EL LIBRO DE PROVERBIOS El propósito de está escritura es dar un conocimiento y una acumulación de hechos, donde "Dios enseña verdadera sabiduría" porque la sabiduría es la habilidad de la gente, para realizar los eventos, y situaciones como Dios las desea. Es por esto, que en el libro de Proverbios, Salomón revela la mente de Dios, para los asuntos altos y sublimes, también en las situaciones comunes, ordinarias, y cotidianas de cada persona. Esto indica que ningún tema escapó de la atención del rey Salomón. Sobre los asuntos pertenecientes a la conducta personal, relaciones sexuales, negocios, riqueza, caridad, ambición, disciplina, deuda, crianza de los hijos, carácter, alcohol, política, venganza, y bondad, porque están entre muchos otros tópicos tratados en esta rica colección de dichos sabios. Una sabiduría popular Cabe recordar, que la sabiduría popular esta en la historia de todos los pueblos, a través de hechos y acontecimientos que el ser humano ha tratado de comprender las claves de su propia realidad y su relación con el mundo que lo rodea. Para adoptar los comportamientos idóneos, en todo momento, circunstancia y existencia. Pues está infinita variedad de fenómenos se han conocido por la observación de muchos de ellos, aunque repetidos de manera regular y constante, pero no han permitido enriquecer la experiencia de cada generación y deducir las actitudes que mejor le convienen al desarrollo de la vida y la cultura de la humanidad. Sin embargo, la más genuina sabiduría popular se basa en la experiencia, acumulada y transmitida de padres a hijos, que en forma de máximas sencillas, son como lecciones morales breves y fáciles de retener. Porque la validez de algunas determinadas características, a veces quedan ceñida a un grupo humano, raza, nación, religión, idioma o costumbres; pero también estas pasan de un pueblo a otro y de una a otra época. Pues en este caso, se trata de pensamientos y del valor universal que pueden integrarse de inmediato en culturas ajenas. Así que en Proverbios, también se aprecian reflejos de sabiduría popular no israelita: mesopotámica, egipcia y de otros pueblos del antiguo Oriente medio; por ejemplo, las dos colecciones de refranes atribuidas respectivamente a Agur y a Lemuel (30:2-33 y 31:1-9), o el paralelismo existente entre Proverbios 22:17-23:12 y un famoso texto del escriba egipcio “Amenemope”, del año 1000 a.C. Ahora el proverbio es de contenido sapiencial y en el hebreo se llama “mashal”, una palabra emparentada con la raíz de otros significados, que incluye el "dominar" o "regir". Esta idea tipifica al auténtico “mashal” es como una expresión persuasiva y estimulante, ya sea, en la forma que se presente: siempre es un proverbio o refrán propiamente dicho, es como una máxima moral o como una sentencia que sopesa y compara diversas conductas y actitudes adoptadas frente a la vida. En ocasiones, el “mashal” tambien significa parábola, alegoría, fábula e incluso acertijo. El autor: Principalmente se acredita al rey Salomón, como el escritor de Proverbios. Ya que su nombre aparece en 1:1, 10:1, y 25:1. También se cree que Salomón coleccionó y editó proverbios, y aparte escribió los suyos, porque en Eclesiastés 12:9, dice: “Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, escudriñar, y compuso muchos proverbios.” Así que ciertamente, en el título hebreo esta “Mishle Shelomoh” que traducido significa “Los Proverbios de Salomón.” Sin embargo, es probable que los capítulos 30 y 31, no fueran palabras suyas, sino palabras de Agur y Lamuel. Ahora la fecha de su Escritura: probablemente fue alrededor del 900 a.C. al principio de su reinado en Israel, por está razón, la nación alcanzó un clímax grande en lo espiritual, política, cultura, y economía. Pues salomón tambien aumentaba la reputación de Israel. Por esto, los dignatarios y extranjeros del mundo, viajaban grandes distancias para escuchar hablar al sabio monarca (1 Reyes 4:34). Su propósito principal: Fue el de dar una buena instrucción moral, especialmente a los jóvenes. El texto clave de proverbios: Comienza en el 1:4, "para dar sagacidad a los simples, y a los jóvenes inteligencia y cordura”. Aunque tambien existen otros proverbios como el 1:5, que dice: “Oirá el sabio, y aumentará el saber, y el entendido adquirirá consejo”. Tambien el 1:7, dice: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová. Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.” El 4:5, “Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; no te olvides ni te apartes de las razones de mi boca.” Y asimismo el 8:13-14, “El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, y la boca perversa, aborrezco. Conmigo está el consejo y el buen juicio; Yo soy la inteligencia; mío es el poder.” Pero su pensamiento Clave: “Es el temor al Señor”, y es mencionado cerca de 14 veces. Así que el libro de los Proverbios pertenece al grupo de los denominados genéricamente "poéticos y sapienciales". Está es una serie de colecciones, que en forma de máximas, refranes, dichos y poemas, transmiten la antigua herencia de la sabiduría de Israel. Pero el contenido, está encabezado por el título ¡Los proverbios de Salomón hijo de David, rey de Israel! (1:1), razón por la cual la obra completa se ha atribuido aquel monarca, célebre por su sabiduría y autor de tres mil proverbios y mil cinco cantares (1 Reyes 4:29-34). En efecto, una lectura atenta del libro de proverbios pone de relieve la complejidad de su composición, que es mayor de lo que pudiera apreciarse a primera vista. Aparte de Salomón, se citan como autores o recopiladores de dichos y sentencias a Agur hijo de Jaqué (30:1) y al rey Lemuel (31:1), ambos, según se cree, oriundos de la tribu Massa, y descendientes de Ismael (Génesis 25:14). Es decir, que en tres ocasiones se especifica que Salomón es autor de los siguientes proverbios, (1:1; 10:1; 25:1); en otras dos se le atribuyen a "los sabios" (22:17; 24:23), y en una se menciona la colaboración de los copistas al servicio de Ezequías, rey de Judá (25:1). La sabiduría en proverbios Está se centra sobre todo en los ámbitos de la vida no regulada por las ordenanzas culticas y por los mandamientos expresos del Señor. Por esta razón, la mayor parte del libro no se refiere a temas propiamente religiosos. Sino más bien, especifican la existencia humana, ya sea en su dimensión personal (el individuo) o colectiva (la familia y la sociedad en general): la educación (13:24), la familia (12:4; 19:14; 21:9; 31:1031), el adulterio (6:24; 23:27), la relación entre padres e hijos (10:1; 28:24; 30:17), la relación entre el rey y sus súbditos (14:35; 22:29; 25.6;16:12), y la honradez en los negocios (11:1; 20:10, 23). Pero en algunos textos se plantean cuestiones generales de moral (12:17; 15:21), y en otros se proponen reglas de urbanidad y conducta social (23:1-3; 25:17; 27:1). Así que en todos estos casos, lo evidente es que Proverbios considera a la sabiduría como un principio esencialmente práctico, que están fundamentado en la observación, la experiencia, el sentido común, pues van orientados hacia los múltiples aspectos de la actividad humana. Sin embargo, no sería correcto olvidar que la religión de Israel también marcó esa misma sabiduría con su propio sello, ese que se adquiere por medio de la experiencia. Prueba de ello es la afirmación que abre la primera de las colecciones de proverbios: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová” (1:7; 9.10; Job 28:28; Sal 111:10); lo que significa que hay una única y verdadera sabiduría, pues es la que entraña una forma de vida basada en la obediencia a Dios y manifestada en el amor, la bondad y la justicia, (9:10; 31:8-9;17:15, 23; 18:5). Tambien en el poema en el que se elogia a la mujer virtuosa, y con el se cierra el libro: (31:10-31), y en el verso 30, vuelve a hacerse mención del temor de Jehová. Es por esto, que el libro de Proverbios, es la mente de los sabios de Israel, pues aparece como subyugada por la doctrina de la retribución, es decir, del premio o el castigo que merece la actuación humana, según sea buena o mala. Esta idea, que se presenta a menudo, se anuncia de modo terminante en 11:31: porque el justo será recompensado en la tierra; y otro tanto sucederá con el impío y el pecador (3:31-35; 12:7, 14; 17:5; 24:12; 28:20). Pero como la experiencia demuestra, que la felicidad no siempre es en esta vida la corona de la virtud, ni la desgracia la maldad, (Salmo 73:1-12; Jeremías 12:1-2), pues llegó un momento donde el pensamiento de la retribución, cuando ha entrado en crisis, da paso a la gozosa enseñanza del amor y al perdón de Dios, que esta recogida en libros de Job y Eclesiastés. Contenido del libro Primeramente tenemos la introducción en (1:1-7), la primera colección: o sea los “poemas” (1:8-9:18), la segunda colección: los “Proverbios de Salomón” (10:122:16), la tercera colección: “las palabras de los sabios” (22:17-24:22), la cuarta colección: “los dichos de los sabios” (24:2334), la quinta colección: “los proverbios de Salomón” (25:1-29:27), la sexta colección: “las palabras de Agur” (30:1-33), la séptima colección: “las palabras del rey Lemuel” (31:1-9) y el apéndice: “El elogio de la mujer virtuosa” (31:10-31). ¿CUÁL ES EL TRASFONDO HISTÓRICO DEL LIBRO? Un proverbio es una oración corta que comunica una verdad moral en una forma concisa y aguda. La enseñanza por medio de proverbios se originó en el oriente y es la forma más antiguas de instrucción. Porque el mensaje principal de proverbios, es que la sabiduría comienza en Dios. Así que un proverbio contiene dichos, parábolas y comparaciones que ayudan a aplicar la sabiduría de Dios a la vida cotidiana. Resumen: Proverbios es un poco difícil, porque a diferencia de muchos otros libros de la Escritura, en éste no hay una trama o un argumento que se encuentre en sus páginas; tampoco existen los personajes principales. Pero la sabiduría está en el escenario central, y es una grande y divina sabiduría, que trasciende el total de la historia, los pueblos y las culturas. Aún una lectura superficial de este magnífico tesoro revela las sustanciales palabras del sabio rey Salomón, que son tan relevantes ahora como lo fueron hace unos tres mil años. Su referencia profética: Es el tema de la sabiduría y su necesidad en nuestras vidas, y con ella se encuentra su cumplimiento en Cristo. Es por esto, que proverbios nos exhorta a buscar, entender y adquirir la sabiduría. Pero nuestro temor a la ira y justicia de Dios, es lo que nos lleva a Cristo, quien es la encarnación de la sabiduría de Dios, como se expresó en su glorioso plan de redención para la raza humana. Pues es en Cristo, donde están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. (Colosenses 2:3), por Él encontramos la respuesta a nuestra búsqueda de la sabiduría, el remedio para nuestro temor de Dios, y la “sabiduría, justificación, santificación y redención” que tan desesperadamente necesitamos (1 Corintios 1:30). Así que la sabiduría se encuentra solo en Cristo y no, en contraste necedad del mundo, la cual nos anima a ser sabios a nuestros propios ojos. Pero Proverbios también nos dice que los caminos del mundo no son los de Dios (Proverbios 3:7) y que solo conducen a la muerte (Proverbios 14:12;16:25). Aplicación y práctica: Dentro de sus 31 capítulos, se encuentra su contenido innegable, sentido y práctico para las respuestas racionales y sensibles a toda clase de dificultades complejas. Ciertamente, Proverbios es el gran libro de “cómo hacerlo” que jamás se ha escrito. Aquellos que tienen el buen sentido de adoptar para sí las lecciones de Salomón, descubrirán rápidamente, que la piedad, la prosperidad, y la alegría serán suyas con solo pedirlas. De manera que la promesa recurrente de Proverbios, es que aquellos que eligen la sabiduría y siguen a Dios, serán bendecidos de numerosas maneras: con larga vida (9:11); prosperidad (2:20-22); gozo (3:13-18); y la bondad de Dios (12:21). Por otra parte, aquellos que lo rechazan, sufrirán vergüenza y muerte (3:35; 10:21). Rechazar a Dios es elegir la necedad sobre la sabiduría, y es separarnos nosotros mismos de Dios, de su palabra, de su sabiduría y de sus bendiciones.
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