«Fortaleced vuestros corazones para la llegada del Resucitado».

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[nº 48]
Boletín del Secretariado Diocesano de Cursillos de Cristiandad de Madrid / Abril 2015
ENCUENTRO NACIONAL JOVENES CURSILLOS
L
DONATIVO 1 €
María Villoria
os días 13, 14 y 15 de marzo 80 jóvenes vivimos el gran regalo de poder participar en el
Encuentro Nacional de jóvenes del MCC celebrado en los Ángeles de San Rafael (Segovia).
Proveníamos de sitios muy distintos, en concreto de 15 diócesis españolas, pero desde el primer momento notamos lo que todos teníamos en común: nuestro amor a Cristo y nuestras ganas de servirle.
Fue precioso ver la amistad que entablamos en pocos
días, y es que esto es lo que tiene vivir como hermanos.
Aprendimos mucho unos de otros; la gran importancia
que se le da a las diferentes escuelas, la alegría con la
que viven la fe los sevillanos, la disponibilidad de los
cordobeses, la unión y sentido de comunidad de los asturianos… y así podría seguir y eternizarme con lo que
me aportó cada lugar. A todos nos impresionó especialmente Pamplona, donde hay tan sólo un joven cursillista, pero que reúne más fuerza e ilusión que muchos de
nosotros juntos. Y es que Cristo crece y se hace fuerte
en las dificultades, y este caso fue un gran testimonio
de ello.
Es verdad que los de Madrid éramos el grupo más nu-
«Fortaleced vuestros
corazones para la llegada
del Resucitado» .
meroso, pero viendo el gran ejemplo de vida de este
joven, y siguiendo las palabras del Papa Francisco, sólo
puedo decir que… ¡Aun tenemos que hacer mucho
más lío en Madrid! Podemos aprender de estos jóvenes
en los que, aun siendo minoría en sus diócesis, su ilusión y ganas de llevar Cristo al mundo no disminuyen
sino que arde aun con más fuerza.
Fueron unos días realmente vividos en el Monte Tabor,
en el que nos llenamos de Dios para bajar con fuerzas
renovadas. Doy gracias por aquellos días, por la vida de
cada uno de los que allí participamos y por el tesoro
que nos llevamos con nosotros y ahora nos toca compartir.
¡DE COLORES!
VIVIR CON CURSILLOS
las Pascuas de familia,
de jóvenes, misionera
y de parroquia.
CRÍTICA DE LIBRO
recogidos por J. A. Cramer en la Catena in Acta SS.
Apostolorum.
Entre ellos podemos encontrar textos de Basilio el
Grande, Gregorio Nacianceno, Gregorio de Nisa, Efrén
de Nisibi, Dídimo el Ciego, Atanasio, Jerónimo, Juan
Casiano, Agustín, Ambrosio, Justino Mártir, Ireneo,
Teodoreto de Ciro, Orígenes, Cirilo de Jerusalén, Cirilo
de Alejandría, Casiodoro e Hilario de Poitiers, algunos
de los cuales se traducen por primera vez al castellano.
Estos autores de los primeros siglos logran transmitirnos
una vida impregnada de fe, por el contacto vital que
tuvieron con las realidades de las que se habla en el
Texto Sagrado.
CELEBRAMOS
el cursillo
¡ 1000!
Café con...
Cristina de la Serna
Título
Biblia comentada por los Padres de la
Iglesia Hechos de los Apóstoles
Autor
Varios
Nº páginas 448
Editorial
Ciudad Nueva
Uso privado
L
os Hechos de los Apóstoles son la segunda
parte de la historia escrita por Lucas acerca
de «todo lo que Jesús comenzó a hacer y
enseñar».
En ellos el evangelista narra la expansión
de la Iglesia según se va extendiendo el
testimonio de los Apóstoles desde Jerusalén a Judea,
Samaría y hasta los últimos confines de la tierra.
A pesar de que unos 40 autores de la Iglesia de los
primeros siglos comentaron los Hechos, sólo tres obras
completas han llegado hasta nosotros: Las Homilías
a los Hechos de los Apóstoles de Juan Crisóstomo, el
Comentario sobre los Hechos de los Apóstoles de Beda
el Venerable, y un extenso poema en latín –Historia
apostólica– escrito por Arator.
En este volumen hemos incluido un gran número de
textos de las dos primeras obras, así como diversos
comentarios de Arator. Asimismo hemos incorporado
muchos otros fragmentos de los Padres que fueron
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EDITORIAL
CAFE CON...
Cristina de la Serna
L
a vida comunitaria desde principio de curso ha sido muy intensa, el Movimiento proporciona
muchas ocasiones o celebraciones, muchas “pascuas” del Señor que hacen mucho bien a
nivel personal y comunitario para la conversión, la perseverancia, la comunión…
Mi dolor hoy es haberme perdido algunas de esas oportunidades, o dudar de si le abrí mi puerta cada vez que
quiso entrar en mi casa para compartir conmigo, o si
siempre tuve tiempo libre para Él o estaba ocupado con
mis importantes deberes que no me permitieron atenderlo. Quizá mi cansancio o tibieza me impidieron el
acercarme para hacer posible su paso por mi lado, incluso en alguna ocasión tuve razones de peso para alejarme…, estaba tan dolido, enfadado, frio…, las cosas
no estaban sucediendo en mi vida como yo le pedía…
Con la Pascua de Su Resurrección todo eso queda atrás,
sé que “la paciencia del Señor me salvará”, porque las
oportunidades que me da para reiniciar cada día mi
conversión son infinitas, cuenta
conmigo para que yo sea “pascua” para los demás llevando a
mis ambientes lo que gratuitamente he recibido, facilitándome
así el ser fiel a mi vocación de
apóstol…
De esas muchas Pascuas una ha
sido para mí muy especial, la Ultreya Diocesana, donde dimos
gracias a Dios por la inmediata
celebración del cursillo MIL en la
diócesis de Madrid. Han sido mil
oportunidades que el Señor nos
ha regalado para que los de madrileños viviésemos Su “paso”
por nuestra vida.
Muchos hemos tenido ese privilegio y así tuvimos la
oportunidad de manifestárselo con todo nuestro cariño
y respeto, en la celebración de la Eucaristía, en el rollo
de Eva, en las resonancias, a nuestro nuevo pastor, el
Arzobispo D. Carlos Osoro, quien nos bendijo y manifestó su cariño y afecto por los cursillistas.
Con la alegría y el gozo de la Resurrección le pido al
Señor vivir este tiempo precioso de la Pascua en espera,
junto a toda la Iglesia, de la venida del Santo Espíritu
cogido de la mano de la Madre, para a través de Ella
pedirle al Señor que nos haga “SANTOS Y APOSTOLES”.
EDITORIAL Secretariado Diocesano de Cursillos de Cristiandad
de Madrid
REDACCION Macarena Montes
MAQUETACION Mercedes Fernández
ILUSTRACIONES Juan Pablo Arenas
DISEÑO Beatriz Rodríguez de los Ríos
FOTOGRAFÍA Nacho Pereira y Cindy González
COLABORADORES ESPECIALES Manolo Romero, Gema Blanco,
Rosa M. Sanz, Ubaldo Conejo, Iñaki S. Ureta, Jóse
Antonio Méndez, Felipe Velayos, Francisco Jiménez Lombos,
Elena Cuadrado, Alejandro Martín, Cristina de la Serna, Lucía
Montoya, Lara de la Morena, Eduardo Fernández-Merino, María
Villoria, Eduardo Palanca
IMPRIME Reproconsulting, S.L.
Este número se puede descargar en formato pdf en
www.cursillosmadrid.org
…DE COLORES…
Lara de la Morena
Esta tarde el Señor nos ha querido regalar a Edu, Lucía,
Alex y a mí el placer de tomar un café con Cristina, una
señora entrañable que lleva nada más y nada menos
que 52 años en Cursillos. Lo que más me ha cautivado
esta tarde ha sido la mirada y la sonrisa de Cristina.
¡Qué alegría transmite! Es impresionante su amor y
respeto a la Iglesia; cómo fiándose, le ha dicho “Sí”
al Señor en cada
misión que le
ofrecía. Cristina
me ha vuelto a
recordar una vez
más la necesidad
de “dar” lo que
tanto recibimos,
me ha vuelto a
recordar que yo,
Lara, soy Iglesia,
y que tengo
que actuar en
consecuencia.
Hemos hablado
también de la
importancia
y eficacia de
la oración, de
la
relevancia
de todas esas
señoras
que
permanecen cada día en sus parroquias rezando el
Rosario. Con esa sonrisa adorable que ella tiene, nos
ha dicho que esas señoras, y los conventos, son lo que
está manteniendo a la Iglesia hoy, que son el equilibrio
que Dios nos manda para que yo, con mis debilidades,
no me deje guiar por mi egoísmo, por mi hedonismo.
Cristina dice que un cristiano puede tener tristezas,
puede tener dudas y puede sufrir, pero que un cristiano
no puede estar aburrido. Cuántas cosas me quedan por
hacer, por experimentar. Por un momento esta tarde me
he imaginado con 80 años tomándome un café con 4
jovencitos cursillistas. El camino con el Señor es una
aventura apasionante, y yo, al igual que Cristina, ¡no
me quiero perder ni un capítulo!. Sólo tengo que decir
“Sí”. ¡De colores!
Eduardo
FernándezMerino
Es
una
bendición
p o d e r
escuchar
a
quien
lleva
tantos años
sirviendo
y
viviendo
la
realidad de la
Iglesia en el
Movimiento de Cursillos de Cristiandad de Madrid. Me
gusta oír que, en esencia, pese a haber pasado tanto
tiempo, lo fundamental del método de cursillos sigue
siendo igual.
Cristina es una enamorada de la palabra de Dios. Nos
dice que siempre hemos de estar “rumiándola”, pues
nunca sabemos cuándo nos va a hacer falta sacarla
a relucir. Me encanta cuando nos asegura que “Un
cristiano puede tener depresiones, estar triste... ¡pero
nunca aburrido!”. Le hace mucha ilusión ver a jóvenes
como nosotros que cogemos el testigo de Cursillos de
Cristiandad en la Iglesia de Madrid, a pesar de vivir
en una sociedad descristianizada, en un contexto
universitario laicista… Pero nos invita a que demos
testimonio desde lo más sencillo: “La gente necesita
que se le sonría, que se la saque del anonimato...”
¡Gracias Señor, por poner a nuestro alcance testimonios
vivos de perseverancia en tu Amor, confianza en
que Tú guías nuestro camino, y fidelidad, cariño y
responsabilidad de proclamar al mundo las verdades
recibidas de Tu Iglesia por medio del Movimiento de
Cursillos de Cristiandad! ¡Y por poder recibirlo además
con una buena taza de chocolate, en compañía de otros
jóvenes cursillistas!. ¡De Colores!
Después de este precioso encuentro no podemos hacer
más que dar gracias a Dios por la vida de Cristina, por
toda la entrega generosa y sin condiciones que ha
tenido con la Iglesia y con el Movimiento de Cursillos
de Cristiandad de Madrid. ¡Gracias Cristina, que Dios
te bendiga!.
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TESTIMONIOS PASCUA 2015
CAFE CON...
Cristina de la Serna
C
ristina de la Serna hizo su cursillo en 1963, hace 52 años. Pertenece a la Ultreya de La Paz.
Cuando la llamé hace unos días para proponerle tomarse un café con nosotros dijo que si inmediatamente,
sin dudar ni un instante, porque como ella dice, desde su cursillo, el compromiso con la Iglesia la
impulsa a decir siempre “Sí”, tanto para ser rectora durante muchos años, como para dedicarse a
cuidar a su familia, como para tomarse un café con nosotros. Lo que Dios quiera, cuando Dios quiera.
Durante toda la visita se mostró sonriente, ilusionada,
con ese brillo en los ojos propio de quien está
enamorado. Ella desde luego está enamorada de Jesús
y de la Iglesia y así nos lo ha contado y nos ha hecho
estarlo nosotros también.
Comentario a la visita de los jóvenes
cursillistas, por Cristina de la Serna.
Ayer tomé café con un cuarteto de jóvenes de cursillos:
Edu, Lara, Alejandro y Lucía, hija de mis queridos Silvia y
Juan Antonio, fue muy agradable y encima me invitaron
a un café riquísimo.
No era mi intención, pero hablé por los codos, porque...
como a mí me tiren de la lengua..., aun así algo se
me quedó en el tintero. Después fui a la Eucaristía y a
una charla cuaresmal en mi parroquia, y descubrí dos
cosas. Era 25 de marzo, celebrábamos nada menos que
la Encarnación del Hijo de Dios. Allí empezó todo; allí
se hizo realidad que “tanto amó Dios al mundo que
le entregó a su Hijo Único”, me preguntasteis cuáles
eran mis oraciones preferidas: el Ángelus, el Ángelus no
puede ser más precioso, más evangélico. Una oración
que condensa el evangelio de San Lucas, 1, 26-38
Otro descubrimiento increíble de mi cursillo fue la
Caridad, el amor con mayúsculas, que me hizo ver el
mío egoísta y selectivo.
La conclusión de la charla cuaresmal de ayer fue ésta:
“ Sólo el amor dice bien de Dios”, o, como dice Manolo
Ossorio: “No hables de Dios si no te preguntan, pero
vive de forma que
te pregunten”.
En esas estamos
con ayuda de
la Gracia. De
Colores.
Comentario a
la visita por
los jóvenes
cursillistas.
Lucí a Montoya
Siempre me he
fijado
mucho,
dentro
del
movimiento de
Cursillos, en los
cursillistas que
son más mayores
que yo, porque
cuando
era
pequeña quería ser como ellos, decía: “algún día seré
cursillista”. Ahora puedo decir orgullosa que lo soy. Y
soy cursillista por Cristo y para Cristo, que me persevera
y hace que no me olvide de lo grande que es Él y lo
grande que es la Iglesia. Tomarme un café con Cristina
me anima y me llena de esperanza porque a veces me
preocupa el desfallecer y la falta de constancia, pero
la miro a ella, que lleva ¡52! años en cursillos y que
dice con total confianza: “El Señor es quien nos lleva,
casi no nos enteramos, pero es Él”. Seguro que Cristina
ha fallado en estos 52 años alguna vez, y yo también
fallaré, igual que lo hago ahora, pero basta un café
para que me recuerden que es Cristo quien me lleva
sirviéndose de su Iglesia, de la cual soy parte ¡Y es mi
mayor Gloria!. ¡De colores!
¡
Cuánta ilusión acumulada y contenida durante los tres días del Triduo Pascual! ¡Cuánta esperanza! ¡Cuánto amor! Pero ha valido la pena: Cristo ha resucitado y la Luz del mundo se derrama sobre
nosotros. Los cursillistas de Madrid hemos vivido con fervoroso ardor este sublime acontecimiento. He
aquí algunos testimonios de cómo han vivido esta Vigilia Pascual nuestros hermanos: unos, en la Pascua de familias; otros, en la de jóvenes; algunos, en disposición misionera; y otros, en sus parroquias.
PASCUA EN PARROQUIA 2015
Gema Blanco
E
ste ha sido mi quinto año viviendo la Semana Santa en la parroquia.
El grupo de jóvenes de Cristo Sacerdote hemos
“invadido” la casa de los curas para vivir con ellos y
con la comunidad estos días tan importantes. De esta
manera ha sido mucho más fácil adentrarnos en el Triduo
Pascual, ayudar a los sacerdotes a preparar los oficios y
animar en la liturgia. La noche del Jueves Santo fue un
regalo poder tener la parroquia abierta y hacer turnos
de vela para acompañar al Señor. También vimos la
procesión del Cristo de los Gitanos, tuvimos un retiro con
las Oblatas de Cristo Sacerdote y estuvimos en la pasión
viviente de Daganzo.
Para mí esta Pascua me ha ayudado a acercarme al
misterio de la cruz y del dolor, acordándome de los
que más sufren; pero también ha sido muy gratificante
ver como muchos nos daban las gracias por haber
participado tan activamente, y es que el Señor nos llama
a fermentar nuestros ambientes.
¡Cristo está vivo! y esta alegría del Resucitado es lo que
nos tiene que dar la vida y es lo que he vuelto a descubrir
estos días.
¡Feliz Pascua!
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PASCUA DE FAMILIAS 2015
Rosa M. Sanz y Ubaldo Conejo
D
TESTIMONIO CURSILLOS PARÍS
Elena Cuadrado
espués de unos años de ausencia, dedicados a celebrar la Semana Santa con nuestra Parroquia, decidimos volver a compartir estos días con nuestros hermanos de la Comunidad de
Cursillos en la Pascua de Familias de este año.
Fueron días de Pasión, que celebramos después de haber
aprendido o recordado el sentido litúrgico de cada uno
de ellos. Días en que algunos de nuestros hermanos,
en sus rollos, nos hicieron partícipes de sus combates y
derrotas, en expresiones como: “leer la Pasión en clave
de mi matrimonio”, “la Eucaristía es el AMOR de Dios
para llevarlo a los otros”, “la conversión es dejar que el
Señor me complique la vida para hacérmela más fácil”.
Sin embargo, después del dolor, proclamamos de nuevo
nuestra alegría con la Resurrección de Jesucristo.
Misterio en el que apenas intuimos el amor de Dios por
cada uno de nosotros y que nos hace comprender que,
después del sufrimiento, de esas pequeñas derrotas, el
Señor nos tiene siempre reservado algo mejor. Vivimos
la Pascua en clave de “DEJARNOS AMAR” y de la
necesidad de la fe del hermano, ya que somos “FEdependientes”
Damos pues, gracias al Señor, por habernos concedido
estar presentes en esta Pascua de Familias 2015 y por
haber escogido un equipo de personas que le han
sabido servir bien con su trabajo y entrega hacia sus
hermanos que allí estábamos.
¡De colores!
D
el 19 al 22 de febrero de 2015, tuve la dicha de poder asistir a un Cursillo de Cristiandad en
francés, en Paris.
Una vez más ha sido para mí un auténtico regalo ser
testigo de cómo cuando el Señor “toca” a las personas,
da igual dónde, si en Paris, Madrid o Canberra, cuando
el Señor pasa, transforma los corazones y los llena de
su gran Amor. Y cómo la oración de la Comunidad, la
intendencia es fundamental para ello. Y cuando estás
lejos “de los tuyos”, esa necesidad de ella, así como el
abandono en el Señor y la confianza en la oración se
hace aún más latente…
Ya estuve en Paris en el primer Cursillo que hubo en
español hace 14 años y en el primero que hubo en
francés en junio del 2003…y poder volver a participar
en un Cursillo, en mi amada ciudad de Paris, después de
tantos años, y el estar en contacto con la Comunidad
de Paris, me ha hecho recordar como debieron ser
en su momento las Comunidades de los primeros
cristianos, en la época en que vivía Jesús. Porque en la
Comunidad de Paris se vive la “esencia”. Y poco a poco
esa comunidad incipiente que dejé hace años, ha ido
creciendo y se ha convertido ya en una “gran familia”,
que comparten juntos la fe y los bienes…
También he tomado mayor consciencia de la suerte
que tenemos en Madrid, y en España en general, de la
cantidad de sacerdotes de Cursillos y de Ultreyas con las
que podemos contar. A las que encima podemos acudir
semanalmente. ¡Somos unos afortunados!. En Paris
sólo cuentan con
un
sacerdote
cursillista
que
cuando puede,
celebra
las
Eucaristías
y
les
acompaña
en las Ultreyas
quincenales
o
mensuales
(según sean en
español o en
francés),
pero
que está lleno
de ocupaciones y no siempre puede asistir. Os invito
a seguir rezando para que podamos contar en Paris
con sacerdotes cursillistas de habla francesa, o de
preferencia franceses, que puedan apoyar a nuestra
Comunidad hermana en Paris.
Y el colofón del Cursillo, ya fue para mí volver a
compartirlo casualmente con personas del equipo con
las que ya estuve en los primeros Cursillos, como Jan
Lütjens, Carmen Pérez del Viso o el mismísimo Padre
José García, que para mí ha significado el testimonio
vivo de que cuando el Señor llama, uno lo deja todo y
le sigue. Es increíble además testimoniar cómo cuando
el Señor manda su Espíritu se produce el Don de
lenguas...y personas de distintos países y con distintos
acentos, como ocurría en el Cursillo, nos entendíamos
sin problemas. Y es que “lo esencial es invisible a los
ojos, sólo se ve bien con los ojos del corazón”.
Le doy muchas gracias a Dios por lo vivido en Paris en
estos días, y le pido me conceda siempre un corazón
“misericordioso”, que se deje impregnar por el Espíritu
Santo y guiar por los caminos del Amor que nos lleva a
los hermanos, y un corazón “fuerte” para no caer, como
decía el Papa Francisco en su mensaje para la Cuaresma,
en el “vértigo de la globalización de la indiferencia”.
¡DE COLORES!
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ULTREYA DIOCESANA 2015
Francisco Jiménez Lombos
M
i esposa, Maripaz y yo, llegamos muy pronto al templo de Santa María Micaela y San Enrique
y estábamos muy bien situados, iba a ser la presentación y el encuentro con nuestro Arzobispo D. Carlos, y además el aniversario del Cursillo n° 1000 de la Archidiócesis de Madrid,
preveíamos una gran fiesta, y así sucedió.
Mi asombro comenzó cuando en la procesión de entrada
abierta por los seminaristas con la Cruz, le seguían 20
sacerdotes y la cerraban tres obispos.
Desde el año 1987, en que me incorpore a cursillos de
Madrid, he asistido a unas cuantas Ultreyas, a cual mejor,
pero lo que veía prometía algo que no me había podido
imaginar.
Nuestro Arzobispo Don Carlos, arropado por los obispos
Ángel, Consiliario nacional, y Jesús, Obispo emérito, y
asistidos por el Vicario Javier, nuestro Consiliario Pedro y
los demás sacerdotes, llenaron el presbiterio a rebosar. El
templo lleno hasta la bandera y, para que no faltase nada,
mi fe veía rodeando el Altar, a la Trinidad con María, los
Ángeles y toda la corte celestial.
En ese momento tan especial de la Eucaristía Cristo se
hizo presente vivo, en su Cuerpo y Sangre para hacernos
a todos uno con el Padre, tal como pidió al Padre en Jn.
17 (23) “Yo en ellos y tú en mí”. Realmente me sentía
tocando el cielo en la tierra.
Monseñor Osoro preside Ultreya Diocesana de Cursillos
de Cristiandad. Luego Eva nos dio el rollo que hizo revivir
en mí, mi personal encuentro con Cristo, lo que me llenó
de emoción. Le siguieron las palabras de Don Ángel, de
Álvaro presidente nacional, que nos invitó a la Ultreya
europea de Roma que están preparando para reunirnos
con el Papa Francisco y continuaron con las ardientes
palabras de nuestro presidente Manolo Romero.
Como broche de oro para cerrar tan transcendental acto,
lo que nunca había visto, nuestro Arzobispo a los equipos
de los cursillos 999 de mujeres y 1000 de varones,
puestos de rodillas en el atrio del Altar los bendijo, y tras
las manos de Don Carlos el Espíritu Santo fue recibido
por los que iban anunciar y proclamar la buena noticia
de que ¡Cristo VIVE!.
Cuando en mi reunión de grupo me pregunten la clásica
pregunta de ¿cuál fue el momento en que te sentiste
más cerca de Cristo?, pues ya sabéis.
¡De colores!
PASCUA DE JÓVENES 2015
Iñaki S.Ureta
N
o hay palabras para describir lo que ha significado esta Pascua para los 130 jóvenes que nos
hemos reunido en El Colegio Seminario Menor de Rozas de Puerto Real.
Como se comentó en alguna de las resonancias, ésta
convivencia ha estado llena de gracias y a cada uno nos
ha tocado de una forma diferente pero así como en los
grandes rollos que escuchamos desde el Jueves Santo
hasta el Domingo de Resurrección, me toca ahora a mí
abrir mi corazón.
Llegó el momento de identificar mis cruces y saqué
del armario al hombre viejo para darme cuenta de
que muchas cruces del pasado las había sanado ya el
Señor y otras aún necesitaban del cariño que quiso el
poner al darme una decuria verdaderamente especial.
Ayudados por la Gracia de Dios tras el rollo del viernes
santo, compartimos nuestras cruces para hacernos
cargo de las de nuestros hermanos y clavándolas en
la cruz desnuda durante la vigilia Pascual, nos inundó
la alegría de la Resurrección de Cristo, que sólo es tal
cuando se comparte con la Comunidad de la forma en
que se hizo esta Semana Santa.
No puedo creer que tantos jóvenes abandonen sus
planes de diversión desmarcándose del mundo egoísta
en que vivimos, no puedo creer el tremendo sacrificio
del equipo en la preparación de la convivencia, no
puedo creer que tanta gente y tan lejos entre en una
sola oración, no puedo creer que alguien dé su vida por
mí, que yo valga el precio de su sangre, y no puedo creer
que vuelva para darme una esperanza redentora que no
se apaga ni en el peor de mis días. Y sin embargo creo,
creo, creo y por supuesto creo. Pero es que además, veo.
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6
MIL CURSILLOS NO SON UN ÉXITO
José Antonio Méndez
A
ntes de que pueda colgármelo alguien, ya me pongo yo el cartel de aguafiestas al empezar
este artículo. ¿Por qué? Pues porque haber celebrado mil Cursillos de Cristiandad en Madrid no me
parece ningún logro extraordinario. Me explico. Mil es un número redondo y grande que, ciertamente,
no muchas diócesis en el mundo pueden pronunciar aplicándoselo a Cursillos.
Pero creo que en Madrid no tenemos motivo alguno
para vanagloriarnos, porque esta cifra la hemos alcanzado no gracias a nosotros, sino a pesar de nosotros. Ha
sido la misericordia de Dios la que ha tocado el corazón
de los dirigentes de tal modo que sólo quedaba una
respuesta posible: responder al Amor con amor y devolver gratis lo que gratis se ha recibido. La iniciativa ha
partido de Dios. De nosotros sólo quedaba pendiente
una respuesta libre, generosa pero imperfecta, que Él
ha sabido aprovechar. La gloria es suya, pues ha sido el
Espíritu quien ha sido capaz de salvar nuestro pecado y
nuestras limitaciones para, a pesar de nuestras ineficacias y regateos, ir haciendo su obra.
Además, hay un hecho que no debemos olvidar: nosotros los cristianos no somos políticos, ni agencias de
comunicación, ni un puesto en un mercado. Los católicos no tenemos que movernos por los números, ni por
las estadísticas, ni por las grandes cifras. Me parece
un error titánico aplicar a la fe categorías que le son
ajenas, como por ejemplo la sociología, porque entonces querremos regirnos por los criterios del mundo y no
por la escandalosa lógica de la Cruz: nuestro éxito no es
conseguir grandes cifras en las listas de nuevos cursillistas cada año, sino ser fieles al Señor crucificado y
resucitado. No podemos caer en el mismo error en que
a veces caen personas bienintencionadas y gentes de
Iglesia, cuando organizan actos multitudinarios (incluso misas, Jornadas de la Juventud o marchas provida) y
parece que, o alcanzan una cifra enorme, o es un fracaso. No, no y mil veces no. Los cristianos no fracasamos
por no ser mayoría social. Fracasamos cuando le damos
la espalda al Evangelio. Los cursillistas no estamos
llamados a llenar Madrid de personas que hayan hecho
cursillos: estamos llamados a llenar nuestro corazón de
Cristo, a tratar diaria y cercanamente con Él, a dejar
que su amor nos desborde, a darlo a conocer a los
demás, y a acompañarlos en el postcursillo como ellos
se merecen en virtud de su dignidad de hijos de Dios.
Mil Cursillos es algo como para dar gracias a Dios por
su misericordia generosa pero, ¿podemos sacar pecho
si pensamos en los mil postcursillos? ¿Estamos cuidando bien el tesoro de las almas que Dios por su bondad
nos confía? Insisto: no tenemos éxito por hacer muchos
cursillos cada año, ni tenemos un fracaso si logramos
números bajos; fracasamos cuando somos infieles al
Señor y a su mandato misionero, y nuestro único éxito
es que Él nos corone con su amistad –que nunca está
exenta de intimidad con la cruz–.
Por eso, sería un fallo grave que alguien pensase que,
como nunca le han llamado para ir en un equipo, o
como nunca ha llevado a nadie a un Cursillo, está fracasando en el movimiento. No. Nuestro éxito (¿lo he dicho
ya?) no es como el del mundo. Cada uno está llamado a
servir a Dios en la Iglesia (y eventualmente en Cursillos,
para quien así sea) poniendo en ejercicio los talentos
que Dios le ha dado. Conozco a personas que nunca
han ido a un equipo, pero rezan cada día el Rosario
por los cursillistas; a personas que no van a clausuras,
pero no faltan a una ultreya y acogen al nuevo con una
sonrisa; a personas a las que les costaría dar un rollo,
pero podrían visitar cada semana a los enfermos y a los
mayores de nuestra comunidad. La pregunta oportuna,
por tanto, no sería ¿qué he hecho yo para que se logren
estos mil cursillos? sino más bien ¿cómo puedo dejar
que el Señor se sirva de mí en Cursillos de ahora en
adelante?
La consecuencia frecuente de darle la prioridad al
Señor es que luego las iniciativas apostólicas que se
emprendan, den fruto. Pero, en ocasiones, el mismo
Jesús permite que no sea así y Él tiene sus motivos. No
hay más que ver cómo fue su vida, cuántos fueron sus
seguidores, cuántos quedaron al pie de la cruz, y qué
hizo Él con sólo doce tuercebotas… Mil Cursillos es,
si se me permite, algo anecdótico. Un Dios que ama
incondicionalmente a cada cursillista es lo extraordinario.
TESTIMONIO CURSILLO 1000
Felipe Velayos
E
l pasado 19 de febrero se celebraba en casa de espiritualidad de Las Rosas (Villalba) el cursillo de cristiandad número 1000 de la Diócesis de Madrid.
28 hombres estaban a tres días de Dios sin apenas
saberlo. Un encuentro con Cristo Resucitado que
cambiaría sus vidas. Y así fue como cambió la de Felipe
Velayos…
El pasado jueves 19 de febrero, estaba trabajando en
las Tablas (por el norte de Madrid) y con mi bici plegable
me recorrí 7 kilómetros hasta el Bernabeu (de donde
salía el autobús hacia la casa de las Rosas).
¿Quiénes serán todos estos?, me preguntaba yo,
¿Dónde te vas a meter?, me decía mi mujer.
Fueron tres días maravillosos, pude desconectar el móvil
(con lo dependiente que soy de las tecnologías) y Cristo
entró en mi corazón. Los rollos, las visitas al Sagrario,
los nuevos amigos… ahora tengo una cosechadora
nueva y la uso a diario a máxima potencia.
Noto que soy el mismo, con mis defectos y miserias,
pero con los ojos más abiertos, con el corazón
reblandecido... el Señor en el cursillo me ha dado PAZ
Y ALEGRÍA. Ahora sé que Cristo me acompaña en todo
momento. ¿Pero qué digo?, si yo ya no soy el mismo.
Soy yo, ¡pero vitaminado!
Mi bici plegable es cursillista y mi casco ¡De colores!.
ANIVERSARIOS ULTREYAS
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MIL CURSILLOS NO SON UN ÉXITO
José Antonio Méndez
A
ntes de que pueda colgármelo alguien, ya me pongo yo el cartel de aguafiestas al empezar
este artículo. ¿Por qué? Pues porque haber celebrado mil Cursillos de Cristiandad en Madrid no me
parece ningún logro extraordinario. Me explico. Mil es un número redondo y grande que, ciertamente,
no muchas diócesis en el mundo pueden pronunciar aplicándoselo a Cursillos.
Pero creo que en Madrid no tenemos motivo alguno
para vanagloriarnos, porque esta cifra la hemos alcanzado no gracias a nosotros, sino a pesar de nosotros. Ha
sido la misericordia de Dios la que ha tocado el corazón
de los dirigentes de tal modo que sólo quedaba una
respuesta posible: responder al Amor con amor y devolver gratis lo que gratis se ha recibido. La iniciativa ha
partido de Dios. De nosotros sólo quedaba pendiente
una respuesta libre, generosa pero imperfecta, que Él
ha sabido aprovechar. La gloria es suya, pues ha sido el
Espíritu quien ha sido capaz de salvar nuestro pecado y
nuestras limitaciones para, a pesar de nuestras ineficacias y regateos, ir haciendo su obra.
Además, hay un hecho que no debemos olvidar: nosotros los cristianos no somos políticos, ni agencias de
comunicación, ni un puesto en un mercado. Los católicos no tenemos que movernos por los números, ni por
las estadísticas, ni por las grandes cifras. Me parece
un error titánico aplicar a la fe categorías que le son
ajenas, como por ejemplo la sociología, porque entonces querremos regirnos por los criterios del mundo y no
por la escandalosa lógica de la Cruz: nuestro éxito no es
conseguir grandes cifras en las listas de nuevos cursillistas cada año, sino ser fieles al Señor crucificado y
resucitado. No podemos caer en el mismo error en que
a veces caen personas bienintencionadas y gentes de
Iglesia, cuando organizan actos multitudinarios (incluso misas, Jornadas de la Juventud o marchas provida) y
parece que, o alcanzan una cifra enorme, o es un fracaso. No, no y mil veces no. Los cristianos no fracasamos
por no ser mayoría social. Fracasamos cuando le damos
la espalda al Evangelio. Los cursillistas no estamos
llamados a llenar Madrid de personas que hayan hecho
cursillos: estamos llamados a llenar nuestro corazón de
Cristo, a tratar diaria y cercanamente con Él, a dejar
que su amor nos desborde, a darlo a conocer a los
demás, y a acompañarlos en el postcursillo como ellos
se merecen en virtud de su dignidad de hijos de Dios.
Mil Cursillos es algo como para dar gracias a Dios por
su misericordia generosa pero, ¿podemos sacar pecho
si pensamos en los mil postcursillos? ¿Estamos cuidando bien el tesoro de las almas que Dios por su bondad
nos confía? Insisto: no tenemos éxito por hacer muchos
cursillos cada año, ni tenemos un fracaso si logramos
números bajos; fracasamos cuando somos infieles al
Señor y a su mandato misionero, y nuestro único éxito
es que Él nos corone con su amistad –que nunca está
exenta de intimidad con la cruz–.
Por eso, sería un fallo grave que alguien pensase que,
como nunca le han llamado para ir en un equipo, o
como nunca ha llevado a nadie a un Cursillo, está fracasando en el movimiento. No. Nuestro éxito (¿lo he dicho
ya?) no es como el del mundo. Cada uno está llamado a
servir a Dios en la Iglesia (y eventualmente en Cursillos,
para quien así sea) poniendo en ejercicio los talentos
que Dios le ha dado. Conozco a personas que nunca
han ido a un equipo, pero rezan cada día el Rosario
por los cursillistas; a personas que no van a clausuras,
pero no faltan a una ultreya y acogen al nuevo con una
sonrisa; a personas a las que les costaría dar un rollo,
pero podrían visitar cada semana a los enfermos y a los
mayores de nuestra comunidad. La pregunta oportuna,
por tanto, no sería ¿qué he hecho yo para que se logren
estos mil cursillos? sino más bien ¿cómo puedo dejar
que el Señor se sirva de mí en Cursillos de ahora en
adelante?
La consecuencia frecuente de darle la prioridad al
Señor es que luego las iniciativas apostólicas que se
emprendan, den fruto. Pero, en ocasiones, el mismo
Jesús permite que no sea así y Él tiene sus motivos. No
hay más que ver cómo fue su vida, cuántos fueron sus
seguidores, cuántos quedaron al pie de la cruz, y qué
hizo Él con sólo doce tuercebotas… Mil Cursillos es,
si se me permite, algo anecdótico. Un Dios que ama
incondicionalmente a cada cursillista es lo extraordinario.
TESTIMONIO CURSILLO 1000
Felipe Velayos
E
l pasado 19 de febrero se celebraba en casa de espiritualidad de Las Rosas (Villalba) el cursillo de cristiandad número 1000 de la Diócesis de Madrid.
28 hombres estaban a tres días de Dios sin apenas
saberlo. Un encuentro con Cristo Resucitado que
cambiaría sus vidas. Y así fue como cambió la de Felipe
Velayos…
El pasado jueves 19 de febrero, estaba trabajando en
las Tablas (por el norte de Madrid) y con mi bici plegable
me recorrí 7 kilómetros hasta el Bernabeu (de donde
salía el autobús hacia la casa de las Rosas).
¿Quiénes serán todos estos?, me preguntaba yo,
¿Dónde te vas a meter?, me decía mi mujer.
Fueron tres días maravillosos, pude desconectar el móvil
(con lo dependiente que soy de las tecnologías) y Cristo
entró en mi corazón. Los rollos, las visitas al Sagrario,
los nuevos amigos… ahora tengo una cosechadora
nueva y la uso a diario a máxima potencia.
Noto que soy el mismo, con mis defectos y miserias,
pero con los ojos más abiertos, con el corazón
reblandecido... el Señor en el cursillo me ha dado PAZ
Y ALEGRÍA. Ahora sé que Cristo me acompaña en todo
momento. ¿Pero qué digo?, si yo ya no soy el mismo.
Soy yo, ¡pero vitaminado!
Mi bici plegable es cursillista y mi casco ¡De colores!.
ANIVERSARIOS ULTREYAS
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8
ULTREYA DIOCESANA 2015
Francisco Jiménez Lombos
M
i esposa, Maripaz y yo, llegamos muy pronto al templo de Santa María Micaela y San Enrique
y estábamos muy bien situados, iba a ser la presentación y el encuentro con nuestro Arzobispo D. Carlos, y además el aniversario del Cursillo n° 1000 de la Archidiócesis de Madrid,
preveíamos una gran fiesta, y así sucedió.
Mi asombro comenzó cuando en la procesión de entrada
abierta por los seminaristas con la Cruz, le seguían 20
sacerdotes y la cerraban tres obispos.
Desde el año 1987, en que me incorpore a cursillos de
Madrid, he asistido a unas cuantas Ultreyas, a cual mejor,
pero lo que veía prometía algo que no me había podido
imaginar.
Nuestro Arzobispo Don Carlos, arropado por los obispos
Ángel, Consiliario nacional, y Jesús, Obispo emérito, y
asistidos por el Vicario Javier, nuestro Consiliario Pedro y
los demás sacerdotes, llenaron el presbiterio a rebosar. El
templo lleno hasta la bandera y, para que no faltase nada,
mi fe veía rodeando el Altar, a la Trinidad con María, los
Ángeles y toda la corte celestial.
En ese momento tan especial de la Eucaristía Cristo se
hizo presente vivo, en su Cuerpo y Sangre para hacernos
a todos uno con el Padre, tal como pidió al Padre en Jn.
17 (23) “Yo en ellos y tú en mí”. Realmente me sentía
tocando el cielo en la tierra.
Monseñor Osoro preside Ultreya Diocesana de Cursillos
de Cristiandad. Luego Eva nos dio el rollo que hizo revivir
en mí, mi personal encuentro con Cristo, lo que me llenó
de emoción. Le siguieron las palabras de Don Ángel, de
Álvaro presidente nacional, que nos invitó a la Ultreya
europea de Roma que están preparando para reunirnos
con el Papa Francisco y continuaron con las ardientes
palabras de nuestro presidente Manolo Romero.
Como broche de oro para cerrar tan transcendental acto,
lo que nunca había visto, nuestro Arzobispo a los equipos
de los cursillos 999 de mujeres y 1000 de varones,
puestos de rodillas en el atrio del Altar los bendijo, y tras
las manos de Don Carlos el Espíritu Santo fue recibido
por los que iban anunciar y proclamar la buena noticia
de que ¡Cristo VIVE!.
Cuando en mi reunión de grupo me pregunten la clásica
pregunta de ¿cuál fue el momento en que te sentiste
más cerca de Cristo?, pues ya sabéis.
¡De colores!
PASCUA DE JÓVENES 2015
Iñaki S.Ureta
N
o hay palabras para describir lo que ha significado esta Pascua para los 130 jóvenes que nos
hemos reunido en El Colegio Seminario Menor de Rozas de Puerto Real.
Como se comentó en alguna de las resonancias, ésta
convivencia ha estado llena de gracias y a cada uno nos
ha tocado de una forma diferente pero así como en los
grandes rollos que escuchamos desde el Jueves Santo
hasta el Domingo de Resurrección, me toca ahora a mí
abrir mi corazón.
Llegó el momento de identificar mis cruces y saqué
del armario al hombre viejo para darme cuenta de
que muchas cruces del pasado las había sanado ya el
Señor y otras aún necesitaban del cariño que quiso el
poner al darme una decuria verdaderamente especial.
Ayudados por la Gracia de Dios tras el rollo del viernes
santo, compartimos nuestras cruces para hacernos
cargo de las de nuestros hermanos y clavándolas en
la cruz desnuda durante la vigilia Pascual, nos inundó
la alegría de la Resurrección de Cristo, que sólo es tal
cuando se comparte con la Comunidad de la forma en
que se hizo esta Semana Santa.
No puedo creer que tantos jóvenes abandonen sus
planes de diversión desmarcándose del mundo egoísta
en que vivimos, no puedo creer el tremendo sacrificio
del equipo en la preparación de la convivencia, no
puedo creer que tanta gente y tan lejos entre en una
sola oración, no puedo creer que alguien dé su vida por
mí, que yo valga el precio de su sangre, y no puedo creer
que vuelva para darme una esperanza redentora que no
se apaga ni en el peor de mis días. Y sin embargo creo,
creo, creo y por supuesto creo. Pero es que además, veo.
4
9
PASCUA DE FAMILIAS 2015
Rosa M. Sanz y Ubaldo Conejo
D
TESTIMONIO CURSILLOS PARÍS
Elena Cuadrado
espués de unos años de ausencia, dedicados a celebrar la Semana Santa con nuestra Parroquia, decidimos volver a compartir estos días con nuestros hermanos de la Comunidad de
Cursillos en la Pascua de Familias de este año.
Fueron días de Pasión, que celebramos después de haber
aprendido o recordado el sentido litúrgico de cada uno
de ellos. Días en que algunos de nuestros hermanos,
en sus rollos, nos hicieron partícipes de sus combates y
derrotas, en expresiones como: “leer la Pasión en clave
de mi matrimonio”, “la Eucaristía es el AMOR de Dios
para llevarlo a los otros”, “la conversión es dejar que el
Señor me complique la vida para hacérmela más fácil”.
Sin embargo, después del dolor, proclamamos de nuevo
nuestra alegría con la Resurrección de Jesucristo.
Misterio en el que apenas intuimos el amor de Dios por
cada uno de nosotros y que nos hace comprender que,
después del sufrimiento, de esas pequeñas derrotas, el
Señor nos tiene siempre reservado algo mejor. Vivimos
la Pascua en clave de “DEJARNOS AMAR” y de la
necesidad de la fe del hermano, ya que somos “FEdependientes”
Damos pues, gracias al Señor, por habernos concedido
estar presentes en esta Pascua de Familias 2015 y por
haber escogido un equipo de personas que le han
sabido servir bien con su trabajo y entrega hacia sus
hermanos que allí estábamos.
¡De colores!
D
el 19 al 22 de febrero de 2015, tuve la dicha de poder asistir a un Cursillo de Cristiandad en
francés, en Paris.
Una vez más ha sido para mí un auténtico regalo ser
testigo de cómo cuando el Señor “toca” a las personas,
da igual dónde, si en Paris, Madrid o Canberra, cuando
el Señor pasa, transforma los corazones y los llena de
su gran Amor. Y cómo la oración de la Comunidad, la
intendencia es fundamental para ello. Y cuando estás
lejos “de los tuyos”, esa necesidad de ella, así como el
abandono en el Señor y la confianza en la oración se
hace aún más latente…
Ya estuve en Paris en el primer Cursillo que hubo en
español hace 14 años y en el primero que hubo en
francés en junio del 2003…y poder volver a participar
en un Cursillo, en mi amada ciudad de Paris, después de
tantos años, y el estar en contacto con la Comunidad
de Paris, me ha hecho recordar como debieron ser
en su momento las Comunidades de los primeros
cristianos, en la época en que vivía Jesús. Porque en la
Comunidad de Paris se vive la “esencia”. Y poco a poco
esa comunidad incipiente que dejé hace años, ha ido
creciendo y se ha convertido ya en una “gran familia”,
que comparten juntos la fe y los bienes…
También he tomado mayor consciencia de la suerte
que tenemos en Madrid, y en España en general, de la
cantidad de sacerdotes de Cursillos y de Ultreyas con las
que podemos contar. A las que encima podemos acudir
semanalmente. ¡Somos unos afortunados!. En Paris
sólo cuentan con
un
sacerdote
cursillista
que
cuando puede,
celebra
las
Eucaristías
y
les
acompaña
en las Ultreyas
quincenales
o
mensuales
(según sean en
español o en
francés),
pero
que está lleno
de ocupaciones y no siempre puede asistir. Os invito
a seguir rezando para que podamos contar en Paris
con sacerdotes cursillistas de habla francesa, o de
preferencia franceses, que puedan apoyar a nuestra
Comunidad hermana en Paris.
Y el colofón del Cursillo, ya fue para mí volver a
compartirlo casualmente con personas del equipo con
las que ya estuve en los primeros Cursillos, como Jan
Lütjens, Carmen Pérez del Viso o el mismísimo Padre
José García, que para mí ha significado el testimonio
vivo de que cuando el Señor llama, uno lo deja todo y
le sigue. Es increíble además testimoniar cómo cuando
el Señor manda su Espíritu se produce el Don de
lenguas...y personas de distintos países y con distintos
acentos, como ocurría en el Cursillo, nos entendíamos
sin problemas. Y es que “lo esencial es invisible a los
ojos, sólo se ve bien con los ojos del corazón”.
Le doy muchas gracias a Dios por lo vivido en Paris en
estos días, y le pido me conceda siempre un corazón
“misericordioso”, que se deje impregnar por el Espíritu
Santo y guiar por los caminos del Amor que nos lleva a
los hermanos, y un corazón “fuerte” para no caer, como
decía el Papa Francisco en su mensaje para la Cuaresma,
en el “vértigo de la globalización de la indiferencia”.
¡DE COLORES!
3
10
TESTIMONIOS PASCUA 2015
CAFE CON...
Cristina de la Serna
C
ristina de la Serna hizo su cursillo en 1963, hace 52 años. Pertenece a la Ultreya de La Paz.
Cuando la llamé hace unos días para proponerle tomarse un café con nosotros dijo que si inmediatamente,
sin dudar ni un instante, porque como ella dice, desde su cursillo, el compromiso con la Iglesia la
impulsa a decir siempre “Sí”, tanto para ser rectora durante muchos años, como para dedicarse a
cuidar a su familia, como para tomarse un café con nosotros. Lo que Dios quiera, cuando Dios quiera.
Durante toda la visita se mostró sonriente, ilusionada,
con ese brillo en los ojos propio de quien está
enamorado. Ella desde luego está enamorada de Jesús
y de la Iglesia y así nos lo ha contado y nos ha hecho
estarlo nosotros también.
Comentario a la visita de los jóvenes
cursillistas, por Cristina de la Serna.
Ayer tomé café con un cuarteto de jóvenes de cursillos:
Edu, Lara, Alejandro y Lucía, hija de mis queridos Silvia y
Juan Antonio, fue muy agradable y encima me invitaron
a un café riquísimo.
No era mi intención, pero hablé por los codos, porque...
como a mí me tiren de la lengua..., aun así algo se
me quedó en el tintero. Después fui a la Eucaristía y a
una charla cuaresmal en mi parroquia, y descubrí dos
cosas. Era 25 de marzo, celebrábamos nada menos que
la Encarnación del Hijo de Dios. Allí empezó todo; allí
se hizo realidad que “tanto amó Dios al mundo que
le entregó a su Hijo Único”, me preguntasteis cuáles
eran mis oraciones preferidas: el Ángelus, el Ángelus no
puede ser más precioso, más evangélico. Una oración
que condensa el evangelio de San Lucas, 1, 26-38
Otro descubrimiento increíble de mi cursillo fue la
Caridad, el amor con mayúsculas, que me hizo ver el
mío egoísta y selectivo.
La conclusión de la charla cuaresmal de ayer fue ésta:
“ Sólo el amor dice bien de Dios”, o, como dice Manolo
Ossorio: “No hables de Dios si no te preguntan, pero
vive de forma que
te pregunten”.
En esas estamos
con ayuda de
la Gracia. De
Colores.
Comentario a
la visita por
los jóvenes
cursillistas.
Lucí a Montoya
Siempre me he
fijado
mucho,
dentro
del
movimiento de
Cursillos, en los
cursillistas que
son más mayores
que yo, porque
cuando
era
pequeña quería ser como ellos, decía: “algún día seré
cursillista”. Ahora puedo decir orgullosa que lo soy. Y
soy cursillista por Cristo y para Cristo, que me persevera
y hace que no me olvide de lo grande que es Él y lo
grande que es la Iglesia. Tomarme un café con Cristina
me anima y me llena de esperanza porque a veces me
preocupa el desfallecer y la falta de constancia, pero
la miro a ella, que lleva ¡52! años en cursillos y que
dice con total confianza: “El Señor es quien nos lleva,
casi no nos enteramos, pero es Él”. Seguro que Cristina
ha fallado en estos 52 años alguna vez, y yo también
fallaré, igual que lo hago ahora, pero basta un café
para que me recuerden que es Cristo quien me lleva
sirviéndose de su Iglesia, de la cual soy parte ¡Y es mi
mayor Gloria!. ¡De colores!
¡
Cuánta ilusión acumulada y contenida durante los tres días del Triduo Pascual! ¡Cuánta esperanza! ¡Cuánto amor! Pero ha valido la pena: Cristo ha resucitado y la Luz del mundo se derrama sobre
nosotros. Los cursillistas de Madrid hemos vivido con fervoroso ardor este sublime acontecimiento. He
aquí algunos testimonios de cómo han vivido esta Vigilia Pascual nuestros hermanos: unos, en la Pascua de familias; otros, en la de jóvenes; algunos, en disposición misionera; y otros, en sus parroquias.
PASCUA EN PARROQUIA 2015
Gema Blanco
E
ste ha sido mi quinto año viviendo la Semana Santa en la parroquia.
El grupo de jóvenes de Cristo Sacerdote hemos
“invadido” la casa de los curas para vivir con ellos y
con la comunidad estos días tan importantes. De esta
manera ha sido mucho más fácil adentrarnos en el Triduo
Pascual, ayudar a los sacerdotes a preparar los oficios y
animar en la liturgia. La noche del Jueves Santo fue un
regalo poder tener la parroquia abierta y hacer turnos
de vela para acompañar al Señor. También vimos la
procesión del Cristo de los Gitanos, tuvimos un retiro con
las Oblatas de Cristo Sacerdote y estuvimos en la pasión
viviente de Daganzo.
Para mí esta Pascua me ha ayudado a acercarme al
misterio de la cruz y del dolor, acordándome de los
que más sufren; pero también ha sido muy gratificante
ver como muchos nos daban las gracias por haber
participado tan activamente, y es que el Señor nos llama
a fermentar nuestros ambientes.
¡Cristo está vivo! y esta alegría del Resucitado es lo que
nos tiene que dar la vida y es lo que he vuelto a descubrir
estos días.
¡Feliz Pascua!
2
11
EDITORIAL
CAFE CON...
Cristina de la Serna
L
a vida comunitaria desde principio de curso ha sido muy intensa, el Movimiento proporciona
muchas ocasiones o celebraciones, muchas “pascuas” del Señor que hacen mucho bien a
nivel personal y comunitario para la conversión, la perseverancia, la comunión…
Mi dolor hoy es haberme perdido algunas de esas oportunidades, o dudar de si le abrí mi puerta cada vez que
quiso entrar en mi casa para compartir conmigo, o si
siempre tuve tiempo libre para Él o estaba ocupado con
mis importantes deberes que no me permitieron atenderlo. Quizá mi cansancio o tibieza me impidieron el
acercarme para hacer posible su paso por mi lado, incluso en alguna ocasión tuve razones de peso para alejarme…, estaba tan dolido, enfadado, frio…, las cosas
no estaban sucediendo en mi vida como yo le pedía…
Con la Pascua de Su Resurrección todo eso queda atrás,
sé que “la paciencia del Señor me salvará”, porque las
oportunidades que me da para reiniciar cada día mi
conversión son infinitas, cuenta
conmigo para que yo sea “pascua” para los demás llevando a
mis ambientes lo que gratuitamente he recibido, facilitándome
así el ser fiel a mi vocación de
apóstol…
De esas muchas Pascuas una ha
sido para mí muy especial, la Ultreya Diocesana, donde dimos
gracias a Dios por la inmediata
celebración del cursillo MIL en la
diócesis de Madrid. Han sido mil
oportunidades que el Señor nos
ha regalado para que los de madrileños viviésemos Su “paso”
por nuestra vida.
Muchos hemos tenido ese privilegio y así tuvimos la
oportunidad de manifestárselo con todo nuestro cariño
y respeto, en la celebración de la Eucaristía, en el rollo
de Eva, en las resonancias, a nuestro nuevo pastor, el
Arzobispo D. Carlos Osoro, quien nos bendijo y manifestó su cariño y afecto por los cursillistas.
Con la alegría y el gozo de la Resurrección le pido al
Señor vivir este tiempo precioso de la Pascua en espera,
junto a toda la Iglesia, de la venida del Santo Espíritu
cogido de la mano de la Madre, para a través de Ella
pedirle al Señor que nos haga “SANTOS Y APOSTOLES”.
EDITORIAL Secretariado Diocesano de Cursillos de Cristiandad
de Madrid
REDACCION Macarena Montes
MAQUETACION Mercedes Fernández
ILUSTRACIONES Juan Pablo Arenas
DISEÑO Beatriz Rodríguez de los Ríos
FOTOGRAFÍA Nacho Pereira y Cindy González
COLABORADORES ESPECIALES Manolo Romero, Gema Blanco,
Rosa M. Sanz, Ubaldo Conejo, Iñaki S. Ureta, Jóse
Antonio Méndez, Felipe Velayos, Francisco Jiménez Lombos,
Elena Cuadrado, Alejandro Martín, Cristina de la Serna, Lucía
Montoya, Lara de la Morena, Eduardo Fernández-Merino, María
Villoria, Eduardo Palanca
IMPRIME Reproconsulting, S.L.
Este número se puede descargar en formato pdf en
www.cursillosmadrid.org
…DE COLORES…
Lara de la Morena
Esta tarde el Señor nos ha querido regalar a Edu, Lucía,
Alex y a mí el placer de tomar un café con Cristina, una
señora entrañable que lleva nada más y nada menos
que 52 años en Cursillos. Lo que más me ha cautivado
esta tarde ha sido la mirada y la sonrisa de Cristina.
¡Qué alegría transmite! Es impresionante su amor y
respeto a la Iglesia; cómo fiándose, le ha dicho “Sí”
al Señor en cada
misión que le
ofrecía. Cristina
me ha vuelto a
recordar una vez
más la necesidad
de “dar” lo que
tanto recibimos,
me ha vuelto a
recordar que yo,
Lara, soy Iglesia,
y que tengo
que actuar en
consecuencia.
Hemos hablado
también de la
importancia
y eficacia de
la oración, de
la
relevancia
de todas esas
señoras
que
permanecen cada día en sus parroquias rezando el
Rosario. Con esa sonrisa adorable que ella tiene, nos
ha dicho que esas señoras, y los conventos, son lo que
está manteniendo a la Iglesia hoy, que son el equilibrio
que Dios nos manda para que yo, con mis debilidades,
no me deje guiar por mi egoísmo, por mi hedonismo.
Cristina dice que un cristiano puede tener tristezas,
puede tener dudas y puede sufrir, pero que un cristiano
no puede estar aburrido. Cuántas cosas me quedan por
hacer, por experimentar. Por un momento esta tarde me
he imaginado con 80 años tomándome un café con 4
jovencitos cursillistas. El camino con el Señor es una
aventura apasionante, y yo, al igual que Cristina, ¡no
me quiero perder ni un capítulo!. Sólo tengo que decir
“Sí”. ¡De colores!
Eduardo
FernándezMerino
Es
una
bendición
p o d e r
escuchar
a
quien
lleva
tantos años
sirviendo
y
viviendo
la
realidad de la
Iglesia en el
Movimiento de Cursillos de Cristiandad de Madrid. Me
gusta oír que, en esencia, pese a haber pasado tanto
tiempo, lo fundamental del método de cursillos sigue
siendo igual.
Cristina es una enamorada de la palabra de Dios. Nos
dice que siempre hemos de estar “rumiándola”, pues
nunca sabemos cuándo nos va a hacer falta sacarla
a relucir. Me encanta cuando nos asegura que “Un
cristiano puede tener depresiones, estar triste... ¡pero
nunca aburrido!”. Le hace mucha ilusión ver a jóvenes
como nosotros que cogemos el testigo de Cursillos de
Cristiandad en la Iglesia de Madrid, a pesar de vivir
en una sociedad descristianizada, en un contexto
universitario laicista… Pero nos invita a que demos
testimonio desde lo más sencillo: “La gente necesita
que se le sonría, que se la saque del anonimato...”
¡Gracias Señor, por poner a nuestro alcance testimonios
vivos de perseverancia en tu Amor, confianza en
que Tú guías nuestro camino, y fidelidad, cariño y
responsabilidad de proclamar al mundo las verdades
recibidas de Tu Iglesia por medio del Movimiento de
Cursillos de Cristiandad! ¡Y por poder recibirlo además
con una buena taza de chocolate, en compañía de otros
jóvenes cursillistas!. ¡De Colores!
Después de este precioso encuentro no podemos hacer
más que dar gracias a Dios por la vida de Cristina, por
toda la entrega generosa y sin condiciones que ha
tenido con la Iglesia y con el Movimiento de Cursillos
de Cristiandad de Madrid. ¡Gracias Cristina, que Dios
te bendiga!.
12
[nº 48]
Boletín del Secretariado Diocesano de Cursillos de Cristiandad de Madrid / Abril 2015
ENCUENTRO NACIONAL JOVENES CURSILLOS
L
DONATIVO 1 €
María Villoria
os días 13, 14 y 15 de marzo 80 jóvenes vivimos el gran regalo de poder participar en el
Encuentro Nacional de jóvenes del MCC celebrado en los Ángeles de San Rafael (Segovia).
Proveníamos de sitios muy distintos, en concreto de 15 diócesis españolas, pero desde el primer momento notamos lo que todos teníamos en común: nuestro amor a Cristo y nuestras ganas de servirle.
Fue precioso ver la amistad que entablamos en pocos
días, y es que esto es lo que tiene vivir como hermanos.
Aprendimos mucho unos de otros; la gran importancia
que se le da a las diferentes escuelas, la alegría con la
que viven la fe los sevillanos, la disponibilidad de los
cordobeses, la unión y sentido de comunidad de los asturianos… y así podría seguir y eternizarme con lo que
me aportó cada lugar. A todos nos impresionó especialmente Pamplona, donde hay tan sólo un joven cursillista, pero que reúne más fuerza e ilusión que muchos de
nosotros juntos. Y es que Cristo crece y se hace fuerte
en las dificultades, y este caso fue un gran testimonio
de ello.
Es verdad que los de Madrid éramos el grupo más nu-
«Fortaleced vuestros
corazones para la llegada
del Resucitado» .
meroso, pero viendo el gran ejemplo de vida de este
joven, y siguiendo las palabras del Papa Francisco, sólo
puedo decir que… ¡Aun tenemos que hacer mucho
más lío en Madrid! Podemos aprender de estos jóvenes
en los que, aun siendo minoría en sus diócesis, su ilusión y ganas de llevar Cristo al mundo no disminuyen
sino que arde aun con más fuerza.
Fueron unos días realmente vividos en el Monte Tabor,
en el que nos llenamos de Dios para bajar con fuerzas
renovadas. Doy gracias por aquellos días, por la vida de
cada uno de los que allí participamos y por el tesoro
que nos llevamos con nosotros y ahora nos toca compartir.
¡DE COLORES!
VIVIR CON CURSILLOS
las Pascuas de familia,
de jóvenes, misionera
y de parroquia.
CRÍTICA DE LIBRO
recogidos por J. A. Cramer en la Catena in Acta SS.
Apostolorum.
Entre ellos podemos encontrar textos de Basilio el
Grande, Gregorio Nacianceno, Gregorio de Nisa, Efrén
de Nisibi, Dídimo el Ciego, Atanasio, Jerónimo, Juan
Casiano, Agustín, Ambrosio, Justino Mártir, Ireneo,
Teodoreto de Ciro, Orígenes, Cirilo de Jerusalén, Cirilo
de Alejandría, Casiodoro e Hilario de Poitiers, algunos
de los cuales se traducen por primera vez al castellano.
Estos autores de los primeros siglos logran transmitirnos
una vida impregnada de fe, por el contacto vital que
tuvieron con las realidades de las que se habla en el
Texto Sagrado.
CELEBRAMOS
el cursillo
¡ 1000!
Café con...
Cristina de la Serna
Título
Biblia comentada por los Padres de la
Iglesia Hechos de los Apóstoles
Autor
Varios
Nº páginas 448
Editorial
Ciudad Nueva
Uso privado
L
os Hechos de los Apóstoles son la segunda
parte de la historia escrita por Lucas acerca
de «todo lo que Jesús comenzó a hacer y
enseñar».
En ellos el evangelista narra la expansión
de la Iglesia según se va extendiendo el
testimonio de los Apóstoles desde Jerusalén a Judea,
Samaría y hasta los últimos confines de la tierra.
A pesar de que unos 40 autores de la Iglesia de los
primeros siglos comentaron los Hechos, sólo tres obras
completas han llegado hasta nosotros: Las Homilías
a los Hechos de los Apóstoles de Juan Crisóstomo, el
Comentario sobre los Hechos de los Apóstoles de Beda
el Venerable, y un extenso poema en latín –Historia
apostólica– escrito por Arator.
En este volumen hemos incluido un gran número de
textos de las dos primeras obras, así como diversos
comentarios de Arator. Asimismo hemos incorporado
muchos otros fragmentos de los Padres que fueron