PALABRAS DE VIDA - Evangelio123.org

Palabras de Vida
Edición Semanal No. 659
Sermón en el día de Jesús 12 de octubre de 2014
Título: EL QUE AMA MI ALMA
Biblia: San Mateo 19:1-30
Predicador: Pastor Dong Han David Lee
Iglesia Esperanza Presbiteriana Reformada
Tte. 1ro. Leónidas Escobar 3913 c/ Av. Japón
Asunción, Paraguay
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Aconteció que cuando Jesús
terminó estas palabras, se alejó
de Galilea, y fue a las regiones
de Judea al otro lado del Jordán. Y le siguieron grandes
multitudes, y los sanó allí. Entonces vinieron a él los fariseos,
tentándole y diciéndole: ¿Es
lícito al hombre repudiar a su
mujer por cualquier causa? Él,
respondiendo, les dijo: ¿No
habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, y dijo:
Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto,
lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.
Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? El les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a
vuestras mujeres; mas al principio no fue así. Y yo os digo que cualquiera que
repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera.
Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición del hombre con su mujer, no
conviene casarse. Entonces él les dijo: No todos son capaces de recibir esto,
sino aquellos a quienes es dado. Pues hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y
hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los
cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba.
Entonces le fueron presentados unos niños, para que pusiese las manos
sobre ellos, y orase; y los discípulos les reprendieron. Pero Jesús dijo: Dejad a
los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los
cielos. Y habiendo puesto sobre ellos las manos, se fue de allí.
Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la
vida eterna? El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino
uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo:
¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás
falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y Amarás a tu prójimo como
a ti mismo. El joven le dijo: todo esto lo he guardado desde mi juventud.
¿Qué más me falta? Jesús le dijo: si quieres ser perfecto, anda, vende lo que
tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo, y ven y sígueme.
Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.
Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente
entrará un rico en el reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil
pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de
Dios. Sus discípulos, oyendo esto, se asombraron en gran manera, diciendo:
¿Quién, pues, podrá ser salvo? Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres
esto es imposible; mas para Dios todo es posible. Entonces respondiendo
Pedro, le dijo: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido;
¿qué, pues, tendremos? Y Jesús les dijo: de cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros
que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a
las doce tribus de Israel. Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o
hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. Pero muchos primeros serán
postreros, y postreros, primeros.
INTRODUCCIÓN
Recién estamos en los inicios del estudio del libro de Deuteronomio, y creo
que muchos se quedaron estupefactos al escuchar cuán distinto se ven los
mandamientos de Dios cuando uno lo mira y considera desde el camino del
pacto de Abraham, el pacto de los creyentes.
Y tal vez ahora sean capaces de entender un poco mejor, por qué digo que
muchísimos problemas que tienen los creyentes evangélicos de hoy se resolverían con solamente creer y aplicar correctamente el libro de Deuteronomio
en su vida dentro del pacto.
¿Por qué les recuerdo todo eso?
Porque cuando uno conoce los alcances que tienen las Palabras de Dios
dentro del Pacto de Abraham (que incluso hoy se debe vivir y guardar), las
cosas se ven muy diferentes; los hombres comienzan a ver y comprender
cosas nuevas que antes no sucedía. ¿Por qué? Porque uno escuchaba o leía la
Palabra y obedecía o dejaba de obedecer según su voluntad.
Mas ven que según el Pacto, cuando uno cree en el Dios Omnipotente y
Omnisciente, Dios quien sabe y quien proclama las cosas antes que suceda, y
quien discierne el corazón de los hombres desde muy lejos; comprenderán
por qué no existe la doctrina del libre albedrío. Y es un punto en que ustedes
tienen que orar y sobre todo arrepentirse muy sincera y fuertemente. Porque
el deseo que hoy se formulan ustedes en sus pensamientos, y luego creen
estar pidiendo con la fe de Jesús para que se cumplan sus sueños más íntimos, eso que hoy piensan que es su libertad; considerados desde el pacto es
una rebelación contra lo dispuesto por Dios.
Y si conocen la biblia, verán que la idolatría es la primera causal de rompimiento con Dios, es la primera causal de divorcio con Dios; que el pacto se
quiebre. En la biblia aparece como siguieron a Baal, o cada uno fue y construyó su lugar alto para allí ofrecer su deseos y corazón a los dioses de los cielos,
y a todos los espíritus.
¿PARA QUÉ DEBO SER NIÑO?
Es seguro que el sermón del domingo pasado sobre “Aprendiendo a ser
niño”, algunos escuchan livianamente; principalmente aquellas personas
quienes se consideran “a su manera” buenos creyentes, que siempre están
buscando a Jesús en sus oraciones.
¿Para qué necesito ser más niño de lo que soy? ¿No me basta con la fe en
Jesús que tengo hoy?
Como suelen decir muchos evangélicos, nunca me ha alejado de Jesús,
siempre tengo a Jesús en mi corazón, y oro a él todos los días.
Por eso, es tan diferente la actitud de los creyentes que escuchan la Palabra
de Dios desde la perspectiva del Pacto y de aquellos quienes viven según su
libre albedrío. Libertad en la fe, libertad en en nivel de su fe, libertad en el
nivel de involucramiento con Dios, libertad en ser más o menos sujetos a
Dios.
Por eso, es tan difícil de hacerles entender que están pecando, y eso contra
los primeros mandamientos que son más graves, los pecados que apuntan
directamente al corazón de Dios.
También no faltarán los incrédulos, incluso aquí mismo en nuestra iglesia
quien piense en su corazón: “no importa lo que diga el pastor, yo seguiré mi
camino, sé cuánto creo en Jesús, sé cuanta fe tengo, y seguiré mi camino”.
¿Qué sucede cuando no quiero ser niño en la forma como enseña el Pastor
David? Porque yo sé que “como estoy” soy suficiente en mi fe en Jesús.
¿Qué sucede cuando uno no quiere ser niño dentro del Pacto de Abraham,
del pacto de David? ¡En realidad si es suficiente, no debería interesarles esta
parte! ¿Para qué conocer más si son suficientes, estando como están hoy?
EL DIVORCIO CON JESÚS
Y esto también es una nueva incomprensión y error en las enseñanzas;
porque hoy los creyentes piensan que “ellos eligieron y ellos decidieron y ellos
desearon creer en Jesús.”
En cambio, la biblia habla de una relación de matrimonio entre Jesús y cada
uno de nosotros, como dice en el libro “Cantar de los cantares”, cómo Jesús
es “Aquel que ama mi alma”. Que cuando el amado viene, debe ser recibido y
no dejar que el amor se deje esperar; porque el amado puede alejarse.
Mientras los hombres inicuos vinieron a Jesús para tentarle, y para cuestionarle acerca del divorcio entre hombres; en realidad Jesús habla de la relación
de matrimonio entre Dios y el hombre. Por eso, hay que atender las palabras
de Jesús: “así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios
juntó, no lo separe el hombre.
Y esta es nuestra unión, en uno entre Cristo Jesús y cada uno de nosotros; y
fue establecido por Dios. Cosas que para los hombres es imposible, pero ¡para
Dios no!
Cuando le siguieron insistiendo acerca del divorcio que Moisés había permitido por la maldad de los hombres, Jesús habla de algo muy importante para
nosotros.
Así que atiendan lo que les diré: Cuando ustedes viven dentro del pacto,
ustedes tienen una relación de matrimonio con Dios; y no es simplemente
una relación de “creyente – Dios” como muchos piensan en el contexto del
libre albedrío.
Significa que es una relación que no se puede separar ni dividirse, que no se
puede quebrar, y con ese celo Dios también cuidará a su esposa (es decir: tú).
Por eso, cuando uno es niño ante Dios; cuando uno cree en Jehová Dios del
cielo y espera, se deja guiar pacientemente dentro del pacto, verán que son
guiados como dice en Cantares: “El que ama tu alma”.
Pero si ustedes leen en Cantares, también dice: que no deje que el amor se
deje esperar, porque el esposo también es impaciente, también es muy celoso; y también nosotros debemos desearle intensamente.
Mas en el pasaje de San Mateo, Jesús menciona algo que es muy grave y
que aparece también en Cantares, fíjense en el versículo 9: “y yo os digo que
cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con
otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera.”
Y con los estudios de Deuteronomio, saben cuán fácil es caer en adulterio o
en fornicación cuando uno no está discipulado y anda firme en el Pacto de
Abraham; consecuentemente siempre está en una situación de divorcio, donde lo único que sostiene a ti es la gracia o la misericordia de Dios.
Con lo cual toda ventaja que uno tiene porque está unido a Dios, y es un
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Hoy, es igual. Toda persona quien dice que cree y tiene fe en Jesús; mas si
no recibe el reino de los cielos como un niño, y quien no se esfuerza en ser
niño cada día, en cada situación. Sí, tienes que conocer al que ama tu alma;
comprender profundamente cómo amar al que ama tu alma.
Y tienes que saber que tu amor y comprensión por aquel quien ama tu alma se demuestra por esta regla: “Nosotros le amamos aél, porque él nos amó
primero. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso.
Pues el que no ama a su hermano a quien ha visot, ¿cómo puede amar a Dios a
quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a
Dios, ame también a su hermano. Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es
nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha
sido engendrado por él”. (1 Juan 4:19-5:1)
Como este joven nunca guardó los mandamientos de Dios porque “ama
igualmente al que ama su alma”, no pudo cumplir ese mandamiento de Jesús… su amor por algo del mundo, como las riquezas que tenía le impedían
seguir.
Este abandono que hizo este joven, porque tenía muchas posesiones, y por
lo cual Jesús dijo a sus discípulos: “De cierto os digo, que difícilmente entrará
un rico en el reino de los cielos. Otra vez os digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios”.
Justamente esta es la regla para ser niño en todos los aspectos y sentidos
de la vida y en el quehacer de los creyentes. Tal es la exigencia para que seamos niños, para que seamos abiertos respecto al que ama nuestra alma.
Pero también con esta negación y alejamiento del joven, porque amaba
más sus posesiones y dejaba atrás al que amaba su alma, en realidad, no es
una simple negación; sino es una fornicación tras sus riquezas, y un adulterio
contra aquel quien ama tu alma.
Con este hecho, ya es un causal de divorcio con Dios, con aquel quien ama
tu alma. La infidelidad contra aquel quien ama tu alma realmente es muy
amplia, y también muy fácil de cometer.
Solamente que la paciencia y la misericordia de Dios, la larga espera y longanimidad hace que el hombre no sepa ni comprenda en toda la dimensión.
Por eso, si no os “volvéis niños” en un modo continuo de tu accionar y en
todos los sentidos de la vida; ciertamente que en algún punto se puede quebrar duramente y capaz que te rebeles duramente contra “el que ama tu alma” como este joven, olvidándote de ser niño.
Ser niño o volverse niño delante de Dios para entrar en el reino de los cielos
ciertamente tiene una recompensa grande: que entras al reino de los cielos,
logras ver al que ama tu alma, tú también amas al que te ama y te sientas a
su diestra.
Cuando uno no se esfuerza en buscar y en amar a aquel quien ama tu alma
como un niño, sea que tú seas un viejo creyente o seas uno novato, te estarás
alejando, apartándote y sobre todo creando las razones y causas que te separarán cada día más de Dios.
Hoy, como saben ustedes, muchos creyentes simplemente consideran que
su fe en Jesús es suficiente, que puede lograr todo, que puede alcanzar todo y
lo peor: SUPONE QUE ANDA DE MARAVILLAS en su relacionamiento con
Dios.
Edición Semanal No. 659
cuerpo con Jesucristo como esposo, se desvanece por causa de las constantes
fornicaciones de los creyentes quienes aman este mundo, están disconformes con el camino y las respuestas de Dios; y sobre todo por los amores e
idolatrías respecto a hombres del mundo.
Toda esta situación está sucediendo en forma inadvertida porque los evangélicos de hoy consideran que tienen libre albedrío, que pueden vivir libremente su vida y también acercarse a Dios cuando él lo piensa oportuno o
necesario.
Más, Jesús siendo quien “Ama mi alma” no ve ni considera con buenos ojos
ninguna fornicación ni adulterio con respecto a los ídolos, hombres, bienes, o
ninguna cosa creada que está en la tierra. Y lo que los fariseos vinieron a cuestionar a Jesús si era lícito o no el divorcio permitido por Moisés; Jesús utiliza
este tema para hablar de algo mucho más grave y profundo: Tu divorcio con
Dios… si no te haces niño para entrar en el Reino de los cielos.
EL OJO DE LA AGUJA
La sucesión de los hechos, nunca está al azar; sino que todas las cosas Jesús
las enseña con un propósito evidente.
Seguramente algunos preguntarán, ¿qué es la fornicación y qué es el adulterio con el cual uno puede recibir el divorcio de Dios?
Mientras hoy los creyentes cuestionan la ley de Dios acerca del divorcio
dentro de un matrimonio entre hombre y mujer, Jesús habla que existe otro
divorcio que ningún creyente está contemplando ni siente la gravedad o la
amenaza de esa posibilidad por la dureza del corazón del hombre.
Y para enseñar eso, viene un joven quien pregunta la incógnita que persiste
en su corazón: “Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?”
Esta pregunta, interpretado de otra forma significa: “siento un gran vacío y
no entiendo por qué no puedo entrar al reino de los cielos, porque no me siento salvado. ¿Qué más tengo que hacer?”
Jesús dice: Guarda los mandamientos. El joven responde: “Todo esto lo he
guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?”
Talvez habrá guardado todos los mandamientos, pero no aprendió a ser
niño. Pues guardar los mandamientos, no es una obediencia letra por letra,
hecho por hecho; sino que al guardar los mandamientos, el hombre debe ver
a Dios, debe creer en las Palabras y el sentido de ellas. Debe contestar:
¿Quién es el Dios quien me enseña y me dice que viva de esta forma? ¿Cómo
es la persona de Dios quien me dice constantemente vive delante de mí y sé
santo?
Hoy también el creyente evangélico de hoy simplemente cree por creer; no
se preocupa en conocer a Dios. Ni se preocupa en adentrarse en el amor de
Jesucristo. ¿Quién es Jesús quien me ama tanto? ¿Por qué quiso morir por mis
pecado y salvar mi alma?
¿Conoces al que ama tu alma? ¿Por qué crees que Jesús ama tu alma más
de lo que tú mismo lo haces?
El creyente evangélico de hoy dice tener fe, pero no le gustan los mandamientos de Dios; los niega, los rechaza y hace lo posible para incumplirlos.
¿Por qué tengo que guardarlos? ¿Por qué Dios me impone mandamientos tan
duros y severos?
No se ven por ningún lado el “niño” que Dios busca; y desea encontrar, o
que por lo menos el hombre sea “niño” en entender el amor de Jesús. Por
tanto, cuando el creyente no entiende en qué consiste su “salvación” en Cristo, ¿cómo piensa conocer al que ama su alma?
Todo esta incomprensión acerca de Jesucristo, al que ama tu alma, se manifiesta cuando Jesús le dice: “Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que
tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo y ven y sígueme”.
4
CONCLUSIÓN
Cuando los creyentes no se esfuerzan en volverse niños para entrar en el
reino de los cielos, es como un bote que se hace aguas por diferentes agujeros que van apareciendo en sus vidas, y cada día se hunde más.
Un modo muy frecuente de saber esto es ver cuánto les cuestan a los creyentes alcanzar a Dios, hacerse escuchar y ser correspondido. Las largas oraciones, las abundantes lágrimas y los muchos ayunos para conocer la voluntad de Dios… es como un tremendo esfuerzo físico que realiza para pasar por
el ojo de una aguja para estar ante Dios.
Volverse niño delante de Dios, y finalmente comprender a aquel quien ama
tu alma, requiere de un esfuerzo muy constante, tesonero y requiere morirse
todos los días, y soportar una gran cruz delante de los hombres y del mundo.
Más también, cuando logras corresponder al amor de Aquel quien ama tu
alma, nadie puede impedir tu acceso a Dios: “Dejad los niños venir a mí, y no
se lo impidáis”… porque es una orden de Dios.
Que Dios te bendiga, niño fiel.
HORARIOS DE REUNIONES
LA CONCESIÓN A LOS NIÑOS
Mientras muchos creyentes hoy discuten si Dios es justo o no, o por qué no
le bendice o no, y se resiste a ser niño…, el verdadero niño, aún en medio de
estas polémicas entre “grandes e incrédulos”, cuando viene a Jesús siempre
tiene las puertas abiertas:
“Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el
reino de los cielos. Y habiendo puesto sobre ellos las manos, se fue de allí”.
Mientras los hombres rebeldes e incrédulos discuten si Dios puede condicionar tu vida según las Escrituras, o quieren más libertad, o vivir lo más alejado posible de los condicionamientos de Jehová Dios; aquellos niños quienes se hacen discípulos y siguen a Jesús obtienen una gracia y un premio muy
superior a cualquier entendimiento: “He aquí, nosotros lo hemos dejado todo,
y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? Y Jesús les dijo: de cierto os digo
que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su
gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos,
para juzgar a las doce tribus de Israel. Y cualquiera que haya dejado casas, o
hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi
nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna.”
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Horarios de Culto
Domingos
Miércoles
09:00 hs
19:30 hs
Horarios de Oración
El Despertar con Dios, todos los días 05:00hs
Horarios de Estudio Bíblico
Otros Ministerios
Miércoles (Radio Evangelio123) 9:30~10:30hs
Jueves
19:45~21:30hs
Viernes
19:45~21:00hs
Sábados
19:45~21:00hs
Evangelización (Todos los días)
Visitas a Hospitales (ICruz Roja Paraguay, Emergencias
Médicas, Materno Infantil de: San Lorenzo, San Pablo).
Comedor Ambulante. Palabras de Vida (Impreso).
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