2. LARVAS DE ABEJA Y SOPA DE CEBOLLA: CULTURA

2.
LARVAS DE ABEJA
Y SOPA D E CEBO LLA: CULT URA
Cuand o contemplo los cielos, obra de rus manos;
1a lu na y las estrellas, que ttl has establecido .. .
, Q ue es el hom bre para qu e de el te acuerdes, y
el hijo del hombre para qu e de el te cu ides?
Y 10 ha s hech o poco menor que Dios, le ha s
corona do d e gloria y hon or.
Lc diste el sefiorio sabre las obras de tus manos,
todo 10 has pu esto debajo de sus pies.
Las ovejas, los bueyes, todo juntamente, y todas
las bestias del campo .
Las aves del cicio , los peces del mar, todo cuanto
corre por los senderos del mar.
Salmo 8:J -8
I
ncluso si tom amos con rescrvas el triunfalismo del sal­
rna, es difi ci l neg ar que e11-fomo sapiens cs una especie
inusual en la historia natural de estc planeta. Otras cspe­
cies son mas rapidas, mas fuertes, mejor adaptadas a su
ambient e pO f la psiquc y el instinto que nosotros. ~ O!le
es 10 que nos separa en to nces de las d erna s espccics? Lo s
seres human os tienen muchas caracteristicas que son de
su exclusividad. Sin embargo , quiza la mas extraordina­
ria sea nuestra capacidad para co nceptuar el mundo y
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AN T RO PO LOG fA SOC I A L Y CU LTURA L
co m unicar es tas co nce pc iones de mane ra sirnbo lica , Los
antro pologos, en especial lo s en tr enados en 1a tradi cion
esta dunidensc, lJaman "cultura" a esta capa cidad.
<Qye es "cultura"?
C ualquier a qu e sea nu est ra defi nicion d e culrura , 1a
m ayorfa de los antro pologos esta d e acuerdo en q ue tie ne
que vel' co n los aspectos d e la cogn ici6 n y la activi da d
human as qu e de rivan d e 10 qu e aprende mos com o m iem ­
bro s de 1a soc ieda d, teniendo en men te qu e se aprenden
m uch as cosas qu e nu nca se pi en san de m an er a explicita .
N ing una especie tiene un peri od o tan prolo ng ado d e de ­
p endenci a in fantil y juvenil, un per iod o qu e se ded ica a
1a abso rcio n y transmisi6n de fo rmas de conocer y h acer,
que son unicas de cada sociedad . Es imposibl e imagina l'
nad a, incl uso la m as rud imentari a tecn ologf a - co m o la
basad a en la rnanu fa ct ur a d e herramientas de pi ed ra-,
sin la exce pcion al capacidad pa ra co nce pruar id eas abs ­
tra ct as y co m un ica rlas en for ma simb6lica a traves del
m edi o pOI' excelencia: el lenguaje . N ues tra predi sp osicion
gene ticamen te h ered ada p ar a el lenguaje y la cornu nica ­
cio n simbo lica, as! como la com pleja o rga n izac i6 n soc ial
qu e la h ace posible, h an permitid o a la humani d ad logr ar
la transm isi6n de det erminadas caracteris ticas, una de las
cuales, la adquisicion de conocim ien to s, pu ede acu mular­
se de ge neraci6 n en ge neracio n.
Nos ap resu ramos a agregar q ue probabl ernente h a
ha bido m as d efini cic nes ant ropo log icas de "cultu ra" que
an tropologos . L os auto res del pr esente libro fuim os en ­
tren ad os co n un sen tido de cultu ra co mo "patro nes co rn­
p ar tidos de con ductas apren didas". E n la era vic to ria na, la
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LARVA S DE AIlEJA Y SO PA D E CE BOL LA : CULT U RA
definicion de cult ura de Edward B. Tylor, fo n n u1ada en
1871, pe rrna necio cas i sin ca m bios d ura nte treinta afios :
"C ultura 0 civilizacio n , tomadas en su sen tido etnografico
[comparat ive] amplio, es ese t odo co m p lejo que in clu ye
co nocirnien to s, cree ncias, ar te, mor al, leyes, cos tu m bres y
cualq ui er ot ra ca pac idad y habi tos adquir idos pOl' los seres
human os co mo m iembros de la socie da d". L a nocion de
Tylor del co nocimien to y la s creencias co mo adquiri do s
-es decir, aprendidos- pOl' los rniembros de un g ru po
social, as! como su co nve ncim ien to de qu e co ns tituye n
un sis te ma integr ado, enriqu ecen nu estr a idea de cu1tu ra .
Pa r otra parte, los vicror ian os ten d ian a cons ide ra r "cul­
tura y civilizacio n" como algo qu e una naci6 n 0 un pu e­
blo po d ia poseer en m ayor 0 m enor g ra do . E n este sen ­
tid o d el ter rnin o, la per sona qu e acude a la op era, bebe
cha m paria y lee a P rou st es m as "cultivada" qu e o tra que
va al futbol , bebe cerveza y lee los di ari e s. Este uso co ­
tidi an o del terrnin o "cultu ra" sigue utilizandose, p ero es
rechazado pOl' los an tro po logos ,
Ese re ch az o del terrnin o "culru ra", co mo algo que
un in di vidu o m as 0 rnenos posee, ca m bia profu ndarnente
la visio n qu e el mundo m odern o tiene d e las diferen cias
Cultura 0 civilizacio n . . . es ese todo com plej o qu c
incluye conoc imientos, creenc ias ,. arte , m oral , lcvcs,
costumbres y cu alq uie r o tra capa cida d y habitos 'ad­
quiridos pOI' los seres human os com o mi cmbros de
la socieda d.
E dw ard B. T ylor, 1871
,
~
AN T RO P O LO G i A SOCIA L Y C U LT URA L
en tre sociedades. A l volver a C am bridge despues de la se­
gund a guerra m un di al, Raym ond Will iam s se enco nt raba
"pre ocupad o por una sola palabra, cultura", A u nque habia
oido antes el terrn in o, utilizado par a referirse a "un tip o
de supe rioridad soc ial" 0 "como un a palabra activa p ara
escribir p oem as y novelas, h acer film es y pi nturas, tr ab ajar
en te atros", aho ra lo escuch o en un sentido qu e indica­
ba "cierta form acion centr al de valores , poderosa p ero no
explicita", asi co mo "un uso que la liace casi eq uivale n­
te a sociedad: una forma de vida particular - 'cultura es­
tadun iden se', 'cultura jap on esa"'. \Villiam s escuch ab a los
resultados d e la recon sidera cion del conc ep to d e cultu ra
a la vue lta del siglo p ar parte de los teori cos alem an es y
est adunid en ses, en espe cial Franz Boas.
Par 10 ge ne ral, se co nsidera a Fr an z Boas el padre
de la an tro pologia cultu ral estad un idense m od erna. Na­
cido en Alemania en 1858, Boas se prepare en las uni­
ve rsida des de H eid elb erg, Bonn y Kiel, co nce ntrandose
en sus estu dios d e geogra fia y en 10 qu e se co nocia como
"psicofisica", disciplin a cen trada en la cues tio n de co mo
d et erminan las carac reristicas del observado r la percep­
cion de los fen orn en os fisicos. Al mi srno tiemp o, co mo
ju dio estaba alejado de la p olitica y de las conve nc iones
soc iales de la Alem ani a d el siglo XIX , 10 cual co ns tituyo
un a de las razones de su ernigrac ion a Esta dos U nid os,
seis afios d espues d e terrninar el doc torado . D esd e un
principi a, Boas se mostro fasci na do con la idea de que
el ambic n te, tanto cultural como fisico, eje rce un efecto
det errn in ante en la for ma de ve r el mundo. Su primer
trabajo sa bre "psicofisica" abord aba la forma en qu e los
esquima les (inu irs) pe rcibian y ca tego rizaban el color del
mar. Lu ego de varios afios Boas obtuvo un ernpleo en la
L A RVA S D E A BE.lA Y SO PA D E C EBOLLA: C U LT U RA
57
Figura 5. Franz Boas mu estra como se ajec uta un a danza de la cos­
ta noroeste.
Universid ad d e Colum bia , en N ue va York, que se co n ­
vir tio en la p rinc ipal base de entren amie nt o de .las d os
ge ne raciones sigu ientes de antropologos esta d umde nses.
La cuLtura aba rca todas las manifc stacion c ~ d el
co mpo1tam icn to soci al, d~~tro de una com u l1ldad:
las reaccion es d e los in dividuo s afe ctado s po r los
habitos del gr upo en c1 que viven , y cl pr oduct o
d e la s acrivid ades h urn anas detcrminada s por esos
habit os.
Franz Boas, 1930
----_.-
..... -- ..-­
58
AN T RO PO LociA SO CI A L Y CU LT U RA L
l\Ilientras que Tyl or vela la "cultura" como una acu­
mula ci6n de conquista s human as, Boas describia una
Kulturbrille, un conjunto de "a nteojos cult urales" qu e cada
uno .de nosotros utili za, lentes que no s proporcionan un
~ed lO para p e~ cibir el mund o a nuestro alrededo r, para
Jnterpretar el slg mficado de nuestra vida social y actu ar
dentro de ella.
A continuaci6 n se narra algo que le ocurri6 a John
durante su estadla en la Mixteca oaxaqu enn, en M e"xico:
En una ocasio n fui invitado a participar en una ca­
ceria con varios amigos m ixteco s. No tuvimos mu­
cha suert e, y solo cazarnos dos escualidas ardillas.
Bacia el final del dia, segu i a mis amigos pOl' el
borde de un n sco. Ell os iban delante de mi, y cuan­
d o finalmente alcan ce la cima pude verlos agazapa­
dos alreded or de algo que se encontraba en la base
de un arb ol; hablaban con exaltaci6n. Cuando me
aproxime, pude vel' que se trataba de una colme na
que un o de ellos habia derribad o con un pal o.
caer al suelo la colme na se abrio, revela nd o un a
ma~a de miel , larva s de abejas y el panal. Mis tres
amigos separaban trozos de colm ena -incluidas las
que contenian las larva s de ab eja- y se los lleva­
b~n a J ~. bo;a. D e pronto, uno de ellos se pu so de
pIe y di]o: E speren, estamos siendo des corteses".
Alca~z 6 la colmena y le arranc6 una enorrne pieza
de miel, larvas retorciendoss y panaL Lu ego se vol­
vi6 hacia mf c~2 1a man o levantada y m e dij o: "John,
esto es para ti . Com o no habia manera de rehu­
s ~~s e tome el trozo de colmena, sostu ve la respira­
cio n, 10 pu se en mi boca y 10 rragu e.
A1
LARVA S D E ABEJA Y SO PA D E CE BO LLA : C ULT UR A
59
C erca de un ana de spue s pude saborear la re­
van ch a cuando los invite a come r a mi casa. Como
sorpresa prepare sopa de cebolla, que me gu staba
pero que nunca habra visto en ninguna me sa de
Oaxaca. Despu es de servir las porciones, note qu e
mi s invitad os se tardaban en comenzar a com er.
Lu ego, ca n cl rabill o del ojo vi a uno de mi s com ­
pafieros de cace ria derramar su so pa en el suelo de
tierra, detras de una me sa. Cuando pregunte si algo
estaba mal se rehusaron a hablar hasta que un o de
ello s, con el d isgu sto reflejado en el rostr o, dij o:
"L as ceb ollas tien en un olor terrible y, si se com en
demasiado, jlo vuelven a un o esni pido !".
c:<2!Je relaci6n tiene este mutuo di sgu sto pOl' lo s
habitos gastron6mi cos del otro con la cultura? Para em ­
pezar, eso demuestra que tanto los estadunidenses como
los rnixtecos h acen una distinci6n entre "com ida" y "no
cornida", distin ci6n qu e tiene que vel' co n habiros mu y
sim ples d e alim entaci6n. En realidad , los insectos no s610
son com estibles, sino qu e resultan fiUy nutritivos, mi en­
tr as que las cebollas contienen grandes cantidades de vi­
tam in as. E ste tip o de catego rizaci6n es parte del trabajo
de la cult ura, y es algo que hacemos no s610 con respecto
ala alimentaci6n, sino con cualquier otro aspecto ima gi­
nable. El di sgu sto de John surgi6 porqu e el habia apren­
did o a catego riz ar los insect os como "bichos" (definitiva­
mente no com estibles), mientras qu e sus ami gos mixteco s
rechazaban la sopa de cebolla porqu e habian aprendid o
a clasificar a las cebollas como un "cond irnento '' tan in­
adecuado para los platillos com o un tazon de mostaza 10
seria para nosotros, adernas de qu e consum idas en exceso
60
A NTROPOL O GfA SOC I A L Y CU LT U RA L
fornentan .la esrupidez , Sin embargo -yaqui volverno s
a la merafora de los "anteojos culturales" de Boas-, no
se trata de una simple exp er iencia. Para John v sus ami­
go s rnixtecos, com er es parte de un comp lejo ~istema de
Ideas, percepciones, norrnas, valo res, sentim ientos y com­
portamlentos, de modo que el acto de alimentarse no es
solo p~ra satisfacer el hambre, sino que con stiruye una
expresio n de com o vern os el mundo. La cultura co mo
un conjunto de ientes, concentra nuestra experi en cia del
mundo . Y co mo 10 muestra este ejemplo, la cul rura se
vuelve parte de nosotros, justo debajo de las reacci ones
« na:ur.ales"
e.s , como la nausea. Al cabo de: los aries John
ha lO~endo s ~tam o n tes, gu sanos, hormiga s voladoras y
otros insectos innombrables; la cocina rnixteca n o es en
abs oluto to sca 0 primitiva: se h a de sarroUado toda una
estetica culinaria basada en productos que los occ idcnta­
les consideran "incornib les". Debe aceptarse, sin apa sio­
narmenro s, qlle los insectos son buen os para nosotros; de
~s
cons~~~:':~ im;.;e ~l
La cultura el todo integral que
mentes y bicnes de consume, en cartas constitucio­
~1;Jles para l?s divcrsos agrupamicntos sociales, en
Ideas y artctactos, crcencias y costumbres. A1 marge,n ~e si sc trata de una culturu muy elemental 0
pnrmnva 0 de una compleja y desarrollada en extr erno, no s cnfrentamos a un vasto aparato en parte
mat~rial, en parte humane y en parte espiritual, por
medic del cual los seres hurnan os some s cap aces de
.
solucion ar problemas
Bronislaw Malinowski, {(J44
espcc~ficos, con~retos.
I
~
I
i
I
I
:
LAR VA S DE ABE)A Y SOPA DE C E BOLL A : CU LTURA
cualquier manera, John nunca se sint io comod ~ de~ to~o
comiendo bi chos . (Peter podrfa reportar expenenClas SI­
mila res con te sticulos de ch ivo.)
La experiencia de John permite ver com o han em­
pleado los antropologos la noci 6n de cult ura para de~cu­
brir la forma en que algunas de las conductas aprendldas
configuran nu estras vid as, y c6mo comenzaron a asimilar
el hecho de que, parafraseando a Clyde Kluckhohn, cada
persona es simultineamente co mo alguna o tra per sona,
com o todas las per sonas Y como ninguna pe rsona, En l.a
hi storia de John nos llaman la atencion los g u StDS ex oti­
cos, bizar ros, de los mixtecos, es decir, las dijerenciaj' qu e
las culruras establecen entre los individuos. Sin embar­
0"0 la historia rambien no s des cubre las similitudes entre
n '
d
John y los mixtecos, similitudes qu e pu eden ser parte e
una herencia h umana univer sal. Por ejemplo, co mo ob ­
5ervam os antes, tanto los estadunidenses como los mix ­
teco s emplean un e1ahorado sistem a de clasificaci 6n de
los alimentos. EI co nte nido esp ecifico de las categorias
puede diferir, per o la cla sificacion perdura. En realid~d,
la propension universal de los seres humanos a crear SIS­
temas de clasificaci6n, a craves de los cuales se asigna un
sig nificado cat eg6 rico a dominios tan desiguales como
alimentos, enfermedad es Y colo res , ha sido un terna de
fascinacion y debate entre los antropologos.
En los inicios del siglo xx, el teori co social fran­
ces Emile Durkheim y su sob rino Marcel Mauss po s­
rulaban que la capacidad humana para clasifica r era una
ext en sion de nuestra naturaleza social. "La soc iedad no
era simplemente un m odelo a segu ir para el pensamiento
clasificatorio; er an sus propias division es las que servian
como divisiones para el siste m a de clasificaci6n. Las pri­
A NT ROP OL O Gi A SOC IA L Y CU LTU RA L
LARVAS DE A BE./A Y SO PA D E CEBO LLA: CU LTU RA
meras catego rias logicas fueron las sociales; las prim era s
clases de cosas fueron clases de se rcs hu man os, dentro
de lao cuales se integraron esas cosas ", M edi o siglo des­
pu es Claude Levi-Strauss, el fundador de la antrop olo­
p;fa "estruc turalis ta", proclamaria que la clasificacion hu­
mana en realidad es universal, y gu e es uni versal porque
una p redisposicion human a para h acer distin ciones pro ­
clujo clasificacion es que mu tatis muta ndis no fueron m as
que represen tacio n es de una "estructu ra pr ofunda" funda­
mental, configu rad a p or la naturaleza bin aria de la men ­
te hum ans : ". . . Si vemos las empresas intelectuales de la
La cultura no cs ni natural ni artifi cial. 0 sc basa
en la gcncrica ni en el pcn sarni cn to racional, dc ­
bido a qu e esta h ech a de norrnas de co n ducta que
no sc invcntaron y cuya tunci on , por 10 general, no
es entcndida por Ia gente qu c las obede ce. Al gunas
de esas reglas son rcsid uns de tradici ones adquiridas
en los difercn tes tipo s de cstruct ura social p or las
cuales [. . .J ha pasado cada gru po humano. Otras
normas sc han accprado 0 modificad o de mancra
conscicnr e para logr ar metas especificas. Sin ern ­
l nrgo, no h ay duda de que, entre los in stintos 11e­
n.dados de nuestro ge notipo y las rcglas inspiradas
por la razon, 1a masa de regla s in con scientes sigue
si.n do mas importante y efectiva, porgue la razon
11 51 misma [ .. .] cs un produ cto mas que una cau­
S,1 de cvolucion cul tural
Cl aude Levi-Strauss, 1983
huma nida d .. . el corn un denominador siem p re es intro­
ducir algil n tip o d e orden . Si esto representa una n ec~­
sidad ba sica de orde n en 1a men te hum an a y si, desp ues
de tod o, la mente humana es solo un a p arte d el universe ,
es probabl e que esa necesidad exista p or~u e ha y algo de
orde n en el universo y este no es e1 caos .
En Es tados Unid os el interes en los sistem as d e
clasificacio ri nat ivos llevo, en la decada d e los sesen ta
del siglo xx, a un enfogue que se co noceria ~~mo "et no ­
cien cia", a traves del cual los m et cdos de analisis forma­
les se aplica ron a domin ios com o el parentesco, la flora y
fauna el color y las enferrnedades , en t re otros. U na ob­
s e rva~i6n produ cto de la etnoc ienc ia fue qu e ,m ie n tras :1
contenido de las categorias culturales er a plasrico, arhi­
trari o y altamen te variable, y gu e es ta vari abilidad era a1
mism o tiempo orde nada y limitada, entre otras cos as, por
los medios fisiologicos de percep cion . Sin em bargo, e n
fecha s m as recientes cl filosofo fran ces Mi ch el Foucault
popularize una nu eva direccion entre al~un o s a.nt r? p61o­
go;:;, guien es co nsideran gue las categonas de ~ 1gnIfica do
imp ues tas por la cultura son 1a base de laodesigu aldad y
la op resion. E n otras p alabras, ven la capac ida d para con ­
tro lar cl contenido de las clasificacione s cnlturales como
un a fu ente primigenia de pod er en la socied ad , ~~ to a. ~u
vez haee d e la con trouersia de categorias de clasificaci on
social, como "h om bre" y "mujer", con todas las referen­
cias social es, p oliticas y eco no rnicas gue las aco rnparian ,
un m od o importante de resist enci a a 1a autond.ad. .
Volvi endo a nuestro ejemplo d e la expe n enCla de
John con sus amigos mixtecos, es por sup uesto dificil
relacion ar la clasificacion de las cebollas co mo alimento
a condi me nto co n el poder. D c h ech o, no to do 10 gue
LARVAS D E A BEJA Y SOFA DE CEBOLLA: CULTURA
AN T RO POLOGlA SOC IA L Y CU LTU R AL
hac~m o s
tiene. una mo tivacic n politica, y en el co m po r­
tarruento asociado con un area tan irnportante co mo la
co m Ida, los ?receptos m orales (seglin se exp resa en la
norma de etique ta de servir primer o a los invitados y
c.on por clOnes selec:as) son por 10 rnenos tan significa­
tlVOS como l as con sid eracion es de dominic y resiste ncia.
E st? tambien nos proporciona inform acion acerca de las
slm tl~tud es .que un en a las cul tu ras human as, asi co mo
.
las d iferencias q ue pued en dividirlas . El co rnpo rta rruen­
to qu.e ~ ohn .r~coge en su hi storia no es azaroso ni pu ede
d~ s cnbirs e uru carnen te co n la log ica de la utilidad eco ­
norru ca, La n ocion global de etique ta, de m an eras si se
prefiere, es com partid a por todas las culturas h u manas.
Co rr:e.r.no es s610 la satisfaccion de nuest ra necesidad de
nutncion: esta ~ co ta do por un sistema de catego rfas con­
cep tu ales (por eje rnplo, "comes tible" vs. "no com estible" 0
art icul os "selectos" vs. "ord in ari es"), valores m or ales (por
1
L a eUltu.ra le da significado a 1a expe riencia hurnana
al seleCCl?narla y organ izarla. Se rcfiere ampliamen­
te a l as formas. a traves de las euales la gen te le da
sen tido a su VId a [ . .. ] No habita un dominic re­
servado, como [." J la politica a la econo mia, D es­
de las pir uet as del ballet clasico has ta la m as atro z
de las accion es brutales, todo corn por tamie n to hu ­
ma~~ csta mediado por la cultura, f~ sta abarca 10
coridiano y 10 cso terico, 10 mu nda no V 10 elevado
10 rid iculo y 10 sub lime . Ni alta ni baja. la cu l tur~
10 invade tod o,
.
1989_ -1
R en ate _Rosald
_ _o,__
-
-
-
- --
--'--­
ejem plo, ate nder al in vitad o) y emocio nes cultu ral me n­
tc det erminad as (po r eje m plo, el di sfrute 0 el di sgu sto)
que envuelve n la satisfacci6 n de necesid ad es nutricion ales
con significados que le oto rga n profundidad y resonancia
como e..xperienc ia hum ana.
D e esta mane ra, la s cul tu ras humanas par ecen ser
en extrem o var iables; sin emba rgo , esa variabilida d tiene
lugar den tr o d e los limites produ cido s por las capacid a­
des fisicas y m entales. Por ejcm plo, lo s lenguajes h um an os
son mu y diverso s y se dist inguen par el sonido , 1a gr a­
matica y la semant ica. No obs tan te, todos dep enden de
la capac id ad y pr edisposici6n, al parecer exclus ivas de los
seres humanos, para apre nde r lenguajes. Si bien la ga ma
de so nidos utilizados en los len gu ajes h uma nos va de los
golpe s secos y los chas qui dos a las pausas gu tu rales, los
sonidos di stin tivos del discurso qu e son significativos en
todos los lengu ajes del mundo no representan mas que
un a fracci6n d e los so nidos q ue los seres humanos pu ed en
produ cir. O tra forma de ver la in trinc ad a relacion entre 10
cultu ralmen te especifico y 10 universal es e1 modo como
John y sus amigos mixtecos reaccionaron, incln so de rna­
ner a visceral, a las larv as de abeja y la sopa d e cebolJa :
el gus to y el di sgusto fu eron determinad os por la forma
de pe reibir la com ida , y co ns tituye n reaccion es basicas y
universales a los alimen tos.
~D6nde esta la cultura?
L a forma como concibe n los antropa logos 1a cultu ­
ra rien e al men os tres puntos de d ebate . £ 1 pri mero esta
rclaciona do co n la eues ti6 n d e h asta d onde una "cu1tura"
debe reconocer se como integrada a un tod o; e1 segun­
66
AN TROPOLociA SOC IA L Y CU LTURAL
do punto se cen tra en el hech o de si la "cul rura" pued e
considerar se un a en tida d au tonorna, "sup raorga nica"; y el
tercero tien e que ver co n la me jor m anera de establecer
lun ites a las "culruras".
L a idea de qu e la cultura es un tod o integrado e
integr ador se basa, en parte, en la gran vision m od ernis­
ta de que las cree ncias 0 compo rtam ientos de scansa n en
un a realidad funda ment al. Para Karl M arx esa realidad
det ermin ante era el mo do de produ ccion , para E mile
Durkheim , la socieda d; para Sigm und Freud, el in con s­
cien te; y para muchos antropologo s, siguien do la linea de
Boas, la cultura misma. D iferentes escuelas dentro de la
antro pologia han elabor ado nocion es acerca de la natu­
raleza de ese todo. Ruth Ben edict, una de las primeras
discipul as de Boas, concebia la cultu ra como una Gestalt,
un patron tot al. E n su obra clasica, Patterns ~l Culture
(Pat rones de cultura) , Benedict comparaba cree ncias e ins­
titucio nes en diversas socieda des, observando qu e las di­
ferencias entre culturas eran co nsisten tes dentro de una
sola cultura. E n o tras p alabras, Benedict sen tfa que las
pr acticas, creencias y valo res de una culrura dada diferian
de otras culturas en un a for ma consiste nte y mu tuam ente
reforzad ora, D e esta man era, ella pudo caracteriza r a los
z ufii (suroes te de Es tados Unidos) como "apoll neos", a los
kwakiutl (costa noroeste) como "dioni siacos" y a los dobu
(P acifico suroes te) como "esquizo fren ieos paran oid es",
A un quc el enfoqu e de Ben edi ct se consi dera ah ora de ­
masiado simplista y redu ccion ista, debido a su tend encia
a ver las cultu ras en terrni nos de uno 0 dos ternas clave ,
ha proba do ser un poderoso med io para organ izar e in­
tegrar los detalles de la observacion ctnografica. Clifford
Geertz, un an tropologo con ternporaneo, ha sido un no­
LA RVA S DE A BEJA Y SOP A DE C EBOLLA : CU LTURA
tabl e adep to de este enfoq ue : en un a d:~c ~ ipcio n clas ica
de la sociedad balinesa, por ejemplo, utili ze las peleas de
gallos -un pop ular en trete nimie nto en ~ ali- com~ un a
image n que tarnbi en sirve para caracteriz ar c r~e nC1a s y
pracricas que van de hi concep cion d.e la po te nc~a sexual
a las formas como la jerarquia organrza a la socieda d en
conjun to , A si Ge~rtz mu estra que los dife rentes ele­
ru,
. 'fi
m entos de la cult ura balinesa crean un "tejido de slg nl ­
cados y creencias" consiste nte y mutua me nte re forzad o~.
Para Geertz, las cultura s pued en Ieerse como tex to s, cas I
como una novela a un poem a. La imp o rtante, de acue rdo
con Ge ertz, es hallar los "text os" que son indispe nsables
para los propios m iern bro s de la socieda d -asi como J,os
balineses se fascina n ca n las pelea s de gailos- y no. solo
in terpret arl os desde el pu nt a de vista de esa comunidad,
sino detec ta r los tem as de esos "textos" qu e resaltan otros
aspec tos de la socie da d.
.,
.
Hay otra forma de integran on qu e. n en e u na base
mas racional, derivada de la idea lingiHstl ca de u~a gra­
ma tica a conj unto de n or rnas subyacentes en el d ~s ~urso .
E n este enfoque la cultura se concibe como un cod lgo ,0
prog ram a, debid o a 10 cual esra e s tn~c tu rada par la l~ ­
gica inte rna de las reglas qu e le perrmten ser Slg nlficatl­
va )' productiva. Asi , el antro pologo esradunidcn se W ard
--~~ ------
I
I
!
I
I
-_._ _- - -,
La cultura, enr on ces, co nsis te en los parametre s
para decidir que es, que pu ede ser, q ue hacer con
ella y como haccrlo.
Ward H . G ood en ough, 1963
L. _
....
__
. -- ~ _ ..
..
_-­
68
ANTROPOLOGiA
soc rxr,
Y CULT URAL
? ood enough emplea el eje m plo del ju ego de fut bol para
~lu strar 1a meta de la descripcio n etnogrifica. Si se d esea
j ugar . futbol es necesario apre nde r las re0o-las y el esrilo de
practJcar ese depone para corn petir co n los dernas juga­
do res. Por ana10gia, un ctnografo deb e apren d er las no r­
mas .s ~cj ales y las cos tum bres de un a cultura para pod er
convrvir Con la ge nte qn e se prop one esrudiar.
Un tercer concepto d e integ racio n gira alrededo r de
l~ nocion de un siste ma formal, en el qu e los elemen tos
tienen un a relacion de mutua irnplicacion. Al respecro,
Robert 1'vIurphy obse rvo : "Simple co mo es, 1a idea de
. q.ue l ~ s soci~d ades es trin sistema tizadas es central pa ra las
ciencias sociales , La sistem atiz acio n ocu rre a traves del
mu tuo ajuste de no rm as, ideas, valores, este tica y o tros
elementos cultu rales, y tien e lug ar en la arena de la ac­
tivid ad p ractica, cotidiana, en 1a adapracicn y aco mo do
a otros compo rtam ientos". Pe r eje m plo, en Pigs for the
Ancestol'J" (Cerdos para los anceJtros), Roy Rappaport ilus­
tra un complejo siste ma eco logi co en el cual los elabo­
rad os ciclos riru ales de los tsembaga maring de las tie­
rras altas de Nueva G uinea operan co mo un m ecan ismo
autorregu lador del tarnano de la poblacio n dom estica de
cerdos, de la exte nsio n de los cultivos, de los pe rio dos
~e . descanso de la tierr a, del gasto de ene rgia, de las ac­
tivid ades de subsistcncia, de la diera y de los conflictos
belicos intertriba les.
E n el extre mo opues to se encuen tran quienes nie­
ga n qu e la cultura esra integrad a, por 10 rnen os has ta el
g~ a do implfeit o en los sigu ien res ejernplos . Algun os esru­
dios pion eros de la adop ci6n 0 difu sio n de trat ad os en ­
tre los native s de No rteame rica llevaron a Rob ert Lowie
otro es tudia n te de Boas, a sugerir qu e la culrura no es
I.ARVAS DE ABElA Y SOPA DE CE BOLLA: CULTURA
mas qu e "u na cues tion de retazos y parch es", product o de
una co mp le ja pero esencialmente aza rosa hist oria. Clau de
Levi- Strau ss form ul6 un a respuesta a esta critica, sefia ­
lan do qu e si bien los elem entos de una cu1tura deter rni­
nada pod rian ten er muy diversos o rige nes h istoricos, se
rcun en como un bri colag e, u n ti po de collage en el cua l
las actividades y los fines de la cultura se em plea n pa ra
aquelio para 10 cual no se disefiaro n, ajustandose a un p a­
tro n subyacen re. E n fech as mas recientes, los ant ropolo ­
gos que rech azaro n la id ea mo de rn ista de la cirne ntacio n
subyacen te se han apro pia do de la nocion de brico lage
para escu dri fiar la esencia de la cultura co mo un a relab o­
racio n, u n ab andon o y un restabl ecimi en to co nsta ntes de
elem entos dentro de co n tex tos siempre camb ian tes. Es to
les permite evita r el pro blema de "esencializar" la culru­
ra, es d ecir, tratarl a como si exisriera fuera de la hi storia
y no esruvi era suje ta al control human o.
H asta este mom enta h em os d ad o por sen tada la
naturaleza colec tiva de la culru ra. D e hecho , nos referi­
mos a las cultu ras com o si fuera n en tida des au to no rnas
con vida p ropia. Alfred Kroeb er una vez co mpa re la cul­
tura co n un arrecife de coral, qu e se con str uye con las
secrecio nes de rnillones de ani males diminutos pero q ue
cxisrio an tes qu e cualq uiera de sus miernbros vivien tes,
y existira despu es de ellos, pro po rcio na ndo una es truc ­
tura en la cual vivira n las fururas gene raciones. C o n esta
merafora, Kroeber mini mize de ma nera expltcita el pa­
pel de los in dividuos en la con figu raci6 n social y las ten­
d en cias h ist6 ricas. Aun si la cultura consiste en 10 qu e
aprendemos como miembros de una socieda d, pareceria
que la ub icamos en la m ente hu man a. Sin em bargo , 2no
es cierto, como 10 esrablece el p roverbi o mexicano, q ue
70
ANTROPOLOGfA SOCIAL Y C ULTURAL
Cu/tura - :~nifica
la toralidad del comporta-miento tradicional desarroUado porIa raza humana y
aprendido par cada generacion. Una cultura cs me­
no s precise. Puede implicar las formas del com­
portamiento tradicional que Son caracterfsticas de
una sociedad determinada, de un grupo de socie­
dades, de cierta raza, de cierta region 0 de cierto
-1
ticmpo,
Margaret Mead, r937
"Cada cabez a es un mundo"? ~ Y qu e acceso puede tener un
etn6grafo a la mente de una persona? Anthony Wallace
argumentaba que los contenidos de la mente son muy
divergentes, y que 10 que hace la cultura no es tanto im­
poner una uniformidad, sino proporcionar una serie de
simbolos compart idos que organizan esa diversidad.
La indeterminaci 6n irnplicita en el concepto de
cultura dificulta, aun rratandose de personas fisicamente
aisiadas, precisar donde term ina una cultura y ernpieza
otra. Despue s de todo, una de las raice s ma s profundas
del concepto de cu1tura de Boas fue la preocupaci6 n ale­
mana por construir una nacion , En los siglos XVl l1 Y XIX
Alemania estuvo dividida en diferentes reinos y princi­
pado s. L os nacionalistas apelaron a la idea de una Kul­
tu r 0 Geist pangermanica para demo strar que los alerna­
nes compartfan muchas cosas (por ejemplo e1len guaje, el
foldor y las costumbres) y que esta Ku/tw- 0 Geist tras­
cendia las divisiones pohrica s. Esta prerni sa, combinada
con el esenciali smo atribuido a la cultura, se plante6 en
,
LARVAS D E ABEJA Y SO PA O F. C EBOLLA : CULTURA
las etnografias que pOl' rutina su ponian "una per sona,
una cultura, una sociedad". Sin embargo, como pregu n­
t6 recienternente Arjun Appadurai, ~e sta prernisa no se
cnfrenta al "cono cimiento desigua1 y al prestigio diferen­
ciador de los estilos de vida, y reduce la atencion haci a
las distintas visiones del mundo y ha cia la accion de los
marginados 0 dorninados"? Quiza seria mejor unirse a
la mayoria de los antropolog os de h oy, ~U1ene s conClben
la cultura no como una entidad en sf misma, sino como
una Fuente de aprendizaje de los signifi cado s encubierros
en la vida social. En este sentido, es mas pr obable que
en las etnografia s se lean analisi s espedficos de norm as,
valores, creencias, on tologias, visiones del mundo, Ideo ­
IozIas y categorias que pueden discutirse con seriedad,
que declaraeiones contu ndentes sobre tal 0 cual "culru­
ra" , Adernas, rnuchos anrrop olog os se han preocupad o
pOl' desarrollar conceptos que trascienden los profundos
dualismos que h an nurrido gran parte de nuestros deba­
tcs acerca de 1a naturaleza de la cultura. Un ejemplo es la
idea de "encar nacion"; es decir, cuando actuarnos, 10 ha­
cernos no solo com o mentes, sino como cuerpos flsicos.
Enton ces, cuando John consume insecros en la Mixteca
no s6lo pien sa que los "bichos son ineomib1es", sino que
10 experimen ta.
_
Podria decirse que, al margen de las dIficu1tad ~ s qu e
presenta, e1 concepto antropo16gico de. c~l~ra ha sido 1a
contribuci6n mas significativa de 1a disciplina al pensa­
rniento modern o. Al develar la base fundam cntalmente
arbitraria y ap rendida de las diferencias entr~ las comu­
nidades humanas, el concepto de cultura ha sido una po­
derosa arma para combatir eI racismo , el chovin ism o yel
racismo "cientifico" que caracterizo gran parte de la an­
A NTROP OL o ciA SOCIAL Y CULTURAL
tropologia del siglo XiX. Para Boas y sus estudiantes, com ­
batir el racismo y el etn ocentrismo -la tenden cia a medir
a los dernas con la vara de los propios valore s- fue una
mi sion cru cial para la an tropologia. Siempre empirista,
Boas llevo a cabo estu dios que recogfan las creencias es­
tadunidenses predominantes sobre la "debilidad" y la "in­
ferioridad " hereditarias de cier tas naci onalidades de in ­
migrantes, dem ost rando que un a vez en E stados Unidos
las mejores cond iciones de salud y nu tricion producian
con rapidez pobl acione s tan robu stas como cualquiera.
El cOl1vencimiento de Boas de que es el ambiente, y no
la heren cia biol6gica, el prin cip al elernento determinan­
te del caracrer y com po r tam ien to de los seres hu man os
fue asumido por algu nos de sus alumnos y de sarrollado
como una teorfa del determinismo cultural qu e alcan zo
su climax con los debates sobre "natura vs. nutricion " qu e
connnuan hasta la fecha .
Relativismo cultural
.
E nt re las con secuencia s morales, filosofi cas y poli­
ticas del surgimiento del con cepto de cultura se enc uen­
tra el desarr ollo de una doctrina de "reIati'vismo cult ural'.
Partimos de La premisa de qu e nuestras creencias, moral y
comportamientos -incluso las verdacler as concepciones
del mundo qu e no s rode a- son productos de la cult ura
que asimilam os como miembros de una comunidad. Si,
com o creemos, el contenido de la cultura es d produc­
to de la expe riencia hi st6ric a, arbitraria de un a persona,
entonces 10 qu e sornos com o seres sociales tam bien es
un producto hi storic o, arbitrario. C om o la cul tura deter­
mina nu estr a vision del mundo de un a manera tan pro­
LAR VA S D E A BEJA Y SOPA DE CE BOL LA: CULT U RA
73
fund a, enton ces hay razone s para pen sar qu e no tenemos
un a base obj etiva para afirmar que un a vision del mundo
es supe rior a otra, 0 qu e puede utilizarse una vision del
mundo para m edir a las derna s, E n este sentido , las cul­
tur as solo pueden ju zgars e com o relatioas en relacion con
cualqu ier otr a, y el significad o de una creencia 0 compor­
tamiento determinado debe entenderse, antes qu e nada,
como relativo a su propio co ntexto cultural. En pocas pa­
labra s, constituye la base de 10 que ha dado en llamarse
relatiuismo cultural.
E s importante corn prende r qu e mu cho s antropo lo­
gos, en especial en E stados Unidos, con sideran el relati­
vism o no como un dogma 0 un desideratum ide ologic o,
sino como un hallazg o empirico. E sto se ha expresado de
m anera inmejorable en las ohras de los linguista s Edward
Sapir y Benjamin Lee Whorf, quienes utili zaron Ia infor­
macion lingufsti ca para dem ostrar que catego rias como
tiempo, espa cio y cantida d se expresan de distinta form a
en los diversos lenguajes; esto llev6 a Sapir a afirmar que
aprende r nn lenguaje es aprender un rnundo. A si, un ha­
blante de ingle s dice "it is raining" ("esta lloviendo"). Sin
em barg o, <que es 10 que esta lloviendo? El h ablan te de
ingIes dice "it is raining" porqu e esta pred ispues to por el
lengu aje a co nsiderar los even tos del planeta en terrninos
de efectos di rect os de caus as especificas. En contras te, un
indo nesio diria "Ada hujan" ("hay lluvia"). M as qu e causa
v efecto la expresion indonesia predi spone a sus h ablantes
~ ver el'mund o como un flujo de cosas y eventos.
Llevad o esto al extrerno, un a posici6n relat ivisra que
confinara a los rniem bros de distintas culturas a mundos
por complete diferentes haria imposible toda tradu cci6n ,
incluyendo la realizad a en etn ografia. Como observa D an
74
ANTRO POLociA SOC1AL Y CULTURA L
Sp erber, "el eslog an relativi sra d e qu e la ge nte d e diferen ­
tes cultu ras vive en m un do s dist into s seria un sinsen tido
si se en te ndiera como refer id o de m an era liter al a m un ­
dos fl sicos", y un extrema "rela tivis ta en gra de su mo ya
sea mu y pesimista acerca de la posibilidad de h acer e t­
nografia 0 bien extraord inariamen te op tirn ista resp ect o
a la ca pacidad de los etnografos ". El rel ativisrn o cog ni­
tivo significa q uelas orie n tacion es p rop orcion ad as en un
len gu aje tienen co nsecue nc ias sobre un a ga ma de cree n­
cias, in stituciones y corn po rtamie n tos , algo qu e deb emos
esp erar si las cul tu ras so n un tod o integrad o incluso de
m an er a imper fe cta . En el ejem plo indo nesio podemos
no tar qu e la pr edis posicion a Vel' los evcntos del mundo
co mo confi ue nc ias mas que como efec tos inmediaros d e
caus as es co ns iste nte con el hech o de ret ener a una per­
sona legal mente respon sable pOl' sucesos qu e "pudo h a­
ber " pro vocad o, co mo ocu rri6 en la anec do ta relat ada en
e1 capi tu lo anteri or.
A de rnas de esos aspec tos de re1at ivism o cultu ral,
deb emos co nside rar las di me ns io nes m oral es de di cho
relati vism o. Si la form a en qu e percibim os el mundo es
product o de nuestra culrura, con mayor razon 10 se rian
las cree nc ias, valo res y norrn as sociales qu e rige n nuestra
cond ucta , E nto nces, (con q ue bases pu ede una soc iedad
recl arn ar el mo no po lio de la verda d moral 0 de norrnas
y valores su pe riores? Un com po rtam iento absurdo, ilega l
o inmoral en un a socied ad podria ser del todo racional
y soc ialme n te acep tado en otra . Lo un ico razonable pOl'
hacer es suspe n der cualq uie r j uic io sobre las practicas d e
otra socieda d. Sin em bargo, esto no es tan sim ple como
parece. POl' alguna razon , de inmediato nos volvernos a
encont rar co n el problem a de det erminar do nd e se de­
75
LARVAS DE ABEJA Y SO PA DE CEBO LL A : C OLT UR A
ben m arcar los [Imites culturales , cues tio n de suyo d ifi­
cil en el mund o de h oy, en el cu al los patron es glo bales
de mi gr acion y diaspore han crea do socied ades ~n ver­
dad multiculturales. ( C6mo trataremos al extranje ro en
nuest ro m edio cuando su cultu ra es m or almente distin­
ta de la nu estra? (H as ta qu e punto tien en los seg me n tos
de un a co m uni da d det erminada el derech o a reclamar la
distincion cultural que d emanda au to no mia y resp et o?
.Tienen los fana ricos violentos del futbol soccer 0 los
~e rro r is tas de recho a pedir la pr oteccion d el relativismo
cultural? <Debemos, en nombre del rela t ivismo cu ltu ral,
dej ar de actual' con tra pra ct icas cu ltu~ales ances trales y
tradicionales qu e co nside ra mos opres ivas para un seg ­
me n ta de la soc ieda d?
N o se trat a de un me ro problema m et afisico abs ­
tract o. T ornese la pr i cti ca de la circuncis io n fcmeni na
como un ejem plo de esta sue rte d e d ilema. E n much as
socied ades .d el este d e Africa existe la practi ca an cestral
de m arcar el pa so de nina a muj er co n, entre o t:as cosas ,
un a o per aci6 n ge nit al qu e e n su forma ex.trema Jnclu~~ l.a
escision sin anes tes ia del clit ori s y los lab ios. No es di flcil
c~-~ ~~~ta~niento
La eul tura es .. . u n
aprendid: l
ad aptabl e, simbolico basado en un le ng uaj c m a­
duro v asociado con la inventiva tccni ca , un com­
plej o 'd e h ab ilidades que a suo vcz d cp ~nden de ~a
capac ida d par a organiza r relaclOnes de llltercamb lO
entre co mu nida des.
-
Adam Kuper, 1994
- _. - - - --'
A NTROPOLOCIA SOCI A L Y C ULT U RAL
ver qu e esta pra cti ca es violatori a de los der echo s hurna­
no s y que deb e sup rim irse. Sin embargo, hacerl o seria una
violacion fundamental a la auton omia cultu ral de la gente
qu e realiza este ritual. Adernas, cuando vem os, como 10
dicta el relativi sm o cogni tive, esta practica en el con texto
de las teorfas cultu rales con respe cto a la sexualid ad, la
reprodu ccion, el gen ero y el cicio d e vida , pod emos en­
con tra r, como 10 hizo Janice Boddy en su estudio d e los
hofriyati del norte de Sudan , que la circuncisi6n feme­
nina participa con la m asculina en un rico conjunto de
significados qu e tienen que ver con el hech o d e que es
la sociedad, mas que [a naruraleza, la que convierte a los
nifios y nifias en hombres y rnujeres. Ubicada en su con­
texto cultural, la circu ncisio n feme nin a entre los hofriyati
no es ni irr acional ni deliberadamente cruel y opresiva, y
constiruye adem as una pra ctica tradicional aceptada por
los hombres y muj eres de ese grupo hurnan o. Pod emo s
encon trar repulsivas las consecucn cias d e tales practicas,
pero seria difi cil hallar un a base m oral para defender su
su presio n qu e no viole tarnbien la au ton omia cultural de
los hofriyati . Al final, uno se pregunta si es logico sus­
cribir de manera sirnul tanea tanto la noci6n de der ech os
humanos universales como la creen cia en la relativid ad
de las cultu ras.
Por tod os csos problemas, co nsideramos con Cli­
fford Ceertz que los crirnenes com etid os en nombre del
relativism o cultu ral palid ecen en cornparacion co n los
perpetrado s en nombre del chovi nismo cultural y nacio­
nal 0 por cualquier otro "isrno" en esa materia. Su po­
sicio n es "antirrelarivista", y nosotros concordamos con
ella. Uno puede defender el entrornererse en los asuntos
ajenos con base en la condic i6n humana comu n; despues
LARVAS D E AlJEJA Y SO PA D E C EIlO LLA: CUL TU RA
77
de todo, compartimos este planeta como una sola ~ sp e cie.
Pero un a defensa asf deb e hacer se co n el mayor CUl da do y
reserva y despues d e un intento since re y cabal de en ten­
der 10 qu e o bje tamos, en su propio contexto cultu ral.