieron los pies, son zonas no muy grandes, donde
había otras etnias y no llegó la influencia talibán. Tras la caída del
régimen talibán, la situación no ha mejorado porque estas situaciones se producen bajo la influencia de la tradición. Afganistán tiene
leyes de protección a la mujer importantísimas, y que demuestran
ante la ley que las mujeres y los hombres son iguales, la Constitución del 2004, o la ley del 2009 que prohíbe la violencia contra
las mujeres. El mismo Corán prohíbe los matrimonios forzosos, los
matrimonios con menores. Pero todo esto lo aplasta la tradición, y
lo que ocurre en la vida cotidiana no tiene nada que ver con las le-
yes. Los hombres afganos están violando las leyes ante la pasividad
del poder judicial, jurídico, y todo tipo de poderes, e incluso, ante la
Comunidad Internacional, y recordar que desde 2002 Afganistán
está subvencionado por la Comunidad Internacional”, puntualiza
Sánchez. “Si las instituciones internacionales, lo que se llama la
Comunidad Internacional, Europa, EEUU, Japón y Canadá, son incapaces de imponer una mejora en la vida de las mujeres no hay
nada que hacer, es imposible cambiar las cosas. No ha habido ningún interés en mejorar la vida de las mujeres”.
Las fotografías expuestas en la Nau, así como el catálogo que nutre
esta exposición, analizan la violencia, endémica, que afecta a las
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Mònica Bernabé, Presidenta de la Asociación para los Derechos Humanos en Afganistán (ASDHA).
mujeres afganas a través de seis bloques,
que abordan las principales temáticas que
ejemplifican el grado de violencia a la que es
sometida la mujer en Afganistán. Desde el
matrimonio forzado e infantil hasta la fuga,
el encarcelamiento, la drogodependencia,
el suicidio, los avances legales y su realidad, las consecuencias de la impunidad y
la guerra, o, la imagen de algunas mujeres
relevantes que se han convertido en personajes de la vida pública, escenario restringido a los hombres, aunque cada una de ellas
también arrastre su propio drama personal,
ponen de relieve la dramática situación de
las mujeres afganas. Todas las fotografías
fueron tomadas en las principales ciudades
de Afganistán: Kabul, la capital, Herat, Kandahar y Mazār-e Šarīf, “no ha hecho falta
irse a las zonas rurales de Afganistán”, manifiesta la periodista Mònica Bernabé, para
recoger la realidad de las mujeres afganas.
“Los derechos de la mujer ya están muy en
entredicho en Afganistán, aunque no estén
los talibanes en el poder. Cuando hablamos
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Los ojos de Hipatia
del régimen talibán, hablamos de las restricciones que tenían las mujeres en la vida
pública, mientras que es mucho más bestia
la violencia que viven las mujeres dentro de
sus casas”. Por ello, esa búsqueda tanto de
Sánchez como de Bernabé para “mostrar la
violencia que viven las mujeres de puertas
para adentro”, aclara la periodista Mònica
Bernabé, y que intenta adentrarse más allá
de esa primera capa que es el burka. “El burka se convirtió en el símbolo de la represión
de las mujeres durante el régimen talibán.
Durante mis años en Afganistán, nunca he
encontrado una mujer que me dijese que el
burka era un problema para ella. Yo siempre digo que hay que ponerse en contexto.
En Kabul, a día de hoy, la mayoría de mujeres no llevan burka, es en las zonas más
inseguras donde las mujeres llevan burka.
Es decir, cuanta menos seguridad más ves
que las mujeres se tapen completamente.
Porque debajo del burka no se sabe si eres
joven, guapa, fea o vieja. El anonimato te da
seguridad. El burka es una arma de protec-
ción en cierta manera, y te permite saber
cómo es la situación en una región, donde si
ves a muchas mujeres con burka sabrás que
la situación no es buena”. A lo largo de este
recorrido fotográfico esa imagen del burka,
como cárcel de mujeres, va erosionándose
hasta vislumbrar una realidad mucho más
complicada y que nace en el núcleo familiar
como la misma Bernabé manifiesta, “el primer acto de violencia es el matrimonio”. Por
tanto, y a pesar de la legalidad existente, es
en la propia célula familiar, pilar clave en la
sociedad afgana que no conoce el Estado de
bienestar, donde se produce esa violencia
contra las mujeres. “La mujer se convierte
en una transacción económica”, aclara Gervasio Sánchez, y está sujeta a los dictámenes de su padre, esposo, e incluso, hermano
menor. En este sistema estrictamente patriarcal, ligado a una ortodoxa tradición, las
mujeres tanto de mayor nivel social como
más pobres quedan sometidas a la voluntad
de sus padres, quienes buscan un hombre
para casar a sus hijas. Evidentemente, la
peor suerte siempre la tendrán las mujeres
de familias más pobres, o que sufran algún
tipo de discapacidad. Aunque todas ellas,
indistintamente del rango socia, deberán
pasar por ese matrimonio forzoso que las
obliga desde la noche de bodas a mantener
relaciones sexuales con un auténtico desconocido. Y a vivir un calvario de puertas hacia
dentro de sus hogares porque con el pago
de la dote la mujer se convierte, inmediatamente, en una propiedad del hombre, quien
determina inclusive si dar permiso a su mujer para ingresar o no en un hospital. Luego,
las leyes afganas quedan veladas, o sepultadas, ante una tradición que subyuga a las
mujeres a vivir en perpetua condena desde
que nacen, mientras la mirada internacional
gira la vista hacia una incipiente retirada de
tropas sin buscar soluciones a la vida de las
mujeres afganas.
Sin embargo, la pasividad gubernamental no
es el único elemento en este complejo entramado que afecta directamente a la situación
de la mujer afgana. Otro punto relevante y
que es extrapolable a otras zonas en conflicto, o puntos calientes, donde una paz total
aún no se ha alcanzado, es el mercado de armas. Sin la paz es imposible fomentar otras
cuestiones como la educación o la economía,
para generar esa palanca de cambio que afecte de forma positiva a la sociedad en su conjunto, y, sobre todo, a las mujeres. He aquí, el
prestigioso fotoperiodista Gervasio Sánchez
señala directamente a los gobiernos, y a sus
CENTRE CULTURAL
LA NAU DE VALENCIA
Hasta el 14 de febrero de 2016.
Martes a Sábado, de 10 - 14 // 16 - 20 h.
Domingos y Festivos, de 10 - 14 h.
cómplices, los bancos como responsables de
la situación de muchos países, como fuese
en la guerra de los Balcanes, Ruanda, Congo, en la Afganistán de los años 80, y posteriormente, y también en la Siria de hoy, entre
otros. “Hay que recordar que España es la
séptima potencia mundial en la venta de
armas. Estas armas son financiadas por
los principales bancos españoles, como el
Banco Santander que es el que más armas
financia”, señala el fotoperiodista Gervasio
Sánchez. Armas que matan, y no facilitan los
procesos de paz, la inversión en economía ni
educación para el avance, en este caso, de las
mujeres afganas.
Desde la mirada de Hipatia les recomendamos que no dejen de visitar esta magnífica
exposición que permite acercarse a una realidad tristemente olvidada.
Fotografías Gervasio Sánchez.
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