GOLPE DE ESTADO: LAS VÍCTIMAS EN EL CHOAPA

 GOLPEDEESTADO:
LASVÍCTIMASEN
ELCHOAPA
FUERON DECENAS LOS JERARCAS DE LA UP Y LOS MÁXIMOS DIRIGENTES DE LOS
PARTIDOS DE IZQUIERDA QUE HUYERON TRAS SER DERROTADOS MILITAR E
IDEOLÓGICAMENTE A PARTIR DEL 11 DE SEPTIEMBRE DE 1973, DEJANDO A AQUELLOS
TRABAJADORES QUE CREYERON EN EL PROYECTO FALLIDO DE SALVADOR ALLENDE A
MERCED DE LAS HORDAS DE UNIFORMADOS CRIMINALES. EN EL CHOAPA TAL ORFANDAD
SE HIZO PATENTE DE FORMA ABRUMADORA
PATRICIO NAZER, escritor y periodista DIARIO ELECTRÓNICO DAVIDNOTICIAS.CL LOS VILOS, REGIÓN DE COQUIMBO, CHILE (2015) Reportaje Exclusivo DIARIO ELECTRÓNICO DAVID NOTICIAS
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compila y escribe
periodista y escritor
PATRICIO NAZER,
GOLPE DE ESTADO:
LAS VÍCTIMAS EN EL CHOAPA
FUERON DECENAS LOS JERARCAS DE LA UP Y LOS MÁXIMOS DIRIGENTES DE LOS PARTIDOS DE
IZQUIERDA QUE HUYERON TRAS SER DERROTADOS MILITAR E IDEOLÓGICAMENTE A PARTIR DEL 11 DE
SEPTIEMBRE DE 1973, DEJANDO A AQUELLOS TRABAJADORES QUE CREYERON EN EL PROYECTO
FALLIDO DE SALVADOR ALLENDE A MERCED DE LAS HORDAS DE UNIFORMADOS CRIMINALES. EN EL
CHOAPA TAL ORFANDAD SE HIZO PATENTE DE FORMA ABRUMADORA.
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PARAEL11DESEPTIEMBREDE1973LAAPLICACIÓNPORPARTE
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ELECCIÓNPRESIDENCIALCONSÓLO39.338VOTOSMÁSQUE
JORGEALESSANDRI.
OSEPH CONRAD FUE
un novelista inglés de origen polaco, que vivió entre los años 1857 y 1924. Es considerado como uno de los grandes escritores modernos en lengua inglesa, cuya obra explora la vulnerabilidad y la inestabilidad moral del ser humano. Una de las novelas más conocidas de Conrad es Lord Jim (1900), en la que se adentra en el concepto del honor a través de las acciones y sentimientos de un hombre que pasa la vida intentando expiar su cobardía durante un naufragio ocurrido en su juventud. Iba al mando de una enorme embarcación que transportaba a cientos de personas, cuando se percata que comienza a hundirse; inmediatamente ordena que le apertrechen CONRAD
un bote, y junto a unos cuantos marineros se hace a la mar, abandonando la nave que tenía bajo su responsabilidad, incluido el cargamento humano. Sin embargo, al momento de alcanzar tierra, tras varias jornadas de viaje, se entera, con sorpresa, que el barco no está hundido y, aunque con dificultad, había tocado puerto; con lo sucedido, quedaba al desnudo su conducta cobarde al igual que la de su tripulación. I: LA SEDICIÓN DEL MAYONESO LORD JIM ME TRAE a la memoria el Golpe de Estado, perpetrado en 1973 por las Fuerzas Armadas y Carabineros. Cuando en la madrugada del 28 de septiembre de 1973 Carabineros de Illapel —obedeciendo órdenes emanadas no de Illapel sino de la Prefectura de La Serena—, ALTAMIRANO
transportaban detenidos al intelectual Ángel Toledo Carvajal (Antolec) y al profesor Alfonso Zelada, para dejarles bajo la jurisdicción del teniente general del Regimiento Infantería Arica Ariosto Lapostol Orrego, hacía una semana que el ex senador y ex secretario general del Partido Socialista Carlos Altamirano, apodado el Mayoneso, estaba en Cuba, luego de haber huido en una 2
embarcación de esa nacionalidad, desde el puerto de Valparaíso. Días antes en el Estadio Chile, precisamente el 9 de dicho mes, Carlos Altamirano había pronunciado un discurso que rayó en el delirium tremens, muy propio de una figura simbólica de la apología revolucionaria en Chile. Desafiante y gesticulando con sus manos y rostro, hizo virtualmente un llamado a la sublevación de la Marina, porque, según su convencimiento, los que detentaban los rangos inferiores en la armada y que eran parte del pueblo, no podían seguir amparando a la oligarquía y a la clase patronal. Agregó que “Chile se transformará en un nuevo Vietnam heroico si la sedición pretende enseñorearse de nuestro país”. Una pesadilla. Durante su viaje por alta mar la Bestia Negra, como también se le apodaba, ni siquiera se enteró que el 15 de septiembre había JARA
sido fusilado el cantante folclórico Víctor Jara, luego que sus manos fueran literalmente trituradas a culatazos; hecho acontecido en el mismo Estadio Chile donde él protagonizara el discurso que, según los historiadores, adelantó el golpe militar. Pero a su llegada a la isla igualmente fue recibido por Fidel Castro con honores de dignatario. Durante su larga estada en el Chile de la UP Castro se había dedicado a promover y atizar las diferencias de un pueblo; el barbudo líder convenció, haciendo gala de su verborrea revolucionaria, a muchos jóvenes chilenos para que se integraran a sus escuelas de guerrillas, y así poder instruirlos en el arte de matar. Claro que Carlos Altamirano no pensaba asentarse en esa isla caribeña ni en nada que se le pareciera; muy pronto partiría a Paris, ciudad francesa en donde se dedicaría a escribir y a extirpar sus pecados políticos. Mucho más atrás en el tiempo, en alguna cafetería santiaguina, Altamirano había sido presentado en sociedad a otros intelectuales criollos, nada menos que por Pablo Neruda, quien solía comentar que ese talentoso y joven abogado tenía reservado un lugar en la historia. No se equivocaba. Altamirano, al escapar, se estaba anticipando al Decreto ANTOLEC
Ley 77, del 8 de octubre de 1973, que proscribe los partidos integrantes de la Unidad Popular, y también al Decreto Ley 78, del 26 de noviembre de 1973, que prohibe al partido federado, es decir a la Unidad Popular. Después del golpe civil‐militar el Comité Político de la UP siguió existiendo en el extranjero, pero de modo simbólico ya que cada partido perseguía su propia estrategia para oponerse al Régimen Militar, aunque existía un Secretariado Ejecutivo Oficial en la República Democrática de Alemania, encabezado por Clodomiro Almeyda. En el año 1979 entra en franca crisis por efecto del fraccionamiento del PS, para desaparecer definitivamente en 1981. 3
II: SÁLVESE QUIEN PUEDA CUANDO EL 26 DE FEBRERO DE 1974 el dibujante y poeta Antolec —quien supo en carne propia que la palabra dolor no tiene nada que ver con el dolor—, muere en su cautiverio militar tras haber sido torturado hasta provocarle un debilitamiento que su organismo no pudo soportar, en Santiago eran cientos los políticos que todavía intentaban abandonar el país a través de embajadas y consulados, saltando los murallones de esos refugios diplomáticos para salvarse ellos y sus familias. Desde el golpe eran miles los izquierdistas que habían pedido asilo político. Sin importarles, ni remotamente, que por culpa de sus discursos incendiarios y populistas —mediante los cuales notificaban a medio mundo que estaban armados para combatir a los momios—, a la postre causarían dolores y humillaciones innecesarios a los miles de indefensos chilenos que terminaron siendo perseguidos de manera inhumana. Aquellos voluntaristas que creyeron en la revolución que le vendían esos líderes, y que en los pueblos y villorrios públicamente ellos mismos se hacían eco de esas posturas rupturistas, fueron presa fácil de los uniformados que guiados por los delatores civiles procedían a perpetrar los horrores. Ninguno de ellos estuvo a la altura de su compañero Presidente, quien, luego de rechazar de plano el avión que le ofrecía la junta militar para salir del país con a su familia, no dudó en luchar armado hasta morir acribillado para dar un ejemplo de consecuencia y entereza (VER: La historia jamás contada sobre la muerte de Salvador Allende, cuyo
enlace es: http://www.davidnoticias.cl/?p=37074) Su último discurso, que improvisó por teléfono desde el Palacio de La Moneda a la Radio Magallanes, es una pieza de antología existencial: ”Pagaré con mi vida la lealtad del pueblo (…) Viva Chile, viva el pueblo, vivan los trabajadores. Tengo la certeza de que mi sacrificio no será en vano y que se castigará la felonía y la cobardía”. La cobardía asumida por ambos bandos en conflicto, ciertamente. III: Y CONTINÚAN ESCAPANDO DOS DÉCADAS DESPUÉS que Bernardo Pata Cachúa Cortés fuera ejecutado en la ciudad de La Serena y el ex alcalde de Illapel Alfonso Astudillo recibiera el castigo del exilio, cuando no sólo había retornado la democracia sino que también se apreciaba el regreso de los discursos incendiarios y belicosos, precisamente en ese contexto fue que el Palacio de La Moneda quedó vacío. Ocurrió durante el ejercicio de enlace en diciembre de 1990 y luego, en mayo de 1993, para el boinazo, ordenado por el general Augusto ASTUDILLO
Pinochet Ugarte, acciones de presión que fueron percibidas claramente como amenazas golpistas, a través de las cuales el ex dictador mostró su total vigencia al gobierno y a la justicia. El denominado boinazo, para quienes lo han olvidado, consistió en los soldados camuflados y fuertemente armados que montaron guardia en los alrededores de La Moneda y del edificio de las FF.AA. mientras el Presidente 4
Patricio Aylwin se encontraba fuera del país, y se interpretó como una demostración de repudio de parte del Ejército a los juicios de derechos humanos en proceso y ante una posible instancia de investigación de supuestos manejos fraudulentos entre el hijo mayor de Pinochet y el mismo Ejército. Fue así que la mayoría de los líderes retornados de izquierda esas noches inciertas no durmieron en sus casas, y no se sintieron a salvo hasta estar guarecido en algún hotel o domicilio clandestino, incluso algunos lo hicieron en embajadas. Los voluntaristas, en cambio, asiduos a bares o ligas deportivas de pueblos olvidados, que también exigían justicia para los detenidos desaparecidos y el encarcelamiento de Manuel Mamo Contreras, de nuevo no supieron de la conducta abyecta de sus líderes, y esas noches durmieron plácidamente en sus casas, total ya había vuelto la democracia. El presidente Patricio Aylwin, a su regreso al país, hizo pública su vergüenza por la estampida de los políticos de izquierda. IV: LOS VALIENTES DC Y EL CARDENAL SILVA LA NOCHE DEL LUNES 12 de ALA NORTE DE LA PRELATURA NULLIUS
noviembre de 1973 —exactamente el mismo día en que Antolec, ante sus derechos cercenados, le manifestó por escrito su inocencia a Ariosto Lapostol Orrego, teniente general del Regimiento Infantería Arica de La Serena y jefe de plaza provincia de Coquimbo y departamentos de Huasco y Freirina— se llevaba a cabo una reunión ultra secreta al interior de la Prelatura Nullius de Illapel, fundada en 1961. Para no llamar la atención, se había dispuesto una pequeña oficina en el ala norte de la edificación. Participaba el anfitrión obispo de la congregación franciscana, monseñor Polidoro Van Vlierberghe, junto a sus invitados el comisario y jefe de plaza del departamento de Illapel Guillermo Poblete Reveco, y cuatro democratacristianos: el presidente de la Cámara de Comercio de Illapel Emilio Nazer Herrera, el abogado Raúl Salamanca Jorquera, el ex senador Alejandro Noemi Huerta y el ex diputado Arturo POLIDORO
Valdés Phillips. En el encuentro, que fue muy difícil de concretar, se abordaron dos temas candentes. El primero, estaba referido a la excesiva brusquedad en los procedimientos que llevaban a cabo los capitanes de Carabineros Carlos Rapaz y Domingo Zavaleta; y el segundo, consistía en tratar la situación que estaban viviendo en el Regimiento Infantería Arica los illapelinos Alfonso Astudillo, Ángel Toledo y Alfonso Zelada, entre otros. 5
NOEMI
Noemi y Valdés provenían de la vertiente falangista, precedente histórico del Partido Demócrata Cristiano, y ahora estaban movilizados debido a la inusitada violencia imperante tras el golpe militar y que les parecía inaceptable. Años después, en los inicios de la década de los años 80, Arturo Valdés arribaría hasta Illapel en su fiel Citrola año 1962, para presentar a un joven empresario transportista de Ovalle y que había destacado como seleccionado nacional de rugby; se trataba de Jorge Pizarro, que llegaría a ser un reconocido luchador por el respeto de los derechos humanos y destacado senador hasta verse envuelto, en 2015, en el caso de corrupción Soquimich —empresa de propiedad del ex yerno de Augusto Pinochet—, que se presentaba ante la opinión pública como un asunto escandaloso relacionado con el financiamiento ilegal de campañas políticas. Pero en ese momento Arturo Valdés estaba acudiendo a la convocatoria que el Cardenal Raúl Silva Henríquez había formulado a todos los ex parlamentarios cristianos, a objeto de facilitar los procedimientos de defensa penal en cada uno de los pueblos que estuvieran siendo conculcados los derechos. Ya había recorrido con el abogado Raúl Salamanca y su amigo Alejandro Noemi las ciudades de Coquimbo y Ovalle y al día siguiente, tenían programada en la capital una reunión con el Cardenal, en su residencia de avenida Simón Bolívar, en la comuna de Ñuñoa (Raúl Silva Henríquez, en 1978, recibiría de parte de la ONU el Premio Derechos Humanos). Tras dos horas de tenso debate, se toma la decisión de sugerirle formalmente al comisario Poblete que les exigiera a LAPOSTOL ORREGO
sus oficiales y subalternos un comportamiento más acorde con la postura que él mismo estaba asumiendo; el mayor se allanó de inmediato. Y se le propuso al abogado Raúl Salamanca que se hiciera cargo de la defensa de los presos políticos illapelinos que estaban bajo la jurisdicción del general de ejército Ariosto Lapostol Orrego y que corrían el riesgo de ser ejecutados, en cualquier momento; el jurista aceptó, con una condición: que ninguno de los presentes mencionara su nombre a los familiares de los detenidos, para que ellos en su natural afán de ayudar no entorpecieran su delicada labor. Emilio Nazer fue designado para que entregara diariamente información al obispado, relacionada con las detenciones que se fueran produciendo en el departamento de Illapel. Hoy sabemos que toda esa vital información fue traspasada a Nazer por su compadre, el comisario Guillermo Poblete Reveco, evitándose de esa forma muchas muertes. Los concurrentes a esa histórica cita sellaron los acuerdos con un apretón de mano; e incluso monseñor Polidoro, que era de nacionalidad belga, abrazó fuertemente a cada uno, agradeciendo la preocupación que demostraban por la situación de las personas que estaban padeciendo persecuciones. Los ex parlamentarios y el abogado, de paso por Illapel, salieron de la ciudad de inmediato, en un automóvil color beige marca Dodge Dart, que mantuvo durante todo el trayecto las luces interiores encendidas. En su interior las personas portaban un salvoconducto, proporcionado por el mayor Poblete, para poder trasladarse hasta la capital durante la vigencia del toque de queda. 6
V: ANTEPONIÉNDOSE AL PELIGRO EL JEFE DE PLAZA Guillermo Poblete ya estaba acostado pero atento cuando fue interrumpido por el llamado desde la guardia. Le DESFILE OFICIAL, 1973
notificaban que la tenencia de Los Vilos, ubicada entonces muy cerca de la entrada al balneario y a la vera poniente de la carretera panamericana, recién había visto pasar el móvil, sin novedad, pasadas las tres y media. La noticia tranquilizaba al uniformado, aunque su mente estaba puesta en la reunión que sostendría en algunas horas más con sus capitanes Carlos Rapaz y Domingo Zabaleta, los oficiales duros del golpe militar en el Choapa. EDUARDO FREI, FRESIA VILCHES, EMILIO NAZER Y ARTURO VALDÉS
En esa jornada que ya finalizaba, el pueblo de Illapel junto al primer alcalde en dictadura, el rubio democratacristiano Mario Romano, habían conmemorado el 219no aniversario de la fundación de Illapel, no pudiendo el comisario eludir su asistencia al desfile oficial. Sobre la techumbre del edificio de la 4ta Comisaría de Carabineros había dispuesto dos tiradores especializados, para que desde la altura protegieran el desarrollo del acto celebratorio. Es que así lo ameritaba el descubrimiento de dos pequeños arsenales, durante allanamientos a dos poblaciones. Sin embargo lo que más le alteró el ánimo a Poblete durante el transcurso del día fue la llegada a primera hora, transportados en un inmenso furgón color verde institucional, de un grupo de oficiales que venía con instrucciones top secret del Alto Mando, y cuya principalísima misión era acondicionar en la Comisaría una sala para la aplicación selectiva de corriente, colgamientos, simulacro de fusilamientos, ruleta rusa, posiciones forzadas, con el objeto de obtener información de los detenidos. Durante meses los recién arribados habían recibido instrucciones en alguna ciudad de Brasil y logrado especializarse en métodos de tortura. Lo peor era que los subalternos del comisario se habían manifestado ansiosos durante la charla en que se les enseña cómo utilizar el instrumental y sobre 7
todo, la parrilla. Poblete estaba consciente que de oponerse explícitamente a las instrucciones emanadas de tan alta instancia, le significaría su destitución COMISARÍA DE CARABINEROS DE ILLAPEL
inmediata y tener que enfrentar una Corte Marcial. Sin embargo, tenía la férrea decisión de no avalar jamás alguna forma de tortura, y de hecho en todo ese periodo nunca habría dado una orden en ese sentido, lo que no significa que no existiera un abuso manifiesto por parte de sus subalternos, que, al parecer, mantenían una suerte de vendetta personal con la gente de izquierda, a quienes traspasaban su resabio que acumulaba violencia y prejuicios. El mayor se indignaba cuando veía llegar a los detenidos amarrados, descalzos y tirados como animales. Recordaba nítidamente la orden emanada de la prefectura de La Serena, durante una reunión de jefes de plaza de la provincia de Coquimbo: se debía castigar públicamente a los detenidos, a través de la vejación y humillaciones, de manera de infundir miedo a la población, en forma profunda y duradera; el poder represivo debía hacer sentir a la gente su vulnerabilidad extrema, y por lo tanto inhibirla de cualquier intento opositor al nuevo régimen. Esa noche, pese al cansancio, Guillermo Poblete no pudo conciliar el sueño, quizá porque tenía el convencimiento que cada vez sería más difícil ocultar su accionar a favor de los perseguidos. No se equivocaba: su carrera dentro de la Institución llegaría sólo hasta el grado de coronel, con destinaciones en Valparaíso y Santiago, en donde sólo ejercería funciones administrativas. Pasando a retiro en CAPITÁN POBLETE Y PATRICIO NAZER, 1964
1980, se dedicó largo tiempo a formar nuevos oficiales, transformándose en Antofagasta en el primer instructor en enseñar, en sus cursos al interior de Carabineros, el respeto a los derechos humanos. Hoy su máximo orgullo es haber logrado en la época del golpe militar evitarle dolor a cientos de personas, controlar en la medida de lo posible a sus subalternos y haber cooperado desprendidamente con la iglesia Católica en su defensa de las personas abusadas. En la playa de Pichidangui, tendido en la arena junto a sus nietos y bajo un amplio quitasol, me expresó hace ya algunos años: ”Si hubiera renunciado, no habría podido servirle de nada a los cientos de illapelinos que eran denunciados en La Serena, la mayoría de las veces, por los mismos illapelinos, salamanquinos o vileños. No habría podido evitar muertes y torturas. Todo apuntaba a que la Comisaría de Illapel se convirtiera en un centro de tortura, y eso yo lo evité a 8
riesgo de mi propia vida y la de mi familia. Por esa razón me quedé adentro de la institución, para ayudar, si bien habría sido más fácil huir, renunciando. Cuéntelo, Patricio, cuando llegue el momento y la gente esté preparada para escuchar la verdad, y las odiosidades sólo sean parte del pasado”. El viernes siguiente, al llegar a La Serena desde Santiago, el abogado Raúl Salamanca entró de inmediato en contacto con el circuito clandestino que ya ZELADA
estaba en operación para defender a las personas que veían transgredidos sus más elementales derechos, y que más tarde se transformaría en el Comité Pro Paz (1974) y luego, en La Vicaría de la Solidaridad (1976), bajo el valiente alero de la iglesia Católica. ‘CHARRUSCO’ VILLALÓN
En la Corte de Apelaciones de esa ciudad el abogado Salamanca presenta un escrito, a través del cual impetraba sendos recursos de amparo a favor de los illapelinos Ángel Toledo, Alfonso Zelada, Alfonso Astudillo, Jorge Villalón, Alberto Palacios y Tiburcio Astudillo; los dos últimos habían sido detenidos juntos el 20 de septiembre de 1973 y estuvieron seis meses en la cárcel de La Serena, luego de lo cual, el 20 de marzo del año siguiente, el tribunal militar, en consejo de guerra, les condenó a dos años de relegación por infracción a la ley 17.798, artículo 90: Alberto en Tocopilla, y Tiburcio en Santa Cruz. ALBERTO PALACIOS,
ILLAPELINO QUE MURIÓ
El folclorista illapelino Jorge Charrusco Villalón, que EN EL EXILIO Y QUE HABÍA
TRABAJADO
en la actualidad vive en Colombia y es académico en la CON EL CANDIDATO
Universidad del Norte, ubicada en Barranquilla, me ALLENDE, EN 1964
señaló hace algunos años “que no importa si la lucha (revolucionaria) tuvo o no resultados, como tampoco importa si hubo equivocaciones al analizar lo que ocurría, o si fuimos consecuentes o no con nuestros discursos. Lo que importa es recordar a (aquel) hombre (de los incipientes años setenta) enfrentado a una realidad en su afán de producir una transformación social que nos parecía y aún es necesaria”. Como para reflexionar. Si bien los recursos fueron rechazados de plano por los ministros —como en miles de casos en que el poder ANTOLEC
judicial abjuró de sus facultades para administrar justicia—, se logra en el alegato revocar la incomunicación que pesaba sobre ellos, y un sacerdote pudo visitarles a partir de ese instante al menos una vez por semana, para proporcionarles ropa, sábanas, artículos de baño y apoyo espiritual; también los prisioneros pudieron por primera vez a través de cartas, que sacaba ocultas el religioso, comunicarse con sus familiares. La única condición era que en esas misivas, ellos no revelaran la participación de la iglesia Católica ni de los políticos DC. 9
VI: EL EJECUTADO POR LA CARAVANA DE LA MUERTE SEGÚN LA VERSIÓN DE MARIO ROMANO, el primer alcalde de Illapel en dictadura, <<de la presencia de la Caravana de la Muerte lo supe sólo de oídas, por alguien que me alertó y, cuando quise averiguar y saber en qué andaban, ésta ya se había ido de La Serena. Recuerdo a un señor comunista de Caimanes, Manuel Marcarian, que posteriormente sería fusilado en La Serena por indicación expresa del general Sergio Arellano Stark, y que aparece mencionado en la edición del diario EL DÍA del 17 de octubre de 1973. Además, me aconsejaron que tratara de no indagar más, ‘en beneficio de mi salud’. Yo sólo tuve contactos con familiares de los detenidos; pero cuando éstos fueron a mi ROMANO
ROMANO
oficina de la alcaldía para agradecerme la gestión que yo había hecho, antes de que partieran a cumplir sus condenas de exilio que les habían impuesto, yo estaba ausente y fui informado a mi regreso por algunos funcionarios municipales. Muchos años después pude comprender a cabalidad que La Caravana de la Muerte es el nombre que recibió una comitiva del Ejército y que recorrió el país durante 1973. Por orden de Augusto Pinochet tenía la misión de agilizar y revisar los procesos de personas detenidas tras el golpe militar, a raíz de que las autoridades civiles y militares se conocían más estrechamente y no ejercían la misma mano dura ya conocida y temida en la capital. Para asegurar que los comandantes blandos provinciales acataran la política represiva de la Junta, Pinochet encomendó al general Sergio Arellano Stark la misión especial de ‘uniformar criterios de administración de ALCALDE MANUEL MARCARIAN Y PATRICIO NAZER
justicia y acelerar procesos’ de los prisioneros políticos. Para facilitar su tarea, Pinochet le designó ‘Oficial Delegado del Comandante en Jefe del Ejército y Presidente de la Junta de Gobierno’, otorgándole a Arellano autoridad para actuar en su nombre”. El actual alcalde de Los Vilos, Manuel Marcarian Julio, hijo del que fuera en 1973 subdelegado de Los Vilos, Manuel Marcarian Jamett, nos cuenta, en su despacho municipal, que le arrebataron a su padre meses antes de nacer y cuando su progenitor tenía sólo 31 años. Décadas después tuvo que enfrentarse a sus despojos mortales: “Más MARCARIAN JAMETT
que reconocer los restos de mi padre asistí a una clases de anatomía. Saber que a mi padre le golpearon hasta ocasionarle fracturas en las piernas, en su cuello, con muestras de disparos en el pecho y la espalda, me produjo una rabia y un dolor indescriptible; es lo que se siente en momentos de tener que enfrentarse y asumir, en lo personal, una tragedia familiar, pero que tuvo connotación nacional”. La mano derecha de Salvador Allende fue Pedro Vuskovic, su ministro de Economía, principal autor del desastre económico que legó la UP 10
al país y a los trabajadores, y cuya familia tenía vínculos con la ciudad de Illapel. Cuando Manuel Jachadur Marcarian Jamett, agricultor del pueblo de Caimanes y militante comunista, fue ejecutado, Vuskovic ya había huido a México, y nunca supo que la versión oficial de la dictadura señalaba que Marcarian había sido muerto “Por haberle encontrado explosivos enterrados para asaltar el Cuartel de la Subcomisaría de Los Vilos, haciendo caso omiso de los Bandos y de las advertencias hechas personalmente por Carabineros”. El VUSKOVIC
cuerpo no fue entregado a su familia para su sepultación. Según el Informe Final de la Comisión Nacional de Verdad y reconciliación, conocido como el Informe Rettig, publicado el 9 de mayo de 1990, la información oficial entregada por la autoridad militar de la zona, “da cuenta de la celebración de un Consejo de Guerra el día 16 de Octubre, el que habría dispuesto las condenas a muerte de los quince detenidos; y que el tribunal sentenciador habría ‘venido especialmente de Santiago’“. Se pudo acreditar “la presencia en la zona (de La Serena) de una comitiva especial llegada desde Santiago, con facultades para revisar la situación de los detenidos del lugar. Se han recibido testimonios verosímiles acerca de las nóminas de los arrestados por las autoridades militares de dicha comitiva, y de la elección que éstas hicieron de las personas cuya situación debía ser revisada. Además se determinó que “los 15 prisioneros (…) fueron ejecutados al margen de todo proceso legal por agentes del Estado”. COMUNICADO OFICIAL, PUBLICADO EL 17.09.73 EN EL DIARIO EL DÍA, QUE
INFORMA DE LA EJECUCIÓN DE MANUEL MARCARIAN JAMETT
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VII: EL ILLAPELINO GUARDAESPALDA DEL PRESIDENTE FERNÁNDEZ
CONOCÍ PERSONALMENTE a Luis Alberto Barraza Ruhl en la época en que éramos vecinos en la Población La Corvi, donde se concentraban los docentes de Illapel, y muy cerca de la plazoleta Gabriela Mistral, cuya Premio Nobel de Literatura era representada en un imponente busto, muy cabezón y de color verde reja, ubicado en el sector Sur, muy distinto al que se aprecia actualmente y que fue instalado en la parte central recién en 1989. Desde esa posición la profesora e insigne poeta parecía vigilar la cotidianidad de todos quienes en la década sesentera pululaban en torno a la pileta, como es el caso de los hermanos de las familia Ahumada, Espinoza, Villalón, Rojo, Argandoña, Núñez, Leiva, Torrealba, Manzano, German, Castro, Nazer, Rulh, entre otras. Luis Alberto, al que conocí como el Rucio Barraza BARRAZA
tenía una hermana bellísima de nombre Jimena que a toda la muchachada hacía latir más rápido el corazón, y aunque él me superaba en casi una década, igual los niños y adolescentes de entonces hacíamos un ruedo para preguntarle sobre su experiencia como cabo dragoneante en la Escuela de Suboficiales del Ejército, pues era habitual observarle vestir su uniforme que le hacía enfatizar sus ojos azules y cabello rubio, muy propio de los descendientes germanos. Cuando cientos de militantes y dirigentes de la UP escapaban en estampida hacia embajadas y consulados, saltando muros y rejas, Luis Alberto siguió haciendo su vida laboral y doméstica de forma rutinaria, sin resguardo alguno, conducta que rayaba en el descuido, porque hasta el 11 de septiembre de 1973 había sido miembro de la Guardia Presidencial del Presidente Salvador Allende (GAP). Además era un ex Suboficial de Ejército que fue cabo segundo en la Escuela de Paracaidistas y Fuerzas Especiales del Ejército, desde donde había sido dado de baja por la causal Necesidades del Servicio el 30 de abril de 1970, según consta en Certificado de Servicios del Archivo General de Guerra del 5 de agosto de 1971. Y lo más insólito: es detenido por agentes del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) el 29 de octubre de 1973, en la vía pública, ¡cuando se dirigía a la Estación Mapocho de Santiago, para recibir a su madre que venía a visitarlo desde Illapel! Un descuido fatal. Había salido ese día aproximadamente a las tres de la tarde desde su trabajo en los Servicios de Equipos Agrícolas y Mecanizados de la Corporación de Fomento de la Producción (SEAM CORFO) en dirección a la mencionada Estación de Ferrocarriles del Estado, y en el trayecto fue detenido. Ese mismo día Luis Alberto llamó telefónicamente a su tía Guillermina Ruhl Parodi, que vivía en la comuna de Las Condes, informándole que había sido detenido por militares y que se encontraba en Peldehue, por lo que le pidió que le fuera a buscar. Inmediatamente Nelly Ruth Parodi y Eduardo Cortés OʹRyan, parientes de Barraza, se dirigieron a Peldehue, donde el oficial de Guardia negó que en dicho establecimiento estuviera arrestado. Años después, el 6 de octubre de 1978, el Ministro del Interior de la época, Sergio Fernández Fernández, a través del Oficio reservado 3587, declara: ʺ(...) no existe ni ha existido orden o resolución alguna de este Ministerio que afecte al citado ciudadano 12
(...)ʺ. Hasta el presente el Rucio Barraza es un ciudadano detenido desparecido, de hecho son varios los trabajadores de la SEAM CORFO considerados hasta hoy detenidos desaparecidos, como lo consigna el Informe Rettig. Sin duda que el culpable del asesinato del Rucio Barraza fue el general Carlos Parera Silva, el mismo oficial que se hizo conocido en democracia cuando rompió con el protocolo y la tradición al no solicitarle autorización al Presidente Patricio Aylwin para iniciar la Parada Militar. El Mandatario no olvidó el hecho y vetó el ascenso de Parera a fines de ese mismo año. Sin embargo, un viejo conocido suyo el general Augusto Pinochet lo designó agregado militar en Sudáfrica. Mientras era Comandante del Regimiento Dolores, en 1981, se produjo el asalto a la sucursal del Banco del Estado de Calama, que fue atribuido en un primer momento a extremistas de izquierda. A poco andar fueron culpados agentes de la Central Nacional de Inteligencia (CNI) y a su amigo, jefe CNI en la zona, el Mayor Juan Delmás. Cuando este desapareció, las instancias investigativas apuntaron a Parera como la persona que más probable lo ocultó. A los 3 días de acaecidos los hechos Delmás apareció muerto en medio del desierto, siendo caratulado como suicidio. Hasta la fecha se investiga la participación de Parera. Carlos Parera el 11 de Septiembre de 1973 tenía el grado de mayor y al igual que Raúl Eduardo Iturriaga, era Segundo Comandante de boinas negras en Peldehue. Ambos ingresaron en 1973 al Estado Mayor de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA). Este oficial en 1976 se desempeñó como jefe del Departamento Exterior de la DINA. En 1977, cuando se disolvió el organismo de inteligencia, no continuó en la CNI, pero se reincorporó al Ejército, y fue destinado como comandante del Regimiento Dolores; director de la Escuela de Paracaidistas y Fuerzas Especiales; y en 1985, agregado militar en Francia, según consta en los archivos de la Vicaría de la Solidaridad. Posteriormente Parera fue comandante en Jefe de la Segunda División y por tanto, juez militar de Santiago. Es en esta condición que ordenó el archivar los procesos que conocía por detenidos desaparecidos. El 19 de Diciembre de 1988, cuando aún se celebraba el triunfo de la Concertación, este ex agente firmó en forma precipitada la aplicación de la Ley de Amnistía a 70 casos de detenidos desaparecidos por la DINA. De esta forma él amnistió varias causas contra el inefable Mamo Contreras y los que resultaran responsables de las desapariciones, y a su vez se auto GENERAL (R) PARERA
amnistió. Parera ha sido acusado de participar y dirigir varios episodios de violaciones a los derechos humanos, entre ellas el comandar el Regimiento Peldehue, de boinas negras, sindicado como un centro de detención, tortura, asesinato y desaparición forzada de personas (tanto civiles como militares). Se investiga la desaparición de Enrique Toledo Garay, Javier Enrique Sobarzo Sepúlveda, Mario Ramiro Melo Pradenas y Luis Alberto Barraza Ruhl. Además de las ejecuciones de Julio Antonio Martínez Lara, Alberto Ampuero Angel y David González Venegas. Todos paracaidistas hasta 1970, año en que fueron dados de baja por sus simpatías con el partido Socialista y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). En este caso Parera fue detenido y procesado. 13
VIII: BERNARDO PATA CACHÚA CORTÉS ZELADA
EN EL AÑO 1987 el fallecido notario y filántropo Hugo Pérez Poussa, en su calidad de presidente del Círculo Literario Choapa de Illapel, me pide que visite en su casa al profesor y ex prisionero político Alfonso Zelada para convencerlo que se reintegre a esa organización literaria. El año anterior Zelada había ganado la Pluma de Oro, mención cuento, que organizó la Municipalidad illapelina, y en esos días le veía muy agradado. Fui en múltiples ocasiones fallidas a convencerlo, hasta que, cuando ya perdía las esperanzas de poder cumplir mi misión, logré que retornara a las tertulias de los días martes, realizadas en la Fuente de Soda El Oasis del popular Quiko Urbina. Además Zelada y yo nos volvimos muy cercanos, al extremo que fue él quien me patrocinó para reemplazar en la presidencia del Círculo a Hugo Pérez cuando el abogado no quiso ir a la reelección. (En la fotografía se aprecian algunos de los miembros del Círculo Literario, de izquierda a derecha: Roberto Morán, Lucía ‘Miss Lucy’ Herrera, Patricio Nazer, Maruja Pozo, Patricio Quiñones, María Diaz Izquierdo, Julio Olmos y Alonso de la Fuente). Lo que nunca logré, en cambio, fue sacarle una sola palabra de su paso por el Regimiento Infantería Arica, entre 1973 y 1974. En cambio sí me contó, no obstante, su certeza que sin la participación de la iglesia Católica y otros insospechados hombres de paz, nunca hubiera podido recuperar su libertad. También le dolía que Antolec no haya podido resistir, como él, la implacable tortura y vejación infrahumana. Sobre el joven Bernardo Pata Cachúa Cortés, que había sido su alumno en el Liceo Coeducacional de Illapel, Zelada lamentaba su mala fortuna, porque le habían contado que no era él quien iba a ser ejecutado ese día; el preso político que le correspondía ser fusilado de manera sumaria supo con anticipación que estaba en la lista mortal, y se hizo el enfermo; sólo entonces aparece el nombre de Bernardo Cortés, que había sido detenido en Coquimbo el día anterior, en aquella madrugada infausta. En el Informe Rettig se consigna que Bernardo Cortés había sido <<conducido al Regimiento Arica de La Serena, donde fue visto por familiares. Al día siguiente, al concurrir ellos nuevamente, se les manifestó que había sido dado de baja al intentar fugarse. Esta versión no parece convincente atendiendo las circunstancias en que se encontraba el detenido, fuertemente custodiado en un Regimiento. Ratifica la conclusión anterior el hecho de que el Ejército no haya dado explicaciones circunstanciadas de los hechos y el que hasta el día de hoy no haya sido entregado el cuerpo de la víctima a su familia>>. Bernardo del Tránsito Cortés Castro, compañero liceano a quien pude conocer en su labor de dirigente en ese importante establecimiento educacional, fue ejecutado el 5 de abril de 1974. Ya me había referido en una crónica anterior al libro controversial lllapel, ciudad de los naranjos, que en 1989 publica la Municipalidad de Illapel con el financiamiento de la CORFO, y en cuyas páginas se publica la fotografía oficial del general Augusto Pinochet Ugarte, autografiada con su puño y letra. Sin embargo hay otro suceso protagonizado 14
por el alcalde designado de la época, Miguel Gomila García, y ante el cual existen varios funcionarios municipales de testigos. El abogado Arturo Serey Cortés, que era miembro de una comisión cultural que se haría cargo de dicha edición, propuso incorporar un capítulo que diera cuenta de los illapelinos que habían AGUILERA
llegado al parlamento a lo largo de la Historia de la ciudad. Él mismo sugirió al socialista Luis Aguilera Báez, ex senador de la República. En forma unánime los miembros de la comisión, de la que también era integrante el historiador Luis Chino Villarroel Núñez, aprobaron la iniciativa. Se designó, entonces, al profesor Miguel Vicencio Codoceo para escribir la reseña, quien al poco tiempo VILLARROEL
la entregó terminada. Empero, Gomila una vez más decide actuar de oficio, esta vez para impugnar ese interesante capítulo y omitirlo del libro, presumiblemente por la militancia izquierdista del personaje propuesto por Serey, aunque el alcalde pinochetista nunca dio razones que fundamentaran su determinación. IX: PASAS PARA LA MEMORIA EL DRAMATURGO, poeta y novelista español Antonio Gala es autor de una frase formidable: ”La verdad está hecha de retazos y el que cada uno ostenta es siempre imprescindible para
que se vea entera”. La cita me hace volver, bruscamente, al presente. Cuando en el Chile de hoy la mujer y compañera de Antolec, Luz María Herrera, decide revelar —a través de un diario electrónico de Illapel— detalles desconocidos del calvario vivido por el artista y su familia durante el golpe de Estado, MONUMENTO ERIGIDO EN EL CEMENTERIO MUNICIPAL
sucede que, coincidentemente, en la DE ILLAPEL EN MEMORIA DE LOS DETENIDOS
DESAPARECIDOS DE 1973
Escuela Militar de Santiago uno de los más emblemáticos líderes del partido socialista que estuvo exiliado en la ex República Democrática Alemana, Ricardo Núñez Muñoz, asistía al seminario Ejército y derechos humanos: compromisos para el siglo XXI, que organizara el Centro de Estudios e Investigaciones Militares del Ejército, y que reunía a los máximos representantes de los tres poderes del Estado. En palabras del senador, el gobierno de la Unidad Popular hizo ”una lectura 15
equivocada de la situación” política en 1973. Y añade: ”No entendimos el rol de la ideología de un sector importante de la sociedad, que no estaba en condiciones de aceptar la radicalización de la ’vía chilena al socialismo’, que no quería seguirnos en nuestra propuesta de cambio, que deseaba seguridad por sobre el salto histórico que pretendíamos. La prudencia y la apertura a otras fuerzas políticas a la que llamaba Salvador Allende no fue escuchada por nosotros (…) La vida política se había degradado a un extremo inimaginable, y quienes tenían la responsabilidad de impedirlo no lo hicieron o no tuvieron la fuerza para hacerlo (…) Soy de los que creen que no hubo voluntad suficiente; que la vida en sociedad se había hecho malsana. Por todo aquello el golpe de estado de 1973 se hizo, desgraciadamente, inevitable (…) La responsabilidad política de los socialistas es no haber colaborado con el gobierno de Salvador Allende para evitar el golpe de Estado”. La prueba de su aserto está en que él supo que Salvador Allende había decidido recurrir a un plebiscito para dirimir el conflicto creado a la sazón entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo; es decir, que la crisis sólo podía ser resuelta por un árbitro: el pueblo chileno, y no por el Gobierno por sí solo; en consecuencia se estaba frente a un dilema de gobernabilidad. Como el llamado a plebiscito nunca se realizó toda vez que no estaba contemplado en la Constitución Política —además que habían fracasados las conversaciones para buscar una salida política‐institucional entre el Presidente Allende, Patricio Aylwin Azócar y el Cardenal Raúl Silva Henríquez— el golpe militar se habría hecho inevitable. Ya en su libro Un compromiso por la libertad (2001, Lom Ediciones) Ricardo Núñez —quien durante su permanencia en el exilio aprovechó para lograr el master en Geografía Económica y Demografía, en la Universidad de Praga— había manifestado que la ”violencia es parte inevitable de nuestra realidad histórica. Por distintas razones, nuestro país ha vivido sometido a una lógica de fuerza. Un simple ejercicio permite confirmarlo al recordar los sucesos de Lircay, la revolución de 1852, la matanza en la población ‘José ALONSO LAZO ROJAS, ILLAPELINO
MILITANTE DEL MIR QUE FUE
María Caro’, y otros sucesos similares que sería largo DETENIDO EN COPIAPÓ EN 1975.
ACTUALMENTE ES UN DETENIDO
traer a la memoria (…) El país no debe tener miedo a DESPARECIDO.
enfrentar toda la verdad y todas las responsabilidades. Lo fundamental es que nadie busca juzgar instituciones, pues ellas trascienden a los hombres que en una coyuntura determinada puedan representarla”. Cuando recién concluía el discurso del general Juan Emilio Cheyre, el seminario del Ejército se dio por terminado con la entonación del 16
himno nacional. Según el diario La Tercera, ”Fue uno de los minutos más emotivos para la plana mayor del Partido Socialista y los personeros del mundo de los derechos humanos, que fueron ubicados en la primera fila del lugar. Incluso, la diputada Isabel Allende se quebró en varias oportunidades. Un caso similar ocurrió con sus pares socialistas Juan Pablo Letelier, Carlos Montes y la abogada Pamela Pereira, quienes aplaudieron con fuerza el discurso del comandante en jefe. Otros, como Camilo Escalona y el senador Ricardo Núñez, comentaban que era la primera vez que pisaban la Escuela Militar”. X: EL VANO INTENTO DE EXPIAR LA COBARDÍA A TODO LO ANTERIOR responde Antolec, desde la historia vernacular escrita con la propia sangre de los voluntaristas que creyeron en sus líderes, con voz dramática: ”Creo (en) lo que he realizado durante toda una vida en pro del progreso y la sincera convivencia, enamorado de las bellas y humildes cosas que el camino nos depara (…) La verdad debe prevalecer para la tranquilidad de mi alma y la de mis seres queridos (y) amigos; así (sea) eliminando a aquellos que traicionaron un ideal y poniendo a ‘buen resguardo’ a tanto gratuito acusador ahora desechado, se llegará a la meta. (Por lo) que con muchísima justificación, arrojo con altivez y patriotismo, (proclamo) que soy inocente”. La cuestión estriba —y quizá por eso algo no calza— en que el líder Ricardo Núñez, como tantos otros socialistas, ahora puede gozar en plenitud de los nuevos y más amables tiempos, que son los mismos que tanto anhelaba Ángel Toledo, y que para hacerlos posible fue necesario su inmolación junto a la de miles de compatriotas. Aquél puede hoy confesar al mundo, sin tapujos, el fracaso de los socialistas chilenos en 1973; mientras que el otro, el voluntarista, ya no podrá ”a través de sus dibujos, crónicas o poemas, (cantarle a su) tierra como hijo positivo, como un hombre de trabajo”. Y es por esa razón que hoy los salamanquinos, vileños e illapelinos, en versos del uruguayo Mario Benedetti, ”Cantamos porque el niño/ y porque todo y porque algún futuro/ y porque el pueblo/ cantamos porque los sobrevivientes/ y nuestros muertos/ quieren que cantemos”. PINOCHET Y ALLENDE
Cristian Battaglia, columnista del diario digital anarquista El Sol Ácrata, editado en la ciudad de Calama, lo resume todo de manera certera: <<En fin, el recordar todo esto nos produce dolor, por las torturas y el sufrimiento, por los cuerpos que aún no se encuentran, pero también por no aprovechar aquella generación dorada que estaba dispuesta a todo, a dejar su vida por la construcción de un mundo más justo, sin explotación y con oportunidades para todos. La UP le regaló el país a los milicos, los jerarcas del gobierno de Allende escaparon, así como lo hicieron los máximos dirigentes de los partidos de izquierda, y el pueblo, la carne de cañon del marxismo, fue el que sufrió la dictadura. Nuestra memoria va para ellos, no para la Unidad Popular>>. 17
NÚÑEZ
Se trataría, qué duda cabe, de la vulnerabilidad y la inestabilidad moral de aquellos líderes que huyeron para el golpe militar, y que es coincidente con lo abordado por Joseph Conrad en su novela Lord Jim, en donde logra adentrarse en el serio asunto del honor a través de las acciones y sentimientos de un personaje que, como muchos, pasa la vida intentando expiar su cobardía durante un naufragio ocurrido décadas atrás. O más bien, para el caso de marras, durante un golpe de Estado. APÉNDICE XI: LA HISTORIA MACROECONÓMICA DEL GOBIERNO DE LA UP A PARTIR DE CIFRAS OFICIALES El siguiente texto está basado en el libro Un Siglo de Economía política chilena (1890‐1990), de Patricio Meller Bock (Editorial ANDRES BELLO, Chile 1996. Primera edición). SE HA ARGUMENTADO que el gobierno de la UP aplicó un conjunto de políticas macroeconómicas de corte netamente populista cuyo propósito habría sido conseguir una rápida reactivación con una acelerada redistribución. De acuerdo a este paradigma populista, las MELLER
políticas expansivas generan inicialmente un elevado crecimiento con aumento de remuneraciones reales en el que los controles de precios reprimen las presiones inflacionarias; la primera etapa de un programa populista exhibe resultados muy exitosos, en los que se observa simultáneamente un gran crecimiento con menor inflación y un mayor poder adquisitivo por parte de los trabajadores. Pero, en la segunda etapa, la fuerte expansión de la demanda genera desequilibrios crecientes: los inventarios se agotan, el sector externo actúa cómo válvula de escape pero las divisas comienzan a escasear; todo esto estimula el proceso inflacionario, la fuga de capitales y la desmonetización de la economía. El sector público experimenta elevados déficit al utilizar subsidios para los bienes de consumo masivo y para el tipo de cambio; al mismo tiempo cae (en términos reales) la recaudación, y el déficit público aumenta considerablemente. La tercera etapa finaliza con los intentos del gobierno de aplicar una política de ajuste antiinflacionario, reduciendo los subsidios y disminuyendo los salarios reales. Posteriormente, durante la dictadura se aplicará un duro pero inevitable programa estabilizador ortodoxo cuyas consecuencias son el desempleo y la pérdida del poder adquisitivo de los grupos de bajos ingresos. En síntesis, este paradigma populista de la UP a la postre inflinge <<un costo terrible a aquellos mismos grupos a quienes se intenta favorecer>>. 18
América Latina ha vivido numerosas experiencias populistas; sistemáticamente todas ellas han terminado en un absoluto y rotundo fracaso. Entonces, ¿por qué siguen surgiendo estos experimentos y por qué no modifican su curso de acción cuando están fracasando? Jeffrey Sachs es un economista estadounidense que en 1990 sugiere que los economistas populistas no comprenden la envergadura de los riesgos envueltos en el tipo de medidas que adoptan; como la experiencia populista es exitosa al comienzo y aumenta la popularidad del gobierno, los cuestionamientos relativos a los crecientes desequilibrios son desechados como meras (y molestas) observaciones técnicas. Algo surgirá para resolver dichos problemas (esto es lo que Sachs denomina solución mágica o del tipo deus ex machina) o, también, los problemas futuros serán resueltos por las transformaciones estructurales que se están realizando en el presente. Sin embargo es preciso entender que los desequilibrios crecientes que finalmente conducen al colapso son consecuencia del éxito excesivo de la fase inicial. No obstante, y a pesar de que prescripción de las políticas macroeconómicas de la UP coincide totalmente con las de un gobierno populista típico. Sergio Bitar (1979) y Larraín y Meller (1990), sostienen que estas políticas expansivas eran realmente un mecanismo para obtener una fuerte base de apoyo político que permitiera posteriormente llevar a cabo cambios más radicales en la economía y en la sociedad chilenas. <<Está fuera de dudas que la meta fundamental de todo el experimento era esta transformación radical y no un simple mejoramiento de la distribución del ingreso y una tasa más alta de crecimiento. Lo que planteaba la U.P. era nada menos que la sustitución de un sistema capitalista por un modelo socialista y su intención real era conseguirlo>>. EVOLUCIÓN DE LA MACROECONOMÍA Un comienzo auspicioso: 1971 LA ECONOMÍA CHILENA vivió un auge sin precedentes en 1971, como resultado de políticas económicas altamente expansivas. Se experimentó un mejoramiento generalizado en el nivel de vida de la población, y una sensación de éxito total entre los líderes de la UP. Con todo, un análisis frío de la situación económica permitía percibir desequilibrios crecientes, como veremos. Según las variables macroeconómicas tradicionales, el primer año de gobierno de la UP alcanzó resultados relativamente espectaculares para la economía chilena (Fuente: Banco Central, CIEPLAN, ODEPLAN). 1) La tasa anual de crecimiento del PGB llegó al 8%, mucho más alta que el 3,6% del año anterior y la más alta desde 1950. 2) La inflación disminuyó de 36,1 % en 1970 a 22,1% en 1971. Es interesante notar que durante 19
el primer trimestre de 1971 (habían elecciones municipales en marzo) la tasa de aumentos de precios se había reducido a niveles muy bajos respecto de las cifras normales en Chile: la inflación fue de 3,4% como tasa acumulada anual, en comparación con 16,2% en el período equivalente de 1970. 3 ) El desempleo nacional registró una importante caída, de 5,7 % en 1970 a 3,8% en 1971; esta última cifra era la más baja registrada en las estadísticas chilenas. Los datos trimestrales de desempleo en el gran Santiago muestran una reducción de los desocupados de 8,3% en el cuarto trimestre de 1970 a 3,8% en el cuarto trimestre de 1971. 4 ) Los salarios medios reales aumentaron en 22,3% Otro resultado interesante corresponde al mejoramiento de la distribución del ingreso en forma global y específicamente entre los trabajadores: los trabajadores de bajos salarios tuvieron incrementos del salario real mayores que los trabajadores con salarios relativamente altos. Los salarios mínimos reales para obreros aumentaron en 39 % durante 1971, en tanto que los salarios mínimos para empleados se incrementaron sólo en 10 % en el mismo período. De este modo, el diferencial entre los salarios mínimos para obreros y empleados disminuyo en de 49 % (1970) a 35 % (1971). La reducción de la brecha entre obreros y empleados fue bastante menos pronunciada en términos de la evolución de los salarios medios reales: mientras el salario medio real para obreros aumento en 20 %, el de los empleados lo hizo en 19 %. Es así como la participación del trabajo en el PGB subió de 52,2 (1970) a 61,7 % (1971 ), siendo el valor promedio de esta variable durante el período 1960 a 1969 de 48,4 %. Estos resultados se obtuvieron por una combinación de políticas orientadas principalmente a obtener un aumento de la demanda agregada. La política salarial implicaba, como ya se vio, incrementos del promedio de los salarios anuales reales de 22,3 %,obviamente muy superiores a los incrementos de la productividad. Los gastos del gobierno central crecieron en 36 % en términos reales, aumentando la participación del gasto fiscal en el PGB de 21 % (1970) a 27 % (1971). Como parte de esta expansión, el sector publico se embarcó en un gigantesco programa de viviendas, comenzado la construcción de 76.000 casas en 1971, en comparación con las 24.000 de 1970. Finalmente, la política monetaria fue acomodaticia, para no afectar la expansión de la demanda y de la producción: M1 aumentó en 119 % durante 1971 (siendo M1 el dinero que circula en la economía y sumando los depósitos corrientes de los ciudadanos, es decir, las cantidades que los ciudadanos tienen facilmente accesible para gastar). Tales medidas económicas se apoyaron en controles generalizados de precios. Con reajustes nominales de salarios sobre 50 %, los gastos nominales del gobierno aumentando en mas de 60 % y la oferta monetaria subiendo en mas de 100 %, la tasa anual de inflación de 1971 (22,1 %) parece sorprendentemente baja. El fenómeno se explica por los controles de precios en el sector privado y la congelación de tarifas y precios en el sector publico. 20
Dos razones explican el éxito relativo de los controles de precios. Primero, el gobierno obtuvo el control directo e indirecto de los diferentes eslabones de la cadena entre la producción y el consumo, a través de numerosos cambios institucionales. Se ampliaron las funciones fiscalizadoras de las agencias públicas de comercialización y control que ya existían y se crearon otras nuevas; también se estatizaron las principales firmas privadas mayoristas y distribuidoras. Ademas, a través de la intervención del gobierno las facilidades de líneas de crédito bancarias se conectaron a acuerdos de fijación de precios. Finalmente se crearon comités de vigilancia de los consumidores en los vecindarios (JAP, Juntas de Abastecimiento y Precios), que debían velar por que las tiendas locales acataran los precios oficiales y mantuvieran la existencia de mercaderías. En segundo lugar, el ambiente global de reformas estructurales, y el que muchas firmas hubieran sido expropiadas o intervenidas por el gobierno inducía a los empresarios a seguir las directivas de precios oficiales. Era muy arriesgado no hacerlo: <<los empresarios debían pensarlo dos veces antes de violar los precios oficiales porque este gobierno no era como los anteriores>>ʺ. En consecuencia, la sobrexpansión de los salarios reales en 1971 estuvo relacionada en forma significativa con la efectividad de los controles de precios. Sin embargo los reajustes salariales de los trabajadores sobrepasaron los límites establecidos por el gobierno de la UP con la CUT (Central Única de Trabajadores), a pesar de que esta estaba controlada por los partidos políticos de la UP. La larga tradición de los sindicatos de maximizar los reajustes salariales, y la competencia de los líderes sindicales democratacristianos, que procuraban mejorar la oferta de sus rivales de la UP, para ganar la popularidad entre los trabajadores explican este comportamiento. Primeras señales de desequilibrios A PESAR DEL DESLUMBRANTE cuadro global, varios indicadores sugerían la presencia de un desequilibrio creciente a lo largo del año. El déficit presupuestario general del gobierno aumento de 3,5 % del PGB (1970) a 9,8 % (1971). A un nivel mas amplio, el déficit público consolidado no financiero aumento de 6,7 % a 15, 3 %. El crédito, sólo en el sector público, creció en 124 %; más del 90 % del crédito proporcionado por el Banco Central al sector público tenía la forma de dinero primario. Esto era una de las causas del crecimiento de 119 % de M1. En resumen, la política monetaria estaba totalmente fuera de control. Por su parte el nivel de reservas internacionales sufrió una reducción de 59 %. La perdida de reservas podría haber sido mayor, pero en noviembre el gobierno suspendió el servicio de la deuda externa y entró en negociaciones de reprogramación. La balanza comercial varió de un superávit de US$ 95 millones (1970) a un déficit de US$ 90 millones (1971), siendo la abrupta caída del precio mundial del cobre el principal factor de tal deterioro. Drásticos controles de las 21
importaciones, en presencia de una apreciación del tipo de cambio, evitaron un mayor déficit comercial externo ese año. Ademas de los controles cambiarios, la principal herramienta para este control de las importaciones fue el requerimiento de deposito previo de 10000 % , una disposición existente que el gobierno de la UP utilizo intensivamente, aumentando en forma significativa el numero de productos contemplados en ella. En tanto el nivel de consumo global creció en 12,4 % durante 1971, la inversión bruta cayó en 2,3 %: mientras la inversión pública aumentaba un 10,3 %, la inversión privada se reducía en 16,8 %. Dado el abrupto incremento de los salarios reales y los estrictos controles de precios, se produjo necesariamente una contracción de las utilidades del sector productivo. Las primeras señales de escasez empezaron a aparecer durante el segundo semestre de 1971. No fue considerada como un problema serio por los economistas de la UP, sino más bien como resultado natural de las políticas de redistribución del ingreso y como síntoma de un desequilibrio del pasado. El importante aumento del consumo de carne (18 %), por ejemplo, fue relacionado con la redistribución. En el pasado, una familia de alto ingreso consumía 180 kg al año, mientras que una familia de bajo ingreso consumía 29 kg al año. Por lo tanto, una redistribución del ingreso hacia las familias de bajos ingresos tenía necesariamente que aumentar el consumo global de carne, sobre todo si se consideraba que los grupos de menores ingresos tienen una mayor propensión al consumo que los de mayores ingresos. En respuesta a la crítica de que la economía se estaba recalentando, algunos economistas de la UP argumentaron que <<... si la política de redistribución del ingreso hubiera fracasado, si la política antiinflacionaria hubiera fracasado, no hay duda de que habría habido suficiente capacidad no utilizada, reservas internacionales y existencia de mercaderías, porque eso habría sido una repetición del mecanismo tradicional de ajuste de años anteriores. El éxito de la política económica de la UP esta justamente relacionado con la desaparición de las variables restrictivas>>. A fines de año ya había demasiadas señales que apuntaban hacia una aceleración significativa de la inflación. Declinación y colapso total: 1972 a 1973. EN 1972 COMIENZA el gran incremento de la oferta de dinero, el gran déficit fiscal, el nuevo reajuste de salarios de enero de 1972, la imposibilidad práctica de una contracción adicional de las utilidades del sector productivo, el agotamiento de los abastecimientos y existencias, la fuerte contracción de las reservas internacionales y la aparición del mercado negro para muchas mercaderías. Sin embargo la reacción de la autoridades fue prácticamente nula. Mientras en los discursos oficiales de 1970 se consideraba 22
a la inflación como una variable clave, en la exposición al país del ministro de Hacienda (noviembre de 1971) no de dijo gran cosa al respecto. La única mención fue para señalar que se mantendría durante 1972 la misma política antiinflacionaria de1971. Como sucede con todos los gobiernos populistas, la declinación y el colapso total del experimento de la UP son una clara consecuencia de las exitosas políticas sobrexpansivas. El favorable resultado inicial aumentó la popularidad del gobierno de Allende, y las criticas por la presencia de diversos desequilibrios se descartaron como meras observaciones técnicas. Por otra parte, el gobierno de la UP se hallaba frente a un gran dilema: una reducción de los salarios reales era una condición necesaria para atenuar los desequilibrios existentes, pero esa solución perjudicaría su imagen progresista y revolucionaria. Varios economistas y sectores del gobierno de la UP <<estimaron imposible proseguir la política expansiva redistributiva>>, sugiriendo plantear que 1971 habría sido el año de la redistribución, pero que 1972 tendría que ser el año de la acumulación. Sin embargo nada se hizo, ni ajuste ni modificaciones en la política económica. En la discusión respecto a qué medidas tomar, varios grupos de la coalición gobernante plantearon una serie de condiciones que resultaban incompatibles con la solución del problema: la mantención de la situación distributiva lograda y de las condiciones para seguir avanzando en los cambios estructurales. Lo anterior muestra la incapacidad del gobierno de la UP para tomar decisiones frente a los obstáculos surgidos; las múltiples soluciones e interpretaciones planteadas por distintos grupos y las exigencias de los diferentes partidos de la coalición paralizaban la toma de decisiones. Paradojicamente, esta inacción del gobierno de la UP conducía al laissez faire
(expresión francesa que significa «dejen hacer, dejen pasar», refiriéndose a una completa libertad en la economía: libre mercado, libre manufactura, bajos o nulos impuestos, libre mercado laboral y mínima intervención de los gobiernos, todo lo cual posteriormente sería implementado durante la dictadura cívica militar, 1973‐1990). Una interpretación alternativa sugiere que prevaleció la ideología, es decir, se le dio más importancia al mantenimiento de la imagen progresista y revolucionaria que a la reducción de los desequilibrios. Probablemente, cuando hay desgobierno predominan las posturas mas ideologizadas y radicalizadas. Hasta el año 1972 los reajustes nominales de salarios se otorgaban a comienzo de año. La política de reajustes salariales de 1972 siguió el patrón del año anterior, esto es, aumentos de los salarios nominales con indización total respecto del IPC de 1971 (22,1 %), pero con un aumento mayor (32 %) para los salarios mínimos nominales. Sin embargo, nuevamente durante el primer trimestre de 1972 los salarios aumentaron más de lo que especificaba 23
la política oficial. Ni siquiera el gobierno aplicó su propia política salarial, y los salarios medios (ponderados según el empleo) del sector público aumentaron en 48 %. Obviamente esta no era una manera eficiente de reducir el déficit público, que había alcanzado a 15,3 % del PGB en 1971. El incremento de las remuneraciones del sector público, la gran expansión de los subsidios a las empresas de propiedad estatal (4,6 % y 9,5 % del PGB en 1972 y 1973, respectivamente) y el deterioro de la recaudación tributaria (los ingresos cayeron en 3 % del PGB en 1972 y un 3 % adicional en 1973) generaron un déficit público de impresionante magnitud: 24,5 % en 1972 y 30,5% en 1973. Dadas las características rudimentarias del mercado de capitales, una porción significativa del déficit del sector público (60 % en 1972 y 73 % en 1973) se financió mediante emisiones monetarias del Banco Central. El resultado final fue un incremento de la cantidad de dinero de 173 % en 1972 y 413 % en 1973; en tres años la cantidad de dinero aumentó casi 30 veces. En definitiva, la aplicación de reajustes exagerados de los salarios nominales para aumentar los salarios reales y mejorar la distribución del ingreso fracasó completamente: la política macroeconómica de la UP redujo en un 23 % el poder adquisitivo de los trabajadores. Transcurrieron ocho años (de dictadura) antes de que las remuneraciones reales de los trabajadores recuperaran el nivel que tenían en 1970. Supuestamente, cuando se generalizan la escasez y los cuellos de botella, el sector externo constituye la válvula de escape; una oferta limitada de importaciones es vista por la mayoría de los agentes como la principal restricción económica. Sin embargo la caída de la producción interna constituye en muchos casos la causa principal de la escasez interna de bienes, como es el caso de la producción agrícola para los bienes alimenticios. Existió un agudo incremento de la importaciones totales (en dólares corrientes) entre 1970 y 1973; mientras las importaciones de alimentos crecían 3,8 veces entre 1970 y 1973, las importaciones de bienes de capital caían durante el mismo período. En términos físicos, las importaciones de trigo aumentan desde 200.000 toneladas (1970) a 951.000 toneladas (1973); simultáneamente, la producción interna disminuía en 43 % durante ese período. Las reservas internacionales netas en el corto plazo del Banco Central se redujeron en 1972 un 62 % con respecto al nivel de 1971, esto es, el gobierno de la UP perdió el 84 % del stock inicial de reservas en tan solo dos años. En 1973 el nivel de las reservas internacionales netas disponibles a corto plazo equivalían a 22 días de importaciones.
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XII: PALABRAS DE UN COMUNISTA EMANADAS DESDE EL SOSIEGO El siguiente texto está basado en el artículo Un Regalo de Orlando Millas, escrito por el periodista Pablo Portales (Diario Electrónico El Mostrador, Chile 2006). LA CULTURA POLÍTICA que llevan en sus mochilas la mayoría de los políticos actuales la han cargado durante las cuatro últimas décadas: desde los 60 a los 90. Las memorias de Orlando Millas (Memorias 1957‐
MILLAS
1991 Una Disgresión), fallecido en Holanda durante su exilio, en diciembre de 1991, reviven, hasta el último día de su vida, treinta y tres años conmovedores. Millas, uno de los comunistas chilenos más reconocidos de esos tiempos, desliza casi sin pausas, consciente de que sus días estaban contados, una historia de revelaciones extraordinarias, un regalo. La pluma del periodista que fue, reconstruye ese trozo de Chile que llevamos a nuestras espaldas; la hace correr con una sinceridad que deslumbra: discute con la revolución cubana, dialoga con la Democracia Cristiana, defiende la intuición de Salvador Allende, increpa el voluntarismo izquierdista de dentro y fuera de la Unidad Popular, resalta a los comunistas que luchan en el espíritu recabarrenista y critica, sin tapujos, a los comunistas que apuestan a las armas y, finalmente, apela a las nuevas generaciones a que no olviden los devastadores daños dejados al país por la dictadura. La pluma de Millas escribe en mayúsculas: ”el socialismo real era un coloso con pies de barroʺ, y se hace dramática cuando declara: ʺcada día en la Unión Soviética sufrí una amarga decepciónʺ. Confiesa: ʺestuvimos convencidos que allí se edificaba una especie de Paraíso Terrenal (...) si el socialismo se identificase con las obras de Stalin y Brézhnev, si su sistema político fuese idóneamente el de las autocracias estatistas, si su economía debiera funcionar por los métodos del centralismo burocrático, no podrían las jóvenes generaciones actuales y futuras estar dispuestas a luchar generosamente por tales aberracionesʺ. Este es el tenor de las memorias de un comunista allendista que murió como tal, desplazado de su partido desde comienzo de los 80, cuando hizo un giro hacia las armas, mientras él gradualmente fue renovándose hasta llegar impugnar el socialismo real como una falsificación de las ideas de Marx y 25
Engels: ʺMe costó mucho dejar de lado las anteojeras de que estaba premunido. En un penoso y prolongado proceso, tardé demasiado en convencerme de las honduras de los malesʺ. Mientras la renovación de Millas lo condujo a realzar el ideario democrático y socialista de Allende, aunque dotándolo de más consistencia intelectual y flexibilidad política en una perspectiva de transformación del capitalismo, la renovación de otros comunistas y no comunistas, adheridos al socialismo real, los condujo a asumir el ideario liberal democrático en una perspectiva de dotar al capitalismo de equidad. Las Memorias de Millas son una vertiente de cultura política, pero ni los medios de comunicación, ni la academia, ni ALLENDE Y BRÉZHNEV
los partidos, incluido el Comunista, parecen interesados en beber del relato de un político chileno que dejó como herencia honestidad y lealtad a sus ideas, a su conciencia. Son demasiado los políticos actuales que han descargado sus mochilas de esta cultura y, vacíos, deambulan entre cámaras y micrófonos en la cultura del espectáculo y de la banalidad que los domina y degrada ante los ciudadanos. ® [email protected]
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reportaje exclusivo
DIARIO ELECTRÓNICO DAVID NOTICIAS
(07.09.2015)
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