“Práctica la justicia, ama la misericordia y camina humildemente con

“Práctica la justicia, ama la misericordia
y camina humildemente con tu Dios”
(Mi 6,8)
Madrid 1 de noviembre de 2015
Queridos capellanes:
Hemos finalizado el Plan Pastoral “La puerta de la fe en la familia Castrense”, 20112015, que ha supuesto un recorrido catequético y espiritual por el Catecismo de la
Iglesia Católica. Han sido muchas las iniciativas apostólicas que hemos desarrollado
en este cuatrienio. Sobre todo, ha significado una rica experiencia de comunión y
corresponsabilidad que ha ido consolidado los organismos del Consejo del Presbiterio
y del Colegio de Consultores en nuestra Iglesia particular.
En la última sesión del Consejo del Presbiterio celebrado en el mes de mayo pasado,
se barajaron diversos temas que podrían centrar la atención pastoral en los próximos
años, pero habiendo convocado el Papa Francisco el Jubileo de la Misericordia 20152016, vimos la necesidad de centrar todos nuestros esfuerzos en la celebración de este
acontecimiento de la Iglesia Universal. Evento que se iniciará el 8 de diciembre de
2015, solemnidad de la Inmaculada Concepción, coincidiendo con el quincuagésimo
aniversario del final del Concilio Ecuménico Vaticano II, para concluir el 20 de
noviembre de 2016, solemnidad de Jesucristo Rey del Universo.
Las orientaciones pastorales útiles para su aplicación, las podemos hallar en la Bula de
convocación “Misericordiae Vultus”. Su significado no es otro, que el de suscitar el
deseo en el corazón de cada cristiano y en el alma de nuestras comunidades, de poner
nuestra “mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismo signo
eficaz del obrar del Padre” (MV, 3).Es decir, es un tiempo para “dejarnos sorprender
por Dios” (MV 25), y a la vez profundizar y meditar en el amor misericordioso del
Señor.
En este contexto, la practica pastoral de la misericordia en nuestra realidad castrense,
nos la definía recientemente el Obispo de Roma con estas palabras: “El rol del capellán
militar es aquel acompañamiento y sostenimiento de la milicia en su camino particular,
siendo para todos presencia consoladora y fraterna. Ustedes pueden derramar sobre
las heridas de estas personas el bálsamo de la Palabra de Dios que alivia los dolores e
infunde esperanza; y pueden ofrecer la gracia de la Eucaristía y de la Reconciliación,
que nutre y regenera el alma afligida…En este período, en el cual estamos viviendo
una “tercera guerra mundial por partes”, ustedes están llamados a alimentar en los
militares y en sus familias la dimensión espiritual y ética, que ayude a afrontar las
dificultades” (Roma 26.9.2015). ¡Hermoso Plan Pastoral para este Año Jubilar!
¿Qué hemos de inventar ? La respuesta no es otra que: “hacer lo ordinario, llevando el
sello de la misericordia, de tal manera que se convierta en extraordinario”. Para ello,
se requiere ilusión en lo que vamos a celebrar, creatividad a la hora de programar, y no
ser impedimento para que la gracia de Dios opere la conversión de las almas a Cristo,
misericordia del Padre. Esta tarea ha de realizarla cada Capellán. Como ayuda material
te ofrecemos esta obra del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva
Evangelización, Misericordiosos como el Padre. Subsidios para el Jubileo de la
Misericordia 2015-2016. (BAC, Madrid 2015). Necesariamente deberás adaptarla a las
diversas situaciones de la pastoral castrense, ya sean: unidades, cuarteles, barcos,
academias, parroquias, misiones internacionales, etc.
Se trata de un instrumento que podrá ser fácilmente utilizado en la catequesis, en la
lectio, en la oración y en la predicación. Así como temario para reuniones de grupos
de diversas sensibilidades espirituales y pastorales. Los ocho subsidios que componen
los respectivos capítulos de este libro, están escritos por expertos en cada materia, que
han tratado de proponer los argumentos con un lenguaje ágil y sensible para los fieles.
Este será nuestro gran compendio de trabajo para el Año Santo Extraordinario de la
Misericordia, la cual: “es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia” (MV 10).
Por eso mismo, la bienaventuranza en la que hay que inspirarse durante todo este
período de “gracia y conversión” es: “Dichosos los misericordiosos, porque ellos
alcanzan misericordia” (Mt 5,7).
Te animo, no sólo a leerlo, sino sobre todo a meditarlo y a ponerlo en práctica en el
ejercicio pastoral de tu “ministerio entre las armas”, de tal manera que nuestros
militares, guardias civiles y policías sientan “el bálsamo” sanador y consolador de la
misericordia del Padre.
Gracias por vuestra labor y entrega. Con afecto os imparto mi bendición.
+Juan del Río Martin
Arzobispo Castrense de España