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20 de noviembre 2015
viernes, 19.30
SALA ITURBI
ABONO 5
Ketevan Kemoklidze
mezzosoprano
Carles Marín, piano
Coral Catedralicia
de Valencia
Orquesta
de Valencia
Cristóbal Soler
director
PROGRAMA
I
Serguéi Rachmáninov
(1873-1943)
Rapsodia sobre un tema de
Paganini, op. 43 (aprox. 22’)
Franz Listz
(1811-1886)
Danza macabra para piano y
orquesta, S. 126 (aprox. 16’)
II
Esta programación es susceptible de modificaciones
Serguéi Prokófiev
(1891-1953)
Alexander Nevski, cantata,
op. 68 (aprox. 40’)
Rusia bajo el yugo mongol
Canción sobre Alexander Nevski
Los Cruzados en Pskov
Levántate, pueblo ruso
La batalla en el hielo
El campo de la muerte
La entrada de Alexander en Pskov
Ketevan Kemoklidze, mezzosoprano
Carles Marín, piano
CORAL CATEDRALICIA DE VALENCIA
ORQUESTA DE VALENCIA
Cristóbal Soler, director
Orquesta de Valencia. Año LXXII, concierto nº 3283
Con la colaboración de
CRISTÓBAL SOLER
E
s Director Musical Titular del Teatro
Lírico Nacional de La Zarzuela y Director
Asociado de la Orquesta Sinfónica de
Navarra.
Finaliza los estudios superiores de
composición y dirección de orquesta, y
cursa el Máster en Dirección de Orquesta de la Universidad de
Múnich, obteniendo en ambos casos las máximas calificaciones.
Ha sido el director más joven en dirigir un concierto de abono
con la Orquesta de Valencia. Asimismo, ha sido director artístico
musical y fundador de la Orquesta Filarmónica de la Universidad
de Valencia, (1995-2010) con la que obtuvo el Primer Premio en
el Concurso Internacional de Jóvenes Orquestas Sinfónicas en
Viena en 1998.
Tras recibir una invitación oficial de Reiner Bischof, secretario
general de la Wiener Symphoniker, se traslada a vivir a Viena
como asistente durante dos temporadas, teniendo la oportunidad
de conocer al detalle la maestría de grandes directores como
N. Harnoncourt, W. Sawallisch, G. Prêtre, V. Fedoseyev o M.
Jansons, entre otros.
Además de cuidar su formación integral en Europa Central,
su figura como director de orquesta se consolida en España
dirigiendo algunas de las orquestas más representativas, así
como en Europa, destacando los diferentes conciertos con
la Orquesta de Cámara de Lausanne en el ciclo de abono
de la Victoria Hall de Ginebra y la Salle Metrópol de Lausana,
recibiendo siempre excelentes críticas que destacaban su
carisma y profundidad interpretativa, además de una precisa y
consolidada técnica de dirección.
Actualmente es presidente fundador de AESDO, Asociación
Española de Directores de Orquesta.
CORAL CATEDRALICIA DE VALENCIA
Luis Garrido, director
H
izo su presentación pública en la misma Catedral en 2002,
en la festividad de S. Vicente Mártir. La mayor parte de su repertorio son obras religiosas pertenecientes al fondo catedralicio. Cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Valencia,
así como de CulturArts Música de la Generalitat Valenciana. En
su labor de recuperación de la música valenciana destacan sus
grabaciones de obras de Ginés Pérez de la Parra, Juan Bautista
Comes o Juan Cabanilles.
Como formación sinfónico-coral, es habitual su colaboración con
la Orquesta de Valencia, dirigida por Yaron Traub así como por
otros directores como Rafael Frühbeck de Burgos, Miguel A.
Gómez-Martínez, Michel Plasoon, Christian Badea, Juan Luis
Martínez o Cristóbal Soler. Destacadas son sus actuaciones con
Europa Galante y bajo la batuta de Fabio Biondi de las óperas
Norma de Bellini y Anna Bolena de Donizetti.
Recientemente interpretó el Te Deum de Anton Bruckner con la
Orquesta de Valencia en la Catedral de Valencia bajo la dirección
de Yaron Traub. En febrero de 2016 interpretará la Fantasía
para piano, orquesta y coro de Beethoven bajo la dirección de
Rudolf Buchbinder en el Palau de la Música de Valencia.
Su director es Luis Garrido, director así mismo de la Escolanía
de Ntra. Sra. de los Desamparados de Valencia y de su coro
de antiguos escolanes, la Schola Gregoriana Laetentur. Es
presidente de la Asociación de Profesores Músicos de Sta.
Cecilia de Valencia.
Dirige la Coral Catedralicia en las solemnidades litúrgicas de la
propia Catedral el Rvdo. José Climent, prefecto de Música Sacra,
musicólogo y compositor.
KETEVAN KEMOKLIDZE
N
acida en Tbilisi (Georgia), obtuvo el título de Máster en el Conservatorio Nacional V. Sarajishvili con G. Kariauli. Galardonada con el Premio Especial del Teatro alla
Scala en la competición H.G. Belvedere, fue
admitida en la Academia del Teatro alla Scala
sin examen de admisión, ganando varios concursos internacionales
como el Operalia de Plácido Domingo.
Debutó en 2002 como Maddalena en Rigoletto, en Otello y como
protagonista en Amadigi. Aparece en las principales óperas del
mundo como Rosina (Il barbiere di Siviglia) en la Deutsche Oper
de Berlín, Théâtre du Capitole en Toulouse, Teatro Regio di Parma,
Teatro Massimo en Palermo, Ópera Nacional de Montpellier, Deutshe
Oper am Rhein, Teatro Municipal de Santiago, Ópera Municipal de
Marseille y Ópera Nacional de Washington. Debuta en el papel de
Cenerentola en la Ópera de Los Angeles. En 2015 interpretó el papel
de la reina Elisabetta en Maria Stuarda en el Teatr Wielki-Ópera
Nacional de Polonia. En 2014 debutó como Carmen en el New
National Theatre Tokyo y en el Teatro Mariinski. Ese mismo año hizo su
debut escandinavo como Isolier en Le comte Ory, en el Malmö Opera.
De sus actividades de conciertos cabe destacar Iván el Terrible
y Alexander Nevski de gira con la St. Petersburg Philharmonic
Orchestra dirigidos por Temirkanov en la Quincena Musical de San
Sebastián, Annecy Classic Festival, Sagra Musicale Malatestiana, y
Festival de Música MITO; Stabat Mater de Pergolesi con I Solisti Veneti
en la Basilica di San Marco en Venecia; el concierto “Plácido Domingo
y sus amigos georgianos” en Batumi, Pulcinella de Stravinski en el
Teatro alla Scala y Festival de A. B. Michelangeli en Brescia, y conciertos
en el Teatro alla Scala, Theatre Basel, Oper Leipzig y Ópera Estatal de
Tbilisi.
Su discografía incluye títulos como: Il barbiere di Siviglia, Romeo et
Juliette, Aids-Gala Berlin, Thais, Otello, El sueño de una noche de
verano y Salomé. En 2010 debutó como Adriana Ferrarese (Donna
Elvira) en la película “Io, Don Giovanni” de C. Saura.
CARLES MARÍN
T
ras ganar el premio de la Akademie Mozarteum de Salzburgo en 2008 al mejor pianista solista, debutó en el Salbzburger Festpielen, Grosser Saal del Mozarteum, Wiener
Saal, Concertgebauw de Amsterdam, Festival d’Echternatch-Luxembourg y Festival de Florencia. Recientemente lo ha hecho en el Festival del Mediterrani, cuyo
Director Artístico es Zubin Mehta.
Es ganador de más de treinta premios en concursos pianísticos,
siendo el único pianista español galardonado con el Primer Premio en
el Flame Competition, celebrado en la UNESCO de París (2003), Primer
Premio en el Scarlatti Competition (Universität Mozarteum Salzbourg,
2007), HSP Huygens Award (Amsterdam, 2007), Codarts Virtuoso
Prize (Rotterdam, 2007), Primer Premio Yamaha Foundation of Europe
(Madrid , 2002 ), Primer Premio José Roca (Valencia 1998) y Segundo
Premio en el Marsala Competition (Sicilia, 2006). También premiado
en los concursos de Panamá, Baltic de Polonia y Vianna da Motta
de Portugal, entre otros. Tras una destacada actuación en el Sydney
Piano Competition, fue invitado a realizar una gira por los principales
escenarios australianos en 2005.
Ha ofrecido recitales en diferentes auditorios internacionales, actuando
también como solista con importantes formaciones europeas, bajo
batutas como las de Omer Meir Wellber, Enrique García Asensio, Jordi
Bernácer, Joan Enric Lluna, Cristóbal Soler o Max Bragado, entre
otros. Su gira junto a los Solistas de la Orquesta de Cámara Reina
Sofía de Madrid por diferentes auditorios españoles y portugueses,
interpretando los dos conciertos de Chopin, ha sido muy elogiada por
la crítica y el público.
Recientemente ha interpretado el Primer concierto de Chaikovski
junto a la Orquesta de Córdoba y Lorenzo Ramos, dentro del Festival
Internacional de Piano “Rafael Orozco”. En 2016 saldrá al mercado su
último CD, “ Fire Music For Piano Solo”, grabado para el Sello KPMusic.
Desde 2009 imparte el Curso Anual de Piano de la Universidad de
Valencia.
NOTAS AL PROGRAMA
La historia de la música está llena de grandes compositores que
en su tiempo fueron conocidos, principalmente, como virtuosos.
De entre esta clase de artistas, hoy tenemos tres de los más
insignes ejemplos: Liszt, Rachmáninov y Prokófiev. Los tres
llevaron adelante una importante carrera como pianistas, aunque
su lugar en la historia se lo hayan ganado con su trabajo como
compositores.
La primera parte del programa ofrece dos obras conceptualmente
muy cercanas. Ambas son piezas que tienen mucho de
virtuosismo por parte del piano y ambas están construidas sobre
un material melódico prestado. Además, comparten la presencia
del tema del Dies Irae. Se trata una melodía que proviene del siglo
XIII y que ha sido utilizada por infinidad de compositores. En este
caso se utiliza en dos obras de carácter claramente virtuosístico
que hace pensar en la relación entre el virtuosismo y lo diabólico
que a menudo han ido a la par; por ejemplo, a Paganini se le
conocía como el violinista diabólico; y es que históricamente se
ha visto en los grandes virtuosos algo de diabólico y el Dies Irae
capta algo de esa idea más, si cabe, en el caso de la obra de
Liszt, si atendemos al título de Danza macabra.
Liszt siguió precisamente el modelo de Paganini como solista y
en las primeras décadas recorrió el mundo como gran virtuoso
(incluyendo Valencia el 27 de marzo de 1845). Buena parte
de su obra de esa época tiene temática que nos recuerda al
diablo como los valses de Mephisto, o más tarde sus sinfonías
Faust o Dante. La Danza macabra que nos ocupa data de
1865 y es su última obra concertante, aunque recuerda mucho
a sus conciertos para piano, escritos años antes y en los que
el virtuosismo está también en primer plano; de hecho está
dedicada a un gran virtuoso (y alumno suyo), Hans von Bülow al
que hoy en día se recuerda como director, pero fue uno de los
mejores pianistas de su tiempo.
La obra está titulada como paráfrasis, que es la forma en la
que Liszt se refería al tema y variaciones que utilizó en un buen
número de piezas para piano solo que interpretaba en sus
conciertos. En este caso es una serie de seis variaciones que
incluye una larga cadencia entre la IV y la V opcional. En esta
obra Liszt emplea su estilo personal en sus obras virtuosísticas
con una escritura pianística que parece recrear la improvisación
de la que él mismo solía hacer gala. Destaca el carácter rítmico
y percutivo de la obra, tanto en la orquesta como en el piano,
que vemos ya en el inicio o también en el pasaje col legno de
la VI variación, por lo que a menudo se ha relacionado esta
obra con Bartók. Por lo demás, es una pieza para deleitarse
con el espectacular pianismo de Liszt y dejarse seducir por su
imaginación en el campo de la variación.
Otro célebre pianista y compositor fue Serguéi Rachmáninov;
su valía como pianista le permitió llevar adelante una carrera
importante en Estados Unidos cuando decidió abandonar Rusia
tras la revolución. La Rapsodia sobre un tema de Paganini
data de 1934 y, al igual que la Danza macabra, es la última de
las obras concertantes del autor, quien escribió además cuatro
conciertos. La estructura es también la del tema y variaciones,
aunque el autor la titule rapsodia. Puede que se deba a que no
solo utiliza el tema de Paganini, sino también el del Dies Irae
que aparece en la VII, X y XXIV, en ese sentido sí tiene algo
de rapsódico. Rachmáninov toma el tema del capricho 24 de
Paganini (que ya había sido usado por Brahms) que, por cierto,
también es un tema con variaciones. Ese número 24 es el
que parece marcar también la serie de variaciones de la obra
de Rachmáninov, un número que ni en uno y ni el otro tiene el
sentido de ciclo tonal del clave de Bach.
Uno de los aspectos más originales de la obra de Rachmáninov
es que rompe el orden tradicional y el tema no se escucha
al inicio, en realidad lo que se escucha es la primera de las
variaciones, antes de que los violines (recordando al violín del
capricho original) expongan el tema acompañados por el piano.
A partir de ahí se inicia una serie de variaciones todas, en cuanto
a tempo, partiendo del Allegro vivace original inicia una sucesión
casi frenética. No es hasta el Moderato de la décima cuando
Rachmáninov da un respiro al público y los intérpretes.
El corazón expresivo de la obra es la XVIII con ese cantabile en
re bemol, en el que Rachmáninov construye desde la inspiración,
muy remota aquí, del tema original, uno de sus melodías más
justificadamente célebres. Ese clíma lírico se rompe con el
vivace de la XIX en el que se vuelve al clima virtuosístico de la
primera serie de variaciones. Las dos últimas variaciones están
precedidas por sendas breves cadencias y la última consiste
casi en una coda en la que se vuelve a escuchar contundente el
tema del Dies Irae y que contrasta con la timidez con la que se
cierra la obra con ese piano final sobre el pizzicato de la cuerda.
Una reacción parecida a la de Rachmáninov tuvo Prokófiev
respecto a los acontecimientos de 1917. Al igual que su colega,
vivió en Occidente donde llevó adelante una importante carrera
como pianista, sin embargo, sí que se decidió a volver a Rusia
(URSS) en 1936 donde pasó el resto de su vida. Como diría
Shostakóvich más tarde “terminó siendo el pollo en la sopa” (en
declaraciones a él atribuidas en Testimony de Volkov Limelight
Editions, New York, 2004 p. 34), pues terminó sufriendo la
presión del totalitarismo de Stalin: en 1948 su música fue
condenada por “formalista” y su mujer encerrada en un Gulag.
Pero su llegada en 1936 había sido recibida como un acto
de normalidad y nadie podía imaginar ese triste final. En ese
momento, el compositor se intentó integrar en el que era su país
y una de las vías fue su trabajo para el cine.
En aquel entonces, Serguéi Eisenstein era el gran cineasta
soviético, aunque debido a su estancia en Estados Unidos,
estaba sufriendo cierta presión por parte del estalinismo,
agudizada tras la censura de su película “El prado de Bezhin”;
en ese sentido, Alexander Nevski supuso una especie de
rehabilitación, pues llegó incluso a ganar el premio Stalin con
ella en 1938. Eisenstein tomó como temática la historia del líder
ruso del siglo XIII que venció a los germanos; por cierto que tal
elección no era insensible a la realidad política del momento y
la creciente amenaza alemana. Para la música eligió al recién
llegado Prokófiev quien trabajó durante los dos años que duró el
rodaje codo con codo con el director; el resultado es uno de los
mejores trabajos musicales de la historia del cine.
En 1939, el compositor utilizó la música de la película para
escribir la cantata que hoy escucharemos; en ella agrupa los
23 movimientos originales en 7 que siguen el programa de la
película. La cantata está construida sobre la oposición de dos
tipos de canto, que representan cada uno a las fuerzas que
se enfrentaron en la famosa batalla sobre el hielo: por un lado
los rusos y por otro los caballeros teutones. El canto de los
rusos tiene un fuerte sabor local y Prokófiev usa un lenguaje
melódico que recuerda al del nacionalismo ruso. Por otro lado,
los cruzados, que representan a los caballeros teutones que
invadieron Rusia y cuyo canto parece evocar la música religiosa
católica.
Los dos ejércitos se enfrentan en la famosa batalla sobre el
hielo. En este número, el más amplio se encuentra al Prokófiev
más inspirado que escribe casi un poema sinfónico: desde la
introducción que parece describir el hielo con ese trémolo y los
arcos sul ponticello, o el Allegro moderato que le sigue con el
comienza la batalla con un ostinato en do sostenido menor que
recuerda al Prokófiev más rompedor; tras el fragor de la batalla
en el que se puede escuchar el canto de ambas fuerzas, cierra la
página con una delicada sección en re bemol, solo con las cuerdas
divididas, creando una cristalina textura apenas adulterada con la
flauta y el fagot. La aparición de la mezzo se reserva para el canto
de los muertos, es la única parte de una voz solista lo que enfatiza
su carácter íntimo, antes del triunfal final que recrea la entrada de
las fuerzas rusas en la reconquistada Pskov.
César Rus
ORQUESTA DE VALENCIA
Director Titular y Artístico:
Director Honorario Perpetuo:
Director Principal Invitado:
Yaron Traub
José Iturbi
Enrique García Asensio
Presidenta del Palau de la Música: Glòria Tello Company
Subdirector de Música:
Manuel Muñoz
Concertinos
Anabel Garcia del Castillo
Enrique Palomares Chofre
Violines primeros
Vladimir Katzarov
Esther Vidal Martí
Solistas
Pablo Rámis Pérez
Jean-Sébastien Simonet
Ayudas de Solista
Raúl Arias López
Ana Gómez Sánchez
Vicenta Lluna Llorens
Elena Martínez Piñero
Jordi Mataix Ferrer
Gerardo Navarro Hordán
Luis Osca Pons
Manuel Segarra Martínez
Salvador Solanes Juan
Vicent Torres Ribes
Violines segundos
Casandra Didu
Juan Carlos García Carot
Solistas
Marta Bazantova
José Carlos Alborch Mahiques
Ayuda de Solista
Jenny Guerra Méndez
Pilar Mor Caballero
Carmina Morellá Giménez
Julio Pino Pozo
Antonio Ruiz Navarro
Violas
Miguel A. Balaguer Doménech
Santiago Cantó Durá
Solistas
José M. León Alcocer
Pilar Marín Peyrolón
Ayuda de Solista
Traian Ionescu
Isabel López Ribera
Pilar Parreño Villalba
Eloïse Pinon Larraz
Víctor Portolés Alamá
Clotilde Villanueva Vallés
Violonchelos
Iván Balaguer Zarzo
Mariano García Muñoz
Solistas
David Forés Veses
M.ª José Santapau Calvo
Ayuda de Solista
Sonia Beltrán Cubel
Carmen Cotanda Lafuente
Mª Luisa Llopis Benlloch
María Martí Aguilar
Rasvan Neculai Burdin
Miguel Soriano Montesinos
Contrabajos
Francisco Catalá Bertomeu
Javier Sapiña García
Solistas
Jesús Romero Redondo
Ayudas de Solista
David Albelda Juan
José Juan Álvaro Corell
Julio Joaquín Hernández Montero
José Portolés Alamá
Francisco Roche Raga
Flautas
Salvador Martínez Tos
M.ª Dolores Vivó Zafra
Solistas
Anna Fazekas
Ayuda de Solista
M.ª Teresa Barona Royo
Flautín-Solista
Antonio Benlloch Vázquez
Eduardo Bravo Vallés
Juan Ramón Gassó Biosca
Ayudas de Solista
Trompetas
Francisco J. Barberá Cebolla
Juan Bautista Fons
Solistas
Francisco Marí Cabo
Ayudas de Solista
Trombones
Julio Ibáñez Rodilla
Ayuda de Solista
Salvador Pellicer Falcó
Trombón bajo Solista
Tuba
David Llácer Sirerol
Solista
Arpas
Luisa Domingo Sanz
Solista
Timbal
Javier Eguillor Valera
Solista
Oboes
José Teruel Dominguez
Roberto Turlo Bernau
Solistas
Percusión
Luis Osca Gonzálvez
Solista
Gracia Calatayud España
Ayuda de Solista
Josep Furió Tendero
Ayuda de Solista
Juan Bautista Muñoz Gea
Oboe-Corno inglés Solista
Clarinetes
Enrique Artiga Francés
José Vicente Herrera Romero
Solistas
Vicent Alós Aguado
Clarinete-Requinto Solista
David Martínez Doménech
Clarinete bajo Solista
Fagotes
Juan Enrique Sapiña Riera
Solistas
Pascual Sancho Sebastiá
Ayuda de Solista
Trompas
Santiago Plá Sánchez
María Rubio Navarro
Solistas
Asistente Director: Berta Esparza
Inspector: Vicent Ros Peydro
Coordinador: Miguel Ángel Valiente Cuenca
Archivo-Documentación: Enrique E. Monfort
Sánchez
Producción Musical: Blanca Jover Peñalba
Regidor: Salvador Carbó Sisternes
Montadores:
Enrique Daud Sanchís
David Morales Gascó
Eugenio Murgui Payá