Sierras Chicas

SIERRAS CHICAS
ENTRE BAJA
DISPONIBILIDAD DE AGUA
Y CRECIDAS DE ARROYOS
Geóg. Joaquín Deon
Aportes para el entendimiento
de las inundaciones
recientes en Sierras Chicas
Recorte del trabajo de investigación: Conflictos por el agua y el uso del suelo en las Sierras
Chicas. El caso de la cuenca del río Chavascate. 2014. Joaquín Deon. FfyH-UNC.
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Sierras Chicas
Ubicadas en el centro de la República Argentina, las Sierras Chicas forman parte, en
su extremo más oriental, de las Sierras
Pampeanas (Ver mapa N°1 y 2).
Las cuencas de la Vertiente Oriental de las
Sierras Chicas, son todas aquellas superficies de suelo que vierten hacia el mismo
cauce de cada río o arroyo serrano.
Los cauces en esta pequeña región están
compuestos por arroyos y vertientes que
se abastecen de las laderas de cerros y del
sistema bosque que en ellos se encuentra.
Estas pequeñas cuencas poseen en su interior los centros urbanos en constante ampliación y modificación, en los cuales
residimos.
Mapa Nº 2
Mapa Nº 1
Las cuencas de la Vertiente Oriental de las Sierras Chicas,
son todas aquellas superficies de suelo
que vierten hacia el mismo cauce de cada río o arroyo serrano.
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¿Qué es una cuenca?
Una cuenca es el área en la que habitamos. La cuenca no sólo es una superficie de suelo, sino que es un sistema complejo y dinámico
que incorpora bosque, agua, fauna y territorio, en constante dependencia, contacto e interrelación.
La predominancia de las prácticas humanas en el espacio geográfico modifica el sistema cuenca.
¿Cuales son las porciones o áreas de una cuenca?
Una cuenca puede dividirse de distintas maneras. La que normalmente se utiliza es la altitudinal. Esto es en cuenca alta, media o baja.
Mapa Nº 3
En las Sierras Chicas, las cuencas que habitamos
varían en su altura de los 500
a los 1600m s.n.m.
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Incendio en La Granja (2014)
Cuenca baja
Cuenca media
Cuenca alta
La cuenca baja se corresponde con
toda el área que se encuentra a
menos de 649 m s.n.m.
La cuenca media es toda el área que
se comprende entre los 650 y los
999 msnm.
La cuenca alta, áreas con alturas superiores a los 1000 m s.n.m.
Es en ellas donde se ubican más del 80%
de los 145.000 habitantes que al 2015 vivimos en Sierras Chicas. Las especies vegetales son las características del Parque
Chaqueño, entre ellas se destacan el Quebracho Blanco, el Algarrobo, el Tala, el Chañar, el espinillo, entre otras.
En ella se encuentra más del 19% de la población de Sierras Chicas. Es al mismo
tiempo el área que sufre la mayor cantidad
de incendios y donde se intentan erigir las
nuevas urbanizaciones y proyectos mineros puestos en conflicto, fundamentalmente por los desmontes que ocasionarían
y que vienen ocasionándose.
Es el área que más ha sufrido cambios en
el uso del suelo, es decir que más ha perdido sus bosques naturales a manos de las
prácticas y demandas humanas. En ellas
los desmontes han sido casi totales. Se han
perdido más del 90% de los bosques naturales y el retroceso continúa por ser el
área donde más están concretándose nuevas urbanizaciones favorecidas por la conectividad con la Ciudad de Córdoba (2°
ciudad más poblada de la Argentina).
El bosque característico es el del distrito
fitogeográfico chaqueño serrano,con especies como Molles, Orco Quebrachos,
Talas, Coco, quebracho blanco, moradillo y piquillín.
En esta área comienza una variación en el
bosque hacia el romerillar, bosque de
matas espinas bajas.
Explotación minera en la Reserva Hídrica y Recreativa Natural Villa Allende. Noviembre de 2014.
En ellas reside menos del 1% de la población total de las Sierras Chicas. Son fundamentalmente donde predominan los
pastizales de altura y el romerillar (especies
vegetales espinosas bajas).
A la vez que son las que más han sufrido los
desmontes en quebradas, cañadas y planicies de altura "al punto tal de ver desaparecer desde la década de 1920 a la del 1970
los bosques de Orco-Quebracho, molle,
coco y tala a manos de la minería calcárea,
la producción de leña y maderas para la
construcción y el cercado de campos.
Desde las décadas del 1990 y el 2000 han
sufrido el impacto de los incendios intencionales y, en menor medida naturales, lo
que sumado al sobre pastoreo del ganado
vacuno vuelve más lento el reverdecer de
los brotes del pastizal y los arbustos.
Intervención sobre tributario del río Chavascate. Julio de 2014.
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Vista Frontal de un sector de las Sierras Chicas (tramo Salsipuedes- La Granja) desde Cno. A Pozo del Tigre
¿De qué nos sirve diferenciar las áreas de una cuenca?
Es muy útil para explicar los acontecimientos recientes ya que las porciones de una cuenca contribuyen de manera
variable en la disponibilidad de agua en los cauces de los ríos y arroyos serranos. Esta contribución dependerá de:
1) PRECIPITACIONES:
Principalmente acumuladas en verano, por ser una región subtropical con estación seca y clima semiárido. Estas caen generalmente
en forma de lluvia, aunque en menor medida suelen presenciar tormentas que precipitan granizo, garrotillo o finas garúas. En inverno
esporádicamente se originan nevadas.
foto de Colectivo Manifiesto. Febrero 2015.
Las precipitaciones de fines de 2014 y comienzos de 2015, son
normales en esta época. Lo que ha resultado inusual ha sido
la importante cantidad de agua caída. Para la ciudad de Río
Ceballos, por ejemplo, las precipitaciones anuales (1) rondan los
923mm anuales, y en lo que va de 2015 (hasta el 11-03-15) ya se
llevan alrededor de 600mm.
1. De acuerdo a las estimaciones climáticas respecto a las mediciones de los últimos 25 años, la media historica decaico en el observatorio Salsipuedes es de 920.3mm 2001-2010. Datos del Observatorio Metorológico Salsipuedes. Mario Navarro 2014.
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Precipitaciones medias anuales en el área central de la Vertiente Oriental Sierras Chicas
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La mayoría del agua llovida se dió entre el 01 de enero y el 15 de
febrero de 2015.
Generalmente las precipitaciones son retenidas por el
suelo y liberadas paulatinamente, durante mucho tiempo, a
los cauces a través del dinámico proceso hidrológico que se da
en la sucesivas capas del suelo.
El excedente de agua es conocido como escorrentía superficial,
esta es el agua que corre por la superficie del suelo aguas abajo
de las laderas serranas, constituyéndose en agua que no es absorbida por el suelo que en sus capas superiores ya se ha saturado
de líquido.
(en milímetros)
El excedente de agua es conocido
como escorrentía superficial,
esta es el agua que corre por la superficie
el suelo hacia abajo de las laderas
serranas, constituyéndose en agua
que no es absorbida por el suelo.
La acumulación de agua en el suelo en un corto periodo de tiempo
es uno de los factores que contribuye a la escorrentía hacia los
cauces. Cuando las precipitaciones son muy abundantes la escorrentía se acelera, corre con mayor fuerza por los capilares del
suelo, se abre camino entre rocas, arena, tierra y raíces que, como
veremos a continuación, contribuyen a retener parte del agua del
suelo, como sustento de vida de la vegetación e indirectamente
de la fauna serrana.
2) COBERTURA FORESTAL:
La existencia del bosque es otro de los factores fundamentales para el funcionamiento del sistema cuenca.
La cobertura forestal nativa, cualquiera sea su tamaño, contribuye
fijando las capas exteriores del suelo, le resta velocidad a la escorrentía superficial y, en tiempos estivales, aprovecha al máximo el
agua para su almacenamiento y vida el resto del año en que las
precipitaciones son menores.
Imagen tomada de redes sociales.
Especies nativas de El Terrón, en Mendiolaza. Septiembre 2013.
La cobertura forestal de mediano y gran porte le abre camino con
sus raíces al agua para que ingrese a los niveles inferiores de suelo
facilitando su infiltración y disposición, en periodos de bajas o nulas
precipitaciones, en los cauces de ríos y arroyos.
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3) LA DISMINUCIÓN DE LA COBERTURA FORESTAL
Como se muestra en los mapas de la derecha, el color blanco, que representa
los bosques naturales, ha sido reemplazado en casi toda la región de Sierras
Chicas. Fundamentalmente la disminución de la cobertura forestal ha estado
relacionada con los desmontes durante los poco más de 150 años de ocupación humana permanente de estos bosques en las cuencas.
Durante comienzos del siglo XX de estos montes se extrajeron las especies de
mayor tamaño (orco-quebrachos, algarrobos, talas y molles) para uso minero,
para la producción de leña y carbón o para la construcción de infraestructura
ferroviaria.
A mediados del mismo siglo los centros urbanos se convertían en uno de los
principales centros turísticos del país, con ello la urbanización avanzaba sobre
las márgenes de los ríos y arroyos serranos en la cuenca media donde la gente
llegaba desde todo el país, pero en su mayoría de Santa Fe y Buenos Aires a
veranear y disfrutar de las bondades del clima y serranía cordobesa.
Estos pequeños centros urbanos nacen en su mayoría en torno a las estaciones
del ferrocarril y muy próximos a los ríos y arroyos serranos. La proximidad a los
arroyos era fundamental, de ellos se extraía el agua para consumo humano,
para el aseo de animales, para el funcionamiento de los trenes y para la diversión. Junto a ellos se hacían fiestas, se abrían balnearios, se construían comercios y se activaba la vida social y económica regional.
Vertiente oriental (1780-1880)
El avance minero en la serranía y el inmobiliario en la cuenca media generaba
las primeras grandes disminuciones de cobertura forestal. Esto claramente se
evidencia en el antiguo periódico La Razón que el día 21 de febrero de 1939
daba la noticia de que las lluvias del 15 de febrero en Sierras Chicas habían dejado seis víctimas fatales y habían anegado calles y llevado casas enteras tras
una colada de barro, piedra y troncos que se dio en la madrugada del 15-2-39.
Papeleta de la estación de Unquillo. Año S/D.
Vertiente oriental (1981-1991)
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Las consecuencias de los desmontes en las cuencas altas a manos de la minería y la producción de leña habían favorecido la fuerte escorrentía superficial
y la inundación de las localidades de la región que en total no superaban los
6000 habitantes.
Con la mejora de las infraestructuras viales (puentes y rutas) que unían a los poblados entre sí y con la ciudad de Córdoba, los pueblos comenzaron a darle las
espaldas a los arroyos, se avanzó con construcciones cada vez más sobre ellos,
se cambiaron los cauces, se construyó en los balnearios y fundamentalmente
no se respetaron las líneas de retiro de distancia respecto a los cursos de agua,
favorecidas por el estado municipal y provincial que no controlaba y muchas
veces autorizaba el avance sobre los ríos y arroyos con las construcciones de
comercios, empresas de servicios, viviendas y la ampliación de urbanizaciones
cada vez más en las laderas de cerros y valles pequeños interserranos.
El cierre de los ramales de ferrocarril en la década del 1960 y 1970, favoreció la
comercialización y circulación en vehículos personales (automóviles), incrementó
poco a poco la apertura de nuevas vías de acceso a Córdoba y las localidades
de Sierras Chicas y contribuyó a la ampliación de los centros urbanos ya que
comenzaron a abrirse nuevas calles de loteos nuevos y antiguos a los que ahora
accedía el ómnibus.
Esto generó que en no más de 10 años (entre fines de la década de 1970 y
fines de la del 1980) los pueblos de Sierras Chicas (La Calera, Villa Allende,
Río Ceballos, Unquillo) superen cada uno los 10.000 habitantes y mantengan
una relación más fluida con la Ciudad de Córdoba a través de vías como la
Av. Donato Alvarez, la Bodereau o, la ruta E-53, y ya más en la decada 1990,
la apertura de la ruta intermunicipal Luchesse-Cruzado-E-57.
La mejor circulación favoreció un menor tiempo de desplazamiento hacia la
ciudad de Córdoba, por lo que la migración desde este ámbito urbano hacia
Sierras Chicas, comenzó a crecer incesantemente. Fundamentalmente en
busca de tranquilidad y proximidad a la naturaleza (Tecco C. 2005) como la
principal oferta que las empresas inmobiliarias daban a los habitantes que
buscan irse de las grandes ciudades del país, principalmente de la Ciudad
de Córdoba pero estar próximos a sus ámbitos de trabajo.
Una vista de las canteras en Dumesnil y Saldán, tambien el Canal Maestro Norte; segun una publicación en el
Álbum de la Provincia de Córdoba. Año 1927. Archivo de Córdoba de Antaño.
Vertiente oriental (Proyección a futuro)
Los pueblos comenzaron
a darle las espaldas a los arroyos
y se avanzó con construcciones
cada vez más sobre ellos.
Anuncio de sensacional venta de terrenos en la floresciente Villa Salsipuedes,
publicado en el diario 'Los Principios', en su edición del Martes 10
de Noviembre de 1932. Archivo de Córdoba de Antaño.
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El crecimiento poblacional vino de la mano del crecimiento urbanístico. La demanda empresarialmente creada de suelo generó la
elaboración de nuevos loteos que comenzaron a sumarse a los ya
existentes y parcialmente habitados.
Cantidad estimada de habitantes de la Vertiente Oriental Sierras Chicas
Cada loteo nuevo, realizado en la mayoría de los casos en proximidades de la vías de acceso a las nuevas ciudades, posee un trazado
endamero (cuadricular) o similar sin respetar el relieve natural que
evacúa los excesos de agua que se convierten escorrentía hacia
los cursos permanentes o transitorios de la región. Menos aún respetando el bosque natural.
A ello se suma el avance de la frontera agrícola en las cuencas bajas
y la minera en las cuencas media-altas. Esto contribuye a que a la
década de 1990 Sierras Chicas ya no tenga más del 60% de sus mercios y anegan barrios. Habitantes: 55.645 (año 1980).
En enero de 1995 toda Sierras Chicas sufren nuevamente precipibosques naturales.
taciones superiores a los 100mm en cada una de sus cuencas esto
Entre la década de 1980 y la de 1990 se producen las origina anegamiento de barrios. Habitantes: 68.326 (año 1991).
En estas décadas los incendios en las cuencas no cesaron. De
siguientes inundaciones:
1980-1981. Las crecidas en la cuenca del arroyo Saldán y el arroyo todas las registradas, la década de 1990 fue la que más hectáreas
Salsipuedes. Se cobran vidas humanas, destruyen viviendas, co- incendiadas sufrió. Las mismas superan las 190.000 ha
3. a) ES IMPORTANTE DAR CUENTA DE QUE EL GRADO DE REEMPLAZO DE ESTA COBERTURA
VEGETAL O LA IMPERMEABILIZACIÓN DEL SUELO PUEDE SER VARIABLE,
PERO EN TODOS LOS CASOS CONTRIBUYE A LA ESCORRENTÍA SUPERFICIAL.
El reemplazo de la vegetación consiste
en extraer el bosque nativo y los arbustos y especies menores cambiándolo
por otras especies, generalmente no
propias del clima y suelo serrano o de pie
de monte.
La vegetación introducida no facilita en igual medida que la nativa
la infiltración del agua y la fijación
del suelo con sus raíces, en muchos
casos el reemplazo de vegetación (por
siempreverdes, grateus, sauces, pinos,
etc.) contribuye a cambiar la escorrentía
en el sentido de que no absorbe el agua
hacia el subsueloen igual cantidad que
el bosque nativo durante las lluvias, sino
que las raíces crean una especie de colchón que sólo retiene el agua de la primera capa de suelo y, ante grandes
acumulaciones de agua la libera con
mayor facilidad que las especies nativas
y le quitan rigidez y sostén al árbol o arbusto. Por ello, sumado a que es una acción muy común en los centros urbanos,
es que generalmente se ven más especies exóticas en los cauces o bajo de los
Bosque mixto de Siempreverde, Olmo, Pino, Palmera y Molles. Villa Cerro Azul 2014.
puentes tras una crecida.
La impermeabilización del suelo es un
proceso distinto pero relacionado directamente a los desmontes. Este consiste
en quitar la cobertura vegetal totalmente y construir sobre ella con materiales o morteros (mezclas) que poseen
una escasa o nula capacidad de absorción del agua: como el hormigón, metales (cubiertas de chapa), asfalto,
plásticos, morteros cementicios o calcáreos (contrapisos, cubiertas, etc.).
La impermeabilización torna a la cantidad
de agua caída en total de agua escurrida.
Esto es, así como llueve en cantidad el
agua corre en igual o similar cantidad
hacia las áreas más bajas.
En la actualidad Sierras Chicas poseen
más de 111 km2 de áreas urbanizadas
y con reemplazo de vegetación en
áreas urbanas. El 70% de estos desmontes, impermeabilizaciones y reemplazo de vegetación se realizaron en los
últimos 30 años.
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4) AFECTACIONES AL BOSQUE DERIVADAS DE LOS INCENDIOS
Incendio en La Granja (2014)
Sierras Chicas es un área que frecuentemente padece la problemática de los incendios. Estos poseen una relación directa con las
inundaciones ya que significan una destrucción de la cobertura vegetal y, al producirse próximos a la temporada de lluvias, favorecen
la escorrentía por haber sido la causa de la pérdida del suelo y su
vegetación.
La década de 1990 fue la que sufrió mayor cantidad de incendios
junto a estos 10 últimos años.
Los incendios de 1990 al 2000 quemaron miles de hectáreas en
toda la región, muchas de ellas más de 10 veces en una década, lo
que deja poco tiempo para la recuperación del bosque y el suelo.
Estos incendios favorecieron la organización de brigadas de rescate,
cuarteles de bomberos voluntarios y defensa civil en toda la región. Y
prepararon el camino para lo que se estimaba vendría con las lluvias.
Cantidad de hectáreas incendiadas en Sierras Chicas
El 12 de marzo del año 2000, la cuenca del
arroyo Saldán, el río Salsipuedes y los arroyos de las actuales Reservas Naturales e
Hídrica La Calera, Saldán Inchín y Bamba,
escurren una cantidad enorme de agua
hacia los cauces y en los centros urbanos
se produce una de las mayores inundaciones (foto de la izquierda) hasta el 2015.
El desmantelamiento de algunas de las instituciones de bomberos voluntarios y municipales, o de Defensa Civil en algunas
localidades de Sierras Chicas (Villa Allende,
Saldán, Salsipuedes) , y con ellas los sistemas
de alerta temprano en la ciudades más grandes de la Región, sirvió sólo para que los vecinos no conozcan de la gran masa de agua,
barro, rocas y troncos que vendría sobre sus
hogares tanto en el 12 de marzo de 2000,
como este 14 y 15 de febrero de 2015.
2. Por pedido del Gobierno Provincial tras sancionada la Ley Provincial 8751 y el Decreto Promulgatorio 686/99.
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Nacen las Reservas Hídricas
y Recreativas Naturales de las Sierras Chicas
La demanda de un sistema de alerta
temprano, sumado al temor de nuevas crecidas, organizó nuevamente
a grupos de vecinos. Esto dio origen
a las Reservas Hídricas de las Sierras Chicas.
APROAS y la Comisión EcoFauna del Centro de Estudiantes de Medicina Veterinaria
de la Universidad Nacional de Río Cuarto,
junto al centro de Ecología y Recursos Naturales Renovables (CERNAR) de la Universidad Nacional de Córdoba iniciaron un
estudio de las cuencas tributarias del río Suquía hacia abajo del paredón del dique San
Roque y entre La Calera y Salsipuedes, logrando dar cuenta de que el estado de las
cuencas “es crítico en lo que respecta a cobertura vegetal arbórea y arbustiva y que las
posibilidades de un siniestro como el del 12
de marzo de 2000 son muy altas” (de
acuerdo a Ordenanza 309/2001 de creación
de Reserva Hídrica de Mendiolaza).
Desde distintos bloques de los Concejos
Deliberante de las localidades de Saldán, La
Calera, Mendiolaza y Villa Allende, junto a la
Cátedra de Ecología Aplicada de la UNC
(según dan cuenta todas las Ordenanzas de
creación) una serie de proyectos de conservación que se constituyen en el primer antecedente de conservación y gestión de
cuencas (aprobados pero no con un plan
de manejo y acciones de control que se realicen) a escala regional en la VOSC: las Reservas Hídricas y Recreativas Naturales de
Saldán Inchín (Ord. Nº 007/01) en Saldan,
Bamba (Ord. Nº 059/01) en La Calera, Villa
Allende (Ordenanza 05/02 y decreto promulgatorio 44/2004), Mendiolaza (Ord. Nº
309/01) y Los Quebrachitos (Ord. Nº
026/99) en Unquillo, las que se suman a la
única reserva de jurisdicción provincial implementada, con plan de manejo y guardaparques provinciales la Reserva Natural
Parque La Quebrada, (creada por Decreto
Provincial Nº 5.620/87) de 37,23 Km2, en
Río Ceballos. Cubriéndose así toda la
cuenca del Arroyo Saldan.
Para Tamburini y Kufner (2008) estas áreas
de conservación “tienen en común el objetivo de proteger cabeceras de cuenca, bosque y fauna. En su conjunto ocuparían una
superficie de 368(3) Km2 en áreas rurales y
urbanas (82% del área total de la zona sur
de la región).
La implementación de estas áreas, como
en todas las ordenanzas lo manifiesta en
sus Art. 5 y 6, debía contar con un “Ente
(conjuntamente con los demás municipios)
(…) con el objeto de reglamentar la administración y plan de manejo del conjunto de
reservas municipales”. Este Ente debe diseñar el plan de manejo y hacerlo cumplir.
Pero por no haberse creado el mensionado
Ente y “por no haber sido efectivamente implementadas –lo cual requiere acuerdos intermunicipales y con la provincia que no
fueron realizados- no cumplen sus funciones de conservación” (Tamburini D. y Kufner
M. 2008:11 (4)).
Con el advenimiento de la crisis económica y política de 2001, los procesos activados por las organizaciones citadas
arriba y parte de los Concejos Deliberante de los municipios, quedaron a la espera de la creación del Ente, y por ende
hasta la actualidad oficialmente no se reglamentaron las Ordenanzas citadas.
Pero si, como luego se verá en el caso de
La Calera, si se generó un Plan de Manejo para el área de Reserva el cual aún
no ha sido reglamentado.
A partir del año 2005 y comienzos de
2006 la baja disponibilidad de agua
(Chiavassa S. 2009 y 2012) comenzó a
hacerse sentir en las Sierras Chicas. Fundamentalmente en las localidades de Río
Ceballos, Unquillo, Mendiolaza, Salsipuedes (5) y parte de Villa Allende. En ellas se
generaron los primeros cortes rotativos
programados y el abastecimiento con camiones cisterna en áreas con “baja presión de agua en las cañerías” por la altura
de los loteos. Hecho que se repite pero a
partir de 2008 en las localidades de la
cuenca del río Carnero (Agua de Oro, El
Manzano, Villa Cerro Azul y La Granja). Lo
que genera la movilización de cientos de
vecinos exigiendo el cese de las nuevas
urbanización y la atención inmediata a los
sectores con baja disponibilidad o nula
de agua en sus hogares y las instituciones locales.
Entre 2008 y 2014 se suceden, en la temporada de verano, múltiples crecidas de
arroyos. Las más recordadas son las de Unquillo-Mendiolaza del 2008, 2012 y 2013 y
la de Agua de Oro del 2012. Estas crecidas
tienen un impacto menor que la del 12 de
marzo del 2000 pero causas idénticas, la última década los incendios, en la mayoría de
los casos intencionales, arrasaron con más
de 100.000 ha, nuevamente con áreas quemadas más de 10 veces en una década.
3. Se corrige el valor dado por las autoras que era de 255km2, ya que las mismas no tuvieron en cuenta la Reserva Hídrica y Recreativa Natural Villa Allende creada en el año 2002, esta reserva no
abarca el área urbana actual de la ciudad como sí lo hacen las Reservas de Mendiolaza y Bamba. Si se incluyera la Reserva Natural Millitar La Calera (esta ya en el Departamento Santa María) la
superficie a conservarse equivaldría a 457km2.
4. Un importante trabajo realizado en las Sierras Chicas es el de: Tamburini Daniela María y Kufner Maura Beatriz. 2008. “caracterización ambiental y ordenamiento de la Vertiente oriental de la Sierra
chica (córdoba, Argentina) para Planificación sustentable”.Revista de Geografía, 2008, Nº 12.Pp.: 3 a 25. Cusiva de quien escribe.
5. http://www.lmcordoba.com.ar/ed_ant/2006/06-01-12/4_regional_02.htm [Fecha de consulta 06-01-2014].
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15 de febrero de 2015
Desde fines de diciembre Sierras Chicas ya venía acumulando decenas de mm caídos, que significaron,
en el caso de la cuenca del Arroyo Saldán el vertido de unos 12cm de agua de cada uno de los seis vertederos ubicados en el paredón del dique La Quebrada.
Estos cumplen un rol fundamental en la regulación de agua del embalse. Cuando el agua
embalsada llega al nivel de vertedero la misma se vuelca por estos espacios dejados y que
reciben el nombre de vertedero.
El mes de enero acumuló más de 100mm caídos sólo en la ciudad de Río Ceballos. En tanto que en
todas las demás localidades de la región este valor fluctuó hasta los 150mm en las localidades de la
cuenca del río Carnero y del Jesús María.
El nivel de agua de los ríos y arroyos serranos era alto pero se encontraba en su cauce natural.
A partir de febrero las precipitaciones comenzaron con bajos valores hasta el día 09/02 en que en el caso
de Río Ceballos cayeron más de 40mm en pocas horas.
El nivel del embalse se encontraba superando el vertedero no más de 15cm.
La cuenca del río Saldán, Salsipuedes, y Carnero aún no se reponían de los incendios de 2013 cuando en
2014 se activan focos en Cerro Azul, Candonga, El cuadrado y Pan de Azúcar.
La escasa cobertura de vegetación y los suelos en muchas áreas casi desnudos por la acumulación de incendios, y áreas recientemente desmontadas recibieron el 14 y 15 de febrero entre de 200 y 260mm en
las distintas áreas de la región de Sierras Chicas.
Los primeros en incrementar su caudal y luego crecer fueron los Arroyos y ríos de la cuenca del Río
Carnero, y Jesús María (Subcuenca Santa Catalina- Colonia Hogar y Ascochinga-Carapé-San Miguel)
así al atardecer del 14 de febrero ya se noticiaban las primeras inundaciones en estos pueblos que son los
que más han avanzado en los últimos cinco años con desmontes para ampliación de urbanizaciones
existentes y proyectadas por empresas como Ticupil S.A., Ascochinga Polo Club y diversas mineras,
con la aprobación de los estados municipales y provincial.
Entre las 10:30 y las 11:30 las localidades de Sierras Chicas pertenecientes a la cuenca del río Salsipuedes y del Arroyo Saldán recibían el agua de la crecida de estos cursos.
Los incendios y desmontes que desnudaron el suelo contribuyeron a que este no soporte tamaña cantidad
de agua escurriendo metros de esta por las laderas de cerros, arrastrando consigo no sólo agua sino también rocas, tierra, troncos y todo lo que en cada cañada o cauce no resista el paso del agua acumulada.
Las lluvias del 14 y 15 de febrero se hicieron más de 1,5m de agua en el vertedero del embalse La Quebrada en Río Ceballos, desde sus seis bocas nació una gran masa de agua que cayó casi repentinamente,
tras precipitarse sobre la cuenca de los arroyos Los Hornillos y Colanchanga que alimentan el dique.
En su camino arrasó con árboles casas, comercios puentes avenida y calles hasta su encuentro con el
Arroyo Mal Paso (aquel que proviene de Los Manantiales y que a su paso por el casino de Río Ceballos
es un vado generalmente sin agua), donde se le sumaron unos 1,5m de agua continuando con mayor
fuerza y volumen aguas abajo.
Pasó por el puente amarillo, tras castigar con fuerza las construcciones que le daban sus espaldas y con
las que los vecinos y el Estado que no controló habían avanzado sobre él en el centro de la ciudad.
En Ñu Pora, sobre la ruta, el paisaje y las emociones cambiaron de la noche a la mañana. Mucho de lo
que estaba el 14, el 15 el agua lo desarmó.
El tiempo pasaba y el agua avanzaba sobre los barrios más próximos al arroyo.
En Salsipuedes el cauce que mostraba postales de sequía años atrás en sus tomas de agua y en los tanques de los vecinos se volvía metros de agua que corrían por el cauce. Barrios que sólo poseían una ca-
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pacto de una de las crecientes, en tanto que minutos después llegaría la otra proveniente de
Río Ceballos uniéndose ambas en el conocido
localmente Puente Estela. Aquí la situación fue
crítica, el la ola de agua, troncos, vehículos,
rocas, etc. impactó sobre las vivienda ubicadas
en la margen Este y se ensanchó hacia el sur
oeste en el Cigarral de Santa Rosa inundando el
barrio las Cigarrales y avanzado sobre los barrios vecinos de menor altura.
Los vecinos del FONAVI recibieron muchísima agua que se embalsó contra la ruta intermunicipal hasta arrancarle un pedazo de la
misma. Tras ello derrumbó muchas viviendas y
parte de las mismas en el ingreso a km 16 ya en
Mendiolaza a las 12-12:30hs, según vecinos de
la zona.
La ruta intermunicipal embalsaba las aguas dejando bajo sí a todo el barrio.
ñada como acceso con su doble avenida, el 15 poseían un caudaloso río, la ruta E-53 en el Pueblito
llevaba mucha agua, asfalto, rocas, troncos y aislaba a Canteras El Sauce.
En Las vertientes de la Granja, al igual que en Salsipuedes el suelo desnudo y urbanizado canalizó
una gran masa de agua y rocas que atravesó la Plaza Tres Cóndores. El arroyo Seco de El Manzano
era un río.
La ruta E-53 poseía vados y arroyos en todo su recorrido.
El puente sobre el río Chavascate en Agua de Oro estuvo a escaso metro de tener el río
encima. En esta localidad el paisaje cambió. Villa Cerro Azul quedaba aislada por tierra,
su costanera, es ahora cauce.
Los espacios de esparcimiento en Agua de Oro en el vado de mi rincón, y la casa de Hidráulica fueron castigados por metros de agua y barro.
El puente de las Vertientes de La Granja, el cuartel de bomberos, el kiosko y revistería con la casa de
la familia de enfrente, todo, era agua, barro, tronco, escombro y ceniza mojada.
En Villa Ani Mi donde nacen inumerables vertientes, pero no hay ningún arroyo, las calles eran ríos.
Los comercios y casas agua y barro.
En La Granja centro, no había más que barro por todas partes, los bares y restaurants que habían
avanzado sobre el río, ahora se retorcían y caían sobre él.
En Ascochinga, La Pampa y Colonia Hogar lamentablemente ya se contaban las primeras víctimas.
Y el día avanzaba, al igual que el agua no avisada corría hacia Unquillo por el Arroyo Río Ceballos,
atrás quedaba Barrio Loza tapado en sus márgenes por el agua del arroyo.
Unquillo recibía mucha agua, pero no sólo del arroyo Saldán. Como todas las localidades de Sierras
Chicas su ubicación en la cuenca presenta la unión de diversos cauces, en ella se encuentran los
Arroyos de Cabana y el de Las Ensenadas, ambos unidos en la doble avenida San Martín, donde
antes (década de 1950) se encontraba parte del balneario. En esta área al medio día se recibía el im-
Minutos después el centro de la nueva ciudad
recibía el avance del agua del arroyo Saldán, y
de las nuevas urbanizaciones. Locales comerciales, el municipio, la comisaría y muchas viviendas recibían gran cantidad de agua y barro.
A las 12:40 el pico de crecida llegaba a El Perchel y las primeras manzanas de Valle del Sol,
recibían el agua del río y de la ruta E-57 proveniente del Barrio Cerrado Q-2. La red de agua
de destrozaba con el golpeteo del agua y rocas.
La cañería troncal recibía con gran fuerza el
agua proveniente del Q-2.
El primer barrio quedaba bajo más de 1,5m de
agua, el segundo veía atravesadas sus viviendas
y perforadas sin importar las defensas sobre el
arroyo construidas.
El tercer barrio, sólo evacuaba sus aguas hacia
la ruta y contribuía con los daños a los demás.
A las 12:45, Cóndor Bajo se destrozaba y empezaba una nueva etapa de reconstrucción. La
resistente toma de agua cercana al puente de la
calle Neuquén sufría, al igual que las casas más
viejas del barrio, su novena crecida, y en esta no
resistío más, el paredón cedió.
La calle misiones sirvió de río paralelo para el
cauce que ya no aguantaba tamaña cantidad de
sedimento y agua.
Para muchos en el barrio, y en la cuenca del
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Saldán el arroyo volvió a su cauce, pero en realidad el río estaba en su lecho mayor o de inundación. Cada vez que creció el río pasó y pasará
por ahí cada vez que crezca.
Las construcciones significan un obstáculo para
el paso del río el cual es sorteado con la acumulación del agua y el reviente de muros. Pero al
mismo tiempo estas construcciones son la morada de miles de habitantes.
Villa Allende recibió aproximadamente a las
13hs el pico mayo de crecida a la altura del anfiteatro, pero muchísimos hogares en Barrio San
Clemente, La Amalia y Epicuro recibieron este
gran volumen de agua entre 30 y 40 minutos
después ya que el agua fue ingresando de apoco
a las calles distantes hasta 3 o 4 cuadras del
arroyo, acumulándose en las edificaciones y en
muchas abriendo orificios y reventando muros
de viviendas y medianeras.
A medida que el arroyo llegaba a la cuenca baja
(ya en las localidades de Mendiolaza y Villa
Allende) el impacto a lo ancho era mayor, pues
el curso se torna más meandroso, adquiere curvas más cerradas, las cuales fueron ampliadas o
ensanchadas varios metros.
A la altura del Nogal Historico la crecida del
Arroyo Saldán se encontraría con el últio gran
arroyo que le tributa sus aguas, también crecidas en esa mañana-tarde. El Arroyo La Reducción le aportó gran cantidad de sedimentos de
una cuenca muy dañada por los desmontes para
el avance minero, urbano, y que había sufrido
en la zona de San Fernando y Pan de Azúcar el
impacto de los incendios en 2013 y 2014.
Así, Jardín Epicuro, no sólo que le veía un fin a
la fracción embalse (un pequeño dique seco en
la calle Brasil) construida en el medio del barrio
a fines de la década de 1930, pero ocupada en
los últimos años, sino que también recibía metros de agua en las viviendas de los vecinos.
Saldán, el último destino en Sierras Chicas de
las aguas del arroyo Homónimo, recibía en su
cañada que comienza en la Tacita más de 4m de
agua que corría junto a las viviendas de barrio
San Remo y parte de Minetti y Centro, sobrepasando los puentes y anegando-inundando las viviendas en la margen próxima a la comisaría.
foto de Colectivo Manifiesto.
Los antiguos arcos-acueductos y la cascada despedían una nueva crecida en Sierras Chicas que finalizaba en Saldán pero seguía camino hacia la mar de Ansenuza, ahora como aguas del río Suquía.
En la cuenca del Arroyo Saldán pasaron más de dos horas entre que el agua partió desde el paredón
del Dique la Quebrada y llegó a Mendiolaza, Villa Allende y más aún a Saldán.
En las demás cuencas pasó más de una hora desde que los principales tributarios se unieran crecidos
y aportaran sus aguas al cauce principal (Río Salsipuedes, Río Chavascate, Río Tiú Mayú y Río Ascochinga).
Pero, ¿qué hubiera sucedido si avisaban que esto sucedería?¿Cómo se hubiera actuado en esas dos
horas?¿Hubiera habido una preparación?¿Por que los sistemas de alerta temprano no funcionaron?
¿Había alguno? ¿Por qué no enseñaron a la ciudadanía a actuar en estas circunstancias? Son dudas
que han surgido y surgirán pero que se responderán con el trabajo conjunto de la ciudadanía, el Estado, y las organizaciones e instituciones de cada localidad de la región.
Todos los impactos de las prácticas humanas en la historia del espacio geográfico de la región y, fundamentalmente de los últimos 15 años, después de la crecida del 2000, se resumieron en un desastre
de horas. Todos, principalmente, quienes somos adultos tenemos la responsabilidad de reconstruir
todo, y con más fuerza y valor nuestra relación con las cuencas, no para dañarlas sino para sentirnos
como parte de este sistema cuenca.
Las Reservas Hídricas y Naturales quedaron por 15 años en los recuerdos de quienes las conocen. Quedaron como un desafío para afrontar en una nueva crecida.
Este es el nuevo trabajo, oír a la cuenca y a nuestro pasado para reconstruir y planificar el futuro con felicidad en las cuencas.
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En resumen
¿Por qué
se produjeron
las inundaciones?
El agua que nos inundó provino de
las cuencas en las que habitamos. Porque las ciudades están
en la cuenca.
Por acción del cambio climático (al
que se contribuye con los incendios, desmontes y urbanizaciones
no planificadas) al que las Sierras
Chicas y la Provincia de Córdoba
han hecho grandes aportes.
Por el avance de la urbanización,
los desmontes, la impermeabilización de suelos y el reemplazo de
vegetación realizado por empresas
inmobiliarias y por los propietarios
de inmuebles desinformados y que
deberían informarse.
Por la acumulación de incendios
seguidos.
Por la falta de responsabilidad de
los Estados en el cumplimiento y
reglamentación-control de las
leyes vigentes y los cambios en el
uso del suelo.
Reservas hídricas y proyecto de reservas en la Vertiente Oriental de las Sierras Chicas.
El trabajo articulado de grupos de vecinos, ONGs
y las comunas, permite que en 2014 se reglamenten
la Reserva Los Manantiales (Río Ceballos) y Los Quebrachitos
(Unquillo) y se creen la Reserva para la Defensa de Ascochinga,
la Reserva Hídrica y Natural de Villa Cerro Azul y se inicien
acciones en la Reserva Hídrica y Recreativa Natural Villa Allende.
Porque las cuencas medias altas y
altas están bajo jurisdicción del
Estado provincial y son consideradas áreas grises, es decir, los municipios no
pueden otorgar
aprobaciones para cambiar el uso
del suelo en ellas, por ende es el
Estado provincial quien aprueba
los cambios de uso del suelo en
estas áreas, muchas veces lo hace
sin respetar la legislación vigente.
Porque las reservas no fueron reglamentadas y su conservación no
se garantizó en más de una década.
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Quienes trabajamos pechando el barro,
limpiando, juntando los ladrillos,
reconstruyendo nuestras vidas,
no obviamos las luchas y trabajos anteriores.
No olvidamos.
Con mucha o poca agua, Sierras Chicas quiere
seguir teniendo casas, sierras, bosque, cuencas.
Recuperémonos sin olvidar y planificando.
Tras ello, conservemos las cuencas
y su bosque para siempre.
Por nuestra tranquilidad, felicidad y la de los vienen.
Joaquín Ulises Deon. Marzo de 2015
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Geóg. Joaquín Deon / 2015
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