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CUENTOS INVENTADOS
PELIGRO EN EL CAMPO
Había una vez cinco compañeros que salieron de excursión al
campo. Se llamaban: Carlos que era el líder del grupo, Sara que
era muy alegre, Ernesto que era muy bueno montando en
bicicleta, Amalia que era muy simpática y, por último, Ismael que
era el más juguetón. Cuando iban por el camino lleno de moscas
les paró un guardia y les dijo que no se metieran en zonas
restringidas. Siguieron hasta que llegaron a un sitio en el que
ponía: Zona restringida. Pero ellos, sin hacer caso al guardia se
metieron y allí se comieron un bocadillo y un zumo y cada uno un
cacho de tarta. Después se fueron a ver los animales y vieron una
serpiente. Cuando llegaron a un bosque estaban muy cansados y
pensaron en un ascensor. Ellos se adentraron en el bosque y uno
de ellos se tuvo que quitar los calzoncillos porque estaban
mojados. Siguieron por el camino y les atacó el hombre-ciervo y
les mató con una flecha. Entonces subieron al cielo pero Dios vio
que eran malos y los mandó al infierno para que se pudrieran
eternamente.
David López
EL JARDÍN ENCANTADO
Había una vez cinco niños que salieron de excursión al campo.
Carlos era el líder y los demás iban detrás con bicicletas de la
marca moderna, no de la vieja. Las bicicletas eran de colores.
Querían pasar por una montaña pero de repente aparecieron
muchas moscas y empezaron a molestarles. Cuando al final se
libraron de las moscas se pusieron a comerse el bocadillo.
Después de terminar de almorzar siguieron y de repente se
encontraron con un ascensor que les llevaba a una pastelería.
Ellos se quedaron asombrados y compraron una tarta. Siguieron
en camino y se encontraron una serpiente. De tanto miedo
salieron pitando y la tarta se les cayó. Como salieron tan deprisa
a uno de ellos se le cayeron los calzoncillos. Al final salieron de
ese campo y nunca más volvieron por allí.
Carlos Vlad
UNA EXCURSIÓN MUY MISTERIOSA
Había una vez cinco compañeros que salieron de excursión al
campo. Era un campo con muchos árboles y flores y también
animales. El líder era don Custodio que tenía una bicicleta para
cinco personas. Pero uno de ellos no sabía pedalear porque tenía
cinco años, así que lo pusieron en un carrito que tenían. Cuando se
sentó notó algo pringoso. Se levantó y encontró muchas moscas y
gritó:
- ¡Qué asco!
Empezó a llorar pero le silenciaron con un bocadillo. De paso se
encontraron con un edificio con un ascensor para descansar. Se
sacaron una botella de agua de cinco litros y una tarta de
chocolate blanco y negro. ¡Estaba riquísima!
Les dio la idea de ver una cueva donde había una serpiente. La
buscaron en el libro y se trataba de una serpiente con
calzoncillos. Descubrieron que también tenía calzoncillos de
lunares y de patitos. Se fueron corriendo y se encontraron una
jirafa y cincuenta elefantes.
Por fin se volvieron al autobús y se lo contaron a todos.
Ismael El Aichi
UN AMOR INSEPARABLE
Había una vez cinco compañeros que salieron de excursión al
campo. Se encontraron con un perro y una perra. Los niños fueron
a por ellos. Se llevaron al perro a una casa, en bicicleta y a la
perra en coche. Los perros estaban tristes porque no les dejaron
que se vieran.
Los niños cuando querían los juntaban, pero los perros no eran
felices. Uno comía moscas y el otro lechuga. Hasta que un día fue
el dueño y se llevó al perro. El perro ya no comía moscas sino
zanahorias.
A la perra le daban un bocadillo y se la llevaron a Sevilla y el
perro se quedó en Toledo, en un piso con ascensor.
Los perros no eran felices. Conocieron a más novios y novias, pero
se seguían queriendo.
Un día el perro se comió una tarta y tuvieron que ingresarle en
una clínica veterinaria.
Otro día la perra fue a hacerse una revisión a la clínica
veterinaria. Se encontraron por los pasillos, pero no se
reconocieron porque la perra tenía una mordedura de una
serpiente y el perro unos calzoncillos en la cara.
Pasaron tres horas y se volvieron a encontrar y fueron felices y
comieron perdices.
Samuel Rojas
EN EL CAMPO
Había una vez cinco compañeros que salieron de excursión al
campo. Se llamaban Álvaro, Pedro, Carlos, Enma y Lucía. Uno de
ellos se rompió una muñeca porque se cayó por un barranco. Iban
en bicicletas. Vieron un caballo y todos querían montarse, pero
solo se montó Carlos. El caballo se puso de manos pero Carlos
reaccionó y se bajó. El caballo se puso de manos porque le picó
una mosca. Llevaban un bocadillo y al mediodía se lo comieron.
Ellos decían que echaban de menos un ascensor al ver mil
escaleras. Subieron las escaleras y había una tarta en la copa de
un árbol, rodeada por una serpiente. También había unos
calzoncillos en el árbol del lado. Y así se acaba la historia.
Lucia Martín
EN EL CAMPO
Había una vez cinco compañeros que salieron de excursión al
campo. Allí vieron muchos animales: zorros, gatos monteses,
águilas… El líder, que iba en bicicleta, les enseñó una piel de
mamut. Llegó la hora de merendar, pero las moscas no les
dejaban, así que Sara, Esteban y Bocadillos las mataron. Se
pusieron a merendar. Después de merendar hicieron piragüismo
en el gran lago llamado Ascensor. Más tarde se dieron un paseo
por la Sierra de la Tarta. A continuación se fueron a casa.
Serpiente, la madre de Estaban, les preguntó si se lo habían
pasado bien y él le dijo que sí. Su madre le dijo que se pusiera los
calzoncillos y se fuera a la cama.
Rubén Balas
EL ASCENSOR ENCANTADO
Había una vez cinco compañeros que salieron de excursión al
campo. Uno de los chicos, que se llamaba Juanjo, se encontró una
bicicleta vieja apoyada en un árbol. Pero eran cinco compañeros y
en una bicicleta no cabían. A uno le daba asco sentarse en la
bicicleta porque había moscas muertas, pero al final se adaptó.
Después empezaron a tener hambre y se comieron los bocadillos.
Había una casa y entraron por la ventana. Lo raro era que no
había nadie y parecía que el ascensor funcionaba. Fueron a la
cocina y se encontraron una tarta. Y se la comieron. También
había una cacerola con una serpiente cociéndose. Subieron a la
habitación y estaba desordenada y en el suelo había calzoncillos
de mayores y así se acaba la historia.
Ernesto Gutiérrez
LA GRAN FIESTA SORPRESA
Había una vez cinco compañeros que salieron al campo con sus
bicicletas. Como el camino estaba muy mal decidieron dejarla a un
lado del camino. Dando vueltas encontraron un lago, fueron a
lavarse la cara y aparecieron unas moscas que se transformaron
en una mujer vestida de negro. La mujer les quitó sus mochilas,
donde llevaban los bocadillos y también se llevó a uno de ellos,
pero de inmediato fueron en su búsqueda. La siguieron hasta una
fábrica abandonada. En la fábrica había un ascensor. Bajaron por
él hasta una sala donde había una fiesta. La fiesta era en su
honor, por ser unos niños que ayudan a los animales. Había una
gran tarta en el centro con forma de serpiente pues a todos les
gustaban mucho los animales. Había una caja con calzoncillos y no
tardaron en ponérselos en la cabeza. Se lo pasaron muy bien. Y
así termina la historia.
Luis Martín
UNA GRAN EXCURSIÓN
Había una vez cinco compañeros que salieron de excursión al
campo. Los niños se llamaban Nerea, Lucia, Silvia, Raquel y María.
Cada uno se había llevado su bicicleta. Allí, en el campo había
muchas moscas, plantas y sobre todo animales.
Cuando llegó la hora de merendar, las niñas se comieron sus
bocadillos. Cuando terminaron se pusieron a andar y encontraron
un ascensor tirado que estaba oxidado y roto. También se
encontraron una tarta podrida, alrededor de ella había una
serpiente y muchas moscas. Siguieron andando y se encontraron
unos calzoncillos en la rama de un árbol y todos los niños se
rieron mucho hasta que llegaron de vuelta al autobús.
Amalia Sánchez
EL BOSQUE MISTERIOSO
Había una vez cinco compañeros que salieron de excursión al
campo. Se metieron en un bosque increíble y fueron los cinco en
bicicleta pero Juan se cayó de la bici porque había muchas
moscas.
Luego se pararon bajo un árbol para merendar sus bocadillos y en
ese árbol había una casa y Sonia encontró un ascensor para subir.
En la casa se encontraron una tarta de manzana pero era una
trampa para los muchachos, pues debajo de la tarta había una
serpiente con unos calzoncillos en la cabeza, unos calzoncillos que
se le habían caído a Pepe. Y se sorprendieron mucho todos los
demás. Y así acaba la historia.
Álvaro Petronila