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Para trabajar con este cuento hay miles de opciones aquí os presento 5
actividades que podéis realizar para trabajarlo.
 Cuento: “El monstruo de Colores”
Para el desarrollo de esta actividad se leerá el cuento: “El monstruo
de colores”, una vez finalizada la lectura se les volverá a enseñar a los
niños todas las ilustraciones de este cuento y se preguntará a cerca de lo
que pasaba en cada una de ellas, para así verificar que han estado
atentos y se han enterado de lo que ha pasado.
Las preguntas serán tipo:
-
¿Qué le ocurre al monstruo cuándo se despertó por la mañana?
-
¿De qué color es el monstruo cuándo está alegre?
-
…
En caso de no tener el cuento, podéis visionar este enlace del cuento:
https://www.youtube.com/watch?v=S-PTa20NNrI
 Sesión 2. Pintamos al monstruo
Para comenzar esta actividad, se repasará el cuento con los
alumnos, para recalcarles lo que se puede sentir en cada emoción, para
que sepan identificarla y así puedan pintar el monstruo del color
adecuado.
Una vez recordado el cuento, se pondrán 5 botes de ceras de los
colores de las emociones del monstruo y ellos deberán colorear el
monstruo según como se sientan.
Al finalizar de colorear, se les preguntará a los niños porque lo han
pintado de ese color, qué es lo que sienten para pintar así el monstruo.
 Sesión 3. Ayudamos al monstruo a ordenar sus emociones
Para comenzar esta actividad, se repasará el cuento con los
alumnos, para recalcarles lo que se puede sentir en cada emoción y el
color al que se asocia cada emoción.
Una vez repasado el cuento, se preguntará a los niños si quieren
ayudar al monstruo de colores a meter las monedas de sus emociones en
el bote que le corresponde, para ello tienen que pensar muy bien, como
se sienten para pintar las monedas que se les va a entregar, para
después explicar a todos los compañeros porque se sienten así y en el
bote que va esa moneda.
 Sesión 4. ¿Cómo nos sentimos?
Para profundizar más con el tema emociones y sobre todo trabajar
el tema de los enfados y la manera de canalizar estos enfados, haremos
una lluvia de ideas con todos los alumnos.
Para ello, se volverá a repasar como se sentía el monstruo con
cada emoción para repasar como se suele sentir uno con las diferentes
emociones.
Se les preguntará a los niños, en orden aleatorio, como se sienten
ellos con las diferentes emociones, a cada niño se le preguntará por una
emoción diferente. En esta parte de la actividad, se procurará preguntar al
niño con TDAH por la emoción de la rabia, además de algún compañero
que también le cuesta un poco controlar sus enfados. Ésta será la última
emoción en preguntar, para enlazarla con la siguiente parte.
En esta segunda parte de la actividad, se intentará buscar con los
niños la solución para pasar de estar enfadados o sentir rabia a estar
tranquilos o en calma, es decir, que podría hacer el monstruo para pasar
de estar en color rojo a pasar a estar de color verde. Para ello los niños
deberán simular que están enfadados y hacer algo (respirar tranquilos,
contar hasta 10, irse a un rincón pensar un poco y volver), para no gritar,
pegar, tirar cosas, etc. que se suele hacer cuando estas enfadad, es decir,
utilizar una técnica de relajación para evitar una conducta agresiva.
 Sesión 5. Somos pintores
Para realizar esta actividad y para ver como expresan sus
sentimientos a través del papel, realizaremos un repaso del cuento.
Se les dará un folio y un pincel a cada uno, ellos deberán elegir el
color o colores de las emociones que sienten y pintar en el papel eso que
ellos están sintiendo.
Además de trabajar estas 5 sesiones, el monstruo de colores debe de estar
presente todo el tiempo, ya que el objetivo de trabajar este cuento en el caso de un
niño con TDAH es que controle sus impulsos cuando está enfadado y aprenda a
estar más relajado. Para ello, cada vez que algún niño se enfada, se debe apartar al
niño y hablar con él acerca del “monstruo” como se sentía en ese momento, el niño
lo verbalizaba y se le pide al niño que haga algo para que este “monstruo” cambiara
de color rápidamente. (Esta parte es la más complicada, ya que en muchas
ocasiones los maestros/as les resulta imposible prestarle esta atención tan
individualizada debido al ratio de alumnos que hay en las aulas, pero en el caso de
los padres es más sencillo que puedan ayudar al niño con este control de las
emociones).