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Instituto Universitario CEDIIAP
Departamento de Psicomotricidad
Línea de Investigación:
EL DIAGNÓSTICO EN PSICOMOTRICIDAD
Introducción
Hace ya dos años, fuimos invitados a esta ciudad de Córdoba a presentar las conclusiones de
un trabajo recientemente finalizado que llamamos “Revisión de la estrategia diagnóstica en
Psicomotricidad”. Este trabajo que iniciamos en 2010, pretendía ser un icomienzo o una base
para adentrarnos en el tema del Diagnóstico en nuestra disciplina, tema que aún hoy sigue
siendo muy controvertido.
Fue así que iniciamos esta línea de investigación que parece ser inagotable, ya que cuanto más
nos involucramos con ella, más dudas van surgiendo.
Si ustedes me lo permiten, me voy a detener un poco en ciertas reflexiones que, en forma
recurrente, me vienen a la mente dado el hábito que se crea en las personas que han pasado
por la experiencia de psicoanalizarse y que continúan en permanente contacto con esta
corriente del pensamiento.
¿Por qué hemos elegido esta línea de investigación? ¿Qué incertidumbres, qué cosas, de
nuestra historia profesional y por qué no, personal, nos llevan una y otra vez a rever
determinados temas?
Creo tener una posible respuesta y es que los psicomotricistas pese a los avances logrados,
siempre estamos interrogándonos sobre nuestra IDENTIDAD. ¿Qué es ser psicomotricista?
¿Qué es la PSICOMOTRICIDAD?
Por momentos creemos tenerlo claro y de pronto esa certeza se nos escapa. Leemos las
producciones de destacados colegas y allí encontramos muchas coincidencias pero también
claras diferencias que en definitiva surgen, de diversas formas de lo que Leticia González ha
llamado al nombrar uno de sus libros “Pensar lo psicomotor” (2009)
El título de ese libro me gusta mucho porque depende de la forma como “pensamos lo
psicomotor” o del lugar donde nos ubicamos para pensarlo, lo que vamos a ver y de ahí, cómo
vamos a encarar la clínica psicomotriz.
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Me viene a la cabeza en este momento, algo que escribió mi compatriota y amiga Claudia
Ravera en aquellos Diálogos informales que sostuvimos vía mail con el Prof. Bernard
Aucouturier…(2012). Ella decía que tenemos que definir nuestra especificidad y nuestros
límites, bajar la omnipotencia. “Yo no veo”, decía, “que en otras disciplinas estén rumiando
sobre su identidad”, pero más adelante admitía que “ser una disciplina de fronteras no es
fácil”. Y yo agrego: sí será difícil!!
Es precisamente por esa dificultad, que nos lleva a una búsqueda constante de nuestra
identidad, que creemos encontrar la razón de nuestra elección del tema del “Diagnóstico”
como línea de investigación: porque con esto pretendemos tener una visión que nos dé bases
más certeras para pensar no solo el diagnóstico sino también avanzar en la conceptualización
de nuestra disciplina.
Quiero mostrarles algunos dibujos de niños (los dibujos de los niños nos dicen tanto!!). En
estos dibujos me parece que está expresada esa dificultad que nos afecta y que nos lleva a esa
búsqueda sin descanso.
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Como ustedes saben, la dificultad que se muestra en estos dibujos de integrar la cabeza con el
cuerpo, es común en muchos niños. Hace unos días dando una clase en CEDIIAP, se me ocurrió
que es la misma dificultad que tuvimos nosotros para sacar el guión que unía, ¿separaba? el
nombre de nuestra profesión: PSICO-MOTRICIDAD. ¿Cuánto tiempo nos llevó poder escribir
PSICOMOTRICIDAD sin guión?
Hace ya muchísimos años (1983) en una entrevista que realizamos al Prof. Bergés en París, él
nos decía que las alteraciones o las dificultades psicomotrices comprenden al “equipamiento”
(que el definió en ese momento como “el estado de las funciones que están sostenidas por
estructuras anatómicas y la capacidad de su funcionamiento”) pero también tienen que ver
con la “capacidad de establecer con el exterior una relación armoniosa por intermedio del
cuerpo”… pero agregaba que las alteraciones psicomotrices “tienen que ver con la calidad del
funcionamiento de la función” y al decir esto hacía hincapié en “la mirada del terapeuta”. “Lo
que es original”, decía, “es que la Psicomotricidad toma al cuerpo a partir del momento en que
hay una realización”….”lo que corresponde a la psicomotricidad es que tanto el examinador
durante la realización del bilán psicomotor o el terapeuta durante el tratamiento “miran”. Es
decir, concluía, “que es en el campo de la mirada del otro que la Psicomotricidad cobra
existencia”. No obstante, en la misma entrevista, agregó hacia el final algo que en ese
momento, no fue demasiado tomado en cuenta por nosotros y que actualmente es lo
fundamental cuando pensamos estos fenómenos. Dijo que también había algo que
habitualmente no se tenía en cuenta, pero que él pensaba que tenía un peso muy importante
y “es que el terapeuta en Psicomotricidad no solo mira, también HABLA”. Aquí ya introducía ya
lo simbólico. Y esto último va cobrando tal importancia en su pensamiento que años después
él mismo llega a considerar que el trastorno psicomotor es del orden de lo simbólico. Es el
lenguaje lo que permite la inscripción somatopsíquica. Son las dificultades para nombrar y al
nombrar, dar sentido a los desencuentros vividos en las relaciones con el entorno mediante las
cuales se va construyendo el psiquismo, que se traducen lo que llamamos trastornos o
síntomas psicomotores. (Bergés, 1991, 1992, 1993)
En la civilización occidental llevó siglos llegar a admitir que cuerpo y mente, cuerpo y alma,
cuerpo y psiquis no son dos entidades separadas!!!
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Nosotros, coherentes con la línea de pensamiento dominante en CEDIIAP, buscamos
en la Neurología las explicaciones de los fenómenos que nos ocupan o nos pre-ocupan.
“Todo es o deriva de la materia” decía Engels. Pero, ¿cómo entender “que la actividad
o fenómeno psíquico sea al mismo tiempo un fenómeno fisiológico y psicológico?
(Pérez Lache, N., 2004)
Sabemos que el desarrollo psicomotor es producto de una “negociación entre el
organismo y las experiencias que el individuo vive con el entorno por intermedio del
cuerpo”. Últimamente agregamos: “donde los avatares de la simbolización tienen un
rol fundamental”. (de León, C. 2015)
Las neurociencias en los últimos años, al contar con instrumentos más exactos de análisis de lo
que sucede en el organismo cuando el individuo vive experiencias de diferentes tipos, nos
dicen que se producen cambios a nivel de los neurotransmisores y en las redes sinápticas. Nos
dicen también que al ejercitarse las funciones, las estructuras anatómicas se vuelven más
aptas para sostenerlas.
También está demostrado que esas experiencias producen modificaciones a nivel de los
neurotransmisores y en la constitución de las redes sinápticas las cuales se fortalecen
para poder sostener las funciones que se van construyendo. Pensamos que cuando estas
interrelaciones no se dan de manera adecuada, las funciones pueden no estructurarse
debidamente. También aceptamos la posibilidad de que las funciones se establezcan en
forma adecuada, pero que el problema se plantee cuando la función se “da a ver”, en lo
que se ha llamado “funcionamiento de la función”.
Pese a que no ignoramos que según los conceptos actuales, no existen localizaciones
precisas en el cerebro para cada una de las funciones, que cuando una función se pone
en marcha, se activan redes inter-neuronales muy extensas donde unas influyen sobre
las otras, creemos pertinente aquí, tomar las palabras del Dr. Mesulam, cuando en un
artículo publicado en La Nación de Buenos Aires (2011) se le pide que explique en un
párrafo cómo funciona la mente. Este científico responde entre otras cosas: “…. ya
sabemos algo: que diferentes partes del cerebro hacen cosas diferentes, y que éstas no
están confinadas dentro de fronteras individuales. Las funciones cerebrales están
organizadas en redes distribuidas e interconectadas entre sí. Por ejemplo, no es que las
palabras se encuentren en una parte especial del cerebro. Están en todo el cerebro, pero
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hay un área crítica que sabe dónde, que opera como el directorio de una computadora.
Si uno pierde el directorio... olvídalo, nunca las vas a encontrar, no porque el directorio
contenga los archivos, sino porque sabe dónde están. Estamos empezando a describir las
funciones cerebrales como un mosaico increíblemente complejo en el que hay diferentes
áreas de especialización, áreas que pueden relacionar la información distribuida. Hemos
realizado avances realmente fantásticos, pero todavía estamos en los comienzos”.
Como vemos, por mucho que se ha avanzado, seguimos en el terreno de “lo
incierto…del des-conocimiento”, para tomar las palabras de vuestra compatriota
Mónica Beatriz Rodríguez (2011); desconocimiento que es necesario “tolerar”, dice
Leticia González.
Pero ya tenemos algunas bases sobre las cuales podemos pensar, conceptualizar y
actuar (cuando se trata del abordaje clínico en Psicomotricidad):

Las funciones cerebrales están organizadas en redes distribuidas e
interconectadas entre sí.

Existen áreas de especialización, áreas que pueden relacionar la información
distribuida.

Como producto de dificultades surgidas en los intercambios entre el ambiente
estimulador y el cuerpo receptor, las funciones o el funcionamiento de las
mismas, pueden verse alteradas.

Basándonos en lo anteriormente dicho y conociendo la ya demostrada
plasticidad del cerebro, es decir su capacidad de modificar los sistemas ya
constituidos, podemos aventurar la hipótesis de que una intervención
adecuada puede permitir al individuo vivir experiencias que lo habiliten a
mejorar determinadas funciones o el funcionamiento de las mismas.
Es por esta razón, que hemos dado tanta importancia al tema del Diagnóstico como
herramienta que nos hace posible encontrar a qué se debe el trastorno por el cual el
paciente nos consulta y planificar en consecuencia una estrategia de abordaje que lo
ayude a mejorar sus relaciones con el medio.
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Además, los que llevamos muchos años en la clínica psicomotriz, los que hemos visto muchos
niños que consultan casi siempre por sus dificultades para relacionarse con el entorno por
intermedio del cuerpo, sabemos que existen perfiles diferentes. Esas diferencias surgen, por
supuesto, de las diferencias naturales que se dan entre las personas, pero nuestra experiencia
nos dice que más allá de estas diferencias, podemos distinguir perfiles que tienen
características en común, no solo por su presentación, sino también por su evolución en el
tratamiento.
También nuestra experiencia nos indica que según sea el perfil del paciente, el modo
de abordaje debe ser diferente. De ahí la importancia de un buen diagnóstico.
En el trabajo que presentamos en 2013, habíamos agrupado según el análisis de los
resultados en las pruebas estandarizadas y no estandarizadas aplicadas los niños
seleccionados por sus dificultades detectadas por las maestras, de la siguiente manera:
Aspectos Motrices
25
Incidencia
20
Entrevista ("Hist. del Cuerpo")
Dibujo Libre
15
DFH Ítems Emocionales
10
Test de Bender (Praxia Const.)
5
0
1
Pruebas
Posición en el Espacio del Frostig
(Percepción visuo-espacial)
Reversal (Percepción visuoespacial)
Vemos entonces que la prueba con mayor peso es la referida a los ítems emocionales
del DFH (prueba estandarizada por Koppitz).
Podríamos concluir que lo que más incidencia tiene en los trastornos del desarrollo
psicomotor son los aspectos conflictivos en relación a la imagen del cuerpo.
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En segundo lugar tenemos el Test de Bender (Praxia Constructiva), test que atiende a
la relación con el espacio y la posibilidad de construirlo. Vemos en la gráfica la gran
importancia que tiene en la génesis de las dificultades de nuestros pacientes.
También aparecen como datos importantes los referidos a la gnosia visuo – espacial
(Posición en el Espacio del Test de Frostig y Reversal). En esto se ve claramente la
vinculación entre los aspectos gnósicos referidos al espacio y la praxia constructiva.
Luego tenemos dos entidades con una incidencia de menos peso pero no menor que
son: lo que hemos llamado “Historia del cuerpo” y Dibujo Libre. Estas pruebas no son
estandarizadas pero como hemos mencionado antes, son elementos muy valiosos en
nuestro quehacer dado que atraviesan ineludiblemente los datos aportados por las
pruebas estandarizadas. Por ejemplo vemos que en Historia del cuerpo nos estamos
refiriendo a experiencias dolorosas vividas por el niño desde etapas muy tempranas,
etapas en las que, no lo olvidemos, se está construyendo el psiquismo.
Sorprendentemente las alteraciones en la motricidad de base, que muestran aspectos
más vinculados a la inmadurez neurológica, si bien tienen incidencia, se encuentran en
13 de los 24 niños observados. Esto último, decíamos en aquel momento, es
importante recalcarlo, porque la idea que existe a un nivel que podemos llamar
“popular”, es que cuando el niño presenta alteraciones psicomotrices, hay una
dificultad a este nivel. Es lo que piensan los padres, muchas veces los maestros y por
qué no algunos profesionales lo que los lleva a no comprender muchos abordajes en
psicomotricidad, cuando el especialista no encara la ejercitación motriz propiamente
dicha.
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NUEVAS TÉCNICAS, NUEVAS INCERTIDMBRES
En los últimos dos años (2013 -2015), hemos accedido a nuevas técnicas que permiten
un examen más fino de determinados aspectos que inciden en la motricidad. Fue para
nosotros un hito que marcó un antes y un después en nuestra mirada de los pacientes,
el hecho de haber tomado contacto con la investigadora francesa, Laurence VaivreDouret, a quien invitamos a Montevideo en mayo de 2014 para dictar un curso sobre
la aplicación de un instrumento de examen de su autoría, la batería NP-MOT.
Esta batería explora los siguientes aspectos:

Tono de fondo

Tono de acción

Motricidad global

Lateralidad tónica

Lateralidad funcional

Praxias manuales

Otras praxias

Gnosias tactiles
Fue fundamentalmente la precisión del examen del tono de fondo y de los aspectos
vinculados a la lateralidad, lo que nos llevó a repensar nuestras conclusiones producto
del trabajo terminado en 2013 y al que acabamos de aludir.
¿Qué resultados hubiéramos obtenido si en este trabajo hubiéramos utilizado este
instrumento para la exploración de la motricidad de base? Sería tan baja la incidencia
de este aspecto y sobre todo en relación a la incidencia de las experiencias conflictivas
en la construcción de la imagen del cuerpo?
No hemos tenido el tiempo necesario para comprobar esto en forma científica, más
aún porque el aprendizaje de las técnicas de exploración que propone Vaivre-Douret,
requieren de una gran experiencia para poder captar los trastornos referidos al tono
de fondo y a la lateralidad.
Estamos en una etapa de aprendizaje de la aplicación de esta batería y a eso se debe
que después de conocer este nuevo instrumento de estudio de nuestros pacientes,
hayamos hecho un “impasse” para constituir un grupo de estudio con las personas que
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participaron en el taller dictado por la Prof. Vaivre-Douret, no solo para aprender a
aplicar la batería, sino para repensar temas que ya teníamos por ciertos.
Creo importante contarles que durante la semana que dedicamos a la realización del
taller, pudimos ver niños de nuestra consulta que habíamos diagnosticado con las
pruebas que utilizábamos hasta entonces y a ser aplicado el examen propuesto por
Vaivre-Douret , nos cambió totalmente la interpretación de las dificultades que
presentaban y posteriormente tuvimos que repensar el encare de los respectivos
tratamientos. El escaso número de niños vistos en esta oportunidad, no nos permite
llegar a ninguna conclusión, pero nos hace pensar…
La gran pregunta que nos surgió fue la siguiente: ¿Cuánto inciden ciertas
características de lo que nosotros llamamos “cuerpo real” (García, B. 2002), sin llegar a
hablar de patologías, que condicionan desde las etapas más primarias de la vida las
relaciones con el entorno y derivan en trastornos o alteraciones?
Una vez más nos encontramos en el terreno de “lo incierto” de que hablábamos al
comienzo de esta exposición.
Fue así que después de un tiempo de reflexión y de elaboración, por qué no, de la frustración,
hemos presentado a las autoridades de CEDIIAP otro proyecto de investigación que hemos
llamado “Los trastornos de la lateralidad y su incidencia en la construcción del espacio
en el niño”
Estamos en este momento en la etapa de organización del equipo de investigación.
Como ustedes recordarán, la importancia de la lateralidad en la constitución del esquema
corporal normal y su incidencia en la construcción de la noción de espacio en el niño, fue
tenida en cuenta por los autores clásicos (de Ajuriaguerra, Stamback) al punto de considerar la
alteración o la fragilidad en la constitución de una lateralidad homogénea como una de las
causas de ciertas Alteraciones Psicomotrices.
Más adelante, durante mucho tiempo, este tema fue dejado de lado hasta que trabajos
recientes vuelven a tener en cuenta este aspecto dándole, en algunos casos, una fuerte
importancia.
Hablamos, no solamente de la ya citada Prof. Vaivre-Douret ,sino también de otros
investigadores de la talla de Jean Michel Albared y André Bullinger, entre otros.
Sin embargo, si vamos a otras líneas de pensamiento como por ejemplo la que expresa la
Asociación Psicoanalítica Americana, vemos que bajo el nombre de DCD (Desórdenes en el
Desarrollo de la Coordinación), se agrupa un número muy heterogéneo de patologías del
movimiento no estableciendo signos clínicos claros que los diferencien entre sí.
En el DCM III (1987) nos encontramos con la sigla TAC que engloba todas las alteraciones en las
habilidades motrices de la infancia.
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Si seguimos indagando, veremos que en 1994, en el Consenso Internacional de Londres se
vuelve a recomendar esta sigla (TAC) para la denominación de estos cuadros de dificultad
motriz.
Nosotros estamos de acuerdo con lo que expresa la Prof. Laurence Vaivre-Douret( 2014), quien
dice que esto es así porque no se estudian estos niños con instrumentos suficientemente
sensibles que permitan discriminar patologías que aunque tienen una presentación similar, son
en sí diferentes.
Es por esta razón que nos proponemos encarar el aludido trabajo que está pensado en dos
etapas:
METODOLOGÍA
1ª etapa - Estimar la prevalencia de los trastornos de la lateralidad tónica y de la lateralidad de
uso en una población de niños de edad escolar (de 6 años 0 mes a 12 años 0 mes). Para esto se
realizará un estudio piloto donde se estudiará la lateralidad en 30 niños.
2ª. etapa - Indagar acerca de la incidencia que este tipo de trastorno puede tener en el
proceso de construcción de la noción de espacio en la mencionada franja etárea.
Esta 2ª. etapa estará supeditada al resultado de la 1ª.
Si la prevalencia encontrada en el estudio piloto supera el 30% se diseñará a posteriori un
estudio de tipo transversal realizando un muestro aleatorio de 100 niños dentro de la franja
etárea descripta.
Si el estudio piloto encuentra una prevalencia menor al 30 % se diseñará un estudio tipo casocontrol (lateralidad cruzada versus lateralidad homogénea) con 30 casos de lateralidad cruzada
y los compararemos con 60 controles de lateralidad homogénea.
Tanto para el estudio piloto como para el resto del estudio, a cada niño se le aplicarán las
siguientes pruebas:
Para el estudio de la LATERALIDAD:
-
Pruebas de LATERALIDAD de la Batería de Evaluación de las funciones neuromotrices
del niño (NP-MOT) de la Prof. Laurence Vaivre-Douret.
Para el estudio de la incidencia de los trastornos de la LATERALIDAD en la construcción de la
noción de ESPACIO:
-
Pruebas de ORIENTACIÓN ESPACIAL de la Batería de Evaluación de las funciones
neuromotrices del niño (NP-MOT) de la Prof. Laurence Vaivre-Douret.
Test de Pascual
Test de Bender
Es de uso, terminar una exposición como esta, con un capítulo que se acostumbra a llamar
“CONCLUSIONES”. Nosotros no lo vamos a hacer, no solamente porque respecto al último
trabajo, estamos recién en los inicios, sino porque está demostrado y no nos cansamos de
10
insistir, que en las áreas que nos competen, que se ocupan del estudio del comportamiento
humano, nunca llegamos a conclusiones definitivas, que cada trabajo nos da solamente
algunas pautas que nos ayudan a pensar… Por lo menos esto es y será así hasta tanto
aparezcan técnicas más certeras de estudio.
Montevideo, setiembre 2015
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