LA PROHIBICION DE LA TALA DE ÁRBOLES

Material de Lectura – ORDENACIÓN FORESTAL
LA PROHIBICION DE LA TALA DE ÁRBOLES
NO SALVARA A LOS BOSQUES
Patrick Moore
Durante la cumbre mundial en Río de Janeiro y más recientemente en la Cumbre Mundial de
Nueva York, emergieron los tres conceptos principales para la agenda ambiental global mundial: el cambio
del clima, la biodiversidad, y los bosques. Los gobiernos, con el apoyo de la comunidad ambientalista,
han alcanzado acuerdos con respecto a los primeros dos casos. La Convención sobre Cambio Climático
pide una reducción en las emisiones de los gases de invernadero y la Convención sobre Biodiversidad pide
la protección y el uso sostenible de la biodiversidad.
Sin embargo, no hubo acuerdo sobre los bosques, porque existen diferencias demasiado grandes
entre los países con respecto al contenido de semejante acuerdo. La preocupación principal de algunos
países esta enfocada hacia el manejo forestal sustentable (MFS), mientras que otros países están más
preocupados con la conservación y protección. Inicialmente, el movimiento ambientalista expreso un
apoyo fuerte para la convención, en tanto estuviera enfocada principalmente a la conservación de los
bosques.
Con base en la Cumbre Mundial de 1992, se formo el consejo intergubernamental para los
bosques con el fin de continuar con la idea de un acuerdo internacional. El consejo sostuvo reuniones en
Ginebra y Nueva York entre 1995 y 1997. Lo que quedo muy claro es que cualquier convención
internacional deberá tomar en cuenta el tema del manejo forestal, además de la conservación. Casi todos
los grupos ambientalistas cambiaron su posición y se declararon contra un acuerdo. Greenpeace se refirió
a esta reunión como “La convención de Motosierras”, como diciendo que sería bueno tener un acuerdo
siempre y cuando se prohíba la tala de árboles.
En parte como resultado parcial de este cambio de posición, la comunidad internacional esta en
una total confusión con respecto a una política global sobre bosques y el manejo forestal.
Creo que esto se debe al hecho de que la posición del movimiento ambientalista es engañosa, ilógica y,
más que todo, inconsistente con sus políticas más razonables con respecto a los cambios de clima y la
biodiversidad. De hecho, su política forestal es diametralmente opuesta a sus políticas en las otras áreas
y es, por ende, una política contra el medio ambiente.
La oposición del movimiento ambientalista contra el manejo forestal esta basada precisamente en
sus convicciones de que esta es la causa principal de la pérdida del bosque (deforestación ) y la pérdida
de la biodiversidad (extinción de especies). En ambos casos están equivocados.
La organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, la cual se
responsabiliza por la agricultura y los bosques, define la deforestación como “la eliminación permanente
de la cobertura forestal y la conversión de la tierra para otros usos, tales como la agricultura o la
colonización humana”. La FAO estima que el 95% de la deforestación se debe al aclareo para la
agricultura y desarrollo urbano, no al manejo forestal. Esto es lo más lógico, ya que el propósito principal
del manejo forestal es contribuir al mejor crecimiento de los árboles, es decir, mantener una cobertura
sobre la tierra El manejo forestal causa reforestación, no deforestación.
Dos de las organizaciones, World Wildlife Fund (WWF) y Greenpeace, han declarado que el
aprovechamiento de la madera es la causa principal de la extinción de las especies. No obstante, ellos no
pueden dar el nombre en latín de una sola especie que se haya extinguido debido a las prácticas
forestales. La verdad es que la extinción de especies se debe generalmente a la deforestación, la cacería y
la introducción de especies depredadoras y enfermedades, no al manejo forestal, ¿por que culpan estos
grupos al manejo forestal de la extinción de especies? Yo no se cual es su motivo preciso, pero hay que
considerar la cuestión desde otro punto de vista. Si el aprovechamiento forestal, hecho en forma
sostenible, no es responsable por la extinción de especies, ¿por que ellos insisten en oponerse a que se
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haga? Basándose en estas dos falsas premisas, el movimiento ha adoptado una política que dará como
resultado una reducción mayor en el uso de los bosques como fuente de madera. Su argumento, hecho
con parte lógica, es que con la reducción drástica de la extracción de madera, el bosque se salvara, junto
con las criaturas que viven en el.
¿Como podemos reducir el consumo de madera? Primero, es importante considerar que el 50% de
la madera que se consume en el mundo se quema como fuente de energía para cocinar y para calefacción,
más que todo en países en vía de desarrollo en donde la gente no tiene los recursos para comprar
combustibles fósiles (carbón o petróleo). Y en realidad, este es un gran beneficio, ya que si en lugar de
consumir madera para suplir estas necesidades se consumieran combustibles fósiles, se lograría el efecto
nada deseable de agregar más emisiones de gases a la atmósfera y hacer más cambios en el clima.
Sorprendentemente, el movimiento ambientalista esta muy callado con respecto a este uso principal de
los bosques, a pesar de que la recolección de leña en forma no sustentable es una de las causas
principales de la deforestación en los países tropicales.
La agenda del movimiento ambientalista para la reducción del consumo de madera tiene dos
partes. Primero, quieren que se deje de hacer papel de árboles y utilizar “fibras no leñosas” para hacer
un “papel no arbóreo”. Algunas de las materias primas alternas propuestas son el canabis, el kenaf, el
algodón y la paja de trigo. A primera vista, esta propuesta parece buena, pero existe un problema serio.
¿Donde se producirán todos estos cultivos exóticos, anuales y monocultivos suficientes para proveer 300
millones de toneladas de papel por año? Desafortunadamente, tendríamos que cultivarlos en los sitios en
donde se cultivan los bosques. No existe una lógica para aquellos grupos que dicen que su preocupación
principal es la protección de la biodiversidad y que propongan monocultivos masivos donde puede haber o
existen bosques. El caso no se puede presentar, ya que no hay un exceso de tierra en el mundo. Por tal
razón, la posición del movimiento ambientalista con respecto a la producción de papel es diametralmente
opuesta a su posición con respecto a la biodiversidad. Los pájaros y las ardillas prefieren los árboles, no
los cultivos de canabis en las fincas. La realidad que salta a la vista es que si no se utiliza la madera para
elaborar el papel, habrá menos razón para cultivar árboles.
La segunda fase de su agenda es reducir el consumo de madera como materia prima para la
construcción y sustituirla con las llamadas “alternativas apropiadas para el ambiente”. ¿Pero cuales son
tales alternativas? Los únicos sustitutos viables de la madera como material para la construcción son el
acero, el cemento, el plástico y el ladrillo. Todos estos materiales requieren mucha mas energía para su
elaboración que la madera aserrada. ¿Porqué? Porque la madera es un recurso renovable y sustentable y
se hace principalmente con la energía solar en una fabrica que se llama bosque. Todos aquellos sustitutos
son no-renovables y tienen impactos ambientales propios y severos. Pero más que todo, ellos requieren
más energía para su elaboración, resultando en más emisiones de dióxido de carbono de combustibles
fósiles y por tanto, contribuirán al cambio del clima. De nuevo, esta elaborada posición ambientalista con
especto a la madera es 180° opuesta a la posición respecto al cambio del clima.
Por supuesto, hay impactos ambientales debido al uso de todos los recursos naturales, pero la
madera es el más renovable de todos los recursos que utilizamos y la industria forestal es la más
sostenible de todas las industrias primarias que nos suministran materiales para nuestro consumo. Ya es
hora de que el movimiento ambientalista reconozca las contradicciones básicas que existen en sus
políticas con respecto al bosque y al manejo forestal.
Existe una manera simple que permite al movimiento ambientalista coordinar su política sobre los
bosques con sus políticas sobre la biodiversidad y el cambio de clima. El requerimiento fundamental es
cambiar el enfoque: en vez de reducir el consumo de madera, hay que hincapié en el aumento de la
cobertura forestal y la productividad de los bosques. Esto quiere decir cultivar más árboles, convertir
millones de hectáreas de tierras agrícolas de uso marginal o nulo a bosques y cambiar la deforestación
tropical en reforestación. También requiere que utilicemos nuestros presupuestos de asistencia
internacional para ayudar a los países en desarrollo a cultivar la madera para combustible en forma
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sostenible y, finalmente, utilizar más madera renovable y menos material no-renovables tales como el
acero, el cemento, el plástico y los combustibles fósiles.
No tiene sentido que los medio ambientalistas estén a favor de la energía renovable, tal como la
energía solar y el viento, mientras que otros se oponen a los materiales renovables que se producen con
la energía solar. Este es el caso, bien sea que el material sea utilizado para combustible, como el etanol
que se produce de la caña y el trigo; o para fibra, como el algodón, el lino y las astillas de madera; o para
materiales para la construcción, como es la madera aserrada.
Desde el punto de vista de la conservación de la biodiversidad, no cabe duda de que los árboles
son el mejor de todos los cultivos porque aportan más hábitat que cualquier otro tipo de medio ambiente.
Tampoco cabe duda de que los árboles son la mejor contribución positiva al cambio de clima, debido a su
capacidad de absorber dióxido de carbono y que el consumo de la madera resulta en menores emisiones
de dióxido de carbono que los combustibles fósiles.
Muchos ambientalistas parecen olvidar que somos 5,9 mil millones de humanos en esta tierra que
nos levantamos cada mañana con necesidades verdaderas de alimentos, energía y materiales para
mantener nuestra civilización. Durante los últimos diez mil años, hemos logrado satisfacer nuestras
necesidades mediante el aclareo de aproximadamente el 30% de los bosques del mundo, reemplazándolos
con cultivos y pasturas. Ahora debemos cambiar esta tendencia en parte si queremos proteger la
biodiversidad y prevenir un cambio climático. Este cambio no se hace por medios de conceptos idealistas,
como el que dice “si no utilizamos la madera, se salvaran los bosques “.
Lo que la gente inteligente llegara a comprender es que la política actual de la mayoría de los
movimientos ambientalistas con respecto a los bosques es, de hecho, una política anti-ambientalistas. El
movimiento mantiene su posición, en parte debido a sus pocos conocimientos sobre la ciencia forestal y
en parte, debido al hecho de que ha tenido mucho éxito en atraer contribuciones y fondos. Se requiere un
esfuerzo mayor para darle al público en general y a nuestros dirigentes una perspectiva lógica,
consistente y científica con relación a este tema de los bosques.
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