arturo frondizi: el desarrollo interior

“El interior del interior”
Una de las soluciones para los problemas argentinos
ARTURO FRONDIZI: EL DESARROLLO INTERIOR
(Discurso pronunciado por el Presidente el 3 de Octubre de 1959 en la ciudad de R. S. Peña, Chaco)
He querido venir personalmente hasta el corazón mismo del Chaco, como un acto de solidaridad
del Poder Ejecutivo Nacional con los miles de productores del agro argentino. He querido estar aquí
personalmente, junto a ustedes, para decirles que en medio de todas las dificultades que vive la República,
pasando los días y las noches en los despachos a los que el pueblo me llevó, frente a la Plaza de Mayo,
jamás he olvidado ni olvidaré que las grandes reservas morales de la nacionalidad están en el interior de
nuestra patria.
Este día es extraordinariamente auspicioso para mi, porque me permite declarar constituida la
Junta Nacional del Algodón, que no irá a levantar sus oficinas en una de las calles de la Ciudad de Buenos
Aires, sino que las instalará aquí, en esta provincia del Chaco.
De manera que cuando un productor tenga un problema que plantear en relación a su actividad
no tenga que pensar en la lejana Buenos Aires, sino que pueda dirigirse directamente aquí, en donde
encontrará no solo al representante del Poder Ejecutivo Nacional, sino también a los representantes de las
dos provincias productores fundamentales y, lo que es más importante, encontrará a los propios
representantes de la actividad productiva.
I.
El Agro en el contexto de la política de desarrollo y estabilización
El Gobierno Nacional ha lanzado un plan de estabilización monetaria y de desarrollo económico.
Creemos nosotros que el país necesita un extraordinario impulso en el desarrollo industrial, pero
como lo ha dicho el representante de las cooperativas, nosotros no hemos perdido de vista que el
desarrollo de la economía agropecuaria es absolutamente fundamental si se quiere construir un país con
bases realmente sólidas.
Del campo argentino, el país obtiene en primer lugar los alimentos para su población; del campo
argentino se obtienen las materias primas para nuestras industrias y del campo argentino se obtiene el
95% de las divisas, porque solo lo que se exporta del país hasta este momento, es prácticamente el fruto
de la labor de nuestros campesinos. De manera que conviene que se los diga desde aquí, desde el centro
del Chaco: cuando el país importa medicamentos, cuando el país importa todo lo que necesita para su
desarrollo, eso, señores, lo podemos hacer, no solo por la actividad de los hombres y mujeres que viven
en la ciudad sino por la labor tesonera y diaria de quienes trabajan sobre el surco de la tierra bendita
argentina, haciendo posibles las exportaciones.
II
La producción agropecuaria depende también, y básicamente, de la industria
He escuchado con emoción humana los planteamientos que han realizado los oradores que han
hablado aquí y en el aeropuerto. Sabemos perfectamente bien que el productor agropecuario necesita
estabilidad en la tierra para poder trabajar. Sabemos bien que el agro argentino tiene un
extraordinario déficit de maquinarias, de maquinarias que todavía no podemos fabricar, porque
nosotros no queremos ver más los antiguos arados, no queremos ver más esa maquinaria atrasada
en nuestros campos y aspiramos – y Dios mediante lo tendremos- a que nuestro país, un día no muy
lejano, le pueda decir al mundo: este trigo, este lino este algodón, ha sido producido por tierra
argentina , fecundada por sudor argentino, pero también abierta por las máquinas que han
construido las mujeres y los hombres de nuestra patria, a través de su desarrollo industrial.
Nuestro campo necesita mejorar sus condiciones técnicas y sus condiciones científicas en la
preparación de la tierra, en todo el proceso de la producción. He comprendido bien, no digo la queja, digo
sí, la protesta que ha formulado recién el representante de las cooperativas cuando ha dicho que ellos
necesitan más créditos . es cierto; procuraremos nosotros darle mayor elasticidad a la política crediticia.
Pero no sería leal con ustedes, no sería leal con mi país ni con mi conciencia si no les dijera que es este el
momento más difícil del sacrificio argentino. Nosotros hemos restringido los créditos, pero lo hemos
hecho por la necesidad de evitar que el proceso de inflación pueda ir comiendo la entraña de la economía
argentina, porque sería inútil que continuáramos emitiendo moneda y dando crédito; eso sería continuar
una política de explotación de los productores del campo y de explotación de los obreros argentinos,
porque con una mano les estaríamos dando más salarios, más ganancia, y por otro lado, a través de
una política de inflación, les sacaríamos el doble de lo que le habríamos dado.
III.
Desarticular la burocracia innecesaria también es un objetivo
He escuchado también sus referencias a la papelería burocrática que necesitan confeccionar los
productores. Es cierto, eso todavía sigue ocurriendo; hemos desarmado muchos de esos organismos
fundados sobre una burocracia que no sabe cómo se produce un Kg. de trigo, de lino, pero sí sabe como
se escriben miles de planillas, y lo que el país necesita no es gente que suscriba planillas, y lo que el país
necesita no es gente que sepa producir para aumentar la riqueza total de la república.
IV.
La comercialización y las cooperativas
Nos preocupa el proceso y el problema de la comercialización de los productos del agro. Tiene
ustedes aquí en el Chaco, un poderoso movimiento cooperativo: un movimiento que nosotros apoyamos
con porque creemos que la cooperación es una forma de entendimiento entre los seres humanos, creemos
que la cooperación es una forma de colaboración para la solución de los problemas de la República y
porque creemos que en el porvenir argentino las cooperativas jugarán un papel trascendental en todo el
proceso de producción, de transporte, almacenaje y comercialización.
IV.
La finalidad de todo proceso económico
Pero a su vez el problema del agro argentino exige, naturalmente, pensar siempre que cuando se
habla de créditos y de mejores procesos, se están manejando aspectos económicos sin olvidar por eso que
la economía no es un fin en si mismo, sino un medio. Por eso, si queremos mejor producción, mejores
procesos, mejores máquinas, es para dignificar la vida de cuantos seres trabajan en el campo argentino.
No pensamos ni pensaremos nunca en términos cerradamente económicos, porque cuando
hablamos de cifras, de números, de créditos y de miles de toneladas, pensamos en los créditos, en la
producción, en la comercialización, cuyo objetivo final, es el ser humanos y queremos que a los largo y a
lo ancho de nuestra República, existan seres humanos que tengan felicidad económica, pero que esa
felicidad económica esté en funcionamiento principalmente en la felicidad de una conciencia espiritual
que les permita vivir con tranquilidad y en paz con todos los semejantes.
V.
El interior en nuestra concepción del desarrollo y la integración
Se ha dicho desde aquí, con razón, que hay que pensar en el interior argentino. Ese es,
señores y señoras, nuestro gran sueño. Desde la Capital Federal pensamos en el interior de la República y
algún día, a lo único que aspiramos , es a poder decir: el interior argentino, el Chaco allá en el norte, la
Patagonia, allá en el sur, tiene una nueva vida espiritual y una nueva vida económica.
Por eso, nosotros hemos trazado el plan económico; el país necesita hacer un extraordinario
sacrificio, lo esta haciendo. Yo se que miles de argentinos en este momento se están sacrificando, pero no
se están sacrificando al servicio de un gobierno, sino que se están sacrificando para la gran construcción
de la República, de modo que podamos decir todos un día, con orgullo: no ha triunfado un gobierno, ha
triunfado un país, por el resultado del esfuerzo de sus hijos.
Dentro de pocos minutos, tendré que partir hacia la Capital Federal, se bien que los problemas
que a ustedes les preocupan, desde la gran iniciativa de la construcción del Canal de Bermejo –
extraordinaria iniciativa que un día se concretará y va a transformar una vasta región argentina-, hasta la
construcción de los caminos, de vuestros caminos, lo que he recorrido personalmente muchas veces, pero
quizás si se me hubieran olvidado dado las condiciones de esos caminos, Dios ha querido hoy que lloviera
aquí, y que para llegar a vuestra ciudad haya tenido que atravesar estas cuadras de barro. Estas cuadras de
barro que he atravesado hoy me han vuelto a recordar la necesidad inmediata, de construir caminos, en lo
que está empeñado el gobierno de la provincia y el gobierno de la Nación; porque el país necesita tres
cosas fundamentales para su desarrollo. Necesita petróleo, y energía eléctrica; se lo estamos dando ya. En
materia de petróleo hemos recibido el país con una producción de poco más de cinco millones de metros
cúbicos. El año que viene estaremos en trece millones de mts. cúbicos.
Y entonces, señores, podremos decir, con humildad, pero con énfasis: esta es una de las
contribuciones al proceso económico. Necesitamos acero en el país y el país va a producirlo porque tiene
mineral de hierro y porque tiene algo más: tiene argentinos que están dispuestos a trabajar para demostrar
que en esta nuestra República Argentina existe capacidad hasta los más altos niveles técnicos. Pero sería
inútil que se pretendiera el desarrollo general de una economía si no nos preocupáramos de la
construcción de los caminos. Los caminos no son solamente las arterias por donde circula la riqueza
argentina; los caminos son medios de conexión de la civiloación, por eso estamos dispuestos a poyar
todas las iniciativas en materia de caminos, de manera que un día no ocurra lo que les viene ocurriendo
desde hace años que cuando llueve miran hasta el cielo y le agradecen a Dios, porque esa agua que cae
permite fecundar semillas que han depositado sobre los surcos, pero a su vez resulta que esa misma agua,
esa misma lluvia los aísla del resto de las poblaciones.
Nosotros queremos por eso una economía pujante, queremos caminos en todas partes, porque
en definitiva la suprema aspiración de todos los argentinos debe ser construir la grandeza general de la
República.
Señoras y señores: hoy he venido al Chaco, para declara constituida la Junta Nacional del
Algodón. Se me ha hablado aquí de los problemas económicos y he hablado yo también de los problemas
económicos. Hemos hablado de la construcción material de la República. Exactamente dentro de siete
días iré a Córdoba, no para asistir a un acontecimiento del desarrollo económico argentino, como éste de
hoy, sino para asistir al Congreso Eucarístico Nacional, y entonces podré decir si he ido al Chaco para
hablar de economía, del desarrollo material, he podido ir allí a Córdoba cargada de tradiciones, para
frente al altar decirle a Dios que nos de a todos la fuerza suficiente para continuar en la lucha por la
grandeza espiritual de la República.