Capítulo 28 - Cuidando al cuidador tras la pérdida

Investigación en salud
y envejecimiento
Volumen I
Comps.
mps.
Co
José Jesús Gázquez
ázquez Linares
ez Fuentes
Mª del Carmen Pérez
rado
Mª del Mar Molero Jurado
Isabel Mercader Rubio
Francisco Soler Flores
Edita: Asoc. Univ. de Edu. y Psic.
Investigación en Salud y Envejecimiento
Volumen I
Comps.
José Jesús Gázquez Linares
Mª del Carmen Pérez Fuentes
Mª del Mar Molero Jurado
Isabel Mercader Rubio
Francisco Soler Flores
© Los autores. NOTA EDITORIAL: Las opiniones y contenidos de los textos publicados en el
libro “Investigación en Salud y Envejecimiento. Volumen I”, son responsabilidad única y
exclusiva de los autores; así mismo, éstos se responsabilizarán de obtener el permiso
correspondiente para incluir material publicado en otro lugar.
Edita: Asoc. Univ. de Educación y Psicología (ASUNIVEP)
ISBN: 978-84-617-1388-2
Depósito Legal: AL 832-2014
Distribuye: Asoc. Univ. de Educación y Psicología
No está permitida la reproducción total o parcial de esta obra, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de
ninguna forma o por ningún medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, u otros medios, sin el permiso previo
y por escrito de los titulares del Copyright.
ÍNDICE
ENVEJECIMIENTO ACTIVO Y SEXUALIDAD
CAPÍTULO 1
La Participación Social en la nueva población geriátrica: Análisis desde la Terapia
Ocupacional ........................................................................................................................ 13
Noelia López López, Pablo Javier Olabe Sánchez, Iván Cerdeña Macías y Andrés
Martínez-Almagro Andreo
CAPÍTULO 2
Homosexualidad y vejez: interpretación por parte del personal de enfermería y estudiantes
de enfermería ...................................................................................................................... 19
Mª Isabel Ventura Miranda, Jéssica García González, Sandra Sue Torres Giner, Natalia
Sáez Donaire, David Navarro Sánchez y Lourdes Inmaculada Quiñonero Hernández
CAPÍTULO 3
¿Afecta la situación económica actual de nuestro país a los estilos de vida de los
ancianos? ............................................................................................................................ 25
Verónica Tortosa Salazar, Mª Dolores Rodríguez Porcel y Mª del Mar Rodríguez
Martínez
CAPÍTULO 4
Adicciones y envejecimiento: perfil de pacientes adultos mayores atendidos en una Unidad
de Atención de Adicciones .................................................................................................. 31
Ana Isabel Sieso Sevil, Ricardo López Bernués y Yolanda Marcén Román
CAPÍTULO 5
La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) como intervención psicológica en
pacientes con dolor crónico: claves y evidencia empírica .................................................. 37
Juana María Mateu Mateu, Rubén Uclés Juárez y Zaida Callejón Ruiz
CAPÍTULO 6
Análisis de la relación entre flexibilidad psicológica y calidad de vida en una muestra de
personas mayores. Ajuste flexible de metas como elemento clave del envejecimiento con
éxito..................................................................................................................................... 43
Zaida Callejón Ruiz, Juana María Mateu Mateu y Rubén Uclés Juárez
CAPÍTULO 7
“Envejecimiento activo y olé”: Salud y participación social de mujeres mayores a través
de las tradiciones locales en Andalucía .............................................................................. 49
Alina Danet Danet, Noelia García Toyos y Joan Carles March Cerdà
CAPÍTULO 8
Sensibilización de la sociedad ante la sexualidad de la tercera edad ................................ 55
Cristina Hernández Guerrero, Alda Aguilera Gázquez y María del Mar Ortiz Escoriza
Investigación en Salud y Envejecimiento. Volumen I
5
ÍNDICE
CAPÍTULO 9
Sexualidad en la vejez y su visión de género ...................................................................... 61
Jéssica García González, María Isabel Ventura Miranda, Sandra Sue Torres Giner 1,
Natalia Sáez Donaire, Lourdes Inmaculada Quiñonero Hernández y David Navarro
Sánchez
CAPÍTULO 10
Abordaje multidisciplinar en la mujer postmenopáusica con Fibromialgia ...................... 67
Miguel Vázquez de Agredos Núñez de Arenas, Laura Sans Guerrero y Elvira Gázquez
Fernández
CAPÍTULO 11
Atención integral e integrada en el climaterio ................................................................... 73
Antonio Luna Toro, Ana José Díaz Portillo y María Dolores Revidiego Pérez
INSTITUCIONALIZACIÓN, FISOTERAPIA
Y ALIMENTACIÓN EN ENVEJECIMIENTOENTO
CAPÍTULO 12
Influencia de la calidad ambiental en la satisfacción en mayores institucionalizados ...... 81
Mª del Mar Molero Jurado, Francisco J. Soler Flores, Mª del Carmen Pérez-Fuentes y
José Jesús Gázquez Linares
CAPÍTULO 13
Estudio de la relación de los factores sociodemográficos asociados a la calidad de vida
relacionada con la salud en ancianos institucionalizados ................................................. 87
Leonor Jiménez Muñoz, Mª Luisa Quesada Gallego y Francisco José Martínez Pastor
CAPÍTULO 14
Influencia que tiene sobre la calidad de vida de ancianos institucionalizados, la
implantación de unas Guías de Prácticas Correctas de Higiene ....................................... 91
Marina Villalón Mir
CAPÍTULO 15
Úlceras por presión en ancianos institucionalizados ......................................................... 97
Laura Sans Guerrero, Elvira Gázquez Fernández y Miguel Vázquez De Agredos Núñez
De Arenas
CAPÍTULO 16
La caída en el anciano institucionalizado: valoración y prevención ............................... 103
Sandra Sue Torres Giner, Natalia Sáez Donaire, Jéssica García González, Lourdes
Inmaculada Quiñonero Hernández y María Isabel Ventura Miranda
6
Investigación en Salud y Envejecimiento. Volumen I
ÍNDICE
CAPÍTULO 17
Valoración de la influencia del ejercicio físico en la prevención de caídas y fracturas en
mujeres postmenopáusicas ................................................................................................ 109
Carmen García Gomariz
CAPÍTULO 18
Relación entre los niveles de fuerza y equilibrio en personas mayores y la expresión
genética de ACTN3 ........................................................................................................... 115
Cristina Romero Blanco
CAPÍTULO 19
Parque Biosaludable: ciudadanos y fisioterapeutas, una alianza segura ........................ 121
Rafael Velasco Velasco y Pilar Jiménez Tamurejo
CAPÍTULO 20
Características específicas de la fisioterapia en personas mayores tras ictus. Evidencia
científica de revisiones sistemáticas ................................................................................. 129
M. Luz Sánchez-Sánchez y M. Arántzazu Ruescas-Nicolau
CAPÍTULO 21
Personas de edad avanzada y nutrición............................................................................ 135
Ana José Díaz Portillo, Antonio Luna Toro y María Dolores Revidiego Pérez
CAPÍTULO 22
Vulnerabilidad del anciano ante la nutrición ................................................................... 141
María del Mar Ortiz Escoriza, Alda Aguilera Gázquez y Cristina Hernández Guerrero
CAPÍTULO 23
Revisión teórica: Alimentación y nutrición en el anciano ................................................ 147
Mª Dolores Rodríguez Porcel, Mª del Mar Rodríguez Martínez y Verónica Tortosa
Salazar
DETERIORO, PERSONALIDAD Y CUIDADORES
CAPÍTULO 24
Análisis de las diferencias en el LOT-R en una muestra de mayores y jóvenes ................ 155
Francisco J. Soler Flores, Mª del Mar Molero Jurado, Mª del Carmen Pérez Fuentes y
José Jesús Gázquez Linares
CAPÍTULO 25
El cuidador informal ante el envejecimiento, evaluación de la carga en su
calidad de vida ................................................................................................................. 163
María del Mar Rodríguez Martínez, Verónica Tortosa Salazar y Mª Dolores Rodríguez
Porcel
Investigación en Salud y Envejecimiento. Volumen I
7
ÍNDICE
CAPÍTULO 26
Síndrome de Otelo, delirium del anciano y enfermedad de Parkinson ............................. 167
Bárbara Hernández-Sierra, Mª Ángeles Esteban-Moreno, Sara Domingo-Roa y Ana
García Peña
CAPÍTULO 27
A propósito de un caso: varón de 75 años con hipoacusia y demencia ............................ 173
Ana García Peña, Purificación Sánchez López, Sara Domingo Roa y Bárbara Hernández
Sierra
CAPÍTULO 28
Cuidando al cuidador tras la pérdida .............................................................................. 179
Alda Aguilera Gázquez, Cristina Hernández Guerrero y María del Mar Ortiz Escoriza
CAPÍTULO 29
Alexitimia, deterioro cognitivo y depresión en personas mayores ................................... 185
Julia García Sevilla, Inmaculada Méndez, Juan P. Martínez, Ana B. Cánovas, Yolanda
Clemente y Mª Ángeles Boti
CAPÍTULO 30
Tendencias en la utilización de antidepresivos en mayores de 65 años en atención
primaria ............................................................................................................................ 193
Mª Carmen González López, Esperanza Del Pozo Gavilán, Carmen Rodríguez López y
Tesifón Parrón Carreño
CAPÍTULO 31
“Profesionalización” de los cuidados del paciente dependiente en el
entorno domiciliario ......................................................................................................... 201
Nicolasa García Gallardo, Cecilia Zamora Ruiz y Antonia Ariza Baena
CAPÍTULO 32
Relación entre el burnout del cuidador y la demencia de tipo Alzheimer ........................ 207
Paula Sancho Espinós, José Enrique de la Rubia Ortí y Carmen Cabañés Iranzo
CAPÍTULO 33
Deterioro cognitivo y Toma de Decisiones en mujeres mayores ...................................... 213
Jose Ramón Alameda Bailén, María Pilar Salguero Alcañiz y Ana Merchán Clavellino
CAPÍTULO 34
Necesidades y problemas más frecuentes en pacientes y cuidadores al final de la vida en
atención domiciliaria ........................................................................................................ 221
Rocío Pérez Rodríguez
CAPÍTULO 35
El reto de los profesionales de enfermería ante el cuidado de los cuidadores: la
intervención a través de los Programas de Educación para la Salud .............................. 225
Luisa Ruano Casado y Mª Concepción Larru Inciarte
8
Investigación en Salud y Envejecimiento. Volumen I
ÍNDICE
CAPÍTULO 36
Sobrecarga del cuidador primario de adultos mayores hospitalizados ............................ 233
Ana Celia Anguiano Morán, Ma. Martha Marín Laredo y Bárbara Mónica Lemus Loeza
CAPÍTULO 37
Detección de cansancio en el rol de cuidador .................................................................. 239
Miriam Naranjo Rendón, Rocío Díaz García y Marta Navarro Ortiz
CAPÍTULO 38
Importancia de la identificación en los ingresos en hospitales de agudos de pacientes
subsidiarios de cuidados paliativos .................................................................................. 245
Mª del Mar Fernández Bohajar
ENFERMEDAD Y ENVEJECIMIENTO
CAPÍTULO 39
La hemoglobina glicosilada como indicador de buen control de la diabetes en el paciente
con insuficiencia renal ...................................................................................................... 253
David Álvarez Azor, Francisca Miralles Martínez y Manuel David Sánchez Martos
CAPÍTULO 40
Abdomen agudo en el anciano: a propósito de un caso.................................................... 259
Jose Jacob Motos Micó y Teresa Abad Aguilar
CAPÍTULO 41
Hernia diafragmática en el anciano ................................................................................. 263
Teresa Abad Aguilar y José Jacob Motos Micó
CAPÍTULO 42
Radioterapia complementaria en el cáncer de mama en la mujer anciana ...................... 269
Francisco José Peracaula Espino, María Acuña Mora, Rocío del Castillo Acuña y
Eduardo Sánchez Sánchez
CAPÍTULO 43
Análisis de los gérmenes más frecuentes en infecciones de orina y estudio del
antibiograma ..................................................................................................................... 275
María Isabel Salado Natera
CAPÍTULO 44
Análisis de la calidad de vida relacionada con la salud de pacientes crónicos en
programas de telemonitorización: Un estudio longitudinal en el Sistema Sanitario
Valenciano ........................................................................................................................ 281
Ascensión Doñate-Martínez, Francisco Ródenas Rigla, Elisa Valía Cotanda y Jorge
Garcés Ferrer
Investigación en Salud y Envejecimiento. Volumen I
9
ÍNDICE
CAPÍTULO 45
Seguimiento de anticoagulados en Atención Primaria y su incidencia en población
anciana ............................................................................................................................. 287
Marta Navarro Ortiz, Rocío Díaz García y Miriam Naranjo Rendón
CAPÍTULO 46
Paciente anciano y cáncer de pulmón: ¿es posible el tratamiento radioterápico en este
grupo de pacientes? .......................................................................................................... 293
Rocío Del Castillo Acuña, Francisco José Peracaula Espino y María Acuña Mora
CAPÍTULO 47
Las creencias de salud en fibromialgia ............................................................................ 297
Rubén Uclés Juárez, Zaida Callejón Ruiz y Juana María Mateu Mateu
CAPÍTULO 48
Disnea como motivo de demanda en Unidad Móvil en pacientes ancianos con EPOC ... 301
Rocío Díaz García, Marta Navarro Ortiz y Miriam Naranjo Rendón
CAPÍTULO 49
Edad y ciudadanía como ejes de desigualdad en la incidencia de la tuberculosis ........... 305
Juan García, Carmen Pardo, Maritza Valdés y Laura Fernández-Sarabia
10
Investigación en Salud y Envejecimiento. Volumen I
CAPÍTULO 28
Cuidando al cuidador tras la pérdida
Alda Aguilera Gázquez, Cristina Hernández Guerrero y María del Mar Ortiz Escoriza
Una de las experiencias más estresantes y con una gran carga emocional a la que nos enfrentamos alguna vez a lo
largo de nuestras vidas, es la pérdida de un ser querido y nos referimos al dolor que nos provoca como “duelo”.
En un sentido amplio definimos el duelo como “reacción psicológica y social que se produce ante la falta de
alguien o algo significativo para nosotros”. También se pueden ver las situaciones de duelo en otras experiencias que
no tienen que ver con la muerte o enfermedad, pero que suponen una gran ausencia, como puede ser
institucionalización o una perdida psíquica (Jaramillo y Oquendo, 2013).
Si nos referimos al duelo ante la enfermedad terminal y la muerte lo definiremos como “la reacción psicológica
natural, normal y esperable, de adaptación a la pérdida de un ser querido, que sufren familiares y amigos y que
puede manifestarse antes, durante y después de su fallecimiento”. Es una vivencia de un sufrimiento total a todos los
niveles emocionales, cognitivo, conductual, físico, social y espiritual (Jaramillo y Oquendo, 2013).
Cuando hablamos de duelo tenemos que diferenciar una serie de etapas (García, 2012):
Fase uno o fase de shock: empieza en el momento de fallecimiento, con situación de conmoción e
incredulidad.
Fase de evitación y negación: se caracteriza por una gran añoranza del fallecido, con la necesidad de
buscar y encontrar al ser querido.
Fase de desesperación-entrega al dolor: es cuando se empieza a ser consciente de la magnitud de la
pérdida, se caracteriza por desesperación y tristeza, con periodos de apatía y desesperanza.
Fase de reorganización-recuperación: en esta fase disminuye el dolor, se e pieza a mirar hacia el
futuro y a reconstruir su vida.
Estas fases o etapas podemos decir que son de manera generalizada ya que es algo muy subjetivo e
individualizado.
Podemos englobar todas las vivencias referentes al duelo en tres tipos: el considerado normal, el complicado que
hace referencia a aquel que tiene rasgos distintos a los considerados “normales” pero que las disfunciones no son tan
graves para considerarlas patológicas, y por último el patológico en el que hablamos de complicaciones y nos llevan a
signos y síntomas con alteración de la salud (Barrero, De la torre y Pérez, 2012).
En los cuidadores de enfermos con demencia cabe destacar que dadas las características especiales de esta
enfermedad que hacen que el proceso sea largo y frustrante para el cuidador, el duelo se anticipa a la muerte del
geronte estando presente ya en las fases en el que el paciente va perdiendo sus facultades biopsicosociales (Moreno,
Arango y Rogers, 2010).
Tipos de pérdida para el cuidador principal
En relación a las demencias, el cuidador principal está inmerso en estado de frustración puesto que esta
enfermedad tiene mucha carga física y mental para el cuidador, lo que le hace estar sobrecargado. Esta patología por
norma general dura mucho más tiempo que otras y acaba desgraciadamente en muerte. La más frecuente es el
Alzheimer, teniendo un deterioro progresivo de todas sus facultades, llegando a perder la memoria, alteraciones de
estado de ánimo, y esto hace que se vaya alejando cada vez más del cuidador de una forma tanto afectiva como
emocional. La última etapa de esta enfermedad está caracterizada por una “muerte en vida” (Pérez y Moreno-Guerín,
2007).
A) Pérdida por disfunción de las capacidades biopsicosociales del geronte (Losada y Nogals, 2013).
Las demencias en general y la enfermedad de Alzheimer en particular, son patologías neurodegenerativas que
implica la pérdida de numerosas facultades y de la propia identidad hasta su posterior fallecimiento. Esta enfermedad
consta de 3 estadios leve, moderado y grave, en los que va perdiendo poco a poco la memoria primero a corto plazo y
luego a largo plazo, el lenguaje y la comprensión, la coordinación de gestos y movimientos, y perdida de las
facultades para la realización de las actividades básicas de la vida diaria. A medida que se van perdiendo esas
habilidades el enfermo experimenta unos cambios de comportamiento, episodios de gritos, agresividad o incluso
Investigación en Salud y Envejecimiento. Volumen I
179
Cuidando al cuidador tras la pérdida
llantos, que cada vez se hacen más agudos y normalmente terminan por deteriorar la personalidad de la persona,
llegando la misma antes del fallecimiento a dejar al paciente en estado vegetativo.
La familia sufre cambios en su ciclo vital, en la respuesta emocional y en su estructuración, apareciendo
bastantes conflictos y distintos sentimientos negativos. El cuidador que adquiere el rol de principal, es la persona
referente en el cuidado, una persona que se dedica en cuerpo y alma al paciente y que aparta su vida para dedicarse a
esa función.
Este agente de cuidado vive también una serie de fases y sufre una serie de deterioros tanto físicos como
psíquicos que los introducen en lo llamado síndrome de burnout. Perder las relaciones con una persona a la que
amamos por la incapacidad es frustrante y lleva a sentimientos como agresividad, agitación, tristeza o apatía. A esto
nos referimos cuando afirmamos que en estas enfermedades, el duelo se hace pre-mortem, pues todo lo citado supone
la ausencia del progenitor, pareja, etc., estando aún con vida.
El duelo antes de que el mayor fallezca, puede llegar a asimilarse mejor si anteriormente han existido problemas
con el enfermo o una mala relación, pues da la posibilidad de arreglar esa situación y hacer algo por el paciente. Sin
embargo al ser un proceso de duelo muy largo, implica la repetición de varias fases pues se pasa por ellas desde que
se diagnostica esta enfermedad, hasta que se asimila el fin de esta.
Sentir que una persona se va, y no la ves más, es sufrir, pero más sufre el que pierde a la persona a la que adora y
sigue estando presente.
B) Pérdida por institucionalización del ser querido (López, Losada, Romero, Márquez y Martínez, 2012).
Las residencias o unidades de larga estancia es un escenario fundamental para los cuidadores y desgraciadamente
ha estado poco analizado. Tras la institucionalización del familiar gran cantidad de las personas que los rodea siguen
el cuidado del mismo, por el contrario descartamos la idea de que ingresar a una persona mayor implica el abandono.
El papel del cuidador en ninguno de los casos desaparece completamente, después de tomar la decisión de
ingresar al anciano en una residencia, lo único que cambia es la forma sustancial a partir de este momento. Los
sentimientos de frustración, incertidumbre de cómo será tratado el familiar, tristeza, miedos, desorientación y mezcla
de mociones como alivio y culpabilidad abordan al familiar más cercano.
El apoyo emocional y el consejo psicológico es una parte muy importante para el beneficio del estado emocional
de estas personas a lo largo de todo el proceso, desde su ingreso hasta su alta. Las relaciones con el personal que
trabaja en estas institucionalizaciones, es muy importante, ya que en el caso de ser buenas va a ayudarnos en el
afrontamiento de estrés emocional causado por este proceso de ingreso en la residencia. Además este tema ha dado
mucho de qué hablar, ya que para los trabajadores de estos lugares es un factor principal, puesto que tiene efectos
beneficiosos tanto para el usuario como para el cuidador a nivel físico y psicológico. Está siendo especialmente
relevante en pacientes con deterioro cognitivo o demencia. También se habla de su importancia para las personas que
trabajan en las residencias.
Los obstáculos que se encuentran para poder lograr la integración familiar-residencia son muchos, pero cabe
destacar los estereotipos por parte de los familiares sobre las instituciones el sentimiento de culpa por el supuesto
“abandono” del geronte, y con respecto a los centros la falta de recursos para poder lograrlo.
Por todo ello debemos fomentar la buena relación entre instituciones y familiar para garantizar el bienestar tanto
del paciente como del cuidador.
C) Pérdida por muerte del enfermo (Piccini, De Quiros y Crespo, 2012).
Es experiencia y parte de la vida, el duelo ante la muerte de un ser querido. Hoy en día culturalmente se nos
“demanda” estar triste y acongojado por el fallecimiento del familiar, no es normal está contento, tranquilo o feliz en
esos momentos. Los cuidadores de las personas con demencia tienen sentimiento de culpabilidad por no estar
abordado por esta inquietud o por no sentirse como lo habían previsto. En conclusión hay cuidadores que se sienten
mal por no sentirse mal cuando fallece el ser querido.
Por otro lado también se “exige” que el tiempo de duración debe ser rápido, ya que la concepción que se tiene de
un duelo normal es que no dure demasiado, por encima de dos meses puede diagnosticarse un trastorno depresivo, si
además tiene sentimientos muy intensos de tristeza asociados a pérdida de peso, insomnio...
En el caso de las personas que están al lado del familiar durante toda la enfermedad, que tenga una manifestación
de duelo, no está bien visto, puesto que debería ser una causa de alivio.
Partiendo de la base de que este sentimiento es un proceso normal, universal y único, sabemos que es patológico
cuando se interfiere en el funcionamiento general de la persona, viéndose comprometida la salud.
Existen algunas teorías sobre el proceso del duelo en cuidadores: la teoría de la acumulación de estrés, en la que
conforme va aumentando el tiempo y estresores del cuidado el duelo es peor, la teoría de la reducción de estrés, que
al revés que la anterior cuanto más es el tiempo cuidado menor es el impacto del duelo, ya que se adaptan mejor a los
180
Investigación en Salud y Envejecimiento. Volumen I
Cuidando al cuidador tras la pérdida
problemas y abordan mejor este proceso, y por último, la que señala que gran parte del duelo se elabora
anticipatoriamente en los cuidadores, siendo más fácil cuando muere la persona con demencia.
Debemos llevar a cabo las actividades previa y posteriormente al fallecimiento del ser querido para que esto sea
menos complicado. Algunas de ellas son reconstruir el mundo que nos rodea con la ausencia de esta persona, dándole
un nuevo sentido a nuestra vida. Según Worden, propone cuatro tareas para superar el duelo satisfactoriamente,
aceptar la realidad de la perdida, trabajar las emociones y el dolor de la perdida, adaptarse a un medio en el que el
fallecido ya no está y recolocar emocionalmente al fallecido y continuar viviendo. Debemos pasar de estar centrados
en la muerte, en el morir a estar centrados en la vida en el vivir. Una tercera parte de los cuidadores de personas con
demencias recurre a consejos psicológicos, farmacológicos o grupos de ayuda, para hacerles más fácil una
comunicación, ya que esta es muy importante.
Factores que afectan al proceso del duelo
Hay cuatro grupos de factores que afectan a la vivencia del duelo. Estos, son los factores psicológicos, los
recursos que posea el cuidador, las circunstancias de la muerte y el apoyo externo (Pascual y Santamaría, 2009).
Factores psicológicos
a) RELACIÓN PACIENTE-CUIDADOR
Existen algunos factores que afectan a la relación, como puede ser la personalidad, el grado de unión con el
paciente, o los acontecimientos vividos con el mismo. El haber tenido mala relación con el familiar previamente a la
enfermedad, puede ocasionar tirantez dando lugar a que este se aleje del mismo, sin tener ganas de cuidarlo o de
tratarlo. Cuando el paciente muere, si no se han resuelto estos conflictos este debe asimilar las perdidas pasadas y
futuras, sintiendo culpa por no haber tenido una relación satisfactoria con su allegado. En cambio si la relación ha
sido buena puede aparecer sentimiento de obligación de carga o de responsabilidad, dado que casi siempre estos
enfermos van a ser abuelos, padres, tíos…lo que hace que el duelo se haga más llevadero por la implicación que ha
tenido en la atención del gerente.
B) ROL DEL FALLECIDO
Debemos tener en cuenta la posición jerárquica del enfermo en la familia, si este era una persona relevante en la
estructura familiar, como padre o abuelo, y llevaba la carga familiar y económica va a ser más difícil este fase dando
lugar a mayores sentimientos nostalgia (Carmona y Bracho, 2008).
C) DEPENDENCIA
En esta enfermedad la dependencia es algo que va implícito por lo que a más dependencia más implicación del
asistente de cuidados, más carga durante la fase de perdida biopsicosocial y más extraños se sienten cuando pierden
el rol de cuidado (Carmona y Bracho, 2008).
Recursos del cuidador
En cuanto a los recursos del cuidador nos referimos a la capacidad que tiene el cuidador para afrontar este dolor.
Las vivencias, la capacidad de adaptación, las experiencias previas, la cultura y la religión son alguna de las cosas
que afectan tanto negativamente como positivamente (Pascual y Santamaría, 2009).
Circunstancias de la muerte
Que sea una persona mayor la que fallece es menos impactante que la muerte de una persona más joven. Esto se
debe a que todos entendemos que la vida es un proceso que acaba con la muerte. Esto unido a que si el paciente tiene
fuertes fuentes de apoyo, ha sido informado y formado por los profesionales, están más preparados para el duelo
(Carmona y Bracho, 2008).
Apoyo externo
El apoyo externo es tanto el apoyo de las personas allegadas, como el que ofrecemos los profesionales. Podemos
tener a muchas personas alrededor y no sentirnos apoyados o que una persona sea como cientos, por lo que aquí nos
referimos no a la cuantía de los apoyos externos sino a la calidad de dicho apoyo. Si no sentimos escuchados,
comprendidos etc., el duelo será más llevadero (Pascual y Santamaría, 2009).
Actuación de enfermería en el proceso de duelo
Enfermería es la profesión sanitaria que se dedica al cuidado no solo del paciente, también de su entorno y de la
comunidad.
Como hemos explicado anteriormente el duelo es un proceso delicado y que requiere atención. Nos centramos en
cuidar al paciente y se nos olvida que detrás de este hay una familia con preocupaciones y sentimientos que se deben
analizar y tratar. El cuidador principal sufre como hemos comentado un proceso y debe ser atendido desde la
adquisición del rol hasta ser superado su duelo. Existe mucha bibliografía referente al síndrome del cuidador
Investigación en Salud y Envejecimiento. Volumen I
181
Cuidando al cuidador tras la pérdida
quemado y hay información en exceso de todas sus fases exceptuando la última parte que es cuando muere el familiar
o cuando es ingresado en una institución, dejando a este a su suerte.
Pero ¿cómo debería actuar enfermería en esta última fase?
Los pacientes con demencias son atendidos tanto en atención primaria, como en hospitalizada y residencias.
Enfermería cuenta con profesionales en dichos niveles de atención y deben establecer relación con los cuidadores
para analizar que el proceso de atención al enfermo está siendo correcto y atender al cuidador en todas las posibles
necesidades que pueda requerir. Si tenemos una buena relación con los familiares es mucho más sencillo captar sus
inquietudes y ser una fuente de apoyo para ellos (Rodríguez, García y Toledo, 2008).
Aunque la población a evaluar la tenemos muy identificada no acudimos a esta si no hay demanda por parte de
los cuidadores familiares. Hay una figura en atención primaria que es la enfermera de enlace que se encarga de la
atención holística de la población más susceptible y ella sería la encargada de hacer un seguimiento del duelo, pero si
el cuidador no es identificado por uno de los profesionales de los centros citados anteriormente, y comunicado a esta,
no puede ejecutar su labor (Rodríguez, García y Toledo, 2008).
Una vez captado el cuidador referente y el momento en el que empieza su duelo debemos hacer una valoración
en la que recojamos datos su estado de salud y necesidades alteradas relacionadas con el malestar causado por el
duelo. Si además se detectan signos y síntomas que den carácter patológico a este proceso debemos contar con la
presencia de otros profesionales como el médico, psicólogo y psiquiatra y tratar el duelo desde el trabajo en equipo.
Entre el plan de cuidados de enfermería y el de los otros profesionales iremos guiando a la persona para que
realice un duelo sin alteraciones y podamos finalizar nuestras actividades cuando este proceso haya sido superado.
Debemos tener en cuenta aquellos recursos de los que disponen los cuidadores, para poder paliar los sentimientos
del duelo. En primer lugar vamos hacer referencia a la eficacia de los grupos de apoyo, que sus objetivos son, darle a
la familia un hueco para hablar de sus problemas, afrontar las sensaciones que le abordan, desarrollan habilidades y
ayuda a prevenir problemas mayores y patológicos (Bermejo y Sánchez, 2007). Otro recurso seria acudir a un
especialista, en primer lugar al psicólogo, para hacer terapias individuales y más tarde si fuera necesario iría al
psiquiatra para administrar medicamentos que ayuden a superar esta etapa como las benzodiacepinas o
antidepresivos, entre otros (Martín, 2002).
En toda esta última fase hay que tener en cuenta que no todas las personas viven el duelo de la misma forma y no
por ello debe ser patológico. No entremos en confusión y acompañemos a cada cual, con una atención intima e
individualizada.
Conclusión
Después de una larga revisión bibliográfica y la ejecución del presente trabajo, la definición de duelo es algo
ambiguo que cada persona vive de manera muy diferente, aunque existan unas etapas claras por la que cada uno pasa.
En referencia a los cuidadores de personas con demencias este proceso les resulta más complicado, quizás por el
arraigo tan estrecho que le une con el paciente, les hace vivir este proceso de manera distinta, llegando a ser incluso
patológico, en la mayoría de los casos.
La enfermedad de Alzheimer, nos lleva a un cuidado total y holístico de la persona, por ello el cuidador debe
estar atento al enfermo las veinticuatro horas. Dado a que saben que el fin de ellos les conlleva a la muerte, también
les hace que el proceso sea más duro, y que estén continuamente con sentimientos de frustración, por ello se debe
enfocar esta etapa en centrarse más en vivir, en la vida y no estar centrados en la muerte.
Nos ha llamado la atención que el duelo es algo que afecta a todos los ámbitos del ser humano tanto a nivel tanto
físico, biológico, mental y social. Llegando a hacer de una persona que no sea dueño de su vida, dejándose arrastrar
por este dolor.
Hemos diferenciado los tipos de pérdidas que existen, ya que los cuidadores pasan por este proceso cuando el
familiar es institucionalizado, cuando pierde sus capacidades biopsicosociales o cuando este muere.
Cuando el familiar es institucionalizado debemos destacar la importancia del trabajo en equipo entre el cuidador
y los profesionales que acompañan al enfermo. Es erróneo pensar que le rol del cuidador desaparece, es obvio que
cambia la forma sustancial. Desde el ámbito de los profesionales de la residencia es muy importante la forma del trato
hacia los pacientes, ya que pueden tener consecuencias positivas a nivel físico y psicológico tanto para ellos como
para los profesionales. Lo ideal es intentar la integración con la familia en la institución, para así beneficiar al
paciente y al cuidador.
Desde el punto de vista de los profesionales de enfermería es muy importante el papel de la enfermera de enlace,
que es la que debe captar al cuidador de referencia de aquella persona fallecida. Se debe hacer una valoración integra,
en la que se recoge las datos de su salud y de las necesidades alteradas relacionadas con el duelo. También pueden
182
Investigación en Salud y Envejecimiento. Volumen I
Cuidando al cuidador tras la pérdida
intervenir otros profesionales sanitarios como médicos, psicólogos o psiquiatras, para ayudar a las personas a que
realicen un duelo normal, sin alteraciones.
En definitiva, no queremos dejar de mencionar, que este trabajo nos ha ayudado a ver el duelo desde una
perspectiva diferente, a saber identificar cuando debemos prestar nuestra atención a los familiares y no centrarnos tan
solo en el enfermo, ya que somos profesionales de la salud y este proceso también nos compite.
Referencias
Barrero, P., De la torre, O. y Pérez, M. (2012). Detección del duelo complicado. Psicooncología, 4(2), 355-368.
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