geografía modelo 2015 a

 UNIVERSIDADES PÚBLICAS DE LA COMUNIDAD DE MADRID PRUEBA DE ACCESO A LAS ENSEÑANZAS UNIVERSITARIAS Curso 2014-­‐2015-­‐MODELO A MATERIA: GEOGRAFÍA 4ª Parte A la vista del mapa adjunto, “Provincias en las que las pequeñas explotaciones ocupan más del 45% de la S.A.U. (Superficie Agraria Útil) ”; indique el nombre de las provincias tramadas pertenecientes a dicha categoría; señale las razones que explican esta distribución y comente algunas consecuencias emanadas de este hecho. Las provincias tramadas son: Lugo, Orense, Pontevedra, León, Cantabria, Guipúzcoa, Valencia y Alicante. El espacio rural español ha sufrido una evolución en los últimos años hacia la disminución del número de explotaciones y el aumento del tamaño medio. Así, la mecanización ha podido avanzar y se ha aprovechado mejor el terreno al no perder espacio en lindes. Además, también ha aumentado el tamaño medio de la explotación debido a la disminución del número de pequeños propietarios. Esto se debe al proceso conocido como concentración parcelaria. Las pequeñas propiedades o minifundios son aquellas que tienen menos de 10 hectáreas. Supone aproximadamente el 10,5% de la tierra y el 52,3% de los propietarios. Predominan, como se ve en el mapa, en el norte de la península y en la Comunidad Valenciana. La tendencia a crear explotaciones mayores se relaciona con el hecho de que contamos con menos explotaciones grandes y con menos rentabilidad agraria que la media europea. Las razones por las que estas provincias cuentan con unas pequeñas explotaciones que superan el 45% de la SAU, es el mantenimiento en estas zonas de formas tradicionales de explotación. En parte, esto se debe a que estos cultivos suelen ser de regadío intensivo en el Mediterráneo y por ello necesitan mucho más dinero y atención que los cereales que pueden plantarse en grandes propiedades extensivas en las mesetas. Los costes de modernización resultan inalcanzables con los beneficios de estas explotaciones, que son familiares por tradición. Por otra parte, es en estas zonas donde el clima favorece que estos cultivos se den bien; se trata de zonas con importante maritimidad o humedad, con temperaturas suaves en su mayoría y con terrenos poco elevados, lo que, unido a que suele cultivarse en los valles, hace que no les afecte intensamente el gradiente térmico altitudinal. Contribuye también el hecho de que el relieve no es llano y no favorece la existencia de grandes explotaciones, ya que contamos con las estribaciones del Sistema Ibérico y con el Macizo Galaico – Montes de León. En esta última zona, la cantidad de precipitaciones posibilita el regadío de secano, que se da en forma de policultivo fundamentalmente de autoconsumo, aunque las explotaciones ecológicas están al alza, y en este caso el producto iría al mercado. Algunas de las consecuencias que se derivan de la existencia de este tipo de explotaciones son que impiden la agricultura competitiva, ya que los bajos ingresos que proporciona no permiten la inversión en modernización. Es este un sistema de explotación que tiende a desaparecer, pero que sobrevive gracias a la importancia de la agricultura a tiempo parcial y a que algunos propietarios 1 en realidad explotan otras parcelas en régimen de aparcería, aumentando la dimensión media de las propiedades. Asimismo, la falta de rentabilidad puede conducir a la quiebra de las explotaciones, el abandono o el cierre por parte de la UE. Así pues, esto derivaría en efectos demográficos negativos, pues aumentarían el paro y el éxodo rural, con la consecuente despoblación de la zona rural o envejecimiento progresivo. La falta de mano de obra joven en la zona puede suponer, por otro lado, la contratación de temporeros, muchas veces de forma ilegal, favoreciendo la inmigración en las épocas de trabajo. 2