11KVISTA DK LA SKMANA.

™LJ31. S .
>uo!tos ;i í rs.; tivs HUSOS
\1 rs.; un aun SO rs.
vi'Kín, p o r n ú m e
~l~l r s . ; s o i s nio
11KVISTA DK LA SKMANA.
\s comunicaciones oficiales y carias
recibidas por
i I correo de
América han
con b r i n a d o
l a s noticias
comunicadas
por el telégrafo acerca de la
espulsion del
oñor Pacbe.•:), embajador del g o ' español cerca del presidente Miramon , ordenada
POrel nuevo presidente de la Ilepúblira de Méjico, Juae
P ,• ^ 8im las esplícacioues que el señor ministro de
«todo lia dado el miércoles último en el Congreso, el
*? o r Pacheco estaba en la mejor armonía con el gene« de Juárez, señor Ortega, y'bahía procurado mitigar
p t r e "no y otro bando la exacerbación de las pasiones.
j j r o esto era antes de que Juárez llegase á la caím V and ° J m " ( ' z II('SÓ á la capital , mandó á su rniniso de relaciones esleriores, Ocampo, <pie remitiese una
^rnunicacion al señor Pacheco, luciéndole que no po' a í^^devarle sino como enemigo, que su presencia
"ejico era peligrosa para la causa constitucional,
^ e se dispusiese á salir de la ciudad y de la Itepública
el termino de cuarenta y ocho horas, y que esta incoa ora personal y no obstaba á la consideración y caln
0 que Juárez profesaba á la nación española, con la
H« deseaba mantener amistosas v estrechas relajones.
No creemos ([ue el señor Pacheco haya dado motivo
¡Juéjico para que se le tenga por enemigo de los prin'"""" ni de la causa constitucionales que quiere repre' "
presidente debe
I'ROMNI I \s.—Trrs nitros "2S rs.; veis mcx's "10 r1-.
MADRID 2 ¡ DE FEBRERO DE 18(51
u n ¡ i f i o ! ' ( ! i ' - - . — C\ o v . r f h i ; ! i i - l i t M i v K M i; \ N J i - : i ; n
LID año 7 pesos.—AMHT.U.A Y AMA . 10 ;i K» ¡U-M^
haberse dejado guiar por informes inexactos suministrados por algunos de |o< que le rodean , y que odian
el nombre español porque teniendo poco desarrollada
la facultad de discurrir, confunden los tiempos antiguos
con los'acluales. suponen que los españoles les miramos todavía como colonia, lenien que queramos fundar
entre ellos una monarquía, y sospechan que no teniendo nada que hacer en casa, vamos á arreglar las agenas
al estilo del siglo XV.
Juárez ha cometido una ligereza y una imprudencia
dando oído á losco:;-ejos de esta líenle; y seguramente
le habrían sido mas provechosos para su causa los del
señor Pacheco , hundiré ilustrado , ('mínenle jurisconsullo, político de elevadas miras y en situación de
ser completamente ¡mparcial, que le pueda ser en
adelante la medida viólenla que ha adoptado.
Es verdad que ha podido decir que el señor Pacheco
no ejercía en Méjico carácter ninguno diplomático desde ei momento en que cesó de existir el gobierno cerca
del cual estaba acreditado; pero hubiera podido y debido
limitarse á no recibirle oficialmente hasta que se le proveyera de nuevas credenciales, que el gobierno español
no'habría dejado de mandarle.
Por fortuna hay consideraciones que quitan gran
parte de su gravedad á este suceso. El señor Pacheco
no estaba acreditado cerca do Juárez y los mejicanos
no son responsables de las ligerezas do este. El término
de la presidencia de Juárez lia concluido y el Congreso
debe elegir presidente, nuevo. Aunque Juárez sea reelegido, una vez consolidado un gobierno regular y h a lando de entrar en relaciones con España, el minísteterio español le volverá á enviar al señor Pacheco y no
podrá menos de recibirlo.
No creemos que esta cuestión dé motivo á un rompimiento de hostilidades. Si la iidlueneia anglo-amerícaua ha preparado oslo pequeño golpe do teatro para
que ataquemos á Méjico, y con prelcslo de, protegerlo,
tentar fortuna en Cuba, se ha llevado chasco. Cuando
"la inllueucia anglo-amerícana quiera á Cuba, necesita
venir á buscarla ilireclainenle. Todo tiene su tiempo y
la nación española sabe aguardar el tiempo y las ocasiones, contenerse cuando debe y lanzarse cuando es
necesario.
Antes de que puedan ocurrir sucesos que nos obliguen á defender á Cuba con las armas, se lia de con
sumar la separación de los Estados de la Coufederacioi
americana v se bando crear las dos repúblicas del Ñor
AÑO V
drá sernos hostil, pero al mismo tiempo que el peligro
de hostilidades será mayor, el enemigo (pie tengamos
que combatir será mas débil. Eos Estados en que reina
la esclavitud como institución no pueden suslcner una
guerra larga. Por olía parle desde el momento en que
ha comenzado el movimiento de separación, debe cesar
naturalmente el de anexión que es su contrarío.
Viniendo ya á Europa, nos encontrarnos con un parle lelegrálico particular que da la noticia de que Francisco II piensa venir á España y pasar la primavera hacia Sevilla ó Cádiz. En tal caso, se dice que residiría
algún tiempo en Morón , pueblo imporlanle de la primera de estas provincias, y célebre entre otras cosas por
sus gallos. Pero lo que nos parece mas natural es que
se establezca en Munich, patria de su esposa y al lado
de su familia.
Habíase dicho que Víctor Manuel entraba en negociaciones con Su Santidad , pero el Diario de Roma desmiento esta noticia, asi como el telégrafo ha dernentído
la de que el nuncio del Papa volvía á París. Siempre
creimos nosotros que monseñor Sacconi al marcharse
de París con licencia, no volvería tan pronto. Ahora
se ha publicado un folleto con el título de la Francia,
Roma y la Italia , que no parece muy á propósito para
apresurar su vuelta. Este folleto es de varios ingenios
imperiales: se dice que el emperador francés ha dado la
idea y la inspiración , que un señor vizconde de la Gueronui'ere, su secretario y confidente, le ha redactado en
:
su peculiar estilo, y que .Mr. de Morny, presidente de
una de las Cámaras y pariente ó allegado del emperador, ha corregido las pruebas. En 61 se quejan es!os ilusIres autores de la obstinación del gobierno romano y
dicen que Roma por formar parte de Italia debe en conclusión ser también italiana. El señor obispo de Orleans
que se llama Mr. Dupanloup aseguran (¡tío está preparando una refutación de este, folleto en el sentido de la
política del cardenal Anlonelli.
Después de la rendición de Cáela, el general Cialdini
y el almirante Persano se han dirigido á Messina, oír a
cindadela se, sostiene, aun por Kran'cisco II, á fin de intimarle la rendición ó rendirla á viva fuerza, lis de creer
que los defensores de la cindadela , viendo inútil toda resistencia, la entreguen sin combatir. I,o mismo creemos
respecto de Civilella del Tronío en los Ahiuzzos, hacia
donde se han dirigido también fuerzas. Ya se imunojó
hace unos días que Francisco 11 había dado orden á los
guerrilleros de aquel país de que se retiraran y se guar-
te y deí Suí; esla última « la que 4 ciu» de Cuba po- darán para mejor ocasión.
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EL
MUSEO UNIVERSAL.
Nada si1 lia vuelto á decir de lo* provéelos de llari- consliluyen la principal ríquca , de un Estado, y la elaboran las primeras materias, y de su industria resulta
Vildi pava esta ¡iriinnvera; y eso que en la primavera el prosperidad de una nación uo esla en razón diré "la de un objelo capa', de cambiarse y de venderse, produ1'iMiipo va ¡i ser 'I'1 1° " l a s aparilile, sereno y hermoso la abundancia que de eslos metales tenga. Averiguando ciendo al empresario medios, d'e resarcirse del capital
,uie se lia eonoeiilo. si hemos de creer los pronósticos ilt' cuál era la clase productora de la sociedad, examinaron empleado y de deducir otro para seguir en la fabricaniestro astrólogo zaragozano señor Yagüe. (iarihaldi lia- las diferenles industrias y dedujeron , que únicamente ción ; o bien se ocupan cu cambiar las mercancías fal
Iva lijado el I.' de marzo para su salida de Caprcra y su la agrícola producía riqueza . \ que las clases fabril y lineadas, y de esle cambio deducir también el capital
cilrada en campaña : y viene el señor Vague y dice : uei) comercial se ocupaban en cambiar la \a cxisle.ilc , pero y la renta que se les ha querido negar por los eeonomisc! novilunio que principia el I I de inar/.o llegara el l e r - sin crear nu'va. Funda,los en esla ¡dea, establecieron ¡as. \ o creo necesario esforzar mas esla deducción para
m.'iMietvn i'ii Zaragoza a 17', y si acompaña el vienlo como base de MI escuela, que solo el Irabajo emplea- hacer verla inexactitud de semejantes calilicaciones en
llamado allí í'iironin . licuara a •JH. ¿Oué tal? Si eslo va do en el cullivo del campo, es el verdadero inauan- que se han confundido dos clases distintas entre sí.'
Por otra parle la escuela de los lisíócratas al llamar a
a suceder en Zarauo/.a ¿qué sucederá en Italia cuando lial de la riquiva, y en apoyo de su doctrina, a.ri>alüa (lavihaldi? Y si le acompaña el h'arinii, saquen dierou. que uiiii."iuo de los que s" dedican a oslo o aquel los fabricanles y comercianles improductivos, no turamo
de
industria
.
paga
re.ila
por
los
agentes
nal
lira
vieron presente lo que s 1 entiende por producción ; v
ustedes la conscuencia.
•
les como la paiMU los cultiva lores del cauip.i; y que los co.no todo sistema en el que aun no hay principios ¿ I
Hay mas, el señor Yaüüe asegura que esta tiMnp:M"iconiercíau'es y fabricantes no rea'.i'an un s.ibranle en
!ura no vendrá rcpenliiiameiile, sino de un modo gra- forma de renta, sin a nnlir a las nial"rias que tnamilá'"- jos . confundieron el sen! ido verdadero de aquella paladual . es decir, que al l'artmio precederá el Cc¡¡>'<> } ^turau ó trasporlan mas valor que e| que necesitan pira < bra, ¿i.lue se entiende en economía política por produc-'•unirán cellrillos que irán esparciendo por los campos ocuparse de ellas. Dividieron las clases de la sociedad en ción? Hacer que las pnni'ras ni aterías'sean úliles para
lo que no lo eran, o bien aumentar la utilidad que telodos los dones de Flora.
tres: clase productora; clase propietaria; y cías 1 no
Sin embargo, no lodo serán rosas y alhelíes: después productora. A la primera relinerun los cultivadores, niau , pues sí bien c\\ estos casos no hay producción
d>' esle delicioso tiempo, propio del valle de Tempe, las arrendadores, labrad iros y demás que trabajan la tier- de materia la hay de utilidad. Véase aquí de donde
vélelas señalarán al Norte, ó como si dijéramos al Aus- ra, a linios los que jus'ani ";i!e h inrau con el nombre \ nace el error de la escuela lisíócrala. Ella no considera
tria, y habrá densos nubarrones que serán indicio de de clase productiva: á la segunda, los que viven de la como producción mas que la creación de materia. ¿Y
huracanes , los cuales conmoverán las costas y tendre- reata neta de aquella después d" haber pagido á los que eslo puede tener apoyo? de ningún modo. Eas primeras
mos de nuevo el tenn ámetro muy cerca de cero. La for- la cultivan, y á la tercera, los ar!"sanos, fabricantes y materias, he dicho mal; los primeros principios sonde
tuna es (pie como esto sucederá al entrar el sol en el comerciantes, a los que d 1:1 el ninere-idn titulo d •• cla- imposible creación para el hombre. Semejante poder
sisno ile Tauro, el frió no ha de impedir que comience se estéril: los unos subsisten d 1 la parle de proluc'o esla solo reservado al principio de todo principio, á
Dios. Es menester comprender bien el verdadero senti!.i temporada de toros en nuestra España.
agrícola que reservan pira si como salario d • su trabajo; do ds la palabra pro lucci >n. No me causaré de repeI,a empresa teatral que aiti-iba en Variedades ha pa- los oíros del residuo liquido después d" estas deduccio- tirlo: es creación de utilidad ; creación de primeras masido á Novedades, v si une dándonos el drama ya viejo nes, y los úllimos del salario que les pres'an los ante- lcrías, de niiiüiin modo. Entendiendo bien el sentido
!.i Aid'a (I • San l.nrenz >. Wiri 'd.id.:< será ocupado riores. El doctor Quesnay viene a deducir semin es'a de esla palabra, no se incurrirá en el escollo de llamar
por una compañía francesa. Ademas de compañía fran- teoría, que siempre, y mírese bajo el aspvto qu-> s ' a la> clases fabril y comercial improductivas, porque
cesa vamos a tener un periódico francés que se t:lulara quiera . toda clase de contribuciones recae sobre la agri- reproducen, dan nuevo valora las primeras materias,
cultura, porque a ella se reluce to.l.i ríqu'V.a pro lucida. en una palabra, crean n/i'idud.
/.' Monil:>ir ('¿panno'.
En el Circo los señores RoVn-t y Uñaros han puesto Fuera de eslo, los ecoiio.instas franceses . q:i"ria:i lili T Ademas ¿el labrador qué es lo que hace? ¿no es tame:i escena una /.ar/.uclita titulada /: 1'rinvr nu'lo d • un lad amplia en los ramos de industria, y terminaban
¡•i'.Ui, en que la Ramírez se hace aplaudir como siem- 1 su sistema en estas palabras «asegure el gobierno a los bién un hombre industrioso ; ó mejor dicho, no es tampropietarios de la tierra la libre deposición ,|e los frutos bién un hombre que solo produce utilidad? ¿crea pripre por su gracia.
En Jovtilanos siguen en ensayo varias importantes que les pasan los colonos: a estos, sus salarios y las meras materias? uo : crea utilidad. Existen en la natunovedades que hainle dar mucho y bueno que hablar. i utilidades del capital que empican a:iinlm"nle en e¡ cul- raleza ciertos principios lijos que son los que, concurren
! tivo; y á la< demás clases libertad, inmunidad v con- á toda creación , y los cuales se hallan esparcidos en el
Por
esta revista \¡ la parte >t> firmada
de este currencia >>
aire, en el agua, e:i la tierra y en el sol. Ahora bien:
número,
el hombre insaciable siempre en sus descubrimientos,
NEMLSIO FKI¡>\MH:/. I ' ¡ » T I .
Tal es en sucinta relación el sistema que en el s i - los unió al principio sin conocimiento exacto de lo que
glo XYill ocupó á tantos lersonajes celebres . bien hacia; después con conciencia de ello. Puso un grano
para apoyarlo , bien aducieni o razones en su impugna- de trigo a cierta profundidad, y á aquel pequeño foco
ción. Acaloradas las imaginaciones de aquellos tiempos hito venir, porque él los atraía, todos los principios
EKTrnios ECONÓMICOS.
con los esclusivos raciocinios del sistema mercantil, plu- que se hallaban esparcidos: ya reunidos tuvieron nuevo
mas de bástanle mérito se ocuparon en hacerle la con- valor, porque á su reunión resultó la espiga. ¿Cuál es,
tra. Ucearía, Juan María (Irles, el conde de líerri y otros pues, la misión del labrador? Esla. ¿Y al cumplirla qué
¡.i. S I S T ! . M \ n i ! i o s i - a s t o c n \ T \ < I . I , \ M \ I H I T \ M H U : \
D E I.OS
muchos se le opusieron con el mayor calor, si bien uo es lo que h;re? t'rear utilidad: dar lluevo valor ostensiKCONOMIST \ S 1 l\ VNCKSES.
sustituyéndole ningún otro para llenar el vacío que ha- ble y apreeiablc á los principios que reunió: valor que
después el fabricante relina mas y mas dándole nuevo
l,a economía política, esa ciencia bien entendida, d" bria de dejar e| que pensaban destruir.
uso, y creando como el abrióla utilidad. ¿De qué serviliases sólidas, de principios lijos y apoyados en o b 101 sistema á quien debe su renombre el doctor <Jues- ría ai labrador haber pro,lucido un grano de cebada sino
servaciones de los hechos generales , esa ciencia que nay eslá apoyado eiorlanionle en un principio erróneo;
luvicse el molino que lo convirlicse en harina? ¿Di' q'lé
enseña el modo de formar las riquezas, cómo se i lis y pocas relli'xiones son necesarias para convencernos
serviría al minero sacar ¡i fuerza de Irabajo el anhelado
tribuyen y consumen, cuáles son las causas de su au- de esla verdad. Si según los economistas tisiocralas. la
inelal dándole con MI if'-ciibriiniento nueva utilidad,
mento ó disminución , y cuáles sus relaciones nece- riqueza únicamente la forma la malcría, con arreglo á
si uo hubiere fabrica que se aprovechas!1 de el y le diese
sarias con la población, con el poder de los Estados, y la división de clases que hemos examinado y por.la que
mayor valor? V después de tolo asi vi'l'ilicado ¿deque
con la suerte de los pueblos, es por su mismo ob|elo se quiere hacer ver que cu úlliino resultado , toda suma
serviría esla riqueza producida y elaborada si no se le
digna de estudiarse con toda detención . porque de ella de valores emana de aquella, no podrá decirse que se
añad.a valor por medio del cambio? De nada. Véase aquí
depende la suerte de las sociedades. Descuidado su c o - aumenten eslos sin que á la vez sucediese lo misino con
ya destruida bajo esle olro aspecto, esa nulidad á que
nocimiento por las naciones antiguas, al lin se destru- la causa productora; y siendo esta inallerabU1, se ve la
quiere reducirse á la clase fabril y comercial.
yeron, viniendo á quedar reducidas á un nombre que inexactitud de laopiniou, que me ocupo en refutar Toda
solo encierra recuerdos de lo que fue. (Convencidas las clase de industria no licué mas que wt objelo, y es el
Pero aun es mas; sin la induslria labnl y comercial
sociedades modernas de su importancia, y teniendo á de dar nuevo valor, nueva utilidad á las primeras m a - uo puede subsislír la agrícola. Ye írnoslo: la mayor sala vista el ejemplo que les presentalla la historia, la con- terias; pero jamás puede variarlas ni mucho menos lida de los frutos y mercancías consiste en la mayor decedieron al lili la atención que merece , y hombres emi- producirlas, porque la inteligencia del hombre, si bien manda. Ahora bien: si á los productos del agricultor
nentes se. ocuparon de su estudio. Mas á pesar de la tras- de estensos limites, siempre retrocede ante la palabra no se les diese nuevo valor por la industria y el comercendencia que tiene el conocimiento de la economía po- creación. Ademas los economistas franceses incurrieron cio ¿qué sucedería? Eos almacenes estarían llenos de
liüca, á pesar desús inmensas consecuencias, esta cien- en un notable error, que puede decirse, sin peligro, trillos, el minero tendría acumuladas cantidades enorcia no se, ha podido ver libre de esa plaga terrible que de aventurarse demasiado, fue el que ocasionó su ruina.
s de metales, y ¿habrían conseguido algo? Se ñauadestruye toda teoría, toda doctrina , y que sin embarga Consideraron á la ciase de artesanos y lábrieanles como rían en un destructor estado de plétora; el fruto se
es consecuencia precisa de la infancia de los e o n i r i - absolutamente iinproducliva, y lan nolable equivoca- consumiría, no por los hombres que lo demandasen s
inientos: hablo de los sistemas. Cuando aun no se han ción no podía dejar de ser causa de un levantamiento por los inseclos que lo destruirían: el metal aeaMriJ
sentado los verdaderos principios, cuando efecto del general contra el sistema naciente. Nadie dejara de c o - por oxidarse ó permanecer confundido con las P'el '_
abandono las naciones están únicamente limitadas á las nocer que esta clase, sosten de los listados, reproduce del monte; y veríamos el triste cuadro (le unos "° "
ventajas ó niales que pueden alcanzarse en la corla e s - anualmente el valor del consumo (con lo cual, aunque bres llenos lío riquezas y sin tener con qué alimentar
fera que rodea á cada individuo, cuando eslos no m i - uo hiciese mas, ya es suficiente), al mis.no tiempo que sus familias. Pues presentémosles ahora oíros asocia»
ran á hechos generales, y sí solo á los particulares, en- sigue conservando el capital que emplea en su relativo que reclaman aquellos frutos: el cuadro varía: la anitonces es cuando nacen los sistemas. Eulonces es cuan- ramo de induslria; de modo que deduce una renta lí- mación sucede al colapsus de la plélora: los almacén'•
do se ponen en fermentación todas las ideas que sobre quida aun considerándola en tan reducida esfera: por quedan des ocupados; los montes de inelal desaparee •,
el objelo determinado se han concebido porque no hay consiguiente no dejan de producir sino que producen y el minero y el lrab;qador emprenden con mas ar
bases lijas y seguras. Después de esta época que marcha mucho.
sus tareas para adquirir mas (decios que ofrecer ai
á veces á paso muy lento, del choque de unas y olías
brieanle. ¿Y á qué es debido este cambio? á la " l í l l i s "
Elevados los lisióeralas del acaloramiento, propio de y al comercio que han dado valor á aquellas c o s a s , q e
doctrinas viene á resultar la verdadera. Un hombre pensador compara los diferentes hechos é ideas, que aglo- lo la teoría nueva, una vez hecha la división cu clases sin ellos no lo tenían : se. le ha debido á esas clases
meradas y en confuso se le presentan, y desnudándolas que hemos enunciado, al hablar de la improductiva, lériles que llaman los lisiócralns.
f]e
del lenguaje de la pasión las coordina dando forma y la refirieron los coiiicrcianlcs , fabricanles y criados. |
Es necesario convenir en que los diferentes ramo. ^
fijeza a su estudio. Eslo es exactamente lo que ha suce- Tan grave confusión no puede menos de hacer va- industria unidos, son los que dan vigor y lucra a e .
dido cu la economía publica. Descuidada en la antigüe- cilar su doctrina, ¿es lo mismo por ventura ^>i hombre | lisiados : en el momento en que se quiera conce(M V ^
dad
varios hombres de genio quisieron sacarla del i dedicado á esle ó aquel ramo de induslria, que un cria- : lereucia á uno sobre otro, en el momento en <1
do? De ningún modo: el Irabajo de los criados no con- creen sistemas absolutos , vienen necesariamente•' I _
s
estado de. abyecci
i que se hallaba, pero sin guia serva el lonilo que los emplea v los mantiene, según ducir mucho menos, á rebajar en su grado '"'..' ¡ |
( 0
i
Mr.
de
('ondorccl.
|,os
criados
viven
á
cosía
de
los
amos,
segura incurrieron ,>„ ,.| ,.Sni!|o que prelendiaii huir,
' peridad y aun a deslruirse. I .'a Polonia nos ha '."' | ( l i r a
¿pero
su
lraha|i>
qué
produce?
¿si
en
todas
las
inilusl;l
creando sistemas de. |,,s que en su día había de resollar
un ejemplo ,1,, esla verdad: dedicada a /f.^ 1 ( l i n ¡ 5 la venlailel-a ciencia. |.;,,| l( . ,.||ns se encuentra el lan Inas con el resultado del trabajo se reembolsan los gas- diii a esle ramo la preferencia que exigen IO-ÍCI i .
^
Ios,
¿en
esla
clase
podrá
decirse
que
sucede
así?
No
:
sus
deranlado, lan del ,,|,, ,,„, „„„,_ ,.,,, a | m m ¡ n ; l l | , , .„„.
las, y vio,e reducida a la pobreza y vio disminuí i
oíros, el sistema agrícola, II;,,,,;,,!,, | ; l m | , ,
| ( . | o s lisio- ervicios son de muy reírla duración: pasan, ¿\ que en día su población , y concluyó pobre y esquilma J
éralas o de los economistas franceses
resullado dejan? ¿lonian forma de algún modo para que llorar impotente la perdida de su indepenile.icid.
. Fundado por el doctor yuesuay ,' seguido por m u - el empresario, si asi s" quiere llamar a el amo , pueda
chos hombres instruidos, llegaron sus partidarios a »:\ resarcir los gastos de obra y de.lucir alguna renta? TamEl sisl. a del doctor Ouesnay seguido con cuu ^
estremo de entusiasmo tal, que hizo Se les mirase cuino poco. Pues vea,nos el trabajo de los artesanos, de los exclusivismo se destruye á poco que cu el se m u ,
1
una secta. Según sus principios el oro y | a y\M.A „„ fabricantes y de los que se dedican al comercio. Ellos iescuela sin embargo prestó grandes servicios d Id
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El. Ml'SliO l'NIYKKSAL
cía económica. Tiolroeedaiuos cu nuestros estudios para
comprobarlo,
En los siglos rcinoíiis , cu aijiicllns que por su inisiua
l
ailt¡¡.'ii( (líiil se pierden en la espesa linuna t|ue cubre a
los hechos (lasados. no lialiia ni aun liberas nociones de
estíl
ciencia. Heducidas las sociedades;! pequeños
estíl giau
g
q
d
i t i otra
t induslria
i d l r i a que
que la
la necesaria
n e c e a r i a para
para
Estados,
no existia
cubrir las urgencias de la vida: un pequeño peda/o de
tierra que labrar V cambios usuales y precisos, era lo
tinico (|iie ocupaba al hombro de los primitivos l i c m pos; y feliz en su estado, ni aun se cuidaba de examiliar como ciencia, aquello que producía su misma dicha,
Pero avanzó á mas y quiso eslender su dominación a
nürior territorio, y de aquí el ver a las naciones p r i mit'ivas convertirse en g u e r r e r a s , abandonar sus pequeñas industrias y dedicarse a la conquista ; e s a e n l e r nieilad contagiosa de las sociedades , que hallan mas l a cil buscar su engrandecimiento con el tilo de la espada
queroil el estudio de la producción y de los adelantos,
tal orden de cosas la economía política siilria la
suerte de las demás ciencias: el ser racional se ocupaba
casi esclusivamcnte de la parle mas uro-era. y el espiritu gomia bajo la dominación del cuerpo.
Grecia, á pesar de la uran ¡dea de su nacionalidad
despreció todo trabajo , y considero que no estaba en el
la fuente de la riqueza: ios escritos de Aristóteles y ,Vnofonte respiran ese injusto odio que entonces se lema
hacia la industria fabril y comercial; y en Roma el ilustrado Cicerón lacha de innoble ó impropio de un h o m bre libre el dedicarse á la industria : es mas: las nobles artes, con cuyas magnificas concepciones firmaron
estos pueblos su grandeza al pasar sobre la tierra. fueron ejercidas por esclavos. Tantos errores, tanta falla
de doctrina, hizo entre otras causas que se destruyesen
aquellos rivales que tenían al mundo por objeto de su
ambición. Posteriormente y después de la decadencia
del imperio romano, volvieron olra multitud de pequeños pueblos á seguir las costumbres de sus antepasados,
y guerras y conquistas les ocuparon solamente.
principios exactos de la ciencia económica. A esta clase ] lia. Kl sistema de los economistas nació, y nació para bien
pertenecieron la f>i"oliil>i<*it>ii di' eslracr trigo \ i>lrns arli- de la ciencia de las riquezas: fue el primero que invesliculos , el recargo eousidei alile de los objetos uiamilae- ! gó hábilmente cualcsei'an las fuentes dea(]nellas. lase\aturados en nli us | mises . la institución de los UIOIUÍHS. mino con I oda detención, y ¡insoile inanilieslo doctrinas
y por último la prohibición do sacar del pais el oro y la ip;e se han seguido después: á él se debe, en lin. la uran
plata: el sistema inereanlil puesto cu práctica, antes ! revolución qque seoliróen la economía, Uaslapara
p
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que la
observa!'
qi:o dd o s l n n o el
l.os secuaces de la primera escuela que ocupó por anticuo sistema m e r c a n t i l : este leuia oscurecidos los
algún tiempo el lugar ile la verdadera ciencia, leudaban verdadeíos caminos . y de consiguiente- con solo d e s su doctrina en e-tos principios : el dinero es el i;ue dis- truir la falsa creencia.'so habia dado un paso gibante cu
pone del trabajo del h o m b r e , el que hace nacer los i la ciencia de la producción. Ya que no se descubriesen
productos, el sosten di1 la industria: á él se debe l a ' del lodo ios exactos fundamentos, al menos se preparaba
subsistencia de los ¡-'.slados. ;'; él la con-ervacion indivi- ; la senda pava podev completar la obra comenzada. Ksla
d u a l . a él la manutención de los ejércitos, á el la d e c i - [ «¡loria cupo {< la escuela fisiócrata: táchesela en buen
siou de la victoria. De o l a s bases que creían infalibles, j h o r a d e inexacta en sus consecuencias, táchesela tamdedujeron que el país mas rico de oro y piala daría la j bien de sistemática; pero no se olvide q u e antes de haley ai universo. Concluyeron que con este ohjelo debían I berso decidido por uno de los ramos de industria , analos gobiernos procurar-e grandes sumas de aquellos |¡zó detonidanienle cuales eran los verdaderos m a u a u n leíales, esplnlaudo coulinuameule las minas de ellos y | líales de la riqueza, y tras de este análisis se hallan niuv
protegiendo el ceiuercio es'criov con preferencia á niii'- cerca la fijeza de principios i[ue constituyen la venln'guna olra industria. Kl comercio iulerior, decían , 1:0 dora doctrina.
produce mas dinero a la nación, porqve en cualquiera I No es del caso examinar ahora cuáles fueron las cauempresa ¡o que uno uaná el otro pierde, y siempre ' sas que motivaron á los secuaces de este sistema para
queda el misino lesulladode intereses; y esta falla de seguirlo con tanto tesón: si tal fuese nuestro objeto,
pioduclo neto, la creían subsanada en el comercio e s - diríamos que les indujeron á adoptarle los eseesos cotenor, porque necesitándose invertir en él dinero, ya metidos bajo la anterior doctrina. Kl privilegio de las
no cía el de la nación propia sino el de las otras el que clases fabril y comercial les hizo volver la vista hacia la
entraba en circulación. Kn hacer que la utilidad r e c a - ' que estaba abandonada; es decir, á la agricultura. Hijo
\ese siempre sobre la propia, estaba todo el gran interés, el qv.e fundó de esta escuela de un labrador, aficionado'a.
y | aia lograr este resultado ereian no había otro medio esta clase de Irabajo . y observando que era uno de les
que el de esporlar mucho é importar poro.
ramos de industria que podrían producir una renta
K-le sistema asi establecido . como que era el mismo considerable al Kstado, se decidió por ella y la defendió
que se seuuia de algún ticnij o, fue acogido con avidez, con el mayor calor. Pero desgraciadamente'incurrió en
y los monarcas, creyendo haber encontrado el secreto el escollo que reinaba en su época: vino á sistematizar
de la felicidad de sus pueblos, lo protouieron abierta- su doctrina, y ya se la miró no con aquel escrupuloso
mente. Knloneos, maUs de uravisima trascendencia e s - examen que se debe un principio nuevo, sino con la
tendieron su maligno influjo sobre todas las industrias: preocupación del espíritu de partido. Sin embargo de
reglamentos multiplicados se producían sin cesar, con todo, es innegable que á él se debe que exista la ciencia
el fin de prestarlas apoyo , y en realidad 110 hacían olra económica De otro modo, siguiendo dominando las
En estos tiempos en que una niebla densa oscurecía cosa que perjudicarlas; y multitud de empleados v i las ciencias y las artes, la economía política quedo e n - viendo á costado los fondos públicos poblaron d o r e vnella también en su profunda oscuridad. llegándola pente las costas y fronteras con objeto de estorbar se
ignorancia basta el estremo de mirar con odio y despre- intro huevan manufacturas e stranjoras . y se sacase di—
cio á los que no hablaban un misino idioma, califican- ñero del país.—l.os niales de prácticas tan perniciosas,
dolos con el nombre de bárbaros. Costumbre semejante se sintieron bien pronto. '011 motivo de las anteriores
no podia menos de presentar obstáculos insuperables á restricciones, todas las industrias sufrieron el retraso
la industria mercantil y como consecuencia de ello á la que semejante orden de cosas debiera producir, l'ermifabril y agrícola.
táseme que con este motivo cite algunas palabras del
Durante este tiempo y aun en los posteriores llama- célebre Slnreh, porque en ellas fe vienen á reasumir
dosedad media, todo paiTcia ciinlribuii 1 á que 110 se lu- todas las fatales consecuencias de tan perjudicial sisleviesen principios verdaderos de la ciencia económica, nía: «armado del poder soberano, ordena y prohibe
Uinvención de los feudos, la amortización de ciertos cuando no debe hacer mas que protejer. Ka manía r e bienes y otras causas , acabaron do horrar toda idea que glann j u!aria que c| ii;spi; a , atormenta de mil maneras
tendiese á su conocimiento.
la industria paia do-\ laria de sus canales na 111 rales. Ksla
Sucediéronse con su rápido pa-o lossiulos: apareció manía rcu'lal.';enlav¡a fue la causa de (pie las naciones
6lX\l,y con motivo de las continuas guerras a que toda- nmaseu la pro-pendad <\r ios demás, como indaban origen las ambiciosas miras de Carlos Y en Kspa- coi upa tibie con la sin a: de aquí aquel espíritu de r i va">, Francisco I en Francia y Kurique \ III en lnglaler- lidad mercantil que ha sido la causa inmediata ó remóla
r
«l, las ¡incas industrias que principiaban á nacer b u - de la- guerras modernas. K-le sistema fue el que movió
Jeron asustada- al ruido atronador de los cómbale:-. K:;- las naciones á emplear la luer/.a ó la intriga | ara hacer
wnces lúe cumulo ya hombres privilegiados adelantan- por sorpresa con las oirás, aprovechándose de su ilehi™se a su siiilo se ocuparon en ver (pie producía aquella lidad ó ignorancia. I ral ai los de comercio de los que ni 11•Dísona naciente: Antonio Sorra ocupándose del oro y uuna ventaja real se les seguía; \ él fue el que formó
e
la pinta; Davanzallí, sobre cambios ; y poslerior- !a- colonia- con el objeto de que la metrópoli pudie-e
•"ente lii'lloni , Carli , Algarolli, (leuovessí. Calliaiu. y uov.ar el monopolio de sus producios, sin que se eo;;si¡"Jucio después de estos Yaudiní, Sully, Yaubau y inician oíros sino los qi
sla les enviase.» K11 tan po. s, trataron aunque por diversos conceptos la cíen- cas vcllcxinncs se encierran lodos los males que esta esa
'le las riquezas, y conocieron el gran principio de cuela ha producido á la economía política, l.os gnberJ * i Para gobernar bien á las naciones es preciso tener 1,antes la seuuiau ; y en vano los pueblos lloraban suS tecundos y saludables de la ciencia económica. Ku- jálales consecuencias: la verdadera ciencia se hallaba
onces tno cuando se trataron de averiguar las venlado- oscurecida, y gemía bajo el imperio de un sistema conras
cansas, y entonces nació la escuela esclusiva ó inev- (vario á su fin. ¡'ero nada alcanzaban : la enseñanza de
Of'le-e sistema licuó á todas las naciones de Kuropu : se
Este sistema, (pie se redujo á teoría en el siglo \ Y ! I creyó dado el paso gigante, en el conocimiento de las
* 'lanía ya puesto en práctica en los anteriores, v a l riquezas; se considero descubierto el verdadero canal de
^•UclalisiiTo se debe sin duda su introducción. Kos seño- ellas; y un inmisivo nanees pareció darle su sanción con
s
, dueños de castillos y señoríos, se hallaban siempre el nombre de Colberl.
1
continuas guerras: pretendiendo cada uno aumentar
Sin embargo, los males1, (pie producía no se osen( lls Sl
te\
' ' ' lanzaban en los de sus vecinos, \ no con- recievon á lodos. Talentos superiores conocieron la lid] ;Os; c °u estos eseesos, llegaban en su orgulloso podi r sedad de. los principios en que se apoyaba, y d e do 1 G' 1 r o " ° mismo. lisiando lodo el territorio dividí- ploraron aunque en silencio' sus fatales conseeueiife esta manera, el rey se hallaba á merced de ian rías : algunos le contradijeron abiertamente, otros
contradas ambiciones, y de aquí el tener algunas ve- examinaron sus bases y trataron d" destruirlo. Sir
(je f l llB recurrirá convenios ignominiosos é'indiguos Cuillebuo IV-lli, Sir lludley, Norlh, Koche, concibióel ! U S.raiiílí'za. Pero á pesar de lodo el trono vacilaba, ron tan feliz, idea. Pero todos se conlenlabau con imlos " ° ('osl"""visl.(i de. recursos no podia subvenir á pugnarlo, y como quiera que no daban nuevos priuafn,'lS 1 ( l ll(1 ocasionaba una lucha tan desigual, y para cipios, sus dichos eran mirados hasta con desprecio
alcñ ' illS( 'í,uva diadema, í¡»\ necesario'conceder a por los hombres imbuidos en el antiguo sistema: era
] a jj ll f s r '"dad(s privilegios, con los que emancipando- preciso para destruirlo poner en su lugar una nueva
y Rol *'""'''' ''('"dal se les daban facultades para regirse, ( teoría que lijase la atención por su novedad , y que luede: t-! ei "'"' s e por personas de su confianza:
-ainliio : se preferible' á la auleriov por los fundamentos que. pro( s v<llllll
q lle '! ' ,
Fs, pagaban á los reyes ciertos tribuios i clamase, y esta es la gloria qi
-laba reservada al
U
Sus «
" '"' oslos á llevar á caliólas empvísas de j doctor Francisco Uuesuay. Kn medio del estado de cosas
í n 11S
v
Ur¡¡i ''.'' ' ''' ''es y de conquista. Dichas poblaciones que anteriormente liemos liesciilo, y en el año de ) '"•iS
W J(''',f:''<.'1"l''do el yugo de sus tiránicos señores leuda - se publicó un libro, mirado al principio con inililoren
írér".
'."'"" ;l las árlese industria, y principiaron cias, meditado después con avidez y estudio. Ku el si
Rozar'"!111 ''''•'"
Hozar"!"'
''''''" 1;l
' :l i'onélica
'"' l l | l | i ( ' i l influencia
¡nlluein-¡a que les peniiílía
peniiilia ¡nipu"uaba
impugnaba abiertamente
abieilamenti^ el sistema que hasta entonce:
entonce
Un ^ ! u s u s derechos, lüen pronto si! estableció en ellas habia caminado triunfan le; y no con I culo con esto s
u
co
itiisn •'" ' ' ' ' ' ' i' seguro; y los reyes que, debían á las autor, planteaba uno nuevo ([lie habia de producir gran
4toi. a s SOC01TOS '«i" considerables tuvieron que acceder dos beneficios á la ciencia económica.
_
m B i s n s Intensiones, lió aquí de dónde nacieron los ¡ Con efecto esta ciencia sin é l , puede que jamás bu"icrables privilegios que vinieron á destruir los ¡ Líese salido del estado de abyección en que se enconlra-
Anterior
59
Inicio
máximas anteriores. la sociedad se hubiera destruido y
el triunfo de los verdaderos principios no se habría loprado. No se diga que pudieran descubrirse dos mismos
fundamentos del doctor Uuesnay por otro cualquier nenio privilegiado, el cual ademas no hubiese sislem.itizado su teoría. Prescindiendo de que 011 la época de la
aparición de es'a escuela, no podía dejar de participar
de ese contagio, por la falta de ideas fundamentales,
hay ademas olra ia/011 de bastante peso, l'n momento
de retraso en descubrir los exactos principios econóniieos. hubiera hecho que esta ciencia se hallase aun en
la infancia. Había licuado á tal punto la irrupción del
sistema mercantil en las bases de la economía, que ya
era indispensable destruirlo,
\\,\- otra parle, lodos sabemos que en la economía
política existen tres uvandes fílenles de riqueza, tres
ramos de industria , origen de todas ellas. Ahora bien:
¿cuando la ciencia se, halla eoni piel ámenle olvidada .110
os un uran paso estudiar con detenimiento cualquicia
de sus uruides focos? Fundados en una recta filosofía
|o- economistas, si bien sistematizaron , no por eso leYantaron la enseña del esclusivisnio: si querían para la
aunen I tura una preferencia indebida, también pedian
u;\vn las otras clases libertad , ¡nniunidad y concurreii, . ¡ ; 1 . qni-ioron fin neniar lodos los ramos de industria, y
como quiera que ellos con la fuente de la riqueza, único
objeto d é l a economía publica , de aqui el que con su
¡tIt• oduccion se elevó esta á ww alio jurado en la aveririuuacion de la verdad. Sí 111 temiese aventurar una p r o posición . diria que este sistema despojado de la parte en
que lo os . fue el que estableció los verdaderos principios
económicos. Kn sus escritos se advierte esa mezcla de
principios y bases sólidas, de partido y de verdad , mezclaque, no'os la verdadera ciencia, pero sí lo único que
entonces podia esperarse.
La escuela fisiócrata, ya lo hemos dicho , se apoya
<>n un principio erróneo ,'porque la agricultura no es
la única fuente de la riqueza; porque la clase fabril y
comercial no es improductiva según en ella se supone;
y porque, como sistema en que hay preferencia por
cierta opinión, queda un vacío que le hace destruirse.
Ksto.no obstante, ha sido la primera que conoció lo.-.
verdaderos principios: la que á rutinas y prácticas e r vadas vino á sustituir hechos de observación, hacién( | n s e acreedora á la gratitud de los pueblos, y délos
hombres amantes de la felicidad de sus conciudadanos,
que, se dedican al ililieil estudio de la ciencia económica.
ni; •••"•:>•••<•
DIOSIIK >i,\> »•>"
HADA -Y "•-•1)¡-:I.G.\I>:I.
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(I:H\I!MM m
'JA ilr aliril .--\\I'SÍ\¡'
Sian-schui-gu hasta Tien-t.-i 1
fuimos sobre, I01 lo;; ppasamos al lado de la ciudad
d sin e n t
ll y dejamos
d
d
dl
trar
en ella,
á la derecha
, Ine-ia la parle del
Norte, el fondeadero de los buques cargados de trigo;
ante nosotros se veia el Khai-khc cubierto (!(• una inulli-
Siguiente
60
EL MUSEO UNIVERSAL.
r —
i i . lui.Aciri-r.ASTii.i.o IIE JARANI>U.I.\. (VOTOCUU \\ i»: u i r n T.T. i
<lid de boch-yriiitjs; en la orilla i/.quicrda del rio, habí:
un gran número de montones de sal tapados con esterillas. Entramos en el arrabal del Norte, y seguímos ai
lado de la muralla de la ciudad que ciñe un canal de
agua estancada y corrompida; esta muralla eslá arruinada en algunos parajes; todo el arrabal presentaba el
aspecto de una población militar; en las puertas de las
casas había banderolas que Untaban al viento; en otras
partes habían dibujado la constelación de la Osa; en
olías habia inscripciones que denotaban claramente la
presencia allí de destacamentos del ejército; en medio
del arrabal había un arco militar guarnecido de tejidos
de seda. Los habitantes se habían armado por su parte,
para el caso de una invasión de los europeos. Atravesamos el canal imperial, y nos detuvimos para descansar en una casa p e r teneciente á la corona. Mi compañero S... estaba descontento y de mal
humor; sin embargo, cuando veía la
caja con el dinero que, yo habia t o mado en el buque para las necesidades de la misión, entonces se animaba;
los metales preciosos cuando están en
manos eslranjeras, ejercen una i n íluencia tranquilizadora sobre los chinos. S... se figuraba que yo llevaba
la caja con ol dinero para algún lin secreto; no daba
crédito á mis osplicaciones, y me aseguraba que en l'e•king aceptarían con gusto el I-rato con s";nejant.e male>'ial y se irían seguramente detrás de la caja. lOn estas
•'•onversaciones atravesamos el campo nómada de l ' u •KOU; S... poseía la conlian/.a particular del primer m i uislro; aquí tuvo conmigo una larga conversación.
-'•) de abril.—liemos dejado á l'u-kou para pasará
^iuig-lsun; [lasada esln aidea . hemos encontrado una
larga hilera di; cnnvl.as de dos ruedas liradas por bueyes
v asnos; las carretas i| l;m llenas de mujeres y niños con
trajes de día de liesln; sus cabe/.as estaban adornadas de
I lores ar .Mínales , y parecían un parterre ambulanteiban también unas especies de ómnibus, en cada uno de
los cuales, había una nmll.il ud de, hombres, que eran los
hermanos, padres y maridos de las mujeres que iban en
las carrelas. hsle convoy se dirigía á' Yang-lsun para
asistir a una tiesta de tres días, que se celebra en esta
luna, en honor de un niang-niang, protector de los labradores y en particular de las mujeres. Su alegre vocerío contrastaba con la sombría seriedad y afectación de
Anterior
I,
• l'ekinu que pasalian por alí en carcaballi i. - N o , , (rus pasaremos la noclie en
rua|Cs (':
Ma-lou.
ItO de abril. Heñios llegado á Peking á medio día
por un camino lleno de polvo. En las
próximamente, por
calles miraban con mas curiosidad nuestro convoy, por
la razón de que ahora linios han ido á Tien-tsin, y muy
pocos han vuelto aun; ademas en nuestro equipaje haníaino - pueslo una banderola con un letrero que decía:
l>e o rilen soberana para los asuntos de Tien-tsin.»
Cuand nosotros entramos en nuestra tranquila morada,
Cuando
S... se puso inmediatamente en camino, para ir á presentar a Yu-cheng la relación de nuestro viaje.
N (Ir mni/o.—101 rumor de un viaje oficial de los rusos
por mar se lia estendido por todo Peking; por todas partes me acosan con
preguntas sobre, las negociaciones con
los europeos, lira curioso oir las esplicaciones de los crédulos habitantes
de l'cking con respecto á los europeos, v en particular sobre los ingleses, '¿l'edian estos efectivamente
que fuera traído al trono déla China
el descendiente de la dinastía Min0.
espulsando al emperador actual , con
toda la dinastía niancbú? ¿Es v a que se presentaban recogiendo los billetes de banco del gobierno, por los cuales no exigían dinero Q«
m
hogdo-khan? A veces hacían preguntas
preguntas estúpidas,
e s t ú p , ™^
por
la de decirme
s¡ había
liabi.-i visto
visto yo
vo cómo
con vep ejemplo,
jp
irme
si
de
nían'los ingleses. Sin duda hablaban de que eran m
nación marítima,
y
ima, y que no podían ir por el confinen
mo los pájaros. II.a voz general acusaba á Tsín d l C 1 V
como
do que era
concluir un t r a " ( a
era 'hombre
' h b que no sabría
a
c uu a
con los ingleses,
aunque estuviera
negociando
egociando
íírr ¡¡ n
glses, aunqu
stv
g
disputen
con
'
años (.Dejemos
(De
á llos iingleses
n l s e s qque
años.
á
que dis
p
j
decían aaqiií
sus exigencias
exigenci con e l »
qiií, y
y que tengan
tengan sus
Ü (Ir
(Ir maijit.maijit.- -Hoy
-Hoy el
el príncipe mogol . S e I l g ^ n e .
d al
l presente como el pnltiei„
• sin, que está contado
CRUZ DZ I.A VICTORIA LN LA CATtKBAI. DE OVIKHO.
Inicio
ral de la China, ha sido enviado á toda priesa a n » o
l<'.lm para adoptar las disposiciones militares que necesarias.
j n ja
13 de mai/o.~Sé
por el tribunal que ha « > ^ '
comunicación por mar. Hoy se ha eslendido por re* ( r
la noticia del combale que tuvo lugar el día » "« v
mes en Dagu entre los ingleses y los chinos. J 0 1 ' u , o s
población se ha propagado el talso rumor de qw
Siguiente
EL MUSEO UNIVERSAL.
LA VIDA bOMLS'l'lCA EN CUINA.—SEÑORAS CHINAS.
rusos habían lomado liarte en el combate. ó que por lo
menos, estaban unidos con los enemigos; á consecuencia de esto, la mitad de nuestros criados huyeron de
casa; sin embargo, yo he logrado detener á los mas
prudentes. Ninguna de las personas que acostumbran
visitarnos, ha venido hoy.
18 de mayo.—Antes de ayer volvió á Peking TchungLun, uno de losdignatarios que han negociado en Dagu;
á consecuencia de esto , el emperador después de recibirla noticia, ha nombrado nuevos plenipotenciarios
para conferenciar con los estranjeros. Estos plenipotenciarios son: el ministro Hiu-Long, suegro del |¡o del
emperador, y Khua-Schang, conocido por un hombre
sensato; ambos son inanoliucs. El gobierno tenia probablemente la intención
de complacer á los europeos al mandar
inanchues y no chinos, como si los europeos mostrasen tener mas coii(ian/.:i
en los primeros que en los segundos. llo\
v
ino á verme S...; se hallaba visiblemente alterado; me contó el combate de
¡«gil, y meilijo que los ingleses habian
tomado una batería de la costa.
21 de mayo.—lie tenido noticia de
Que los europeos están ya cerca de la
murallas de Tien-lsin. No hay noticia de
ningún nuevo combate. En" el consejo
supremo ha reinado hoy una armonía c'sjraordinaria entre los príncipes, los ministros y los altos dignatarios de la oa5.a1'' ™ conocido mío vio á los altos
"'giatarios cuando salían después de
oncluido el consejo; iban hablando ale-
L
tE e l t r e e o s
tent SU
1' c o n r o s 1 r o c o u "
c'o n v w s a"
bue
c i o n versaba sobre el
en resultado del consejo en la marcha
ne
t i f * g o c i o s . Probablemente irían safat
P° r hsiber terminado una sesión
1S0sa
, y en laque no podrían figurarse
a s , n ^ • fuesen prudentes
prudentes al
al tratar
tratar del
del
S d e T i e n - t s i n . Ademas hoy seguian
e s (lílf1as
emnp ?
Personalmente por el
ilal
• ' ' e n l ani( 'la; l P{lefl!llsa
se han tomado
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l
ó Z n H1Ones
;; milicia
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sponga la
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respetable' Tsiing
ahora q " e al ms oosst t; ;l lddüü ' '^^' '""rrrraaddoo hasta
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econ in P 1 8' e s e s l l a
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¡'iTien-lsin y tomar
... , " '" asuntos cou los enróñeos
se ¿de mayo.—El go|,¡,,ni,, de lVking
8Una e< J u ' v . n( ' il( l° K¡ esperaba sacar a l Tsiin'i>V(iI1¡!lJas '""' l a l' ; i l l ( ' 'I111' lollllll ' ;l
S SUMl
niina0
''
°s. Los ingleses d o a
' aeno!"i ('""[Um , ''¡"i hecho prisionero
de c.!
K'^ernador, se han apoderado
los ant*1"1 o as e' s y al cl laln s a r a d n r o l > i n ll( '
*1 tenil ' o s de Tsiing que
«o lisn S l l a r Q a Q O S : y que eran muy po^ l djonjeros
para ellos, tanto en sus pas
como en sus ideas; por esta razón
Anterior
FOTOJUAFIA.)
no es posible creer que los ingleses reciban á este diplomático como á un antiguo amigo; yo no le ha ocultado
á S..., que estoy persuadido de la inutilidad de semejantes medidas.
27 fíe mayo.—He desechado la proposición que me
hacia S... de ir otra vezaTien-tsins. Cuando se separó
de mí. me dijo que se dirigió al barrio principal de
Seng-wang en Tung-tehoi, donde este tiene á su cargo
el mando y la dirección de los negocios por parte de los
mogoles. Se ha hecho venir bajo las ordeños <h Sengwang, la caballería mogola que había en Mogolia. S...
posee muy bien o] idioma mogo].
La situación
triste
y
c r i t i c a de la C h i n a ,
despierta
ideas graves; hace ya seis ó siete años que los mauebues
no pueden vencer á los insurgentes del Sur los cuales ocupan los puntos que hay sobre el Yang-tsi-tsian, privando
á la capital de grandes medios de abastecimiento, de recursos financieros y de movimiento comercial. Al presente dirigen sus miradas hacia Fu-tsían, Tcbe-tsian y
la opulenta ciudad de Sutch-schn, esperando el momento de encaminarse hacia el Norte; es un levantamiento nacional. antidinástico , que tiene por objeto
espulsar de la China la raza mancbu , restableciendo
la dinastía esclusivamente china; en señal deJ juramento
que han hecho, dejan crecer sus cabellos, y no llevan
cal/.ado ; continuarán asi cumpliendo esle voto hasta
que hayan conseguido su objelo. No lienon grande apoyo en el senl¡miento nacional como los partidarios de la sedas
esclusivas; pero cuando dominen en la
('bina, cuando apenas hayan formado un
oslado en las actuales oiivuuslanc¡;i-.
entonces ospulsarán á la familia reinanlc
La parte de su ejército, que está nías al
Norte, la del rebelde Nian-fai, devasta
las provincias situadas entre Yaug-lsitsian y el rio Amarillo; sus tropas están
compuestas de gentes de origen desconocido; según algunos indicios, son mahometanos que han empezado aparentemente, organizándose en una sociedad
regular, contra la cual ha luchado el
ejército del gobierno sin éxito hasta ahora. Los mahometanos chinos se distinguen siempre por su espíritu impetuoso,
y no dejan de aprovecharse de los trastornos políticos de la China; ellos produjeron la rebelión de la provincia i!e
Yun-nan , donde hasta ahora han cometido muchas crueldades, y donde según
parece se han unido á los feroces montañeses de Miao-tsi, que mas de una vez
han bajado de sus montañas á las provincias vecinas, en multitud,'soiiK'janf'vá una tropa de foragidos. El espíritu de
rebelión que trastorna el Sur de la Cii na, se estendió en el principio fuera del
imperio, por el Turkestan. A la verdad
es sorprendente el grado de escasez financiera y de debilidad política áque haií
conducido los trastornos interiores ai
gobierno manchú. Los europeos aceleran
ademas su completa ruina; pero ¿cuál será el resultado de la caída de la raza mai cliú? Por un lado dominará en la China la
inllueneia de los europeos (dado el ca.-o
de que lodo suceda sin anarquía ni trastornos, lo cual no es de esperar (pie sea
asi); por el otro se cumple la ruina lolal
del imperio por losestranjeros que, están
-j?3ip' ) a i° su dominación, por los habitantes
;ÍÍ
J | | l i h .,
\ . _ •,. x _
- -
CRUZ DE LOS ÁNGELES EN LA CATEDRAL DE OVIEDO.
Inicio
<le la Mogolia, del TurUoslan y del Thibet; poro si llegan estos á unirse á la ('bina por sus necesidades esenciales y comerciales, bien pronto la cerrarán á les
europeos y á su política, por el alraitivo engañoso de su riqueza.
M. nt A .
Siguiente
El\ MUSÍ-O l'MVKUSAL.
G2
S KSPAÑilLAS.
I.A r.mv. ni", i.v vii.niiti v v i.v riti /. DI: I.O
c u . i ' i ; v i . i>r n \ ; ! 11,1.
sen en seguida su obra ; y como, impaciente á poco de
haberlos de|ado en el. enviara a uno do sus áulicos para
que le diese noticias de los progresos que cu su labor
hacian los eslraujeros. volvieron maravillados, manifestándole ipie los arl¡tices habian desaparecido, y que la
cruz, \a lenuiuaila . estaba sostenida en el aire por la
invisible pero poderosa mano de la Divinidad, despidiendo brillantes resplandores. Kl rey acudió presuroso, y
cavó de rodillas admirando el prodigio-. \ después de oraciones y plegarias, el ohi-.no pudo acercarse al sagrado
simbulo. llevand"lo eüíre la admiración y respeto de la
corle y el cri-tiauo pueblo á la real capilla i I \. —Asi esplica la tradición piadosa el origen d-' la veneranda cruz,
sin que nosotros hagamos mas que consignarla : y pues
la rica ¡uva lleva en s; mi>:iia caracteres y seguros dalos
acerca de su fábrica, vam >s a intentar describirla.
Lo misino que en la eni/. de la \ic!ona. e! centro oe
esta es de madera, cubierta con planchas de oro purísimo y multitud de adornos sobrepuestos de menuda
lili;:rana, de tan eslremadu primor y finura, y tan m e nudos \ sutiles, que Morales los compara á una red , y
l'.avbaüo, en su disculpable admiración y entusiasmo,
dice que no poilian llegar á perfección lauta las manos
de los hombres. Entre estos relieves de filigrana van
engastadas muchas piedras preciosas, amatistas, ágatas, topacios, turquesas, cornelinas y otras varias de no
menor riqueza, sobresaliendo en el centro del anverso
un ruhi preciosísimo de eslraonlnaria magnitud, con
el cual corresponde por el reverso un precioso camafeo
romano: no el único á la verdad que si1 encuentra en
la cruz, pues tiene entre sus piedras otros mas pequeños, y algunos grabados en hueco pertenecientes al mismo pueblo, dando ocasión á que Morales diga, animado
de fervoroso espíritu cristiano, que el imperio de R lila
dos romanos, despojos de la grandeza de aquel aran
pueblo, que arrancados por los gados á su d e s p o d ^ j '
corona , y librados por ellos mismos de la rapacidad mi
hometana. vinieron a servir de digna ofrenda en \Z
aras de San Salvador.
Tero no lodo lo que en la Cruz de lux Angeles | a l
como hoy se conserva, encontramos, pertenece, al !n¡s
IIIO periodo. Apoyada sobre un basamento general de
madera, forrado de terciopelo carmesí , sujeto con'file
les dorados, descansa sobre una peana' con calados
adornos, no mas distante . en nuestro humilde ¡ii¡e¡0
que del siglo XVI y á los lados préstanla adoración (n¿
la sustentan, como con involuntaria inexactitud dice el
señor Ouadradoí, dos ángeles dorados, acusando en sus
mórbidos rostros y lazadas cabelleras, pero reposados,
pliegues y actitud . el principio del siglo XVII.
Tales son las dos cruces que con justa veneración seconservan en la catedral de Oviedo,'y (pie ostenta con
legitimo orgullo la ciudad querida de Alfonso el Casto
Knlrc las venerandas reliquias y dot:;iI ivo< . qne ile
* 11sIinlas épocas existen en la cámara sania de la eale«Inil ovetense, llaman preferentemente la atención ilel
via|evo dos anl lianas eruees , qne conservan eon la n—
(]ne/a y lujo de sus adunáis. históricos recuerdos y
gloriosas tradiciones.
I.a ernz de la Vielnria y la cruz de los Angeles.
Residía Alfonso el Magno en el castillo de (¡auzeu.
fortaleza que baliia edificado entre peñascos a la orilla
del mar para contener las cerrerías de los normandos.
y deseoso di' ofrecer una cruz digna á la iglesia del
Salvador di' Oviedo, llevó á dicho castillo la celebre de
I'eliiyo, que desde- la muerte d" este insigne guerrero
liabia estado depositada en la i-'iosia de ('.anuas, donde
la colocó su lujo Favila . fundador de la \n:sina iglesia.
y cubriendo la primera cruz, de roble con los ricos adornos que boy ostenta, la trasladó á San Salvador con r e ligioso aparato y solemnidad.
EL i»\L\r.in-r:\STiLL')
JA.R.VXDILLA.
La verdadera cruz, objeto de tan justo esmero y lujoso adorno por parte del Magno Rey, es de roble . como
Ouien desde Plasencia deseara conocer los restos del
de una pulgada de gruesa . y está cubierta de una hoja
monasterio de Vusté, famoso en la historia por haber
de oro, sujeta á los costados con clavitos del mismo
servido de retiro al célebre emperador Carlos V, fijaría
metal á distancia de cerca de una pulgada uno de otro,
su vista, á pocas leguas de camino, en otras ruinas no
aunque sin grande uniformidad en su colocación. Las
tan conocidas pero no menos dignas de atención para
otras dos chapas, que cubren ei disco central, dejan enel viajero lo mismo que para el arqueólogo. A unas ocho
tre los brazo; un segmento de circunferencia, cuya
leguas de Plasencia. dentro de su misma Vera, á la
latitud se baila cubierta en vez de oro con una chapita
falda de la sierra en donde descollaba altanera en otros
de bronce . que parece movible . la cual, no ajustaudo con tedas sus ri ;a 'Z:t':. ¡nij 'i:io* i/ (/rl¡fieejs . es[a suie- tiempos la última morada del vencedor de Túnez, está
bien, permite entreverla madera carcomilla, que r e - tn i/ .'//•<-,' c/ Id era:- tie Crixl'j.—También en su reverso situada la villa de .laran,lilla . en la confluencia de las
viste y forma la primitiva cruz.
se encuentran inscripciones, tan parecidas á las que dos gargantas Jaranda y .Jarandilleja. La población consEl color del oro. fondo general sobre el que resaltan lleva la cruz de Alfonso el Magno. que bien so deja com- ta de unas trescientas casas, con algunos edificios de
con vivos resplandores las piedras preciosas, tiene ese prender el empeño que al hacerla tuvo este en imitar la regular aspecto . pero interesa sobremanera la fortalezaamarillo oscuro y mate que á dicho metal da venerable que un siglo antes había d ,na,lo o! casto rey, a quien, palacio, propia de los condes de Oropesa , en la que hacarácter de antigüedad; y alternando con los reflejos de y no sin razón, se dice quiso copiar proponiéndoselo bitó unos tres meses el emperador Carlos Y mientras se
las amatistas, esmeraldas y rubíes que adornan la cruz, por moilelo.—Dichas inscripciones, lomadas directa- acababa de preparar su úlüma mansión en Yuste. Aquellas torres, aquellos muros, aquellos patios, cubiertos
se hallan labores de azul esmalte, incrustadas en el uro mente de la Cruz Angélica, dicen asi.
hoy de sombríos matorrales y guarida de inmundos reptidéla misma manera que las piedras, no siendo estrafin
La del brazo superior: Siist-ptu n j.liviih1 innn.-at les, oyeron pronunciar en otro tiempo de labios del gran
encontrar algunas veces, y principalmente en las labo- luir ¡n honure /),/.-—Offeri Adi/ansnx , liuniilix sircas
conquistador del siglo XVI, su decidido voto determinar
res del disco central, el esmalte verde alternando con el
frliixti.
la agitación del imperio en el silencio de los claustros.
azul. Bajo la piedra que ocupa el v. rliee de la cruz, e s La del brazo derecho: Quixi/uix a:tferré pru'xuwpx '- Al pasar el Puerto, antes de bajar á la llanura había
pecio de topacio muy claro labrado en plano, y con
dicho Cariosa su numerosa comitiva: «¡No pasaré ya en
cuatro facetas á los costados, está dibujado en negro vil indii fulmine dirinti ¡nlerin! ¡pxe.
La del i/.quierdo .Y..v lih.ns , ubi ralnnlax duleril mi vida olio puerto mas que el de la muerte!» Pero esun sudario, que se ve por cualquier punto que la piedra
las espresiones que. daban á suponer un anhelo decidido
se examine. El reverso de la cruz , menos labrado. casi mea. Uve npnx perfetl uní esl ¡n era ¡).l'('!' .\" 17.
La del inlerior : Une xii/nn laclar piux. llar xirjno en abandonar los negocios del mundo , no se vieron conliso en los brazos, se engalana en cada uno de sus r e tinuadas por los ados del rey cenobita. Muy al contrario,
mates con cuatro piedras, y el disco de en medio con rinrilur ¡itinuniv {'S).
l ' e r o , si descendiendo de! examen <\e esta cruz . que antes de entrar en el convento de Vuslé, en febrero
afiligranadas labores, topacios, esmeraldas v rubíes;
pero lo que forma el principal ornato de este' lado son Alfonso eligió por divisa, mandándola poner en sus de I:;:;:, se dedicó en .larandilla á graves negocios de
las cuatro inscripciones que copiamos á continuación. b a n d e r a s , v que conserva buy eonio blasón la catedral E-lado, recibió todavía embajadores, tuvo conferencias
y la ciudad de Oviedo, y prescindiendo de su tradición coa alaioados políticos. Aunque renunciadas sus coroEn el brazo superior: Stixeeptum p'ar'nle iiinnnit lior piadosa, entramos- en consideraciones artísticas acerca nas, era Carlos el arbitro de Europa, ¡i su albcdl'ÍO se
in htmtire Duiniiii (¡uoil offennd famitli Clirisli. .\rfe- de ella y de su compañera la de la Victoria, q u e a su resolvían las mas arduas cuestiones, acaso desde el pafonmts ¡irinn'ii.i el Seemena reniña.
vez el Maguo AHonso lomó como e m b l e m a , colgando lacio-castillo de .larandilla se disponían los graves epiKn el derecho.' (Jiitsii'iis aa/erre liwc donaría ntisl ra de s u s dos brazos e| alfa y i niega, a r m a s q u e igualmente sodios de la guerra que acababa de provocar en Italia el
pni'sainpseril, fulmine divina ¡ulerea! ¡pxe.
adoptó por suyas el principado (.'!) de Asturias, hallare- papa Paulo IV.
Kn el i/quiordo: lloc djms p.erjeet uin el eoneessam mos en sus bizantinas formas generales y en sus labores,
csi Sánelo Sidralori tirelenxixxedix.
Al penetraren las ruinas del palacio que habitó Carque bien r e c u e r d a n el mismo estilo, rellejada la épo-a
En el brazo interior: llar sii/no Inflar ¡IÍII*, Imr x¡i¡- en que se trabajaron y un testimonio solemne de q u e los V en .larandílla . asaltan nuestra imaginación tristesno rineilur ¡nimias.
El tiperaliun e.si in etislello á pesar de la irrupción s a r r a c e n a , no se habían e s l i n - y melancólicas ideas. Allí, á la sombra de aquellos aríittuzon, tillan rei/ni noxlri .V'//, dtseurreitlc era guido en nuestra patria aquellos célebres orfebres de la cos escarzanos, conversaba con el señor de dos munJ)CCCC.\"\'I (II.
monarquía visigoda , tan r e n o m b r a d o s q u e lucieron p r o - dos, desengañado de ellos, otro hombre célebre á quien
La otra cni/. guarda con el glorioso recuerdo del cas- • verbial su d e s t r e z a , bastando para ensalzar una obra el los desengaños de la vida le combinan por el camino de
to rey una piadosa tradieiuii , ;i |¡i (pie debo el nombre i calificarla de niaiiu (/oíhlfa; aquellos artílices q u e t e r - los sanios, l'rauois'-o de liorja , antes general y guerrelie es conocida de Cruz Ain¡ehea o ib1 l':s Aniji'lex. minaban alhajas do h u i r i c a labor como las coronas e n - ro , discípulo después de Ignacio de Loyola. Desde aquel
liajiiase terminado la iglesia del Salvador. \ como de- contradas en (iaaila¡nur de tiempo de lEvcesvínlo , e n - gótico antepecho ennleinplaba quizá Carlos la salida ae
seara Alfonso enriquecerla con unajnva digna de tan tre a l g u n o s de r i m i s adornos y los de dichas sagradas sus correos y embajadores para mil diversos puntos ÜS
suntuoso templo, reuniendo de los despojos de sus ba- joyas si' e n c u e n t r a n la semejanza q u e siempre tienen Europa, llevando á todas parles sus severas úrdeos
tallas gran cantidad di' oro y piedras preciosas, deter- obra de un arle misino; y cuyas cruces pendientes lle- sus consejos. Mas allá se levantan pesarosos dos torreones cúbicos des,!,. |,,s ,-uales veia el Cesarla pintoresca
minó fabricar con uno y olías tan bien labrada cruz,
van la misma forma que la de los Angeles y de la Victo- campiña, la escabrosa
sierra míe. resguardaba de vioque igual no pudiese presentarla templo alguno de la
erisl¡audad. Pesaroso eslaba el rey porque ninguno de ria , labradas, sin duda alguna, por los descendientes de lentos aires el convento de Vusté, y acaso preveía'"
sus diestros orfebres le parecía In bastante para aquella tan renombrados artistas , que con precioso tacto e n - mucho que debía ocupar [as plumas'de los historiaüorts
obra; y una mañana del aun NOS, después de oir misa gastaron cutre sus ricas piedras los camafeos y graba- futuros el incierto motivo de su abdicación y retiro.
devotamente, implorando el favor de Dios para llevar á
Ya saben nuestros lectores que era don Carlos nu,
cabo su pensamiento, y de recibir la bendición <!;• I I M S 1i l i :i s C / ¡I in' iil vl l ef ill )o t if :u; lm; lí n( l e Mi! ei tni ul li 'I ls t r ya l C' ,a 'l "i lr li Cr ll l ,l ' i l:'il l iI jTí l. lKl lI ; !| i n >¡ H| i lúcs n¡ ;t |( > | ' Cc S,- I (- ¡Ml Ii Ir ' eI s ". inclinado á la melancolía y al retraimiento (!)• "^°
santo obispo Adulfo, salía el buen rey del templo, diri- s i i ; l l i c n l i ' : « A M i ^ l l r l . r n l l l n ü l Ü T i ' / l t ' l ; l l l l ¡ ] i r i : l r e l c s l ó i l , t o r ; i l ) ; i t ' í su natural melancolía v ese deseo de conservar ' ( ^
giéndose á su cercano palacio , cuando se le presenta- ! I ' : U T :i l ; i l l l i l i i i ; ! e r i s l i m i . i l , i ¡ H S ¡ L ; I I U y l ; i l i : n l i l i T ; i l i e e l l ; i ; y e l r e y A l - reputación militar y política, lia dicho un conocido ron, deleuieliilo su liiai'clia, dos pi regrinos, en quienes I| iI ;Í '. lI M: i )' ' i ln ,e I (T |; iIi f! : ei nn l iil it l' iYi Ml .t iu .r ri .| ii i rI ; iI (rl ;i ii |i i. ii l l í; i, i ¡ jt ní cr :; lml i l iu l i i¡ m; Jl ic' s ¡| ;I ¡I I . Ml ! ; cms f ;| Hi ' ^ ; cI (r 1u; Iz . :'iY ;si i ! ci-ílor, pudieron inspirarle, tan singula" pcnsainieii •
lo modesto del traje contrastaba con la hermosura de l l : i l i l i . ' l , • M I M O c n i l i ; i j : i i l n r i l e l , i l i i - i i i : ! i l e l u s \ n : ; r l r s , l ( i r ; i l ) ; l e l M ' l l i r ; i
—Temía indudablemente siie
bir bajo el peso "*:.; ¿
sus rustres, resplandecientes i|e sobrehumana belleza. s i ^ l l i l i r n r ; ] ] i - e y C a s l i ' i c l l ; i l l ; i u i : n l : i l > l > ' e r ; i :i s i l S c i u l i i !.. ¡ ü l e s i i i i | « e l e
victorias y (pieria declinar en otro la rosponsam»" _
i l i : i l ; i 1)1 ¡ t : i i K l ( > n i ; : < ; . ! d e h i é ; i l e i l ; ; , I . »
l ' l prinieril i|iie IMIIIU ( l e e s l e
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— Oress C>) somos, dijeron al rey, y venimos de lede los contratiempos que preveía. Estaba ya en »••»
jos, mas allá de los montes de esta tierra, liemos sabido ii l' |i ii "n ' " iI ' cp hoi sv t oe r .i o| r, .u n Sí .si i ndI <eI VT; I uI v, ,s li; inCe nn i ml u ir .nL i; : ! i i,r i; ii. l' r eu i i c yo i ldl cr lal ri ; i ls: l el ' se cc l rl ;il t odr ee s eds l ea 'lilla, al piede Vusté ,man,lo hablan
-«.u el c m l #
tu iliaco, y le olivemos el trabajo de nuestras manos r i i ' ü Í I 1 I I M ¡ : I e s c r i l a e n l r e l ; i s i i i s e r i p c i o n e s i n i e l a m i s m a l l e v a , l l i e i ; : ! dnr de. Portugal, se lamentaba de no baber cump^
Inesc
u
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n
a
de
los
¡mueles.
para l;i cruz sagrada, coi no o] amor de nuestros corazosu propósito antes de que la fuga de InspriicK J *• ._
p
alma.
\-Z 1 I:-/,-IIIIII
;., riimii,••,-,! en htfrt
tic llim:. IJ m'tilr nn'l'i.
Dfrccc/n
nes para
tu alma.
vaulainienlodel sitio de Melz hubieseí
panado ti
el
Im
iiililc
íirr.'o
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Cn.-,/,/,
Mfuiis,,.
(¡nuil
tfiiifru
¡¡lie
¡insitiuicrit
_ l»egoci
j;n!u i l r | ; m d i c h o s o h a l l a z g o , q u e n o v a c i l o el
l
lio (le sus glorias.»
. , rr!.
illiiluriiirli:
. i:ecf:ni
cu el /•„•;/,/ lid cic.'o. Sti'n fiemiln
mi I lire rni a d o s o inoiiai-e;i r n a t r i b u i r a f a v o r d i v i n o , d i s p u s o s e
imilihl ín ¡icrn ¡I i. Acihte.c cyl<; vlini era i!e S í l l .
t'.en esln tena!
es
Cierl;
ule, las rumas del palacio-castillo de Jara^
itejeiiiiiiln el ¡.¡iiilnx,,,- eim e\l,i seu.il se rcii'-r ¡il
enciiinjii.los c o l o c a r a e n M l l a p a r t a d o a p o s e n t o , d o n d e e m p e z a 'lilla de que ofrecemos una exacta copia ¡i ".'"', Jy u ste,
\ \\ l:i I ' I T I I : ! l i ' e M O M I I ' S e i | i i i \ o i ' ; i d : i
nIcN-ii;, líiiiiando. c o m o sulia,
lores, lo mis que las ruinas del monasterio de
_.
el ^ t l a r i - m o p n i ' a n o s d eC i i , | u l ü s r n c o n r e c i o c i i l e r i i i , d a n d n e l v a l o r
d e l l i i l n a la u r j ; l l l ¡ l ; l (¡lie l l e v a I i \
i c e e r a H í l i . i|ile e s e l a n o ,\0,S d e
bablan
¡ alto en favor de la instabilidad nfi las • p|
nlnilosc cslc (Ion
d , , „ Imnoi
Jesucristo.
I |.nn<:,,:: N,,, ¡ ,,•:, , , ! „ | , , V S I I I
bumanas. ) Por que abdico Carlos V por molamui.
, , , „ A H o n . yy su mujer
u j e r ll.nnr,,;,.
. n n r , , ; , . tti.'i . <:,,::
M- i|iiil:ir
I Ti) l i s i a s l u e r o i i l a m i n e n la:, a n u a s i | i i e s i t t n i e r o n u s a n d o l i n i o s l o s
r s l o s n c c s l m s dd im
meess , ||) ( T c z c : i c o n i-I rayci ,1c | > ¡ , ,
, " | \ | , o í r , M'
imperio,le'dos ,' ineutes? Por la misin i moa i
r e \ e s i p i e s i l c e i l i c n i u a A l l n n s o e l . M a ^ n o , tía si a i | i i e e ! V i l d e s u n o n i , . ; , l i o y s e d i u r n o a S a n S : i j \ ; ¡ . l o i ' il,< la V : . i , . , l ™ i , | , . o c í e l o '
\ i ""diii
l i i e , l l a m a d o el K i n p i T a d n i ' , a i ' i i a r l c l " sil e s c u d o c o n l a s d e C a s u l l a y
obligaba á decir al grande Abderraman que durante
, . | : i S("-;¡l e s u c l c n d l d o e l I H a i l o s o ; c o n c s ; a s e ñ a l
. »,.„,.,. al C I C I I Í C M ,
l . e i n i , c o m o lo v e m o s e n n u e s l i n s d i a s . I.a c r u z d e la V i c t o i ' i a ,, , | ¡ .
l l i z o s c 111 i'l M S l l l l o ( l e ( . a i l z n i l e l a ñ o , 1 , . i i u c s l r . i n - ¡ n : ; i l , i í '
ciTirmlo
don l ' e l a y o , e s m i r a d a e n Asi lirias c o n s i n g u l a r r e s p e l o , y los canniii¡ I ) \ ,„„,:• los arlie s publicados n, I-,. M, SK.O
^"''«^fffi
In ' .
li. íilí¡(.-iün d e Cristi) li'W.i
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, '1 ) A l ' t l i k ' C S l i l 0 1 0 ; ¡'si 1,1* I I ; " " : I '• t'.cotUC,;
Anterior
llenera!.
i;ns d e O v i e d o la l l e v a n s i r v i e n d o d e ^ 11 i a e n l a s g r a n d e s s o l e m n i d a d e s
religiosas.
Inicio
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• | . ¡ v M a : - a l l , coi, el U l u l o d e Crias
\ Ht.lt.
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\ fu ti
»"mmC
EL ML SEO TNIYEUSAL.
ado ooch
anta anos di' rejundo, soln habia encontrado
\ felicidad y venlura , yi'ran... los i]iie habia pa
I jos del troiio, cobijado por el tech > de miserable culia Solo
Solo la falsa apariencia puedo
h a c r considerar
|
laña-
mirlas.—eualro ropas
—una de clin
lolms rcrva
alorradacn raso carme í,, guarnecida
g
al l d o r de oro de
martillo mas ancho de un palmo ¡i donde está figurada la
y la
idla do
d Solimán
Sli
l del
d l mismoiS e l ilm , —i e u a llr o alfombra
f
b
como dichosos á los reyes, 1.a hisloría desúñenle su pn1
¿ion envidiada. Ñapóle i, después de conmoví'! el
l o r i a s e n Santa Klena; l.uis Felipe
mundo, expía su
fllece desterrado en C.lareinonl ; Carlos \ en C.icial/;
pü estos mismos momentos cambian el cetro por el
¿culo f'e la emigración los royes de Ñapóles y oíros
soberanos de Italia... ('arlos Y tuvo el tálenlo necesario
Mía conocer que lejos del bullicio del i n u n d o , en la
• dad
' - i yven el r e t i r o , es donde menos espueslo
se eslá
p
muy grandes y muy ricas y seis muy linas.—otras m u chas pequeñas,-—coboi'lores d e c a n í a sin pelo lodos do
oro y sedas.-—muchas colchas de c a m a s , — m u c h a c a n lidad de cuchillos de mesa de diversas m a n e r a s , g u a r nocidos unos de o r o . oíros do joyas,—dos alfanjes con
sus guarniciones y vaina de oro con muchas j o y a s , y
una perla en uno i]¡- ellos muyy grande : las íio¡as
¡ da-
s terribles cal asi roles. Al pisar los uniros dc;| palacio
üei Jarandilla.
á Yusle,
tenia
presente
l anles de
d retirarse
ti
Y l
t i
l
muv bien aquel pensamiento de Hnni'-io que ha imitado
asi Víctor l i n g o .
Dieu souvenl repousse
IHi píeil les liantes lours;
Mais dans lo uid de mousse
Oñ chante une vo¡\ douee.
II regarde toujours.
MISCELÁNEAS.
Winkelmann sostiene que el eo'or contribuí/? ti la belina, pero t¡ite no la constituí/e. qu-- únicamente ha-e
sobresalir las formas. De esta proposición s:1 apodera un
crítico, y apoyándola pregunta : ¿No es cierto que hay
mujeres "herniosas y están pálidas y otras igualmente
herniosas cubiertas con suave tinte de rosa? ¿No agradan á algunos los cabellos rubios como pueden enamorarlos negros? ¿No encuentran tantos adoradores los
«josnegros como pueden hallar los azules? ¿Hay color
alguno que por sí solo pueda aparecer Ifllo? Se dirá
que el carmín es el color de la belleza, que el coral nos
«acanta sobre unos lindos labios apenas entreabiertos;
pero poned estos colores en la punta de la nariz y serán
sumamente ridículos; ponedlos alrededor de los ojos y
«rasaránsentimiento y repulsión. Kl color, pues, no
constituye la bflleza , porque el mismo color unas veres nos encanta y otra nos produce horror y miedo.—
No sabemos si convenir con el que asi s'-> espresaba;
pero le preguntaríamos si el color azul del cielo que
'anto cautiva nuestros ojos, ¿nos agradaría siendo color
'le café ó verde de papagayo ?...
contramaestre y cuantos componían su auditorio se.
levantaron apresuradamente
yy siguieron
á su g"le cop
g
locándose tras él á lo largo de la olini muerta.
Kl huípil 1 , que á una hora tan intempestiva liabia venido á inlerruinpir la relación de las aventuras del pirala Musíala y á poner en movimiento á la guardia de
I estribor de la fragúala, era un bergantín cuyo capitán
¡ debía conocer perfectamente aquella parle de la cosía,
i cuando con tal seguridad y á tales horas se dirigía en
, demanda del fondeadero.
I
Kl piloto
de la lidia Micaelita (pie
atendida la c i r p
q
stribos i eunstaneia de hallarse, esta medio oculta entre la somuiasquinas.— V.vos acias, sillas de caballo
temió yy con sobray espuelas:
p
j cajas d cuero labradas con oro yy da ..— '.qlira que el monte vecino pproyectaba,
y ,
t í
ii
i
Irascos hí
hermosísimos y bol i jas para a g u a . — M u c h a s r o - d
da razón , que ell b
bergantín
se lle viniese
encima,
m a n dó
dó
dos
faroles
para colocarlos
en los
penólos
pas tturquesas unas
\i\vís is d, otras corlas tela
l
l de
d ovo, | encender
d
d
f l
l l
l
l de.
d
hierro para la mayor, á lin de que sirviesen á este de aviso y eviguarnecidas ,1 perlas. —Muchas hachas
tasen un abordaje (pie pudiera ser fatal para las dos em•olas de caballos a la indiana.
barcaciones.
J.
Pero aunque esla maniobra so ejecutó con toda la
prontitud posible, no fue tan instantánea como la urgencia del caso requería, y el bergantín so aproximaba
EL C.VSCM'.t")
NTKZ.
por instantes.
— ¡Orza! ¡orza!—gritó el pilólo con atronadora voz;
pero las gentes del bergantín que en todo pensarían
CHINTO l'AMASTICO-MUUUMO.
menos en hallar otro buque fondeado en aquel tenedero, y á las cuales el ruido producido por el viento al
chocar en las velas y en los aparejos y el nmj ido de las
l'ues cuno iba diciendo, aquella picara dueña ofreció \ olas que se estrellaban violentamente contra la costa inentregar a su señora a merced del fingido comerciante mediata á la punta de Torres, no les permitían oir la
catalán por un marido, de que debía tener por lo vis- advertencia que acababa de hacerles el pilólo de la frat i sobrada necesidad, y por algunas onzas de oro que gata, permanecieron impasibles y el buque se acercaba
debían pasar á su bolsillo y cuyo metálico sonido la es- rápidamente á un siniestro.
taria ya deleitando de antemano.
—¡Orza! ¡orza! ¡voto ámil huracanes!—gritó de nuePero como la maniobra no era tan fácil como ella y e! vo el piloto, echando mano esta vez de la bocina.
pirata argelino
o fueron pa>andn las horas
Bien fuese que el capitán del bergantín oyes?, el aviso
sin qu
h ]dn
los sanchos á su codicia la que le daban, ó bien porque los faroles que acababan de
"
[irosa.
izarse en aquel momento en la Bella Micaelita le a n u n l0; kl le vista u:i solo ¡lisiante, y
ciasen la proximidad del peligro, aquel buque aparejó
,l
'¡
ll ltl) l
•a le parecía cada dia que pa- instantáneamente para virar, cuando solo distaba de la
".
o fue olvidando el encargo que le habia h e - trágala unas Ireinla brazas.
clllt
lo Tune/., eo:i'-|uyó por enamorarse co.no
(Inicias á esla maniobra, pronta y hábilmente ejecu'!
un pilotín barbilampiño de la hermosa marsellesa y le tada, v á la docilidad con que el bergantín obedeció al
ofreció á la dueña doblar y triplicar el regalo de boda si
a mas de proporcionarle ocasión de e n t r a r á la sordina
en el cuarto do la chica, so avenía á que la robase ofreciéndola que ella acompañaría á su señora y que en
c u a n t o recalasen a las cosías españolas si' efecluariau
los dos matrimonios como Dios y la santa Iglesia le d i s ponen.
Como, perdido una vez el r u m b o , de la virtud, so va
uno demorando mas y mas sobre los escollos del crimen
hasta encallar en ellos por completo, no le costo mucho
trabajo al pirata Musíala decidir en su favor á la dueña
jarnos á cilar las reinas entre algunas piedras p r e - y convenir con ella cu todas las maniobras que debían
ciosas de mayor mérito. Kl mejor ruin conocido se cree ojeo.liarse |>;ini salir con felicidad de la e m p r e s a , y
'-'sel que posen (iuslavo III de S u e c í a , de tamaño de aquí leñéis mis queridos muchachos el por qué la
princesa de los o|os negros y de la cinlura llo\ih|e so
«n huevo de. gc';., : 1 , y regalado p ir aquel rey cu 1777
;
i la Czarina de 11 isia.' V.\'na/ir
s grande ,* evaluado hallaba algunas noches después á bordo de la N.T*" 100,00(1 francos, es acaso el qii" e\isle en el Musen p::'nl ' desmayada y cu brazos de Musíala que se e s ™Mineralogía de París y fu,
•onlrado en ü e n a i l a . forzaba para hacerla volver en sí mientras la trágala le«mas precioso sartlmi'c- s" conserva en el (¡ahinete vaba sus anclas, desplegaba sus velas y abandonaba el
[merlo á bulo trapo.
"iperial de \ i e n a . l.i tnri/irva de mayor tamaño es la
Pero es el caso, mis valientes ("amaradas, (pie a q u e ÍM Poseía el gra:i ,|,iq,,,. de Toseana . 'como una nuez.
I el mejor to¡nici,i o- el del Mogol que en>|ó eer- lla hermosa muchacha oslaba para casarse con un joven
OÜU franco*.
l ' u i e n l e de navio de la marina francesa que mandaba la
corbeta Kmliinion de c u a r e n t a cañones, de crucero en-
tunees por
p el Mediterráneo yv qque. e.nlraba por casualidad providencial en Marsella al mismo lieinpo que la
en los tiempos presentes acoslumbraban en los
s los monarcas de K
Kuropa
u p a hhacerse múliíamenle
ss rregalos,
e g a lcuando
o d llas ddiscordias
i d i
i óó llas dd
propias
allos no les obligaban á tratarse romo enemigos,
> H'lipe I\' ) ,.Uy() ii 1:l ííi¡ u i ; ,,| 0 reinado no fue de los mas
, , „ „ , ,,,,,,-,,.
' or '°s, tuvo ocasión do ,recibir
diversos y ricos.,„......
presenmuy'sabidos
' K Ekntre
t otros consideramos
onsideramos no mu
y 'sba ibdi d s llos
l s ree envió ¡'i esle monarca ol emperador de turcos,
Minian lliniel. los cuales fuueron enviad
id
j
p
^
p
pia con caria fech á I " e marzo
n
en 1 ; I ) 0 rm:mos del bajá su camarero
Consisliau
los
,i'
objetos sigiiioules:—cualro
leones con cadenas
,i
g
'•irnit . l 'l" ' ' a s e n ellas las a r m i s d e Malioma, -diez
cuati- rr ' 1 ^ S r ' lll| d (1 s de o r o , e s m a l t a d a s y r e c a m a d a s , —
pS^decucl
,s
a una g u a r n e c i d a c o n
piedras
SUarn
-;—cuatro unicornios,
lo(
siele palmo
te.'
•Wn l«nro,
iv
' V
y e.n
en ellos
ello: esculpidas
l i d a s las
la a r m a s di'
vi
(
'eiidv t ' " ~ ' i " " pie/.as de tapicería i\r oro en ellas
r
la v
h *r« i
i''lorias de Felipe II
u n a ' e a m a ,]••
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W o
!S
l'iós
y Hel cc' ii(e' 'l"o ''''
do oo r oo, -u- -nl ian a caja
caja
í e ci rki s H ,nn'' 'I S ll i i1l' 1' l l' l"ss I''''
>'
^ e i n h - V " ' " ' g u a r n e c i d a do p i e d r a s p r e c i o s a s , d e n t r o
ls
jas de '",
ü e / . a r e s d e á diez, yy s e i s o n z a s , - - d o s e a ^Sculnjil.,-, i ''"'"'"'''•idas
.
de diversos color . „y en ellas
v
tont r i i ,
" " l o r í a s (pie t u v o el e m p e r a d o r V
C.;ii-|(>s V
(Olores ¡!.('laillls> Henas de plumas,- diez caballos ,|ó
a.ntes i,. | " M l l l ' s gobernados por seis hircos. -l,o s años
Wosm. ¡ln. m " v ¡ dn en Castilla gran curiosidad los olido , 'Hilados por Selini al serenísimo señor don Juan
'"Qué ( rill ', ( '' spues de la célebre jornada de Lepan!
L
Srrpienti',
salia.
Kn una
una de
de las
las bordadas
bordadas que
que el
el viento
viento de
de proa
proa le
le obli
Kn
obligó á rendir cu la hhabía,
pasóó tan cerca ddel
que
bí
l pirata
i
oyó pronunciar su nombre por una mujer con árenlo
sumamente
lastimero y como si le ¡lidíese
socorro.
Kl
umamente las
¡
s
i
ffrailees
i e llatió
t i ó con lla violencia
i l i
dde una
orazón ddell capitán
i cuando
d durante
d
ti
d
l
r-ivia,
un tiempo
duro
se carga y se le
arrian las escolas, al oir aquella voz; pero creyendo después de un momento de, reflexión que sus sentidos le
engañaban continuó voltejeando, dejó caer las anclas,
saltó en tierra precipitadamente., sin poder apartar su
imaginación de aquella voz. que tanlo le habia conmovido, y gobernó á toda vela en demanda de la casa do
su querida para cerciorarse de si era ó no era ella la
ipie habia pronunciado su nombre.
Ya podéis suponer, en qué estado se hallarían los padres de la chica , (pie al despertarse alarmados por los
gritos y los lamentos de la d u e ñ a q u e los piratas habían
dojado'en tierra trincada de linnc á los pies de la c a m a
de'MI señora, se c n c o n l r a r o n c
pie su luja había sido
cubada.
robada
'
lil m a r i n o c o m p r e n d i e n d o e n t o n c e s lodo I'I la mayor
p a r l e d o la v e r d a d d e lo (pie liabia | lasado, regresó a la
l'.nilimiou, levo las anclas y se puso á dar ea/,a con lodo aparejo portable al buque que le arrebataba su querida, cuidando de no encender los faroles para caer sobre él anles (pie uníase su presencia.—
rino con
relación ci
Aquí licitaba el Zorro marino
con su relación
ie vigilaban
las inniediacíomarinen^
ldo
i d luno
u l o \de
\ i llos
i s 11
l
^
nos d (! |a ItAhí Micaclila y que se hallaba hacia unos
^ este ' i ' " ! 0 " l i U 1 ra;d parados los t u r c o s , y a pesar I minutos
á proa mirando
c;>n
i
í d
i' marcada
m a r c d alencion
l i o n áállaappuunnC J a lil
l"eaq'iPl
'" '" '"
¡"'í-ogancia de la carta co;
la de Toi-res, griló de repente—¡liarco viene!—
era
n i 0 1 iu
«Dos roír' l ¡ ' ' ! ' " '°nip;iñó los objetos siguientes:—
,\1 oir eslá vo/. de alerta , dada en un tono bastante,
l ) a s zebe!lmas hermosísimas,—otras (los ropas ,\,' | alarnian(e,"el piloto corrió á la m u r a de b a b o r , y el
Anterior
Inicio
unpulso del timón, pudo pasar sin novedad e n t r e la
fragata y la costa, dejando caer el ancla poco después
como á unos cuatro cables por la popa de la Bella J / i caeli'.a y tan inmediato á tierra como la seguridad del
buque lo periuiiia.
C.U'ITCI.O III.
DK
C Í M O .U I : \ I I V
Y HIEIIII
v si: n u : \
c o M w n w n : ni: i..v K N I H . M 1 O N ,
II: i.\
ll.
Moni'. i \ n ,
1,1.US MIS J I W I T K S
A \.\
liiuu.ns .
v COMO r i . O H M I O SOIIÜK i.\s
I . \ S c i u C I : T \ S ni: i ; j v n
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\ i , vi:u C O N S T A M I MI:NSKI1PIKNTK,
r \ Z l l > O S Y IIRAZI-. M U Í S P o l i
Y III. COMO T O M Ó A l . U U l l l l l A . l i : A I . P I H A I A ,
.u;i
AS,
v >'ititi;
SOTAVKN-
Y lll.SCUÓ
P I I I M ' . I . S A n i : i o s o . i o s \ ' i : i . i i >s v n i . i . ' i A I I . I : I I . I . M I I I . K
<:i W l i o
M I . N O S 1.0 I . S 1 - I . I 1 M 1 A .
— ¡Maldito bergantín!—esclanni el
Zurro-marino
volviendo á ocupar su puesto, mientras sus enmarada:-se acomodaban de nuevo á su alrededor.—¡Si ríos descuidamos unos minutos en izar los faroles, nos pasa por
ojo en menos tiempo del que se necesita para ayustar
un chicóle! Poro al lin liemos librado mejor (le lo que
\o esperaba, y como no habrá seguramente, otro capitán
¡an bárbaro que navegue sin faroles en una noche como
esla, comprometiendo
la vida de unos marineros tan
p
honrados como nosotros, viraremos en demanda do la
Kiuliiinon, á la que dejamos desabocando con lodo aparejo portable el puerto de Marsella.
' l'ues como iba diciendo, mis bravos y queridos muchachos, la corbeta de la marina real francesa continuó
navegando
en el mismo rumbo qque liabia llevado la Surg
h l encima
i
t l j porque la
piral:', sin poder echarla
ell catalejo,
noche
oscura como
h estaba
t b tan
t
omo la bodega
bodeg dde una urca
rusa, y al pirata Muslafá debieron olvidársele, los faroles
en el pañol, como se le olvidaron á ese maldito capitán
que acaba de pasarnos por la banda, y ya el marino
francés estaba á punto de desesperarse, cuando al hacer
la descubierta poco antes de salir el sol, divisó en el
horizonte por la mura de estribor las tres vergas de gavia de una fragata como flotando sobre las aguas, y
sobre ellas tres juanetes cazados y braceados por sotavento.
VA comandante de la Endimion, á quien los celos habian convertido
convertido en
en un verdadero grumete, bajó de un
bian
la ccámara,
¡ sallo
sallo á
á la
á m a r a , ttomó su mejor anteojo, subió sobre
el ppuente,
Ire.pó ccomo una ardilla por' las jarcias del
el
u e n t e , trepo
pulo mayor, llegó á la. crúcela del juanete, e'nliló el anI' 1 ' 1 " l l l ; l J' 0 1 "' "''»' á
leojo hacia la vela (pie acababa de divisar, v pmrunipió
en los mayores eslremos de alegría mezclados con arrehalos de furor. Aquel buque era la Serpiente, mis buenos y queridos muchachos; la Scrp:cnl:-t¡w lo llevaba á
su querida.
Aunque el buque pirula oslaba lejos, muy lejos cierlameule para que fuese fácil darle caza, ofcomandanle
de la Entliiiiion tenia demasiada coiilianza en su corbela
para que ni por un monienlo dudase de que, horas antes
o después, habia de leiulerle al fin los ganchos de. abordaje; poro el capilau francés echaba sus cuentas sin
eonlar con el palron.
—¿A qué. distancia so hallaba el pirata? preguntó un
Siguiente
KL Ml'SEO UNIVERSAL.
LA VIDA DOMESTICA EN ClllNA.—SEÑORAS CHINAS. (DE KUTUüllAFlA.)
pilotín agregado que formaba parle de la guardia, y qre
ni era por cierto el que con menor atención escuchaba
la historia del pirata Mustafá.
—Si miraras con tanta atención lrs libros, mi futuro
y desaplicado almirante, como me miras á mí cuando
estoy contando algún cuento—le contestó sentenciosamente el Zorro-marino—sabrías
que las crucetas de
t:av¡a de una fragata de cuarenta cañones, como parecía
-orlo la Serpiente, se hallan ciento veinte y ocho pies
-ubre el nivel del mar y el coronamiento de popa de \m
buque como la Endimion, que fue el punto desde donde
'•i capitán de fragata de la marina real francesa divisó al
pirata, están á diez y nueve pies de altura; sabrías que
las tangentes de estas dos alturas tienen de largo, la
primera doce millas y media, y la segunda cualro y tres
cuartos; sabrías q u e , sumadas las longitudes de oslas
i¡ns langonles, se obtiene la distancia ¡i que se hallaban
les dos buques; sabrías también, mi futuro almirante.
-i es (pie tú puedes saber algo, que doce millas y media,
y cuatro millas y Iros cuartos suman dio/, y siete millas
\ (Miarlo; y sabrías, en lin , que la Endimion dislalia
de la Serpiente unas seis leguas escasas..—¿No es asi?—
preguntó el contramaestre dirigiéndose al piloto que
permanecía en su puesto de- escucha, arrimado á los
ehoiiqu.es del palo mayor, y que en aquel momento le
miraba y se sonreía.
•—Kxaelamenle , mi buen /•irro-wciiiio
; oxaclaii'eiile— le contestó el pilólo.
—Ya lo oyes, mi querido é ignorante pilotín—prosi¡j:iióol narrador.—l'n joven agregado que tiene la dicha
de comer el rancho con los marineros y grumetes de la
Helia Mkaeltta , y de que, alguna que otra vez, y como
pur descuido, le estiremos media braza las orejas ó le
hagamos una caricia <>u ]a popa, lo monos suavemente
pusiblo. con la punía de nuestras bolas de, á bordo, d e biera sabor ludo oslo y algo mas. ¿I,o sabias tú?—
Kl piloliu 10 respondió, pero se puso lan encarnado
cuino el gorro catalán (pie llevaba.
—Confiesa francamente que no—prosiguió el Zorromarino—y no le ruborices como u i ¡a prineesüa do quince anos cuando recibe el primer ¡¡brazo. Kl no saber lo
(pío se debe sabor, es una falla; loda lidia moroco un
ea-lígo, \ yo, en uso do mis faeullados como oficial de
11::: i" y | ele de la marinería , grumetes, pagos y pilotines
i''1 la Helia Micaelila , lo condeno á (pie llenes mi vaso
hü-sla la borda, y sin derramar una sola gola, de la
n ¡igniliea carga de que e-e. porrón so halla uharroKl piliiliu obedeció sin desplegar los labios.
— Perfectamente , un querido almirante honor y glode la marina española; perfectamente. Tú no sabrás
calcular distancias ¡i bordo; pero en cambio, oros un
o. canciadur inmejorable y vayase lo ui:o por lo olio. Y
cerno el aguardiente de caña'puesto al aire libro corre
el riesgo do perder e| anima y ha-la de evaporarse, y
como sena un crimen i|Ue uii humado contramaestre
( ouio jo peí mil KM' i|i,e tus lie|ii¡iliis se evaporasen á bordo
en saliendo de la despendí , en la cual -e ha dicho en
honra \ gloria del nuinmn,,!,, despensero ( me me e s cucha y que lio se ruborizará porque le alaben, no merman mas (pie la mitad próximamente...
Y el Zorro-marino apuró el vaso de un solo lra"o
—Pues como iba diciendo, m ¡ s buenos y queridos
II:I
Anterior
muchachos—prosiguió, después de colocarle sobre la
mesa y de limpiarse lo?, labios con las puntas de su corbata—el pirata llevaba á la Endimion seis leguas escasas ile ventaja, y aunque era demasiado , tratándose de
un buque lan velero como la Serpiente, el capitán francés lanzó su corbeta en la vuelta que aquel llevaba,
confiado en darle caza antes que entrara la noche.
El picaro Musíala . á quien ya vamos conociendo,
debió avistar á su enemigo y conocerle quizá y pan eia natural que forzase ile vela para escapar del crucero,
(pie no era pur cierto de los buques mas pesados que
tenia entonces el rey de l'rauoia; pero nada, mis bravo- y queridos muchachos; la Si•rpimte continuó su
bordada tan tranquila como si no hubiese buque- a r mados en un radio de cíenla e¡licúenla midas.
Y asi se pasaron una hora, y dus. y tros, y cuatro, y
llegó el sol al meridiano y el dia o-taha á punto de lar
liar las amarras y la Endiiniun eorria . y corría conin
alma que lleva el diablo , sin que su eomamlaule llegase
a descubrir desdo el coronamiento de pupa un solo
palmo del velacho de la Sci¡)it>nte. Aquellas malditacrúcelas de gavia que habia avistado al amanecer m e ciéndose sobre las aguas del Mediterráneo , seguían
como clavadas en la proximidad del horizonte y sobre
ellas los juanetes cazados y braceados por sotavento.
Kl pirala llevaba por lo mismo á la Endimion, después de dos horas do caza, las mismas sois leguas de
ventaja que en un principio. Y no hay que decir, mis
buenos y queridos muchachos, que el comandante del
crucero real se dormía; porque no dejó en los palos sin
largar un solo palmo de vela do cuanlas la corbeta podía
resistir navegando á un lanío con el viento fresco que
eorria.
No estrenareis por lo mismo, mis valientes eainaradas, que el marino francés jurase como un grumete
mal criado y palease á mas y mejor y se diese á todos los
diablos y no soltase el catalejo de la mano; y lo peor
del caso'os (pie paleaba, juraba y se desesperaba inúlilnienle, porque por mas (pie, miraba y volvia á mirar,
aquellas maldilas crucetas do gavia seguían como clavadas en el horizonte, y sobre ollas los Iros juanetes do la
Serjñenic cazados y braceados por sotavento.
Kl vienlo se fue rolando al N. O. á poco de puesto el
sol; la Endimion largó las alas y arrastradoras de babor
para navegar en popa, y un momento después se m o vieron aquellos picaros plañóles que so veían sobre el
horizonte,
— ¿Maniobra la fiábala?—pregimló el comandante
francés con la bocina vigilante de lope.
—Sí mi comandante—le eonlo-ló el marinero.—
—¿U"é maniobra ojéenla?
— I,a misma ipie uusolros.
— liso limanlo se lia demasiado en sus piernas y
licuó la osadía do insidiarnos; poro aunque llevo el diablo en la quilla, no se librar;! de nuestras garras porque juro por San Tolmo que entraré dándolo caza hasta
el fondo del canal di' |,i Coleta.—
•—l,os oficiales de |,i lOitliinion , ¡Hinque no parecían
abrigar las mismas esperanzas que su eoiuaiulanle, se
encogieron de, hombros y lijaron la vista cmi marcadas
muestras de duda en aquéllos tres malditos juaneles que
acababan de moverse.
lin oslo vino la roche sin que hubiese disminuido
Inicio
una sola braza la distancia que separaba á los dos buques , y apenas la oscuridad cubrió el Mediterráneo, se
vieron dos faroles en los palos mayor y trinquete del pirata.
Y"a podéis figuraros, mis buenos y valientes camaradas. como se pondría el capitán francés al advertir que
el tunante de Mustafá le despreciaba hasta el punto de
encender aquellas luces para que pudiera continuar
dándole caza á pesar de las I ¡nieblas.
Pero con la noche vino una cerrazón de mil diablos,
y los faroles de la Serpiente se perdieron completamente de vista.
I .a Endimion continó sin embarco en la misma vuelta hasta las doce; poro al mudarse la guardia y poruña
do osas corazonadas cuya causa nadie sabe esplicar satisfactoriamente, el capitán francés mandó recogerlas
alas y arrastradoras que habia largado y se puso anivelar á un largo, que ora el mejor andar do la corbeta.
(S(r coiilitiuurá.)
Kl. CUTÍAN líll.MRARDA.
(1EKOG1/ÍKICO.
SOLUCIÓN DEL ANTERIOR.
l.a hormiga do quier recoge el granillo y la espiga-
;.-. ¡UNE TECH EL. PIARES---- J l
solución en el i.iuiio.ro priixmiu.
niUUCTOK, 1). i. GASPAR