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Homilía y guión para la Santa Misa
4º domingo de Cuaresma
Ciclo B. Color: Morado
15 de marzo de 2015
Año XIX - Nº 1069
Aportes para la homilía
Dios envió a su Hijo,
para que el mundo
se salve por él
2Crón 36,14-16.19-23; Sal 136, 1-6;
Ef 2, 4-10; Jn 3,14-21
Lejos de la esclavitud, los hebreos
avanzan por el desierto rumbo a la tierra
prometida. Pero el camino se hace largo y
el pueblo no soporta ese tiempo de purificación en que deben dejar de ser esclavos
y aprender a vivir como pueblo elegido del
Dios único, rechazando la tentación de adorar a dioses paganos. Sin embargo, muchos
añoran las cebollas de Egipto, ¡y a Moisés
se le acababa la paciencia! De pronto, una
invasión de serpientes venenosas los pone
a prueba y corren arrepentidos a Moisés
para que ruegue a Dios, quien le indica izar
una serpiente de bronce para que, mirándola con fe, queden curados.
Una noche, Jesús aclara a Nicodemo
el sentido del misterio: es necesario que
yo sea elevado en cruz para que todo el
que crea en mí tenga vida eterna. En otra
ocasión dirá: “Cuando yo sea levantado
en alto, atraeré a todos hacia mí, y habrá
un solo rebaño y un solo pastor”. Dentro
de poco celebraremos la Semana Santa,
preparémonos conscientemente para que,
abrazados a Jesús crucificado, las próximas
celebraciones nos den salud y bienaventuranza interior, que luego se proyecten a lo
largo y ancho del diario vivir.
San Agustín advertía: El que te creó sin
ti, no te salvará sin ti. Dios es el-que-salva,
pero el hombre es quien acepta o no esa
salvación, y en ello se juega la vida. Hacemos buen uso de nuestra libertad si nos
abrimos a la verdad y al amor redentor del
Señor, pero ¡cuidado!, caemos en esclavitud
cuando nos dejamos arrastrar por el pecado.
Tomemos a Dios con absoluta seriedad,
la misma que él tiene con nosotros. En
Semana Santa veremos cómo nos toma él.
De allí la necesidad de prepararnos para
vivirla con toda devoción, poniendo en ella
los cinco sentidos. Intensifiquemos nuestra
piedad asimilando cuanto venimos meditando, abiertos al sacramento del perdón,
procurando un clima de recogimiento en
casa, entronizando también un Crucifijo
grande en lugar destacado, adornandolo
con flores, una lámpara, algún afiche alusivo, programando momentos de oración en
familia, también con los vecinos. Son ideas,
sugerencias… Seamos creativos.
Cuaresma es tiempo de ahondar en el
misterio de nuestra redención. Analicemos
cómo Dios va llevando adelante, con todo
amor salvador, su plan de rescatarnos del
pozo de errores, mentiras y maldades en
que nos precipita el pecado. Precisamente, ese estudio nos hace apreciar más y
mejor lo que Jesús le dice a Nicodemo:
¡Tanto-tanto los quiere mi Padre! La Virgen
asegura en Medjugorje que si descubrimos
(Continúa en la p. 4).
Aportes - 1
Guión para la Santa Misa
1) Introducción
Y perdiendo esa sensibilidad también
nos volvemos indiferentes y egoístas
con los hermanos necesitados, pobres
y enfermos. Señor, ten piedad.
Hermanos: ¡Felices de nosotros
que, atendiendo el llamado del Señor, volvemos hoy a congregarnos
en torno a la mesa de su Palabra y
Dios todopoderoso tenga misede su Eucaristía! Felices, porque, dejanricordia de nosotros, perdone
do los trajines de la semana que pasó,
nuestros pecados y nos dé la vida
venimos a empaparnos de sus verdades
eterna. Amén.
y criterios, sus sentimientos y anhelos,
para que nos animen en los quehaceres 4) Liturgia de la palabra
de esta nueva semana.
Primera lectura (2Crón 36,14-16.
Comencemos esta misa cantando…
19-23): El pueblo hebreo cometía
toda clase de infidelidades y los ba2) Saludo de bienvenida
bilonios los esclavizaron. Pero Dios
Que la gracia y la paz de Dios, tuvo compasión y las cosas cambiaran
nuestro Padre, y de Jesucristo el bajo el rey de Persia.
Señor, estén siempre con cada
Salmo responsorial (Sal 136, 1-6):
uno de ustedes.
El pueblo, deportado y esclavizado en
Hoy, Jesús nos recordará que el Padre Babilonia llora castigado, añorando tiemtanto nos quiere que lo envió para que, pos mejores en su patria. R. ¡Que no me
quien le crea, tenga vida eterna, alcance olvide de ti, ciudad de Dios!
la salvación y la resurrección. Lo sabemos
Segunda lectura (Ef 2, 4-10): Pablo
de memoria, pero vamos a meditarlo y proclama la misericordia divina que, a
asumirlo a fondo y potenciar así nuestra pesar de nuestras infidelidades, nos trata
vida cristiana.
con misericordia y nos salva en Cristo
Jesús.
3) Acto penitencial
Lectura del Evangelio (Jn 3, 14-21):
Comencemos reconociendo ante
el Señor la indolencia y adorme- Nicodemo va a hablar con Jesús, quien le
cimiento que nos invade, pidamos revela el amor infinito del Padre que tanto
perdón y la ayuda para reactivar nuestro nos quiere, que nos envía a su amado Hijo
para salvarnos.
empeño en seguirlo:


Porque con frecuencia aflojamos, 5) Oraciones de los fieles
nuestra relación con Dios y emEl Señor es nuestro Dios y nuestro
pobrecemos la vitalidad espiritual
todo y más aún si vivimos de su
de nuestra comunidad. Señor, ten
gracia.
piedad.
Por eso, pidamos con toda conPor dejar la puerta abierta a los critefianza:
rios del mundo, sus vanidades y men¡Que vivamos, Señor, de tu amor
tiras, y no nos importa si perdemos el
y misericordia!
gusto por las cosas de Dios. Cristo,
ten piedad.


Aportes - 2
4 Desde siempre nos amas, y nos das de acuerdo a su Evangelio y juntos como
la vida y la fe porque, perdidamente hermanos en su Iglesia.
enamorado, sólo quieres ser el todo
Cantamos…
absoluto de nuestra vida. ¡Que vivamos, Señor…
8) Despedida y bendición final
4 Padre, tú nos pusiste en este mundo
Jesús nos ha prometido yo estoy
para que aprendiéramos a amar. Ayúcon ustedes hasta el fin, hasta las
danos, porque nos cuesta mucho. ¡Que
últimas consecuencias. Comprovivamos, Señor…
metámonos a dar nuevos pasos adelante
4 Ayúdanos a corresponderte con lo en los días que vienen, por que para él
mejor de nosotros, amándote como nada es imposible.
Jesús en la persona de nuestros. ¡Que
vivamos, Señor…
4 Que confiemos en ti, Padre, y nos comprometamos más en sembrar semillas
de reconciliación, solidaridad y paz.
¡Que vivamos, Señor…
4 Da a nuestros difuntos el gozo de tu
amor y, a nosotros, la esperanza activa, sin temor al sacrificio, de construir
la civilización del amor. ¡Que vivamos,
Señor…
Conscientes de que hay muchos
al acecho para sembrar discordias, venganzas y guerras, danos,
Señor, fuerzas, coraje y perseverancia
para construir tu reino con sincero
amor y en paz fraterna.Tú que vives y
reinas por siempre. Amén.
6) Presentación de las ofrendas
¡Cuánto los quiere mi Padre!, nos
asegura Jesús. Si amor, con amor
se paga y obras son amores junto
al pan y el vino pongamos nuestro
compromiso de trabajar por la verdad y la
justicia, la reconciliación y la paz.
Cantamos…

7) Comunión
Para que no esperemos sentados
un mundo nuevo caído del cielo,
Jesús en persona se nos da en
comunión y nos fortalece para
construirlo con entusiasmo y esperanza,

Que la bendición de Dios todopoderoso Padre, Hijo X y Espíritu Santo
descienda y permanezca siempre con
todos ustedes. Amén.
Compartir lo que creemos
en una sociedad plural
Jorge Oesterheld
El autor trasmite su
fe con sencillez, porque sabe que la fe en
Jesucristo no puede
imponerse, sino más
bien proponerse por
medio del testimonio cotidiano, porque
sabe que la recibió
como regalo, gratuitamente.
Un camino de oración
María de Jesús Prieto
Este libro cuenta la
experiencia de la Madre María de Jesús
Franco de percibir a
Dios en lo ordinario y
su constante respuesta a él. Nos muestra lo
extraordinario de vivir
lo ordinario del amor
y de la amistad con
Dios en la fidelidad de cada día.
Aportes - 3
(Viene de la p. 1).
y comprendemos cuánto nos ama Dios,
lloraríamos de alegría”.
Así entonces: estudiar con la mente
pegada al corazón. Contemplar y dejarnos
conmover por ese amor infinito que llega
a desprenderse de lo que más quiere su
corazón de Padre: ¡su Hijo muy amado, en
quien tiene toda su complacencia! ¡Lamentablemente estamos tan acostumbrados a
estas palabras y conceptos que ya poco nos
conmueven! ¡No perdamos el santo temor
de Dios, temor de menospreciar el amor de
un Dios tan grande y tan bueno como él!
Y así, llena la mente de ideas y el corazón en llamas, nuestro apostolado tendrá
la fuerza del Espíritu ¡y renovaremos la faz
de la tierra!, como pasaba con los santos
que, llenos de Dios hacían un mundo mejor.
A nosotros nos falta bastante, pero alguna
vez deberíamos empezar a subir la cuesta
de la santidad, y es cuestión de no sacar el
pie del acelerador.
Y no nos quejemos tanto de que en el
mundo está todo mal porque, sencillamente,
seguirá así mientras no tomemos el arado,
abramos surcos y sembremos la buena
semilla, sin miedo a los que siembran cizañas y demás malezas. El Señor nos envía
a trabajar en su viña, el incremento es obra
suya, pero nosotros tenemos que poner en
acción todo cuanto podemos poner.
¡Señor Jesús!, desde el Génesis nos
sentimos acechados por el mal pero tú que
nos liberas de su veneno, llénanos de tu
Espíritu para que, rodeando tu cruz sanadora y de la mano de tu Madre Inmaculada,
aplastemos sus cabezas.
¡Señor Jesús!, amor de la Trinidad
en acción creadora y redentora, tú que
nos revelas ese amor infinito, ayúdanos a
entender que nadie ama más que quien
da su vida por el que ama y enséñanos a
desvivirnos los unos por los otros, como tú
nos amas.
¡Señor Jesús!, Pastor del rebaño que
avanza por este valle de lágrimas hacia el
aprisco del Padre Celestial, danos sensibilidad para trabajar y dar buen ejemplo
a tantas ovejas al borde del abismo. Te lo
pedimos a ti, Jesús, que siendo Dios vives y
reinas con el Padre en la unidad del Espíritu
Santo, por siglos y siglos. Amén.
Con dolor vemos cómo muchos jóvenes persiguen ideales funestos o la violencia que
se apodera de nuestras calles y ciudades o
la droga que destroza la integridad física y
espiritual y el futuro de ellos. Cuánto duele
el menosprecio por la vida, el atropello a la
dignidad humana y a los valores.
Necesitamos apuntar la mirada y el corazón
más allá, más alto. Por eso Jesús nos pide:
“El que no carga con su cruz y me sigue,
no puede ser mi discípulo” (Lc 14, 25-33)
Es la altura del amor.
La Cuaresma nos invita a dejarnos enseñar,
educar y formar por la Belleza del Evangelio,
como camino luminoso para descubrir la
Verdad que plenifica la vida y lleva a aceptar
el Bien para ser más buenos.
Es tiempo para dejarnos reconciliar en el
Sacramento del abrazo misericordioso del
Padre, la Confesión, que nos hace volver a
él, sanándonos y renovándonos como hijos
y hermanos, en comunión. Se nos purifica el
corazón y la mirada para descubrir el Rostro
viviente de Cristo, que nos dice: “Cuando
yo sea levantado en lo alto sobre la tierra,
atraeré a todos hacia mí” (Jn 12, 32-36).
Mons. Baldomero C. Martini (10/2/13)
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