libres - La Opinión de Murcia

SÁBADO, 7 DE MARZO, 2015
libros.laopiniondemurcia.es
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
Gerardo
Diego
POR FRANCISCO JAVIER
DÍEZ DE REVENGA
2
María Teresa
Cervantes
María
Cegarra
6
Aldo Manucio
POR SANTIAGO DELGADO
8
4
Imperio Moyano
POR MIGUEL ÁNGEL HERNÁNDEZ
8
POR ANTONIO J. UBERO
La felicidad abstracta
POR FRANCISCO GIMÉNEZ GRACIA
FOTOGRAFÍA DE PUBLISHING PERSPECTIVES
Ramón Jiménez
Madrid
BUSQUETS
Junto al
mismo mar
«Todo es igual y todo parece acabar en lo mismo, en la unión
de los cuerpos, en la fusión de los humores, en la conjunción de
fuerzas que muy pronto se separan hasta aguardar la siguiente
entrevista clandestina no en balde la narradora se declara heredera
del espíritu de los años sesenta, de la libertad sexual, de la libertad
a secas...»
Nos enfrentamos por vez primera —esta
es al parecer su segunda novela— a esta
escritura femenina en el panorama narrativo español, aunque conviene mencionar,
si así se estima, que procede de una importante cepa literaria como es la de Esther Tusquets, su madre, no mencionada
por su nombre aunque presente de principio a fin en esta novela que se desliza por
suaves colinas y abruptos abismos, por
dulzuras y oscuridades, por la delicadeza
de la educación y la ausencia de prejuicios,
al margen de la sociedad estática.
Una novela muy mediterránea si tenemos en cuenta que casi toda ella transcurre en el espacio liberal, cosmopolita y luminoso de Cadaqués, un pueblo de artistas y bohemios desde hace varias décadas
que pasean su aires europeos por estas páginas que resuenan como peregrinas, excesivamente libres para los perfiles meseteños, estrechos y moralistas, sobre todo
cuando la voz que narra los sucesos nos remite a los hechos de una mujer de extraños comportamientos, de anormales relaciones que pasan por mantener al mismo tiempo relaciones sexuales con sus dos
esposos anteriores, que abandona fiestas
familiares para reunirse con los amantes casados, con jóvenes o con personas de más
edad. Todo es igual y todo parece acabar en
lo mismo, en la unión de los cuerpos, en la
fusión de los humores, en la conjunción de
fuerzas que muy pronto se separan hasta
aguardar la siguiente entrevista clandestina no en balde la narradora se declara heredera del espíritu de los años sesenta, de
la libertad sexual, de la libertad a secas, de
las ganas de divertirse, de la importancia
de la juventud.
Y no sólo de
Blanca, la protagonista de esta narración aparentemente
frívola, también de
aquellas otras amigas
que pueblan este relato que no hacen sino
mirar en la misma dirección, discernir sobre
los comportamientos de
los hombres, saciar sus
apetitos amorosos o gozar
de esa sensación de felicidad que proporciona el amor, punta romántica que asoma
en cualquier resquicio de una obra que
puede tener varias lecturas, la de aquella
otra, y mucho más seria, que se atiene a
otros factores más severos y puntuales. El
hecho de que la obra se abra con una escena en el cementerio, la liga a la consideración de la muerte, circunstancia que
traspasa de parte a parte esta novela en este
punto oscuro que contrasta con todo aquello que era la vida, que deparaba la carne,
el sexo o la coquetería femenina, que de
todo participa esta novela escrita con mucho estilo, con alto potencial literario, con
mucho oficio que delata a la que ha leído
no poco antes de lanzarse de lleno a la
aventura literaria.
Un estilo aparentemente sencillo, breve,
conciso, abastecido de adjetivos que lo engalanan de tiempo en tiempo.
Blanca, la protagonista de la obra, que ha
perdido recientemente a su madre, va
combinando estos momentos de gozo y ansia amorosa con aquellos en los que anidan
las evocaciones a la madre, todo aquello
que le enseñó de todos. La presencia de la
difunta se hace constante y resuena incluso
en aquellos momentos en los que la dicha
se ensancha, en los que se logra el clímax
amoroso en unas escenas escuetas, muy
bien llevadas por la escritura en primera
persona de quien se acoge al espíritu mediterráneo y griego, a la hermosura de los
cuerpos, a la experiencia de la existencia.
Mucho de experiencia revuela en este
grito a favor de la intuición y la espontaneidad de los cuerpos, a la entrega sin prejuicios, incluso cuando median hijos y revolotean por las páginas de este libro que
nos regala una buena escritura.
MILENA
BUSQUETS
También esto pasará
ANAGRAMA
2
Libros
LaOpinión
SÁBADO, 7 DE MARZO, 2015
Marcapáginas
Guillermo
Busutil
Cuando llueve
la ausencia
S
ergi Pàmies se quita la chaqueta, la camisa, los
zapatos, el gesto cansado de un día cualquiera,
la memoria arrugada que no siempre lleva a todas partes, y lo va dejando todo abierto sobre la
cama. Lo hace con la misma calma, distanciamiento y suave tristeza que tiene su prosa,
como si fuesen las prendas prestadas por la
vida para salir a la calle de la literatura. Igual que si fuesen las partes del disfraz que va a necesitar el personaje de la ficción a la que
lleva días dándole vueltas. Irónicamente, con un poco de acidez y
descreimiento, y también con la ternura que Pàmies esconde entre
líneas en forma de hilos sueltos con los que una mano atenta puede restañar las heridas imperfectas, los desconchones de la biografía emocional. Hace cuentos que Pàmies hace más vulnerables a
los lectores que se comen un limón sin hacer muecas, que soportan la realidad sin que se les caiga la cara de vergüenza o que intentan salir adelante sin dejar de dar pedales en una bicicleta estática.
Todos ellos son sus cómplices. Forman parte de la memoria, de la
melancolía, de la dignidad con la que el escritor escribe acerca de
las pérdidas, de las pequeñas conquistas, de la derrotas que se libran dentro de los dramas de andar sin brújula por la vida. Incluso
de lo que sucede cuando llueve la ausencia, como acaba de hacer
en las veintiséis piezas musicales de Canciones de amor y de lluvia,
una vez más en Anagrama.
Hay quien afirma que Sergi Pàmies escribe distinto
cada vez. Que nunca se sabe qué va a contarnos en los nuevos
cuentos de un libro nuevo. Se equivocan. Su lector habitual sabe lo
que va a contar. Puede que se pregunte desde dónde lo hará y si se
retará abordando un tema diferente. Pero el universo Pàmies está
muy claro. Es esa realidad cotidiana en la que una anécdota o la
rutina terminan por explotar definitivamente —porque hace tiempo que, sin ruido, lo lleva haciendo— descubriendo las sombras,
los vacíos, los ángulos muertos que componen la identidad de un
hombre, su microcosmos afectivo, su herencia familiar, la mirada
con la que se juzga a sí mismo cuando reflexiona acerca del fracaso
o de los insignificantes triunfos que tienen más valor del que aparentan. El juego entre la invención y la memoria, entre la nostalgia
y la aceptación, son el enfoque desde el que Pàmies susurra la música, esta lluvia, de la dependencia de la memoria, del final progresivo del amor, de la rutina de la comunicación, de los secretos entre padres e hijos, de las aventuras con las que todos pretendemos
enriquecer la realidad o encontrarle un sentido. Y lo hace con un
humor puntiagudo e higiénico que es su forma de evitar el sentimentalismo, de extirpar la nostalgia y de no dejarse llevar más allá
de la esperanza necesaria.
Todo esto encontrará el lector que le sigue y el nuevo que se le
acerque en estos cuentos donde su madre lucha por tejer una bufanda —hermosa metáfora de la escritura y el compromiso—
cuando la edad le tropieza la vista y las manos; en los que hay un
viaje familiar con una lápida provisional para una tumba; un esposo aparcado al que le fallan los reflejos para cazarle a su mujer
un autógrafo de Serrat; donde un escritor que visita a Auster, junto su mujer editora de la escritora que es la mujer de Auster, pelea
con sus nervios e inseguridades, y en los que otra mujer llora todos los días a la misma hora. También hay otras realidades con sus
contradicciones y otros sueños desacreditados con las y los que
Pàmies le toma el pulso al desencanto que se despierta cuando se
enfrenta la edad madura y uno silba canciones para soltar lastre
contra las distorsiones del tiempo Y lo cuenta todo Pàmies como
quien sabe que llegará a casa y se quitará la
chaqueta, la camisa, los zapatos, el gesto
cansado de un día cualquiera, con sus lluvia y sus ausencias, para dejarlo todo sobre
la cama y que la vida la vistan otros.
SERGI PÀMIES
Canciones de amor y de lluvia
ANAGRAMA
«El volumen nos permite conocer de cerca el atrevimiento de una
persona tan joven, recién licenciado en Filosofía y Letras y opositor en
ese momento a cátedras de instituto, al enfrentarse a una sociedad
literaria muy reaccionaria y tradicional»
Origen de una larga y
pintoresca polémica
ENTRE LETRAS
POR FRANCISCO JAVIER DÍEZ DE REVENGA
poeta clasicista y vanguardisAcaba de aparecer en Madrid
ta al mismo tiempo, y junto a
una interesante edición de insu papel como el aglutinador
menso valor documental para
de toda su generación en la
conocer el nacimiento de la
conmemoración del centevanguardia poética en España,
nario de Góngora de ,
ya que descubre los primeros
Gerardo Diego pasa a la hispasos de los más jóvenes poetas
toria por su condición de indel siglo XX en sus avances para
genioso antólogo: su antoloafianzar la nueva estética. En
gía de la poesía española de
una coedición entre la Funda y  marcó la ordenación Gerardo Diego y la Resición histórica de la poesía del
dencia de Estudiantes, se ha pusiglo XX, pero también hay
blicado el libro La poesía nueva
que recordar su Antología pode Gerardo Diego, al cuidado
éticaen honor de Góngora, de
del catedrático de la Universi, o su divertida Tontolodad de Deusto Juan Manuel
gía, recopilación de poemas
Díaz de Guereñu.
‘tontos’ o malos de poetas
Se sabía, desde hace muchos
buenos (). Pues bien, con
años, como señalaron los priesta edición contamos con
meros biógrafos del poeta, el
otra antología más de Gerarprimero Antonio Gallego Modo, realizada una década anrell en , que el  de noGerardo Diego durante su
tes, en . Una antología de
viembre y el  de diciembre de
conferencia en el Ateneo de
la lírica de la vanguardia in Gerardo Diego pronunció
Santander, el 15 de noviembre
ternacional, que revela lo
respectivamente, en los atenede 1919
bien que conocía la poesía
os de Santander y Bilbao, una
europea más reciente y sus
conferencia titulada La poesía
nueva, y se habían estudiado y analizado las reac- gustos a la hora de dar a conocer a sus poetas prefeciones de la prensa ante esa escandalosa actividad ridos, españoles y extranjeros, unidos por el común
juvenil que rompía con la estética tradicional. Así lo objetivo de ruptura con la tradición clasicista y con
hizo Víctor García de la Concha en . La pren- el simbolismo y el parnasianismo imperantes en la
sa, sobre todo la de Santander, muy conservadora, poesía española en .
El volumen nos permite conocer de cerca el atrepolemizó sobre el sentido y el futuro de los nuevos
movimientos poéticos, como el ultraísmo o el crea- vimiento de una persona tan joven, recién licenciacionismo, que Gerardo había explicado en la confe- do en Filosofía y Letras y opositor en ese momento a
rencia, la primera que pronunciaba en su vida, con cátedras de instituto, al enfrentarse a una sociedad
literaria muy reaccionaria y tradicional. Y eso lo teveintitrés años.
Pero no conocíamos el texto de la conferencia, que nía muy claro, como Juan Manuel Díaz de Guereñu
se ha descubierto recientemente entre los papeles destaca en su estudio preliminar: «Diego sabía que
que conserva la familia del poeta. Se ha transcrito se iba a encontrar con un público mayormente sorcuidadosamente el autógrafo en el que el joven po- do a las novedades o cerradamente hostil a éstas,
eta vanguardista da noticia y revisa con detalle la in- pero pese a ello quiso leer su conferencia en el Atecipiente historia de la vanguardia internacional y de neo de Santander. Tampoco el público de Bilbao prometía una acogida mucho mejor», algo
los movimientos españoles. En tan temque sabía bien porque su compañero de
prana fecha ya se declara adherido al creestudios en la Universidad de Deusto, el
acionismo, agresivo movimiento que,
poeta creacionista Juan Larrea, le estafundado por el poeta chileno Vicente
ba informando por carta de la «incomHuidobro, le entusiasmó desde aquel
prensión y desdén» hacia la nueva poeaño y a él fue fiel toda su vida hasta la sesía.
nectud. El libro, junto a la transcripción
Pero todo esto no amilanó al poeta, y
del original de la conferencia, ofrece tamcon veintitrés años recién cumplidos se
bién por primera vez las notas preparadecidió a dar un paso que ocasionaría
torias de Diego para el debate posterior,
larga y pintoresca polémica, agitadora
así como los numerosos y enjundiosos
de la vida provinciana santanderina ducomentarios publicados en la prensa de
rante casi un mes. La reacción de la
Santander y Bilbao.
prensa bilbaína no fue tan beligeEl mayor hallazgo que supone esta
rante, aunque no carece de interés,
edición, además de los acertados y
sobre todo porque uno de los perióbien documentados juicios de GerarGERARDO DIEGO
dicos recoge el texto escrito por Lado Diego, es que lleva a cabo, para ilusLa poesía nueva
rrea para presentar a su amigo, uno
trar su conferencia, la primera antoloFUNDACIÓN GERARDO DIEGO Y
gía de su vida, que hoy podemos re- LA RESIDENCIA DE ESTUDIANTES de los pocos textos que escribió sobre Gerardo Diego.
construir. Además de por ser un gran
LaOpinión
Relámpago
de lucidez
y ternura
David Trueba vuelve en
DAVID TRUEBA
Anagrama con Blitz, una
Blitz
ANAGRAMA
brillante novela sobre la
asunción de la madurez que
encierra poderosísimas reflexiones
sobre el amor perdido y la llegada de
nuevas oportunidades vitales de todo tipo
Novela
POR JOSÉ ANTONIO SAU
David Trueba es ese tipo que estuvo casado con Ariadna Gil, que ha
dirigido un puñado de películas, algunas de ellas memorables y cargadas de Goyas, que hace guiones para otros de vez en cuando, que es
periodista y que, además, escribe novelas que te pegan un puñetazo
en la cara cuando las lees y te hacen reflexionar, unas más que otras;
algunas te hacen sonreír melancólicamente mientras miras atrás, y a
veces te sacuden por dentro, te remueven y de señalan sutilmente un
camino, una vereda que diverge de la encrucijada en la que estás. Tiene ese don, punch, talento, gancho o como diablos quieran llamar a
esa cualidad que permite a unos pocos atrapar a muchos escribiendo
con el ritmo con el que las olas lamen la orilla de la playa o, si lo prefieren, con la cadencia exacta para que un libro te seduzca en pocas
páginas, las mínimas para que acabes diciendo al instante ¿dónde habías estado tú antes? Y todo eso que Trueba sabe hacer tan bien ha
vuelto a suceder con Blitz, su último trabajo con Anagrama, por supuesto, un novelón de apenas 
y pico páginas que se lee de un tirón y deja un
poso profundo y doloroso, según tu momento vital.
El protagonista de la obra es Beto, un arquitecto de poco más de treinta años especializado en paisajismo, en diseñar jardines en
un mundo que ha olvidado hace tiempo lo que
era una zona verde. Junto a su novia, acude a Múnich para participar en un concurso internacional al que ha presentado un proyecto de su cosecha, con el que espera cambiar su mediocre
trayectoria profesional, pero justo en ese instante en el que todo podía ir a mejor un relámpago (blitz en alemán), un giro inesperado del
destino, una jugarreta de la vida o del karma hace que Beto tenga que
pararse y pensar y ver qué hacer consigo mismo, si lo suyo tiene solución después de recibir un golpe como el que podrán comprobar ustedes al leer la novela. Ahí tendrá que vérselas con él mismo, y ahí también es donde Trueba despliega todos esos recursos literarios, esa escritura lenta casi pastosa que a ratos te arrulla y a ratos se vuelve vigorosa
y vertiginosa, y te das cuenta de que en la suerte del humor melancólico, de la recreación de la tristeza sin autocompasión, es uno de los mejores.
En ese punto exacto en el que todo puede irse al carajo, Helga, una
mujer de otra edad, de otra generación, aparece en su vida. Un encuentro
que es el corazón del relato, y al mismo tiempo el punto de giro, el principio del cambio de Beto, que andaba perdido y, aunque siga estándolo, empieza a darse respuestas. Y, sobre todo, esta novela es una reflexión sobre la vida, el amor, la amistad y la proyección profesional de
una intensidad y profundidad tales que si usted es humano y está en
el momento justo le hará sonreír y, a ratos, le dolerá, porque apuesto
lo que quiera a que habrá tenido pensamientos similares, si no idénticos, a los que pone en negro sobre blanco Trueba.
Otra reflexión que le he escuchado a un crítico: Blitz nos enseña a
no perder el tiempo con la persona equivocada. Es otra forma de verlo e igual es Trueba el que se lo tiene que decir a usted. Con Blitz Trueba confirma el éxito de su monumental Saber perder, otro puñetazo a
la cara de los biempensantes, que somos casi todos; y la senda que iniciara con Cuatro amigos, una novela que forma parte del patrimonio
juvenil e inmaterial de buena parte de los treintañeros españoles. Háganse un favor y léanla.
SÁBADO, 7 DE MARZO, 2015
Libros 3
Una hilarante odisea
CĂRTĂRESCU. El mayor mérito de este libro-juego es su
versatilidad. A veces, uno tiene la impresión de estar leyendo
una obra de steampunk
OTRAS ORILLAS
Pedro Pujante
Mircea Cărtărescu (Bucarest, ) es el escritor rumano más interesante y celebrado en la actualidad.
Cada vez que se escucha su nombre suena de fondo el
sutil aplauso de un posible premio Nobel. Autor de una
copiosa y heterogénea obra, en España se ha publicado hasta el momento bastante de su prosa narrativa y
el primer tomo de su trilogía Orbitol (Cegador), una vasta crónica que entremezcla memoria, fantasía y relato épico, con una prosa abigarrada y críptica. En sus
cuentos y novelas de corte fantástico destacan su
plasticidad, su mirada evocadora, una gran sensibilidad y originalidad en la búsqueda de temas; además
de la capacidad para crear un universo propio y deslumbrante, en el que su ciudad natal, Bucarest, se erige como escenario onírico y mitificado. Un Macondo
centroeuropeo, con tonalidades ocre, en el que las estatuas cobran vida y los personajes deambulan entre
la realidad, la locura, el deseo y los sueños.
Y ahora Editorial Impedimenta rescata El levante, una
obra que en un principio se configuró como un poema épico, pero que su autor ha transformado en prosa. En alguna ocasión el propio Cărtărescu ha explicado
esta evolución en su propia escritura. Según él, la poesía le sirvió durante un tiempo, pero finalmente la desechó porque para lo que tenía que expresar no le era
suficiente. Empezó como poeta en el Cenáculo de los
Lunes, siendo uno de los mejores dotados escritores de
su generación, hasta convertirse en el narrador más interesante de las letras rumanas actuales.
El levante fue escrito a finales de los años  y en él
ya se pueden encontrar algunos de los temas y obsesiones del autor bucarestino: intertextualidad, ironía y
barroquismo. Por sus páginas desfilan personajes caricaturescos, embarcados en una aventura de dimensiones cómico-épicas, en pos de la salvación de Rumanía de sus enemigos griegos. Una parodia del género
de la epopeya, pero que de algún modo la sobrepasa,
porque la contiene y consigue deshacerse de sus propias premisas. Como Cervantes hiciera con la novela
de caballería, Cărtărescu reinventa el poema épico, un
poema posmoderno y delirante, y crea una historia divertida y repleta de referencias.
Conviven en esta novela-poema personajes históricos con otros salidos de cuentos de hadas. Además,
como suele ocurrir en la obra de Cărtărescu, el propio
autor, en un juego de espejos pirandelliano, hace su aparición estelar en el relato, tratando de no influir en su
discurrir ni en las peripecias de sus criaturas de ficción.
Y no solo se contenta el autor con participar en su propio juego literario, también se dirigirá al lector, en un
tú a tú cercano y despojado de solemnidad que hace
de esta divertida obra literaria una pieza indiscutiblemente original, repleta de matices y digna de uno de
los mejores escritores de la actualidad.
El levante se ha comparado con el famoso episodio
de Los bueyes del sol de Joyce. James Joyce, en el Capítulo XIV de Ulises, trató de emular todos los géneros
literarios de la literatura inglesa, mediante juegos de palabras y la adopción de los lenguajes de cada época. En
El levante, ya sea porque la literatura rumana no nos
es tan conocida, o bien porque la traducción —por cierto, excelente— ha debido de sacrificar algún juego en
virtud de un mejor acercamiento al público español,
estos juegos referenciales no son tan evidentes. Pero no
por ello dejará el lector de apreciar los divertimentos,
muchas referencias a la cultura y a la historia, y sobre
Mircea Cărtărescu (Bucarest, 1956)
todo, a la literatura universal.
El mayor mérito de este libro-juego es su versatilidad. Por momentos, el lector tiene la sensación de estar sumido en una odisea moderna, en el que Ulises es
un poco más divertido y no viaja solo en su singladura. A veces, uno tiene la impresión de estar leyendo una
obra de steampunk, con zeppelines sobrevolando el cielo de un mundo decimonónico pero mediterráneo y
alucinógeno, en el que no faltarán extraños aparatos,
escenarios mágicos y personajes esperpénticos. Mestizaje entre la parodia del clásico latino Luciano de Samosata y un absurdo Ionesco.
Los anacronismos, la burla y la intertextualidad se
suceden. La prosa y la poesía —a veces con cierto tono
elegíaco que desentona acertadamente con la trama,
causando estupor y perplejidad— se combinan, en un
baile incesante de música, fiesta, acción, batalla y colorido. Quizá el único inconveniente de El levante sea
que la prosa de Cărtărescu presenta un excesivo uso
de neologismos, extranjerismos y arcaísmos, además de un barroquismo que en ocasiones sobrecargan el texto.
No obstante, El levante es una obra necesaria para
comprender la complejidad de este autor rumano. Un
autor que no deja de sorprendernos por su heterogeneidad, su capacidad para trasmutar la literatura en pesadillas (Nostalgia, Cegador, Lulu) o felices sueños
(como sucede en este libro), y hacernos partícipes de
un universo repleto de abundantes símbolos, enigmas y fantasías.
MIRCEA
CĂRTĂRESCU
El levante
IMPEDIMENTA
4
Libros
LaOpinión
SÁBADO, 7 DE MARZO, 2015
LA SELECCIÓN DE A. J. UBERO
María Teresa Cervantes y María Cegarra son dos almas
gemelas engendradas en la matriz de
la poesía. Dos escritoras sencillas y sinceras que saben expresar los sentimientos con belleza.
El terror no
tiene nombre
Novela
El escritor colombiano Juan Cárdenas
actualiza los horrores que atenazan al
ser humano en una
sociedad carente de
identidad, con un relato tan escalofriante como original que
le revela como un
autor extraordinario
POR A. J. U.
Bien es sabido que cada época engendra
sus terrores. Vivimos unos tiempos en los
que el ser humano dispone de herramientas eficaces para dominar el conocimiento.
Tanto que nada parece escapar de nuestro
control, convirtiéndonos en seres soberbios
que ponemos a prueba nuestros propios límites, desafiando las más básicas leyes de
nuestra existencia generando así espacios
tenebrosos donde anidan esos nuevos horrores que nos atormentan. Nadie es capaz
de saber hasta qué extremo puede llegar el
ser humano cuando pierde la identidad.
El anonimato se ha convertido en el instrumento más letal de cuantos han surgido
de este dominio de la ciencia y la tecnología.
El terror no tiene nombre, es una conjetura inquietante que acecha desde los lugares
más insospechados. Nadie sabe quien se
oculta tras una pantalla de ordenador, ni qué
ojos nos observan mientras atendemos las
rutinas cotidianas; no es posible saber quien
dirige nuestras vidas ni lo que trajinan en los
misteriosos laboratorios protegidos por fabulosas medidas de seguridad. La tecnología nos ha conectado, y a la vez ha engendrado más secretos que nunca.
Muchos autores se han acercado a ese territorio ignoto, pero nadie con la crudeza y
la audacia del colombiano Juan Cárdenas
en este relato desasosegante y narcotizante titulado Ornamento.
Narrado en primera persona y con un estilo urgente y vigoroso, Cárdenas fabrica un
universo opresivo en el que nadie ni nada tie-
POR A. J. U.
A la pequeña ciudad polaca de Drogóbich llega un personaje que dice ser Thomas Mann, causando gran sensación entre
sus rendidos admiradores. El parecido es
más que razonable, pero su aspecto descuidado y sus modales hacen sospechar a
Bruno Schulz, un desconocido escritor que
se gana la vida como profesor de dibujo en
el colegio local, que el tipo es un impostor.
Y así intenta hacérselo saber al auténtico
Mann, escribiéndole una carta desde el oscuro y destartalado sótano en el que vive.
Atenazado por el miedo, Schulz relata a su
admirado colega los sucesos que acontecen desde la llegada de su doble, en los que
advierte el augurio de la catástrofe que está
a punto de acontecer. Corre el año , y
en Polonia se teme la invasión del ejército
alemán, después de ocupar Austria y Checoslovaquia.
HUERGA Y FIERRO
El legado
de una
amistad
JUAN CÁRDENAS
Ornamento
PERIFÉRICA
Juan Cárdenas. ED. PERIFÉRICA
ne nombre. Sitúa la acción en un misterioso laboratorio donde el protagonista realiza prueba una nueva droga euforizante en
cuatro mujeres a las que reconoce por un número. Una de las voluntarias, la número ,
acusa los efectos de la sustancia de forma diferente a las otras: mientras las unas disfrutan de un placentero sopor, ésta reacciona
pronunciando una letanía incomprensible
que llama la atención del científico, quien
pronto se ve atraído por ella hasta el extremo de llevarla a su casa, e iniciar una relación triangular con su mujer, a la que también proporciona la droga. La enigmática actitud de la joven despierta una obsesión enfermiza en el matrimonio que, poco a poco,
lo conduce al enfrentamiento. Antes de
que se produzca una ruptura, la chica se va
sin dejar rastro y, rendido a sus encantos, el
científico emprende su búsqueda descubriendo el terrible secreto que oculta.
Alegoría del desastre
Relato
MARÍA TERESA CERVANTES,
MARÍA CEGARRA
Cartas y La sombra que me acompaña
Nunca en tan pocas palabras se ha
narrado con tanta
lucidez el calvario
que sufrieron los
polacos bajo la dominación nazi. Biller construye una
metáfora cruel y reveladora capaz de
estremecer.
MAXIM BILLER
En la cabeza de Bruno Schulz
Traducción de Paula Kuffer.
MINÚSCULA
El autor checo Maxim Biller expresa con
una lucidez asombrosa la mezcla de sentimientos que produjo esa amenaza entre los
incautos polacos. Y emplea a su personaje
como una delirante metáfora del miedo y
la esperanza de salvación.
En la cabeza de Bruno Schulz es un relato corto pero intenso, como un trago de
El escritor colombiano propone una intriga cargada de suspense que mantiene en
vilo al lector hasta alcanzar un cénit desbordante, en el que desata un auténtico torrente narrativo con el que ensambla todas
las piezas de una trama que, hasta ese momento, había planteado como un esbozo circunstancial, y que sirve de preámbulo al sorprendente desenlace de la historia.
Ornamento es una de esas novelas polisémicas que cada cual puede interpretar a
su manera. Aunque no es difícil vislumbrar
el original análisis que realiza sobre la maldad que se engendra en una sociedad narcisista y adocenada. Una maldad que quizás
pueda ser inconsciente o sencillamente
consustancial a una conducta impuesta
por las nuevas costumbres, pero maldad al
fin y al cabo. Todo ello proporciona ese desasosiego que sólo las grandes intrigas literarias pueden lograr.
aguardiente que quema por donde pasa. Biller expresa con una crudeza extraordinaria
el desasosiego que atenaza a todo un pueblo en la peripecia existencial de un ser pusilánime y desquiciado, introduciendo pasajes de un surrealismo desatado en los que
se percibe el inminente sometimiento a
los ocupantes que acechan en las fronteras.
Cargado de simbolismo, el relato discurre como un mal presagio en el que las imágenes alegóricas reflejan lo que luego sucedería ante el estupor del mundo entero.
El pasaje en el que el impostor azota con un
látigo a sus admiradores desnudos en unos
aseos enormes, en los que sólo se han conservado las duchas resume con una agudeza
extraordinaria el calvario que sufrieron los
polacos durante la dominación nazi.
La figura del doble de Mann refleja esa
Alemania desaforada que sucumbió a la locura nazi, que extiende su embrujo enfermizo por los países de su entorno aniquilando todo lo que considera contrario a su
nueva doctrina.
Biller narra en pocas líneas lo que muchos escritores jamás han logrado expresar
con tanta nitidez: el inmenso poder desestabilizador del miedo sobre aquellos que saben a ciencia cierta que se avecina su más
íntima hecatombe.
Poesía
POR A. J. U.
María Teresa Cervantes y María Cegarra son dos de esas mujeres extraordinarias
que supieron vencer los atavismos de una
época dificil, y convertirse por méritos propios en dos pioneras de las letras que, incomprensiblemente, no han recibido el reconocimiento que se merecen en un país
anclado en unos convencionalismos que
sojuzgan a la inteligencia y al genio creativo. Y no será porque ambas no cuentan con
suficientes muestras de esa aptitud para expresar con su poesía lo que nadie es capaz
de expresar con palabras, pues su obra es
tan extensa, variada y rica que exige una
más detenida atención y reconocimiento.
Cervantes y Cegarra fueron además buenas amigas. Una relación que se expresa con
claridad diáfana en el intercambio de correspondencia que recoge este libro. Fueron
 años de comunicación fluida en la que se
advierte la sintonía de las dos escritoras, tanto en los asuntos literarios como en los
que atañen a sus propias vidas. Y en esas cartas ya se percibe ese estilo que luego caracterizaría sus obras literarias.
El volumen se completa con un poemario de María Teresa Cervantes titulado La
sombra que me acompaña, que recoge la poesía escrita por la autora cartagenera entre
los años  y . Una buena muestra de
esa exquisita forma de componer unos versos que llegan a lo más profundo del sentimiento.
Cervantes demuestra un estilo cautivador
en el que la musicalidad preside esas visiones tan personales de la naturaleza humana. Son poemas para leer en la intimidad,
para disfrutarlos lentamente y extraer así
todo el sentido de sus palabras.
Tanto Cervantes como Cegarra constituyen un legado vivo de la literatura que se ha
elaborado por estas tierras. Sus obras demuestran esa calidez que proporciona la observación serena de la vida, sin descuidar el
mensaje profundo y reivindicativo del ingenio femenino.
Bien haríamos con participar de esa reivindicación y elevar a las dos escritoras al lugar que les corresponde en juisticia.
LaOpinión
SÁBADO, 7 DE MARZO, 2015
Libros 5
VUELTA DE HOJA
Antonio J. Ubero
El precio de la imaginación
en medio vaso de agua
El escritor español Pablo D’Ors. GALAXIA GUTENBERG
PABLO D’ORS
Juventud, divino tesoro
EL LIBRO DE LA SEMANA / Novela
Pablo D’Ors vuelve a la primera línea editorial
con una novela apasionante en la que explora
las profundidades de la juventud como etapa
iniciática, en la que se forja la personalidad.
POR ANTONIO J. UBERO
Habría que avanzar hasta la página  para encontrar la
explicación al título de la nueva novela de Pablo D’Ors. Ahí,
Eugen Salmann, el protagonista de esta historia, resume el
significado de esa juventud contra la que arremete el narrador, él mismo, aunque en todo momento mantenga la distancia sobre ese otro yo que se diluyó en la sustancia de la inexperiencia. Una pirueta existencial, y narrativa, que sirve al
autor para explorar las profundidades de esa etapa de la vida
en la que «se vive imitando y haciendo de nuestro mundo un
gran teatro y una impostura».
Eugen Salmann, un joven alemán con aspiraciones literarias, llega a la Praga recién liberada del yugo soviético con
el encargo de establecer una filial de la agencia de publicidad
para la que trabaja. Allí se encuentra en un lugar desconocido, en el que el idioma y las costumbres se le antojan hostiles, hasta el extremo de encerrarse en sí mismo a la espera de
que ocurra algo que le cambie la vida. Algo que sucederá con
la aparición de tres mujeres bien diferentes con las que entablará una tormentosa relación, que le permitirá experimentar
esas sensaciones tan tan contradictorias que caracterizan esa
etapa de la vida en la que la personalidad está aún en obras.
Contra la juventud es un relato abierto a las interpretaciones,
en el que percibo una aguda y sutil reflexión sobre el miedo
al fracaso, en el que la juventud aparece como un subterfugio para justificar las reacciones que propicia esa inquietud.
«El fracaso es la experiencia humana más común, pues nuestra naturaleza es errática; aprendemos fundamentalmente de
los errores», explica D’Ors. «Las personas solemos buscar, y
con frecuencia desesperadamente, quien nos consuele y conforte; y la diferencia entre la juventud y la madurez es que durante la vida adulta esa búsqueda es consciente. Todos tememos naufragar; pero sólo llegan a la otra orilla quienes se
lanzan al océano», añade.
El narrador emplea una falsa tercera persona para relatar
la peripecia de si mismo, como si realizara un ejercicio de expiación con el que renunciar a su pasado juvenil.
«Toda novela auténtica es un ejercicio de expiación, un exorcismo podríamos decir también, un ajuste de cuentas. En-
PABLO D’ORS
Contra la juventud
GALAXIA GUTENBERG
La distancia de la madurez
El escritor madrileño narra una historia subyugante en la que muchos
lectores se sentirán indentificados,
rindiendo además un homenaje a sus
maestros literarios.
tiendo la novela como una exploración en la identidad a partir de un ego imaginario. De modo que sí, todos mis personajes soy yo, Eugen Salmann también, pero igualmente
Klenka, Koval, la Simoníschek, Hanna Freund… Y sobre todo
Martin Trojan, el maquetista. Este personaje es prácticamente
un calco del tipo que en cierto tiempo fui», aclara el autor.
De hecho, uno de sus personajes, el escritor Petr Krausz,
recomienda a Eugen: «Nunca escriba más que de sí mismo».
«Mi literatura no es auto-biográfica, pero sí auto-ficticia. La
escritora que más ha hablado de sí misma y que más descaradamente lo ha hecho ha sido Teresa de Ávila. Sea las Moradas, las Fundaciones, la Vida…: todo es sólo sobre sí misma. Porque sólo lo personal, lo auténticamente personal, es
universal»,relata D’Ors.
La novela está plagada de referencias a Franz Kafka y Milan Kundera. Del primero son evidentes las aproximaciones
a El castillo, El proceso o La metamorfosis, y del segundo con
La insoportable levedad del ser o La broma. Pero también recuerda la novela del húngaro Stephen Vizinczey, En brazos
de la mujer madura.
«A Kundera le debo el humor, la distancia, la concepción
arquitectónica de la novela, como composición musical, el
gusto por lo prosaico, la explosiva combinación de lo trascendente con lo banal… ¡Tantas cosas! A Kafka le debo aún
más: la escritura como ejercicio espiritual, la confianza en la
mano que escribe más que en la cabeza que piensa, la prosa como acto de revelación, no de simple comunicación, el
magisterio de la perplejidad… En estos dos autores y en Hermann Hesse está todo lo que yo soy como escritor».
«Todos necesitamos maestros, es decir, gente que nos haya
precedido en el camino y que esté dispuesta a enseñarnos con
su vida, sobre todo con su vida, qué han descubierto y en qué
han tropezado. Esa necesidad universal es imperiosa en la juventud. Sólo aprendemos imitando, copiando, admirando…
La admiración es la virtud fundamental del escritor», concluye
Pablo D’Ors.
A veces, en la soledad de un cuarto de aseo, observo
las caprichosas formas que muestra un azulejo, una
losa o una lámina de madera y compongo imágenes
que sólo anidan en mi imaginación. Es algo parecido a
modelar las nubes. Pero lo que yo pueda ver en esos objetos es algo tan personal que resultaría especialmente
complicado compartirlo, pues el significado es tan subjetivo que dependerá de mi capacidad de persuasión
conseguir que donde yo veo una figura concreta y reconocible, otros no sólo verán un azulejo, una losa o una
nube. Algo parecido sucede con el arte contemporáneo,
cuyo significado depende esencialmente de que el creador sepa convencer al observador de que ve lo que él
quiere que vea, convirtiéndolo en una especie de artículo de fe bastante lucrativo.
Pero en los tiempos que corren, ese ejercicio de sugestión casi taumatúrgico, cuenta con una predisposición del observador que viene determinada por un peculiar orgullo tribal: percibe lo que cree que todos sus
iguales deben haber percibido, transgrediendo así los límites de lo real, y negando lo que
para otros no es más que una evidente tomadura de pelo.
Ese hechizo social facilita el significado de cualquier obra creativa,
por audaz que sea. Y a partir ahí, tal
y como algunos afirman y no puedo
estar más de acuerdo, el auténtico
valor artístico se mide por su precio.
La cuestión no es si medio vaso de
agua vale . euros, sino lo que el
artista estima que puede pedir por
él, y haya quien esté dispuesto a pagarlo. Sencillamente
estará comprando una fantasía, y en tanto cada cual
puede gastar su dinero como le plazca, no hay nada que
objetar al respecto.
Es inevitable que el negocio del arte contemporáneo
escape a la comprensión del común
de los mortales, quienes sólo acceden a este exclusivo universo a través de sus manifestaciones más escatológicas, aireadas por los medios
de comunicación. Sin embago, este
es un asunto extraordinariamente
interesante, e incluso divertido, al
que se han acercado diferentes autores en busca de desvelar sus secretos. A los ya famosos ensayos de
Don Thompson titulado El tiburón
de doce millones de dólares (Ariel),
y El puño invisible, de Carlos Granés, (Taurus) se suman ahora dos nuevos títulos bastante interesantes: Los
tiburones del arte, de Luis Racionero (Stella Maris), y
¿Cuanto vale el arte?, de Isabelle Graw (Mardulce). Todos ellos recorren con un agudo sentido crítico el territorio del arte contemporáneo y sus entusiastas mercaderes.
El nuevo imperio Moyano. El escritor murciano
Manuel Moyano presentó en sociedad su nueva novela,
El imperio de Yegorov (Anagrama), con la que quedó finalista del prestigioso Premio Herralde. Acompañado
por el incombustible Miguel Ángel Hernández Navarro, quien también saboreó las mieles del mismo galardón con su memorable Intento de escapada, el creador
de imperios imaginarios, que con esta novela vuelve a
demostrar ser una de las voces más interesantes y originales de la narrativa española, reunió a una nutrida audiencia de lectores entusiastas que demuestra que aún
hay esperanza para el maltratado negocio editorial. Y es
que por mucho que los cocineros de estadísticas y las
autoridades se empeñen en mostrar un panorama apocalíptico, en España sigue habiendo quien desea disfrutar su tiempo libre con un buen libro.
6
Libros
LaOpinión
SÁBADO, 7 DE MARZO, 2015
MUNDO LIBRESCO
José Luis G. Gómez
Buscar el futuro
Borderlands Books es una pequena librería, especializada en ciencia ficción, que hace un mes no
veía más futuro que el cierre. San Francisco iba a
perder otra librería, pero alguien tuvo la idea de promover sponsors para la tienda, y en apenas dos días
han logrado el suficiente apoyo económico como
para sobrevivir un año
más. Se trata de un
parche, y de uno
bastante sorprendente en la
rica y activa
San Francisco, la gran
ciudad en la
que pasan
sus días los
alegres muchachos de Silicon Valley, paraíso tecnológico en
el que se cuece nuestro presente digital y se da
forma al futuro —ese en el que esta pequeña librería no parece tener hueco—. ¿Pero es que los geeks
ya no leen ciencia ficción? Esto quizá le interese especialmente a Rosa Montero[en la imagen], que en
estos días publica su segunda incursión en el género de la mano de su androide, la combativa Bruna
Husky. Con El peso del corazón (Seix Barral, ),
Montero regresa al Madrid de  que mostró en
Lágrimas en la lluvia () —sí, todo esto recuerda mucho a Blade Runner—.
LIBROS Y LIBROS
Santiago Delgado
En pie todos:
Aldo Manucio
Hoy todos vemos como normal la
existencia de libros de bolsillo, y que
los textos lleven comas y puntos. Incluso que leamos bien el papel impreso, con letras del debido tamaño. Aún más: que los libros tengan
márgenes para anotar esas tonterías nuestras, a las que damos categoría de genialidades que habrán de
ser desconocidas por el mundo y la
Historia… Bien, pues todo eso se lo
debemos al impresor veneciano
Aldo Manucio. Vivió a caballo de los
siglos XV y XVI, los que usó el Renacimiento para pasar de Italia al resto de Europa. Nacido romano, acabó en la Venecia que imprimía
obras para el resto del mundo. Gran
humanista y profesor y traductor de
griego, pasó a la impresión de libros, a los que dotó de todo cuando
hemos dejado escrito más arriba. Si
Gutenberg inventó la imprenta, Manucio la revistió de honores. El Renacimiento sería algo cojo sin las innovaciones de Manucio. Un adelantado a su tiempo.
Una al mes
Mario Martínez Gomis
El mayordomo
en su castillo
S
igmaringen, de
Pierre Assouline, (Navona,
) es una
de esas novelas que, instalada discretamente en el mostrador de la librería, sin conocimiento de su
autor o previas recomendaciones críticas, suele irradiar buenas vibraciones, gozosas perspectivas de placer y entretenimiento. ¿Qué cómo demonios
una novela puede provocar estas sensaciones? El asunto es
elemental: objetivamente, a través del diseño de su portada y
de la sinopsis argumental expuesta en la solapa, de alguna
frase publicitaria afortunada.
Subjetivamente, cuando estos
elementos pulsan la fibra de las
afinidades culturales del lector,
de eso que, un poco más a la
pata la llana, llamamos el gusto
de cada cual. Y, Sigmaringen,
para este cronista, reunía de sobra estas condiciones.
El título de la novela alude a
un castillo de la rama de los Hohenzollern que se eleva sobre
una cresta rocosa a orillas del
Danubio, protegiendo un pueblecito de idéntico nombre. Si
un castillo alemán evoca laberínticas ensoñaciones arquitectónicas, lujosas estancias plagadas de recuerdos históricos, intrigas muy del gusto romántico,
Sigmaringen va un poco más
allá del legendario habitual que
emparenta con las locuras enfermizas de Ludwig. Fue el lugar
donde acabó parando el Gobierno francés de Vichy, tras la
toma de París por los aliados.
Entre septiembre de  y
mayo de , Sigmaringen,
desalojados sus nobles propietarios, se convirtió en el centro
de un pequeño protectorado
francés, bajo la tutela de Adolf
Hitler, donde residió el mariscal
Pétain, el presidente Laval y sus
respectivas cohortes de burócratas y ministros, mientras el
pueblecito se llenaba de emigrantes galos colaboracionistas,
como el inefable y discutido escritor Ferdinand
Céline. Si este eficaz
anzuelo se anunciaba con el apetitoso
cebo de una ficción,
apuntalada con los
detalles reales del
reportaje histórico,
este cronista estaba
en condiciones de
convertirse en una
trucha voraz dispuesta a picar en las
páginas del libro.
Pero no eran estas las únicas
promesas que auguraba la sinopsis del relato. Su protagonista, un tal Stein, era el mayordomo de los desalojados Hohenzollern, un tipo frío, distante,
eficaz e insobornable en sus
atribuciones, convertido en el
testigo omnipresente de una
historia con su punto de misterio. Y una ojeada al capítulo de
agradecimientos que cerraba el
libro, confirmaba otros felices
presentimientos. Assouline, el
autor, decía haberse inspirado,
al margen de en una copiosa bibliografía, en relatos de la gran y
la pequeña pantalla como Las
reglas del juego de Jean Renoir,
Lo que queda del día de James
Ivory, Gosford Park de Robert
Altman y las series británicas
Arriba y abajo y Dowton Abbey.
¿Se podía pedir más? No. ¿Se
cumplirían las expectativas? Esa
era la pregunta del millón cuya
respuesta, ahora, se resuelve en
un pequeño adagio: «demasiadas cuerdas para un violín». Assouline se ha mareado un poco
con el instrumento y los árboles
del entramado político no le
han dejado ver el sendero de la
intriga ficticia que se emborrona y diluye, dejando sin fuerza
lo más interesante de su historia: la peripecia de Stein, el mayordomo. Una pena, porque la
novela está escrita con pulcritud
y elegancia y podría haber sido
apasionante con menos pretensiones. Aunque esta opinión
puede resultar tan subjetiva
como las premoniciones del
cronista a la hora de dejarse seducir por el libro: un juicio condicionado por el desencanto.
Lo que sí es cierto es que se
trata de un material excelente
para convertirse en una película
tan notable como aquellas que
inspiraron al autor. Stein es, sin
duda, la viva imagen de Anthony Hopkins en un castillo
que está reclamando su visión
plástica en la pantalla con la
comparsa de Vichy formando
parte, tan solo, del suntuoso decorado.
PIERRE
ASSOULINE
Sigmaringen
NAVONA
LaOpinión
SÁBADO, 7 DE MARZO, 2015
Libros 7
PUEBLA
Si no fuera por
estos raticos
LID
MARISA LÓPEZ
SORIA
y ALEJANDRO
GALINDO
Rabo de lagartija
DESTINO
Infantil
JOSÉ MARÍA
ÁLVAREZ
El oro de los tigres
BALDUQUE
Poesía
ALONSO PALA
CIOS y LETICIA
RUIFERNÁNDEZ
El pájaro de fuego
ALFAQUEQUE
Infantil
SALVADOR
GARCÍA
JIMÉNEZ
Una corona
para 500.000
princesas
VERBUM
YAYO
DELGADO
Achopijo
Diarios
RASPABOOK
Artículos
Humor gráfico
RUBÉN
CASTILLO
Anillo de
Moebius
SLOPER
PACO LÓPEZ
MENGUAL
La memoria
del barro
Novela
LA FEA BURGUESÍA
Novela
Leja murciana
VIÑETAS MÁGICAS
POR PACO OLIVARES
El regreso del condón asesino
RALF KÖNIG
El condón asesino
sexuales esporádicas de motel. Sólo el
inspector Macarroni de la policía, otra
víctima del ser, es capaz de hacerle
frente. Si bien la historia, plena de humor negro e ironía, parodia del género
negro, es muy sencilla, se enrevesa en
su segunda parte con la pseudocientífica explicación de cómo se crean esos
peligrosos seres. Este es uno de los libros con los que La Cúpula, en ,
celebra sus  años de existencia desde que en  creara la mítica cabecera El Víbora con los mejores autores
del panorama nacional e internacional
de cómic alternativo y marginal. El condón asesino, que tuvo una desafortunada versión fílmica en , regresa
con la misma fuerza del primer día,
para divertirnos y aterrarnos con esta
surrealista aventura.
LA CÚPULA
La Cúpula relanza una de las más conocidas y aclamadas historias del alemán Ralf König: El condón asesino, y
lo hace en un grueso volumen integral
que recopila, además, la continuación:
El retorno del condón asesino. Esta editorial, que ha publicado y tiene la exclusiva en España de toda la obra de
König, nos ofrece la oportunidad de tener la historia completa de ese monstruo creado por la ingeniería genética.
De claras connotaciones gay, como el
propio autor, el relato trata de cómo un
condón, devorador de penes erectos,
siembra el terror durante las relaciones
BARBER GRIFITH
Transformers:
Robots in disguise
El ascendente éxito que, cada año, obtiene la franquicia de Transformers, desde que
las cuatro aventuras fílmicas los hayan cata PLANETA CÓMIC
pultado a la fama, mucho más potente que
ya obtuvieran con su presencia en jugueterías y librerías de cómics, hace que el universo gráfico, a su vez, crezca de manera exponencial. Transformers: Robots in disguise, editada en América por IDW Publishing y aquí por
Planeta Comic, narra cómo Bumblebee y sus compañeros Autobots
intentan reconstruir su planeta natal Cybertron, tras la aparente
muerte de su líder Optimus Prime. Se trata de toda una trama de
conspiraciones y asuntos políticos en medio de un caldo de cultivo
de recelo y odios entre los antiguos oponentes Autobots y Decepticons. La serie es la cuarta de una línea que, sobre los personajes, refuerza la franquicia creada por la juguetera Hasbro que potencia infinitamente las aventuras cinematográficas y las series animadas
como la que se estrena este mismo mes con idéntico título que esta
colección reseñada, aunque con una línea argumental muy diferente. Desde que en 
Marvel Comics iniciara la publicación de las
aventuras de los Transformers como apoyo a
la línea de juguetes conjugándolo con personajes propios como Nick Furia o Spiderman,
su éxito hizo que evolucionara hacia derroteros más personales y con identidad propia, a
la par que iría viajando por tres compañías editoras hasta el momento actual. Una serie robótica para aficionados y amantes devoradores de estos seres de hojalata con corazón humano.
JORDI PASTOR
Coordinador
Rubor
LA CÚPULA
También, dentro de este
año de aniversario por
parte de Ediciones La Cúpula, podemos encontrar
Rubor, una antología de
relatos gráficos de contenido erótico. Coordinado
por el dibujante Jordi Pastor, quien convenció a
otros once autores para realizar una serie de historias de ninguna manera parecidas que tocan temas tan
diversos como
la homosexualidad, los juegos eróticos, la
gastronomía,
la atracción física... Nos encontramos
con Marcos
Morán, Danide, Artur Laperla, Candela Fernández, Enrique Corominas
oCarmen Segoviaque sugieren historias para nada
soeces, sino tratadas con
sensibilidad, humor o ironía, en unas páginas impresas totalmente en blanco y rojo. Como en toda
antología que se precie,
cada lector se sentirá más
o menos identificado con
el arte de los autores participantes, siendo las opiniones de lo más dispares.
Por ello, más que comentar lo que me
parecen uno o
varios de los
dibujantes incluidos o alguno de sus
trabajos, conmino al lector
a conseguir
este libro y pasar un rato de
rubor con su
lectura.
EDICIÓN MURCIANA
MIGUEL HERNÁNDEZ ALBURQUERQUE
Tundra 2
EDICIÓN DE AUTOR
Miguel Hernández Alburquerque es otro autor murciano que, de vez en cuando, se descuelga
con la creación de una publicación de cómics en
los que dar rienda suelta a su personal inquietud
artística. Licenciado en Bellas Artes con un master en pedagogía ha realizado varias exposiciones
pictóricas tanto colectivas como individuales a nivel nacional como internacional. «Me dedico a hacer dibujos, cómics, cuadros, graffiti, diseño, diseño de camisetas... todo aquello que me permita
plasmar lo que me interesa. Por esto no me considero dibujante de cómics ni graffiteroni pintor...
simplemente artista, dicho desde la modestia, por
supuesto», comenta. Aunque, confiesa, ha estado
unido al material de dibujo desde siempre, fue en
, con la obtención de una Mención Especial
en el Certamen Municipal Creajoven, que vio publicada su primera obra en la revista catálogo con
la historieta presentada a concurso. Tres años después recopilaría su breve obra de cómic en el fanzine auto editado True Stories y, poco después, en
la muy personal Tundra, de la que lleva dos números editados. Tundra son estudios del ser humano más primitivo, más puro, en su interrelación
con las fuerzas de la naturaleza y su evolución
como especie dominante. La simpleza de cada historieta se contrapone a la gran carga metafísica y
existencial del mensaje que de ella se trasluce. Tundra es más que un cómic; es un concepto artístico
y vital de un artista excepcional.
SÁBADO, 7 DE MARZO, 2015
libros.laopiniondemurcia.es
Director José Ángel Cerón García Edición y coordinación Ángel Montiel
La Selección Antonio J. Ubero Colaboradores Francisco Javier Díez de Revenga, Ramón
Jiménez Madrid, Guillermo Busutil, Paco Olivares, Pedro Pujante, Soren Peñalver, Miguel Ángel
Hernández, Santiago Delgado, Francisco Giménez Gracia Enlace Sinfín Ana Guardiola García
Edición digital Julio Soler
Los placeres y los días
La felicidad abstracta
E
l dinero es la felicidad en abstracto, y el sexo la felicidad en
la piel. Lo demás: que si la lectura, que si el arte, que si el
cine, que si el orfidal… son sucedáneos y mitologías inventadas por clérigos, psicólogos
y follatabiques. El dinero y el sexo nos hacen felices porque nos instalan en nuestro ecosistema, que no es el bosque, ni la sabana, sino la
sociedad. Los otros son el medio, sin duda;
pero cuidadín, porque, a la que te distraes, ya te
han mordido. Los otros son la cura, el bálsamo,
la oportunidad y el refugio; pero también la llaga, el desengaño, el desafío y la desesperación.
Tampoco se vayan ustedes a creer que tengo en
gran estima al sexo o al dinero. Vamos a ver: el
sexo es una dicha cierta y extrema, sí, pero en la
pobre y justa medida en que concluye liberando una tensión, como quien descorcha una botella de espumoso. Los latinos sentenciaron
que omne animal post coitum triste est, nisi gallus qui cantat, o sea: todo bicho viviente se entristece tras el coito, salvo el gallo, que canta.
Pero a pesar de ser un placer limitado y negativo, no lo hay mejor, y por eso el sexo nos instala
en la sociedad; porque es la única relación humana placentera, atávica y libre de determinaSección de una moneda cartaginesa y, abajo, el cartel
ciones en sentido pleno y absoluto. Quien lo
domina y lo administra con sabiduría perversa,
de la exposición en el Museo Arqueológico
triunfa. Vaya si triunfa.
normatividad que se siY del dinero, ni les cuento. El dinero en sí es nada y
túa por encima de cada
menos. Nadie se llevaría dinero a una isla desierta, poruno de nosotros, lo que
que no sirve para nada, salvo que llegue gente. En cuannos deja a todos en un
to llega la peña, el dinero es la felicidad sin matiz; porCuando el dinero se erige
plano de franca igualque contiene la promesa cierta de todas las otras felicien el amo de nuestras
dad. De ahí que los ilusdades, a saber: el sexo, desde luego; el poder, evidenterelaciones, impone la paz
trados escoceses commente, y lo demás, sea lo que fuere, también. Circula un perpetua, así como el
prendieran que la patweet que resume todo esto: «El dinero no da la feliciprogreso material y moral
dad; pero te puedes comprar un yate con putas, y todo el de la humanidad. Por eso el sión crematística constituía un sedante frente
mundo está contento en un yate con putas». Quien dice
verdadero humanismo es
a la ferocidad guerrera.
putas, dice putos, o borregas lachas, o lo que gusten,
amigo del dinero, porque
Cuando el dinero se eritanto da. Por eso les decía más arriba que el dinero nos
resulta mucho más
instala en la sociedad, porque basta ir por la vida con el
benéfico que los sindicatos, ge en el amo de nuestras relaciones, impone
bolsillo lleno, para que el medio social se convierta en
la Unión Europea, los
la paz perpetua, así
un jardín de las delicias, en lugar de ser la selva triste e
brincacequias sin
como el progreso mateinfecta en la que viven los que carecen de él.
fronteras, o el Papa
rial y moral de la humaLa diferencia entre el sexo y el dinero es que aquél es
Peronista
nidad. Por eso el verdanatural, y éste, artificial; esto lo digo en detrimento del
dero humanismo es
sexo, y que Dios me perdone;
amigo del dinero, porque resulta mucho más benéfico
pero es que soy muy de lo artificial, en general, y muy del dine- que los sindicatos, la Unión Europea, los brincacequias
sin fronteras, o el Papa Peronista.
ro, en particular. Tanto es así
Se equivocó Jesucristo, por cierto, al expulsar a los
que, de todos los productos del
Espíritu Humano, si hubiera de mercaderes del templo. Más le hubiera valido, tanto en
lo personal como en la proyección histórica de su menelegir uno, me quedaría con el
dinero, por puro humanismo y es- saje, si hubiera expulsado del Mercado a los sacerdotes,
a los escribas y a los fariseos; pero ésa es otra historia. A
píritu democrático. El dinero ha
lo que vengo es a recomendarcargado siempre con el desprecio
de los soberbios aristócratas y de la les que se pasen por el Museo
gauche caviar, porque al participar Arqueológico y visiten la exposición dedicada a la historia de
de las relaciones monetarias los
humanos administramos nuestra las monedas que han circulado por la Región de Murcia. Se
dicha desde una objetividad y
trata de una muestra preciosa,
una ocasión de conocer la historia más íntima de este Viejo
Reino, porque en ella se exponen la ley, la materia y la forma
de los sueños de felicidad abstracta de nuestros ilustres y humildes antepasados.
Francisco
Giménez
Gracia
LUZ ARTIFICIAL
Miguel Ángel Hernández
El Imperio de Moyano
M
anuel Moyano es uno de los escritores a
los que más admiro. No puedo ser objetivo porque es mi amigo y, además, porque
esto que escribo me va a servir de comienzo para la presentación de su novela El Imperio
de Yegorov en la librería Diego Marín. Pero una cosa
es no ser objetivo y otra bien distinta no reconocer el
talento. A Moyano lo admiro desde hace tiempo. Y
en cierto modo, aunque él no lo sabe, me hice escritor siguiendo sus pasos. La primera noticia que tuve
de él fue un domingo de , cuando yo tenía 
años y había comenzado a escribir relatos. Lo recuerdo perfectamente: había dejado a mi novia —ahora
mi mujer— en la casa de mis suegros y regresaba a
casa en coche escuchando La torre de papel, el programa que dirigía José Cantabella en Onda Regional
de Murcia. Esa noche entrevistaba a un escritor cordobés afincado en Molina que había publicado un libro magistral merecedor del Premio Tigre Juan: El
amigo de Kafka y otros relatos. Moyano habló como
un escritor serio, con voz grave y dominio perfecto
del lenguaje. También leyó algún cuento y yo me
quedé hipnotizado. Al día siguiente por la mañana
compré el libro y por la tarde descubrí un mundo
con el que rápidamente conecté. Desde ese momento he seguido con pasión
todo lo que ha publicado.
Sus libros de cuentos —El
oro celeste me parece el mejor de todos—, sus dietarios, sus microficciones y
también sus novelas. Sigo
reivindicando a voz en
grito La coartada del diablo, una novela de terror
rural perturbadora e inquietante de la que no
entiendo cómo no se
ha hecho aún una película.
Cuando me enteré
de que había quedado
finalista del Herralde no pude alegrarme más. Sentí que se reconocía el talento, la trayectoria y el saber hacer de un escritor tremendamente
completo. Además, el hecho de compartir editorial
con un amigo era una gran satisfacción. Y tener otro
‘anagramo’ en Murcia me hacía si cabe más ilusión.
El imperio de Yeogorov lo leí de un tirón. Es una
novela hipnótica y adictiva que uno se bebe con desenfreno, casi con vicio. A pesar de su aparente experimentalismo —está construida como un collage de
fragmentos archivados a través del tiempo—, el ritmo es frenético. Y en la mente del lector todas las
piezas encajan. De nuevo, la dimensión visual está
presente. Y de ahí sale una muy buena serie de televisión. Al leerla, por ejemplo, me acordaba de The
Strain, la serie de vampiros de Guillermo del Toro.
Si alguna pega hay que ponerle es que se acaba
enseguida y uno se queda con ganas de más. Se lee
con la intensidad de un cuento. Y es que Moyano
tiene la capacidad de tratar la novela con la energía
del relato; y casi diríamos que al revés: el cuento con
la profundidad y la complejidad de la novela. Incluso el microcuento. Quien haya leído sus píldoras narrativas sabrá que en cada párrafo —en ocasiones,
en cada frase— hay una historia compleja. Un universo, un imperio. Y eso es lo que, por encima de
cualquier otra cosa —incluso por encima del lenguaje cuidado, preciso y lleno de imágenes potentes— hace de su literatura algo realmente significativo: la presencia de un mundo. Un mundo caracterizado por lo siniestro, lo familiar-extraño, lo cotidiano mostrado a través de su reverso, lo inquietante.
Un mundo donde el terror y la ironía van de la
mano, y donde lo pequeño e intrascendente puede
convertirse en cualquier momento en lo sublime terrible. Un universo propio y singular que, a partir de
ahora, deberíamos llamar ‘moyanesco’.