La vida como terapia Nota femenina

Profesional
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La vida como terapia
Graduado de Psicología es reconocido psicoanalista de niños y adolescentes
como psicoanalista especializado en niños y
adolescentes.
Eitan, miembro adherente de la Sociedad
Psicoanalítica Internacional (IPA) y de la
Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires
(APdeBA), actualmente reside en la capital
argentina. Licenciado en Psicología por la
Universidad de Lima en 1998, antes tuvo
que enfrentar algunos retos.
Eitan Gomberoff reside en Argentina, donde ofrece atención
especializada, también a adultos, en su propio consultorio.
Él también fue un joven necesitado de
orientación, como los que hoy acuden a su
consultorio. Por fortuna, cuando encontró
su vocación, con ella vino también el éxito
profesional y personal. “Terminé el colegio
asumiendo que cumpliría el mandato de
continuar con los negocios familiares. Pero
poco antes de concluir la carrera de Ingeniería
Industrial, supe que debía hacer mi traslado a
la Facultad de Psicología”. Eitan Gomberoff
admite que ése fue el primer paso para lo
que ha logrado hasta hoy: ganar notoriedad
Durante tres años realizó prácticas en el
Instituto Nacional de Enfermedades
Neoplásicas (INEN), donde
atendió,
mediante terapia de juego, a niños y
adolescentes que sufrían de bajas defensas,
leucemia, cáncer y enfermedades terminales.
“Fue una experiencia muy formativa, pero
terrible. Un chico de seis años murió en mis
brazos de un ataque cardiaco”, recuerda.
Continuó su internado en la clínica psiquiátrica
Villa Salud, que recibe a pacientes con
trastornos narcisistas: adicciones, psicopatías
y perversiones sexuales, entre otros. “Otra
experiencia difícil, como lo fue también la
del albergue de mujeres maltratadas PROVIDA, que visité en Argentina”.
Aun así, su meta era especializarse en
psicoanálisis. A los 24 años fue el candidato
a las sociedades psicoanalíticas más joven
del globo. “En Londres me dijeron que, con
esa edad, ni siquiera volviera a llamar; en
Jerusalén, lo mismo”. Su oportunidad llegó
en Buenos Aires, donde fue admitido por
la APdeBA un año después de terminar sus
estudios universitarios. En esa ciudad no
solo consolidó su vocación; también conoció
a quien hoy es su esposa y madre de su
pequeña de cuatro meses. Pero la adaptación
no fue fácil. “Fue duro ser tan joven”, nos
explica. “Nadie me derivaba pacientes y
casi no se respetaba mi opinión. Muchos
de mis compañeros ya contaban con grados
de Máster y de Doctor, y sus hijos tenían la
misma edad que yo en ese momento”.
Luchó contra la marea, y hoy podemos
encontrar en varios artículos de prestigiosas
revistas especializadas el nombre de este
graduado, que también atiende a adultos
en su propio consultorio. Pero es el trabajo
con niños, área que conoció bien en sus
años de clown en la ciudad porteña, lo que
lo apasiona. “Con ellos la terapia se realiza
básicamente a través del acto. Hay que
tirarse al piso, hay que jugar. En eso yo me
siento muy cómodo”, sostiene.
Todos los años viaja a Lima para dictar
clases privadas y también en la Escuela de
Psicoterapia Psicoanalítica. Su última visita
le dio la satisfacción de reencontrarse con su
Universidad, durante el Seminario Nociones
Centrales en la Técnica Psicoanalítica (ver
página 7). En cuanto al futuro, no descarta
la idea de aproximarse a una nueva línea de
pensamiento, a las familias y las parejas; un
terreno en el que Eitan ya ha hecho suya la
mejor terapia. “Cada hora que paso lejos de
mi hija me cuesta”, apunta. Por eso siempre
vuelve a Buenos Aires.
Nota femenina
Graduada de Comunicación lanzó nuevo disco
Considerada una de las cantautoras limeñas
más importantes de los últimos años,
Caroline Cruz, graduada de nuestra Facultad
de Comunicación, lanzó su segundo disco,
Velocidad.
música independiente peruana e internacional,
y de la banda sonora del filme Amalgama
(2004), del argentino Nicolás Filipic. Antes
de subir al escenario junto a Pierina Less,
Magali Luque y Daniella Saettone en el
A diferencia de su Árbol Blanco (2001),
para este álbum Caroline buscó una fuerza
musical nueva que finalmente encontró en
las guitarras eléctricas. “Este trabajo es muy
guitarrero en la parte pop, pero conserva
mi lado de fusión latinoamericana”, afirma
una de las fundadoras del grupo Cementerio
Club. “Estoy muy satisfecha con las interpretaciones vocales, que tienen más matices
que las del disco anterior, el cual fue grabado
en vivo”.
Su talento la llevó a formar parte de un
recopilatorio de la Revista 69, publicación de
Caroline Cruz, considerada en el grupo de cantautoras
limeñas más importantes de los últimos años.
Encuentro de Cantautoras Peruanas, ya había
formado las bandas de trova Atodasta y
Silvio a la Carta, nombres que se le vienen a
la cabeza al recordar su época universitaria.
Con esta última logró participar en un
festival musical en la Casa de las Américas,
en Cuba, junto al popular Silvio Rodríguez.
Y hace poco abrió el concierto de otro ícono
del género: Nito Mestre.
Con sus letras y melodías, Caroline busca
compartir su punto de vista del mundo
femenino. “Me gusta que las mujeres seamos
cada vez más independientes y tengamos
más poder de decisión que antes”, reflexiona.
“Felizmente vivo en una época en la que se
puede sacar un disco y ser mujer a la vez”.